Fanfic Name / Nombre del Fanfic: Robotech: La Luz de la Espada
Chapter / Capitulo: 1
Author / Autor: Strato Nayar
Dedicated to / Dedicado a: a los que sueñan con vivir un Space Ópera
Warnings / Advertencias: Antes de empezar, quiero advertir a los posibles lectores de que esto parte de una visión muy personal del fenómeno “Robotech”. Considero que los Mecadiseños Japoneses, especialmente los de Shoji Kawamori, son los mas espectaculares que se hayan visto, sea en el mundo real o en la ficción. Sin embargo, pienso que la historia épica armada por Carl Maceck tiene enormes méritos, mucho mas allá de la mera nostalgia y el reconocimiento de que Robotech abrió las puertas del animé en occidente. Es más High-Tech, más compleja, y forma un universo mas vasto. Así pues, una eventual colaboración entre ambos grupos de trabajo hubiesen dado a luz una historia portentosa, capaz de rivalizar con la otra gran saga de fantasía épica espacial de esa década...”Star Wars” Así pues, imaginen los Mecadiseños de “Macross Flashback 2012” utilizados en “Robotech II Sentinels”. El Megaroad-01 emprendiendo un repliegue a Tirol, el planeta de los Maestros de la Robotecnia, equipado con cazas VF-4 y Logans de entrenamiento. Claro que esta historia tendrá un giro ligeramente distinto.
Rating / Clasificacion: AP (All People = Todo espectador)
Romance
Action / Accion
Adventure / Aventura
Alternate Universe / Universo Alterno
Crossover with / con: Star Wars
Fanfic:
Vuelta por el Universo
I
Año 2019. En las profundidades del sistema solar, donde el propio sol era un punto, flotaba una enorme estructura. A primera vista no se podía decir si sus caprichosas formas eran naturales o artificiales. A algunos les recordaba un cerebro, mientras que para otros parecía más una colmena. De su parte superior salían ramificaciones que terminaban en plataformas del mismo estilo, aunque de menor tamaño. Era el Satélite Fábrica Robotech, que la UN Spacy usó después de arrebatárselo al comandante Reno.
Tan sólo el día anterior se había realizado el acontecimiento social del año (Los zentraedi y las meltran querían estar en primera fila), y muchos todavía pensaban más en la fiesta que en su próxima misión. ¡Rick Hunter y Lisa Hayes se habían casado! Algunos, los más cercanos, decían “por fin”, mientras los demás aún se preguntaban como era posible. Cuando estaban en una misión de combate, terminaban discutiendo de su vida privada, y cuando estaban en fiestas o cenas con amigos, discutían sobre su trabajo. Los más filósofos recordaban aquella vieja canción:”olvidarte incluso es mas difícil...que aguantarte...”
Irónicamente, una de las personas que le dio glamour a esta boda y contribuyó a hacer de esta un evento inolvidable fue Lynn Minmei, el primer amor de Rick, y toda una diva. Pero aunque aquella “teleserie” había pasado hacía años, Minmei aún tenía sentimientos muy profundos hacia él, que no lograba definir. Ella aún necesitaba apoyarse en alguien y por eso se hizo amiga de Janice Em, su nueva compañera de dueto.
A diferencia de Minmei, de quién todos conocían su romance con Rick y su estrellato, de Janice nadie sabía nada. Dos años antes saltó a la fama al juntarse con Minmei, pero de su pasado se conocía bien poco. Era un poco más alta, con unos ojos azul cobalto que resaltaban sobre su claro y bello rostro. Aunque muchos se conmovieron hasta las lágrimas con el estreno de su single “Ai Oboetei Imasuka” (Por qué estaba en japonés era otro misterio) cuando la cantaron a dúo en la boda, Janice siempre parecía una persona gélida y distante, en realidad una extraña amiga para Mimei.
Ahora ambas se encontraban en un muelle de transportes. Caminaban y era evidente que Minmei lo hacía para despejarse.
-“No puedo creer que nunca mas lo vea.” Dijo con un suspiro.
-“Ya te dije lo que pienso sobre el pasado.”
-“Lo sé. Eres tan poco romántica, que a veces me asombra que cantes canciones de amor.”
-“Supongo que haber sido pareja de un senador de la ONU no me hace un modelo de romanticismo, pero también te dije lo que pienso de nuestras canciones. Además, de algo hay que vivir.”
Estaban en un muelle de carga donde había naves espaciales de distinto tipo. Minmei las miró con ansiedad durante unos instantes, y de repente pareció tomar una resolución. Su mirada tenía un extraño brillo de dureza. Janice frunció el ceño cuando empezó a darse cuenta de lo que estaba pensando Minmei:
-“¡No lo pensarás en serio!” su voz mecánica parecía reprimir apenas su desesperación
-“¡Sí lo pienso!” y resueltamente se introdujo en una de las naves.
II
En una cubierta inferior, un joven cadete refunfuñaba y maldecía su suerte. Había tenido que revisar los informes de la segunda prueba del sistema de acoplamiento para cazas variables. Cuando los Zentraedi entregaron archivos y documentos sobre su guerra contra el Invid, quedó claro que una fuerza equipada con mechas relativamente pequeños, poco mayores que la estatura humana, podía provocar todo tipo de problemas a una fuerza de battlepods... o varitechs.
Por eso, la primera medida para equipar la REF (Robotech Expeditionare Force) fue readaptar los pequeños entrenadores variables VT Logan para combate en escenarios de guerrilla terrestre, donde battloides más grandes serían ineficaces. Su diseño integraba un sistema de control inercial de origen zentraedi que le daba gran maniobrabilidad. Esa era la causa de que llevara las turbinas termonucleares en el lomo en vez de en las piernas.
Por otro lado, el VF-4, el modelo mas reciente de caza variable o varitech, era una delicia en vuelo, una máquina que parecía pedir siempre la máxima velocidad, y su rendimiento casi igualaba al VF-1 con FAST packs. Además su modo de transformación dejaba la nariz apuntando hacia la parte superior del Battloide, permitiendo dejar el radar principal operativo.
Ahora se estaba probando la factibilidad y utilidad del concepto con un VF-4 en cuyo lomo llevaría un VT Logan. El VF-4, con su enorme potencia, podría llegar a gran velocidad al campo de batalla, dejando allí el Logan para combate terrestre mano a mano, mientras el VF-4 cubría el espacio aéreo.
Jack Baker leía las conclusiones de este informe con furia. El soñaba con volar un VF-4 o por lo menos un Logan, como parte del afamado escuadrón Skull y había solicitado su ingreso a este. Además, también envió su solicitud al Ghost, a pesar de las reservas que tenía respecto a su líder, T.R. Edwards. Pero nada de esto iba a ser posible, todo por una estúpida prueba y el des criterio de sus superiores.
Sólo un par de días antes fue la prueba de admisión definitiva. El se instaló en la cabina de mando del simulador, con el propio Max Sterling como evaluador. Se encendió la cabina..., y ya no era una simulación.
-“¡Jack, mantén el frente con tu escuadrón!”
-“¡Pero el almirante Hunter está herido y atrapado!”
-¡No importa, ya viene el escuadrón de refuerzo!”
Baker murmuró algo entre dientes y se separó del escuadrón, dirigiéndose a unas ruinas piramidales. Su VF-4 zigzagueó esquivando docenas de misiles mientras escuchaba los histéricos gritos de Rick: “¡Vuelve a formación! ¡Es una orden!”
Mientras pasaba a guardián y descendía hacia la pirámide, vio como los extraños mechas, basados en los archivos zentraedis (“Invids” les llamaban) se alejaban de la pirámide azteca. En seguida, una bomba termonuclear concluyó la prueba.
Max le había hablado con una furia que ciertamente no sentía, pero que tenía que aparentar frente a los cadetes:
-“¡Eres un idiota! ¡Sabías que el segundo escuadrón tenía equipo para desactivar la bomba y rescatar al almirante! ¿¡Qué diablos te crees que eres!?”
Cuando lo recordaba seguía sintiendo la acidez que sintió en ese momento. El había reaccionado por instinto, piloteando magníficamente y casi logró rescatar a su comandante de grupo aéreo..., y por eso ahora era un “terroso” (Como llamaban despectivamente a los soldados de infantería los pilotos), habiendo fallado el aspecto relevante de la prueba. También recordaba palabras que le llegaron casualmente. Max le comentaba jovialmente a Rick:
-“No fue su mejor actuación, pero debes admitir que ese Baker tiene algo.” Rick le respondió con sorna.
-“Sí. Pero no creo que sea algo que me guste.”
Jack recorría ahora la unidad móvil terrestre (UMT) rumiando su amargura. El enorme vehículo medía unos 160 metros de largo y se desplazaba sobre ruedas de 30 metros de diámetro. Estaba equipado con rampas para carga interna y todo tipo de armas. Tan molesto se sentía, que no reparó en la chica que venía bajando por una de las enormes rampas hasta que estuvo casi frente a él. Era una chica bastante guapa que había conocido en la boda de Rick y Lisa. Karen Penn no tenía aspecto de haber trasnochado y bajaba con garbo. Cuando lo vio, le sonrió.
-“Hey, Baker ¿qué haces por aquí?”
-“¡Aquí, admirando mi suerte!”
No todo era tan malo allí, después de todo.
III
Cuando la almirante de la flota de la REF Lisa Hayes entró al puente de mando, un técnico anunció: “¡Almirante en el puente!” e inmediatamente se escucharon los taconazos. Lisa recordó como el almirante Gloval se golpeaba la cabeza en el marco de la puerta cada vez que entraba al puente del SDF-1. Se hubiera sentido como en casa aquí, ya que el puente del SDF-3 Megaroad 01-1 era casi igual. Pero aquí terminaba el parecido.
Luego de la Primera Guerra Robotech, las Naciones Unidas, apenas se reconstituyeron decidieron enviar misiones de colonización al espacio profundo. Para esto desarrollaron el primer modelo de nave interestelar diseñada en la Tierra, el Megaroad. Esta nave fue diseñada fundamentalmente para colonización, yendo a mundos distantes y deshabitados. Sin embargo, habiendo sido construida en el satélite fábrica, era innegable su herencia zentraedi.
Ahora bien, el propósito de esta misión, la misión “pionero”, no era establecer una colonia en un mundo deshabitado, sino contactar a los Maestros de la Robotecnia en Tirol, su planeta natal, con el fin de llegar a un acuerdo sobre la matriz de protocutura. Como no se sabía si sería posible tal acuerdo, o si serían recibidos hostilmente, prepararon la expedición con una fuerte escolta militar. Se decidió utilizar el mismo tipo de nave, puesto que su enorme tamaño, unos 5 kilómetros de eslora, permitiria resolver los problemas logísticos de la expedición.
El crucero fue debidamente modificado, cubriendo gran parte de su cristalería con placas cerámicas y se le añadió un minicrucero equipado con dos cañones reflex, de diseño tubular y pintado de rojo, el cual se podía desprender de la nave. Parecían dos enormes microscopios electrónicos o botellas de coca-cola. Además la nave estaba equipada con varios cañones y misiles y contaba con una dotación anormalmente grande de cazas VF-4. En última instancia, si la batalla era inevitable, se libraría lejos de la Tierra.
Lisa se dio la mano con su primer oficial y su tripulación; Forsythe, Blake, Colton y los demás. Les deseó buena suerte a todos y se sentó en su silla de comando, esperada durante seis años. Respiró hondo con mucha suavidad, para que no se notara el nerviosismo y dijo con voz clara y sólida:
-“Señor Blake, déme el estado de los sistemas.”
-“Reactores Reflex normales, moduladores de gravedad normales, listos para transferencia a órbita de transposición. Anclajes a la estación desconectados”
-“Entendido. Carguen las coordenadas al resto de la flota e inicien transferencia orbital.”
-“Entendido.”
Mientras las naves se trasladaban al punto donde ingresarían al hiperespacio Lisa recordó a Rick, que estaba en el Centro de Información Táctica (CIT) y quiso llamarlo para saber como le iba, pero prefirió usar su teléfono móvil personal en vez de los sistemas de enlace de la nave.
-“Hola Rick, ¿Qué tal tu primer día como comandante de ala aérea?”
-“Apabullante. La pantalla principal parece una ola gigante que me quisiera engullir con todo lo que hay acá.”
-“Vamos Rick—le contestó riendo—, no va a ser tan malo, aunque claro, sería mejor si no tuvieras que...”
-“Mejor no hablemos de eso—Rick sabía a que se refería su esposa—. Cuéntame como te va a ti.”
-“Echo de menos a Kim, Sammy y Vanesa. Eran muy indisciplinadas pero eran mucho mas simpáticas que la actual tripulación.”
-“Quizás las echas de menos precisamente por eso, por lo indisciplinadas y parlanchinas que eran. Eso era un muy buen contrapunto para tu propia marcialidad.”
-“Ya lo creo. Bueno, después hablamos. Te quiero mucho”
-“Lo sé.”
Mientras tanto, en la bahía de atraque del satélite fábrica, Janice Em despegaba en un transporte con asombrosa facilidad. Minmei no se sorprendió demasiado, pues en dos años había visto que su amiga sabía muchas otras cosas aparte de cantar.
-“Por favor, mantén un curso paralelo al SDF-3.”
-“Pero podríamos quedar atrapadas en su campo de transposición.”
-“Hazlo por mí, Janice.” Le dijo con mirada suplicante. Janice la miró con humano asombro.
-”No planeas volver al satélite, ¿o sí?”
-“¿Estás conmigo?”
-“¿Acaso tengo elección?”
En el puente de mando fue recibida la señal que Lisa esperaba. Habían llegado ya al punto, un lagrange que ofrecía mayor estabilidad gravitacional.
-“Señor Colton, comience el conteo.”
-“Diez, nueve...”
-“¡Almirante—exclamó Blake repentinamente—un objeto no identificado ingresó al volumen de transposición.”
-“Cinco, cuatro...”
-“¿¡Qué es!?”
-“Un transporte, señora.”
-“Dos, uno...”
-“¡Demasiado tarde, ejecuten!”
Y la flota saltó al hiperespacio.
IV
La transposición era una experiencia extraña, como si se entrara a un sueño... o si se despertara de él. Las estrellas se apagaban, y cuando volvían a aparecer, eran tan distintas, casi irreconocibles. Incluso las computadoras necesitaban tiempo para calcular su posición.
Por eso a Lisa no le extrañó cuando después del retorno al espacio normal los sistemas tardaban en localizar su posición; después de todo era su sexto salto al hiperespacio y aún no podía aplacar el impacto.
Una vez recuperada del vahío, Liso miró directamente por las ventanas, observando el difuso campo estelar, como polvo distribuido sin ningún patrón reconocible. En los monitores se veía el campo estelar, donde un círculo luminoso señalaba el centro galáctico, identificado inicialmente como sagitario. Pero a los pocos minutos empezó a parpadear un mensaje de error.
-“Todos los sistemas chequeados—dijo Blake—doctor Lang en pantalla.”
-“Gracias. Explique situación, doctor Lang.”
-“Ese no es el sistema Phantoma ni el planeta Tirol.” Lisa suspiró, tardando unos segundos en comprender la magnitud de lo que escuchaba.
-“¡Entréguenme las visuales de inmediato! Y traigan a Breetai y Exedore."
Lisa observa la imagen y se da cuenta de que difiere de la que había visto en los archivos Zentraedis. El planeta Phantoma era un gigante de color azulado, parecido a Neptuno en el sistema solar, aunque mucho mas grande que Júpiter. Pero este, a pesar de ser un gigante de gas, no se parecía a ningún planeta conocido por ellos. En seguida se encendieron las alarmas.
-“¡Múltiples señales de radar, señora. Vectores centrados en la quinta luna del planeta.”
-“Establezca alerta roja y abra todos los canales de comunicación. Contácteme con el almirante Hunter de inmediato.” Segundos después:
-“Los tenemos. La llamada quinta luna parece ser en realidad una estación espacial de algún tipo.” Decía Rick mientras se escuchaban las alertas.
Mientras tanto, el doctor Lang se encontraba en la sala de navegación estelar vigilando todos los instrumentos. El equipo que trabajaba con él estaba frenético. Ya habían localizado todas las estrellas cercanas y su configuración no se parecía ni remotamente a lo que constaba en sus cartas estelares. Pero lo que los llenó de pavor fue comprobar que el núcleo de esa galaxia era distinto al de la Vía Láctea, más denso y brillante. A decir verdad, no había ningún núcleo ni banda reconocible.
-“Por favor, hagan una lectura de radiación de fondo cósmico, en el espectro de microondas”, dijo Lang con inhumana calma. Desde el puente le llegó el llamado de Lisa en pantalla.
-“Doctor Lang. ¿Tiene alguna pista plausible de nuestra ubicación?”
-“Lamentablemente no, señora. Sólo puedo decirle que lo que estamos viendo ocurrió hace mucho tiempo, en una Galaxia muy, muy lejana...”
III
En el centro de información táctica, Edwards, que había permanecido en silencio, bramó con irritación:
-“¡Por Dios, Lang, no sea melodramático y díganos donde estamos.”
-“Lo siento coronel Edwards, pero no tenemos la mas ligera idea de ello. Estamos trabajando intensamente para averiguarlo.”
Cuando imágenes visuales cercanas fueron proyectadas en el puente, se notó en la gigantesca esfera de metal un surco ecuatorial demasiado regular para ser natural. Además, su trayectoria no correspondía a una órbita normal. La áspera voz de Breetai replicó:
-“Definitivamente es una estación espacial, y al parecer se está librando una batalla en torno a ella.”
Desde la sala de navegación, Lang informó que había captado múltiples señales de radiocomunicación, y que los computadores de la nave, ya estaban trabajando para descifrarlas. “En unos minutos más recibirán las traducciones.”, señaló.
Al cabo de un rato se escucha, entre la estática, unas voces como de combate aéreo:
-“Wedge, Biggs, entraremos a toda velocidad.”
-Nos retrasaremos para cubrirte lo suficiente, Luke. ¿Podrás salir a tiempo si vas a esa velocidad?”
-“¿Bromeas? Será como en nuestra tierra.”
-“Estoy contigo, Jefe. ¡En marcha!...”
Desde el verde satélite número cuatro se captaban otras transmisiones, así como también de la esfera metálica. Lang, con una inhumana capacidad para recibir, proyectar e integrar datos, les señalaba múltiples detalles que le daban a entender que esa estación espacial era de combate, semejante en algunos aspectos a la que los zentraedi perdieron en la primera guerra robotech.
-“Sin embargo, aún no tenemos idea cabal de sus sistemas de armas.” señaló el científico.
En las visuales, vistas con mucho mas detalle en la pantalla gigante del CIT se podían observar puntos luminosos que resplandecían por breves instantes. En los acercamientos se observaban unidades de combate semejantes a los aviones de combate de fines del siglo XX pero con cuatro alas, junto con otras raras máquinas parecidas a los aviones de dos colas de la segunda guerra mundial. Estos tenían un color blanco con bandas de distintos colores, un esquema parecido al de la sección epsacial de la REF, y se distinguían fácilmente de sus enemigos, unas esferas grises flanqueadas por algo semejante a paneles solares en H. Los ala X parecían estar en situación desesperada.
Lisa, Rick, Breetai, Exedore, Edwards y todos los demás miraban desconcertados la batalla, imaginando quizás que en cualquier momento la iban a suspender para volverse contra ellos. Se tranquilizaron un tanto cuando el doctor Lang les dijo:
-“Han notado nuestra presencia, pero en tanto no hagamos ningún movimiento, nos ignorarán.”
Sobre la superficie de la estación de combate resplandecían pequeños escudos hexagonales cuando un objeto se lanzaba contra la esfera. Pero estos sólo cubrían el 40% de la superficie total de la estación, y el porcentaje disminuía cuando los ala X disparaban a sus generadores. Exedore observó:
-“Es una tecnología similar a la que ocupan los maestros de la robotecnia en sus naves principales.”
-“¿No tendrán otra defensa mas poderosa?”
El doctor Lang rápidamente contestó:
-“Estamos descifrando la información de sus bases de datos y al parecer la estación cuenta con una barrera de energía que la rodea por completo. Sin embargo, en este momento estaría desactivada.”
-“¿Pero por qué?”
Lang tardó algunos segundos en ubicar la referencia en su pantalla táctil.
-“Aparentemente la estación cuenta con un equipo o arma que consume mucha energía, de modo que tienen que desactivar el escudo principal para hacerlo funcionar. Y eso habría ocurrido hace sólo unos minutos.”
De pronto Lang se detuvo y observó algo con sorpresa; por un instante se humanizó:
-“Se detecta una concentración de energía similar a la de un cañón reflex..., ¡Pero a una escala mucho mayor!.”
-“¿Qué tanto mayor?”
-“Como para hacer estallar un planeta...”
Lisa sintió escalofríos, los que también recorrieron a todos los demás. Para los zentraedi enrolados en la REF o asociados a ésta fue aún peor, pues siglos atrás, por orden de los Maestros de la Robotecnia arrasaron la superficie de un planeta rebelde llamado Ci’va.
Quizás había participado en la operación, en la que se les ordenó disparar a sus propios compañeros y bombardear Ci’va hasta que hirvieran los océanos y la atmósfera. Otros comentaban su participación en una de las operaciones de pacificación de Tirol, en la que los Maestros habían ordenado movilizar 100 cruceros Zentraedi, y aparecieron más de 10.000, que arrasaron un 10% de la superficie de Tirol. Ahora que habían sido acogidos por la cultura humana, la sola idea de volver a hacer algo así les daba náuseas, y si alguien allí era capaz de hacer semejante monstruosidad, se hacía muy difícil permanecer impasibles. Rick concentró su atención en uno de los surcos. Aparecía tres ala X, seguidos por otras tantas esferas H. Una de las primeras explotó.
-“¡Hemos perdido a Biggs!”
Una voz cargada de tristeza y amargura replicó:
-“Acércate Wedge. Ya no puedes hacer nada allí.”
Se alinearon lado a lado, mientras por otro canal llegaba una oscura voz filtrada a través de un respirador mecánico.
-“Voy sobre su líder. Ustedes ocúpense de los otros.”
Una voz avinagrada lo llamó:
-“Lord Vader, ¿qué hacemos con la flota desconocida que apareció frente a nosotros?”
-”Todo el personal de combate a sus puestos y enciendan sus naves, armas en alerta nivel 5, pero no provoquen acción hostil de su parte.”
-“Entendido.”
Las esferas H empezaron a disparar ráfagas de metralla, mientras los dos ala X zigzagueaban frenéticamente, de un modo muy familiar para un piloto de varitech; a pesar de eso fueron alcanzados.
-“¡Me dieron! ¡Tengo daños serios, Luke! No puedo quedarme contigo.”
-“Está bien, despeja.”
Mientras todos los miembros de la REF contemplaban la batalla, cada vez con más atención, apareció por encima de las esferas H un extraño y destartalado elipsoide, que parecía armado con desechos. Sin embargo, su velocidad y maniobrabilidad no tenían nada que envidiar a las unidades de combate ya vistas. De esta surgió otra ráfaga de metralla que dio limpiamente en las tres esferas H. Dos de estas se desintegraron, mientras que la del medio, protegida por una especie de campo deflector, se salió de trayectoria completamente descontrolada, y rebotó en la superficie de la estación como si fuera una pompa de jabón o una pelota de playa.
-“Chico, ahora estás libre—dijo una voz que tenía un no se qué de fanfarronería—ocúpate de volar esa cosa para poder ir a casa.”
La voz fue acompañada por un rarísimo rugido, pero desde la luna verde otra transmisión radió:
-“Base uno a Rojo cinco, tiene dañado su sistema de tiro. Debe cancelar la misión”
Tras una leve vacilación se escuchó con estática la respuesta:
-“Negativo. Si renunciamos ahora, pasarán siglos antes de que tengamos otra oportunidad”
-“¡Cancelar! ¡Ahora!”
Tras esto, disparó dos pequeños misiles, semejantes a los stilettos de la REF, mientras continuaba la acumulación de energía. Algunos murmuraban sobre la insensatez de pretender destruir así una estación de cientos de kilómetros, pero Breetai señaló:
-“Los discípulos de Zor y otros grupos opositores a los maestros de la robotecnia lograron destruir algunas de sus naves capitales, desestabilizando sus sistemas de propulsión con un disparo en los puntos clave de su red de energía.” Exedore añadió:
-“Así, muchos de nosotros lográbamos vencer a los maestros de la robotecnia, pese a que su tecnología estaba tan por encima de la nuestra como la nuestra estaba por encima de la microniana.”
Los dos misiles entraron por un pequeño tubo, internándose en las entrañas de la estación, mientras el elipsoide destruía un generador de escudo local para permitir el escape del ala X y de sí misma. Tras unos minutos, la voz avinagrada salió desde la estación:
-“Los últimos dos disparos provocaron daños considerables, pero la estación continúa operativa. Serán necesarios dos minutos adicionales para compensar y completar la carga de energía. Una vez terminada destruiremos el planeta con su base rebelde.”
El respirador mecánico radió desde lejos:
-“Sí, Tarkin. Continúe con la operación. Nosotros acabaremos con los restos de la flota rebelde.”
-“Entendido, Lord Vader. Dos planetas desintegrados serán mejor demostración que uno.”
Cuando en la flota de la REF escucharon eso, se decidió todo...
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