Fanfic Name / Nombre del Fanfic: sueño de una noche eterna

Chapter / Capitulo: capitulo seis

Author / Autor: clo

Rating / Clasificacion: O18 (Over 18 = Mayores de edad 18 años por tipo de lenguaje, violencia o escenas subidas de tono)

Romance

Alternate Universe / Universo Altern

Fanfic: CAPITULO SEIS 
 
¡Oh, mi diosa Helena, ninfa sin igual! ¿Con qué podría tus ojos comparar? El cristal es turbio. ¡Ah, qué tentadoras lucen las maduras guindas de tu boca! 
 
Esa pura y cuajada nieve del Tauro que orea el viento del Este, es un grajo cuando tú alzas la mano. ¡Deja que bese este regio blancor, aval de mi suerte! 
 
La luz del sol comienza a entrar por su ventana, pero ella no ha dormido mucho que digamos. Pasó gran parte de la madrugada recostada sobre su cama con una mezcla de sentimientos por demás extraña, que no ha logrado esclarecer del todo. 
 
En su mente ha repasado una y otra vez la escena del sillón, tratando de entender lo que había sucedido. Por primera vez en mucho tiempo estuvo totalmente dispuesta para dar el paso decisivo e iniciar una relación amorosa, la primera real desde Karl Riber. Esto significaba poner el último clavo en el ataúd donde encerró sus ilusiones y sueños de una vida con Rick, aquella que ya sabía estaba muerta pero no había logrado enterrar.  
 
Pero simple y sencillamente no pudo, su cuerpo estaba dispuesto, su mente gritaba que ya era hora pero su corazón, maldita sea, su corazón aún dudaba. Jamás había sentido esa mezcla de euforia, deseo, pasión y culpabilidad, aderezados con amor… una combinación de aquel amor estilo Teresa, no me importa con cuantas mujeres este Tomás siempre y cuando regrese conmigo, y una nueva clase de amor, uno que nada tiene que ver con sufridas heroínas clásicas. Simple, libre, total, sin obstáculos evidentes más que su propia necedad… eso era algo nuevo para ella.  
 
Como un sentimiento de cuatro letras podía causarle tantos dolores de cabeza y que se vida estuviera hecha un nudo, pero sobre todo como era posible que lo sintiera por dos hombres. 
 
“Mikael y Rick… son tan parecidos en lo exterior, en un principio esa fue la razón por la cual me atrajo Stavros, por su parecido con Hunter, pero ahora que he comenzado a conocerlo más a fondo me doy cuenta que es solo en lo físico, su manera de comportarse es como el día y la noche” 
 
Suspira, humedece sus labios y pasa suavemente su dedo incide sobre ellos, es tan extraño que pueda recordar e inclusive sentir con tanta perfección besos que se llevaron a cabo con casi un año de diferencia, cada uno de ellos con un significado tan especial. De hecho solamente tres hombres la han besado en su vida y todos fueron tan diferentes, ella misma había sido diferente.  
 
Desde la inocencia de la joven Elizabeth Hayes, Lissy como le llamaban de cariño sus padres y amigos, pasando por la Reina de Hielo su alter ego que ocultaba a una joven mujer envuelta en una situación que la sobrepasaba, la chica que renació al ser rescata de los escombros de una base militar después de ver morir a su padre, y ahora la mujer que luchaba por dejar sus sueños infantiles a un lado y creer que podía ser feliz al lado de otro hombre que no fuera Rick Hunter.  
 
“Era una niña cuando estuve con Karl, llena de sueños, fue la primera vez que pensé que había encontrado a Demetrio pues en un principio nos odiamos, bueno más bien él me alucinaba. La pequeña pelirroja con sus sueños de princesa de Disney detrás de él pidiéndole su primer beso de amor verdadero. Años después fue Karl, a su regreso de Eaton y que coincidiéramos en la academia militar, quien se diera a la caza para robarme el que en verdad sería mi primer beso, pero no necesariamente de amor verdadero. Si bien no recuerdo del todo el primero no logro olvidar el último… aquella tarde junto al lago cuando me informo que había sido asignado a la base Sara y que partiría al día siguiente rumbo a Marte, la mezcla de amor y dolor, como si supiera que no volvería a verlo”.  
 
Una pequeña lágrima recorre su mejilla, no había pensado en ese beso en mucho tiempo, no desde la Base Sara cuando se aferro a su fotografía y pensó en alcanzarlo, la primera vez que Rick la rescato y ella comenzó a verlo un poco diferente.  
 
“Karl fue mi primer amor… fue el primero en todo, pero lo que me hizo sentir no tiene comparación con...” – resopla echando un mechón de cabello a un lado – “Karl Riber, el más dulce de los chicos pero también el más asustado, tal vez por eso me prendé de Rick, siempre con su pose de caballero de brillante armadura, rescatando damiselas de entre los escombros” 
 
“Entre ese último beso con Karl y el siguiente paso mucho tiempo, no vale la pena recordar aquellas ocasiones donde utilizamos como distracción el extraño ritual de juntar nuestros labios como lo llamaron lo Zentraedis, esos todavía los recibió la Reina de Hielo… la siguiente ocasión que recibí un beso verdadero fue una noche de lluvia y casi un año después la historia se repite solamente que ahora bajo las estrellas”  
 
Suspira fuertemente y se tapa el rostro con una almohada mientras ahoga un pequeño grito – “que esta pasando conmigo” – ambos la hicieron sentir más excitada de lo jamás lo había estado y eso le dio pánico, no saber como reaccionar al deseo que sintió.  
 
En ambos tuvo esa sensación de euforia de la que se había despedido el día que se entero de la muerte de Karl en Marte, recordó también lo que era sentirse segura entre los fuertes brazos del hombre con que compartía aliento, el como la sostenían de la espalda suavemente y con fuerza al mismo tiempo, las mariposas en el estomago, pero también hubo nuevas sensaciones mucho más adultas. El palpitar de su feminidad, confirmando lo mucho que deseaba estar con ellos, la necesidad de sentir su piel desnuda contra la suya, el tenerlos dentro si. Aunque había dormido con Karl, eso fue un juego de niños inocentes en comparación a lo que Rick y ahora Mikael le hicieron sentir.  
 
Si esa noche lluviosa no hubiera sucedido, tal vez las cosas serían mucho más sencillas, no tendría ese maravilloso recuerdo que le mantuvo la esperanza viva hasta que Hunter le dijo con la expresión más feliz que jamás le haya visto “Me voy a casar con ella”, esas palabras fueron una puñalada para esa frágil esperanza, a partir de ese día se dio cuenta que no podía basar toda su felicidad en una noche de soledad y algo de vino tinto. Esa fue la razón por la cual sucedió, Rick se sentía solo, necesitaba saberse querido y que era más importante que cualquier otra cosa, no en segundo termino como Minmei lo hacía sentir, siempre después de su carrera y su público. Ella por su parte, perdió por un instante sus miedos gracias a media botella de vino tinto y una agridulce historia de amor, se dejo llevar y ahora tontamente atesoraba ese recuerdo como si fuera parte de las joyas de la corona… un tonto beso bajo la lluvia.  
 
Pero en su mente tal pareciera que hubiera sido a pesar de que había casi pasado un año, la Reina de Hielo había quedado atrás y esta nueva Lisa estaba recordando como ser una chica normal y no la más joven oficial de las fuerzas con la responsabilidad de miles de civiles y soldados sobre sus hombros.  
 
Iban rumbo a casa Rick caminando lado a lado bajo la sombrilla que Claudia le había prestado, y de la nada él se detuvo en seco, ella simplemente volteo a verlo y pudo ver esa extraña mirada que se intensifico cuando sus ojos se encontraron… por un segundo pensó - “seguramente así ve a Minmei” – no estaba tan equivocada, lentamente se acerco a su rostro, ella instintivamente lo levanto a su encuentro y entrecerró sus ojos, cuando al fin sus labios se tocaron, la euforia comenzó y ella ya no fue la misma, hecho sus brazos alrededor del cuello de él, Rick por su parte tiro la sombrilla y la abrazo fuertemente, sosteniéndola de la espalda como si temiera que podría caer en cualquier momento, sus senos literalmente chocaron con el pecho de él y pudo sentir como lentamente él comenzaba a excitarse. Cuanto tiempo estuvieron besándose bajo la lluvia no lo sabe, para ella fue como diría Eistein relativo, eterno y corto al mismo tiempo. Cuando terminaron y el se disculpo por lo sucedido, Lisa agradeció que las gotas de lluvia sirvieran de camuflaje para sus lagrimas y el olor de tierra mojada fuera mucho más fuerte que el de su propia humedad.  
 
Con Mikael sucedió algo parecido… la euforia inmediata cuando lo sintió cerca a su rostro, después de pasar horas analizando los hechos esta segura que el último tramo lo recorrió ella, poco a poco el carpe diem que era su nueva filosofía comenzaba a formar realmente de su vida, hecho sus brazos a su cuello, no era la primera vez que deseaba hacerlo pero si que se atrevía, y no la desilusionó (como tampoco lo hizo Rick), apasionado, dulce, comprometido, todo eso sintió en la manera en que la besaba, demandante pero gentil, la forma en que la tocaba como si tratará de aprenderse cada una de sus curvas pero con suavidad como si temería hacerle daño. Sintió como su cuerpo le pedía algo más (al igual que aquella noche), quería que él la hiciera suya, cuando el comenzó a acariciar sus hombros estuvo a punto de pedírselo pero no pudo y fue cuando se derritió completamente y pensó amarlo al oírlo decirle suavemente al oído “no estas lista”. En ese momento deseo tanto probarle que estaba equivocado, quiso tanto abrir su boca pero como en todas las ocasiones importantes, aquellas en las que su corazón estaba en juego y debía hacer uso de su privilegiado don de la palabra, simplemente se congelo, otra vez se auto saboteó, igual que con Rick disculpándose por besarla, ella solamente sonrió y fingió una vez más confirmando que no estaba 100% lista, el fantasma Hunter aún recorría su corazón, pero ya no era su único dueño.  
 
“Por que tuvo que sostenerme de la espalda de esa manera, la misma forma que Rick lo hizo bajo la lluvia, como si ambos supieran que estaba a punto de desfallecer o de salir huyendo…” – la cama le molesta y de todas formas no le esta sacando ningún provecho, no ha dormido nada y no esta acompañada como para acurrucarse con ese alguien, algo que jamás en su vida había hecho y moría de ganas de hacer – “creo que es hora de levantarme y hacer algo de provecho, en lugar de estar pensando tonterías, esa era la vieja Lisa, la nueva pondrá su mente en pausa por unos minutos y dejará que el corazón y su libido tomen las decisiones por una vez en su vida, es hora de dejar de vivir en una novela y comenzar mi vida”. 
 
Se quita la almohada de sobre su rostro, muy lentamente como si no quisiera enfrentarse al mundo aún, cuando escucha que alguien toca la puerta – “señal divina de que no tengo que seguir aquí” – se levanta, se pone sus pantuflas y su bata, nuevamente tocan knock-knock 
 
– Un segundo ya voy 
 
“Quien podrá ser a esta hora” – piensa mientras cruza su pequeña estancia anudándose el cinturón de la bata, la chaqueta de su uniforme aún esta sobre una de las sillas del comedor – “Ojala no haya visto este desastre”  
 
– Si – dice al abrir y ahí frente a ella con la mejor de sus sonrisas esta nada más ni nada menos que Mikael Stavros, sosteniendo una caja de donas, luce en verdad atractivo  
 
– Ayer quedo pendiente nuestro café y no quise esperar a las 10 AM 
 
Eso es más que suficiente, le devuelve la sonrisa y se acerca para besarlo, con su mano libre él no la sostiene de la espalda sino de la cintura, sin dejar de besarse entran a la casa y él con su pierna cierra con dificultad la puerta.  
 
– No me imagino como me agradecerías si trajera pastel  
 
Ella solamente sonríe, sin decir una sola palabra toma la caja y la deja en la mesa de su comedor quedando de espaldas a él, Mikael no puede evitarlo la toma por detrás y comienza a acariciar su rostro y su largo cuello, ella suspira hondamente mientras cierra sus ojos para disfrutar lo que su toque le hace sentir, el como sus manos bajan por su cuello mientras ella hace su cabeza hacia atrás recargándola en su amplio pecho, inclusive puede sentir el latir agitado de él, al fin después de hacer el recorrido sin prisa llega al nudo de su bata, que tarda un poco en deshacer lo que provoca una pequeña risa nerviosa en ambos, al fin logra su cometido y ella cae en cuenta que solamente esta utilizando unas bragas color piel y una camiseta negra de tirantes pegada a su cuerpo. El acaricia sus pechos sobre la tela, lo que hace los pezones de ella reaccionan al toque – “por primera vez dejare que mi corazón y mi libido tomen las decisiones”. 
 
El tira de la bata y ella solamente deja que caiga al suelo mientras voltea a verlo de frente.  
 
– Eres tan hermosa – ella sonríe apenada, esta en ropa interior frente a un hombre que no tiene más de mes de conocer, eso si es nuevo para el capitán más joven de las fuerzas unidas  
 
Ella le ofrece en silencio su mano y al tomarla lo lleva a la habitación, no cometerá el error del sillón una vez más, en su habitación no hay recuerdos felices de Rick solamente de las noches en vela que ella paso pensando en él, más bien sufriendo por él. Mikael la sigue en silencio embelesado con los movimientos de la mujer que va delante, es otra cuando no usa el uniforme, el caminar hasta cierto punto masculino que utiliza en la base poco o nada tiene que ver con el vaivén sensual de sus caderas. 
 
“Tu y yo Lisa no dejes entrar a nadie más en esta ocasión, solamente nosotros sin títulos, sin presión” 
 
Al llegar a la orilla de la cama, ella voltea y se para de puntillas para alcanzarlo y poner sus brazos alrededor de su cuello, el se agacha un poco para tomarla de la cintura y levantarla, se besan primero suavemente.  
 
“Realmente quiero hacerlo” – piensa Lisa mientras es ella quien hace el beso más profundo y demandante – “es tan agradable esto, se siente tan… correcto” 
 
Lentamente él la pone en el suelo, ella lo suelta y comienza a desabotonar su camisa, su pecho es algo velludo, bueno a comparación del de Rick o Karl – “así que, así es como debe lucir un hombre” – el la toma de las manos para detenerla. 
 
– Estás segura de esto 
 
– Creo que nunca he estado más segura de nada en mi vida – su respuesta la sorprende hasta a ella misma, en verdad esta realmente segura y confiada de lo que va a suceder 
 
– Me alegro, no podría tomar otra ducha fría – dice él quitándose la camisa y volviendo a abrazarla – no sabes cuanto te deseo Lisa Hayes  
 
– Creo que tengo una pequeña idea – responde mientras pasa lentamente su mano por su entrepierna  
 
El ya no puede más, la besa con fuerza y dulzura (como era posible que alguien pudiera ser así de demandante y rudo, pero al mismo tiempo tan considerado y amoroso) mientras comienza a bajar los tirantes de su camiseta, ella toma esa señal para desabrochar el pantalón vaquero de él. Se separan unos minutos para poder quitarse ambas molestas prendas y como si fuera algo en lo que se hubieran puesto de acuerdo. Ahí están frente a frente, utilizando nada más que un par de bragas color carne y unos bóxers gris oscuro.  
 
Lisa es mucho más de lo que el esperaba, su ropa y sobre todo el uniforme ocultaban a la perfección lo que había debajo de ellos… sus senos perfectos, pequeña cintura y cadera perfecta, sus largas piernas, todos ellos parecían cincelados en el mármol de su blanca piel, ahora con un pequeño toque rosado. La única imperfección en su cuerpo pues hasta el conjunto de pecas en su espalda y pecho son perfectas, es una cicatriz en su hombro izquierdo que de alguna manera hace juego con el resto de su cuerpo, pues es lo único que la hace parecer humana. De no ser por ella pensaría que estaba apunto de hacerle el amor a una diosa. 
 
Ella por su parte analiza aquello que la ropa no dejaba ver de Mikael, su amplio pecho con un poco de vello color negro, marcado abdomen, de hecho su cuerpo le recuerda a una estatua griega o inclusive al David de Miguel Ángel, no demasiado musculoso pero perfectamente marcado, inclusive puede observar lo excitado que esta por debajo del algodón de la única prenda que utiliza, siente algo de temor pero no del deseo que siente sino de su propia inexperiencia, de repente su vista se fija en una cicatriz en su hombro derecho, no era de bala pues era mucho más grande pero algo en su interior se movió, como si esa lesión complementara la suya propia.  
 
Lentamente se acerca, bajo la atenta vista de él quien piensa que lo besara nuevamente en los labios pues se ha puesto de puntillas, pero ella hace algo completamente inesperado, lo que besa suavemente es aquella vieja cicatriz, la que lo semi-retiro del aire. Si le faltaban dos pequeños pasos para enamorarse perdidamente de Lisa Hayes, ella los había tomado por él con ese detalle. Ahora ella recorría lentamente aquel latente recuerdo de la guerra para subir por su cuello y morder suavemente el lóbulo de su oído. 
 
– Yo también me estoy enamorando de ti Mikael Stavros – le dice al oído en un suspiro  
 
El pone una de sus fuertes dedos bajo la barbilla de ella para levantar su rostro, quiere ver sus ojos, esos hermosos ojos verdes, verse reflejado en ellos. Ella por su parte se deja llevar y cuando sus ojos se encuentran, siente la necesidad de repetir sus palabras.  
 
– En verdad te estoy comenzando a amar – quiere ver la reacción de él, y que a su vez viera la sinceridad en sus ojos 
 
Ahora es Mikael quien no dice nada, solamente la besa mientras la toma en sus manos para depositarla en la cama, no quiere perder el tiempo con palabras, después de todo nunca han sido su fuerte, para el las acciones son mucho más validas que cualquier soneto o declaración, es extraño para Lisa el como se deja guiar por él, esta acostumbrada a ser ella la que da las ordenes, si es raro pero al mismo tiempo nada incomodo. La deposita en la cama y se pone sobre ella, no dejan de besarse, las manos de él recorren sus curvas, sus manos algo rugosas, no son las manos de un científico como Karl pero tampoco las de un piloto como las Rick, son la mezcla perfecta de ambas, ella por su parte acaricia su espalda como con temor hasta que siente como jala de sus bragas y solamente levanta las caderas para que el pueda bajarlas, mientras corresponde la acción jalando los bóxers de él, acariciando su trasero.  
 
Quedan totalmente desnudos y Lisa al caer en cuenta de su desnudez se siente algo apenada, sabe que sus mejillas están color magenta, el se da cuenta de ello. 
 
– Jamás ocultes tu cuerpo, es perfecto… tu eres perfecta  
 
– Hace más de 10 años desde la última vez que estuve así con… - titubea un poco – yo…  
 
– Alguien más, hubo alguien antes que yo, así como hubo mujeres antes de ti, que problema hay con ello – al decir esto la observa con detalle, su rostro es hermoso, la combinación de sus facciones y sus ojos verdes, enmarcados por el cabello rojizo, pero sobre todo esa inocencia nada fingida que brilla en su ojos, esa timidez que reflejan  
 
– Que para mi es como si fuera algo nuevo, mi primera vez – responde con sinceridad, ha comenzado a adorar esas facciones, al verlas tan cerca se da cuenta que a pesar del parecido son uno poco más duras que las de Rick, su mandíbula más cuadrada, sus ojos igual de profundos pero los de Mikael reflejan la sabiduría de un hombre maduro – “reflejan lo mismo que la mirada de Roy cuando veía a Claudia”  
 
– Y lo es, para ambos – los ojos sorprendidos de ella le causan una gran ternura – la primera vez que hacemos el amor juntos – responde mientras lentamente la penetra y vuelve a besarla  
 
Lisa olvida todo alrededor, Mikael tiene razón… siempre es la primera vez, solo ruega que no sea en absoluto sea la última.  
 
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– Tengo que ir no puedo volver a cancelar, por que no vienes conmigo 
 
– Por que odio estar ahí parado sin hacer nada, esperando.  
 
– Vamos será divertido, además solamente es una pequeña entrevista y probablemente les cante una canción  
 
– Más las dos horas de maquillaje, sabes que no me gustan esas cosas, que no nací para ser un marido carga bolsos  
 
– Y jamás lo serás, por cierto amaneciste de un humor del demonio, que pasa contigo 
 
– Nada, creo que algo me hizo daño anoche – “el ruso, eso fue lo que me cayo de peso” 
 
– Quería pasar contigo el día de hoy 
 
– Lo haremos cuando regreses del foro y tendremos todo el día de mañana, o tienes algún compromiso 
 
– Ninguno, mientras tanto que harás 
 
– Iré a visitar a Max o invitare a Lisa a desayunar 
 
– No creo que vaya a estar disponible 
 
– ¿Max? 
 
– No, Lisa… tu sabes como son las relaciones al comenzar, quieres pasar todo el tiempo posible con tu pareja 
 
– Hayes y el ruso, vamos 
 
– Debes estar ciego para no haberte dado cuenta que no se quitaban las manos de encima anoche 
 
– Eso no significa nada – pero el simple recuerdo le causa agruras – puede ser simplemente una canita al aire de Lisa 
 
– Ella no es así, no puedo creer que tengas tanto tiempo de conocerla y llamarla amiga y la conozcas tan poco 
 
– Ahora resulta que la conoces mejor tu que yo 
 
– Pues al parecer, Lisa deseaba enamorarse y ser correspondida, y al parecer su príncipe azul al fin apareció  
 
– Lisa esperando príncipes… Minmei vamos, esa mujer es demasiado ruda para estar perdiendo el tiempo en fantasías de adolescentes, es más a veces hasta dudo que alguna vez las haya tenido 
 
– Jamás la has visto más allá del uniforme y de tu amiga incondicional – “gracias a dios, por que hubieras dado cuenta de la maravillosa mujer que estaba loca por ti” – pero es como todas nosotras, creme ambos se veían con ojos de borrego  
 
– Te puedo asegurar que no es así, y que si la fuera a buscar ella tendría tiempo para mi  
 
– Yo no lo apostaría, Rick ahora Lisa esta en una relación  
 
– Yo siempre tenía tiempo para ella y estaba en una relación contigo si bien no recuerdas 
 
– Siempre y cuando yo no estuviera en la Ciudad 
 
– Eso no es verdad 
 
– Claro que si lo es, realmente ella te estima demasiado – “más bien te amaba lo suficiente” – para aguantarte, cuantas veces la dejaste plantada por ir a verme  
 
– Ella entendía que no siempre teníamos el tiempo  
 
– Claro que lo hacía y es por eso que ahora tu vas a ser un buen amigo y le regresarás el favor 
 
– Esta bien iré con los Jenius 
 
– Te llamo para ver donde nos vemos una vez que termine con mi compromiso, te amo – le dice y le da un dulce beso en los labios 
 
– Yo también te amo, pero odio tu trabajo 
 
– Y yo odio al tuyo, así que estamos a mano – responde mientras sale de la habitación  
 
La escucha bajar los escalones, atravesar la estancia y finalmente cerrar la puerta principal detrás de ella. Esta solo con sus pensamientos, no había logrado dormir mucho, primero después de sus travesuras en el auto durante el trayecto de vuelta a casa llegaron directamente a su habitación a hacer el amor. 
 
Pero una vez que terminaron y con Minmei dormida en sus brazos, él no lograba de sacarse de la cabeza a su mejor amiga y el ruso, el como se comportaban. No había querido reconocerlo en la breve discusión con su esposa, pero en verdad Lisa lo veía con ojos de borrego, los mismo ojos con los que lo vio la noche que besaron bajo la lluvia un año atrás. 
 
Tenía meses sin pensar en ese beso, había recordado la noche lluviosa, su amistad se fortaleció tanto en esa ocasión, fue cuando se convirtieron en mejores amigos, por eso envió la botella de vino a Lisa y le pedía que brindara por su felicidad, ya que no estaría en su boda.  
 
“Ya la había besado antes pero esa vez fue diferente, no intentábamos crear una distracción sino que ambos lo deseábamos”  
 
Se levanta de su cama y camina rumbo a la biblioteca, ahí se dirige directamente a la parte baja de uno de los estantes de donde saca un álbum de fotografías y se sienta en un sillón cercano al ventanal. 
 
“Que diferentes eran las cosas hace un año, Lisa y yo estábamos juntos todo el tiempo, compartíamos todo” – observa con detenimiento las primeras fotografías que Lisa le entrego en un sobre – “En realidad creo que si abuse un poco de su amistad, ella siempre estaba ahí cuando la necesitaba y yo salía corriendo en cuanto Minmei aparecía sin importarme nada o nadie” 
 
Pasa las hojas y ahora las fotografías son diferentes, están ellos dos juntos, ya fuera solos o acompañados por Claudia, los Jenius o inclusive las conejitas, siempre lado a lado sonriendo. 
 
“Por que ella esta enamora de usted, por eso” – recordó al ver una fotografía en particular donde Lisa y Vanesa están saludando militarmente, recuerda bien que fue un día antes de la noche en que beso a su capitán bajo la lluvia, la tomo el con la cámara antigua de Lisa – “por que no entras al Siglo XXI y te compras una digital” – le pregunto – “por que carecen de alma” – así era su amiga, amante de las antigüedades, libros viejos y película, pero especialmente las fotografías en papel, con su cuarto de lavado transformado en cuarto oscuro para ella misma realizar el revelado. 
 
“Estuve todo el día con las palabras de Vanesa en mi mente, las creí al recordar la manera de comportarse de Lisa conmigo, el como me consentía. Una parte de mi dio un vuelco, que mejor que comenzar una relación con mi mejor amiga, Minmei estaba fuera de mi vida y Hayes, en ese momento pensé que podría llegar a amarla” – continua pasando las hojas, él y Lisa en el zoológico de la ciudad, en su casa recién estrenada, con la pequeña guerrera o cargando a Ben. 
 
“La encontré después de buscarla en su casa y la base con Claudia, compartiendo una botella de vino como pude percibirlo suavemente en su aliento, caminamos rumbo a mi casa para tomar una taza de té, yo iba decidido a realizar mi movimiento, pare en seco y simplemente la besé, ella me respondió con tal fuerza y plenitud que supuse que estaba en el mismo lugar que yo, estuvimos largo rato, Lisa besa delicioso” – Lisa con Claudia abrazadas, él en pose de James Bond rodeado de las conejitas, los famosos Hayes y Hunter enseñándole la lengua a la cámara.  
 
“Me separe de ella y le pedí perdón, no quise aprovecharme del momento, ella lo entendió. Ambos nos sentíamos solos y necesitados de cariño, no quería perder una amistad tan hermosa sobre un tal vez, fuimos a mi casa y solamente platicamos sobre todo y nada como siempre, sin embargo en mi mente continuaba la idea de que podríamos ser una buena pareja” – ello juntos vestidos de civil, el cargándola en su espalda 
 
“No puedo negar que ese beso despertó muchas sensaciones en mi, quise hacerle el amor ahí mismo, sobre todo por su dulzura y sensualidad combinadas que son mortales, cuando acerque mi rostro al suyo pude ver ese brillo en sus ojos verdes, el como fue entrecerrándolos lentamente para finalmente buscar mis labios con los suyos, la forma en que me abrazo y se acurrucó contra mi cuerpo, sus senos contra mi pecho, estaba tan excitada como yo” – un boleto de su primer concierto no Minmei, la celebración del Live Aid organizado por su banda favorita U2, junto con la fotografía de ellos frente al escenario – “inclusive después de disculparme y en el tiempo que estuvimos sentados en mi sillón combatí con las ganas de abalanzarme sobre ella, desnudarla y hacerla mía” 
 
“A los pocos días le pedí una cita por el intercomunicador para ir a almorzar en el bosque, y estúpido e insensible” – tu solamente abusaste de su amistad, recordó las palabras de su esposa – “la deje esperando por que Minmei apareció, dejamos de hablarnos por un buen tiempo, hasta que un día de invierno llego a mi puerta a despedirse, se iba a ir y tal vez para siempre, nuevamente peleamos lado a lado y eso nos volvió a unir como lo que siempre fuimos, muy buenos amigos. Después yo continué con mi vida, ahora ella hace lo mismo” 
 
La última fotografía es una de él abrazando a su esposa, Lisa, Claudia y las conejitas su lado derecho y a su izquierdo Max, Miriya y los bebes, todos en uniforme cuando dieron de alta a las chicas de Gloval del hospital, se le hizo raro no verse lado a lado con su mejor amiga.  
 
“Continua siendo mi amiga, no importando que ahora estoy casado, pero porque me molesta tanto que ella ya no este ahí para mi como siempre lo estuvo, sobre todo me enferma la posibilidad de que Lisa y Lenin hayan hecho lo mismo que yo hice con mi esposa” 
 
Decide mejor salir y dejar a un lado todos esos pensamientos, toma un baño rápido y viste uno traje deportivo, no hay nada mejor que una platica con su mejor amigo para distraerse. 

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