fanfic_name = Inocencia

author = Taira

dedicate = a todos quienes creemos en el amor

Rating = O18

Type = Romance

fanfic = Inocencia

 

Prologo

 

Antes de dar inicio al Fic quiero aclarar, que su autoría no me corresponde en forma exclusiva, sino que la comparto con Isabel M. Ameban. Y que todos los personajes aquí nombrados no nos pertenecen, sino que son propiedad de Harmony Gold Co.

 

También quiero agradecer a Skogul, por el intercambio casi “telepático” de ideas y por sus interesantes aportes al fic.

 

Quiero aclarar que esta historia que es protagonizada por Azonia y Khyron, se basa en los capítulos 32 y 36 de la saga Macross y toma como punto de inicio al Fic viñetas letra k mas algunos guiños del Fic Golgran de Skogul (recomiendo leerlos para poder disfrutar mejor la historia).

 

Se centra más en las relaciones interpersonales que en el aspecto militar de la historia. Por lo mismo no ahonda en muchos detalles al respecto Si eres menor de edad, o sencillamente no gustas, te advierto que hay lemon.

 

Antes de comenzar les recuerdo algunos puntos de vista zentraedis:

 

1. No vale la pena arriesgar todo un escuadrón para rescatar a un solo guerrero, no importa cual sea su rango, nadie es irremplazable.

 

2. No esta permitido que hombres y mujeres vivan juntos. Quienes infrinjan esta ley están cometiendo un grave delito.

 

3. No se permite andar con el uniforme si no es de la debida forma.

 

4. todo aquel individuo que es capaz de crear o reparar algo se le considera un maestro de la robotecnia.

 

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Introducción

 

Khyron y sus tropas fueron derrotados por el equipo de rescate, que liberó a Minmei y su primo Kyle. Durante esa batalla, resultó gravemente herida Azonia, siendo rescatada por Khyron, a pesar de ser contra las normas de batalla zentraedi, que rezaban no valía la pena arriesgar a muchos soldados por rescatar tan solo a uno. Sorprendentemente, esta regla básica fue rota por el mismo Khyron, quien dejo a un lado la seguridad del grupo y la suya propia por ir en su ayuda, algo insólito entre los zentraedis y en él mismo, que llevaba el sobrenombre de “traicionero”.

 

Azonia fue llevaba por las meltrans a una sala de curación, donde le atendieron prontamente sus heridas., Posteriormente por orden de Khyron, en lugar de llevarla a su cuarto la trasladaron a las habitaciones de el, debido a que eran mas amplias y más cómodas y permitían cuidar mejor de ella.

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Me enseñaste que abrazado

A tu cintura,

Todo parece una fiesta…

 

Ricardo Arjona

 

Parte I Pureza

 

 

Una vez que Azonia, estuvo instalada en las habitaciones, Khyron fue a verla. Se sentía muy preocupado por ella, ya que por poco la matan y esta perspectiva le hacia bajar un escalofrío desconocido por la espalda, congelándole la sangre, de solo llegar a pensar en esa alternativa.

 

Nunca, desde que la conocía, le había visto de esa forma tan frágil y vulnerable; por el contrario, “frágil y vulnerable” eran adjetivos casi imposibles de asociar con Azonia, pero al verla tan débil, le invadió un deseo intenso de protegerla, sentía fuertes impulsos de estrecharla entre sus brazos y defenderla de todos, aun si en eso se le iba la vida.

 

Azonia dormitaba en la cama de Khyron, pero en cuanto le escucho venir, abrió sus ojos y le pidió que se acercase, el tomo una silla, posicionándose cerca de su rostro y sin decir nada mas, se besaron suave y lentamente, como reconociéndose después de una larga separación pese a que solo habían estado separados un par de horas, lo que duro la atención de las heridas de Azonia.

 

Khyron se recostó a su lado en la cama, teniendo cuidado en como ella se acomodaba sobre él, por no hacerle doler sus heridas y permanecieron acostados, fundidos en un al principio tímido abrazo, pero después se abrazaron con mas propiedad, disfrutando del silencio, del simple placer de estar juntos. Finalmente se quedaron profundamente dormidos.

 

De pronto Khyron se despertó sobresaltado, sabía que no debería estar durmiendo allí junto a ella, sino que debería ir cuanto antes al camarote donde va a descansar esa noche; aunque la verdad es que le encantaría quedarse ahí con ella. Pero sabía que no solo no era correcto, sino que no quería incomodarla ni invadir su privacidad. Rápidamente, se puso en pie para marcharse, y mientras lo hacía, la miraba por última vez antes de irse a dormir, Azonia se despertó cuando sintió que él se estaba levantando.

 

-Khyron…-dijo ella con voz cansada y ojos vidriosos por la fiebre- Por favor, no te vayas, no quiero estar sola esta noche. Me siento muy abatida y no es solo por mis heridas, sino que también por la derrota que sufrimos. Además, me siento muy bien junto a ti y desearía seguir disfrutando de tu compañía.

 

-Sabes bien que no es correcto que yo este aquí contigo a solas; menos aún en estos momentos, y tampoco te quiero molestar con mi presencia. Además, quiero que descanses bien, y para eso tienes que dormir.-le contestó Khyron, sinceramente aunque en el fondo no quería irse de ahí.

 

-Umm lo correcto o lo incorrecto, a quién le importa, ahora.- replicó Azonia mirándolo con expectación, deseando que no se fuera- Por favor, entiende lo que te digo; no quiero estar esta noche sin ti, me siento pésimo por mis heridas y no debo quedarme sola. No quiero que una de las meltrandis me venga a acompañar, no tengo ninguna confianza especial con ninguna de ellas… Estoy disfrutado mucho de estar los dos solos, quiero seguir practicando la demostración.- al decir esto, le guiñó un ojo pícaramente, un gesto extraño en ella y que Khyron atribuyo a la fiebre.

 

-Si eso en verdad deseas…-contestó Khyron con una sonrisa de satisfacción, el también deseaba quedarse junto a ella- Me quedare junto a ti, pero solo por esta noche.- replicó sin mucha convicción - No es bueno que se relaje la disciplina de nuestras tropas, menos en un momento complejo como este y debemos dar el ejemplo. –

Para Azonia, como buen macho que era Khyron, siempre pensaba en todo.

 

Khyron sonrió y se acercó a la cama, donde ella aguardaba tendida a que él hiciera, lo que ella le había pedido, pero cuando vio que se disponía a recostarse junto a ella, sin quitarse siquiera la capa de campaña que le envolvía los hombros, inquirió:

 

-¿De verdad piensas dormir con tu uniforme puesto?-preguntó ella, recordando lo incómodo que era dormir así durante las misiones.

 

-No veo que tenga que hacerlo de otra forma, contigo al lado, en esta cama. Dormir con el uniforme puesto no es algo antirreglamentario.-le contesto Khyron visiblemente azorado, y sin animarse a mirarla a la cara.

 

-Bueno, si yo estoy casi desnuda, apenas cubierta con una camisa de dormir y con vendajes. No veo por qué tú no deberías hacer lo mismo, en lugar de dormir de esa forma tan incómoda.- le respondió Azonia con total naturalidad, ya que no veía malicia, en que Khyron se quitase el uniforme frente a ella.

 

Azonia tenía razón, él llevaba puesto el uniforme y ella tenía solo una camisa bastante sencilla de color blanco y de mangas anchas por sobre las rodillas, que se ataba a un costado con unas tiras, dejando en medio un escote en “V”, lo que en caso de apuro o enfermedad, facilitaba el poder cambiarse con rapidez y sin incomodidad.

 

Khyron sintió un pudor que le hizo hervir las mejillas, algo que pocas veces le había ocurrido; nunca una meltran le ha visto sin su uniforme, incluso considerando que todos ellos habían estado presentes cuando la celebración por haber conseguido recuperar la cámara de conversión de tamaño, donde habían visto a muchos Zentraedi desnudos entrar y salir de ella.

 

Aunque había que admitir que Azonia tenía razón, él la ha visto casi medio desnuda ahora y cuando las meltrandi enfermeras curaron sus heridas, así que tampoco debería sentirse tan avergonzado. Eso terminó por decidirlo y le dio la espalda a ella, quitándose torpemente la ropa por el nerviosismo que sentía, quedando solo en bóxer y la camiseta reglamentaria que todos los Zentraedi llevaban bajo el uniforme. Finalmente se metió a la cama con Azonia, quien durante todo el proceso, estuvo mirando hacia otro lado, sin atreverse a mirarla directamente a la cara.

 

“Qué diferente me siento estando así…” pensó para sus adentros Khyron. El corazón le latía con fuerza, de la emoción que no podía evitar al sentir, casi piel con piel, con muy poca ropa de por medio.

 

Los dos solos nuevamente, después de tanto tiempo. A pesar de todo lo malo que les había ocurrido, desde que se reencontraron-gracias a la ineptitud de Breetai-.El se encontraba feliz de estar otra vez junto a ella y esta vez no estaba dispuesto a que los separen como les ocurrió en el pasado, hacia ya mucho tiempo atrás…

 

Todo le causaba una gran conmoción; el tacto de la suave piel de Azonia, sus besos, sus dedos curiosos que le revolvían el cabello… le hace sentir emociones que antes experimento, y creyó nunca mas volver a experimentar. Claro que nunca antes lo había sentido con esa intensidad que parece lo estuviesen quemando por dentro, concentrando el fuego en su entrepierna.

 

Por su lado Azonia, también estaba disfrutando de estar con Khyron, le encantaba sentir su respiración, sus besos, el roce de su piel con la suya, los besos que cada vez eran más profundos y que ya se aventuraban más allá de la boca, recorriendo sus sienes, el cuello… Le hicieron recordar, emociones que ya hacia mucho no sentía y que creía eran parte de un lejano y olvidado pasado… hasta que al recordar ese hecho en concreto, sin saber el motivo, un escalofrío de emoción, le recorrió la espalda. Pero rápidamente desechó esos pensamientos, concentrándose, en disfrutar de los besos y las caricias que le estaba brindando Khyron, y a las que ya no estaba dispuesta a renunciar. “Esta vez haré lo que yo siento”, pensó.

 

Pronto, Azonia, debido al cansancio y las muchas emociones de las últimas horas, quedó profundamente dormida, pero el no puede dormir. Las profundas emociones que también había experimentando Khyron, estaban cobrando su cuenta y algo muy profundo, en el fondo de sus entrañas, algo que conecta sus emociones, con su cada vez mas endurecida y casi dolorosa entrepierna, lo esta embargando por completo, ya casi sin control de su cuerpo… Se queda contemplando a Azonia, su rostro sereno mientras dormía, su piel tan suave que no podía evitar tocar, primero tímidamente por su rostro, luego baja por su cuello siguiendo la curva perfecta de sus hombros. De pronto algo sucedió de forma inevitable; su cuerpo se sacudió en espasmos que parecían tener su epicentro en su entrepierna y que le llenaban de un extraño placer… Entonces se dio cuenta que una vez más le había sucedido, esa sensación tan placentera en su entrepierna, cuando en ocasiones parecía cobrar vida propia, y adquiría nuevas y mayores proporciones. Sin tener dominio sobre esos cambios que le ocurrían, la reacción terminaba abruptamente con un clímax de placer y a la vez con eliminación de materia orgánica en forma líquida; lo que le extrañaba mucho en esa ocasión, es que desde que le sucedía ese fenómeno, era durante el sueño, nunca despierto, y no podía evitar sentir fastidio.

 

“¿Por qué me sucede en este momento tan inoportuno? Justo cuando estaba tan bien…Ya no se qué hacer con eso”, pensó Khyron compungido y con evidente pánico por si era sorprendido por Azonia, con su ropa sucia.

 

“Debe de ser alguna enfermedad microniana, por comer alimentos nativos como a ella le pasa cuando sufre por la luna.” Reflexionaba. “Si no fuera por la eliminación de materia orgánica que me ensucia la ropa y que contiene un concentrado de material genético mío… No alcanzo a entender la causa” eso era algo que siempre le avergonzaba, por el poco dominio que estaba teniendo sobre su cuerpo cuando eso le ocurría “…Diría que es una agradable enfermedad.” pensó mientras trataba de limpiarse y al mismo tiempo, observaba con atención como dormía Azonia. Su respiración rítmica, su rostro tranquilo, su cuerpo perfecto, sus manos y pies pequeños y delicados, todo frente a sus ojos, como nunca jamás lo imagino que sucedería y como muchas veces durante largos años lo soñó. Finalmente, el sueño también le termino por vencer y se durmió abrazado a ella.

 

A la mañana siguiente, Khyron despertó abrazado con Azonia. Nunca había experimentado el bienestar que se siente al despertar en compañía, y decidió que en adelante, nunca más dormiría sin ella. Vio que ya era bastante tarde (cosa rara en él que era muy disciplinado consigo mismo y no se permitía ese tipo de licencias) así que se despidió de ella con un beso y partió raudo a reunirse con Grell para atender los graves problemas en que se encontraban después del fallido secuestro de Minmei.

 

Se encontraban en un punto tan crítico, que en cualquier momento, podrían ser descubiertos (si es que alguno de sus espías eran atrapados y les obligaban a delatarlo frente a los micronianos) y ser exterminados, o en el peor de los escenarios, capturados, alternativa que era aun peor frente a sus ojos que morir, ya que se verían obligados a ser prisioneros de los micronianos y tener que estar en medio de ellos, compartiendo forzadamente su odioso modo de vida.

 

El día fue bastante largo para Khyron, aunque deseaba estar junto a Azonia, era prioridad ocuparse de encontrar un nuevo escondite o mejor dicho una nueva base, antes de descubiertos por el gobierno microniano, que pedía su cabeza y la de Azonia a gritos, ya que si bien el secuestro había fracasado, había puesto en entredicho su autoridad e imagen frente a los civiles micronianos, que si bien no manejaban las armas, era evidente que tenían gran poder frente a su gobierno. Y por ese motivo, ofrecían generosas recompensas a quien delatase a sus espías o pero aun que los entregase a él o a la propia Azonia a los micronianos.

 

Por ese motivo, pasó la mayor parte del día trabajando junto a Grell, en cómo poner a los espías a salvo, sin que tuviesen que retornar a la nave para estar a salvo, quedando en evidencia al emprender el viaje de retorno y ser detectados por los VT, y poner el grueso de los bottorus en riesgo de ser capturados. Buscando métodos para poder salir de ahí con el menor numero de bajas y de perdidas materiales como la comida, armas y la cámara conversora.

 

Mientras Khyron estaba ocupado, Azonia se quedó descansando en la cama recuperándose de sus heridas y pensando en los hechos que le habían ocurrido en los últimos días, no podía convencerse que ¡Khyron la hubiese besado! Algo que ella deseaba, pero que jamás se le hubiese ocurrido pedírselo, por no ser correcto y el temor a ser rechazada por él.

 

La agradable sensación que le produjo, al sentir sus labios presionando sobre los suyos, no pude evitar relacionarla con otra muy parecida, pero no tan intensa, que hace mucho tiempo atrás le provoco un joven Kravshera (¡cosmos! ¡Al igual que Khyron!...), cuando le toco el rostro y su pelo con la punta de los dedos, y ella respondió a esa caricia, rodeándole el cuello con sus brazos y mordiéndole suavemente el cuello….para después huir despavorida, aterrorizada, no solo por la osadía cometida y las consecuencias que le podía acarrear a ambos si semejante crimen era descubierto por el alto mando, sino también por la poderosa sensación que subió por dentro de ella, con la potencia de una descarga eléctrica, que parecía le iba a hacer perder el control por completo, si apenas en un arresto de lucidez alcanzo a huir.

 

Hacía tanto tiempo de ese episodio y tanto esmero había puesto en reprimir ese recuerdo tan perturbador, que casi ya no lo recordaba con detalles; esa sensación tan agradable como perturbadora, y peor aún, no recordaba siquiera el nombre de ese Kravshera, que apenas si era un muchachito y ella aun no era la líder suprema meltrandi, sino que una simple capitana. Una vergüenza para ella y su clase si se descubría que ella había cometido semejante crimen, una mancha en su impecable carrera militar.

 

Lo único que recordaba con exactitud, eran sus rasgos, que eran finos y delicados como una meltran, en lugar de toscos como la mayoría de los zeltrans, y además recordó que el tenia el cabello de un llamativo color azulino…

 

“¡Oh No! su piel… su piel era purpúrea.” no pudo contener un suspiro “¡Igual que Khyron!... ¿Khyron? Debe ser solo una coincidencia” pensó con un poco de alarma por el descubrimiento, porque si fuese él, ella le hubiese reconocido sin duda alguna, aunque había pasado tanto tiempo, que no sabría con exactitud que aspecto tendría…

 

Si hubiese sido Khyron, el se lo hubiese hecho notar, cuando le vio llegar al tomar el mando en lugar de Breetai, sin duda alguna, no se habría guardado algo tan importante, tenia que ser solo una coincidencia, sin duda. Además que ese joven Kravshera de sus recuerdos, era muy atrevido e imprudente; sin duda ya hace mucho tiempo que debe de estar muerto víctima de su poca prudencia, razonó Azonia.

 

“Ya basta de soñar despierta” se dijo Azonia con un bostezo “Mejor aprovecho el tiempo que tengo que estar en cama, voy a estudiar un poco de las formas de vida primitivas de este planeta y como aprovechar al igual que hacen ellos, de la mejor forma sus recursos naturales.”

 

El día no lo pudo ocupar Azonia como hubiese querido; la perdida de sangre junto con la fiebre, mas todas las emociones vividas el día anterior cobraron su cuenta y antes de que alcanzase a hacer algo de lo que planifico, se quedo profundamente dormida por buena parte del día y solo despertó cuando Khyron regreso con ella al anochecer.

 

Cenaron los dos solos, en el cuarto. Khyron la puso al tanto acerca de los posibles lugares donde se podrían trasladar y que los espías estaban investigando para ver cuál era el más adecuado.

 

-Basta por hoy de trabajo.-le dijo Khyron de repente, simulando estar enojado- Tú estas enferma y tienes que descansar. Mejor ocupémonos de cosas más agradables…- sugirió mientras le guiñaba un ojo. Diciendo esto, le robó un beso, algo que desde llego ambos lo estaban deseando.

 

Azonia, con su brazo sano, le enlazó coquetamente el cuello y lo atrajo hacia si, besándolo con mucha pasión, no solo en los labios, sino que también en el cuello e incluso con unas suaves mordidas en el lóbulo de la oreja tan efectivas que hacían que Khyron temblara de forma involuntaria.

 

-Veo que me has extrañado.-exclamó Khyron divertido, mientras juega con uno de sus rizos y le da unos besos cortitos en las yemas de los dedos.

 

Al poco rato, se fueron a dormir, pero antes se estuvieron acariciando, hasta que Azonia se quedó profundamente dormida. Khyron, en cambio, no podía dormirse, no podía dejar de observarla, tomar sus manos pequeñas y suaves.

 

-Pensar que casi pudo morir…- murmuró para si -Nunca más dejaré que te suceda algo malo.- declaró con voz apenas audible “Siento algo que me oprime el pecho, de solo pensar en eso”.

 

“Esto es increíble e irresponsable. Estamos sumidos en una crisis aguda; en cualquier momento nos podrían capturar… sin embargo el estar aquí, junto a Azonia, me llena de una paz, que nunca antes sentí. No puedo evitar el necesitar estar junto a ella. Por eso debemos marcharnos pronto de aquí, antes que sea tarde y nos atrapen; seria capaz de hacer cualquier cosa con tal de asegurarme que ella este bien.” mientras pensaba en esto, no dejaba de acariciar su rostro sereno y mirarla con atención.

 

“Es muy extraño…” pensó Khyron “Los zeltrans que se fueron atrás de mujeres se volvieron cobardes y yo fui de detrás de Azonia.” recordando cuando la vio por primera vez, desde la distancia en Mona e Isiris, cuando la encontró al mando de las operaciones tras de la fortaleza de Zor y luego las peleas infinitas que inventó solo para verla, mas las dos veces que la rescató. “Y no me vuelto un cobarde, por el contrario, ahora tengo razones mas poderosas para luchar, que solo la simple búsqueda de honor y gloria. Mataría a quien fuese si le hiciera daño a Azonia.” pensando en esto la estrecho fuertemente contra su pecho. “Seguramente, ya de antes ellos eran cobardes, solo que no tenían oportunidad de escapar y los micronianos se la dieron”.

 

Se quedo muy quieto junto a Azonia, manteniéndola estrechada a su pecho. Durante la noche, se despertó varias veces para asegurarse que estuviese durmiendo bien y que estuviese bien cubierta por las cobijas, porque se había dado cuenta que ella era más bien friolenta, y también por el simple placer de observarla a su antojo.

 

Durante varios días mantuvieron una rutina similar. Por las mañanas, Khyron se levantaba temprano y se despedía de Azonia, quien pasaba durmiendo la mayor parte del día. Las heridas ya estaba en franca recuperación y la fiebre había desaparecido, gracias a antibióticos obtenidos de los micronianos, si bien la debilidad por la anemia aguda que estaba padeciendo por la abundante perdida de sangre, aun no lograba ser revertida por no contar con las medicaciones necesarias. Y por las noches, se encontraban parar cenar, hablar y después irse juntos a la cama.

 

En el quinto día de postración de Azonia, ella se encontró mucho mejor y esperó a Khyron, sentada en uno de los sillones de la sala, quien se sorprendió gratamente de verle en pie, si bien quedo preocupado porque al verla en la cama no había reparado en su palidez y que estaba evidentemente mas delgada. Pero a pesar de las ojeras violáceas que se habían formado bajo sus ojos azules, la encontró muy hermosa y se arrodilló frente al sillón para quedar a su altura y poder besarla; ella le estrecho con ternura y al hacerlo, quedó la cabeza de Khyron apoyada en su hombro sano de forma que podía mirar involuntariamente a través del escote de su camisa de dormir, en donde se insinuaba apenas la curva de sus senos. Muy a su pesar, comenzó a sentir que algo se endurecía en su entrepierna, mientras sentía como si se fuera a derretir por dentro. Durante toda la cena, no pudo evitar mirar el escote de Azonia y pensar en él, tanto que incluso ella se dio cuenta que estaba muy distraído y le pregunto si pasaba algo.

 

-¿Khyron tengo algo en la camisa?, hace rato noto, que miras ahí con insistencia y no prestas atención a lo que digo- pregunto Azonia, preocupada de haber manchado su ropa.

 

-Eeh…yo…no se…estoy distraído- respondió Khyron que sintió, como un calor subía bruscamente hacia sus mejillas, tiñéndolas de rojo-…miraba hacia ningún lado…-

 

Azonia, no pudo evitar sentirse un poco confusa, sabia que Khyron le estaba mintiendo, pero al verle tan perturbado, opto por no insistir.

 

Al irse a dormir, Khyron aun seguía pensando en el escote, casi se podría decir que era un pensamiento obsesivo. Al quedar dormida Azonia, se sintió con libertad de poder mirarla mejor, como lo había estado haciendo las noches anteriores.

 

Comenzó por observar su rostro sereno, su nariz pequeña, su boca de labios carnosos en los que no pudo evitar depositarle un beso delicado, para no despertarla, su cuello, sus hombros… Mientras baja con la vista, apoya su nariz en su agujero esternal y aspira su olor que le resulta embriagante, y no pudo negarse mirar un poco más hacia abajo y descubrir uno de sus senos que se asomaba a través de su camisa abierta; eso le causó curiosidad, nunca había visto uno, aunque sí había visto suficientes transmisiones Micronianas donde se veían a sus mujeres en vistosos paños menores que resaltaban esas formas con total impunidad, por eso presuponía que algo así debía de haber por debajo de la chaqueta del uniforme. Lo tocó con suavidad, casi rozándolo con la yema de sus dedos y sintiendo un inmenso placer al hacerlo, mas cuando Azonia en sus sueños sin querer, se movió descubriéndose más el seno y comenzó a jadear de forma extraña, como que si le gustara el tacto: al observar mejor, se da cuenta que el seno esta ahora muy erecto, con su pezón muy duro, así que resultaba obvio que esa parte de su anatomía había reaccionado a su caricia.

 

No pudo evitar darle un beso con cuidado de no despertarla y asustarla, pero al mismo tiempo con curiosidad por lo que acababa de observar. Azonia en sus sueños, jadea más fuerte y se mueve de una forma rítmica, siguiendo una extraña danza, como si le gustase mucho ser besada en su seno, incluso aunque estuviera en sueños.

 

Khyron no pudo evitarlo más, pero ha ido aumentando la intensidad de su beso y ahora esta prácticamente mordiendo del pezón, mientras que con su mano casi estrujaba del pecho. De repente, Azonia gritó su nombre en sueños, puso su cuerpo extrañamente rígido y tras un instante, se relajo de nuevo. Lo que le deja un tanto perplejo, porque nunca había visto una situación similar; no sabía que al tocarle el pecho a una Meltran podía pasar algo como eso.

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Paralelamente, su sexo cada vez más endurecido, parecía se le quería escapar del boxer. Y no solo eso, él tampoco pudo reprimir los gemidos que se escaparon de su boca; era exquisito ese placer que sentía en su entrepierna mientras disfrutaba de tocar a Azonia en una zona desconocida de su cuerpo, ya que nunca había visto semidesnuda a una meltran de esa forma y tan de cerca. Al poco rato, todo culminó con unos fuertes espasmos que lo sacudieron por completo y que se concluyeron, al eliminar una gran cantidad de materia orgánica, lo que le dejó tan agotado, que rápidamente se quedó profundamente dormido.

 

A la mañana siguiente, cuando Azonia despertó, Khyron ya no se encontraba en el cuarto; ella no lo sabía, pero él se había levantado más temprano, para que Azonia no lo encontrase sucio y tener que darle explicaciones.

 

Ese día se sentía mucho mejor y con la cabeza mas despejada. Fue inevitable que se pusiese a pensar en las cosas que le habían sucedido en esos pocos días y cómo le habían cambiado la vida y sus prioridades en una forma tan radical, en como su vida personal había podido cambiar tanto, no solo desde que se estrelló en ese mundo, sino desde que Khyron la besara y en lo bien que se sentía el estar así, tan íntimamente con Khyron y lo agradable que era abrazarle, tomar su mano, sentir el calor de su cuerpo al dormir juntos….¿Dormir juntos? un fuerte rubor subió a su rostro cuando pensó en eso, sobretodo por el sueño tan extraño que había tenido la noche anterior, en que sentía un placer extraño al estar con Khyron; un placer que nunca había sentido, que subía como una oleada de calor desde su entrepierna hasta hacerla explotar, para luego acabar despertándose y darse cuenta que era en parte cierto, ya que su entrepierna estaba húmeda e hinchada, algo que antes nunca le había sucedido. Pero que a pesar de lo extraño que era lo que le había ocurrido, le había gustado mucho, era una sensación física que no se podía comparar ni siquiera al del frenesí del combate. Lo que le avergonzó un poco al encontrarse en ese estado, fue descubrir que Khyron estaba aun despierto y que tenía una mirada muy rara fijada en su propia entrepierna, así que, por pudor, Azonia prefirió hacerse la dormida…

Resultaba evidente que algo había pasado esa noche y que había afectado a ambos.

 

Mientras Azonia pensaba en esas cosas, nuevamente comenzó a sentir ese calorcito en su entrepierna, que a la vez se le humedecía y le hace sentir una agradable y placentera sensación. Fue por eso al final decidió investigar un poco que pasaba por ahí.

 

Al principio fue solo mera exploración, pero a medida que Azonia se tocaba su entrepierna e iba avanzando, la exploración científica se fue convirtiendo en la búsqueda del placer. Al principio solo fueron las yemas de sus dedos rozando sus pliegues, recorriéndolos y separándolos, pero luego descubrió que había zonas más sensibles, como aquella en donde se unían por delante los pliegues. Al tocar y hacer círculos sobre ella, haciendo presión con sus dedos, las oleadas de placer iban en aumento haciendo que desapareciera el picor inicial; a la par que esto ocurría reparó en que tenía muy duros y erectos sus pechos, en especial los pezones que no sabía eran tan sensibles. Los tocó sintiendo más placer aun, en ese le asaltó la idea de lo agradable que sería que Khyron mientras la besaba y la abrazaba. Sorprendentemente, sintió que esa sensación iba cada vez más en aumento hasta acabar en una oleada aún mayor de placer que desembocaba a un enorme orgasmo que nunca antes había sentido y que al acabar, la dejó muy gratamente sorprendida y agotada en una agradable sensación somnolienta.

 

Para ella era un gran descubrimiento. Resultaba sorprendente que en todos esos años, nunca hubiese sospechado que tanto placer se encontraba oculto dentro de ella, antes nunca se hubiese tocado la entrepierna y los pechos mas que para higienizarse, y vestirse, o por motivos aleatorios… pero nunca se le había ocurrido pensar que semejantes caricias pudieran crearle tanto placer, y tampoco había sabido de nadie en toda la flota Meltrandi que estuviera al tanto de ese hecho.

 

Menos aun siquiera sospechar que el máximo placer se despertaría, solo al pensar en Khyron, al soñar que él le podría acariciar esas zonas de su cuerpo, siéndole esta idea muy agradable, aunque solo de pensar en pedírselo, le hizo ruborizar de vergüenza. Una cosa era besarse y acariciarse, que servía para demostrar lo que sentía por él, y otra era que ella le pidiera que le tocara de esa forma, en sus regiones de mujer más intimas.

 

Pero un rato después, más en calma, Azonia piensa que le esta afectando demasiado la comida natural durante casi el último año. Sin duda alguna por culpa de esa comida es que los micronianos se comportan de forma tan primitiva y solo piensan en estar con mujeres y mas mujeres, que quizás todo ese placer que experimento, no es mas que una trampa microniana de su aparato publicitario consiguiendo así atraer a los Zentraedi a su bando cautivándolos por una nueva y desconocida forma de placer. Pero rápidamente rechazó ese pensamiento, ya que su cuerpo siempre tuvo esas mismas partes y si antes no probó ese placer fue solo por desconocer su existencia, pero ahora que sabe de su existencia (que no fue por la propaganda microniana, sino que un descubrimiento puro, simple y sencilla autoexploración) no esta dispuesta a renunciar a el.

 

“Me pregunto si Khyron tendrá zonas de su cuerpo que le produzcan un placer similar.” reflexiono Azonia, “Los Zentrandi son diferentes a nosotras las Meltrandi, pero es posible que ellos también puedan… En tal caso seria interesante saber cuáles para hacerle sentir esa sensación tan agradable que yo he sentido Si realmente alguna vez le pido que me haga algo así, no sería justo que yo fuera la única que lo sintiera… ¿Cuál sería? ¿Quizás en su entrepierna? ¿Por qué no? Si es ahí donde yo siento el mayor placer quizás el también sienta algo parecido en ese lugar…Lo averiguaré aprovechando que no puedo salir de aquí por culpa de mis heridas.”

 

“¿¡Pero qué me pasa!?”Se preguntó “Estoy pensado de forma tan primitiva, casi animal.” gruño consigo misma “¡Si sigo así voy a olvidar que soy una guerrera! Y me voy a convertir como esas pobres copias de meltrans que se unieron a los micronianos y ahora no son más que juguetes para ser torturados Esto debe ser una trampa Microniana, que ellos consiguen alterando sus cuerpos con la comida primitiva”

 

“Pero yo no puedo ver a Khyron como alguien que sea capaz de hacerme daño y torturarme igual que lo que ellas cuentan…a pesar de las cosas que dicen de el por ahí. Sé que tiene un carácter difícil y que antes peleábamos frecuentemente, pero yo conozco su mirada, que me dice que seria incapaz de hacerme algo malo y menos aun algo en contra de mi voluntad, Ha hecho más por mí, que cualquier otro Zentraedi que haya conocido.

 

Es mas al recordar, aquel Kravshera con el que tuve aquel encuentro hace tanto tiempo atrás, tampoco me lo podría imaginar maltratándome, cuando podría haber tenido oportunidad, porque quedamos los dos abandonados en ese lugar, sin ningún tipo de vigilancia; por el contrario, era muy respetuoso a pesar de sus malos modales y ser demasiado impulsivo. Lo que le venia a demostrar, que sin duda lo corrupto sin duda era costumbre microniana.

 

Por lo mismo no veo que de malo tiene buscar su cercanía, estar con Khyron, aunque eso sea mi perdición… ¿Que dirán mis meltrans?, ¡que vergüenza después de lo que les prometí!, pero este sentimiento es mas fuerte que mi voluntad y no tengo fuerzas para luchar contra el, nunca antes fui tan feliz”.

 

“Creo que mañana, me voy a levantar para ocuparme de mis meltrans. A pesar que aun no estoy del todo bien haré mi mejor esfuerzo, no quiero que me sientan una carga. Mientras pasa este día, voy a buscar resolver mi curiosidad.”

 

Mientras estaba hundida en sus pensamientos, llegan sus meltrans más allegadas, Kyatta, Shianne, Akian y otras, a su habitación para atenderle sus heridas y responder a su imprevista reunión. A ellas se les hacia un tanto difícil ir a sus nuevas habitaciones, porque sabían que eran las de lord Khyron y que el las compartía junto a Azonia, bajo la excusa de cuidar de ella. Para ir a su señora, evitaban hacerlo en los horarios que Khyron se encontraba en las habitaciones, tan solo su presencia les resultaba muy perturbadora, ni hablar de verlos juntos practicando la “demostración”. A Khyron tampoco le agradaba la idea de encontrarse con las meltrandis de modo que si alguna de ellas, entraba en las habitaciones, el era rápidamente informado, para evitar ir hacia allá.

 

-Buenos días lady Azonia-saludaron con respeto y familiaridad, haciendo el saludo de rigor. Todas parecían contentas y aliviadas por haberla visto en mejor estado.

 

-Descansen -respondió Azonia, rápidamente- pónganme al corriente de lo que acontece.-

 

-Estamos en una situación muy critica, milady- explicó Kyatta Hesh, su primer oficial, con rostro preocupado- Los micronianos están buscándonos y han tomado prisioneros a varios de nuestros espías, debemos salir pronto de aquí, de lo contrario correremos su misma suerte. Muchas transmisiones Micronianas hablan de que su alto mando pide la ejecución de todos nosotros.- hizo una pausa.- Para ellos, haber atacado a Minmey es el peor de los delitos de guerra.-

 

Azonia quedo muda de espanto, sospechaba que la situación era crítica, pero no a ese extremo. Cuando recupera la voz, les preguntó, si sabían qué medidas estaban tomando Khyron y Grell.

 

-Señora.-responde la primera oficial tratando de no alarmarla, como eran las órdenes de Khyron que le entregaba a Azonia la información filtrada, para no intranquilizarla- Sé que, por ahora, les pidieron a los espías que se escondan por un tiempo, y todavía están buscando un nuevo sitio, en donde podamos establecer nuestra base.-

 

-¿Y qué obstáculos tenemos para hacer el traslado?-preguntó Azonia, que ya se había dado cuenta que Khyron, no le ha entregado toda la información, bastaba con ver las caras de preocupación a las meltrans.

 

-Señora, si me permite lo que yo veo como conflictivo al mudarnos de aquí es como nos vamos a llevar las provisiones de comida, armas y aun nosotras por nuestro tamaño, sin atraer la atención de los varitech- respondió Kyatta Hesh, nerviosa.

 

-Es cierto.- afirmó Azonia con voz calma, tratando de tranquilizar a las meltrans y aun a ella misma- Hay que pensar en como resolver ese problema, incluso como llevarnos la cámara de protocultura, sino no podremos macronizar a más soldados….- se puso a jugar con un rizo de forma nerviosa- No se preocupen. Gracias por la información yo buscare una solución-.

 

-Gracias señora.-respondieron al unísono, disponiéndose a retirarse.

 

- Bien, ahora hablemos sobre la situación actual de nosotras, las Meltrandi. ¿Y Uds. están bien? ¿No han sido molestadas por algún zeltran?- preguntó Azonia, para tratar de cambiar el tema de conversación.

 

Las meltrans presentes miraron a su señora desconcertadas. Después de la demostración con lord Khyron, ella les preguntaba si habían sido molestadas…A menos que ¡ella estuviese de acuerdo con participar de la demostración! Esa idea era muy perturbadora para ellas, porque iba en contra de las leyes.

 

Después de tragar saliva, su primera oficial se atrevió a responder que aparte del sargento Gerao que siempre andaba fisgoneando a las meltrandis en especial a Akian, ningún otro zeltran ha sido sorprendido en alguna actitud sospechosa.

 

-Jajá jajá- Azonia no pudo evitar reírse- le causo mucha gracia, el imaginar a Gerao tras sus meltran-pero si ese sargento no es competencia para Uds.…no entiendo porque, ninguna de Uds. lo pone en su lugar. El no es rival para ninguna de nosotras, sino lo hacen Uds ya vera cuando yo salga de aquí.-

 

Las meltrans le miraron estupefactas. Su señora nunca había sido una persona de risa fácil y menos en situaciones críticas como la que estaban pasando; más bien parecía que estaban frente a Khyron. Pero se sintieron mas tranquilas, cuando les dijo que podían poner al sargento en su lugar sin problemas, o que ella misma lo haría personalmente en cuanto pudiese.

 

-Manténganme al tanto de todo.-les ordenó Azonia con severidad- Pueden retirarse-.

 

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Al salir de la habitación, las meltrandis, murmuraban entre si…

 

-¿Viste eso ?Ella siempre es muy seria, nunca se ríe y ahora se estaba riendo.-

 

-Es verdad.- afirmó otra, -Y además, según se dice en los pasillos, anoche Lord Kravshera personalmente cuido de ella.-

 

-Anoche y ante anteanoche, desde que ella fue herida el la cuida.-replico otra mas.

 

-Querrás decir, duerme con ella.-intervino Shianne, la oficial medica- Cada día mas parecen una pareja de micronianos que guerreros zentraedis.-

 

-¿Tu- estas poniendo en duda su capacidad como guerreros? –Pregunto incisiva Kyatta Hesh- ¿O les por el tipo de relación que mantienen?-

 

-Ellos están rompiendo nuestras leyes. En realidad todas ya las rompimos al vivir juntas con zeltrans en esta nave, pero eso no quiere decir que tenemos que comportarnos como micronianos.- aclaró la oficial médica con un evidente tinte de desagrado en su voz- Eso puede traer consecuencias desastrosas, si además de romper las reglas, olvidaran sus deberes-.

 

Al doblar por el pasillo se encontraron “casualmente” con el sargento Gerao, que parecía, no perder oportunidad para encontrarse con ellas. Al verlo, rápidamente miraron para el lado contrario, así no tendrían que saludarlo.

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Tan pronto se fueron las meltrandis y una vez sola en sus habitaciones, Azonia se dio un baño y se vistió. Pretendía levantarse para ir ayudar a Khyron, no podía estar un día mas ociosa en la cama, mientras había tanto de que ocuparse y el estaba sin su ayuda.

 

Pero apenas alcanzó el pasillo principal de la nave, se desmayó, producto de la severa anemia que padecía por la gran cantidad de sangre que perdió por sus heridas que estuvieron demasiado rato sin suturar.

 

Se armo una batahola entre las Meltrandi que hallaron a su señora caída en mitad del pasillo. Finalmente, despertó en la sala de curación, y aun en las brumas de la semi inconciencia, escuchaba la voz de Khyron increpar duramente a meltrans y zent por igual al permitir que Azonia se levantase tan luego de la cama.

 

“Qué lío he armado” murmuró para si mientras intentaba fijar la mirada en algún punto, aun muy mareada como consecuencia de la anemia “Me imagino que vamos a terminar discutiendo por culpa de esta tontería.” pensó con resignación. Aunque en el pasado se habían peleado muchas veces, últimamente le era muy desagradable discutir con Khyron, más bien trataba de buscar puntos en común.

 

Khyron, tan pronto supo que había recuperado el conocimiento, entró a verla a la sala de curación ya un poco más sereno, después de haber descargado toda su ira sobre sus subordinados. Ella esperaba verlo furioso, incluso, estaba preparada para escucharlo, pero cuando le vio entrar, solo vio una profunda preocupación en su expresiva mirada.

 

-¿Pretendes matarte?-le preguntó Khyron a Azonia sin preámbulos- Nuestras tropas faltaron a su deber de guardar por tu salud, pero tú también fuiste muy irresponsable al levantarte tan pronto. Te puede hacer muy mal y además me preocupaste mucho-

 

-Yo solo quería ayudarte -respondió Azonia sintiéndose muy inútil- Sé que estamos en problemas, y no me puedo quedar indiferente en la cama mientras sé que corremos peligro-.

 

-Así enferma como estas, no eres de ninguna ayuda, sino más bien complicas las cosas.-la regañó Khyron en un tono duro- Si de verdad quieres ayudar, quédate descansando en la cama para que pronto estés en condiciones de partir de aquí.- se hizo un silencio y reflexionó una idea -Para asegurarme que descanses, me voy a quedar a trabajar en las habitaciones públicas, de tus aposentos.- “o mis aposentos” pensó Khyron con orgullo de compartirlos con ella, guiñándole el ojo pícaramente. Al verla mejor, se le había olvidado el enojo.

 

-No deberías descuidar tus deberes por mí-replicó Azonia, sintiéndose culpable.

 

-Eso no es asunto tuyo.- le respondió Khyron simulando enojo-Además, yo se lo que hago.-

 

Azonia giró la cara para otro lado, no quería que él viese las lágrimas de impotencia que se le asomaban a los ojos. Khyron tenía razón; al levantarse enferma como estaba solo estaba haciendo estorbo en lugar de ayudar; y Khyron, que debería estar ocupado en las cosas urgentes como era salir de ahí, ahora estaba ahí atendiéndola a ella dejando sus obligaciones de lado.

 

Sintió rabia e impotencia por encontrarse en esas condiciones, y no pudo evitar que unas gruesas lágrimas descendieran por sus ojos.

 

Khyron sintió que algo raro le sucedía a ella, y sin pensarlo siquiera, la obligo a mirarlo de frente, viendo que tenía los ojos llenos de lágrimas. No pudo evitar sentirse conmovido por la impotencia y el dolor que veía reflejados en ellos.

 

- No es para tanto, no te pongas así- le dijo con voz suave para tranquilizarla mientras le acariciaba una mejilla. -No esta bien que me preocupes de esa manera. Tú sabes que eres muy importante para mí y no deseo que te suceda algo malo.- Al decir esto, la abrazó y la besó apasionadamente, casi con furia, como tratando de transmitirle con el beso sus sentimientos.

 

El resto del día transcurrió sin grandes inconvenientes. La idea de Khyron de trasladarse a trabajar en las habitaciones publicas de los aposentos de ambos no pudo ser mejor, ya que le permitía visitarla continuamente, y además, ponerla al tanto de las operaciones que se estaban llevando a cabo, lo que contribuía a tranquilizarla, aparte de no hacerla sentir inútil ya que podía aportar con sus ideas, que la mayoría de las veces eran acertadas.

 

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