fanfic_name = Segunda Oportunidad

chapter = 3

author = gppr

Rating = AP

traductor = gppr / D.R.

Type = Romance

fanfic = Capítulo 3



Perdón

Desconociendo las emociones humanas, Marlene no sabe como lidiar con el retorno de Scott.



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"Pero me dijiste que solamente debía observar, Lancer. No que debía apagar la estufa si humo salía de ella. ¿Cómo iba yo a saber que los humanos no comen pavo quemado?" dijo Sera avergonzada.



"Tienes toda la razón princesa," rió Lancer.



"La cena estuvo deliciosa, Sera," ofreció Scott.



"Me alegra que te gustara," dijo Sera con orgullo. "Tomé varios cursos de cocina después del incidente con el pavo." Risas ahogadas se escucharon en el entorno, Sera simplemente las ignoró. "Marlene está aprendiendo también," la Invid añadió.



"Tu tienes mucho más talento que yo, hermana," Marlene afirmó.



"No seas tímida, tus postres son deliciosos, Marlene," comentó Sera.



"Me encantaría probar alguno," declaró Scott entusiasmado.



"Eso me sorprende," dijo Lancer, "¡Jamás hubiera sospechado que te gustaran los dulces.!" Scott se encogió de hombros.



Luego de poner orden en el comedor, los amigos conversaron sobre temas diversos. La política en la Tierra, los últimos chismes en el mundo del espectáculo, el próximo concierto de Lancer, Discos Belmont, la re-asignación de Scott, los estudios de Marlene, entre otros. Vino y risas fluyeron mientras memorias de los viejos días de la guerra Invid retornaban. Eso, hasta que a Sera la invadió el sueño y empezó a quedarse dormida en el hombro de su esposo.



"Me temo que hemos aburrido a mi esposa con nuestras aventuras,"dijo divertido mientras Sera despertaba a medias.



"Oh, pobre Sera," dijo Marlene.



"Lo siento," se disculpó Sera adormilada mientras su esposo la abrazaba.



"Ustedes dos deben ir a descansar, " dijo Marlene. Lancer estuvo de acuerdo. Miró a Sera y la ayudó a ir hacia su habitación.



"Oh, Marlene...¿Podrías enseñarle a Scott su habitación?"



"Si, claro, Lancer, no te preocupes. Buenas noches," respondió Marlene.



"Gracias, y buenas noches, Marlene. Hasta mañana, Scott," dijo el anfitrión.



"Si, ... ahhñana," dijo Sera en medio de un bostezo.



"Buenas noches a ambos, y de nuevo, gracias por todo," añadió Scott.



"De nada, serás bienvenido cuando quieras," respondió Lancer.



Scott y Marlene permanecieron en la sala por mientras Lancer y Sera entraban en su habitación y la puerta se cerraba tras ellos. Se miraron sin saber que hacer o decir.



"Mejor te llevo hasta tu habitación," Marlene rompió el silencio. "Sígueme," añadió.



Scott tomó su maleta y la siguió. Marlene entró en una habitación y encendió la luz. El notó que su habitación no quedaba lejos de la de ella; al otro lado del pasillo, unos pocos pasos más adelante. Mientras pasaba la puerta entreabierta, no pudo dejar de tratar de mirar dentro de la habitación de Marlene.



"¿Scott?" dijo ella asomándose por el dintel.



"Voy," respondió el, quitando sus ojos de la puerta de ella.



Su habitación era mediana. Tenía un escritorio, un sofá, un armario y un espejo. Algunos instrumentos musicales estaban apoyados en una de las paredes laterales junto con algunos afiches laminados de conciertos pasados.



"Es un poco pequeño," dijo Marlene.



"Debiste ver las habitaciones de la base en Marte. Esto es enorme," dijo él sonriendo. Ella le sonrió a su vez.



"Es un sofá-cama, puedes abrirlo usando la palanca del lado derecho," informó Marlene "Debo traerte unas mantas," dijo al notar que no había ninguna.



El depositó su equipaje en el suelo y estudió el sitio, alegrándose de que Marlene estuviera tan cerca. Se acercó al sofá y lo abrió mientras ella regresaba con las mantas.



"Espero que te mantengan abrigado. A veces se pone muy frío," mencionó tímidamente.



"Gracias, Marlene."



"Apuesto a que estas muy cansado. Tu viaje debió ser muy largo, mejor te dejo descansar." Se volvió hacia la puerta.



"Marlene, espera. Yo... yo... necesito hablarte," dijo Scott, deteniéndola. Ella asintió nerviosamente. Con gentileza, la tomó de la mano y la trajo para sentarse en el sofá-cama. La miró y luego miró al suelo.



"¿Qué sucede, Scott?"



"No sé por dónde empezar." Respiró profundamente. "Mucho tiempo ha pasado desde aquel día en Punto Reflex," dijo.



Marlene cerró los ojos. Recordar lo que Scott le dijo y su partida aún le dolían. Ese día le dijo que lo amaba y en respuesta lo escuchó decir que solamente era capaz de luchar contra los Invid. ¡Cuanto odio vivía en su corazón!



"Temía que nunca te vería de nuevo, Marlene. Estaba en Marte, sin manera de salir, hasta ayer," continuó. "Durante este tiempo logré mantenerme en contacto con Lancer, quien me tenía más o menos informado de como estaban todos aquí. Pero siempre me contaba poco sobre ti, y jamás mencionó que estabas tan cerca." Su mirada se clavó en el piso nuevamente. "Después de la manera en que te herí, Marlene, no lo culpo." Ella lo miro en silencio. "Vine a la Tierra para destruir a tu especie. Estaba lleno de ira y deseaba venganza. Estaba ciego. No me dí cuenta de que la vida me estaba devolviendo lo que perdí a manos de los Invid en una de ellos," dijo Scott. Sus ojos estaban cerrados y la pena resonaba en su voz. Marlene se conmovió.



"¿Aún odias a mi especie?" le preguntó con los ojos llenos de lágrimas.



"Siento tanto haberme tardado tanto en comprender, he sido tan estúpido," dijo él.



"Scott, estas aquí ahora." Las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas.



El puso sus manos sobre sus brazos y buscó mentalmente la mejor manera de decirle lo que había soñado por tanto tiempo. "Me dí cuenta hace mucho tiempo, mujer o Invid, estoy enamorado de ti. No puedo odiarte a ti o a tu especie." dijo con firmeza. El llanto de Marlene seguía silenciosamente. "Por favor no llores, Marlene. No puedo, no quiero herirte," dijo desesperado.



Scott la abrazó tiernamente. Ella no encontraba su voz y era incapaz de procesar todo lo que estaba sintiendo. Las lágrimas corrían libremente cuando rompió el abrazo.



"Lo siento, Scott. Temo que... yo... necesito un tiempo. Esto es demasiado para mi," dijo temblando. El corazón de Scott se rompió en pedazos.



"Entiendo," declaró dolido y la dejó ir. En sus ojos, lágrimas se juntaban mientas le pesaba el corazón. Sus manos descendieron por sus brazos, la miró y se atrevió a preguntar: "¿Crees que puedas perdonarme algún día?"



Ella se alejó despacio y caminó hacia la puerta, aun temblando confundida. Justo cuando cruzaba el umbral se detuvo. "Si," dijo simplemente y desapareció.



______



Marlene acababa de cambiarse a su pijama. Se recostó sobre su cama, con su cabeza dando vueltas. ¿Qué me sucede? ¿No era estar en los brazos de Scott, con él diciéndole que la amaba, todo lo que había deseado? Debería estar completamente feliz ahora, pensó, sin comprender sus emociones. No sé si quiero llorar o reír o correr hacia él o escapar... "Mejor duermo, Lancer dice que la almohada es buena consejera," dijo suavemente. Se metió bajo las cobijas y luchó vanamente por conciliar el sueño. "Es inútil, no puedo dormir en este momento."



Del otro lado del pasillo, Scott tampoco podía dormir. Yacía en su cama con una mano debajo de la cabeza; en la otra sostenía la foto de Marlene y él. Ella no lo había rechazado completamente, pero tampoco lo había perdonado, aún no. "Necesito un tiempo," le había dicho. Por lo menos le dio una esperanza. ¡Qué esperabas, idiota! Le rompiste el corazón! Se reprendió a si mismo. Había esperado tanto tiempo para volver a verla y tenía una sola oportunidad para hacer que lo perdonara. Dejó todo atrás sabiendo el riesgo. Le dijo que entendía, pero su rechazo le dolió más de lo que había imaginado. Si tan solo no hubiera sido tan cruel con ella! ¿Porqué no pude ver la felicidad que la vida me estaba ofreciendo? ¡Maldición! Pensó y se levantó. "Necesito algo de beber."



Cuando salió al oscuro pasillo, Scott notó que la puerta de Marlene estaba abierta y que había luz en la cocina. Se dirigió hacia allá.



Encontró la puerta del refrigerador abierta, Marlene estaba saboreando pedacitos de pastel. Debe haber estado muy bueno, ya que no se había molestado en cortar un pedazo y ponerlo en un plato fuera del helado electrodoméstico. Mirar sus mejillas cubiertas de crema pastelera hicieron que el soldado olvidara todo. Rió suavemente, sorprendiendo a Marlene quien lo miró atónita.



"¡Scott! ¡Me asustaste! ¿Qué haces aquí a esta hora?"



"Disculpa Marlene, solamente es que tengo un poco de sed," dijo divertido.



"Oh," dejo escapar ella mientras él se acercaba.



Scott espió dentro del refrigerador, vio el pastel a medio comer y sonrió. Marlene se ruborizó, luciendo culpable.



"¿Me pregunto que hay para beber?" preguntó concentrándose en el contenido del artefacto. Encontró una lata de limonada. "Esto me parece bien," dijo, abrió la lata y bebió de ella.



Marlene notó que no llevaba una camisa. Bajo su piel, sus músculos se veían todos muy bien formados. Justo como en los modelos tridimensionales de la clase de anatomía. El rubor retornó a sus mejillas.



Scott la miró. "Ese pastel parece muy bueno también..."



"¿Qué...?" Marlene se sorprendió cuando Scott tomó un poco de crema de una de sus mejillas y la saboreó.



"¡Muy bueno!" dijo. Marlene enrojeció aún más. "Tengo hambre de pronto," añadió. "Vi que queda algo de pastel, ¿te importa si compartimos?" le preguntó. Ella sonrió.



______



Marlene y Scott comieron pastel reclinados en el mesón de la cocina de Lancer y Sera. Accidentalmente, un poco de crema terminó sobre la nariz de Scott, Marlene empezó a reírse de él.



"¡Hey, no te rías de mi! Tu también tienes crema sobre tus mejillas," dijo él.



"No, yo no tengo, la limpié toda," respondió Marlene. El se agachó hacia ella y posó un beso cubierto de crema pastelera en su mejilla.



"Ahora la tienes," dijo riendo. Sorprendida, Marlene decidió seguirle el juego.



"¡Así que quieres guerra!" lo amenazó bromeando.



"¿Va a causar problemas, señorita?" dijo él, fingiendo seriedad.



"Eso depende de lo que consideres problemas," dijo Marlene acercándose. Sus labios estaban muy cerca de los suyos. Scott podía sentir su dulce aroma y estaba hipnotizado. Sacando ventaja, Marlene embarró una gran porción de crema sobre su cara.



"Eso es trampa!" exclamó sorprendido mientras ella se escapaba corriendo.



"¡Pagarás por esto!" añadió dramáticamente y la persiguió hacia la sala armado de crema pastelera. La alcanzó y embarró la crema sobre sus mejillas. Ella trató de soltarse, pero no pudo así que se desquitó rozando su cara contra la de él, embarrándolo a su vez.



"¿Usas tácticas sucias?" dijo incrédulo.



"Tan sucias como sean necesarias."



La sala estaba oscura y Scott tropezó y cayó, llevándosela con el. Rieron yaciendo uno al lado del otro sobre el suelo.



"Mejor no hacemos tanto ruido o despertaremos a Sera y Lancer," dijo Scott tratando de calmarse. Se miraron y la risa se desató nuevamente.



Marlene se volvió hacia Scott. Mirarlo ahí, riendo, cubierto de crema pastelera, aceleró el ritmo de su corazón. "¡Te la terminaste!" dijo suavemente, mirándolo intensamente.



"¿Qué?" contestó él tratando de recuperar el aliento.



"¡La crema, tonto! Voy a tener que comerme la de tu cara." Se acercó hacia él y lamió la crema de una de sus mejilla.



"Marlene, yo... creo..." Scott tartamudeó sobrecogido, pero Marlene puso su mano sobre su cara y lo hizo volverse justo lo necesario para poner sus labios sobre los suyos. Aunque lo tomó completamente por sorpresa, Scott respondió abrazándola fuertemente y besándola con pasión.



Scott comprendió entonces lo que Lancer le había dicho sobre Marlene. Ella había cambiado.



"¿Esto significa que me darás una segunda oportunidad?" preguntó mientras acariciaba el cabello de Marlene. Su cabeza descansaba sobre su pecho mientras disfrutaban la hermosa vista de la ciudad desde la sala de Lancer.



"Sí," fue la respuesta.



"Te amo," susurró él. Ella sonrió.

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