Fanfic Name / Nombre del Fanfic: Tiempo para decidir
Chapter / Capitulo: 6
Author / Autor: mihll
Rating / Clasificacion: AP (All People = Todo espectador)
Romance
Adventure / Aventura
Angst / Drama
Fanfic: Tímidos rayos de sol de amarillo tendiendo a un suave anaranjado formaban un círculo por sobre las montañas en el horizonte. Rick podía ver este hermoso espectáculo mientras sobrevolaba alcanzando el territorio donde antes se emplazaba la ciudad de Brasilia. Como en todo el mundo, nada quedaba de lo que un día fue la capital de Brasil, la abundante vegetación autóctona en su recuperación se había encargado de cubrir los vestigios de escombros y eliminando así toda huella de la existencia de un centro urbano
-Skull 1 a control, nos encontramos en el punto Z6, no hay presencia de instalaciones Zentradie-informó Rick
-Skull 1, aquí control, continúe con la ruta de reconocimiento-
-Entendido control, Skull 1 fuera-cortó comunicaciones con el centro de control y después se dirigió a su escuadrón:-ya lo oyeron muchachos, mantengan la ruta pero permanezcan alertas-
-Entendido capitán-la respuesta de los pilotos al unísono
El escuadrón continuó sobrevolando el sector, escudriñando las inmediaciones. Todo parecía bastante tranquilo hasta entonces y aquella condición se mantuvo por al menos quince minutos más, hasta que llegaron a la zona del corazón de las amazonas
-“Es extraño”-pensó Rick, no parecía haber señales de la presencia del enemigo cuando se le había informado, que según los radares, la nave Zentradie había descendido aproximadamente en las coordenadas que alcanzaban hasta ese momento
-Aquí Skull 1, rompan la ruta y diríjanse al sector ZO1-indicó a sus pilotos siguiendo una intuición
-Aquí Skull 3, señor eso está fuera de nuestra ruta asignada-
-Es una intuición Marcus, sólo sigan mis órdenes, y mantengan curso-
Tal como Rick indicara, el escuadrón desvió la trayectoria hacia el oeste. Al poco tiempo de haberse desviado, los radares alertaron a los pilotos. Más de una docena de Pods enemigos se dirigían hacia ellos, que aparecieron por la retaguardia y los persiguieron a gran velocidad. Más adelante y prácticamente de la nada una nave emergió de la selva, seguida por otra a pocos segundos de diferencia
-Escuadrón Skull, maniobras evasivas-indicó Rick al ver que se encontraban rodeados por centradie, de inmediato quiso entablar comunicación con el centro de control, sin embargo, la recepción sólo emitía un sonido chirriante
-Esto no está bien, no debería haber más de una nave-gruñó al percatarse que una tercera nave se encontraba justo frente a su ruta de escape- alguien cometió un grave error.
Como pudo, Rick maniobró de tal forma de evadir los disparos provenientes de la nave Zentradie, su escuadrón no corría mejor suerte, todos se habían separados, perseguidos de cerca por los Pods enemigos
-Aquí Skull 4, me dieron-informó uno de los pilotos
-Resiste voy a ayudarte-decía Skull 6
Rick en tanto se desvió nuevamente de frente a las naves que le perseguían, en modo guardián, fijó los blancos y lanzó sus misiles dando de lleno a tres enemigos que perseguían a Skull tres
-Gracias señor, pero mi nave está dañada, los controles no responden.
-Nos enviaron a una muerte segura- había alcanzado a decir Skull 2 antes de que su nave fuera alcanzada por el disparo de la una de las naves mayores
-¡No, no, no!-masculló Rick entre dientes, sobrepasado al ver que unos de sus pilotos era derribado-Escuadrón Skull, recuerden su entrenamiento y sobrevivan, ahora estamos solos frente al fuego enemigo, es una orden.
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A la misma hora en que Rick libraba la batalla, Lisa sentada a la mesa contemplaba un su almuerzo, comida de la base embardunada en una salsa se le parecía asquerosa, su olor nauseabundo. Cada vez que comía algo parecido tenía la sensación de que su estómago estaba lleno de gases, o con una sensación de nauseas que podía desencadenar en vómito
-¿Cómo resististe esta comida cuando estabas embarazada?-le preguntó Lisa a Miriya, quien en su día libre le hacía una visita
-Bebía el jugo, una bocanada de comida y ya-se limitó a responder con tranquilidad-no hay otra alternativa Lisa, la comida de la base es lo único que hay a nuestro alcance en este momento-
Lisa entonces tomó el vaso de jugo y le dio un trago
-Ya no puedo-murmuró Lisa expresando en su rostro un gesto de asco
-Debes comértelo-ordenó Miriya-tienes un bebé en camino. Tienes que hacer un esfuerzo, necesitas alimentarte por él. Max siempre me dijo que eso era lo más importante durante mi embarazo; tampoco me gustaba la comida, la odiaba, pero gracias a eso Dana nació muy bien
Lisa pensó ante las palabras de Miriya que ella era una centradie muy fácil de convencer por Max, algo inocente tal vez en su etapa de adecuarse a la vida de los de la tierra. Pero ella tenía razón, no podía evitar la comida de la base ya que con la partida de los civiles, no había lugar donde poder conseguir una buena comida, además, ella se había esmerado en traérsela y acompañarla en su almuerzo
Sólo por Miriya, Liza cogió su tenedor y picó la pasta, para después tragársela, enseguida bebió un trago de jugo, que eliminó el gusto desagradable de su boca
-Aparte de que voy a ser madre, ¿Rick les comentó algo más?-preguntó de pronto Lisa
-Pues que él es el padre-respondió un tanto nerviosa.
Lo de la petición de matrimonio de Rick a Lisa se suponía una sorpresa, pero a Miriya le costaba un poco decir mentiras, su rostro evidenció que había algo más.
-Eso lo supuse…pero, ¿segura que no hay más?-insistió Lisa, sin darse cuenta que de un momento a otro se había transformado en una especie de Capitana al frente de un interrogatorio frente a una piloto que podía considerar una amiga
-No, no, Rick sólo nos contó eso-respondió
Lisa asintió aunque no estaba muy conforme con su respuesta, pero pensándolo bien, ¿Qué podría haberle contado Rick de su nueva relación?
-¿Lisa?-Llamó de pronto Miriya tras un instante de comer en silencio. Había dejado el tenedor a un lado, apoyado su codo al lado del platillo y su rostro en la palma de su mano
-¿Sí?-respondió Lisa apartando la mirada de su comida que veía con desagrado-¿pasa algo?
-Por qué no dijiste lo que te pasaba. Max y yo estábamos muy preocupados cuando supimos de tu accidente, que no había sido tan grave como para que te ausentaras de tu mando…no entendíamos el por qué, ¿acaso no quería que se supiera de tu embarazo?¿por Rick?
Lisa bajó la mirada un momento, suspiró para luego levantar la vista y responder con tranquilidad
-Es complicado Miriya…pasaron tantas cosas entre medio… el ataque que casi me hace perder el bebé, pero se lo iba a decir a Rick, sólo esperaba el momento oportuno. Y en cuanto a dejar el mando y por qué no se informó, fue una decisión del almirante Global, estuvo en sus manos no en las mías, pero más que nada las razones que me dio fue que intentaba salvaguardar mi reputación.
-Tienes razón-interrumpió Miriya con algo de brusquedad-habrían hablado muy mal de ti, eres una almirante respetada por cada cosa que haces. Me he dado cuenta que los nacidos en la tierra murmuran mucho de los demás y aún no entiendo el por qué de hacer eso…a veces no los entiendo. Max dice que cuando pase más tiempo tal vez llegue a entender bien su comportamiento pero por ahora sigo muy confundida.
Miriya, sin más que decir retomó su acción de seguir comiendo. Lisa le miraba con extrañeza pero con el paso de los segundos sonrió, en cierto modo tenía mucho sentido lo que decía y gesticuló una expresión de horror cuando imaginó a ése “trío” de bocas flojas del puente que a veces tenían el descaro de burlarse de ella en su cara debido antes fracasado romance con Rick Hunter
-“¿Qué pasaría…?”-quiso preguntarse sonriendo, que dirían ellas al enterarse de lo nuevo, pero tampoco quería imaginárselo. Lisa prefirió seguir en su intento de comer, y aunque tanto ella como Miriya lo hacían en silencio, era agradable sentir la compañía la una de la otra.
Cuando terminaron de comer, Miriya se encargó de todo. Incluso se tomó la molestia de arreglar un poco su cuarto mientras tatareaba una canción de la reconocida Minmay. Luego simplemente se encargó de dejar a su alcance todo lo que creyó que necesitaba y se marchó de su casa aconsejándole un sinnúmero de cosas que le hizo reír
Lisa se figuraba que Miriya pensaba que estaba muy mal, hasta llegar al extremo que ni siquiera podía caminar sin ayuda. No era tan así. Podía hacer de todo un poco pero con calma y tranquilidad mientras esperaba que en su control médico le dijeran que podía hacer todo de la manera normal
Relajadamente Lisa contempló la hora, viendo que eran las dos y media de la tarde, luego se dejó caer en el sillón de la pequeña salita
En el SDF-1 Claudia irrumpió bruscamente en la oficina del almirante global
-Almirante Global, tenemos un gran problema, los radares detectaron el acercamiento de naves centradies, ¡no hay tiempo, ya los tenemos encima!
Global se puso en pié rápidamente ante el rostro de extrema preocupación de Claudia. Ante sus pensamientos una vez más un ataque les estaba tomando por sorpresa
Claudia por su parte se devolvió su pasos tan rápido como pudo pero a poco andar un fuerte estallido a sus espaldas la lanzó de bruces al piso
-Señor, el SDF-1 recibió un ataque directo-informó Samie
-¡Nos atacan por todos los flancos!-indicó Kim
-Esto no está bien, ¿Dónde está el capitán Beck cuando se le necesita en el puente?-Samie dijo entrando en pánico en tanto abría la comunicaciones para alertar a los pilotos-
“Alerta roja, esto no es un simulacro, todos los escuadrones de varitech a sus puestos de combate”
Se escuchó por cada línea de frecuencia en la base, y en las casas de los pilotos con días libres el teléfono sonó solicitando su inmediato reportes a sus casa
-Nos atacan-expresó Max preocupado tras contestar la llamada. Con su hija en brazos corrió hasta su corral y la dejó allí en tanto el se colocaba su traje de vuelo. No tenían a la persona que en casos de emergencias la cuidaba, no podían llevarla con ellos, no podían dejarla en la base que estaba bajo el fuego enemigo; era un riesgo dejarla sola, pero pensaba que tal vez el lugar más seguro era allí en su casa, que distaba bastante de la zona de batalla. Tras su decisión precipitada le dio un beso, diciéndole a la niña que papá debía ir a proteger a quienes les necesitaban. Dana le dedicó una sonrisilla como si le entendiera a cabalidad y se sentó quieta en el corral abrazando un peluche
Al poco rato se oyó el ruido de un portazo en la entrada y luego los pasos de Miriya quien llegó corriendo
-Son tres cruceros-dijo Miriya casi sin aire
La piloto ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar cuando ya su esposo le había lanzado su traje que no dudó en ponérselo en tiempo record. Luego simplemente corrieron en dirección a los hangares
Se oían más estallidos, el sonidos de los cruceros centradies, de los escuadrones varitech que habían alzando en vuelo e intentaban contener el ataque
Lisa lo pudo oír muy bien y salió al exterior a ver qué estaba pasando. A lo lejos el SDF-1 humeaba en tres sectores diferentes. Su corazón se aceleró al darse cuenta que todos los esfuerzos de la naves enemigas se centraban en ese blanco. Claudia y el Almirante estaban allí.
Lo que estaba pasando, era como una pesadilla que no quería terminar. Fue como un sueño para Lisa, ver como una y otra vez más daban directamente al gigante de metal, y ella sin poder hacer nada.
Pero así como inició todo, de manera repentina, los cruceros comenzaron la retirada perseguidos de cerca por la fuerzas de defensa
Lisa se olvidó de todo y caminó lo más rápido que pudo rumbo a la base, y se detuvo frente al lago, a contemplar como lentamente el SDF-1 se inclinaba amenazante de hundirse
Un nuevo desastre que les golpeaba duramente
Claudia y el Almirante Global; Lisa esperaba que se encontraran bien, aunque le era difícil créelo con el sector del puente destruido. Veía a los de rescate adentrarse en el gigante siendo precavidos; los gritos de un lado a otro iban y veían. Avanzó un poco más, sus pasos la guiaban directamente hacia la entrada, entonces unos de los hombres se interpuso a su intensión
-Debe retirarse de aquí, déjenos hacer nuestro trabajo-espetó el hombre siendo serio. La había reconocido como quien era, sin embargo, su seguridad primaba, nadie sabía a ciencia cierta si el gigante terminaría o no por hundirse en el lago
Con el rostro apesadumbrado, Lisa miró por el costado del oficial y pudo ver como sacaban a la primera persona en una camilla, luego otro y otro, todos iban a dar directamente hacia el transporte hacia el hospital, que pronto se hicieron escasos. En poco tiempo, frente a ella el suelo comenzó a cubrirse de heridos, a algunos los oía quejarse de dolores; otros simplemente estaban inconscientes; los gritos de los oficiales médicos continuaban. Le tocó ver a más de uno con el rostro frustrado por no poder hacer nada por aquellos que atendieron y hubieron muerto en el proceso sin poder resistir la gravedad de sus heridas
Continuó sin poder moverse o dar un paso más allá
Estaba quieta en su puesto, incapaz de dar un paso más. El oficial que hacía rato se había dado cuenta de ello, ya estaba tratando de ayudar en lo que pudiera. La cantidad de heridos la estaba conmocionando, aunque no era tanto como cuando vio a Claudia salir en otra camilla. La pudo reconocer por su uniforme. Sus brazos caían flácidos como una señal de inconsciencia absoluta.
Cuando al fin regresaron los transportes y Claudia fue la última del grupo saliente en ser conducida a uno, sus pies respondieron y llegó hasta ella con desesperación
-Está inconsciente, tiene una herida abierta en la cabeza pero estará bien-le tranquilizó un paramédico que vio su expresión de angustia sin la necesidad de que ésta emitiera pregunta alguna
Lisa apenas alcanzó a rozarle la mano a la morena cuando la urgencia hizo al hombre subir de una vez la camilla a la ambulancia. Las puertas se cerraron y un golpe de quien estaba afuera le hizo saber al conductor que podía marchar.
Lisa se apartó entonces, con la necesidad de dar espacio a quienes trabajaban por la vida de los heridos. Fue de regreso a dónde antes estaba o quizás más distante, siempre contemplando con ojos ensombrecidos el panorama que seguía presentándose. Reaccionó en poco tiempo, tras el grito de alerta de quien solicitaba ayuda. Como si la impulsara un potente motor de varitech llegó hasta el paramédico que con un nuevo herido, le solicitó ejercer presión en una vena que dejaba salir sangre a borbotones de una herida en una pierna mientras él buscaba la forma de hacerle un torniquete
Superado aquello, continuó ayudando en lo que podía. Así transcurrió el tiempo, hasta que el último herido salió. Desde allí no quedó más que contemplar cuerpos sin vida que se iban dejando en el suelo
La incómoda presencia de la muerte hería cualquiera, nada de gloria había entre tantas batallas. Lisa sabía que la única forma de conservar la racionalidad ante un hecho de esta magnitud era ser fuerte. Se miró una vez sus manos manchadas en sangre de aquellos que ahora seguramente debía librar batalla para vivir
-¡Lisa!- la voz de Miriya corriendo hacia ella la hizo volverse, y tuvo que ver en ella la expresión de horror mostrada antes de cubrirse la cara con las manos
Lentamente se giró hacia donde ella veía; tuvo la sensación de que se le partía el corazón al ver como del maltratado SDF-1 sacaban los restos del almirante Global, ya había sufrido antes cuando se llevaron al hospital a su mejor amiga, pero éste dolor era insoportable. Sentía que una parte de su ser se desmoronaba por completo
-Lo siento Lisa-dijo Miriya llegando al fin hasta ella para estrecharla en un abrazo
Lisa se separó prontamente. El cuerpo del almirante iba a ser subido en un carro y los rescatistas se aprestaban a cubrir su cuerpo con una lona negra. Ella se acercó; tomó postura erguida frente al cuerpo inerte y le otorgó el saludo militar, sus ojos acuosos reflejaban el dolor de perder a alguien tan importante como era Global.
Ninguno de los que estaban allí dejó de imitarle. Era minuto de silencio para aquel caído en el cumplimiento del deber. Después de eso, terminaron de cubrir el rostro del almirante
Lisa se volvió alejándose
-¿Dónde vas?-Miriya le preguntó
-Ve con tu hija. Yo tengo trabajo que hacer.
-Pero Lisa-protestó Miriya-pondrás en riesgo tu embarazo-
-Se ha roto la cadena de mando-explicó Lisa- Sabían dónde atacar y el almirante está muerto
Miriya vio muchas cosas en los ojos de Lisa; dolor, angustia, frustración y preocupación. Pasó unos segundos mirándola y comprendió su decisión. La dejó ir sin emitir más palabras
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Kyle no podía dejar de despreciar aún más la guerra con los hechos que acaban de suceder, sin embargo, había algo que despreciaba mucho más y era aquel patetismo en que estaba sumida Minmei.
-¿Hasta cuándo piensas auto compadecerte y dejar de actuar como idiota?-preguntó Kyle con su tono frío a Minmei, se había cansado de mirarla en esa cama siempre lloriqueando por lo que le pasó-sigues siendo demasiado débil, demasiado Lynn Minmei para tus cosas.
-Sé realista-replicó la chica con su voz débil-que caso tiene vivir así…mejor hubiera muerto-desvió la vista de la ventana al techo
-Como siempre tan tonta-dijo Kyle acercándose a la cama-hubo un tiempo en que me sentí orgulloso de ti aunque hubiera sido sólo un momento, fue precisamente aquel en que se libró la batalla en el espacio. Ahora sólo me das lástima-
-Cruel como siempre-musitó Minmei
-¡Cruel es esta guerra, no yo!-se atrevió a corregir alzando la voz-y si tengo que hablarte de éste modo es porque quizá es la única forma en que me escuchas. Estoy cansado y harto de ti y de tú forma de ser, pero sigo a tu lado…muchos y sin excepción alguna están sufriendo ahora, hasta los propios militares que apoyan esta inútil pelea, ¿sabías que ya se corre la voz que el almirante Global falleció en el ataque?
-¿Qué?-emitió Minmei tomando verdadera atención
-Oí a las enfermeras hablar en el pasillo-explicó Kyle -dicen que ha muerto y que el SDF-1 quedó destrozado.
-No es cierto…-murmuró apenas la muchacha
Kyle bufó sin querer emitir más palabras. Se dirigió a la ventana y subió las persianas que día a día y a petición de Minmei, permanecían ocultando el panorama que se mostraba tras ellas, entonces pudo ver la humareda que aún se levantaba a lo lejos
-La vida real es ésta. Eres tonta al pensar que eres la única desgraciada-se volvió bruscamente hasta la chica-¡levántate y ven a mirar este glorioso espectáculo!-la retó
-Eres un insensible, ¡no ves que no puedo!
-No puedo, no puedo-repitió hacia ella, tomó un par de muletas que las enfermeras le había dejado y las dejó a su alcance-levántate de un vez y demuestra que eres una mujer fuerte. Te falta una pierna, ¡y qué!, sólo es una extremidad, pero no, la auto-compadecida señorita Macross seguro piensa que eso es la muerte. No Minmei, no hay tiempo de compasión y aunque me veas como monstruo, tengo sentimientos y tengo esperanza de que seas más de lo que estoy viendo, por eso siempre he estado a tu lado aún cuando he querido irme muchas veces…
-¡Kyle tú no sabes nada!-gritó Minmei rompiendo en llanto
-¡Tú eres la que no entiende!. Ya no eres una chiquilla, eres una mujer y como tal, toma estas malditas muletas y ponte en pie-replicó dando varios pasos hacia atrás, mirándola con insistencia para que se levantara
-no puedo-musitó sintiendo como las lagrimas descontroladas mojaban el vendaje en su rostro-…aunque me levantara, mírame, mi cara está destruida-continuó lloriqueando
- Minmei -dijo Kyle con cansancio-no importa…a mi no me importa-se acercó y le tomó la mano que se resistía a cubrir la parte afectara de su cara-sé que puedes, sé que en el fondo puedes ser fuerte…yo estoy contigo-finalizó con voz muy suave
- Kyle…-hipó una vez y se limpió las lágrimas de su mejilla sana para mirar al hombre que tenía en frente-…tú…-
-Sé que puedes, sólo hazlo-señaló con el mismo tono de voz. Tras besar con suavidad su mano dándole ánimos, se volvió a alejar
Minmei dudó, sentía que le faltaba valor para levantarse de esa cama, sin embargo, al fijar la vista en el rostro de su representante, vio el brillo de esperanza en su expresión. Lentamente descubrió su cuerpo de la liviana cobija; la falta de su pierna resaltó de inmediato y sintió que le faltaba la respiración y su corazón dolía; sus ojos se aguaron nuevamente pero contuvo el nuevo brote desmesurado de lágrimas. Ella oía la voz de Kyle que le animaba, entonces lo hizo, reunió las fuerzas necesarias para quedar sentada en la cama
-Así es Minmei, esa es la chica que quiero ver, tú eres fuerte-seguía animando Kyle
- Cuesta mucho Kyle-dijo acomplejada
-Lo sé, pero mira, ya lo estás haciendo… toma las muletas-
La joven miró una vez más sus piernas; le costaba mucho aceptar que ya no tenía el par que necesitaba para andar, bailar y hacer todo lo que antes hacía con ellas. Cerró sus ojos recogiendo las fuerzas que le faltaban y luego a tanteos buscó las muletas a su lado, cuando ya las tuvo, abrió sus ojos. Aunque dudosa, aún sintiendo que el suelo se movía como un terremoto bajo su talón, se levantó con esfuerzo, pero allí estaba, de pie nuevamente.
Sonrió con tristeza mirando a Kyle
-¿Me veo tan mal?-preguntó
-No Minmei y tienes que recordar que eso es pasajero. Sé que no será lo mismo, no te han prometido que puedas volver a caminar con dos piernas cómo quisieras pero caminarás sin esas muletas…y tu rostro-llegó hasta ella y le acarició la parte sana con ternura-tu rostro…-
-Tiene arreglo Kyle, ¿no es así?-
-Lo tiene-respondió seguro-sabes que si-
-Siento…la verdad es que no sé que siento-emitió antes de sentir como si perdiera las fuerzas de sus brazos. Tembló entera pensando que se iba a caer, sin embargo, Kyle estaba allí para ser su apoyo. Cuando se sintió segura, impulsivamente se lanzó a sus brazos y él la recibió. Volvió a llorar, no podía evitarlo, más esta vez era diferente, ése hombre no estaba reprochándole nada; la sostenía con fuerza, le brindaba la seguridad que necesitaba y se sintió mejor, mil veces mejor de lo que se sintió en estos últimos días.
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Caía la noche en Ciudad Macross. La conmoción reinaba dentro de los corazones de los militares; hombres y mujeres que sopesaban el dolor de la pérdida de quien era un gran almirante como era Henry Global. Nunca antes se había sentido un desasosiego tan grande. El reporte oficial no sólo había dado a conocer la muerte de un almirante, sino de otros que formaban parte del alto mando, contabilizando entre ellos a Maistrof; sólo uno de ellos quedaba y que ahora tenía la penosa labor de informar a sus subalternos
Mientras la voz del general Beck se oía a través de los monitores en cada punto de la ciudad donde se había reunidos los oficiales y pilotos, Lisa caminaba por un pasillo del SDF-2, cargando una pesada carga; se sentía frágil como si cualquier otro golpe, por débil que fuera, iba a terminar por destrozarla por completo. Sus ojos verdes lucían brillantes pero sencillamente negados a soltar las lágrimas. Habían pasado diez minutos, escasos diez minutos en que se informara de la desaparición de Rick Hunter en la zona sudamericana.
-“Lo siento Capitán Hayes…pero Rick ha sido reportado como caído en combate”-habían sido las palabras de Sammie
Le dolía tanto pensar que Rick pudiera estar muerto pero en su corazón sabía que no era así. Rick no podía estar muerto, lo sabría…
Al llegar al exterior se pasó una mano por la cara y alzó la vista al cielo ennegrecido, dejando que la fría brisa de una noche invernal rozara su piel del rostro, ése frío viento que como silbaba una especie de cántico que precedía al desastre funesto. Lisa sabía que en ese preciso momento había muchos que seguramente estaban cansados; de tantas batallas, de tanto ver desaparecer de este mundo a quien conocido de forma innatural. Era bien sabido que la gente ya no moría por vejez ni por enfermedad, lo hacían por el fuego de cañones cuando aún les quedaba mucho por delante.
Apenas pasaban unas par de horas desde la ida sin retorno de Global y ya sentía que lo extrañaba demasiado; Echaría de menos una buena conversación con él y planear en su compañía alguna estrategia para enfrentar estos tiempos, echaría mucho de menos a ése hombre que sentía como un padre, ése que era capaz de reemplazar el cariño de aquel que le dio vida y que lamentablemente también perdió por esta guerra
Global había muerto y Lisa se preguntó qué haría él si se invirtieran los papeles…la respuesta vino a ella con todos los recuerdos en su memoria: Global seguiría adelante. Más de alguna vez lo vio frustrado pero nunca rendido. Él era de aquellos que se tomaba un tiempo para analizar la situación, luego simplemente se levantaba con firmeza para ser el apoyo de todos los que estaban bajo su mando
Lisa suspiró dándose fuerzas mientras a sus espaldas Max se acercaba a pasos silenciosos aún así fue advertido.
Lisa se volvió rápidamente hacia él y éste no supo qué decirle, decir “lo siento” no era la palabra que quisiera decir. Se acomodó las gafas buscando algo algunas palabras
-Ya sabes…lo de Rick-musitó Lisa. Max asintió-¿crees que él…?
-No-emitió refiriéndose a un pensamiento que compartía con su superior-Lo he visto sobresalir de muchas condiciones adversas. No creeré que esté muerto hasta que vea su cuerpo.
-Yo tampoco Max, no lo creo, algo me dice que está allí en alguna parte-
El viento sopló en ese momento con más fuerzas ondeando los cabellos de Lisa que tuvo que retirar de su rostro. Max vio el brillo de seguridad en sus ojos verdes; vio la fortaleza que mantenía esa mujer a pesar de las circunstancias, ahora comprendía las palabras de Rick cuando aquella noche en que le dijo que pensaba comprometerse: que no había mujer en éste mundo comparado con Lisa Hayes. No importaba qué hubiera vivido su amigo en otro lugar del mundo, sabía que se de alguna u otra forma se libró de la muerte, por ella, por nadie más que ella
-Vamos a encontrarlo, Capitán Hayes-le dijo
-Sé que si, Max-afirmó instándole a caminar.
Uno al lado del otro caminaron rumbo a las calles en silencio y sintiendo el silencio de esa noche sombría. Cuando Lisa quiso dirigirle unas palabras en despedida advirtió que el piloto no iba a dejarla sola
-Ni lo piense capitán Hayes, Miriya me matará si no estoy con usted hasta que llegue a su casa-le explicó
-pero…-Musitó Lisa mirándole
-Ella está muy preocupada por ti y yo también. Permítame llevarla hasta su casa antes de que comience mi turno.
-No voy precisamente hacia allá-replicó
Max carraspeó débilmente aclarándose la garganta y dijo:
-“Mujer terca, cuídate y no te preocupes por mí que hay Claudia Grant para rato, no te desharás de mí tan fácilmente”-
Lisa lo miró extrañada
-La teniente-comandante Grant está bien, vengo del hospital-explicó ante la perplejidad de su superior
Sin poder evitarlo, Lisa curvó una pequeña sonrisa en sus labios
-está de buen ánimo-continuó hablando el piloto-dijo que se desharía pronto de los médicos. Está muy preocupada por su salud, acepta que vuelva entendiendo que es necesario, pero me dijo que se encargará personalmente que haga todo conforme a un buen cuidado de su estado; Miriya no piensa de forma diferente y tuve que enviarla a casa con Dana con tal de que no viniera a jalarla de una oreja para llevarla a su casa.
-Gracias Max, a ti a Miriya por las preocupaciones por mi-
-No hay de qué Capitán, sólo hacemos lo que sabemos que Rick haría por cualquiera de nosotros y lo que usted misma haría en ese mismo caso.
Lisa supo en las palabras de Max que no estaba enfrentando todo sola, si bien por si misma creía poder levantarse, con el apoyo de aquellos más cercanos podría hacerlo sin temor a caer porque siempre estaría alguien pendiente de sostenerla
Bajo el amparo de la noche oscura y fría se dejó acompañar hasta la casa de su amiga. Tras despedirse de Max, se hizo la idea de comer antes de irse a la cama. Aunque entre tantos pensamientos y dolores pudo dormirse, no hizo el esfuerzo por ella, lo hacía por ése bebé en su vientre.
La mañana que encontró no era muy diferente a las mañanas anteriores; era fría, oscura y el aire estaba pesado. Se levantó con la rapidez que pudo, desayunó y se dirigió a la base. Tenía una reunión con el general Beck y su hijo, se debía tocar los temas del análisis de la situación. Estaba segura que también se discutiría el tema de los funerales de los hombres caídos
Lisa no se equivocó al pensar que aquella reunión le tomaría gran parte del día, efectivamente fue así. Hubo terminado muy cansada y frustrada, sobrepasada por la situación actual de quien estaba al mando. Beck prácticamente se había tomado el mando absoluto por ser el siguiente en la cadena, la relegó de varias decisiones y bajo el argumento de que ella no estaba médicamente habilitada para retomar sus funciones, tomó la decisión dejar al capitán Beck en continuidad como su reemplazo. Tenía que respetar su autoridad, a regañadientes debía tolerar la toma de poder
Al dejar la base se dio cuenta que en éste día nadie había descansado, cada persona que se cruzaba a su paso mostraba las señales propias del agotamiento. Aún el trío tan especial del puente se veía aminorado en sus fuerzas; las chicas estaban sencillamente devastadas por todo lo que ocurría. Por un momento se le había pasado por la mente ir a ver a Claudia, más una pequeña molestia de su estado, la hizo desistir. Tenía que estar tranquila y descansar, su amiga no le perdonaría arriesgarse no dejándose caer en una cama cuando en verdad la necesitaba.
Esa noche, como la anterior, pensó en Rick, rogando al cielo que él tenía que estar de vuelta para cuidarla a ella y a su bebé
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La voz del general Beck retumbaba en los oídos de aquellos que fueran subalternos de Global, a las diez de la mañana de un frío y oscuro día de invierno del año 2012. Con los corazones estrujados por una dolorosa despedida, todos oían atentos. Beck resaltaba todo valor presente en el gran almirante y demás hombres del alto mando que habían caído ante la gran sombra de la muerte.
“Ellos quedarán en la memoria de todos aquellos que servimos bajo su mando…”-decía el autoritario general; Lisa sabía que así sería, Max y Miriya a su lado pensaban lo mismo, también todos aquellos uniformados que presenciaban el acto de despedida.
Pero hubo un momento, un momento donde hubo un gran silencio, precedido por un grito de un civil de entre tantos que se presentaron de pronto, pasando las líneas de soldados que custodiaban el recinto
-¡¡No hay honor en esta guerra, no hay honor en tantas muertes sin sentido!!-exclamó con todas las fuerzas de sus pulmones
Beck había callado rotundamente ante eso. Todos se habían vuelto hacia el hombre que gritó, y a pesar que los soldados ya le retenían y acallaban, forcejeaba para volver soltarse
-Sáquenlo de aquí-ordenó al fin el General Beck
-¡No tienen derecho!-se atrevió a gritar otro civil, una mujer
-Esto es un funeral de honor y militar, no pueden estar aquí-
-¡Lo dice usted. Si fuera el caso que usted estuviera en esa urna y quisiéramos despedirlo, seguro que Global en su lugar nos los permitiría!-Contraatacó la mujer
-¡Sáquenlos de aquí!-repitió Beck con severidad en la voz
-No puede prohibírselo-intervino Lisa
-Capitán Hayes, está oponiéndose a mi autoridad-
Lisa dio un par de pasos adelante. Miró al general con severidad y le dijo:
-El almirante Global querría ser despedido por la gente que le estimaba y usted ha dicho respetarlo. Por esa razón le solicito el permiso a esa gente para estar presente.
Beck miró en rededor. Todos, incluso los soldados que forcejeaban con los civiles, tenían su mirada fija en su persona. Apretó los puños con fuerzas, no le quedaba más opción que ceder a la petición. Entonces asintió para contemplar rato después cómo un pequeño grupo de civiles que salió detrás de la línea de los que estaban primeros en sus intentos de pasar, llegaba hasta los féretros con ramos de flores que depositaron con respeto sobre estos. Acto seguido, ellos regresaron con los suyos
Beck prosiguió con su discurso guardando una lánguida molestia que no quiso dejar a relucir, hasta que finalmente llegó a las líneas finales, las últimas palabras antes de que se diera paso al tronar de los cañones de los VF. Se hizo un silencio intenso, más duro que antes. Las caras largas demostraban los sentimientos que se negaban a ver partir definitivamente a aquellos hombres. Beck exhaló profundo, bastaba su señal para que los pilotos abrieran el fuego de los cañones disparando al cielo
Fue entonces cuando entre los civiles dos presencias se abrieron paso, por el pasillo formado entre los uniformados llegaron hasta quedar al lado de Beck. Todos miraban turbados a la mujer que acompañada de un hombre llegaba en silla de ruedas, reconocían en ella a Minmei, que con mucho esfuerzo después se pusiera en pié con ayuda de sus muletas. Lisa estaba impresionada de verla, su aspecto que distaba mucho de la señorita del canto que un día conoció. Siguió con la mirada cada minúsculo movimiento de ella, hasta que se fijó en su postura final; Minmei en un brazo sostenía su cuerpo con la muleta, su mano que dejó libre sostenía un micrófono, se mantenía con la cabeza baja, como meditando o dándose valor para levantar sus rostro para presentarlo a plenitud
-Es tiempo de recogimiento por los caídos-dijo Minmei y levantó el rostro lentamente- la guerra no ha traído más que dolor y lágrimas, pero hay aquellos, como los que hoy despedimos, pusieron todo su empeño para que esto termine. El almirante Global jamás abandonó a la gente de Macross cuando el mundo nos rechazó y llevó a toda su gente al exilio al espacio por auxiliarnos. En nombre de aquellos; los que aún viven y los que han muerto, le doy las gracias... Y les digo a todos ustedes que no dejen que sus fuerzas flaqueen ahora, yo apenas entiendo que tras una caída, el hombre o mujer se puede levantar…-
Minmei calló mientras una lágrima aparecía de sus ojos. Los presentes le miraban y se miraban entre sí, hasta que al final toda su atención quedó prendida en su voz. Minmei a capela comenzaba a cantar una de sus canciones. Aquella era su forma de despedir a aquel hombre que logró ganarse su respeto y admiración, y que muriera desgraciadamente en el cumplimiento de su deber.
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