Disclaimer: los expedientes X y sus personajes le pertenecen a la Twenty Century Fox, a 1013 y a Chris Carter

Tipo: RMS, ANGST, post All Things y Post Réquiem

Nota de la autora: para leer esta historia tienen que haber visto réquiem para poder entenderla y el final esta basado en un spoiler que leí de la octava temporada

Agradecimientos: como siempre quiero agradecer a mi amiga Salo que me aguanta mi locura por los X files, a Carla por publicar mis relatos aun cuando a veces van con algunos problemas.

Feedback: claro que si me muero de ganas de saber que opinan de mis relatos así que escríbanme. yure76ARROBAhotmail.com


Desperté completamente desorientada, no sabía donde esta ni que hora era. Lentamente me quite la manta que me cubría, me restregué los ojos y finalmente comprendí donde estaba. Era el departamento de Mulder, me percate que estaba allí al oler la manta, ese olor tan característico de Mulder, supuse que me había quedado dormida mientras conversábamos, ¿pero cuanto hacía de eso? Me pregunte y finalmente me puse de pié.

Camine hacia la cocina y mire el reloj, eran las 2.30 de la madrugada, estaba a punto de llegar a la cocina cuando me detuve frente a la habitación de Mulder. La televisión estaba prendida por lo que supuse que el estaría despierto, pero no era así, se había quedado dormido con la televisión prendida, se veía tan lindo durmiendo, parecía un niño y parecía estar finalmente en paz, sus demonios que lo perseguían incansablemente, parecían haberse olvidado de él por un momento. Me acerque a él aprovechando que estaba descalza, para no despertarlo, tome el control remoto de la televisión pero en ese instante él se despertó

-¿qué sucede?- preguntó quitándome el control remoto de las manos

- lo siento, no quería despertarte-

- no importa, así que finalmente despertaste bellas durmiente- me dijo en tono burlón mientras se levantaba, llevaba puesto los pantalones del pijama y su infaltable camiseta gris

- si ya desperté y lo mejor será que me vaya a mi departamento- dije mientras caminaba hacia la salida de la habitación de Mulder, pero aún estaba medio dormida y resbale y caí al piso

- parece que un no despiertas del todo- dijo Mulder ayudándome a ponerme de pié

- solo me resbale- dije poniéndome de pié

- te parece si te tomas un café primero antes de irte para que despiertes mejor-

- de acuerdo- dije y fui hasta el sillón de Mulder me puse mis zapatos y luego fui hasta la cocina donde estaba él preparando el café

- lamento haberme quedado dormida en medio de nuestra conversación- dije mientras lo observaba

- descuida solo estabas cansada-

solo asentí, es cierto estaba cansada pero por el hecho de haber dormido poco ese fin de semana sino por el hecho de que me había tenido que enfrentar a una parte de mi pasado que pense que no volvería a enfrentar y tuve que analizar mi presente, pero como le dije a Daniel, si no me hubiese tenido que enfrentar a él no me habría dado cuenta de lo feliz que soy ahora. Sí, soy feliz con esta vida loca y extraña, pero más que nada estoy feliz de estar con él, porque él es la razón de mi vida

- Scully ¿te estas quedando dormida nuevamente?- me pregunto Mulder

-¿que dices?- pregunte saliendo de mis pensamientos

- que si te estas quedando dormida nuevamente, es como la quinta vez que te pido que me pases las tazas- dijo Mulder riendo

- lo siento- dije y le pase las tazas –Mulder tienes leche-

- creo que si, tienes que ver en la nevera-

Abrí la puerta de la nevera, que como de costumbre estaba prácticamente vacía, y afortunadamente encontré una botella de leche ¿pero estará buena?, me pregunte y me acerque la caja a la nariz  pero en ese instante Mulder se dio vuelta para pasarme mi taza con café y derrame toda la leche en mi sweter

- Scully lo siento- dijo Mulder al darse cuenta

- no te preocupes, ¿tienes algo con que secarme?- dije mientras me sacaba la chaqueta que no había alcanzado a mancharse

- espera un segundo- me dijo mientras dejaba las tazas en la mesa de la cocina y buscaba algo con que secarme –aquí tienes- dijo pasándome un paño

-gracias- dije tratando de secarme

- no creo que consigas mucho secándote Scully, te parece si te paso un polera porque te hará mal quedarte con eso mojado-

- esta bien- dije y lo acompañe hasta su habitación, de su armario, después de revolverlo completamente me paso una camiseta gris limpia y planchada

- toma aquí tienes- me dijo pasándomela

- Mulder el gris es acaso el único color con el que te compras camisetas-

- olvidas acaso que soy daltónico, además me gusta el gris, mejor te dejo sola para que te cambies- me dijo y salió de la habitación

Me saque mi sweter y me puse la camiseta de Mulder, tenía su olor impregnado, esa esencia tan típica de Mulder, indescriptible y que nadie más en este mundo tenía, ese olor que me hacía sentirme en las nubes, que me hacía olvidar todo pensamiento racional y me convertía en un ser emocional, como deseaba abrazarle y besarle, decirle lo mucho que representa para mi, que es la razón de mi vida. Pero no tengo el valor necesario. Pense mientras salía de la habitación, allí estaba el sentado en el sillón con las dos tazas humeantes de café esperando por mi. Tenía un nudo hecho en el estomago, estaba demasiado nerviosa y sabía que era ahora o nunca pero ¿me atrevería?

- definitivamente esa camiseta se te ve mejor a ti que a mi- dijo el cuando me vio salir de la habitación

- Mulder por favor si parece que fuera un abrigo para mi- dije sonrojándome, me senté a su lado y tome la taza de café y comencé a beber en silencio, mientras se gestaba una batalla interna entre mi mente y mi corazón

-¿que pasa Scully? ¿te sientes bien?- me pregunto Mulder

- nada, solo estaba recordando lo que me dijo esa mujer a la que fui a ver porque tú me lo pediste-

-¿que te dijo?-

- que cuando uno oculta sus sentimientos, temor, vergüenza o cualquier otro si uno no los deja salir a la larga uno va enfermando-

- y tú ¿crees eso?-

- no lo se Mulder, puede ser, ahora creo en tantas cosas-

- me sorprende escuchar eso de ti Scully-

- bueno Mulder uno siempre oculta sus sentimientos, la sociedad de ahora te obliga a hacerlo, para ser más fuerte y triunfar no debes mostrar lo que sientes o los demás te comerán-

- tienes razón, ocultamos nuestros sentimientos como una forma de defensa-

- y quizás es por eso que enfermamos, luchamos tanto contra lo que es natural que la naturaleza nos castiga por ello y por eso enfermamos-

- quizás, me asombra escucharte hablar así Scully cualquiera diría que no eres tú-

- he cambiado mucho Mulder, al ver a Daniel me di cuenta que no soy la misma que antes- dije y finalmente mi mente gano la batalla y me puse de pie –ya es hora de que me vaya-

- pero si aún no terminas tu café-

- lo se, pero ya estoy completamente despierta- me encamine hacia la puerta –te parece si te entrego la camiseta mañana, mi sweter aun debe estar mojado-

- Claro Scully devuélveme la camiseta cuando gustes ¿te traigo tu chaqueta?-

- por favor- dije mientras me apoyaba en la manilla de la puerta pensando ¿como puedo ser tan cobarde? ¿a que le temo?

- aquí tienes conduce con cuidado y apenas llegues llámame por teléfono para estar tranquilo ¿de acuerdo?- me dijo mientras me ayudaba a ponerme la chaqueta

- esta bien te llamare apenas llegue a mi departamento- dije apenas en un murmullo, sentirlo tan cerca me hace mal ¿o me hace bien? No lo sé, es una mezcla de emociones que no puedo describir

- nos vemos mañana en el trabajo-

- nos vemos- dije saliendo del departamento, pero una fuerza que no se de donde vino me hizo darme vuelta antes que Mulder cerrara la puerta y volví a entrar en el

- olvidaste tu sweter te lo traigo enseguida- dijo él cuando me vio regresar

- no es eso, Fox yo..- dije y tuve que respirar lentamente estaba apunto de hiperventilarme y sufrir un paro cardiaco, no se que fuerza se posesiono de mí pero algo me obligaba a hablar. Antes de continuar lo mire a la cara, su rostro era una mezcla de sorpresa, susto y alegría

- yo recuerdo que una vez me dijiste que yo era tu piedra de tope, que cuando el mundo estaba de cabeza y no sabías en quién confiar, solo había alguien que te decía la verdad y esa era yo, que yo era la única persona en la que podías confiar, que era tu constante-

- si lo recuerdo Scully y has dicho todo lo que yo dije a la perfección y eso que soy yo el que tiene memoria fotográfica- dijo él en tono irónico para ocultar su nerviosismo

- ese no es el punto, esa vez yo te conteste que tú eras mi piedra de tope, mi constante, pero hoy después de haber esta con Daniel me he dado cuenta que no solo eres la constante en mi vida, sino que eres algo mucho más importante que eso, que tú eres la razón de mi vida, que tu lucha es la mía y tú felicidad es mía también y sin ti mi vida no tiene sentido- dije esto ultimo con los ojos llenos de lagrimas y con la voz quebrada, entonces lo abrace rápidamente y cuando lo solté le dije –solo quería que lo supieras- y me encamine hacia la puerta. Mulder no respondió a mi abrazo creo que estaba demasiado sorprendido con mi confesión, pero justo antes de irme reacciono y me tomo del brazo

-Dana- dijo haciéndome girar hacia él, yo estaba con la cabeza gacha tenia vergüenza de mirarle a los ojos

- mírame- dijo tomando mi rostro entre sus manos –me imagino que lo que acabas de decirme debe a ver sido difícil para ti, pero quiero que sepas que hace mucho tiempo que descubrí que tú eres la razón de mi vida, si no te lo dije fue por medio a que no sintieras lo mismo, pero lo se desde hace casi ocho años atrás ese día cuando entraste por primera vez a mi oficina y a mi vida, tu me complementas Dana. También quiero que sepas que la verdad que he estado buscando todos estos años no son extraterrestres, ni fenómenos paranormales, ni conspiradores, la verdad que he buscado toda mi vida es el amor. El amor de hermanos que me arrebataron cuando se llevaron a Samantha y el amor de una mujer que no conocí realmente hasta que te conocía ti, por que tu eres mi verdad y porque te amo- dijo Mulder y me quedo mirando con los ojos llenos de lagrimas, no sabía que hacer, sentía que me derretía entre sus manos, no podía creer lo que había escuchado y solo quería abrazarlo y besarlo, pero no podía moverme, mi cuerpo no me respondía y sentía que el corazón estaba que me explotaba en el pecho.

Mulder me miraba fijamente a los ojos, esperando que dijera algo, pero comprendió con mi mirada que no había nada más que decir, se acerco a mi y me dio el más dulce de los besos que jamás halla recibido, ahora si pense que moriría, apenas pude contestar a su beso

-¿que pasa?- me pregunto dulcemente -¿tienes miedo no es así?- me pregunto leyendo mi mente

Yo solo asentí, tenía miedo pero no se a que, entonces saque fuerzas de no se donde y le bese, lo bese tímidamente en un comienzo, pero poco a poco se fue convirtiendo en un beso mas apasionado. Mulder me abrazó fuertemente y me levantó, ya que por mi diminuta estatura le debe haber sido incomodo estar agachado besándome. Abrazada me llevó primero hasta el sofá, pero de pronto cambió de rumbo y me llevo a su alcoba. Apenas llegamos me saco la chaqueta y nos quedamos mirando, en ese intercambió de miradas nos dijimos lo que nos daba miedo expresar con palabras. Nos besamos nuevamente, pero esta vez el beso fue más apasionado que el anterior, habíamos llegado a un punto donde no podíamos dar vuelta a atrás y que los dos habíamos esperado secretamente por mucho tiempo. Me quedo mirando nuevamente como pidiéndome permiso para seguir adelante, yo solo lo abrace y comencé a quitarle su polera, mis manos tiritaban sin cesar, él comenzó ha hacer lo mismo suavemente me quitó la polera que llevaba puesta y el contacto de sus dedos con mi piel era como descarga eléctrica que recorría mi cuerpo entero haciéndome sentir más viva de lo que me he sentido jamás en mi vida. De pronto note que él también tiritaba, he ahí ambos cerca ya de los cuarenta años muertos de susto frente a algo por lo que habíamos esperado durante tanto tiempo, parecíamos dos adolescentes que aprovechan que sus padres no están para hacer el amor a escondidas, nos miramos fijamente a los ojos y no pudimos evitar una risa de complicidad, como de dos niños pequeños cuando se ponen de acuerdo para hacer algo que les esta prohibido. Nos abrazamos, en un abrazo tan estrecho que nos volvimos uno y estuvimos así no se cuanto tiempo, hasta que caímos lentamente a la cama entre besos.

Desperté al amanecer y lo primero que hice fue abrazarle, ya no éramos Dana Scully y Fox Mulder dos compañeros de trabajo éramos mucho más que eso, siempre lo hemos sido, pero ahora éramos uno solo tanto física como espiritualmente. El amor que habíamos escondido durante tanto tiempo al fin había logrado salir y nos habíamos amado esta noche como si el mundo estuviera próximo a acabar, sin miedo, sin vergüenza, nos amamos como dos almas que estás predestinadas a estar juntas toda su vida, todas sus vidas. Porque sin él no soy nada, porque me hace sentir que soy la mujer mas afortunada del mundo y la mas feliz que existe.

Pero otra vez mi parte racional comenzó a funcionar, como a él lo atacan sus temores y fantasmas a mi me ataca mi racionalidad, un temor sin fundamentos me invadió de pronto, no ha que lo hubiésemos hecho fuera un error, si no a lo pudiese pasar después a lo que nos dirían nuestros superiores si se enterar, como lo utilizarían nuestros enemigos si lo supieran, millones de ideas catastróficas cruzaron por mi mente y decidí huir, necesitaba respirar para poder poner mi mente en orden.

Me levante lenta y cuidadosamente para no despertarle, me tenía abrazada fuertemente como temiendo a que me fuese ir y no quería dejarme, pero lo conseguí,

 

 

 

 

 

el dormía completamente feliz, hasta parecía que sonreía mientras dormía como si recordara lo que habíamos hecho horas atrás, ese pensamiento me hizo sonrojarme y ponerme en movimiento nuevamente. Mientras me vestía lentamente en el baño

 

 

 

 

 

 

 

mirándome al espejo y pensando en lo mucho que había cambiado mi vida en menos de 72 horas, nuevamente me atacaron mis temores

y decidí ir en busca de mi chaqueta,

al verle en la cama durmiendo tan

feliz y abrazando la colcha que al

parecer abrazó al no sentirme a su

lado, paso por mi mente la idea de

volverme a meter en la cama con

él pero me contuve y finalmente

salí del departamento.

Me subí a mi auto y deambule por la ciudad hasta que se hizo de día, luego me fui a mi departamento tome una ducha lo suficientemente larga como para poner todas mis ideas en orden, me puse uno de mis trajes habituales de trabajo y arme de valor para ir a la oficina y enfrentarle. Tenia miendo de que estuviera enojado conmigo, que no perdonara el haberme ido sin despertarle pero debía enfrentar este temor, porque no estaba dispuesta a dejar que me ganara, ya he sufrido lo suficiente y creo que me merezco ser feliz.

Llegue a la oficina y me sorprendió no encontrarle en ella, me senté en su silla buscando en mi mente las palabras exactas para explicarle la razón de mi huida y un pensamiento estúpido cruzo mi mente, no usamos protección cuando hicimos el amor pero enseguida recordé que no tenía porque preocuparme, había olvidado que no podía ser madre porque soy estéril, una tristeza enorme invadió mi alma al recordar a Emily.

 

 

 

 

Pero salí abruptamente de mis pensamientos al escuchar abrirse la puerta de la oficina. Era él.

Mi corazón latía mas rápido de lo permitido, quería tirarme a sus brazos y pedirle perdón por haberme ido de esa manera, pero lo único que pude decir fue

- buenos días Mulder-

No me contesto, en su mirada y forma de caminar note que estaba dolido por mi huida, vi su pena y temor. Creo que temía a que no le amara de la misma forma en que él lo hacía o que me hubiese arrepentido de lo sucedido

- Mulder yo..- comencé a decir pero él me interrumpió bruscamente

-no sigas por favor, ya se lo que vas

a decir y no quiero escucharlo, solo

olvidemos lo que sucedió anoche para

no hacernos mas daño- dijo con una voz

llena de dolor, de pena, como nunca lo había

escuchado hablar antes.

-¿crees que me arrepiento? Pues no lo hago Mulder, tuve miedo sí, no te lo puedo negar. Por eso me fui anoche, necesitaba pensar aclarar mis ideas, estar segura que estoy dispuesta a afrontar lo que sea que venga por delante- 

-¿y ya lo pensaste? ¿no te arrepientes?- mientras hablaba estaba en extremo nervioso se quito la chaqueta y se paseaba por la oficina

- si ya lo pense- dije y me acerque a él –y no me arrepiento, anoche fui la mujer mas feliz de este planeta y creo que ambos hemos sufrido demasiado como para no darnos una oportunidad de ser felices y se que a tú lado esta mi felicidad no importa lo que tenga que pasar ni lo que me digan los demás-

- cuando desperté y no te vi a mi lado pense que te habías arrepentido y habías decidido marcharte. No sabes lo mal que me sentí, pense en irte a buscar a tu departamento a pedirte explicaciones, me estaba volviendo loco. Por primera vez en mi vida abría mi corazón como nunca lo había hecho y pense que me habías traicionado, que solo necesitabas estar con alguien esa noche y que confundiste amor con amistad. Te busque por todo Washington hasta que finalmente me hice a la idea de que había sido un error y vine a la oficina- me dijo con los ojos llenos de lagrimas

- Mulder por Dios como pudiste pensar eso- dije acercándome y acariciándole suavemente el rostro

- no podía dejar de pensar que tú nunca me dijiste que me amabas-

- te lo dije durante toda la noche- conteste mirándole a los ojos

- no con palabras-

-¿y es que necesitas escucharlo?-

- necesito que me lo digas-

- Pues te amo Fox Willian Mulder- dije mientras le abrazaba -como nunca pense que podría amar a alguien, te amo de una manera muy especial que no puedo describir con palabras, va mas allá de lo físico de lo emocional- me acerque más a él y le susurre al oído

 

 

 

 

 

–te amo por todo lo que representas en mi vida, porque tu me das la fuerza para seguir adelante, porque tu me enseñaste a amar de la manera mas pura que se puede amar, por ser como eres. Te amo- dije y lo bese dulcemente

- y yo a ti- dijiste mientras me abrazabas fuertemente

 

 

 

 

 

Y aquí estoy ahora tendida sobre su cama, nuestra cama, abrazada a la polera gris que llevaba esa noche, llorando como un niña pequeña, echándole tanto de menos que me duele, me duele estar aquí y recordar sus caricias y sus besos, pensar que no se donde esta y no saber si esta bien o mal, si esta vivo o muerto, si me recuerda.

Desesperada por no poder salir a buscarle, por no saber por donde comenzar a hacerlo, por no haberle impedido regresar ese día a ese pueblo. No se que hacer y temo que todos le olviden y a pesar que los chicos y Skinner me dan animo y me ayudan de una forma u otra a tratar de encontrarle, me da miedo que los demás se olviden de él. La desesperación me invade por momentos y creo que pude haber echo algo para impedir que desapareciera, me cuestiono día tras día y hora tras hora que pude haber hecho. Ahora comprendo lo atormentado que vivía cuestionándose que pudo haber hecho algo para impedir que se llevaran a su hermana. La desesperación de no encontrarle, de tener que vivir mi vida sin él es tan grande que hasta he pensado en quitarme la vida. Si lo admito sin vergüenza, cuando pienso en mi vida sin él, estoy segura que es mejor no vivirla, porque sin él mi vida ya no es vida, es una sucesión de minutos, horas y días sin sentido, por él es quién le da sentido a mi vida. Pero como siempre encuentra la forma de hacerme seguir adelante, de darme ánimos aun cuando estoy destrozada, me hace sacar fuerzas de la flaqueza y seguir adelante.

Y como no lo voy a hacer si me ha hecho el regalo mas maravilloso que se puede dar, no solo me ha dado amor, sino que me ha regalado la vida, más bien dicho una vida fruto de ese amor. Me ha regalado lo que pense que jamás tendría, me ha regalado un hijo, un hijo que es la luz en medio de la oscuridad que me invade al no tenerte, que me hace desistir cuando pienso en quitarme la vida, porque no seria justo arrebatarle la vida a este hijo que espero fruto de nuestro amor. Pero el destino, nos ha vuelto a jugar una mala pasada y ha hecho que el día mas feliz de mi vida, cuando me entere que sería madre, a pesar de todo lo pronosticada. Tú mi amor desapareces, una fuerza extraña quiso que no compartieras mi alegría y convirtió esas lagrimas de alegría que brotaron en un comienzo en amargas lagrimas de dolor al saberte desaparecido.

Y aquí estoy sola, tendida en nuestra cama abrazada a tu polera y acariciando mi vientre que guarda el mas grato de los recuerdos que pudiste haberme dejado, pensando en que pronto regreses y estés conmigo ahora que mas te necesito.

Aquí estoy sola, soñando con tus besos y caricias esperando despertarme y encontrarte a mi lado, abrazada a ti y esperar a que despiertes para besarte como no lo hice aquella noche, donde por fin nos confesamos nuestro amor, porque mi mente racional hizo que me invadiera el miedo y no disfrute el poder despertar contigo.

Aquí estoy sola y mi mente racional me ataca nuevamente y me hace ver que mañana no despertare contigo a mi lado abrazándome y besándome, sino que despertare sola únicamente abrazada a un recuerdo, a tú polera y a nuestro hijo. Y lloro amargamente como una niña pequeña y creo que pronto ya no me quedaran lagrimas para seguir llorando porque no estas a mi lado.