Nombre del Fanfic: Never be the same again

Capitulo: V

Autor: Lourdes B

Dedicado a: A todos las que lo lean

Clasificacion: Arcadia's Dream

Romance

Angst / Drama

Fanfic: IOWA 1.00 p. m.  
 
Mulder y April regresaban a la oficina de ésta luego de reunirse por fin con el informante, se sentían bastante más animados, con la información que éste les había dado pronto tendrían al Agente infiltrado tras las rejas, pero primero, harían que los guiara hasta los delincuentes con los que trabajaba. 
 
A: Nos ha ido bastante bien hoy, ¿no te parece, Fox? 
M: Si, eso creo, si tu informante no nos engañó pronto cerraremos este caso – April lo miró con desilusión. 
A: Pareces ansioso por terminar. 
M: Y lo estoy, sería bueno cerrar el caso de una vez, ya llevan casi un año tras esos delincuentes. 
A: ¿Estás seguro que es sólo por eso que quieres terminar aquí? 
M: ¿Y por qué otra cosa querría si no? 
A: No sé, tal vez quieras volver a Washington por la Agente Scully – le dijo como tanteando el terreno. 
M: April, por favor, no empieces otra vez con eso, ya te dije que sólo somos amigos, además, ella está muy bien acompañada ahora, no necesito preocuparme por su seguridad – el tono de su voz desmentía lo que decían sus palabras, y la Agente Davis lo notó. 
A: Si tú lo dices… 
M: Vamos, April – le dijo mirándola de manera seductora – te invito a almorzar ¿Qué dices? – ella lo miró sorprendida por el cambio, era la primera vez que la miraba así. No lo dudó un segundo. 
A: Será un placer, además, muero de hambre – salieron del despacho riendo. 
 
 
Restaurante 35 minutos más tarde 
 
Los agentes estaban sentados disfrutando su almuerzo, estaban charlando y riendo divertidos. 
 
A: ¡¡De verdad que esas cosa sólo te pueden pasar a ti, Fox!! – le dijo riendo. 
M: No es mi culpa ser propenso a los accidentes – le dijo con cara de ofendido. 
A: Bueno, pero es que es tan gracioso… - en ese momento sonó el móvil de ella – Agente Davis – contestó con tono molesto por la interrupción, pero en seguida su tono cambió a uno mas sumiso y de preocupación – Si, señor, no se preocupe, estaremos allí en seguida – colgó y se dirigió a Mulder – Era mi superior, parece que ha surgido algo y tenemos que estar en la oficina en seguida, tenemos que irnos. 
 
Mulder pidió la cuenta mientras ella se adelantaba a ir hasta el coche, enseguida la alcanzó y partieron hacia la oficina con rapidez. 
 
Cuando llegaron al despacho de April, el informante de ésta los estaba esperando, algo debía haber sucedido para que se arriesgara a ir hasta allá. 
 
 
Lugar desconocido en las afueras de Iowa 1.30 a. m. 
 
El informante les había dado el nombre del Agente infiltrado, según lo que les dijo, habían querido asesinarlo, y aceptó decirles todo lo que sabía a cambio de protección. 
El operativo de captura estaba ya en marcha, desde la tarde dos Agentes habían vigilado la casa del tipo, hacía una hora que había entrado y no había vuelto a salir. 
Mulder se encontraba junto a April y otro Agente de nombre Roberts, esperando la señal de acción, cinco minutos después el Agente Roberts, abrió la puerta de la casa de una patada. El tipo, que se encontraba sentado frente al televisor, se puso de pie de un salto. 
 
A: ¡¡Quieto, FBI, las manos arriba!! – gritó apuntándole con el arma. Mulder, que estaba detrás de ella no alcanzó a ver a otro hombre que se le venía encima y lo derribaba con un golpe en la cabeza, para después salir corriendo. 
R: ¿Se encuentra bien, Agente Mulder? – le preguntó mientras lo ayudaba a levantarse, April ya había esposado al otro y lo llevaba hacia fuera de la casa. 
M: Si, sólo fue un golpe, no lo vi venir – se puso de pie y salió corriendo detrás del delincuente. Cuando llegó a la esquina miró en ambas direcciones y lo divisó más o menos a cincuenta metros. Empezó a correr más rápido por los callejones, esquivando los tachos de basura, hasta que finalmente le dio alcance cuando el delincuente trataba de trepar un alambrado. 
Mulder lo tomó por los tobillos y tiró de él hacia abajo, hasta que cayeron los dos al piso, el otro se levantó primero y lo pateó en el estómago, Mulder lo agarró del pantalón y lo derribó, se puso de pie buscando su arma que se le había caído durante el forcejeo, mientras miraba para todos lados, el tipo se le vino encima y comenzaron a pelear, finalmente el Agente encontró su arma y logró apuntarle con ésta, cuando ya lo tenía esposado, April y el Agente Roberts llegaron corriendo al lugar. 
 
A: ¡Fox! ¿Te encuentras bien, estás herido? – se veía muy preocupada. 
M: No, nada de que preocuparse, llevemos a esta mal nacido a donde debe estar – el tipo se sacudió y Mulder hizo una mueca de dolor. 
A: Tienes que ir al hospital a que te revisen por lo menos, deja que el Agente Roberts se ocupe de esta escoria. 
M: Esta bien – dijo con gesto derrotado – Iré al hospital, tú ve a interrogar al otro tipo, tu trabajo todavía no ha terminado. 
A: Ni lo sueñes, yo iré contigo. 
M: Pero… 
A: No discutas, ya está decidido – volviéndose hacia Roberts – Encárguense de esos dos, yo llevaré al Agente Mulder al hospital, nos vemos después. 
Mulder sacudió la cabeza con resignación, era tan obstinada como Scully, ella creía que debía verlo un médico y nada la haría cambiar de opinión. 
 
Hospital 45 minutos más tarde 
 
La agente Davis se paseaba de un lado a otro de la sala de espera, a Mulder lo habían llevado para hacerle unas cuantas radiografías, pero el médico le había asegurado que era sólo por precaución, que lo más seguro era que no tuviera nada roto.  
La inquietud de April era otra, el trabajo de Mulder era ayudarla a descubrir al traidor, y ahora que eso ya estaba hecho, nada lo retenía allí. Se sentía desilusionada de que tuviera que irse justo ahora que parecía mostrar algo de interés en ella, aunque tal vez eso fuera lo mejor, por más que él lo negara, estaba segura de que sentía algo por su compañera, y ella no quería salir lastimada. 
La voz de Mulder la sacó de sus cavilaciones. 
 
M: April, ya podemos irnos. 
A: ¿Qué ha dicho el médico? – lo observó un momento, tenía un aspecto terrible. 
M: Que no son más que magulladuras y raspones, que me dolerá todo el cuerpo durante un par de días, pero eso no hacía falta que lo dijera, ya lo sé perfectamente – le dijo con una sonrisa cansada. 
A: Me alegro mucho, Fox, estaba muy preocupada. 
M: No tenías por qué, te dije que no era nada. 
A: Si, lo se. ¡Ah, se me olvidaba! Ya le he avisado a Skinner, le dije que todo estaba bien, que sólo te iban a hacer una radiografías. 
M: April, son casi las dos de la mañana, seguro lo has despertado – le dijo divertido. 
A: Tranquilo, me lo ha agradecido, también le dije que tu trabajo aquí ya está hecho y que has sido de mucha ayuda, así que cuando quieras podrás volver a Washington – Mulder notó el tono triste de su voz. 
M: April, yo… 
A: Vamos, te llevaré a tu hotel. 
 
 
Muder agradeció que ella lo cortara, porque no habría sabido que decirle. En silencio salieron del hospital. 
 
 
 
North Caroline 9.00 p. m.  
 
Scully estaba en la cafetería desayunando mientras esperaba a Julian, parecía que tenían una pista sobre el caso, esperaba que fuera algo seguro, ya la estaba cansando que la investigación no avanzara, tenía que reconocer que trabajar con Mulder en esos casos extraños era mucho más sencillo, él siempre tenía alguna teoría, pero ahora él no estaba ahí, estaba con April, y ella era perfectamente capaz de resolver ese caso con la ayuda de Julian. Cómo si lo hubiera llamado con el pensamiento, el Agente entró a la cafetería y se acercó hasta donde estaba ella. 
 
J: ¡Buenos días, Dana! – le dijo sonriente. 
S: ¡Buenos días! – lo miró embobada ¡Dios, qué sonrisa tenía ese hombre! 
J: Si ya terminaste tu desayuno, propongo que salgamos lo antes posible – el móvil de Scully sonó antes de que ésta pudiera responderle. 
S: Scully. ¡Buenos días, señor! Si parece que tenemos algo. Espero que pronto podamos cerrar este caso. Si, señor, por supuesto, pero usted no me llamaba por eso ¿verdad? – conocía a su jefe y él sabía que si había algún problema ella lo llamaría. De repente se puso pálida - ¿Cómo? Pero, ¿se encuentra bien? ¿Aun esta en el hospital? Sí, señor, muchas gracias por avisarme, ya lo llamaré yo. Que tenga buen día. – colgó, pero en seguida empezó a marcar un número, con el móvil pegado a la oreja no dejaba de tamborilear los dedos sobre la mesa. 
 
J: Dana, ¿qué sucede? Te has puesto pálida. 
S: Es Mulder, anoche un delincuente lo golpeó mientras lo perseguía. 
J: ¿Y se encuentra grave?  
S: Skinner me ha dicho que no, pero quiero hablar con él – Julian la miró extrañado. 
J: Bueno, pero si está bien podrías llamarlo más tarde, seguramente esta descansando y nosotros tenemos trabajo que hacer – dijo sin disimular el disgusto que le causaba la preocupación de ella por el otro Agente. 
S: Tú no conoces a Fox Mulder, él es incapaz de quedarse en la cama – le dijo con algo de frialdad – Lo siento, Julian, él es más que mi compañero, es mi amigo, y quiero saber cómo se siente. 
 
Si decir una palabra más, se levantó y se dirigió hacia la salida, con el teléfono pegado todavía a su oído. “¡Demonios, Mulder, contesta el maldito teléfono!”, repetía para si misma. Tal vez Julian tenía razón y Mulder estaba descansando, esperaba que así fuera. 
 
 
Iowa hotel misma hora 
 
Mulder salió de la ducha, se vistió y se dispuso a preparar su maleta, en eso estaba cuando golpearon a la puerta de su habitación. Abrió y del otro lado se encontró con la Agente Davis. 
 
A: ¡Buenos, días, Fox! – tenía aspecto cansado y tal vez algo más. 
M: ¡Buenos días! ¿Te encuentras bien? Te ves cansada. 
A: Si, sólo es eso, me pasé buena parte de la noche en el interrogatorio. Viene a ver como estabas, ¿te encuentras mejor? 
M: Si, gracias, me siento mucho mejor, pasa, estaba empacando – se hizo a un lado para que ella entrara, por lo que no vio su gesto desilusionado. 
A: ¿Crees que ya te sientes lo suficientemente bien como para soportar el vuelo hasta Washington? – le preguntó mientras se acercaba y examinaba de cerca una herida que él tenía en la frente. La acarició suavemente con el dedo. Estaba demasiado cerca y Mulder cada vez se sentía más incómodo. 
M: April… - ella no lo dejó terminar y posó sus labios suavemente sobre los de él, Mulder la apartó con delicadeza. 
M: Lo siento, si te di una impresión equivocada, perdóname, eres una mujer muy atractiva, pero yo… 
A: La amas a ella, lo sé – le dijo con tristeza – No te preocupes, lo entiendo, aunque creo que sería mejor que me marchara ya – de repente, la joven observó que él se tambaleaba y se apresuró a sostenerlo, él era mucho más alto que ella, así que como pudo lo codujo hasta la cama y lo recostó, justo en ese momento el teléfono de la habitación comenzó a sonar. – Yo atiendo, tú quédate donde estás. – Levantó el tubo mientras le dirigía una mirada de advertencia - ¡Diga! ¡Oh! ¡Buenos días Agente Scully! Sí, está aquí, ¿quiere que le de algún mensaje? Es que no se encuentra del todo bien, está descansando – Mulder ya se había incorporado en la cama y le quitó el tubo. 
M: ¡Hola, Scully! - miró a April un tanto molesto. 
S: ¡Hola! – Le dijo ella con tono seco - Sólo te llamaba para saber como estabas, Skinner me llamó hace unos minutos y me dijo que habías estado en el hospital No contestabas el móvil – su voz reflejaba enojo y preocupación en partes iguales. ¿Por qué estaba April en la habitación de él a esa hora de la mañana? 
M: Lo siento, me estaba duchando. Estoy, bien, sólo fueron unos raspones y unos cuantos golpes. 
S: Podrías haberme avisado, Mulder, y ya que te encuentras tan bien ¿Por qué la Agente Davis no me quería pasar contigo? ¿Acaso interrumpí algo? – ya no podía ocultar para nada su enfado 
M: Sólo tuve un mareo y ella pensó que sería mejor que no me moviera, ¿por qué estás molesta? Si mal no recuerdo, tú ni siquiera contestaste cuando yo estaba preocupado por ti, y además tuve que enterarme por Skinner que tenías un compañero temporal y cada vez que te llamo me dejas hablando solo porque Julian te necesita – le reprochó con el mismo enfado. 
S: Estoy investigando un caso, uno de tus Expedientes X, ¿Qué quieres que haga? ¿Qué le diga a Julian que trabaje solo mientras pierdo el tiempo al teléfono contigo? – casi le gritaba. 
M: ¡Pues yo también estaba trabajando! ¿Querías que te despertara a las 2 de la mañana para decirte que estaba bien? La última vez que lo hice insinuaste que mis llamadas te molestaban – le dijo con rencor. 
S: ¡¡Me molesta que me llames para nada, pero me hubiera gustado que me llamaras anoche, era algo importante y me dejaste al margen, como en tantas otras ocasiones!! – le dolía que otra mujer ocupara su lugar, ella siempre lo cuidaba en momentos como esos. 
M: ¿Qué es lo que de verdad te molesta? Ya no te entiendo, tal vez deberías decirme más claro cuando te molesto y cuando no, porque soy un poco lento y me cuesta comprender – sus palabras estabas cargadas de ironía. 
S: ¿Sabes qué? Deberían haberte golpeado la cabeza con más fuerza, ¡tal vez así se te acomodaban las ideas! 
M: Pues no tuviste esa suerte, sigo siendo tan idiota como siempre, y vas a tener que seguir soportándome – le dijo con tono dolido. 
S: No si yo no quiero, Mulder, no lo olvides. 
M: ¡Oh! Jamás se me ha olvidado que trabajar conmigo es una tortura para ti, pero no te olvides tú que eso tiene solución, yo me las puedo arreglar solo. 
S: ¿Si? ¡Me alegro, puede que un día de estos tengas que hacerlo! - le contestó con rabia y sin decir más le colgó. 
M: ¡Pues lo hacía muy bien antes de que tú llegaras! – le gritó al teléfono un segundo antes de darse cuenta de que ella ya no estaba del otro lado. 
Se quedó mirando el aparato con tristeza y rencor a la vez ¿En qué momento habían dejado de ser dos personas que se entendían a la perfección sin palabras y se habían convertido en dos desconocidos que ni siquiera podían hablar por teléfono sin discutir? Se pasó una mano por el cabello en un gesto de desaliento. 
 
A: Fox, ¿está todo bien? – la voz de April lo sacó de sus pensamientos, se había olvidado de ella por completo. 
M: Si… no… en realidad no lo sé, April, pero lo voy a averiguar – y con gesto decidido se levantó de la cama. 
 
 
Scully cerró el teléfono con más fuerza de la necesaria, ¡estaba tan enfadada! Ella había llamado llena de preocupación para encontrarse, no sólo con que él estaba en perfecto estado de salud, sino que además, disfrutaba de los cuidados de la bella April. Y pensar que casi le había ladrado a Julian cuando le dijo que podía esperar para llamarlo, que tenían trabajo. ¡Maldito Mulder y su estúpida April! “No los maldigas a ellos, tú tienes la culpa, Dana”, se regañó mentalmente, y era la verdad, era culpable de sentir por su compañero cosas que no debía, sabiendo que él ni siquiera la tenía en cuenta como mujer, durante mucho tiempo había esperado secretamente que Mulder se fijara en ella de ese modo, pero ya era tiempo de tratar de olvidarse de él, no era el único hombre en el mundo, había muchos otros, y uno muy atractivo en particular que la miraba con un deseo que le recordaba que estaba viva, que era una mujer joven y que tenía mucho para ofrecerle a un hombre. Si. Había llegado el momento de dejar de soñar con lo que no podía tener. 
Se giró y se encontró con la mirada expectante de Julian. 
 
J: ¿Algo va mal? – preguntó al ver su ceño fruncido. 
S: No, todo está en orden – contestó con una sonrisa embobada que no era propia de ella. 
J: Entonces supongo que lograste hablar con tu compañero. ¿Se encuentra bien? – el rostro de ella se tornó serio de nuevo. 
S: Si, muy bien, de hecho, mejor de lo que esperaba – su tono de voz dejaba ver que eso la molestaba. 
J: ¿Segura? – insistió al notar su cambio de actitud. 
S: Por supuesto, pero no perdamos más tiempo hablando de Mulder, tenemos trabajo que hacer – la sonrisa había vuelto a su rostro y esta vez era más seductora todavía. 
Julian se sentía atraído por ella, no era tonta, lo había notado, y a ella le gustaba mucho su nuevo compañero, “¿Quien sabe?” se dijo para sus adentros, “Tal vez tenga suerte con él”, y sin dejar de sonreírle se subió al coche y partieron los dos rumbo a la estación de policía. 
 
 
Estación de policía cuatro horas más tarde 
 
Los dos Agentes se encontraban sentados uno frente al otro, estaban agotados de tanto leer, se habían pasado la mañana revisando todo lo referente al caso que tenían y estaban tan estancados como al principio, no tenían nada. 
Scully se quitó las gafas y se frotó la nariz, además de estar cansada, estaba tensa, todo el tiempo Julian había estado dirigiéndole miradas insinuantes y sonrisas, cada vez que ella levantaba la mirada de los expedientes se encontraba con los ojos azules de él que la miraban con una mezcla de deseo y admiración, lo que la hacía sentirse nerviosa y a la vez excitada, y por si fuera poco, un par de veces se habían rozado al moverse para tomar algo del mismo archivador, haciendo que a ella se le erizara la piel. 
¡Dios! ¿Qué estaba haciendo? Ella no coqueteaba con los hombres tan abiertamente. “¿Y por qué no? Después de todo, no estoy haciendo nada malo, soy una mujer libre.”, se dijo. Se frotó el cuello con cansancio y lo miró. 
 
S: Me muero de hambre ¿Qué te parece si dejamos esto por un rato y vamos por el almuerzo? – le pregunto sonriendo, parecía que no podía dejar de hacerlo. 
J: Me parece perfecto, yo también tengo hambre, y no creo que esto se vaya a ir a ningún lado. 
S: Entonces vamos – ambos se pusieron de pie y ya se disponían a salir cuando el alguacil entró en la oficina. Se veía emocionado. 
Al: Agentes, parece que al fin esto se va a acabar, atraparon a un tipo y esta vez con las manos en la masa. 
S: ¿Quiere decir que no hay duda, es el culpable? 
Al: Todo indicaría que si, ya que estaba en el lugar del hecho con una mujer drogada, aun no había alcanzado a arrancarse los ojos, pero parece que se lastimó mucho intentándolo. Un vecino escuchó los gritos de la mujer y nos llamó. 
J: Bueno, ¿y dónde está el tipo ahora? – preguntó Julian impaciente. 
Al: En diez minutos estará en la sala de interrogatorios, listo para que usted lo haga hablar. 
S: Supongo que la víctima estará en el hospital. 
Al: Así es, Agente Scully, le dijo al oficial que la interrogó que no tenía idea de lo que estaba haciendo con ese tipo, pero si quiere puede verla, tal vez usted logre que recuerde algo. 
S: Eso haré, mientras el Agente Mc Kenzie interroga al sospechoso. Además quiero ver los análisis de toxicología. Nos vemos más tarde Julian – le dijo. Parecía que el almuerzo tendría que esperar. 
 
 
Casablanca Motel 10.00 p. m.  
 
Scully se encontraba es su habitación repasando el informe del caso, se sentía muy cansada, pero por fin lo habían resuelto, y no tenía nada de Expediente X, era simplemente un loco con algún trauma infantil que drogaba a sus víctimas con un poderoso alucinógeno para poder inducirlas a hacer lo que él quisiera, en este caso, arrancarse los ojos ellas mismas. Cerró su computadora portátil y se disponía a prepararse para dormir cuando llamaron a la puerta. Abrió y allí estaba Julian, con dos copas y una botella de vino en las manos. 
 
J: ¿Puedo pasar? – Dijo mientras levantaba las manos mostrándole lo que traía – Creí que podríamos festejar que hemos hecho un buen trabajo. 
S: Seguro, pasa, me vendrá bien una copa, necesito relajarme - y de verdad le hacía falta, su proximidad hacía que todos los músculos del cuerpo se le tensaran. Julian descorchó la botella de vino y sirvió dos copas, le entregó una a ella y levantó la suya en señal de brindis. 
 
J: Por nosotros, porque formamos un buen equipo – le dijo mirándola con una expresión intensa en sus ojos azules. 
S: Si, lo somos – dijo ella levantando también su copa con sus ojos clavados en los de él. 
Se sentaron en el sofá que había en la habitación, era muy pequeño, así que sus muslos se tocaban, ella estaba contándole una historia graciosa, él estaba muy cerca, la miraba fijamente sin apartar los ojos de su rostro, de repente ella se quedó callada y lo miró. 
 
S: ¿Qué? ¿Por qué me miras así?  
J: Porque eres hermosa, Dana, y me gustas mucho – sus ojos descendieron hasta lo labios de ella mientras se acercaba lentamente, hasta que finalmente la besó, un beso suave, explorador, ella se quedó quieta durante un momento sin saber como reaccionar, hasta que comenzó a sentir su lengua contra sus dientes y se rindió al placer abriendo la boca para permitirle intensificar el beso, el comenzó a acariciarla por sobre la ropa mientras se ponía de pie obligándola a hacer lo mismo, la atrajo hacia si mientras sus manos rozaban sus pechos, ella gimió y le puso los brazos alrededor del cuello, caminaron sin separarse hasta que se chocaron con la cama y abrazados se dejaron caer en ella.  
 
 
Continuará… 
 

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