fanfic_name = Volver a Empezar/ Reedicion
chapter = Capitulo 3
author = Hayes2004
Rating = O18
Type = Angst
fanfic =
Capitulo II
El espacio infinito se extendía en 180 grados ante la verdosa faz de un gigante zentraedi, quien con una mano en el mentón escuchaba las noticias que le relataban por la pantalla...
-Señor, son cruceros de la División Khyron, 10 unidades...
- ¿División Khyron?...- dijo su voz que parecía una mezcla de muchas voces-...¿ qué hacen 10 cruceros de la División Khyron en este sector?
- No lo sabemos aún...se está abriendo un canal de transmisión...-contestó el oficial desde el monitor
- Aceptalo...esto se pone interesante...-masculló sentandose de un golpe en su gran asiento, en sus ojos se dibujaba una veta de curiosa ansiedad.
- Lord Alkhar...mis respetos, - inclinó el rostro más por obligación que por respeto -soy Khare, comandante del batallón Armgst de la División Kyron y recibí ordenes de transpocisionar durante una batalla con el Supremo Dolzar
-Desertar...-aclaró casi adormecido-...Por qué Khyron se rebeló contra el Supremo?
-No fue Lord Khyron.-explicó- bajo el mando de Lord Breetai encontramos la nave de Zor. Pero estaba en poder de micronianos..Dolzar consideró que la cultura microniana había contaminado nuestras tropas y nos atacó. La Dama Azonia y Breetai se rebelaron; Lord Khyron huyó luego de unirse al supremo en contra de las flotas aliadas. Debe saber, Lord Alkhar que los micronianos tienen muchas armas invencibles, hasta utilizan algo que se llama canciones para vencernos!-el simple hecho de recordar eso le hacia sudar - Es una civilización misteriosa y fuerte donde mujeres y hombres viven en armonia...¡ desagradables Humanos!
-¡Humanos!- repitió levantose de un golpe de su asiento y lo miró con sorpresa- ¿Humanos has dicho?
-Sí, mi Lord.
-Y dices que esos "humanos" tienen la nave de Zor...-murmuró como para sí con expresión calculadora-...entonces tienen la protocultura Invid, la Flor de la Vida
-Es lo más seguro, PORQUE HASTA AHORA ESA MALDITA NAVE MICRONIANA HA SIDO INDESTRUCTIBLE-la expresión y el tono en sus palabras le recordaron a Alkhar a su antiguo camarada en la elite de las fuerzas zentraedi. - Lord Khyron no se ha reportado?
-No, Khare y no creo que lo haga si es que no llegó junto a ustedes con el resto de su flota....debe tener algo planeado-arqueó una ceja con expresión todavía más calculadora que la anterior.- Te doy la bienvenida a mi flota...( o lo que queda de ella luego de las luchas en el sistema trantesiano, pensó)- tengo un pequeño trofeo, como tributo de los débiles Trantesios...aborda mi nave y planea conmigo la destrucción de Breetai y sus aliados. Esa nave tiene que ser nuestra.- cerró de un golpe la comunicación y salió de la cabina. Los guardias en pasillo le mostraron sus respetos con una reverencia, mientras uno de ellos le seguía de cerca.
-Preparen a mis pequeños juguetes...saldremos a buscar con ellos la protocultura.
Evidentemente, la flota de Khare ignoraba la suerte corrida por Dolzar y por el propio Khyron. el salto espacial los había llevado más allá de las fronteras de la galaxia, tomándoles meses terrestres en llegar y les tomaría aún más el regresar, tanto por la distancia cuanto por la poca protocultura de ambos batallones que no sumaban más de 200 naves.
En la tierra en tanto se sucedían los días y las semanas en la labor de reconstruir Nueva Macross.
Los edificios estaban en pie nuevamente y a pesar de la petición de Rick eran más modernos que los anteriores y por una razón de seguridad. El granito fue reemplazado por placas de reluciente acero y al verla desde lejos parecía una ciudad de cristal. En la antigua base militar se comenzaban a alzar los cimientos de un nuevo edificio, circular y con una enorme columna que se erigía firme hacia el cielo: para convertirse en la más importante base de la RDF y la UNSPACY juntas, pues albergaría a las nuevas milicias graduadas en la naciente Academia Militar de Robotech. Los vestigios del crucero de Khyron más los del SDF 1 y 2 eran reciclados bajo la supervisión exhaustiva del doctor Emil Lang, los restos inservibles quedaban reducidos a tres montículos en las afueras de
la ciudad, de lo que era un verdadero campo de chatarra, mientras que las partes reutilizables se disponían para la construcción del SDF-3, crucero que vendría a cumplir la labor de su predecesor.: llegar al planeta de los Maestros Robotech.
La vida en el planeta continuaba, tranquila pero siempre alerta. Los pocos focos de resistencia zentraedi habían sido neutralizados y cumplían condenas en el Satélite Fábrica como personal de mantenimiento teniendo que soportar una vida micronizada bajo la vigilancia de zentraedis sin micronizar.
Richard Hunter ostentaba en su nuevo uniforme las insignias de General de Armada y estaba de pie ante el edificio de la RDF en espera de algo o alguien, dando aburridos golpecitos en el capó del jeep que le habían asignado para sus recorridos de inspección por la ciudad. El mes de febrero estaba terminando y al igual que enero había sido un mes de locos, con mucho papeleo y exceso de trabajo, con turnos dobles que habían dejado a todos igualmente exhaustos. Un veritech pasó sobre él haciéndole suspirar, porque desde que se había hecho cargo de la reconstrucción de Macross había dejado de lado al viejo Skull –1. Envidiaba a Max, quien por estar a cargo de la PM y los patrullajes de veritech, pasaba medio día volando. Alzó la mano derecha para imitar la ruta de vuelo que siguió la aeronave con cierta diversión infantil mezclada con añoranza.
-¿Extrañando tus alas, General Hunter?
El se volvió sorprendido, no por la voz que escuchó sino por haber sido descubierto en una situación algo embarazosa. Sonrió juguetonamente aún cuando se había ruborizado. Lisa lo miraba sonriéndole con ternura pero a pesar de ello en sus ojos había un brillo que Rick no veía hacía tiempo. Ella estaba triste. Pero antes que pudiera hablar ella le dijo, extendiendo un sobre hacia él:
-Lo abres ahora o en privado…- no era una pregunta, eso estaba claro para ambos…Rick escuchó también ese tono de voz tan olvidado en ella. Estaba molesta.
-¿Tengo que elegir? – le preguntó borrando de golpe la sonrisa de su rostro, recibiendo el sobre. Lisa dio un rodeo para sentarse en el Jeep mientras Rick apenas escuchaba su respuesta…
-Haz lo que quieras.
Ante tal respuesta, la sangre se le subió a la cabeza y abriendo de un golpe la puerta del jeep le increpó sin subirse -¿Qué demonios te pasa? – había vuelto una faceta de la personalidad de ella que realmente le exasperaba. Lisa no respondió, simplemente siguió mirando al frente como si tratara de contenerse. Rick la odió por esa actitud…
-Lisa…? Creo que te estoy hablando… No sé qué demonios ocurrió en esa reunión pero considero que merezco una respuesta. Ella se volvió a mirarlo evitando echarse a llorar por rabia, impotencia y miedo
-¡¿ Por qué no abres el maldito sobre ?!- le dijo. Rick tragó saliva contando hasta mil para no contestar, pero obedeció con expresión furibunda, al leer el contenido, su expresión comenzó a cambiar gradualmente de la sorpresa a la seriedad absoluta…
-¡ ¿Por qué…?- preguntó cuando terminó de leer apoyándose contra el jeep cual si hubiese recibido un golpe en el estómago.
- ¿ Por qué…?- repitió ella dejando escapar una lágrima…- porque en la milicia no hay sentimientos de por medio, simplemente deber y ambos lo asumimos de ese modo…- se llevó una mano a la frente para ocultar su llanto. Toda la rabia de Rick se disolvió, incluso la de Lisa…Hunter entró al jeep y se acercó para abrazarla pero ella se hizo a un lado.., protestando débilmente un “No”. Rick respetó sus sentimientos y se reclinó contra el asiento…
“Volvería a pilotear el Skull-1, bajo ordenes expresas del Alto Mando como líder de la RDF y tomaría el lugar de la Almirante Hayes en el Consejo porque ella había sido asignada a la supervisión del Proyecto SDF-3 junto al doctor Emil Lang y el Coronel Reinhardt en el Satelite Fábrica hasta nuevas ordenes.”
-Diablos, Lisa…-musitó luego de pensar en la situación– No quiero volver a pilotear, no de este modo.
- Pero, - balbuceó ella – Haz estado en tierra mucho tiempo…Tú amas los aviones y…-no pudo seguir porque un fuerte sollozo se le escapo involuntariamente y le impidió seguir hablando por un segundo...
-¿Cuándo se supone que te marcharás...?- preguntó Rick apenas, sintiendo el mismo dolor que ese lejano día de diciembre cuando ella fue a despedirse para asumir el mando del SDF-2, sentía de pronto que comenzaba a odiar todo lo que comenzaba con SDF y que tuviese que ver con el viaje de la Flota Expedicionaria- ¿Hasta cuando se supone que debemos esperar el nuevo aviso...?
-No lo sé...- contestó al fin recuperando su calma- Vamonos, ¿Quieres?
Rick no contestó, simplemente hizo andar el jeep para salir de allí rumbo a la casa de Lisa.
Mientras el jeep avanzaba Lisa pensaba angustiada lo que significaba cumplir esa misión. Se marcharía de Nueva Macross dejando a Rick cuando apenas comenzaban a tener un poco de tiempo para ellos luego del caos que fuera la última destrucción de la ciudad, estaría lejos de él y aunque le dolía pensarlo, Minmei era ahora más popular que nunca por su genial idea de editar un nuevo disco con canciones de antiguos cantantes. No podía dejar de pensar que, a pesar de su declaración de confianza, temía que Rick volviese a sentir cualquier cosa parecida al amor por ella y que ella lo buscara por desear estar con él. Porque después de todo, Minmei sólo había renunciado porque Rick le había rechazado apenas unas horas después de haberla aceptado en su vida. Cuando el jeep se detuvo Lisa se volvió a mirarlo, pues él le había preguntado.
- ¿Cuándo vas a marcharte?
- El transbordador parte mañana a las 05:40.
- Entiendo...- bajó rápidamente para abrir la puerta y cederle el paso-...Puedo ayudarte en algo??
- No, gracias.- se arregló el cabello con tristeza-Llamé a Miriya, está por llegar.
- Entiendo- repitió él, avergonzado de haberla ofendido por ofrecerle ayuda cuando ella era autosuficiente, Lisa recibió el beso que le dio como una forma de no agraviarle, como una mera formalidad y eso le molestó más que todo. Subió al jeep cuando ella aún estaba abriendo la puerta de su casa, maldiciendo y preguntándose cuándo sería el día en que Lisa Hayes, la brillante Almirante Hayes se permitiría la vergonzosa molestia de necesitarlo.
Miriya llegó minutos más tarde con una Dana más activa que nunca, puesto que no paraba de chocar con los muebles en el andador, mientras ellas se dedicaban a empacar las cosas que Lisa llevaría y hablaban de lo curiosa de la decisión del Consejo.
- Crei – decía Miriya con un ojo puesto en Dana y el otro en la ropa que blaba – que el doctor Lang sería el único en viajar o Exedore, no comprendo por qué tú debes ir si apenas comienzan a construir la nave.
- Supongo que por la simple razón de que soy la Almirante...
- Pero Rick también será uno de los Líderes de Misión, por qué no enviarlo contigo.
Lisa sonrió agradeciendo la lealtad y buena voluntad de su amiga al negarse a verla separada de él.
- Tal vez sea una señal, porque me estoy acostumbrando mucho a él y puedo crear dependencia severa, como diría Lang- bromeó suspirando.
-Dependencia!-exclamó Miriya yendo a socorrer un filodendro antes de que Dana lo arrancase de raiz de la maceta – cariño,- le dijo a la pequeña,- No le hagas eso a las plantas de tía Lisa...- la llevó hacia la cama para sentarla y entregarle un pequeño osito de Lisa que la pequeña parecía adorar.- A propósito de dependencia, Lisa. Creo que yo soy una adicta a mi esposo y puedo decirte que mientras no llegues a ese nivel con Rick no puedes hablar de adicción- le hizo un guiño lleno de picardía que la hizo ruborizar.
- Pero, yo...
- Lisa...-se sentó para observarla- para serte sincera creo que te comportaste como una verdadera colegiala con el pobre de Rick esta tarde. Créeme, si yo fuera él estaría más que furioso contigo. No debiste enfadarte con él porque va a volver a los Veritech, ya no hay peligro, al menos por ahora así que no tienes nada que temer. Negarle a alguien lo que realmente le hace feliz es casi un crimen...Rick tampoco tenía la culpa de que te asignaran al Satélite.
¿No crees que no es correcto que estén peleados por una necedad cuando tienen tan poco tiempo para estar juntos?
- Pero...-se defendió mirándola de frente- no estamos peleados...precisamente - Precisamente creo que tienes un problema. Pero no te apenes, para qué estamos las amigas si no podemos ayudar a las amigas en desgracia o por lo menos darle un consejo- alzó una ceja pensativa- o para darle una tunda por ser obstinadamente inconsecuentes con sus propios sentimientos.
Lisa sonrió, entendía que Miriya saldría en su auxilio como tantas otras veces lo hizo Claudia y dio gracias a Dios por haberla puesto en su camino. Sabía que la zentraedi tenía toda la razón, ella era la única culpable de todo.
En tanto Max había acudido diligentemente a la cita “urgente” que Rick le había propuesto. Estaba con él en su departamento, tomándose una cerveza. Max escuchaba con paciencia clínica la narración que Rick le daba de lo sucedido y estaba también sorprendido por los cambios que había realizado el Alto Mando de la RDF.
-...Tal vez sea mejor así- terminaba Hunter mirándolo directamente a los ojos- Me estaba acostumbrando a estar con ella, tal vez demasiado.
- y eso qué tiene de malo?- le consultó Max sirviéndole otro vaso pues Rick ya había terminado el suyo.
- Huh, Max...-se quejó- Qué parte de todo lo que te conté no terminas de entender?..Yo....
- Qué? Que te frustra la idea de que Lisa no dependa de tus cuidados como Minmei?-preguntó con seriedad pero sin sonar rudo, al contrario era lo que Rick debía oir- Enfrentémoslo. Ni tú ni ella han aceptado cabalmente lo que significa estar juntos. Han salido un par de veces, Sí. Pero nada más.- se acomodó en la silla para apuntarle con el dedo- No te acuerdas lo difícil que te resultó besarla en público y como finalmente lo hiciste...¡ Amigo ! un beso como ese desmiente todo ese montaje de independencia mutua que se traen, Por favor!.
- Hey!-se quejó- se supone que viniste a apoyarme y lo único que estás haciendo es criticarme, Max.
- Y si yo no te critico quién va a hacerlo...
- Maldita sea, Max- exclamó desesperado – Lisa es una endiablada reina de la frialdad cuando se lo propone...Odio su autosuficiencia, odio cuando oculta sus verdaderos sentimientos, odio cuando no se permite ser débil...
- Entonces por qué estás con ella?- le preguntó Max, lógicamente.
- Precisamente porque la amo con todas esas manías que odio de ella, amigo.- se cubrió el rostro con una mano, mientras Max sonreía, él sabía la respuesta aún antes de formularla-No sé que va a pasar ahora. Inventaré alguna excusa para ir a verla. Ya sabes que soy bueno estropeando mis asuntos personales y desobedeciendo ódenes
- Entonces, Hay algo que sacar en claro de esto?
- Que no puedo dejarla ir sin aclarar este lío...Ella no tiene la culpa de nuestros temperamentos. A veces siento que somos como fuego y pólvora...-aceptó pensativo.
- Entonces, deberías canalizar toda esa energía de otro modo-sugirió Max como sin querer y Rick se le quedó viendo boquiabierto. Max lo miró sonriendo mientras pensaba para sus adentros “Dios Mío, dame paciencia”
La calle estaba casi vacía, se podía oir claramente el ruido de los automóviles que transitaban por la avenida cercana. Lisa estaba de pie ante la casa de Rick, inmóvil apretando nerviosa una bolsa de papel. Se preguntaba cuándo dejarían de repetirse ciertas cosas en su vida, ya que meses antes había estado en una situación muy parecida aunque ahora sabía perfectamente que Claudia no vendría en su auxilio ni podría tampoco huir a la casa de su morena gran amiga como lo hizo aquella vez y si bien Claudia no llegaría si pudo escuchar claramente el sonido de su voz diciéndole: “Se tú misma”, hasta pudo imaginarla sonriendo. Respiró profundamente armándose de valor, repitiendo mentalmente las palabras que había decidido utilizar para disculparse con Rick y avanzó un paso más hacia el frente. Volvió a detenerse pero recordó las palabras de Miriya rato antes. “Sólo una mujer sabe cómo tratar al hombre que ama, Lisa. Creo que debes dejar de subestimarte y aceptar tus deseos, tus sentimientos y como eres, sé tú misma”.” Parecía que era ella quien todavía se negaba a aceptar esa verdad que más bien parecía un decreto. Sacudió la cabeza y sonrió anticipándose a la expresión de Rick al verla. Sí, estaba preparada para una negociación diplomática hostil, por lo que fue muy cuidadosa al abrir la puerta, tratando de no hacer ruido. La sala estaba en penumbra y podía escucharse la radio. Parecía que desde la celebración de fin de año estaba de moda volver a escuchar canciones viejas que curiosamente no parecían estar pasadas de moda…¡¡y a Minmei se le había ocurrido grabar un disco completo con la más variada selección!!. Era curioso pensar en la joven cantante sin sentir nada tal vez era por el hecho de que estaba más preocupada por Rick que por cualquier otra cosa. Avanzó hacia la pequeña cocina y descubrió que tampoco estaba allí. ¿Sería posible que hubiese salido?…caminó hacia el cuarto, Sonrió con ternura al ver que Rick estaba tirado sobre la cama dormido como un niño y se sintió culpable de desear que despertara. Se acercó al escritorio y todo lo que pudo sentir fue una ola de amor y felicidad pues al hojear el Album de fotos no lo halló plagado de fotografías de Minmei y sus propias y antiguas fotografías estaban en primer lugar. Su primer impulso fue alzar la vista al muro y le pareció increíble no ver a la cantante jugando con las bolitas de nieve en el poster navideño, ahogó una exclamación de alegría pero se contuvo para no despertarlo. Hacía tanto tiempo desde la última vez que estuvo en ese cuarto. Rick, en tanto, ni siquiera le había escuchado, seguía durmiendo en la misma posición, de espaldas abrazando una almohada, por lo visto se había dormido sin darse cuenta pues estaba vestido. Lisa se acercó a él, inclinándose para besar su frente. Rick ni se movió. Lisa no pudo ocultar su desencanto, se irguió dando media vuelta haciendo sonar involuntariamente la bolsa de papel, pero no se preocupó, si él no la había sentido al besarlo menos escucharía el ruido.
-Hola.
Lisa se detuvo al escuchar ese suave saludo, cuando se volvió Rick estaba medio sentado aún más despeinado que de costumbre…
-Traje el vino. – le contestó ella esbozando una lenta sonrisa que él compartió del mismo modo mientras extendía una mano para tomar la de ella y la otra para recibir el paquete que Lisa le había mostrado, recibiéndolo y dejándolo en el piso para alcanzar la otra mano de ella y acercarla mientras se alzaba un poco para besarla en los labios pues Lisa se había inclinado para recibir su boca y así en esa posición algo incómoda pero interesante se besaron larga y tiernamente.
Cuando se separaron, ningún discurso emergió de los labios de Lisa como lo había ensayado tanto..
- Lo siento, Rick yo…- comenzó avergonzada, pero Rick solamente sonrió echando por tierra su diplomacia mientras la atraía aún más hasta que pudo abrazar su cintura apoyando la frente en su vientre.
- Yo soy quien debe disculparse…- murmuró apenas. Ella se inclinó a observarlo mientras acariciaba su tupido cabello tratando de peinarlo con ternura y en el fondo sin preocuparse de cómo luciría cuando terminara, simplemente era lo que más necesitaba hacer, acariciarlo. Sentirlo así, tan cerca.
Rick alzó la vista para encontrar con sus ojos la brillante mirada de Lisa encontrando la suya, apretó sus manos sobre la delgada cintura y la atrajo hacia él para sentarla sobre sus piernas y susurrar con angustia un “Te amo” antes de perderse en su boca.
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