Fanfic Name / Nombre del Fanfic: Robotech Master Code
Chapter / Capitulo: 4
Author / Autor: Strato Nayar
Rating / Clasificacion: AP (All People = Todo espectador)
Action / Accion
Adventure / Aventura
Alternate Universe / Universo Alterno
Fanfic:
Configuración Individual
“Buena parte del odio que los Maestros de la Robotecnia sienten hacia el Invid es pura envidia. El Invid es una conciencia colectiva donde una multitud de seres responden a las decisiones de unos pocos. El nuevo orden que ellos proponen consiste en convertir a su raza en algo semejante...con ellos al mando, por supuesto.”
-Zor Derelda, ensayos sobre el colectivismo oligárquico
Las estrellas pasaban velozmente frente a los ventanales, proyectándose, coloreándose, difuminándose. Aparecían como duras y brillantes motas azul violeta, para luego perderse en un leve resplandor rojo oscuro. Cuando los prisioneros dirigían la vista hacia el interior de la nave, veían sus imágenes levemente desdobladas, como una cámara mal enfocada. El fin de ese efecto visual les anunció su retorno al espacio tiempo normal.
Sobre un piso de enrejado metálico, algunos prisioneros, entre ellos Kevin Ramos y Mylene Flare Sterling se movieron para contemplar mejor el panorama, que les resultaba vagamente familiar.
-“Este es el planeta Ci’va—susurró Mylene—he visto imágenes.”
-“Fue totalmente arrasado por los zentraedi leales a los maestros de la robotecnia.” respondió Ramos.
-“Y ni siquiera dudaron en disparar sobre sus propios compañeros. Es la peor mancha en la hoja de servicio de los zentraedi.”
Sivil, la vampiresca piloto de los varauta los estaba escuchando y les respondió con voz gélida:
-“Todo un símbolo.”
Cuando el incursor varauta se acercó más, vieron un paisaje de pesadilla, un planeta rocoso y sin atmósfera con su superficie plagada de cráteres, cuyo borde afilado se recortaba brutalmente contra el espacio. La puesta de su sol anaranjado recordaba un sombrío cuadro de Velázquez
-“Bastaron horas—continuó la piloto de raza ferhax—para convertir lo que era una floreciente civilización en lo que ven.” Kevin Ramos la miró con una mezcla de ira e incomprensión.
-“Pero los maestros de la robotecnia desaparecieron. Hace veinte años destruimos lo que quedaba de ellos. Estaban desesperados y ese ataque a la Tierra fue su último cartucho. Nos libramos de ellos.”
-“Quisiera creerte, microniano. Pero el hecho es que su red transdimensional de datos no sólo está intacta, sino que está siendo reactivada a plenitud.”
-“¿Y?” preguntó Mylene.
-“¿No te das cuenta, niña? Esa red fue diseñada para controlar a la gente. Gran parte de este sector de la galaxia continúa bajo la sombra de los Maestros de la Robotecnia—a Mylene le pareció que casi escuchaba las mayúsculas—quienes podrían perpetuarse en el poder...”
Mylene se empezó a aburrir. Toda la perorata de la alienígena se parecía demasiado a un discurso de adoctrinamiento, como los que tuvo que escuchar durante las campañas políticas de su madre.
Empezó a soñar; su carrera de cantante, sus próximos discos, su blog y giras de presentación. Esta aventura quizás sería la base de su primera película. Claro que tendrían que cambiar algunos detalles al hacer el guión, un piloto más galante y más recio que el tímido muchacho que la invitó a cenar, más acción...nunca se le ocurrió pensar que podría no salir de esta.
Cuando el crucero incursor se acercó a uno de los cráteres, este se abrió, acción que se repitió con las otras naves. Bajaron por un ancho pozo cubierto totalmente por metal, asemejándose al gran cañón de Alaska que tantos años atrás se construyó y disparó en la tierra. Mientras bajaban, Mylene se percató de que los demás tenían la mirada vacía, como si estuvieran luchando por mantenerse despiertos.
-“Necesitamos su colaboración.” Se le escuchó decir a Sivil.
-“¿Y qué diferencia hay entre tú y los maestros de la robotecnia, de todos modos?.”
Ambas se miraron con un aire desafiante. Poco después, cuando la nave finalmente se posó en un hangar apareció una escolta de soldados armados, pero los demás prisioneros no se inmutaron. Ella era la única que estaba alerta, buscando instintivamente alguna salida. Como si hubiesen despertado en ella reflejos e instintos que ni siquiera sabía que existían.
II
Mientras tanto, la prensa ya acosaba a las autoridades, tanto militares como civiles, demandando alguna respuesta. El almirante Max Sterling fue acosado por la prensa a la salida de su residencia en Ciudad 7.
-“Se emprenderá el rescate de los prisioneros capturados en cuanto nuestras naves estén nuevamente en condiciones operativas. No podemos arriesgarnos a un asalto cuando ni siquiera sabemos a dónde los han llevado.”
Una periodista particularmente aguda le preguntó:
-“¿Qué hay de los rumores de que uno de sus pilotos de elite llevaba a una civil de catorce años abordo al ser capturados?”
Max la miró con repugnancia. “¿De qué sucio tabloide vendrá?”. Contestó contenido apenas por su acostumbrado tono marcial:
-“La lista de prisioneros será pronto publicada. Y los rumores absurdos que sólo buscan entretener con el escándalo no ayudarán en nada a un rescate. ¿¡Me entendió!? ¡La gente debe saber que su seguridad está garantizada”
-“Almirante Sterling, se sabe también que el enemigo ha intentado apoderarse de las matrices de protocultura que lleva la colonia. Dado que dependemos casi por completo de la robotecnología, ¿Cómo se garantiza el funcionamiento de los sistemas vitales para la población?”
-“Los sistemas de soporte vital no se han visto en peligro en ningún momento, de hecho, la colonia puede sustentarse sin ayuda externa durante varios años, muchos más de los que necesitamos para la operación.”
El Emerald Force estaba viendo todo por televisión, hasta que Syd Barron, líder en ausencia de Kevin Ramos lo apagó.
-“Habla como si supiera adonde se los llevaron.”
-“Seguramente a su cuartel general.”
-“Por supuesto. ¿Y dónde queda? Digo, para pedir los pasajes.”
Tras la mueca burlona se miraron en un incómodo silencio, observando la sala de descanso en la que estaban, cuando de pronto volvió a encenderse la enorme pantalla que había al fondo de la misma.
-“¡Atención!—demandó Hodel a través de la pantalla—durante la batalla, logramos interceptar una señal dirigida a los varauta. Al analizarla descubrimos que venía...desde la propia ciudad 7.—murmullos de asombro e incredulidad entre los pilotos—Aún es un misterio cómo se transmitió, aunque suponemos que pudo pasar a través del Nodo local, el cual suponíamos inactivo. El destino de la señal era...Ci’va.”
Syd Barron soltó un silbido. Todos conocían la historia de Ci’va. Era un lugar realmente lúgubre. Axum Rylar vio nuevamente algo de la desconfianza con que en otro tiempo lo miraban, pero no dijo nada. De todos modos, era mucho más preocupante la existencia de infiltrados. Un gruñido los hizo mirar de nuevo la cara de oso.
-“Ya hemos podido comprobar, de acuerdo a las batallas anteriores, que su tecnología es bastante primitva. La operación será equipada con lo último en tecnología sombra, así como interfaces digitales y cortafuegos de nivel 6. La operación será una infiltración a la base enemiga, y les serán asignados escuadrones de apoyo, incluyendo uno de artillería y hovertanks.”
En la pantalla se deplegó un mapa de su región de la Galaxia, un rectángulo absolutamente negro, cruzado por una banda de puntos brillantes. Los amarillos eran los mundos que con certezahabían pertenecido al imperio tiresiano, mientras que los mundos recolonizados por la ONU estaban marcados en azul eléctrico. Hacia el borde interno del brazo galáctico se notaban algunos puntos de color púrpura que marcaban los mundos ocupados por los varauta. En torno a V’loxia, el mundo donde estaban, y Ci’va se trazaron dos círculos parpadeantes. Axum Rylar tuvo la impresión de que el avance enemigo seguía una pauta determinada, pero no podía precisar cuál.
Luego apareció la imagen del planeta Ci’va, muy parecido a la Luna de la Tierra. Sobre este, a lo largo de la banda ecuatorial se proyectaban unos haces de luz.
-“Estos designan los volúmenes de alcance directo de sus radares. Tienen sondas y satélites para extender el rango pero serán fácilmente bloqueables. Hemos comprobado que sus sistemas pueden funcionar tanto con protocultura Invid como con protocultura procesada como la que usa la UN Spacy. ¿Alguna duda?”
-“¿Tienen alguna idea de que harán con los prisioneros?”
-“Una cosa es indudable: están vivos. Sin embargo, no sabemos cuáles serán sus verdaderas intenciones. Tengan mucho cuidado.”
-“Entendido.”
Y como esta era una operación comando, a cada uno se le entregó además el kit de armadura personal de operaciones de combate móvil, conocido como motociclones. Una vez en el hangar, cada uno conectó su tarjeta de vuelo, una memoria con sus características de manejo y programas personales al motociclon y lo enlazó a su varitech. Blake ya veía en su tarjeta de datos la luz verde que le indicaba conexión exitosa cuando se le acercó Syd Barron.
-“Te ayudo con ese paquete...”
-“No, no te preocupes..., bueno, gracias.”
-“Hey, te quería comentar algo.”
-“Sí, adelante.”
-“¿Es cierto que viste al Teniente Ramos ingresar con una muchacha?”
–“La verdad es que sí. De hecho la reconocí. Se trata de la hija menor de la alcaldesa de Ciudad...”
-“¡La hija menor! Pero si tiene apenas catorce años.”
-“Y él tiene 17. La verdad siempre me chocó su juventud y temía que term9nara haciendo algo así.”
-“Como sea, es más peligroso ahora que esa chica se está haciendo famosa.”
–“¡Con esto sí que se va a hacer famosa!... a costa de nosotros.”
-“En cuanto dependa de nosotros, ¡NO! ¿Entendido?” Ella lo miró con sorna.
-“Por supuesto. ¿Qué crees que soy? ¿Periodista?”
Continuaron los preparativos para la operación.
En la oficina principal de la alcaldía, se llevaban a cabo otros preparativos. En una pantalla aparecía la conferencia de prensa que daba el almirante Max Sterling. Miriya sonrió al apagarlo, pues su atención se concentraba ahora en otro, donde se desplegaba el plan de asalto para el rescate. Ella murmuraba para sí: “Muy bien, creo que tu operación permitirá el rescate de mi hija, aunque sea sólo sirviendo como tapadera.” Pero, curiosamente no sintió la satisfacción que creyó que sentiría. Más bien sintió nostalgia, pero no quiso pensar en ello.
Tomó el teléfono y sonrió cuando le contestaron.
-“Sí. Le tengo un encargo muy particular... Sí, esta vez requerirá que recuerde gran parte de su entrenamiento y experiencia... Por algo confío en usted... Después de todo se trata de mi hija. Sí, le enviaré los datos necesarios a... ¿Cómo? ¿Ya los tiene?...bien, no importa...sólo recuerde lo que está en sus manos...Adiós.”
Una vez que cortó, su sonrisa se diluyó en una oleada de tristeza. Quizás hubiese sido mejor haber permitido que recibiera algo de entrenamiento militar. Al menos hubiese podido enfrentar la situación con más serenidad.
III
En la base varauta ubicada en Ci’va, el almirante Glavil conducía a los prisioneros a un sito donde se encontraban unas cápsulas trasparentes en posición horizontal. Los cables dentro de las cámaras iban principalmente a un casco puesto sobre la cabeza. Mylene temió que fuesen para reprogramar su mente apenas las vio.
A todos los prisioneros los anestesiaron y ninguno ofreció mucha resistencia, y menos los soldados. Mylene pensó que era demasiado y por eso se puso a gritar y patalear, hasta que se acercó la propia Sivil.
-“¡Quieta, niña! Esto no te dolerá”
-“¿¡Qué les pasa!? ¿¡Acaso ninguno piensa luchar!?¡Lo que sea que nos hagan va a ser malo! ¡Suéltenme!...”
Mylene estaba furiosa. ¿Realmente ninguno de ellos iba a intentar luchar? Sin embargo la tomaron entre tres soldados, y un cuarto le aplicó gas anestésico.
-“Almirante Glavil, ¿Comenzamos la reprogramación inmediatamente?”
-“Sí. las cápsulas de simulación están preparadas para grabar los patrones de su dinámica emocional.”
-“Seguramente ella proveerá los patrones emocionales más potentes.”
-“Así lo esperamos.”
Se refería a unos ovoides de un color blanco traslúcido que estaban conectadas por un cable a las cápsulas de acondicionamiento. Una vez anestesiados los recostaron sobre estas y colocaron sobre sus cabezas los cascos. Estos eran dispositivos muy semejantes a los que usaba Valgo en su varitech. Un grueso anillo de metal con una semiesfera traslúcida. Su tecnología era más bien heredada del Invid que de los Maestros de la Robotecnia e implicaba un principio biológico poco conocido.
Casi todos los prisioneros permanecieron inmóviles. Sólo uno registró reacción: Mylene. Mantenía el ceño fruncido y se retorcía, como si aún debajo de su conciencia, de manera puramente instintiva, quisiera luchar. El almirante Glavil, revisó los monitores:
-“Sivil, ¿Qué significan esas líneas de código sin depurar?”
-“Señor, la chica resiste el traspaso de su estructura emocional a la cápsula de simulación.”
-“Revisa sus ondas cerebrales y su diagrama de estructura emocional.”
-“Entendido.”
En la pantalla que estaba sobre la cápsula se vio una serie de manchas de colores, las cuales cambiaban con rapidez. En el gráfico de ondas cerebrales las señales seguían siendo drásticamente irregulares, mientras que en los demás prisioneros se estabilizaban asemejándose a una sinusoide. La piloto ferhax estaba impresionada.
-“Señor, nos hemos topado con una prisionera que resiste los sistemas normales de acondicionamiento. Hemos aplicado dosis extras de atenuadores y supresores, pero aún así resiste.”
-“¿Qué hay de la cápsula de simulación? Recuerda que sin ella sólo podemos luchar mecánicamente.” Ella dio un respingo.
-“De acuerdo; será necesario llamar a Valgo.”
Sivil se sentía un poco molesta. Sentía que Valgo no era en realidad un combatiente y se estaba tomando demasiadas licencias por sus capacidades. Pero por otro lado, era un experto en reprogramar y reconfigurar mentes, sólo inferior al propio Enigma. Resultaba extraño que una niña de catorce años fuese la única persona que requiriera los servicios de Valgo para “navegar” en su conciencia.
IV
Desde el hiperespacio emergió un crucero clase Richeliú (estos eran cañoneras meltran modificadas para la UN Spacy). Era la fuerza de asalto de la séptima flota, enviada para rescatar a los prisioneros. Inmediatamente los sistemas de alerta de los varauta activaron sus radares. Pero no contaban con las nuevas tácticas de asalto de la flota.
El crucero empezó a emitir sus contramedidas electrónicas que bloqueaban los radares y detectores de los varauta, mientras despegaban los escuadrones de varitechs. Glavil, al mando de la base, sólo echaba maldiciones mientras ordenaba a sus ingenieros restablecer los detectores. Syd Barron estaba ahora al mando del escuadrón.
-“Aquí líder Emerald. “ojo de Lince” ha capturado los códigos de su sistema de señales. Los descifrarán y los traspasarán a través de una conexión segura.”
-“Entendido.”
Una vez desplegado, el Emerald force se acercó al AEWACS ES-22 que los comandaba. Este extendió una sonda que se conectó con cada unidad del escuadrón. Era semejante a las operaciones de reabastecimiento en vuelo que se hacían en el siglo XX, sólo que aquí no traspasaban combustible, sino datos. Ahí fueron entregadas las claves de ataque, a través de un cable con blindaje electromagnético que hacía imposible la interferencia.
-“Líder Emerald a Ojo de lince, confirmando recepción de datos.”
-“Entendido.”
-“Emerald dos a líder Emerald. ¿Qué hacemos si aparece algún mercenario?”
-“La orden es ignorarlo. No debemos poner en peligro la operación”
-“Emerald dos, alineando con nave AEWACS. Transferencia de datos en progreso”
-“Es el ultimo que falta del escuadrón.”
Una vez retirado el cable blindado todo el escuadrón se reunió en formación de ataque.
-“Aquí líder Emerald, listos y dispuestos para la operación.”
En ese momento, el crucero, llamado Valhalla emitió una onda ruptora que inutilizó los reactores y sistemas de protocultura de los varauta. A continuación disparó un cañón reflex hacia los satélites inutilizados. Se desplegó otra oleada de cazas variables volando directamente hacia la superficie de Ci’va, mientras los varauta respondían con sus propios varitech y disparos de sus cruceros supervivientes.
-“Líder Emerald a todas las unidades: programen el simulador de vuelo atmosférico. Esta combinación de vacío y gravedad puede ser muy complicada.”
Fueron recibidos por los disparos de los sistemas defensivos, mientras acudían los escuadrones de FZ-109. Lograron esquivar las balas, pero cuando dispararon los micromisiles, Barron ordenó:
-“¡Activen los campos sombra! Reactores en cuarta dimensión”
Los varitech se cubrieron por una suave fosforescencia, mientras el escape de sus turbinas termonucleares resplandecía en un extraño color violeta imposible de enfocar para el ojo humano. Los micromisiles no encontraron blanco y estallaron en el vacío. Mientras tanto, el emerald llegaba hasta una de las compuertas.
-“Líder emerald a todo el escuadrón. Pasen a modo guardián y prepárense para descender. Rylar, ingresa a sus sistemas.”
-“Entendido.”
Se vieron obligados a responder con ráfagas de metralla y láser para eliminar los micromisiles, mientras Axum Rylar emitía los códigos interceptados a las cerraduras de las compuertas.
-“Protocolos de identificación detectados y cargados. Insertando troyano.”
-“Entendido. Prepare su distribución a los escuadrones de artillería y hovertanks dos y tres.”
Bajaron rápidamente por el largo túnel vertical, seguidos de los escuadrones de ataque dos y tres, unos vehículos de despegue vertical adaptados para llevar un Hovertank Spartan. Se asomaron algunas battloides y cargaron contra ellos desde su ventajosa posición.
Mientras comprobaban que no vendrían más descendieron unos transportes semejantes a helicópteros que trasportaban los Hovertanks variables, mientras ellos bajaban de sus varitech y desempacaban sus motociclones. A bordo de ellos avanzaron por largos pasillos y salas subterráneas, hasta llegar a una compuerta blindada. Barron le hizo una seña a Rylar y ambos convirtieron sus motociclones en armaduras.
-“¿Puedes usar los mismos protocolos para esta entrada?”
-“No señor. Me temo que las entradas internas tienen otro cifrado.”
Per desde uno de los Spartan les llegó otra transmisión.
-“Apártense, que se puede hacer más rápido.”
Ellos escucharon su propia respiración ahogada por el casco mientras miraban a los artilleros. Estos pasaron sus hovertank a modo “Gladiador” (una especie de batería artillera) y los tres dispararon a la compuerta al mismo tiempo. Su superficie se chamuscó totalmente pero seguía intacta. Al segundo disparo se combó, y a tercero, por fin estalló hacia dentro. Cuando por fin se despejó el humo, no pudieron contener una exclamación de sorpresa.
-“¿¡Qué es esto!?”
Adentro se veían cámaras de clonación semejantes a las que usaban los zentraedi, sólo que dentro de éstas habían unas cosas bulbosas y traslúcidas, con ramificaciones que se extendían hacia arriba y abajo. Axum Rylar estaba impresionado.
-“¡La flor de la vida! ¡Frutos completamente desarrollados! ¿Cómo han logrado reproducirlas?”
-“Deben haber logrado clonarlas, usando las mismas cámaras de protocultura—sugirió Blake—en un ciclo autogenerador”
-“¡Pero eso es teóricamente imposible”
Syd Barron estaba muy tenso. Escuchaba su respiración agitada dentro del casco, mientras un sudor frío bañaba su cuerpo y le erizaba el cabello. El mismo se sorprendía, ya que era un veterano de peligros mucho mayores. Era plenamente consciente de que esa sensación no era normal ni natural, pero aún así estaba al borde de un ataque de pánico. Algo le decía que era una trampa. Que debían salir de allí. Por eso decidió espolearlos.
-“Aquí teniente Barron. No se distraigan del objetivo principal. Después examinaremos las imágenes y elaboraremos las teorías pertinentes.”
Pero en ese momento se perdió toda imagen. Un pulso electromagnético muy potente llenó la sala. Apuntaron sus armas, pero estas no dispararon. La onda ruptora subsiguiente inutilizó todos los sistemas que usaban protocultura, y los soldados del emerald force sólo pudieron ahogar un grito de furia.
Fueron capturados.
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