fanfic_name = Volver a Empezar/ Reedicion

chapter = Parte 2/ capitulo 2

author = Hayes2004

Rating = O18

Type = Terror

fanfic = Una hora más tarde, Lisa se encontraba en su habitación, observando el espacio a través del gran ventanal que había en la parte posterior de su escritorio. Estaba angustiada y sentía miedo. Riber estaba ya a bordo del Satélite, junto al resto de los sobrevivientes de la Base Sarah, preparándose para la junta que se celebraría apenas el resto del Alto Mando llegara. Con todo su lío personal ni siquiera había pensado en Alkhar y la amenaza que pudiera representar si se trataba de un truco zentraedi para desviar su atención, pero la superioridad en número de las naves de Breetai tal vez les habían dejado claro que los humanos no estaban del todo indefensos, tampoco había pensado en Rick y como su privado se hallaba en uno de los costados del hangar principal, pudo ver a todo el escuadrón Skull, Bermellón y Azul entrando luego de que el transbordador de la RDF se acopló al Satélite…

“ Rick”… pensó cerrando los ojos sintiendo culpa de su reacción al saber de la posibilidad de que Karl estuviese vivo, sintió que lo había engañado y más aún al haberlo olvidado dándole mayor prioridad a un fantasma…- apoyándose contra el denso cristal trató de expulsar de su mente los pensamientos que le asaltaban trayendo esos recuerdos tan lejanos y reemplazarlos por todo lo que Rick significaba para ella…apretó los puños sintiendo rabia por sentir cuán débil estaba siendo, no quería dudar, no quería resucitar antiguos sentimientos, no quería renunciar a Rick, ---“ Hasta las estrellas, Rick, - pensó al borde de llanto- Hasta las estrellas y más allá, pero contigo…”- alzó la vista y en sus ojos se pudo ver la determinación y la fuerza que la caracterizaban observó por última vez el espacio infinito y salió con paso decidido.

 

 

LA actividad en el hangar era ruidosa pero ordenada mientras se mezclaban pilotos , auxiliares y técnicos. Lisa avanzaba por el nivel superior buscando a Rick sin parecer tan ansiosa como estaba, comenzó a bajar la escalera saludando serenamente a quienes se le cruzaban en el camino.

 

Rick recibió una planilla de manos de un oficial apenas descendió del Skull, busco ansioso la letra R en las paginas y al encontrarla casi se queda sin aliento al comprobar que el nombre que buscaba estaba escrito claramente en tinta negra.

La Almirante Hayes, - preguntó tratando de sonar tranquilo – Ella tiene esta lista?

Todos los Miembros del Consejo tienen una copia, señor.- contestó el oficial

Gracias, puede retirarse.

A la orden, señor

 

Rick miró alrededor tratando de encontrar a Max pero era imposible con tantos pilotos deambulando en el inmenso recinto. No importaba, por el momento su prioridad era buscar a Lisa. Al alejarse de la pista pudo verla en la escalera. Aceleró el paso para ir a su encuentro también ocultando su ansiedad. Ella parpadeó sorprendida al verlo, no por el hecho de verlo en sí cuanto por el sentimiento que le provocó saberlo tan cerca, su cuerpo se estremeció y cualquier sombra de Karl Riber se borró de su mente por el simple hecho de mirarlo. Lo amaba tanto…se detuvo a esperar que el subiera el par de escalones que lo separaban del descansillo donde ella estaba. Rick se detuvo ante ella mirándola con una expresión que rebelaba alegría, temor y expectación. Lisa le miró serenamente llevándose una mano a la frente para saludarlo y Rick tardó un momento en deshacerse del pánico que le tenía a ese encuentro, aún cuando vió la dulzura reflejada en sus ojos…se cuadró también ante ella.

 

Bienvenido a bordo, General Hunter – dijo ella mientras sus labios rosados se curvaban en una suave sonrisa.

Gracias, Almirante Hayes…- murmuró Rick compartiendo su sonrisa, luchando con todas sus fuerzas contra el deseo de apretarla contra él y darle un beso, para despertar finalmente de esa pesadilla en que se había convertido el nombre de Karl Riber.

 

 

 

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Lord Alkhar sentiase muy incómodo en la posición que se hallaba, había aceptado que se le mantuviese aislado del resto como un prisionero cualquiera a punto de ser sometido a interrogatorio, pero sabía perfectamente que tampoco estaba en posición de demandar una bienvenida con alfombra ilustre.

A su lado Breetai se mantenía igual de sereno y hermético como siempre. No podía ser más obvio asediarlo con preguntas relativas a la nave de Zor o al destino de Dolzar y Khyron, ya que no había ningún rastro de ellos o sus ejércitos, tal vez se habían ido de ese sistema…Sabía que estaban a bordo del Satélite Fábrica de Lord Reno, pero tampoco iba preguntar por qué estaba ahora orbitando al tercer planeta.

 

- Falta poco.- dijo Breetai rompiendo el silencio apenas volviéndose a Alkhar para mirarlo de reojo, frente a ellos y tras un cristal se iban situando muchos humanos uniformados y Alkhar comprendió que toda la

élite de las fuerzas aliadas se hallaba ante sus ojos…Era un factor casi jocoso ver a los micronianos reuniéndose con tanta solemnidad.

Ya veo, Lord Breetai…- contestó acomodándose en su gran asiento como quien se dispone a disfrutar de una película, tratando de olvidar su incomodidad para descubrir las debilidades de sus enemigos.

Breetai no dijo más, se sentó a su lado cruzándose de brazos. La personalidad de Alkhar le recordaba tanto a Khyron que era desagradable para él estar a su lado.

 

 

 

Max se había sentado ya en una de las filas posteriores del auditorium, en espera del inicio de la reunión. Estaba preocupado por que era primera vez que estaba lejos de Miriya y Dana en una situación de relativa emergencia, pero confiaba en que las cosas en la Tierra estuvieran más tranquilas que en esa sala donde la tensión podía tocarse. No veía ni a Rick ni a Lisa por ningún lado y le preocupaba saber que lo poco que habían avanzado en su relación se hubiese estropeado con esta inoportuna noticia de los sobrevivientes de la Base Sarah. Sentía un poco de lástima por Rick, pues sabía que era primera vez que su amigo se hallaba en una posición tan difícil en lo personal…suspiró cruzando las manos entre sus rodillas, Rick ya era bastante mayorcito como para necesitar un padre sustituto que se estuviera preocupando de sus líos, mayormente porque la mayoría de ellos eran por su propia culpa.

 

Lisa y Rick salieron de la CSF luego de que ella terminase de dar las órdenes de emergencia por si fueran necesarias durante su reunión, Francisco las aceptó obediente como un fiel oye a su pastor y Rick volvió a sentir que el muchacho le desagradaba…Siguió a Lisa al elevador, pensativo, apenas notando que ella lo miraba.

 

Ocurre algo que deba saber? – consultó ella cruzando los brazos para apoyarse contra el frío metal, junto al panel de comandos del ascensor.

No…simplemente estaba pensando en que ese chico me desagrada, es demasiado servicial contigo, Lisa.

 

Ella sonrió pero luego se quedo seria…Rick Hunter celoso de un niño cuando Karl Riber estaba en la nave, Algo estaba ocultándole…Rick movió rápidamente una mano hacia ella, para apoyarla en el panel del elevador deteniéndolo, apenas dándole tiempo a reaccionar, encerrándola entre la pared y su cuerpo. La besó con pasión, como si fuera la última vez que iba a besarla y a Lisa no le importó retrasar un poco su llegada a la reunión, después de todo era el primer momento de intimidad que se permitían desde el arribo de Rick al Satélite.

 

Tengo tanto miedo de lo que puedas estar sintiendo, Lisa- le dijo en un susurro cuando apenas se había separado un centímetro de sus labios, abriendo lentamente los ojos para ver que ella seguía con los ojos cerrados.- Sé que no has visto a…- le costó pronunciar el nombre tanto como le había costado pensar en él- …“Riber”, pero…- Lisa alzó el rostro para hacerlo callar con un beso tanto o más apasionado que el suyo.

Te amo, Rick Hunter. Riber es…es un recuerdo ahora.- le dijo después, los brillantes ojos color esmeralda mirándolo fijamente

Aún así, tengo miedo de lo que sientas cuando vuelvas a VERLO. – confesó seriamente deslizando la mano para liberar el seguro del ascensor mientras la abrazaba. Rick se daba cuenta ahora que de todos sus temores el quedarse sin ella era el más profundo, el más oculto, el más terrible.

 

 

 

Fueron casi los últimos en ingresar al salón, seguidos por Mainstroff y Emerson, Lisa no buscó a nadie en la multitud, simplemente avanzó junto a Rick para sentarse en la primera fila, deteniendo su mirada en la gran figura sentada junto al Comandante Breetai y un escalofrío le recorrió la espalda. Rick contuvo sus ansias de encontrar entre los silenciosos refugiados tras las primeras filas de asientos a algún rostro que le recordara al odioso de Lynn Kyle para sentarse junto a Lisa.

 

 

La luz era tenue en la sala de reuniones, algunos rostros se podían distinguir claramente de los otros y algunos permanecían en penumbra. Era el caso de uno de los recién llegados. Tendría unos treinta y dos años, pero en su rostro se reflejaba la experiencia y las penurias pasadas durante mas de 12 años, fecha en la cual había dejado la Tierra para ocupar un puesto científico en la nueva base de investigaciones en Marte. No tenía grandes expectativas desde que había caído prisionero por los trantesios, junto a sus compañeros, de volver a la tierra, es más ni siquiera habría apostado a vivir por mucho tiempo en un planeta hostil donde se les utilizaba para la explotación de extraños minerales y en cuyas minas vió morir a muchos de sus amigos. Tampoco se había ilusionado demasiado al saber de su liberación, con reencontrarse con esa jovencita adorable e inocente que había prometido seguirlo al planeta rojo cuando él se marchó. Pero ella estaba allí y su pulso se aceleró considerablemente cuando la vio entrar a la sala en compañía de un alto y delgado General de Armada vestido con el traje de combate del Legendario Escuadrón Skull…No dudaba que era ella, la pequeña Lizzie, quien había entrado con la majestuosidad propia de la familia Hayes. Sintió ganas de levantarse a saludarla y decirle que él estaba allí…que estaba vivo…que nunca había olvidado sus promesas, pero se veía ahora tan ajena, tan serena, altiva y a la vez tan hermosa. El jamás fue bueno adivinando lo que la gente pensaba, pero por lo visto ella ya sabía de su presencia y aún así no lo había buscado a pesar de que llevaba horas en aquella monstruosa estructura alíenigena. Muchas cosas habían sucedido también en la Tierra desde que él había desaparecido y el que ahora hubiese un segundo satelite en el planeta lo confirmaba, pero Lisa, Habría cambiado tanto como para no buscarlo?- Consideró ridículo de su parte pensar que todavía lo estuviera esperando pero podría ser…podría ser que ella aún lo esperase como él a ella. Reconocía que había notado algo extraño en el hombre junto a ella, el hecho de caminar casi pegado a su espalda, como si fuese una especie de guardaespaldas, la expresión de su rostro al mirarla, cuando le cedía el paso para dejarla sentarse y sentarse junto a ella…¿ Acaso Lizzie y el desconocido General tenían algo que ver? ¿Sería posible que ella se hubiera casado…? De ser así ¿Sabría el desconocido de su existencia y de su historia en la vida de Lisa? Se cubrió el rostro con una mano, ocultando el dolor que pensar simplemente en eso le provocaba. No tenía derecho de pre juzgarla y llenarse de celos antes de poder acercarse a hablarle, pero debia aceptar que Lizzie tenía todo el derecho de hacer su vida en su ausencia.

¿Que te pasa, Riber?- le preguntó el hombre de bigote que estaba a su lado - ¿Te sientes mal?

No, Dennis, no es nada- contestó alzando la vista justo cuando el Ministro Exedore se levantaba para dar comienzo a la Junta.

 

 

 

 

“ Hemos recibido una oferta de paz que no esperábamos luego de la tragedia acontecida hace apenas un par de meses- decía ceremoniosamente Exedore, como era su costumbre- Lord Alkhar, Comandante de la flota zentraedi de Armgst nos ratifica su deseo de estar en paz con las fuerzas unidas de la Tierra y su contraparte zentraedi. Como muestra de ello es que ha entregado a 205 civiles y personal técnico que se encontraban en la Base Sarah de Marte, quienes, por los infortunios del destino habían sido capturados por una fuerza inter galáctica que hoy está en decadencia a miles de parsecs del Sistema Solar y que ya no cuenta con el poder para volver a salir al espacio hasta que no hayan pasado muchos ciclos de su evolución.”

¿Cómo puede usted probarlo, Ministro? – interrumpió el siempre desconfiado Leonard poniéndose de pie – Mírese, está confiando ciegamente en un desconocido y peor aún está hablando de otra raza alienígena que ya sabe de nuestra existencia…No podemos atenernos a que la entrega de los prisioneros de la Base Sarah no sea otra cosa que un truco zentraedi.

General…- interrumpió Lang, quien estaba junto a Exedore- Sus dudas son razonables pero recuerde que no podemos hacer oídos sordos a una petición de paz, desde que se esbozó la línea de trabajo de la Fuerza Expedicionaria todos concordamos que desde ahora en adelante sólo usaríamos la fuerza para defendernos. Estamos abogando por un consenso diplomático que nos lleve a prescindir de violencia...

 

Luce atemorizado…- murmuró Alkhar olvidando que estaba con Breetai a su lado, el Comandante le miró

No es temor, es desconfianza…recuerde Lord Alkhar que la suspicacia es nuestra primera opción en una situación como esta.

Pero puedo ver que su poder está unido al de los micronianos y siento curiosidad….por qué han abandonado nuestra prioridad de conquista para instalarse en un sistema remoto aliándose a unas criaturas tan pequeñas y tan débiles.

No subestime a los micronianos, Lord Alkhar.- insistió Breetai acomodándose en el asiento- No son tan débiles como aparentan, tienen armas que nuestro pueblo olvidó hace muchos ciclos.

También veo que son violentos…- observó indicando con un movimiento de cabeza a los dos personajes que discutían sobre creer o no creer en sus intensiones.

Lo son, de hecho no difieren mucho de nosotros mismos.

 

Mainstroff se puso de pie para llamar a la calma a los acalorados ánimos de Leonard.

Todos estamos tensos y tal vez esta fue una reunión muy precipitada- dijo – considero que el Consejo se reúna en privado y que el Comandante Breetai nos informe de las intensiones del Comandante Alkhar. No podemos enfrascarnos en disputas que ya se han discutido anteriormente.

Tiene razón Almirante,- intervino Reinhardt- por ahora es mejor tomar las cosas con calma, pero sin dejar de ser precavidos.

Con parte de la flota del Comandante Breetai con órdenes precisas y bloqueando a los cruceros de Lord Alkhar en Marte podemos ganar un poco de tiempo…- intervino Wolff

Me parece demasiado liviano…- observó pensativamente Lisa a Rick- es decir, considero que se le está restando parte de la importancia al hecho de que es la primera flota zentraedi en aparecer desde la destrucción de Macross.

No podemos intervenir…Como entonces estamos sometidos al destino, Lisa.- contestó él seriamente mirando a Alkhar y pensando lo mucho que le recordaba a Khyron.- Estamos incluso más indefensos que al principio porque ahora no tenemos al SDF-1 y creo que es conveniente no hacerle saber a Alkhar ese pequeño detalle.

- Sí, yo también pienso que es lo mejor. Lamentablemente tienes razón al decir que al igual que la primera vez estamos indefensos. Desconocemos la magnitud del ejército que podrían enviar los Maestros Robotech y ya no tenemos nuestra principal arma defensiva. Confiemos en Dios que esta propuesta pacifica sea verdadera.

El cervatillo oliendo al predador pero sin saber donde se encuentra…- murmuró Rick, Lisa asintió en silencio

De cualquier modo – le dijo luego de una pausa contemplativa – Estamos reaccionando muy desordenadamente y eso no es bueno.

Estamos de acuerdo, además puedo ver algo de diversión en el rostro de nuestra visita.- le dijo indicando al zentredi que miraba la escena con una leve sonrisa desde la otra sala.

 

 

 

 

 

La reunión cesó abruptamente debido a las diferencias de opinión entre los miembros del consejo, Lang pidió un aplazamiento para las 09:00 horas standard, que era el tiempo de Macross. En el Satélite eran ya las 0110 horas standard, por lo que la reunión no sería sino hasta la mañana siguiente. Los refugiados se distribuyeron en los cuarteles de los reclutas y Alkhar volvió al crucero de Breetai, siempre en la compañía del Comandante.

Max estaba junto a Rick en el hangar, a punto de marcharse a la Tierra, porque la alerta roja ya había cesado.

 

Culpemos al miedo por la vergonzosa conducta de los superiores en esta reunión- decía Sterling, terminando de abrochar su traje de combate.- Vaya impresión que le causaríamos al invitado de honor.

Olvidémonos de eso, quieres.- pidió Rick- Todo es resultado de reunir en un mismo sitio a todos los que creen tener el poder en sus manos de elegir lo que le conviene a la Tierra, si Gloval estuviese aquí todo sería diferente.

El cuerpo no funciona si la cabeza esta fallando- bromeó poniéndose el casco – Espero que en la junta de mañana estén con la mente despejada… y a propósito de mentes despejadas- murmuró – veo que tú y Lisa están bien…eso significa que ya hablaste con ella y aclaraste todo con respecto a Karl Riber.

Bueno, tanto como hablar… no, pero por ahora estoy tranquilo.

Le contaste que la adorable Minmei te fue a visitar…- no había ironía en sus palabras pero Rick se sintió tocado por alguna extraña razón

Hablas como si te molestara, Max.

¡ Dios del cielo, Rick!- el tocar el tema te pone demasiado sensible para mi gusto. Tú sabes que todos la conocemos como “ la adorable Minmei”, disculpa si la estoy ofendiendo, no es mi intensión.

Discúlpame, Max. Lo que pasa es que ese Riber y la inesperada visita de Minmei sumada a la presencia de ese clon de Khyron me irritan en sobremanera.

Pues, cálmate o toma una píldora porque te puede dar un ataque, amigo.- le tendió la mano. Rick se la apretó con fuerza , ambos sonreían- Deja de ser el alocado piloto adolescente Rick, ya tienes veinticuatro años y todavía eres un tiro al aire respecto a tu vida privada.

Mira quien habla…- bromeó dándole un abrazo- Matusalén en persona.

No es la edad, es la responsabilidad. No estaría mal que sentaras cabeza, hombre. Tienes a tu lado a una mujer excelente y hermosa. Oculta un poco más tu relación con ella y escucharás que más de algún oficial quisiera pretenderla.

Max…- le dijo sorprendido, siempre había creído que Lisa no podía despertar en los hombres otro sentimiento que no fuese temor u obediencia hasta que él mismo tuvo que aceptar que lejos de ser una bruja era una maravillosa persona, pero Rick Hunter era aún muy joven para aceptar la responsabilidad de un matrimonio, por eso comenzó a decir…- El matrimonio…

Oh, amigo…- suspiró subiendo al veritech – deja de huir…Me voy o terminaré por tocar cada parte sensible de tu curiosa personalidad y terminarás odiándome o dándome un tiro. Despídeme de Lisa y espero tus órdenes a las 1000 mañana…

Ok, Max. Saluda a Miriya de mi parte…estamos en contacto..

 

 

 

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