TÍTULO: AND THEY LIVED

AUTORA: TRIXIE

EMAIL:  scullymulder1121ARROBAhotmail.com

RATING: AP

TIPO: MSR, A, V

Archivar: Por favor  J

SPOILERS: Biogénesis. La premisa básica de la serie desde un punto de vista totalmente shipper. Pero mayormente Biogénesis.

RESUMEN: Un cuento de expediente x.

 

And They Lived

 

Había una vez... (las mejores historias siempre empiezan así, ¿no creéis?)

 

Había una vez una hermosa princesa con pelo negro cuyos rizos le enmarcaban el rostro. Era inocente y tenía la capacidad de conseguir cualquier cosa que quisiera. Su hermano, un joven y ermitaño príncipe, la quería mucho, aunque ese amor a menudo sólo se manifestaba de un modo que sólo los jóvenes sabían. Él la molestaba y se burlaba de ella; y en más de una ocasión le dijo que ojalá se perdiera. Pero ella nunca le escuchaba. Siempre regresaba, con una sonrisa en el rostro, brillo en los ojos y un corazón lleno de esperanza.

Cuando aún eran jóvenes e inocentes, llegaron invasores de un país lejano y secuestraron a la princesa. El rey y la reina culparon al príncipe, pero no tanto como él se culpó a sí mismo. Perdido, y lleno con la falsa ilusión de que su hermana regresaría y se reiría de él por la gran broma que le había gastado, el príncipe casi sucumbió a la locura. No tuvo más remedio que aceptar que la princesa estaba perdida, y ese día dejó de sentirse como un príncipe. Había sido despojado de su inocencia, su espíritu y todas las ideas de esperanza y luz en el momento en que se la llevaron y desapareció para siempre. Pero la vida tenía para el príncipe otro plan distinto que el dejarle perderse. Aunque eso grande y peligroso conocido como Vida no pudo restaurar su inocencia, sí restauró su fe en la humanidad. Esto le permitió crecer, olvidar el dolor lo bastante para recordar algunas de las cosas buenas que el mundo tenía para ofrecerle. Se restauró su fe en que había esperanza, incluso en la noche más oscura. Sin embargo, aunque recuperó su fe en otros, nada pudo hacerle recuperar su fe en sí mismo, ya que él temía estar tan perdido como su hermana. Y así empezó una búsqueda. Una gran búsqueda que seguro que le llevaría muchos años. En esta aventura buscaría a su hermana, y de paso, esperaba poder encontrar algo igualmente olvidado: a sí mismo. Apenas ya recordaba cómo era tener fe en uno mismo. Desgraciadamente, como todo el mundo sabe, una persona no puede dedicarse totalmente a una búsqueda y poder llevar una vida normal. Por eso el príncipe encerró su alma en una torre de marfil para no volver a sufrir. Si alguien intentaba escalar los muros, él le echaba. Únicamente estando solo podría completar su búsqueda. Pronto adoptó la personalidad de un guerrero, capaz de corregir los errores de otros que él no pudo corregir para sí mismo. Un caballero bueno, decidió con seguridad una noche, con brillante armadura y la habilidad de luchar por cualquiera excepto por sí mismo. Con su alma encerrada lejos, sentía que no tenía miedo de nada. Sólo curiosidad de lo que hubiera ahí fuera. Viajó por muchas carreteras y vio muchos paisajes, pero las experiencias estaban vacías e incluso sus éxitos no le traían satisfacción. Una vez intentó liberar a su alma de su torre, pero el arrepentimiento por los sucesos de su vida pudo más y la encerró de nuevo, con todos los accesos con un cerrojo. Un día una viajera se unió a su búsqueda. Ella tenía el rostro de una princesa y el alma de un caballero. Desde el principio, él se sintió débil. ¿Cómo no, cuando se enfrentaba a una mujer de tal inteligencia, sutil belleza y gran lealtad? Los pensamientos anteriores a su búsqueda y de vivir una vida – una vida real, normal y honesta hasta la bondad – llegaron a ser demasiado fuerte como para ignorarlos. Él la veía como una amenaza a los dos grandes descubrimientos de su vida: su hermana y él mismo. La mantenía lejos y la observaba desde su torre, y compartieron muchas aventuras. Juntos salvaron algunas almas y se fueron acercando más y más a algo... extraordinario. Algo que él nunca había sentido, pero que siempre había buscado. Algo a lo que no sabía cómo llamar. Siempre, sin embargo, él la mantenía alejada. Después de varios años así, y más caminos de los que pudieran contar, los dos viajeros se encontraron con que debían tomar una decisión: continuar juntos, o seguir cada uno su propio camino. Y el príncipe se encontró en una situación normalmente reservada para una princesa. Había encerrado a su alma en una torre hacía tantos años que había olvidado cómo liberarla. Estaba atrapado en una prisión que él mismo había construido y ni siquiera sabía cómo encontrar una salida. Su alma, desnuda a los pies de su compañera, era lo que él deseaba darle, pero no sabía cómo empezar. Afortunadamente para él, su compañera necesitaba la salvación tanto como él mismo, sino más. El caballero con el rostro de una princesa escaló valientemente los muros que él había construido hasta que alcanzó su alma. Ladrillo a ladrillo los fue derrumbando, hasta que finalmente pudo regalarle su alma en la palma de su mano. En ese momento, ella le salvó de un modo que el príncipe nunca había podido decirle. Le había dado la silenciosa promesa de la paz. Le devolvió su fe en sí mismo y le dejó que pusiera toda su fe en ella. La certeza de que se quedaría con él hasta el final le dio la fuerza para continuar. Él se sentía honesto porque ella le consideraba así, y su compañera no le daría su lealtad a alguien que no lo mereciera.

Gentilmente, abrazó su alma con sus manos y le confió a ella su cuidado hasta que estuviera listo para recuperarlo una vez más. Se salvaría con ella. Él también la salvó en ese mismo instante, aunque ella nunca se lo dijo así. Pensaba que lo sabía. Esperaba que lo supiera. El príncipe esperaba que un día fuera ella quien se lo dijera. Una parte de su búsqueda había llegado a su fin. Esa parte de sí mismo que había vuelto después de tanto tiempo perdida. Esa hermosa princesa que había estado tan perdida y angustiada como él, estaba a su lado. Y nunca más estaría solo para completar su búsqueda. Había fuerza. En la unidad, había esperanza. Y en el amor, había paz.

Y vivieron... Y vivieron...

 

La historia se repetía en la mente de Mulder una y otra vez, siempre igual. Los recuerdos de los libros de cuentos le hacían estar seguro de algo: tenía que terminar bien. Todas las historias tenían que terminar bien. Pero no importaba cuánto lo intentara, no podría cambiar el final de su propia historia. Pero siempre empezaba igual. Todo empezaba con “Había una vez...”. Y todo el mundo sabía que siempre terminaba con “y vivieron felices para siempre”. Siempre. No estaba permitido acabar de otra forma. Recorrió con la vista la pequeña celda de paredes acolchadas. Scully le había salvado. Había tirado abajo esos muros y le había rescatado de su prisión auto – impuesta. Ambos habían iluminado la vida del otro and they'd had far too short a time to bask in that light. No estaba bien. No estaba bien que todo fuera a terminar ahora, cuando finalmente se había encontrado a sí mismo, no cuando estaban tan cerca... Punzadas de dolor atravesaron su cabeza y se encogió. Regresaron las voces, pero él las echó. Se concentraba en la historia. En la simple, pura y hermosa historia que le había salvado de la locura. Y rezó a un Dios al que nunca había hablado para que Scully volviera, lo más rápido posible. Ella tenía que salvarlo una última vez. Tenía que salvarle de ese infierno para que pudieran combatir a más dragones, vivir más aventuras e incluso quizá encontrar a su hermana, porque ellos se lo merecían, y porque él lo deseaba más que nada en el mundo. Ella tenía que salvarle. Tenía que hacerlo, porque el final tenía que ser feliz. Las mejores historias siempre acababan con “y vivieron felices para siempre”. ¿No?

FIN

Página de fanfics de Trixie: http://www.geocities.com/Area51/Comet/3360/xfilesfic.html