¿Puede una segunda oportunidad cambiarlo todo?
Capitulo 2
Reunidos

Disclaimer: no, obviamente Robotech no me pertenece, que daría yo porque fueran míos. Quizás la personalidad de Riber me pertenece (él es mi hombre ideal)
Nota de la autora: bueno siempre quise saber como había sido la relación entre Lisa y Karl Riber, así que decidí volver a la vida, para así poder ver a una Lisa feliz y con suerte a un Rick celoso
Para: bueno como siempre para mi amiga Carla y para Jessy, a quien conocí gracias a mi otro fic
Comentarios: claro que si me muero por saber que les pareció, así que aquí va mi mail Jo_anderson19ARROBAyahoo.com o en el foro de la pagina


Lisa había logrado escapar antes de su turno, gracias a la ayuda de las chicas del puente, quienes habían agilizado su trabajo.
Primero había pasado por su casa y hecho algunos arreglos y luego se había dirigido al hospital. Estaba ahí de pié frente a la habitación de Karl, pero no era capaz de entrar. Había pasado casi una semana desde que habían logrado escapar de la base Sara en Marte y hoy era el día en que lo daban de alta. Semana durante la cual Lisa había pasado casi la mayor parte del tiempo en el hospital junto a él, habían conversado de cómo había sido la vida de cada cual durante todo el tiempo que había estado separado. Él le había contado como se había mantenido vivo en la base después del ataque, como poco a poco la esperanza del rescate se había ido apagando y ella le había contado los logros militares que había conseguido y como a pesar de lo adverso de las posibilidades ella había mantenido la esperanza de que él estuviese vivo.
Médicamente Karl estaba mejor, afortunadamente su brazo no había sido muy dañado con el disparo que había recibido, pero aún necesitaba usar un cabestrillo y tenía varios puntos tanto en el hombro como en su brazo, lentamente y con ejercicio recuperaría la movilidad del brazo.
Finalmente Lisa entró en la habitación y se encontró con Karl mirando por la ventana de su habitación, hacia la ciudad, sentado en el borde de su cama, quien se volteó inmediatamente
-hola- dijo Lisa suavemente
-hola- contestó Karl con una sonrisa
-¡vaya te sacaste la barba!-
-¡oh sí, finalmente me la saqué!, le rogué a una enfermera que me permitiera afeitarme- dijo Karl y volvió a sonreír -también me corté el pelo-
-cierto, lo tienes un poco más corto-
-ahora me veo mas decente y ya no parezco un mendigo-
-te ves bien- dijo Lisa agachando la cabeza
-tu también te ves bien, creo que no te he dicho que el uniforme blanco se te hace ver aún más hermosa-
-Karl- dijo Lisa y sus mejillas se sonrojaron levemente
-hablo enserio- dijo él y agacho la mirada tímidamente también
-¿estas listo para irte?- preguntó Lisa finalmente, después de un momento de silencio en el cual ambos tenían la mirada fija en el suelo
-si, bueno a parte del pijama que me trajiste el otro día no tengo nada más-
-tendremos que arreglar eso- dijo Lisa cruzando los brazos y luego poniendo una de sus manos en su rostro pensativa
-¿dónde me voy a quedar?-
-por lo pronto en mi casa, aún estamos tratando de relocarlos, muchos dependen de su situación militar y algunos ya fueron instalados como civiles en la ciudad y el resto esta en albergues militares mientras sus cuarteles están listos, lo que no debe tardar más de dos semanas-
-ya veo, ¿pero no es problema para ti que me quede en tu casa por tanto tiempo?-
-claro que no, además necesitas a alguien que te cuide, aún estas herido-
-sí, pero es que no quiero ser una molestia-
-Karl, tú nunca serás una molestia, además casi pierdes el brazo por mi culpa, es lo menos que puedo hacer- dijo Lisa y sonrió
-pero no quiero que te sientas culpable-
-Karl- dijo Lisa y se acercó hasta él -no digas eso, sabes que esto no tiene nada que ver con la culpa, yo...yo quiero cuidar de ti- dijo Lisa y volvió a mirar al suelo, para evitar mirarlo a los ojos
Karl tomó delicadamente el rostro de Lisa, con la mano que podía mover, para poder mirarla a los ojos
-y yo de ti- dijo Karl y sonrió y ambos se miraron a los ojos. Se quedaron mirando a los ojos, como si el tiempo se hubiese detenido, cada uno perdido en los ojos del otro y lentamente comenzaron a acercarse atraídos por una fuerza que ninguno de los dos podía controlar. Cuando la distancia entre ambos era mínima, los dos cerraron los ojos, dejándose guiar solo por sus corazones, los cuales latían alocadamente, solo unos escasos milímetros separaban los labios de ambos.
-¿está listo para irse Teniente Riber?- preguntó una enfermera entrando a la habitación con una silla de ruedas
Lisa se agachó inmediatamente y escondió su cabeza en el hombro de Karl, para evitar que la enfermera viera lo sonrojada que estaba, Karl por su parte solo beso el cabello de Lisa y aún algo turbado solo meneó un sí con la cabeza a la enfermera
-oh, cuanto lo siento, no quise interrumpir, puedo volver en unos momentos- dijo la enfermera, algo avergonzada al notar lo inoportuna que había sido
-no se preocupe, ya estamos listos- dijo Lisa y tomó el pequeño bolso de Karl, luego comenzó a caminar hasta la puerta evitando mirar a la enfermera, pues aun estaba algo sonrojada
-¿es necesario que use la silla?- preguntó Karl, tratando de cambiar el tema
-son las reglas del hospital teniente- dijo la enfermera
-bueno esta bien- dijo Karl y se sentó en la silla, la cual era guiada por la enfermera y unos pasos detrás iba Lisa con el pequeño bolso de Karl

Después que abandonaron el hospital se subieron a un pequeño Jeep militar, el cual los dejo en la entrada de la zona habilitada como residencial militar. Lisa ayudo a Karl a ponerse de pié y comenzaron a caminar lentamente hasta el lugar donde estaban los cuarteles de Lisa
-pasa, esta es mi casa- dijo Lisa abriendo la puerta y dejando que Karl entrara
-vaya es bonita, tienes muy hermosa tu casa- dijo Karl después de dar un vistazo rápido a la casa
-bueno he tratado de hacerla acogedora, después de todo es del tipo militar estándar-
-pues has hecho un muy buen trabajo-
-porque no te sientas, yo voy a la cocina a preparar algo para cenar- dijo Lisa enseñándole a Karl los sillones
-¿tú?, ¿Cocinar?- dijo Karl con cara de incredulidad
-¿oye que te pasa?- dijo Lisa a la defensiva, pero bromeando
-pues según recuerdo lo único que sabías cocinar eran huevos revueltos-
-ja, muy gracioso Karl, muy gracioso- dijo Lisa cruzando los brazos y acercándose a él, forzándolo a sentarse -tú quédate ahí y ve Tv o escucha música, que yo voy a la cocina y te demostraré que sí sé cocinar-
-esta bien, yo me quedare aquí- dijo Karl sonriendo
-bien- dijo Lisa y comenzó a caminar hacia la cocina
-quizas busque en la guía telefónica un lugar donde podamos ordenar algo de comida-
-ya veras Riber, ya veras, voy a hacer que te comas tus palabras- dijo Lisa y se quitó la chaqueta del uniforme y se puso un delantal.
Una vez en la cocina abrió el refrigerador y encontró allí, todo lo que Claudia le había dejado preparado y listo para mezclar. Lisa solo tenía que seguir atentamente las instrucciones que Claudia había dejado y recalentar la cena, que según Claudia la dejaría como una reina.
Después de unos 20 o 30 minutos, Lisa asomó la cabeza desde la cocina a la sala, donde Karl estaba viendo televisión
-la cena esta servida ¿te atreves a probar mi comida?
-claro que sí- dijo Karl y se puso de pié con cierta dificultad, para luego caminar hasta la pequeña mesa que se encontraba en la cocina, donde Lisa tenía ya servida la cena.La mesa, tenía un leve aire romántico, quizás debido a lo pequeño que era y a lo cerca que se sentaron el uno del otro.
-huele delicioso- dijo Karl, una vez que estuvo sentado
-espera a que la pruebes-
-si es un tercio mejor que la comida del hospital, estaré feliz-
-Karl- dijo Lisa protestando
-solo bromeo, estoy seguro que tu comida esta deliciosa- dijo Karl sonriendo
Comieron lentamente, conversando de vez en cuando, la mayor parte del tiempo Lisa respondía las preguntas de Karl al respecto de la ciudad y de como era la nave, o simplemente conversaban de cosas sin importancia.
-no puedo comer una cucharada más, estaba delicioso- dijo Karl, dejando su servicio sobre su plato
-¿enserio te gusto?- preguntó Lisa inocente
-claro que sí, es la mejor comida que he probado en años- dijo Karl sonriendo
-me alegra que te gustara- contestó Lisa con una sonrisa orgullosa
-estaba maravillosa- dijo Karl y con la mano que podía mover, tomo suavemente una mano de Lisa, lo que hizo que Lisa se sonrojara levemente
-yo.... eh...... tengo tu helado favorito de postre, chocolate blanco- dijo Lisa algo turbada
-no puedo creer que lo recuerdes- dijo Karl y sus ojos se iluminaron
-¿tú..... recuerdas mi helado favorito?- preguntó Lisa con una voz suave
-frambuesas con crema- dijo Karl y Lisa solo sonrió, ambos se quedaron allí sentados mirándose sin soltarse las manos por unos momentos
-¿quieres?- dijo Lisa nerviosa
-¿qué?- preguntó Karl, distraído, aun perdido en ese océano verde que eran los ojos de Lisa que lo hechizaban, cada vez que miraba en ellos
-helado- dijo Lisa agachando la mirada
-ah, helado, no gracias, no puedo comer nada más-
-¿seguro?-
-si- dijo Karl y lentamente soltó la mano de Lisa -¿te ayudo?-
-¿con que?- preguntó Lisa lentamente, tratando de prolongar ese sentimiento de seguridad que le daba tener la mano de Karl entre la suya
-a retirar la mesa- dijo Karl
-ah, no, no te preocupes, tú ve a sentarte que yo retiro la mesa- dijo Lisa y se puso de pie
-¿segura?-
-si, bueno no sé si quieres algo más-
-no, así estoy bien gracias- dijo Karl con una sonrisa, con esas sonrisas que hacían temblar las rodillas de Lisa.
Karl se fue a la sala y espero allí a Lisa, la que apareció unos instantes después
-Lizie- dijo Karl
-si- dijo Lisa poniéndose de pié frente a él, pocas cosas hacían latir su corazón tan rápido y una de ellas era cuando Karl le decía Lizie, él era la única persona en el mundo que la llamaba así
-no quiero ser un agua fiestas, pero me molesta un poco el hombro y preferiría descansar ¿si es que no te molesta?-
-oh Karl, lo siento, claro, perdona, había olvidado por completo lo de tu hombro- dijo Lisa preocupada
-perdona tú-
-ven- dijo Lisa y guió a Karl hasta su recamara -aquí vas a dormir-
-pero esta es tu habitación ¿qué hay de tí?
-yo, no te preocupes, dormiré en el sofá-
-pero Lisa, como vas a dormir en el sofá, no, yo duermo en el sofá-
-como se te ocurre Karl, tú estas herido. olvídalo-
-es solo mi hombro, tú solo pásame una almohada y una frazada y yo dormiré en el sofá, no voy a permitir que tú duermas allí y menos por mi culpa-
-Karl- dijo Lisa en tono de protesta -tú vas a dormir acá y no se hable mas del tema-
-pero Lisa-
-pero nada, he dormido en peores lugares que mi sofá y ya no soy una niña, soy un oficial del ejercito-
-pero eres una dama y yo un caballero y no voy a permitir que tú duermas en el sofá-
-no voy a discutir esto, tú duermes en la cama y punto- dijo Lisa cruzando los brazos
-Lisa no seas testaruda- dijo Karl tratando de cruzar los brazos y mirándola con el ceño fruncido, pero sin poder disimular una sonrisa
-tú tampoco lo seas, estas herido, esta es mi casa y vas a dormir en la cama- dijo Lisa tratando de lucir seria, pero escondiendo una sonrisa
-Lizie- dijo Karl tirando de la manga de la chaqueta de Lisa
-no vas a conseguir nada con eso, tú duermes en la cama- dijo Lisa sonriendo
-esta bien, esta bien, siempre ganas, esto no es justo tú sabes que no puedo ir en contra tuya-
-ya lo sé- dijo Lisa con cara de triunfadora -yo siempre gano- agregó y le cerró un ojo
Entraron en la habitación y Lisa le enseñó el baño, saco el pijama de Karl del pequeño bolso y lo dejo sobre la cama.
Karl tomó su pijama y camino hasta el baño, mientras Lisa sacaba de su closet, la ropa necesaria para ir mañana al trabajo y abría la cama y acomodaba las almohadas, pasaron unos instantes y al ver que Karl no salía del baño se preocupo y se acercó a la puerta
-¿Karl estas bien?, ¿necesitas ayuda?- preguntó Lisa
-no, estoy bien- dijó Karl, tratando de disimular el dolor en su voz. Estaba tratando de ponerse la parte superior del pijama y el tener que estirar su brazo herido para poder ponerlo en la manga, le causaba un dolor agudo, pero no se atrevía a pedir la ayuda de Lisa, por alguna razón sentía avergonzado.
-¿estas seguro?- preguntó Lisa nuevamente
-si- dijo Karl y después de morderse fuertemente el labio inferior, logro ponerse la parte superior del pijama. Se quedo unos minutos más allí en el baño, esperando que el dolor disminuyera y cuando se sitió mejor salió de él
-¿estas bien?- preguntó Lisa cuando este salió del baño
-sí, estoy bien, no te preocupes- dijo Karl
-te abrí la cama y te deje un vaso de agua- dijo Lisa
-gracias- dijo Karl y comenzó a caminar hasta la cama
-ah y Roy el novio de mi mejor amiga, se consiguió esta ropa en los almacenes militares, espero que te quede bien- dijo Lisa mostrando un alto de ropa que estaba en una silla
-muchas gracias Lisa, no tenias que molestarte- dijo Karl
-no es ninguna molestia, quizás mañana podríamos salir a la ciudad y comprarte algo de ropa-
-no seria mala idea, pero yo no tengo nada de dinero- dijo Karl algo avergonzado
-ese no es problema, yo lo arreglo- dijo Lisa y le guiñó un ojo
-y yo te devolveré cada centavo- dijo Karl sentándose en la cama
-esta bien- dijo Lisa meneando la cabeza -sé que lo harás de todas maneras. así que no voy a discutir contigo- agregó Lisa y comenzó a caminar hasta el baño. Salió de él unos minutos después, luciendo el pijama que les entregaban en la escuela de oficiales de la RDF y se encontró con Karl acostado en la cama, pero no del todo, estaba más bien sentado, pero con los ojos cerrados. Lisa camino en silencio para no despertarlo
-estoy despierto- dijo Karl abriendo los ojos
-pensé que dormías-
-no, solo estaba descansando mis ojos-
-¿hay algo que necesites?- preguntó Lisa
-no, estoy bien así- dijo Karl y le sonrió -¿necesitas tú algo de tu habitación?
-no te preocupes, ya saqué mi uniforme y todo para mañana-
-lamento haber invadido tu casa-
-Karl, no seas tonto- dijo Lisa y se acercó a la puerta de la habitación -tú no eres ninguna molestia-
-eso espero- dijo Karl y luego de jugar un poco con las sabanas agregó -de hecho me alegra estar aquí-
Lisa sonrió y se apoyo en el marco de la puerta de su habitación -y yo estoy feliz de que estés aquí-
Karl la quedó mirando y sonrío también, sabía que las palabras de Lisa eran honestas, que salían de su corazón y eso lo hacía increíblemente Feliz
-buenas noches- dijo Lisa suavemente
-buenas noches- le contestó Karl y unos segundos después, cuando ya la figura de Lisa se había perdido detrás del marco de la puerta apagó la luz y cerro los ojos, pero la sonrisa en su rostro no se desvaneció.

Karl se despertó en medio de la noche, no estaba seguro bien de que hora era. Le dolía un poco su hombro y busco el vaso de agua que Lisa había dejado al lado de la cama y bebió un sorbo de agua. Luego se levantó y camino hasta la ventana que había en la habitación de Lisa y desde donde se podía mirar al espacio, miró un rato las estrellas y luego examino un poco la habitación de Lisa y no pudo evitar sonreír al ver en ella una foto de Lisa el día de su graduación, él tenía la misma foto en su habitación en Marte y no pudo evitar pensar en lo mucho que había crecido su Lizie, ya no era la niña tímida, que se había enlistado en el ejercito para cumplir con una promesa, ahora era una mujer hecha y derecha, una militar de carrera, exitosa y respetada y él no podía evitar sentirse orgulloso, pero también se sentía triste, pues se había perdido todas estas etapas en el crecimiento de la mujer que amaba, sabía perfectamente bien que no había forma de recuperar todo ese tiempo perdido, esos casi ocho años de ausencia, pero él encontraría la forma de compensar ese tiempo, él se encargaría de aprovechar esta segunda oportunidad que le daba la vida.
Caminó lentamente fuera de la habitación, hasta la sala y allí encontró a Lisa durmiendo en el sofá, algo destapada y con el cabello algo revuelto, pero estaba igual de hermosa, la tenue luz de las estrellas que entraba por la ventana de la sala hacía brillar el rostro de Lisa y la expresión de paz con felicidad mezclada en su rostro la hacían verse aún más hermosa. Karl se quedó allí mirándola desde la distancia, sin atreverse a acercarse por temor a despertarla, el solo hecho de mirarla lo hacía sentirse embobado y su corazón latía más rápido, de hecho le parecía curioso sentirse de esa forma, era el mismo sentimiento que había provocado en él Lisa, cuando recién la había conocido, cuando recién se estaba enamorando de ella.
Comenzó a caminar hacia ella, para taparla un poco, cuando de pronto Lisa abrió los ojos lentamente, luego los volvió a cerrar y después de restregárselos un poco los volvió a abrir
-¿Karl?- preguntó ella media dormida tratando de sentarse en el sofá
-lo siento, no quise despertarte- dijo Karl suavemente y camino hasta que estuvo al lado del sofá y se arrodillo frente a él
-no te preocupes, tú ¿estas bien? ¿te duele el hombro?- preguntó Lisa con voz suave, tratando aún de enfocar bien a Karl
-sí estoy bien, no te preocupes- dijo Karl y tomó una de las manos de Lisa, haciendo que esta se despertara por completo y lo mirara a los ojos -yo.... cuando te dije que estaba feliz por estar aquí, lo dije de verdad, no sabes lo feliz que me hace estar aquí nuevamente contigo- dijo Karl mirando la mano de Lisa que tenía entre las suyas
-yo también estoy feliz Karl, mas de lo que pueda decirte o de lo que te puedas imaginar- dijo Lisa mirando su mano entre la de Karl
-todos estos años que estuvimos separados, yo... no hubo noche en que no soñara con volver a estar contigo, con volver a mirar tus ojos, con volver a tener tu mano entre las mías- dijo Karl y beso el dorso de la mano de Lisa, delicadamente -no hubo día en que no me arrepintiera por haberte abandonado en la Tierra- agregó Karl con tristeza
-te extrañé mucho, cuando.... cuando me dijeron que todos en Marte habían muerto, sentí que el mundo se me venía encima, sentí que me iba a morir- dijo Lisa con la voz quebrada y los ojos llenos de lagrimas -yo... escondía en lo más profundo de mi corazón la esperanza de volver a verte con vida, a pesar de que todos me decían que era imposible, soñar con volver a verte fue lo que mantuvo a mi con vida- dijo Lisa y las lagrimas comenzaron a caer por su rostro.
Karl la miro a los ojos, con sus ojos llenos de lagrimas también y en un gesto cargado de ternura limpió las lagrimas que caían por el rostro de Lisa con la yema de sus dedos -perdóname, perdóname por hacerte sufrir como lo hice- dijo finalmente Karl con la voz quebrada también
-no tengo nada que perdonarte, yo... veo en tus ojos que tú también sufriste al estar atrapado en Marte- dijo Lisa acariciando el rostro de Karl
-quedarme en Marte fue mi error y te prometo que voy a hacer todo lo que este en mis manos para recuperar todo el tiempo que perdimos, te lo prometo- dijo Karl y volvió a besar el dorso de la mano de Lisa
-al menos ya estamos juntos- dijo Lisa suavemente y Karl la miro a los ojos
-y no nos vamos a volver a separar- dijo Karl y acarició suavemente el rostro de Lisa
Solo ese gesto, hizo que ambos calleran nuevamente en el hechizo que era para cada uno mirar fijamente en los ojos del otro y comenzaron a acercarse lentamente y mientras más cerca estaban, mas rapido comenzaban a latir los corazones de cada uno. Lisa que de no estar sentada en el sofá, probablemente ya se habría caido al suelo, porque sentía que sus rodillas se convertía rapidamente el jalea, por su parte Karl, sentía que el corazón se le iba a salir por la boca y que con cada milimetro que se acercaba a Lisa, más dificil se le hacía el respirar.
Cunado la distancia entre ambos fue inexistente, se dieron un beso suave, dulce, cargado de amor, que para ambos pareció durar una eternidad, cuando se separaron ambos mantuvieron los ojos cerrados y finalmente Karl suavemente acarició sucon su nariz la nariz de Lisa y le dio un tierno beso al lado de la boca, haciendo que Lisa se sonrojara y después de recuperar el aliento Lisa murmuro suavemente
-lo recordaste-
-como podría olvidarlo- dijo Karl al oído de Lisa, haciendo que esta sonriera y se sonrojara un poco mas, al recordar esa costumbre que había adquirido con Karl cuando era novios de hacerse cariño con las narices y luego darse un beso al lado de la boca, en un principio lo hacian porque cada vez que iban a besarse alguien los interrumpía y para disimular se daban un beso en la mejilla, ya que el padre de Lisa era el superior directo de Karl y una relación entre ambos era casi algo prohibido, pero luego se había vuelto una costumbre y había quedado como un secreto entre ambos.
Lisa escondió su cabeza en el hombro de Karl y este hundió su nariz en el cabello de Lisa, se quedaron así largo rato hasta que finalmente Karl beso la frente de Lisa y le sonrió
-sera mejor que te deje dormir, mañana tienes que ir a trabajar-
-cierto- dijo ella con un poco de tristeza
-buenas noches- dijo Karl y volvió a besarla en la frente
-buenas noches- dijo Lisa y se acostó nuevamente en el sofá, pero Karl antes de irse se aseguro de arroparla bien, solo cuando estuvo seguro de que Lisa estaba bien cómoda en el sofá, volvió a la habitación y se acostó.

Lisa se levantó temprano tratando de hacer el menor ruido posible, entró en silencio a la habitación con su uniforme en las manos y se encerró en el baño para ducharse. En su camino al baño se detuvo unos instantes a observar a Karl, quien dormía tranquilamente y con una leve sonrisa en el rostro, lo que provocó inmediatamente una sonrisa en ella. Lisa sentía que el corazón se le hinchaba en el pecho, estaba tan feliz de estar nuevamente con Karl, que sentía que el corazón no le caía ya en el pecho, lentamente llevó su mano a sus labios y cerro los ojos para recordar el dulce y tierno beso que se había dado con Karl, el primer beso que se habían dado en casi ocho años y su sonrisa se hizo aún más grande y más radiante.
Cuando salió del baño se detuvo bruscamente al descubrir que Karl no estaba en la cama y corrió hasta la sala, pero tampoco lo encontró allí, entonces un suave olor a café llegó hasta su nariz, provocando en ella un suspiro de alivió y camino un poco más clamada hasta la cocina
-buenos días- dijo Karl con una sonrisa, de pié al lado de la cafetera
-buenos días- dijo Lisa sonriendo también y caminó hacia él, cuando estuvo solo a centímetros de él, levantó una de sus manos y suavemente ordenó el cabello de Karl, el cual estaba aún despeinado y tenía la forma de la almohada
-gracias- dijo Karl y tomo la mano de Lisa y la beso
-de nada-
-el desayuno esta listo- dijo Karl y sirvió dos tazas de café
-no debiste molestarte, no quiero que te esfuerces demasiado-
-no te preocupes tanto por mi, además es lo menos que puedo hacer después de la magnifica cena de anoche-
-gracias, pero recuerda que solo ayer te dieron de alta en el hospital y debes de cuidar tu brazo-
-lo sé- dijo Karl y tomo una tostada y trató de untarle mantequilla, pero Lisa se la quito y ella terminó de untarle la mantequilla
-ten- dijo Lisa cuando le paso la tostada
-gracias- dijo Karl y ambos comenzaron a desayunar en silencio
-¿a que hora vuelves?- le preguntó Karl cuando Lisa se puso de pié
-no lo sé, espero que temprano-
-¿a la hora de almuerzo?-
-es probable, pero no te preocupes por el almuerzo, que yo compraré algo en el camino de regreso- dijo Lisa
-esta bien, te voy a estar esperando-
-bueno yo... debo irme, pero tratare de regresar lo más pronto posible- dijo Lisa cuando llegaron a la puerta
-no importa que tan pronto llegues, para mi será una eternidad- dijo Karl mirando el suelo
-para mi también- dijo Lisa acercándose un poco más a él
-es extraño que estuvimos tanto tiempo separados y logramos sobrevivir y ahora que sé que te tienes que ir por solo unas horas siento que no voy a ser capaz de lograrlo- dijo Karl acercándose más a ella
-lo sé, a mi me pasa lo mismo- dijo Lisa y comenzó a buscar los ojos de Karl, pero este seguía mirando al suelo
-vuelve pronto- dijo Karl y tomó a Lisa por la cintura y la atrajo hacia él, haciendo que Lisa se quedara sin aire y sintiera que todo le daba vueltas, pero entonces miró a los ojos de Karl que la miraban a ella y se olvido de todo lo demás
-lo prometo- dijo Lisa casi en un murmullo, sin saber bien como es que había logrado hablar cuando apenas podía respirar
Karl comenzó a acercarse lentamente a ella, sin dejar de mirarla a los ojos y Lisa pudo ver en los ojos de Karl, que sus palabras eran honesta, podía ver el mismo miedo que ella sentía de dejarlo, pero había algo más en su mirada, ese fuego, esa chispa que tenían los ojos de Karl, que hacían que Lisa perdiera la cabeza cada vez que los miraba, Karl la miraba con intensidad, con esa intensidad que abundaba en todo lo que Karl hacía.
Cuando estaban a punto de besarse, Lisa cerró los ojos, no podía seguir mirando a Karl a los ojos, por temor a que él viera en sus ojos todo lo que ella lo deseaba, todo lo que deseaba volver a besarlo. Karl siempre había sabido leer el secreto que ocultaban sus ojos. Pero junto con cerrar los ojos Lisa no pudo evitar separar levemente los labios, anticipándose al beso.
Karl cerró sus ojos también y con ternura acarició con su nariz la nariz de Lisa y luego rozó los labios de Lisa con los de él, apenas besándola, finalmente apoyo su frente sobre la de Lisa y se quedó así, con los ojos cerrados.
Después de unos momentos Lisa aún con los ojos cerrados y sus manos apoyadas en el pecho de Karl dijo -creo que debo irme-
Karl solo asintió con la cabeza y lentamente comenzó a separarse de Lisa, pero tomo una de las manos de Lisa
-cuidate- dijo Karl
-tu también- dijo Lisa sonriendo, sin saber que hacer, Karl la tenía aun sujeta de las manos impidiendo que se fuera
Karl tardo unos segundos en soltarla -vete, antes de que me arrepienta y no te deje partir- dijo Karl sonriendo cuando la soltó
-voy a regresar en cuanto pueda y si tienes un problema o no te sientes bien, no dudes en llamarme, sobre la mesa están todos mis teléfonos y el primero es el de mi localizador de emergencia-
-estaré bien- dijo Karl sonriendo
-adiós- dijo Lisa y abrió la puerta
-adiós- dijo Karl y se quedó mirando a Lisa, hasta que esta cerro la puerta
Unos segundos después la puerta volvió a abrirse y Lisa camino decidida hasta Karl y le dió un leve beso en los labios -ahora así, adiós- dijo Lisa con una sonrisa y se fué definitivamente del departamento, dejando a Karl con una sonrisa en el rostro.

Lisa entró al puente, tratando por todos los medios de lucir seria y profesional como de costumbre, pero no podía sacar la sonrisa que ocupaba casi todo su rostro. Sonrisa que las chicas del puente notaron inmediatamente y cuando Lisa les dio la espalda comenzaron a comentar.
El turno fluyó en clama, para suerte de Lisa y durante el receso de la hora del almuerzo Lisa se acerco al capitán, quien al igual que todo el resto de la tripulación del puente había notado el buen estado de animo de Lisa.
-disculpe señor puedo hablar con usted- preguntó Lisa acercándose al capitán, cuando él, Claudia y Lisa abandonaban el puente para almorzar
-claro Lisa dime- dijo el capitán deteniéndose en medio del pasillo
-¿puede ser en privado?- preguntó Lisa algo tímida
-esta bien, vamos a mi oficina- dijo el capitan y caminaron en silencio hasta su oficina. Una vez en su oficina él tomo asiento en su escritorio y Lisa permaneció de pié frente a él.
-Señor, vera, yo..., yo quería pedirle un favor-
-¿de que se trata?- pregunto el capitán
-buen, yo sé que el enemigo ha disminuido un poco la frecuencia de sus ataques y pues vera yo... quería saber si es posible que me diese unos días libres-
-¿unos días libres?-
-sé que quizás no es uno de los mejores momentos, pero yo apreciaría mucho si pudiese darme tan solo un par de días libres Señor- dijo Lisa evitando mirar al capitán
-Lisa tú sabes que el enemigo es cualquier cosa, pero menos predecible y quizás podríamos necesitarte-
-estaré disponible para cualquier emergencia Señor- se apresuro a decir Lisa
-¿hace cuanto que no tomas días libres Lisa?- preguntó el capitán serio
-pues yo....- dijo Lisa y se detuvo a pensar, tratando de recordar la ultima vez que había pedido un día libre -desde...-
-yo te diré desde cuando- dijo el capitán y reclino levemente su sillón -desde hace casi tres años Lisa-
-vaya- dijo Lisa sorprendida, sabía que hace mucho tiempo no pedía días libres, pero no sabía que desde hace tanto tiempo
-claro que tienes permiso para tomarte unos días libres Lisa, de hecho me alegra que pidas días para descansar-
-muchas gracias Señor, no sabe lo que significa para mi- dijo Lisa sonriendo
-creo tener una idea- dijo el capitán y no pudo evitar sonreír al ver que Lisa se sonrojaba
-pero necesito que estés disponible para cualquier emergencia- agregó el capitán
-claro que si Señor- dijo Lisa
-¿hay algo más que quieras decirme?- preguntó el capitán
-no señor, eso es todo- dijo Lisa sonriendo
-bien, entonces puedes retirarte y no te preocupes por el turno de la tarde, tienes libre desde hoy-
-gracias Señor- dijo Lisa sonriendo nuevamente
-no tienes nada que agradecer, ahora ve y aprovecha estos días de descanso- dijo el capitán
-si Señor, gracias señor- dijo Lisa y saludó al capitán
-a Lisa- dijo él capitán cuando Lisa estaba abriendo la puerta
-¿sí señor?- preguntó Lisa volteándose para mirarlo a los ojos
-es bueno volver a verte sonreír- dijo él capitán haciendo que Lisa se sonrojara nuevamente
-es bueno volver a sonreír Señor- contó Lisa finalmente antes de salir de la oficina del capitan.
Después de abandonar la oficina del capitán, Lisa se dirigió al puente a darle algunas instrucciones a las chicas del puente y a pedirles que en caso de cualquier emergencia no dudaran en llamarla. También habló con Claudia para contarle que el capitán la había autorizado a tomarse unos días libres y para darle las gracias por la ayuda que ella le había dado con la cena. Cuando Lisa estaba esperando el ascensor para abandonar las instalaciones vio a lo lejos al cabo Hunter y comenzó a caminar en su dirección, cuando estuvo cerca de él, alzó un poco lo voz y lo llamó por su apellido
-Hunter- escucho Rick y reconoció enseguida la voz, era la comandante Hayes y no pudo evitar hacer una mueca, sabía perfectamente bien lo que venía a continuación. La comandante le había prometido una segunda parte de la discusión que habían tenido cuando el la había recatado en Marte y seguramente esta sería esa segunda parte. Después de todo ya había pasado una semana y el había tenido demasiada suerte de no encontrársela en toda la semana
-si- dijo Rick de mala gana volteándose hacia ella
-Hunter, que bueno que lo encuentro, hace días que querría hablar con usted- dijo Lisa cuando estuvo a su lado en tono neutral
-dígame comandante- dijo Rick, armándose de paciencia para escuchar todo lo que la comándate tenía que decirle
-pues vera, yo...- Lisa se detuvo y aclaró su garganta antes de continuar -bueno yo quería...este eh... pedirle disculpas- dijo Lisa finalmente
-¿ah?- fue todo lo que fue capaz de articular Rick, estaba completamente sorprendido, esperaba que la comandante le disparara toda una artillería acerca de lo inmaduro y de lo mal oficial que él era y sin embargo allí estaba ella pidiéndole disculpas
-eso, yo quería pedirle disculpas- dijo Lisa y cruzó sus manos detrás de su espalda -me comporte de una manera inapropiada con usted el día que me rescato de la base Sara, creo que fui muy injusta con usted-
-yo... no sé que decirle Señora- dijo Rick aun sorprendido, no podía creer que la teniente Comandate Lisa Hayes le estuviese pidiendo disculpas a él, a él que siempre que podía le hacía pasar un mal rato
-no tiene nada que decir Hunter, yo solo creo que fui injusta con usted, que debí de agradecerle el salvar mi vida y la del teniente Riber en vez de reprenderlo, pero supongo que quizás estaba asustada, que sucedieron demasiadas cosas al mismo tiempo que de una u otra forma me afectaron-
-no tiene que disculparse conmigo Comandante, de hecho soy yo quien debe disculparse por comportarme tan irrespetuosamente como lo hice- dijo finalmente Rick, él sabía muy bien que había sido irrespetuoso con Lisa y no solo en esa ocasión y quizás este era el momento de pedirle disculpas
-usted hizo lo que tenía que hacer y gracias a usted, el teniente Riber y yo estamos vivos-
-hice lo que cualquiera hubiese hecho, como usted dijo yo solo soy un soldado cumpliendo su deber-
-no Hunter, usted hizo mucho mas que lo que cualquier otro soldado hubiese hecho, usted arriesgó su vida por salvarnos y yo siempre le estaré agradecida por eso- dijo Lisa evitando mirar a Rick y luego agregó rápidamente -bueno yo solo quería decirle eso, solo quería pedirle disculpas por mi comportamiento y agradecerle por salvar mi vida y la del teniente Riber-
-comandante de verdad no tiene nada que agradecerme- dijo Rick honestamente, las acciones de ese día él las había realizado por una razón que no comprendía muy bien, pero sí estaba seguro que no habían sido esperando la gratitud de Lisa, el simplemente había hecho lo que su corazón le decía que era lo correcto
-entonces al menos acepte mis disculpas- dijo Lisa y le extendió su mano, haciendo que Rick se quedara allí perplejo observando la mano de Lisa y tardó unos segundos en reaccionar y estrechar la mano de Lisa, haciendo que ella pensara que Rick se iba a negar a darle la mano
-solo si usted acepta las mías- dijo Rick mientras estrechaba la mano de Lisa, y le sorprendió lo suave que eran las manos de Lisa y lo delicado, pero a la vez decidió de su apretón de manos
-esta bien- dijo Lisa y esbozo una leve sonrisa, haciendo que Rick también sonriera y que desde luego quedara maravillado, era la primera vez en los más de seis meses que conocía a la comandante que la veía sonreír y ciertamente ella tenía una sonrisa maravillosa.
-bueno cabo, yo debo irme, gracias por aceptar mis disculpas- dijo Lisa soltándose de la mano de Rick- buenas tardes- dijo Lisa y comenzó a alejarse, dejando allí a Rick de pié en medio del pasillo, observándola hasta que entró en el ascensor y desapareció. Rick estaba allí de pié aun con la mano un poco extendida y aun algo admirado por la hermosa semi sonrisa que la comandante le había dado y no podía evitar preguntarse ¿qué era lo que había provocado este cambio en la comandante? ¿Cómo era que de un día para otro había comenzado a sonreír? ¿y porque ella no sonreía más a menudo si se veía tan bien cuando sonreía?. Estaba pensando en todas estas cosas cuando un fuerte golpe en la espalda lo sacó de sus cavilaciones
-oye hermanito que haces así en el pasillo y con la mano estirada?- le preguntó Roy
-¿ah? ¿Qué?-
-no me digas que viste nuevamente a esa chica del restaurante chino y que ella se enlisto en la RDF-
-¿Quién Minmei?- preguntó Rick algo distraído
-¿quién más te hace poner esa cara de bobo?- preguntó Roy volvió a golpear a Rick en la espalda
-esto no tiene nada que ver con Minmei, de hecho estaba hablando con la Comandante Hayes-
-¿con Lisa?- dijo Roy entre divertido y sorprendido -y yo que pensaba que la odiabas- dijo Roy y le guiñó un ojo a Rick
-no es lo que estas pensando Roy- dijo Rick un poco molesto -ella vino a pedirme disculpas-
-¿disculpas? ¿y porque?- preguntó Roy ahora genuinamente sorprendido
-por lo que sucedió cuando la rescate en Marte-
-vaya, vaya- dio Roy y se rascó por unos segundos la cabeza -supongo que este es el famoso efecto Riber del que tanto habla Claudia- dijo Roy más para sí mismo que para Rick, de hecho el mismo había notada un leve cambio en Lisa, había visto un brillo en los ojos de ella que no había visto en todo el tiempo en que se conocían y que eran amigos. Y si ella había venido a pedirle disculpas a Rick, quien era un verdadero dolor de cabeza para Lisa y que en varias ocasiones había sido bastante irrespetuoso con ella, entonces de verdad algo estaba cambiando en Lisa y eso lo hacía sentirse feliz, estaba feliz de que su amiga se permitiera nuevamente ser feliz y dejara de lado esa fría y correcta militar en la que se había convertido
-¿efecto Riber?- preguntó Rick, pero noto que Roy no le estaba prestado atención, entonces habló más fuerte -Roy, te estoy hablando ¿a que te refieres con efecto Riber?-
-a nada Rick, a nada- dijo Roy evitando tocar el tema con Rick y luego puso una mano sobre el hombro de Rick -oye hermanito ¿qué te parece si vamos a comer algo fuera?, la comida del casino de oficiales esta asquerosa hoy-
-si claro- dijo Rick algo de mala gana, al notar que Roy había cambiado bruscamente el tema, ¿efecto Riber? ¿qué rayos era eso? ¿tendría eso algo que ver con el teniente Riber del que había hablado la comandante? ¿Quién rayos era este tipo?, se preguntaba Rick intrigado, pero finalmente siguió a Roy fuera de la base. Quizás si tenía suerte lograría convencer a Roy de ir a comer al restaurante de Minmei y podría verla, después de todo hace casi una semana que no la veía y ya había comenzado a extrañarla, además quizás lograría sacarle información acerca de cual sería su regalo favorito de cumpleaños.

Continuará.......