Fanfic Name / Nombre del Fanfic: Tiempo para decidir

Chapter / Capitulo: 1

Author / Autor: mihll

Dedicated to / Dedicado a: Pandora, una amiga que me ha animado a publicar esta historia

Rating / Clasificacion: AP (All People = Todo espectador)

Romance

Action / Accion

Adventure / Aventura

Fanfic: Ingresó a la habitación, se había olvidado por completo que aquella mujer tan sorprendente hizo uso de su cama la noche anterior. No quería admitirlo, pero verla allí, acomodándose el cabello despreocupadamente frente al espejo le provocaba ciertas sensaciones. Desde hace un par de meses que había dejado de mirarla solo como una oficial superior, esa mujer cuyo uniforme que no opacaba para nada su esbelto cuerpo, se había transformado en una amiga, alguien de quien dependía constantemente. 
 
Podía compararla con la estrella del canto, ambas mujeres ligadas a su vida de una y otra forma. La joven cantante era la dueña de sus sueños, de sus fantasías pero a la vez una mujer que velaba por sí misma, buscando siempre ser idolatrada por sus fervientes fans que la seguirían hasta el fin del mundo, olvidándose por completo en algunas ocasiones que la guerra no había terminado. Como fuese la historia desde que la conoció, amor o no, nunca se ha preocupado por sus sentimientos o por los sucesos importantes que acontecían en su vida. En cambio Lisa, ella siempre ha estado cuando la necesita, una mujer intachable, madura por sobre todas las cosas, y no por ser la capitana mas temida de la fuerza robotech dejaba de ser menos bella, tenía todo cuanto cualquier hombre deseara encontrar, sólo que… a veces amaba demasiado su trabajo. 
 
Suspiró y se decidió a tocar tardíamente, solo entonces Lisa se percató de su presencia. 
 
- ya es hora de irnos- le dijo, la capitana le miró mencionando que ya estaba lista para iniciar la caminata matutina rumbo a su lugar de trabajo. 
 
Ambos caminaron en silencio, como si las palabras se hubiesen acabado. Solo de vez en cuando Rick le daba una mirada de reojo a su acompañante y devolvía prontamente la vista a sus pies. Pensaba en las interminables horas que últimamente había pasado con ella y en lo sorprendente que llegaba a ser cuando se daba a conocer por sobre esa careta de mujer de hielo autosuficiente. La verdad es que le parecía que era tan frágil como cualquier otra, solo que a veces llegaba a ser demasiado terca y se empecinada en demostrar algo diferente. 
 
- ya llegamos Rick, este es mi destino- 
 
Rick se sobresaltó al oírla, antes no le había puesto atención dado que estaba sumido en sus pensamientos. 
 
- que rápido pasa el tiempo – se dijo mentalmente. 
 
- SDF-2 llamando a Rick Hunter- ironizó Lisa al notar que este volvía a perderse en sus cavilaciones. 
 
- lo siento Lisa… ya debo reportarme a mi puesto- 
 
- hasta la noche capitán Hunter- Se despidió formalmente la oficial 
 
- ya nos veremos Lisa- dijo correspondiendo a la despedida 
 
 
Como siempre la capitana llegaba con quince minutos de anticipación a su puesto en el puente del SDF-2, a esas horas de la mañana todo estaba tranquilo y solitario, el momento oportuno para detenerse a pensar en su vida antes de que el bullicio de Vanesa y Kim la interrumpieran. 
 
- por Dios Rick, no se en que piensas últimamente, siempre estás distraído- dijo dejándose caer en su silla. 
 
Apoyó su espalda contra el respaldo y se dejó relajar unos momentos. 
 
- Lisa Hayes, siempre obsesionada con un hombre que jamás corresponderá a tus sentimientos, estás pérdida- se dijo tristemente. 
 
A su mente llegó el recuerdo de esa noche de copas de semanas atrás... En esa ocasión en que el joven capitán bebió más de la cuenta. Esa noche el había sido toda una revelación, le había abierto su corazón contándole sus penas y desesperanzas, todo relacionado con la pequeña estrella del canto, esa que se negaba a ver los sentimientos que él aun guardaba por su persona. Sufrió con sus palabras llenas de dolor por no ser correspondido, el mismo dolor que ella compartía. Lo tenía siempre a su lado pero no había logrado en tanto tiempo apoderarse de su corazón, podía ser la mejor en estrategias de combate pero en este tipo de batalla parecía ser una deplorable principiante. 
 
- no debes quejarte ahora, tú permitiste esto y ahora debes enfrentar las consecuencias- se dijo una vez mas. 
 
En ese momento toda la paz del recinto se esfumó cuando las alegres risas de las chicas fueron notoriamente audibles, la señal que necesitaba para ponerse al frente y comenzar un nuevo día de trabajo. 
 
Al fin un día de paz y tranquilidad, esta vez Khyron no había hecho de las suyas, solo le tocó instruir a un escuadrón de reconocimiento por las afueras de la ciudad. Las horas parecieron interminables, al menos los conflictos desatados por los Zentraedi rebeldes le mantenían la mente ocupada, claro que una vez las aguas estuvieron calmadas, sus pensamientos volvieron a dirigirse al joven capitán. 
 
- y cuéntame amiga, ¿cómo va esa relación con el capitán Hunter?- preguntó Claudia tranquilamente mientras bebían café en su hora de descanso. 
 
- creo que ha empeorado- 
 
- pero Lisa, yo te veía más decidida, no me esperaba esto de ti- 
 
- nos es por contradecirte amiga pero… estoy harta de que me digan las cosas de esa manera, siempre viéndome como la mujer perfecta, pues no lo soy- 
 
- Lisa, es solo una manera de decir, si yo fuera tú, iría y le diría de una vez lo que siento- expresó divertida. 
 
- precisamente por que no eres yo ni yo soy tú, es que no me atrevo a hacerlo, ¿te imaginas a Lisa Hayes declarándose abiertamente?, se vería patético, mal, mal… no he nacido para esto de la conquista amorosa- dijo con desgano dirigiendo su vista a la taza de café que desprendía un agradable aroma. 
 
- ya te resignaste, pero déjame decirte que enamorarse no es para nada patético menos decírselo al hombre que amas-  
 
- si, si, ¡siii!, lo patético esta en que ese hombre no corresponde mis sentimientos, sigue enamorado de la innombrable, me lo hizo saber hace un par de días- 
 
- no hay caso contigo, ya me voy porque no quiero seguir escuchando esas tonterías- se levantó y comenzó a caminar a la salida ante la atónita mirada de su mejor amiga- ya te lo dije amiga “no dejes que pase demasiado tiempo para decirle tus sentimientos”- terminó por decir antes de perderse tras la puerta 
 
- si supieras que ya lo intenté… que aquella noche de copas dormí con él esperando que cambiara sus sentimientos…si lo supieras ya no dirías lo mismo; estaba tan ebrio que ni siquiera se acuerda que hicimos el amor- mencionó tristemente bebiendo el último sorbo de café. 
 
-… y hablando del rey de roma- se dijo después al ver ingresar a Rick acompañado por su fiel amigo Max. 
 
Inevitablemente ambos pilotos advirtieron su presencia y se acercaron a la mesa. 
 
- buenas tardes capitán Hayes – saludaron cortésmente al unísono. 
 
- buenas tardes teniente, buenas tardes capitán- correspondió al saludo intentando cambiar la expresión de su rostro. 
 
- supongo que no te molesta si nos sentamos en tu mesa- 
 
- adelante- 
 
- después de tanto tiempo al fin tenemos un patrullaje tranquilo- comentó Max  
 
- sí, así es, este debería ser un día para celebrar- 
 
-tienes razón Lisa, pero aun no podemos cantar victoria, nunca sabemos que va a suceder con esos rebeldes que merodean en los desiertos- 
 
- los siento muchachos pero comienza mi nuevo turno, los dejo- dijo bruscamente terminando la conversación, la verdad era que no quería ver ese rostro por el momento, debía pensar y un lento caminar de vuelta al puente tal vez le ayudaría. 
 
- ves a que me refiero cuando te digo que esta obsesionada con su trabajo- le dijo Rick a su amigo apenas Lisa estuvo a una distancia considerable. 
 
- tal vez tengas razón pero a la vez hay que reconocer que sin el esfuerzo que ella hace las cosas estarían totalmente descontroladas- 
 
- la estas justificando- reprochó Rick al oírlo 
 
- no, sólo es un comentario personal, no te lo tomes tan apecho… además ella te gusta tal como es ¿verdad capitán?- 
 
- me gusta la Lisa comprensiva, buena amiga, no esta Lisa obsesionada- aclaró levantando algo el tono de la voz, Max le miró extrañado por esta reacción pero no le dio mayor importancia. 
 
- me enteré por la boca de algunos pilotos que Minmay regresó a la ciudad y se esta hospedando en casa de sus tíos- comentó Max despreocupadamente. 
 
- lo se, recibí una llamada suya ayer por la tarde- 
 
- al parecer aun recuerda que existes- 
 
- solo cuando se siente sola, cuando necesita a un amigo y allí esta Rick Hunter para terminar con su soledad- respondió fastidiado. 
 
- dos mujeres, amor y odio para ambas- dijo Max sin poder evitar que ese comentario saliera descuidadamente de su boca. 
 
- es la dura realidad de mi vida- 
 
 
Max permaneció un tiempo en silencio y luego retomaron la conversación tocando temas sin relevancias. 
 
El día siguiente fue muy agitado, los escuadrones robotech se vieron envueltos en la ardua tarea de evitar un par de ataques simultáneos en distintas bases y como era la usual estrategia del zentradie al mando, solo era una distracción para alcanzar su verdadero objetivo, el robo de protocultura en una base de almacenamiento ubicada en el interior de Nueva Macross. Su retirada victoria tras apoderarse de la vital energía para abastecer sus fuerzas dejó tras de si destrucción y desesperación en los habitantes de la ciudad quienes veían el final de la guerra muy lejano. 
 
Esa noche una muy cansada capitana se dejó caer en su sillón. Al encender la televisión, mas que hacer énfasis en los continuos ataques del día, lo hacían en torno a la reconocida cantante, anunciando su presencia en la ciudad y en el concierto que daría en los siguientes tres días- 
 
- Minmay hasta en la sopa- se dijo con frustrada apagando el televisor- ojalá que una bomba perdida del Zentraedi acabara con tu existencia-dijo fastidiada pero inmediatamente se corrigió, esa que le deseaba la muerte a una persona, aunque fuese la mas detestada de todos, no era ella. 
 
- oh Rick, si tan solo cambiaras tus sentimientos sería la persona mas feliz del mundo… supongo que nada puedo hacer para que eso ocurra, al menos nada en esta vida- se dijo rendida. 
 
En el mismo momento en que Lisa meditaba sobre su triste vida, Rick no podía conciliar el sueño, aunque estaba sumamente cansado su mente no estaba tranquila, ese nuevo sentimiento hacia su oficial superior lo tenía descolocado, y la llegada de Minmay solo empeoraba su confusión 
 
 
¿Por quién decidirse? 
 
Era la pregunta que una y otra vez venia a su mente, torturándolo. No sabía con certeza a quien elegir, ambas tenían defectos y virtudes aunque Minmay tenía muchos mas defectos, eso lo tenía claro, pero además era poseedora de una belleza increíble y muchos encantos. 
 
Si seguía haciendo comparaciones terminaría volviéndose loco. 
 
Después de mucho revolverse en su cama se levantó. Echaba de menos la presencia de Lisa, esa mujer que le entretenía casi todas las noches con una agradable conversación, con juegos o simplemente viendo tranquilamente la televisión a su lado.  
 
Después de obligarse a leer libros tras libros se quedó dormido en el sofá. El frío de la mañana de invierno y el insistente ruido emitido por el timbre le despertó algo desorientado. Miró hacia todos lados dándose cuenta de donde se encontraba solo segundos mas tarde. 
 
-Hola Rick- dijo la vocecita de la mujer que se encontraba de pie ante su puerta- lamento no haberte avisado antes de mi visita, ¿aún dormías?, ¿te desperté?- inquirió luego mirándolo de pies a cabeza vestido con el pijama. Rick no pudo pronunciar el correspondiente saludo, se encontraba sorprendido por esa repentina visita  
 
-¿así saludas ahora a tus viejos amigos? – preguntó extrañada por su reacción. 
 
- no, Minmay es que no te esperaba- se excusó. 
 
- estás perdonado- dijo sonriente la estrella estirando su cuerpo para depositar un beso en la morena mejilla del capitán. 
 
En ese momento en que como todo caballero iba invitarla a ingresar a la casa, se enfrentó a la mirada de hielo de una mujer que también había tenido la misma idea de visitarlo. Lo había olvidado por completo, por primera vez en mucho tiempo sus días de descanso coincidían, y si él fuera ella, también tendría el mismo pensamiento de visitarse. 
 
Impedido por su improvisada presencia de Minmay debió olvidar la idea de seguirla, solo tuvo que conformarse con verla marchar. No quería esto, no quería que ella le viera con Minmay al lado, era lo que manos se proponía ahora que sentía que en su corazón existía un sentimiento por esa mujer.  
 
- ¿qué tanto miras?, ¿Quién era ella?- preguntó la cantante llamando su atención. 
 
- es la capitana Hayes, la conoces- 
 
- ¿y esa capitana suele visitarte constantemente?- preguntó intuitiva 
 
- es mi oficial superior, no es algo extraordinario que seamos amigos fuera de la base-  
 
- no me parece que tan solo tú amiga, yo la noté disgustada en cuando se marchó- 
 
- ya no hablemos mas del tema, pasa y dime la razón de tu visita- dijo bruscamente, la verdad es que se sentía incomodo con ella allí y Lisa los había visto, era lo peor que podía sucederle a esta hora de la mañana. 
 
Por su parte, Lisa caminó rápidamente de vuelta a su casa haciendo caso omiso del frió de un día de invierno que se colaba entre sus ropas enfriando su cuerpo. No lo sentía, solo estaba el dolor de ver a Rick junto a la innombrable. El día en que la desesperanza había llegado a su corazón, en el momento en que se encontraba temerosa de algo y quería desahogarse estando al lado del hombre que amaba, lo encontraba con ella. 
 
El portazo que dio marcó el ingreso a su casa, no había mas camino que el que llevaba a su cuarto para dejar que las lágrimas escurrieran cobijada entre las almohadas de su cama, lloró sin contenerse hasta que esas gotas saladas se extinguieron por voluntada propia. 
 
La cabo de unos cuantos minutos se dirigió al baño llevando consigo una pequeña cajita que extrajo de su cartera, tenía miedo de los resultados, pero debía hacerlo para comprobarlo por que ya tenía ciertas sospechas, jamás en su vida su periodo se había atrasado mas de una semana, esta era la primera vez que ocurría coincidiendo con el mes en que se entregó a los brazos de Rick. 
 
Sentada sobre la tapa del retrete esperó el tiempo indicado, recriminándose por tal debilidad de la carne. 
 
- lo único que me faltaría, estar embarazada de un hombre que nunca se hará cargo por amor a mi… sería una tonta ilusión pensar lo contrario- murmuró contando los minutos- ya quisiera ver la cara de Claudia cuando me diga “por que no te cuidaste Lisa, siempre te he considerado una mujer responsable” ja, ja, ja- se rió de si misma- “y que querías que hiciera aparte de ser la oficial mas temida soy una mujer y la carne es débil”… esa sería la respuesta…¡Qué miserable soy! – terminó por decir. 
 
El color del test de embarazo ya había cambiado, para su infortunio líneas visibles indicaban una respuesta positiva. 
 
Esto no le estaba ocurriendo a ella, no era verdad, no podía estar esperando un hijo de Rick. Llorar mas de lo que lo había hecho no solucionaría las cosas, las cosas hechas estaban y ya la vida no podía echar pie atrás. 

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