Titulo: Promesas Rotas y Renovadas
Autor: Josefa
Nota del autor: Los eventos a continuación suceden después de que la Misión comandada por la Almirante Lisa Hayes-Hunter llegara a Tirol y se uniera a los Sentinels. Pero la historia fue modificada y después de la campaña de liberación del planeta Karbarra, Lisa, Rick y otros altos oficiales de la REF regresan al SDF-3, para ayudar desde ahí a sus aliados los Sentinels.


Muchos de sus compañeros, por no decir todos, se habían enamorado de Minmei y quizás hasta cierto punto él también, pero todo esto había pasado ha ser un mísero recuerdo después ese día en la nave de Breetai, cuando capturaron el satélite fabrica, allí la había visto por primera vez, tan diminuta que un golpe fuerte de su mano la habría destrozado, su rostro apareció en su pantalla y las líneas le habían quedado gravadas en la memoria, el color de sus ojos, el brillo de su cabello, la lozanía de su blanca piel, su estilizada figura en ese entallado uniforme blanco, la capitana Hayes le había robado el corazón como dirían los humanos.
Y así como el canto de Minmei había motivado a sus compañeros a micronizarse y a dejar el ejercito, la imagen de la capitana Hayes lo había motivado para trabajar más duro, para aprender las costumbres de los humanos, para trabajar con ellos en Robotechnologia y para convertirse en uno de los hombres de confianza de Breetai, para así poder estar a la altura de una mujer tan importante como lo era ella.
El único impedimento para que sus sueños se hicieran realidad era Rick Hunter, ese microniano, al que tenía deseos de aplastar desde que lo había visto por primera vez, desde que lo había visto besarse con Lisa en la nave de Breetai y que ahora era su esposo. Aplastarlo con sus dos manos lenta y dolorosamente era lo único que se le venia a la cabeza cada vez que lo veía. Pero eso no lo haría ahora, ahora estaba micronizado, para poder llevar a cabo la misión que le había encomendado Breetai y con ella sus sueños lentamente comenzaban a hacerse realidad después de una larga espera.

Lisa había dejado hace pocos minutos el Puente y se encontraba en su oficina revisando documentación, estaba tan agotaba que la cabeza se le iba sola contra en el escritorio y los ojos se le cerraban, pero tenia que dejar todo el papeleo listo antes de irse a su casa.
“Mi casa” pensó Lisa “un planeta lleno de Invids es más acogedor que mi casa”
sus pensamientos fueron interrumpidos por un golpe en la puerta
-pase- dijo Lisa de mala gana
-almirante necesito que..-
-Miriya que gusto verte, siéntate- dijo Lisa al ver a Miriya atravesar la puerta
-gracias Lisa, te ves cansada-
-y lo estoy, sabia que dirigir la flota seria agotador pero ha resultado ser extenuante-
-y yo vengo a darte más problemas-
-¿qué sucede?-
-Breetai desea enviar una nave de reconocimiento a Haydon IV-
-¿a Haydon IV?, pero si ya tenemos suficientes problemas con los Invid aquí-
-pues él cree que seria conveniente, piensa en enviar un escuadrón Zentraedi a mi mando y a cargo de toda la misión estaría el comandante Berir, uno de sus hombres de confianza-
-no había escuchado hablar de él-
-es un hombre muy responsable, reservado y entregado a su trabajo, ha trabajado con el doctor Lang en Robotechnología y entiende muy bien a los humanos, de hecho ha pasado la mayoría de este ultimo tiempo micronizado-
-el trabajar con Lang le da varios puntos a favor, creo que tendré que visitar a Breetai para que me explique bien su idea-
-cambiando de tema ¿cómo siguen las cosas entre tú y Rick?-
-¿cómo crees?- dijo Lisa poniéndose de pié –aun no me dirige la palabra, excepto cuando es para discutir-
-imagino que debe estar molesto por lo que paso, pero pronto se le pasara-
-eso espero, porque nuestro matrimonio se debilita cada vez más-
-escucha Lisa tu decisión fue la correcta y Rick pronto se dará cuenta de eso y entenderá-
-esperemos que sea pronto, porqué no sé cuanto podremos seguir manteniendo esta situación- dijo Lisa y llego caminando hasta la puerta -¿qué te parece si mañana vamos donde Breetai para que me explique bien la misión?-
-me parece bien- dijo Miriya y salió de la oficina –y arriba ese animo-
-adiós- dijo Lisa sin mucho animo y regreso a su trabajo
Finalmente llegó a su casa, abrió la puerta lentamente, como temiendo encontrarse con Rick. La situación entre los dos se había vuelto casi insostenible, desde el incidente que habían tenido tres semanas atrás. Simplemente ya no se hablaban y si lo hacían era para discutir. Y aparentemente hoy no sería la excepción.
-buenas noches- dijo Lisa
-buenas- contestó Rick evitando mirarla a los ojos
-¿cuándo vas olvidar lo que paso en el Fárrago?- preguntó Lisa. Rick solo la miro con enfado y se dirigió a la cocina.
-te hice una pregunta Rick, creo que merezco una respuesta- dijo Lisa persiguiéndolo
-¿quién merece la respuesta la Almirante Hayes o Lisa Hayes?- dijo Rick en tono de burla
-no me vengas con eso ahora Rick, estoy muy cansada-
-cierto, olvide que dirigir la nave y mi vida es agotador-
-yo no dirijo tu vida, tú lo haces, siempre lo has hecho, haces lo que se te da la gana, en lo personal y en el ejercito, así rompas ordenes o no-
-porque al menos trato de vivir una vida normal no según las regulaciones de la REF, pero tú te encargas de recordármelas ¿no es así?-
-pues si querías una vida normal te equivocaste al casarte conmigo, siempre supiste que el ejercito era una parte importante de mi vida-
-el ejercito es tu vida, hasta nuestro matrimonio esta regido por él-
-pues entonces debiste casarte con Minmei y ahorrarnos todos estos problemas-
-claro, si siempre soy yo el que trae los problemas ¿hasta cundo vas a seguir con esto?-
-acaso crees que yo no estoy cansada de pelear día tras día-
-pues parece que lo disfrutas-
-¿eso crees?- grito Lisa dolida
-siempre es lo mismo Lisa, ¿hasta cuando pelearemos por los mismos argumentos?-
-¿sabes hasta cuando Rick?, hasta que dejes de pensar en ti Rick, no todo gira en torno a ti, yo también formo parte de esta relación por si no te has dado cuenta-
-¿crees que no lo sé?-
-pues pareces olvidarlo y todo esto terminaría si dejaras de pensar en que es lo que tú quieres y pensaras un poco más en que es lo que yo quiero, en que rayos me pasa a mi, que nos pasa a los dos, ¿crees que no estoy cansada?, siempre he sido yo la que ha llevado esta relación y ya estoy cansada, necesito aire- dijo Lisa caminando hacia la puerta
-¿qué tratas de decir?- dijo Rick tomándola del brazo
-que siempre he sido yo la que ha presionado la relación para que avance y ya me canse- dijo Lisa agotada y con los ojos llenos de lagrimas
-¿qué fue lo que dijiste?- preguntó Rick anonadado, pero salió expresado lleno de ira
-que ya estoy cansada, que ya no puedo más, que ya no puedo seguir llevando esta relación yo sola- dijo Lisa soltándose del brazo de Rick
-tienes razón Lisa, tú eres la que lleva la relación, tú fuiste la que nos metió en esto- dijo Rick resentido
-yo no hice nada incorrecto, eres tú el inmaduro que no es capaz de verlo, aceptar las cosas y seguir adelante- gritó Lisa entrando a la habitación y cerrando la puerta de un portazo.
Se dejo caer en la cama y comenzó a llorar, ya no daba más, eran demasiadas las presiones que recaían sobre sus hombres y toda persona tiene un limite.
“Jamás pensé que llegaría a este punto, en el que ya no podría sostener por mas tiempo esta relación, en el que simplemente me daría por vencida. El asunto es que la relación con Rick me esta afectando, me siento asfixiada, incomprendida. ¿Por qué él puede cometer un error y las cosas siguen igual y yo no?. ¿Por qué siempre tengo que ser yo la que perdone y mejore las cosas?.
El trabajo consume nuestras vidas y es lo que ha debilitado nuestra relación, pasamos tanto tiempo juntos trabajando que no tenemos tiempo de extrañarnos y darnos cuenta de que es lo que amamos del otro, nos vemos las 24 horas del día y de esas 24 creo que peleamos unas 20, porque llegamos al punto en que la presencia del otro nos molesta. Si no peleamos por la misión es por algo que uno de los dos dejó de hacer o dijo, o para variar un poco es por el mismo argumento cliché de cada discusión que tenemos Lynn- Minmei. Parece que a medida que pasan los años más odio ese nombre y a esa mujer, que por alguna razón insiste en que somos amigas, cuando lo único que deseo es aventarla al espacio en medio de un batallón Invid, claro que con mi suerte lo más probable es que la rescaten y la conviertan en su nueva regente. Pero últimamente el trabajo es el causante de nuestros problemas, lo que ocurrió en el Fárrago, dañó seriamente la relación y si Rick no pone de su parte, la relación jamás se recuperara.
Se que hice lo correcto en el Fárrago, quizás de la manera incorrecta, pero era lo que había que hacer y por eso no le pediré disculpas Rick, es él quien tiene que darse cuenta de la situación, es él quien tiene que abrir los ojos.
Y esta vez no daré mi brazo a torcer, estoy cansada de ser siempre yo la que pone todo de su parte para que las cosas mejoren, ya no más.
Si Rick quiere echar a la basura nuestra relación, que así sea, porque yo esta vez no haré nada para detenerlo. Me aburrí de ser yo la que siempre regrese arrepentida cuando no he hecho nada malo, suficientes problemas tengo tratando de mantener la nave y la tripulación unidas. Si Rick quiere resolver este problema deberá resolverlo él, porque yo ya estoy harta.”

Rick se sentó en el sofá, con un vaso y una botella de Whisky en sus manos, cuando hubo silencio escucho el leve crujir de la cama, desde la habitación. “Lisa esta llorando” pensó, ya había logrado descifrar el sonido que hacía la cama cuando Lisa lloraba. “¿Porqué tenía que ser tan testaruda?, Porque no aceptaba que ella se había equivocado en el Fárrago, que lo había dejado en ridículo, que lo que había hecho estaba mal.”
El famoso incidente del Fárrago, toda la flota lo sabía, el rumor se había esparcido más rápido que un batallón Invid. “El incidente del Fárrago” pensó

Farrago tres semanas atrás.
Las sirenas de alerta de ataque sonaban por toda la nave, un batallón de Invids más grande de lo habitual había aparecido en el sistema y se disponía a atacarlos con todo su arsenal.
La nave y su tripulación aún no se recuperaba de la ultima escaramuza con las tropas de asalto Invid, habían perdido varios pilotos, la nave tenía serios daños, la mayoría de sus sistemas no se encontraban completamente operacionales.
-preparen todos los escuadrones para el despegue y comuníquenme con el comandante Grant- dijo Lisa
-enseguida- contesto un técnico y la imagen del comandante Grant apareció en pantalla
-Vincent ¿cuál es el estatus del cañón del GMU?-
-esta a un 50% de su capacidad Almirante, recibió un impacto directo en la ultima batalla y los técnicos aun tratan de repararlo- contesto el comandante Grant
-qué realicen todos los ajustes técnicos posibles, pero estén esperando mi señal para abrir fuego, un 50% tendrá que ser suficiente- dijo Lisa y corto la comunicación con el comandante
-Almirante, los escuadrones del comandante Sterling y Wolf ya están en posición y se encontraran con el enemigo en dos minutos- dijo uno de los técnicos
-Lisa, según los estimados de inteligencia las fuerzas de los Invids nos doblan en capacidad, nuestros pilotos no podrán hacerles frente- dijo Rick
-teniente- dijo Lisa dirigiendo a uno de los técnicos –comunique a enfermería que estén preparados para recibir heridos y que los escuadrones de rescate estén preparados parara despegar en 10 minutos-
-Lisa esa no es la solución, necesitamos pilotos de combate allá afuera, no camillas esperando en enfermería ni equipos de rescate- dijo Rick poniéndose frente a Lisa
-lo sé Rick, pero por el momento es lo único que podemos hacer –dijo Lisa y volvió a mirar al teniente –prepare los sistemas de armas para disparar a mi señal-
-voy a salir Lisa, me necesitan más allá afuera que aquí dentro- dijo Rick y camino hacía la salida del puente
-regresa aquí Rick, tú puesto esta aquí en el puente- dijo Lisa sentándose al borde de su silla
-lo siento Lisa, pero soy más útil allá afuera que aquí dentro- dijo Rick
-eso no es cierto, te necesitamos aquí, de que nos sirven miles de pilotos volando si no hay quien los dirija-
-tú puedes hacerlo, mi lugar esta allá afuera combatiendo-
-tú lugar esta aquí- dijo Lisa poniéndose de pié –fuiste asignado al puente-
-lo sé, pero pertenezco allá afuera-
-Rick no lo hagas más difícil, debes permanecer aquí y es una orden-
-lo siento Lisa pero tendré que desobedecer tu orden, iré allá afuera con o sin tu permiso-
-entonces no me dejas otra alternativa- dijo Lisa y se puso firme delante de Rick – Vicealmirante Hunter por desobedecer a una orden directa del Almirante de la flota queda detenido y confinado a sus cuarteles hasta el cese de la batalla en curso-
-¿qué?- dijo Rick sorprendido, era lo último que esperaba oír de la boca de Lisa
-lo que escucho Vicealmirante, permanecerá recluido hasta el fin de esta batalla- dijo Lisa ante las miradas atónitas de todos los que se encontraban en el puente
-no puedes hacerme esto Lisa- dijo Rick que aún no salía del asombro
-puedo y lo estoy haciendo- dijo Lisa haciéndose la dura – oficiales, lleven al Vicealmirante a sus cuarteles y asegúrense que no los abandone hasta que la batalla termine- dijo Lisa mirando a dos cabos que se encontraban en el puente, quienes la quedaron mirando unos instantes, como preguntándose si las ordenes que habían escuchado eran ciertas. Solo basto una mirada de Lisa para que se percataran de la autenticidad de la orden y temerosamente se acercaron a Rick.
-acompáñenos Señor- dijo uno de los cabos
-no puedo creer que me hagas esto Lisa- dijo Rick furioso
-Señor, por favor síganos- repitió el cabo y tomo uno de los brazos de Rick
-quíteme las manos de encima, se perfectamente donde se encuentran mis cuarteles- contestó Rick y se retiro del puente acompañado de los dos cabos sin siquiera volver a mirar a Lisa.
Lisa se sentó en su silla, sabía que la decisión que había tomado afectaría seriamente a su relación, lo más probable era que Rick jamás la perdonara, pero prefería estar enojada con él a perderlo. Rick ya había intentado probar que seguía siendo apto par el combate y había terminado en la UCI, y probablemente hubiese perdido su vida de no ser por Max que casi había perdido la suya por rescatarlo. No podía permitirse perderlo, no ahora que lo necesitaba más que nunca, definitivamente prefería verlo furioso con ella a verlo morir frente a sus ojos por un estúpido capricho.
-teniente ordene a los escuadrones que lleven al enemigo al cuadrante 52, dispararemos todo nuestro arsenal en esa dirección- dijo Lisa, pero el teniente no respondió
-¿Teniente no me escucho?- dijo Lisa subiendo la voz
-si señora, enseguida- dijo el teniente y todos parecieron salir del asombro que se había apoderado de ellos, debido a lo sucedido en el puente

El incidente del Farrago había marcado un antes y un después en su relación con Lisa, la orden de arresto que ella había dado lo había herido en lo más profundo y no sabía si algún día podría perdonarla, Lisa había herido su orgullo, lo había atacado en lo único en lo que él sabía que era realmente bueno, en volar. La orden de arresto era como haberle dicho que no era lo suficientemente bueno para estar allá afuera.
Y como si el problema del Fárrago no fuera suficiente para dañar la relación ahora Lisa lo acusaba de no hacer nada para mantener la relación y más aún de nunca haber hecho nada por la relación. Si bien era cierto que él había puesto una barrera entre los dos después de lo sucedido en el Fárrago, ella tampoco había hecho nada para derribarla. Ella seguía tan testaruda como siempre y él, bueno él era el rey de los testarudos y lo que había pasado le había dolido. Él la había estado evitando e ignorando durantes las semanas siguientes a lo del arresto, pero eso no quería decir que él no participara en la relación, la amaba y el amor nunca había sido el problema, que le dijera que últimamente había dejado de lado la relación era aceptable pero que le dijera que jamás había sido parte de la relación lo hería, lo hería más que lo pasado en el Fárrago, porque él podía probarle con hechos que podía volar, pero demostrarle que era parte de la relación era tan difícil, la relación la construían los dos, como podía él mostrarle algo que hubiese hecho él solo.
¿Cómo podía Lisa decirle que él solo era un espectador de la relación?, Pensaba Rick mientras se servía un vaso de Whisky y se dejaba caer en el sofá en medio de la oscuridad que llenaba su casa.
Esto era como decirle que no la amaba lo suficiente o que nunca le había demostrado lo mucho que la amaba y si bien él era malo demostrándole a ella lo mucho que la amaba, no significaba que él no se esforzara para que la relación funcionara o ¿había dejado él verdaderamente que ella hiciera todo en la relación?, se cuestionaba Rick, ¿qué había hecho él por la relación? Y el único hecho tangible que se le venia a la memoria era haberle pedido matrimonio, pero eso había sido por que era el paso lógico a seguir después de casi seis años de ser novios.
-¿quizás Lisa tiene razón?- dijo Rick en voz alta, llenando nuevamente su vaso y bebiendo el contenido de un sorbo
No, no puedo aceptar eso, yo no he sido un espectador de esta relación, ¿cómo puedo ser solo un espectador? Si siento tantas cosas por Lisa, si a pesar de los altos y bajos que tenemos la amo, la amo mucho más que cuando éramos novios, que cuando nos casamos. No puedo ser solo un espectador si esta relación es lo que me da fuerzas para seguir adelante.

Cuando Lisa se levantó en la mañana se sentía diferente, con un peso menos sobre sus hombros. La decisión ya estaba tomada y no daría vuelta atrás, como siempre se refugiaría en lo único que siempre había sido incondicional para ella, en lo que sabía que era buena, en el ejercito, en la misión, en su nave.
Lisa se dirigió a la sección de la nave que ocupaba Breetai acompañada de Miriya
-Breetai, ha pasado el tiempo desde la ultima vez que vine a tu sector- dijo Lisa mientras una correa transportadora la colocaba a ella y a Miriya frente al rostro de Breetai
-ciertamente Lisa-
-Miriya me informo de tu plan, vengo a que me expliques tu idea y debo decir que no estoy muy convencida-
-solo le di la idea básica mi Lord, esperaba que usted entregara los detalles personalmente- dijo Miriya
-muchas gracias Miriya- dijo Breetai inclinando su cabeza -todas tus dudas serán respondidas Lisa, pero primero quiero presentarte al Comandante Berir- dijo Breetai y desde otra correa transportadora apareció un Zentraedi micronizado. Lisa lo miro atentamente, era bastante alto aún micronizado, de cabellos castaños, ojos verdes y brillantes, atlético, demasiado atractivo para ser un Zentraedi pensó Lisa, algo así como Miriya lo era para las mujeres Zentraedi.
-es todo un placer conocerla Almirante- dijo Berir saludándola militarmente
-Mucho gusto- dijo Lisa respondiendo al saludo, algo intrigada por este Zentraedi en uniforme de la REF que la miraba atentamente con un brillo especial en los ojos
-Comandante Parino, es un placer verla después de tanto tiempo- dijo Berir saludando a Miriya
-lo mismo digo Comandante Berir, aun recuerdo nuestras batallas juntos- dijo Miriya sonriendo
-ciertamente fue algo inolvidable- dijo Berir
-ahora que las presentaciones están hechas, te explicare mi idea Lisa- dijo Breetai
Después de terminada la junta con Breetai, Lisa y Miriya se separaron, Miriya dirigió a la Bahía de carga y Lisa se dirigía al puente cuando escucho que alguien la llamaba
-almirante- dijo la voz y Lisa se volteó para encontrarse con el comandante Zentraedi
-dígame comandante .... –
-Berir, Kahl Berir-
-dígame-
-vera almirante Hayes, pensé que aún le quedarían algunas dudas de la misión y quería decirle que cualquier duda respecto a los progresos puede preguntarme a la hora que sea-
-gracias comandante, de hecho aún tengo varias dudas. No con respecto a la misión sino con los abastecimientos y otras cosas técnicas-
-si tiene tiempo mañana puedo presentarle un informe y contestar sus dudas-
-me parece bien, ¿qué le parece a la hora de almuerzo?. Es el único espacio libre que tengo-
-cualquier hora que usted desee esta bien-
-entonces así será- dijo Lisa y se fue

Lisa llegó a casa antes que Rick, ceno sola en la cocina y se fue a dormir, dejando la puerta de la pieza abierta.
Rick llegó a la casa y pensó que estaba solo en ella, repitió la misma rutina de Lisa y se fue a la habitación y para su sorpresa se encontró con Lisa saliendo del baño en pijamas
-vaya y ¿a qué se debe que ahora pueda dormir en la alcoba?-
-puedes dormir donde se te de la gana- dijo Lisa casi sin mirarlo y se acostó en su lado de la cama
-si vas a seguir así prefiero dormir en el sofá- dijo Rick y tomo su almohada y su pijama
-como tú quieras- dijo Lisa sin siquiera darse vuelta.
-bien- dijo Rick y salió de la pieza.
“Y después soy yo quién no pone de su parte para mejorar la relación” pensó Rick mientras se quedaba dormido en el sofá.

Desde la reunión con Breetai habían pasado ya dos semanas y Lisa se encontraba más atareada que nunca con tres semanas restantes para que la misión de reconocimiento a Haydon IV comenzara, por otra parte el Fárrago se había contactado con ellos para pedir refuerzos, además de los problemas típicos de la nave y por si eso fuera poco no podía quitarle un ojo de encima a Edwards, porque estaba segura de que algo planeaba.
Pero para su suerte la misión a Haydon IV, no estaba resultando para nada problemática, de hecho la eficiencia del comandante Berir era admirable. Él había resuelto todos los problemas que Lisa pensaba le darían mas de un dolor de cabeza, se las había ingeniado para conseguir los abastecimientos, el personal, hasta había conseguido que Lang diseñara una pequeña nave para la misión con los restos inservibles de los Alphas y Betas destruidos en las batallas con los Invids.
De hecho ella y el comandante Zentraedi se llevaban de maravillas, él entendía inmediatamente las sugerencias de Lisa al igual que ella comprendía a la perfección las ideas que él tenía para mejorar la misión. Lisa admiraba su desempeño y entusiasmo en la misión, lo que le recordaba el entusiasmo que ella había sentido en poner en marcha la misión que la tenía al mando ahora del SDF-3, entendía perfectamente las preocupaciones del comandante y admiraba su entrega a la misión, en otras palabras el comandante se había ganado su aprecio.
Y como se había vuelto su costumbre día por medio se juntaban a almorzar, para discutir los detalles restantes de la misión. Puntualmente a la hora de almuerzo tocaron la puerta de la oficina de Lisa
-pase- dijo Lisa mirando el reloj y sonriendo. “tan puntual como siempre”
-almirante espero no interrumpir- dijo saludándola desde la puerta el comandante Berir
-no, claro que no-
-vine por nuestra reunión, traje los informes que deseaba ver-
-tendrá que esperar unos momentos, si no es molestia-
-no se preocupe almirante, pero si desea puede ser en otra ocasión-
-no como se le ocurre, no hay mejor momento que este, solo tengo que firmar unos documentos y estaré desocupada-
-espero que no se moleste almirante, pero me tome la libertad de traer el almuerzo-
-¿enserio?-
-así es-
-vaya comandante usted esta lleno de sorpresas- dijo Lisa sonriendo y dejando de lado los papeles que tenía en las manos
-bueno pensé que para cambiar un poco podíamos comer comida diferente a la del casino de la REF- dijo Berir y deposito una bandeja en el escritorio de Lisa.
Mientras almorzaban Berir le explicaba los por menores de las ultimas modificaciones de la misión y respondía a las preguntas de Lisa, finalmente terminaron hablando de otras cosas que nada tenían que ver con la misión.
-aún no me acostumbro muy bien a esto de comer alimentos, al natural por decirlo de una forma-
-Exedor me contaba lo extraño que le resultaba, decía que las pastas de proteínas y pastillas de vitaminas no eran comparables a nuestra comida-
-oh claro que no, pero créame que la comida al natural me ha traído más de alguna vergüenza-
-¿cómo por ejemplo?- preguntó Lisa divertida
-una vez estaba con el doctor Lang y me ofreció frutas, dejo una bandeja de ellas al frente mío y se volteó a buscar algo, antes de que él se percatara yo tomé una de las frutas que estaban en la bandeja y le di un mordisco, antes de que el doctor Lang pudiese advertirme-
-¿advertirle qué?- preguntó Lisa
-que la fruta era un coco natural y que debía ser partido para comerlo, mi ignorancia me costo dos dientes- dijo él entre risas a las que se unió Lisa
-imagino su cara al darse cuenta que no era comestible- dijo Lisa aún riéndose
-debió ver la cara de Lang- dijo él riendo también cuando se abrió la puerta
-permiso Almirante, necesito hablar con usted- dijo Rick mientras entraba a la oficina de Lisa para percatarse que ella estaba almorzando con un comandante –lo siento, no sabía que estaba con alguien-
-Comandante Berir le presento al almirante Hunter- dijo Lisa
-Almirante- dijo Berir saludándolo
-comandante- dijo Rick respondiendo al saludo
-¿que deseas?- preguntó Lisa
-te he estado buscando toda la mañana, hace unos minutos me informaron que estabas en tu oficina- dijo Rick
-he estado muy ocupada- contestó Lisa
-eso puedo ver- dijo Rick con tono irónico
-¿tenías algo que preguntarme?- preguntó Lisa con un tono lleno de desdén
-era un asunto táctico respecto a los Invid, pero puede esperar para cuando no estés tan ocupada-contestó Rick
-debiste pedir hora con el teniente Roberts, así te hubieses ahorrado el viaje-
-no pensé que fuera necesario, es la hora de almuerzo- dijo Rick un poco molesto
-pues si hubieses preguntado Roberts te habría dicho que día por medio almuerzo con el comandante Berir-
-lo tendré presente para una próxima ocasión, así no interrumpiré reuniones tan importantes- dijo Rick con un notorio enojo en su voz –ahora si me disculpa Almirante, no quiero seguir importunándola- dijo Rick y después de cuadrarse ante Lisa salió de la oficina.
¿Quién rayos era este comandante Berir? Y ¿qué rayos hacía almorzando con Lisa?, se preguntaba Rick y mas aún ¿desde cuando Lisa había adoptado la costumbre de reírse con sus subalternos y almorzar con ellos?, ¿Y día por medio?. Las preguntas parecían quemarle por dentro, y le dieron vuelta toda la tarde en la cabeza, hasta que llegó a casa en la noche.
Espero despierto a que Lisa llegara, si bien ahora estaban durmiendo juntos en la habitación, eso no quería decir que las cosas habían mejorado. Lisa últimamente se había vuelto en extremo indiferente y no era que no le hablara, el problema era que lo hacía sin interés, estaba allí con él, pero estaba a millones que kilómetros de distancia, hasta parecía que las cosas estaban mejor cuando estaban peleados, que ahora con esta fría indiferencia con la cual no sabía como lidiar, sabía perfectamente como enfrentar a una Lisa enfadada, pero a una Lisa indiferente, eso era totalmente nuevo para él.
-buenas noches- dijo Rick cuando Lisa entró a la habitación
-buenas noches- contestó Lisa quitándose los zapatos y la chaqueta del uniforme
-¿no vas a cenar?-
-ya cene- contestó Lisa y termino de cambiarse de ropa, una vez con su pijama se dirigió al baño y dejo la puerta abierta
-¿así es que ahora yo también tengo que sacar hora para hablar contigo?-
-sería conveniente- dijo Lisa lavándose los dientes
-no puedo creer que tenga que sacar hora para hablar con mi propia esposa, ¿te parece normal eso?- preguntó Rick y Lisa ignoró su pregunta
-te estoy hablando Lisa- repitió Rick parándose en la puerta del baño
-y yo te estoy escuchando- dijo ella con calma
-no, no lo haces-
-ay Rick si te escucho-
-entonces dime ¿te parece normal que tenga que sacar hora para hablar contigo?-
-es normal pedir hora para hablar con un oficial superior- dijo Lisa acostándose
-eres mi esposa- dijo Rick enfadado
-ya lo sé- dijo Lisa y apagó la luz de su lado –estoy muy cansada Rick ¿qué te parece si seguimos con esto mañana?. Bien, buenas noches- dijo Lisa antes de que Rick pudiese decir algo dándose vuelta y acurrucándose para dormir
-esto es increíble- dijo Rick y se acostó a su lado de la cama de un salto.

Rick se despertó y vio que Lisa no estaba a su lado, pero sintió ruidos en la sala, se asomo aún en pijamas y encontró a Lisa entrenando con las armas que le había regalado Bela.
-¿acaso en el pedido de refuerzos del Fárrago pedían amazonas?- dijo Rick burlándose
-no- dijo Lisa y siguió entrenando
-eso imagine, no sé que utilidad puedan prestar-
-espero que Bela no te escuche diciendo eso- dijo Lisa y dejo el arma con la que entrenaba en el suelo con una sonrisa
-imagino que ahora querrás ser parte de la hermandad, así tendrás otra cosa mas que controlar ¿no es así?-
-no lo había pensado, gracias por la idea- dijo Lisa aún sonriendo y entró en el baño
-rayos- dijo Rick pateando el arma de Lisa. “¿Qué rayos le pasa?”. Pensaba Rick, que había tratado de hacer enfadar a Lisa, pero esta ni si quiera se había inmutado con sus comentarios. “¿Qué rayos pasó con la Lisa que yo conozco?. O que al menos conocía” pensó Rick enfadado.

Las actividades en la nave se habían reducido un poco y Lisa se dividía ahora entre las actividades del puente y los preparativos para la misión a Haydon IV, había cambiado los almuerzos con el comandante Berir por reuniones después de finalizados sus trabajos en el puente y muchas veces estas reuniones se transformaban en cenas.
Ese era el caso de hoy, habían dejado la oficina y Lisa un poco a regañadientes había aceptado la invitación del comandante de cenar en su casa. Después de terminada la cena, se sentaron en el living a conversar.
-¿desea algo de beber almirante?- preguntó Berir
-¿qué tiene comandante?-
-¿pues tengo café, té o prefiere un jugo?-
-¿no tiene algo más fuerte?-
-tengo justo lo que necesita- dijo él y apareció en la sala con dos copas –es un antiguo licor Zentraedi-
-vaya, no había escuchado hablar de él- dijo Lisa y le dio un sorbo –es bastante agradable- dijo Lisa y termino de beber el contenido de la copa
-¿más?- peguntó Berir sorprendido
-por favor- dijo Lisa y enseguida le llenaron la copa
-se ve cansada almirante, ¿problemas con la misión?-
-entre otras cosas- dijo Lisa y lo quedo mirando –adelante comandante pregunte lo que todos en esta nave quieren preguntar y que es un secreto a voces-
-no quiero ser entrometido, almirante-
-olvide los protocolos y pregunte-
-¿problemas con el almirante Hunter?-
-¿cuándo no?, ha escuchado el dicho de nunca mezclar los negocios con el placer-
-sí, imagino que es difícil para usted trabajar y mantener una relación con el almirante al mismo tiempo-
-se vuelve difícil cuando los problemas personales se llevan al trabajo, y créame el Almirante puede llegar a ser todo un caso-
-es todo un héroe- dijo él tratando de probar los sentimientos de Lisa por Rick y llenando nuevamente su copa
-pues sí, por algo es Almirante y tan joven-
-usted también lo es-
-gracias- dijo Lisa con una sonrisa
-hablo enserio, por algo es almirante de la flota-
-algo que halla hecho bien ¿no cree?-
-dígame Kahl y ¿no entiendo a que se refiere?-
-nada, olvídelo.-
-de acuerdo- dijo él y bebió su copa
-¿me sirve un poco más?-
-debería beber con cuidado almirante, es bastante fuerte-
-no se preocupe- dijo ella y él le sirvió nuevamente
Conversaron hasta vaciar la botella y luego siguieron con una de vino
-vera almirante-
-Lisa- lo interrumpió ella
-Lisa, aún me cuesta definir ese sentimiento-
-claro que cuesta definirlo y a veces los envidio a ustedes-
-¿a los Zentraedi?, ¿Por qué?-
-parece ser más fácil vivir sin amor-
-¿por qué lo dice?-
-el amor a veces implica dolor, culpa, tristeza y decepción -
-¿lo dice por su relación con el almirante?-
-por eso y otras cosas, el amor parece venir ligado al sufrimiento-
-pero después de la guerra creo que vale la pena sentirlo-
-ciertamente, pero creo que también depende de la persona-
-¿de tomar la decisión correcta?-
-quizás, ¿Pero como saber que es la correcta?-
-¿crees que erraste tú elección?-
-oh no lo sé, quizás, uno suele esperar demasiado de la otra persona y la realidad es muy diferente, en realidad yo no- decía Lisa nerviosa y cruzó su pierna para derramar la copa de vino que estaba sobre la mesa de centro –disculpa, no me di cuenta-
-no te preocupes- dijo Berir entre risas y con Lisa comenzaron a limpiar riéndose
-de verdad lo siento, quedara una mancha horrible en tu alfombra-
-esta bien Lisa, no te preocupes-
-de acuerdo- dijo Lisa y se sentaron - ¿de qué hablábamos?-
-del amor-
-cierto, de elegir a la persona correcta-
-una vez escuche por ahí, que uno no elige de quien se enamora, simplemente lo hace-
-tienes toda la razón- dijo Lisa mirándolo
-uno no elige de quien se enamora, aunque no entienda muy bien el sentimiento- dijo Berir poniéndose frente a Lisa
-¿por qué lo dices?- preguntó Lisa casi hipnotizada por los ojos del Zentraedi
-por nada, olvídalo- dijo Berir aún mirándola a los ojos
-bueno Kahl, ya es tardísimo será mejor que me vaya, mañana me espera un largo día-
-tiene razón- dijo Berir y se puso de pié y la acompaño hasta la puerta
-muchas gracias por la cena, estaba deliciosa-
-gracias por aceptar la invitación-
-y gracias por la conversación-
-fue todo un placer-
-buenas noches-
-buenas noches- dijo Berir y se quedó en la puerta hasta ver a Lisa marcharse
Llegó a la casa y se encontró con Rick cenando.
-buenas noches- dijo Lisa y se fue al dormitorio. Rick apareció allá minutos después
-deje un poco de carne por si quieres cenar-
-ya cene-
-parece que la cena estuvo buena, estas pasada a vino- dijo Rick molesto
-estuvo bastante buena, el comandante Berir se esmero bastante-
-¿cenaste con él?- preguntó Rick asombrado
-así es, cenamos en su casa-
-¿y desde cuando cenas con tus subalternos?-
-era por la misión y además no tengo porque darte explicaciones- dijo Lisa un poco molesta
-soy tu esposo por si ya lo olvidaste, creo que merezco las explicaciones-
-¿y desde cuando te importa?-
-desde- decía Rick pero se quedo callado –tienes razón no me importa, había olvidado que soy yo al que no le importa la relación- y salió de la casa dando un portazo.
Rick estaba furioso, tenía ganas de ir a golpear a ese famoso comandante Zentraedi ahora mismo. Y Lisa ¿qué le pasaba a Lisa?, ¿Acaso tendría algo con el Zentraedi?. No, así no era Lisa, Lisa jamás sería capaz de engañarlo, de eso estaba seguro. “Demonios, como desearía parecerme al tipo que Lisa cree que soy, como desearía que de verdad no me interesara la relación, para así poder vivir la vida tranquilo o por ultimo para darle motivos a Lisa de actuar como estaba actuando”. Pero no, él no era así. Él la amaba y la relación le importaba ¿pero de que le servía?, no le servía de nada y la relación se moría ante sus ojos sin que pudiese hacer nada, pensaba Rick mientras bebía un vaso de Whisky en el salón de oficiales de la nave “¿de que me sirve quererla tanto? Si nuestro problema es siempre el mismo, no somos capaces de comunicarnos. No me sirve de nada amarla, no me sirve de nada aferrarme a algo que se esta muriendo, no me sirve de nada amarla como lo hago”, se decía Rick así mismo mientras bebía otro vaso.
Después de la cena con Berir, Lisa y el comandante se había hecho amigos, cada día se llevaba mejor con él, hasta el punto en que en algunas ocasiones olvidaban el protocolo militar cuando estaban solos y se trataban simplemente de Lisa y Kahl.
Con Rick casi no se hablaban, solo lo hacían para asuntos oficiales, donde dejaban atrás cualquier problema para defender intereses en común, no habían vuelto a pelear, ahora simplemente habían adoptado una política de no-agresión, de no molestarse, de no hablarse. Rick estaba distante, estaba aparentemente dolido por algo y ella seguía igual de indiferente, si Rick no le decía que le pasaba ella no se iba a molestar en averiguarlo. ¿Se había molestado él alguna vez en saber que le molestaba a ella?, No. Así que ella no lo haría.
Hoy estaba trabajando y parecía que con cada ataque de los Invid los papeles se multiplicaban, así que allí estaba ella con una montaña de papeles y un montón de cosas por planear.
-almirante, el comándate Berir desea verla señora- dijo un joven oficial
-dígale que pase- dijo Lisa reclinándose en su silla
-buenas tardes almirante- dijo Berir entrando a la oficina
-buenas tardes comandante-
-veo que estas muy ocupada- dijo Berir cuanto cerró la puerta
-ni que lo digas ¿qué te trae por acá?-
-necesito que firmes unos documentos-
-entonces no eres bien venido, no quiero más trabajo-
-vamos, si solo tienes que firmar-
-esta bien- dijo Lisa y los leyó para después firmarlos –te agradezco lo bien redactados que estaban, he pasado horas leyendo pedidos de combustibles que son inteligibles, estoy tan cansada-
-¿me permites?- dijo él caminando hasta ella y poniéndose a sus espaldas para comenzar a masajearle los hombros
-mmmm, gracias Kahl, no sabes lo cansada que estoy-
-me lo imagino, tienes al mando toda una flota-
-y por si los problemas con los Invid fueran pocos y administrar esta nave fuera fácil, la idiota de Mimei quiere autorización para hacer un concierto, como si no tuviera nada mas en que pensar-
-¿no te agrada Minmei?-
-¿a mi?. Digamos que no esta dentro del grupo de las personas que encuentro inteligentes y agradables-
-ya veo- dijo él y guardo silencio unos momentos –pero ella los salvo de la destrucción y les permitió la victoria-
-sí, ella nos ayudó mucho y nos permitió aliarnos con ustedes y bla bla bla, créeme le estoy agradecida por todo lo que hizo por la tierra, pero no me pidas que la aprecie-
-es extraño escuchar a alguien que no quiera a Minmei-
-parece que todo se redujera a ella-
-tú fuiste mi Minmei- dijo Berir arrodillándose frente a Lisa
-¿cómo dices?- preguntó Lisa asombrada
-que tú fuiste mi Minmei, tú me guiaste para ser mejor Zentraedi, para ser más humano, para ser mejor-
-yo, no te entiendo-
-como Minmei guió a muchos de mi pueblo a dejar las armas con su canto, tú me motivaste a ser mejor Zentraedi, a entender porque peleaba, que me permitía pelear y como lo hacía, por eso estudie Robotechnología y deje de ser un simple piloto de Battlepods para ser uno de los hombres de confianza de Breetai-
-pero ¿cómo pude hacer eso?-
-cuando te vi por primera vez en el satélite fabrica tu rostro se quedo gravado en mi memoria- mientras tocaba suavemente el rostro de Lisa -Tú, tu entereza como soldado me guió para ser mejor, tú me guiaste para transformarme de un clon en una persona, Tú le diste sentido a mi vida, tú me mostraste que tenía una vida-
-yo, no se que..-
-no tienes nada que decir Lisa, yo solo me enamore de ti y eso fue lo que me dio vida y voluntad- dijo él dando una pausa y acercándose más a Lisa – simplemente me enamore de ti, sin saber si quiera que significaba estar enamorado- dijo él y la beso, Lisa no fue capaz de reaccionar, solo se dejo besar y la sensación de culpa con lo halagada que sentía por las palabras del zentraedi la tenían más que confundida, hacía tanto tiempo que no le decían lo mucho que significaba para la vida de alguien que las palabras de Berir la obnubilaron y se encontró besándolo, como si algo se hubiese apoderado de su cuerpo. Sabía que estaba haciendo algo malo, pero era completamente intoxicante.
Fue él el primero en reaccionar y se alejo de ella, Lisa se puso de pié inmediatamente
-estoy muy ocupada Kahl y si no hay nada más que desees, creo que será mejor que te vayas- dijo Lisa con las mejillas sonrojadas y evitando los ojos del comandante
-eso creo, solo necesitaba que firmaras los documentos-
-bien, entonces nos vemos mañana cuando nos reunamos con Lang para ver como va la construcción de la nave-
-de acuerdo- dijo Berir y se retiro de la oficina
Lisa regreso inmediatamente al trabajo no quería pensar en lo sucedido, pero al terminar su turno se encontró pensando en las palabras de Berir recostada en el sofá de su casa. Le sorprendía increíblemente pensar que ella hubiese sido capaz de efectuar tales cambios en la vida de una persona, que tuviera el mismo efecto de Minmei. Eso la hacía sentir extraña, feliz, el saber que podía realmente competir con Minmei, era como si le inyectaran vida, la hacía sentirse viva.
Y recordar el beso con Berir tenía el mismo efecto, ¿pero que pasaba con Rick?, ella sabía que lo que estaba haciendo estaba mal, pero todo el asunto parecía darle vida, vida que sentía que se le escapaba entre los deberes como almirante y la caótica relación con Rick.
¿Qué hacer?, Se preguntaba Lisa. No podía negar lo atractivo que era el comandante Zentraedi, lo agradable que era y lo bien que se llevaban. Ciertamente se sentía atraída por él. ¿pero tener algo con él?, Ella era una mujer casada.
“Dios, estoy tan confundida, además quien dice que él quiera tener una relación conmigo”pensaba Lisa, que sentía las mismas mariposas en el estomago que una quinceañera enamorada. En medio de toda la indiferencia y la distancia que tenía Rick hacia ella, de todos sus cometarios fríos y hasta burlescos, las palabras de Berir la emocionaban, la halagaban y la confundían. La hacían desear saltar a los brazos de este Zentraedi, en busca de caricias, de comprensión, de amor. Pensaba Lisa hasta que finalmente se quedó dormida.
Rick llego tarde a casa y le sorprendió ver a Lisa durmiendo en el sofá, bueno no pensaba despertarla así que trajo una frazada y la tapo. Que hermosa se veía Lisa durmiendo, ¿porqué no era capaz de decirle eso a ella cuando estaba despierta?. Porque aún estaba dolido con ella, porque no sabía como enfrentarse a esta nueva Lisa fría e indiferente.
El verla durmiendo le hacía recordar todo lo que sentía por ella, recordaba las noches que había pasado en vela cuidándola después del último ataque de Khyron, de cómo se había dado cuenta de lo mucho que la amaba, y de lo mucho que la había deseado entonces y de lo mucho que aún la deseaba.

Lisa despertó y encontró a Rick tomando desayuno en la cocina
-buenos días- dijo Rick sin levantar la vista del informe que leía
-buenos días- dijo Lisa y se sirvió una taza de café -¿vas a ir a ver la nave que construye Lang?-
-quizás, no lo sé. Sue Graham me hará una entrevista hoy-
-¿esa niña entrometida?- dijo Lisa de mala gana, no le agradaba esa jovencita, desde el momento en que la había conocido le había desagrado
-solo cumple con su deber Lisa- dijo Rick defendiéndola
-ya lo sé, y es muy buena en ello-
-pienso pedirle que sea mi fotógrafa personal-
-no se que utilidad pueda prestar, pero es tu decisión-
-¿ siempre tienes que criticar mis decisiones?- dijo Rick y salió de la casa.

Después de revisar en el puente que todo estuviese bien, Lisa se dirigió a la bahía de construcción, donde encontró al doctor Lang conversando con el comandante Berir
-Dr. Lang, Comandante Berir, buenos días- dijo Lisa
-buenos días almirante- contestaron los dos
-¿cómo va la nave?-
-bien, aun le faltan algunos detalles pero esta lista para la próxima semana- dijo Lang
-le comentaba al doctor que creo necesario agregarle más armamento a la nave- dijo Berir
-solo será una misión de reconocimiento comandante- dijo Lisa
-pero creo que es conveniente contar con apoyo, a pesar que llevare al escuadrón de Miriya- decía Berir cuando lo interrumpió la voz de un técnico
-almirante en la bahía- dijo un técnico al ver entrar e Rick
-no de por hecho que llevara al escuadrón de la teniente comandante Sterling- dijo Rick un poco molesto caminado con las manos en la espalda
-así esta planeada la misión señor- dijo Berir mirando a Rick con enojo
-pues a mi no me han pedido autorización- dijo Rick
-aun no estamos discutiendo bien la misión con Breetai, por eso no te has enterado- dijo Lisa
-pero creí que ya lo habíamos decidido- protestó Berir
-hay cosas que debe decidirlas el consejo- dijo Lisa
-y el escuadrón de la comandante Sterling no esta para misiones de reconocimiento- dijo Rick
-pero Lisa, ya habíamos discutido esto- dijo Berir y Lisa lo quedo mirando atónita
-comandante- dijo Lisa molesta por la indiscreción del comandante –esta es una decisión que debe tomar el consejo-
-esto es el ejercito comandante, creo que no debo recordarle que hay protocolos que seguir, las decisiones no se toman basadas en favoritismos- dijo Rick enojado, Berir le estaba colmando la paciencia, ¿Quién se creía este comandante para tratar a Lisa, la almirante de la flota, por su nombre?. Pensaba Rick.
-lo sé señor- dijo Berir entre dientes
-bien- dijo Rick y se volteó hacía el doctor Lang – creo que deberá implementar más armamento en la nave doctor-
-así parece- dijo Lang
-debo regresar a la sala de situaciones, espero tener un reporte de la misión en mi escritorio mañana en la mañana comandante- dijo Rick mirando de reojo a Berir –seria inapropiado y fuera del reglamento que me enterara de la misión el día del despegue, ¿no lo cree almirante?- dijo Rick ahora mirando a Lisa
-ciertamente- contestó Lisa
-no de por hecho cosas porque la Almirante lo apoye comandante- dijo Rick
-no señor- dijo Berir apretando los dietes de rabia
-con su permiso almirante- dijo Rick saludando a Lisa y retirándose de la bahía, con un extraño sentimiento hacia este comandante, sentía enojo, desconfianza, rechazo ¿acaso estaría celoso?.
-yo también me retiro almirante- dijo Berir saludando a Lisa
-espere comandante- dijo Lisa y miro a Lang -¿se retrasara la construcción de la nave por la nueva implementación de armamento?-
-un día, a lo más dos- dijo Lang y miro nuevamente la nave –no se preocupe almirante, todo estará en orden-
-gracias doctor- dijo Lisa y se despidió de Lang, para luego llegar al lado de Berir
-¿qué desea almirante?- preguntó Berir serio
-acompáñeme comandante- dijo Lisa y se dirigieron a su oficina, Lisa pidió dos cafés y camino hasta una ventana que dejaba ver a lo lejos la brillante luna del planeta Fantoma, Tirol
-tiene una hermosa vista desde su oficina Almirante- dijo Berir
-lamento lo que sucedió allá abajo- dijo Lisa
-pensé que la misión estaba lista-
-hay cosas que no las decido yo Kahl, tú lo sabes-
-si lo sé, olvídalo- dijo él mirándola a los ojos
-Rick fue demasiado duro, el consejo debe tomar la decisión pero créeme que haré todo lo que este en mis manos para ayudarte-
-perdóname por molestarme contigo, no fui justo, no es tu culpa-
-esta bien- dijo Lisa mirándolo a los ojos -¿entonces ya no estas molesto conmigo?-
-no podría estarlo- dijo él con una sonrisa
-bien- dijo Lisa y lo quedo mirando para ir acercándose lentamente a él –no me gustaría que lo estuvieras-
-sabes que no puedo estarlo- dijo él y puso una mano en el rostro de Lisa
-tienes espuma en la nariz- dijo Lisa limpiándole un poco de espuma del café de la nariz y lo quedo mirando a los ojos
-¿sabes que tienes los ojos verdes más hermosos de la galaxia?- dijo Berir y la besó.
Esta vez Lisa contestó de inmediato el beso, quería besarlo, se sentía joven y despreocupada en los brazos del Zentraedi, se sentía como la joven adolescente que era antes de entrar a RDF, sin responsabilidades, sin preocupaciones, se sentía libre como si nada importara, sentía casi por primera vez en la vida que estaba viviendo el momento sin preocuparse de las consecuencias que sus acciones pudieran tener
-sabes que esto no es correcto, yo no debería- decía Lisa apoyando su cabeza en el pecho de Berir
-lo sé- dijo el Zentraedi y tomo el rostro de Lisa en sus manos –y quiero que sepas que yo no te pido nada Lisa, estar contigo es suficiente para mi-
-Kahl, yo..- dijo Lisa mirándolo a los ojos
-no digas nada Lisa- dijo Berir y la abrazó.
Lisa se aferró al abrazo de Berir, mientras su vista se perdía en el espacio.

Durante toda la semana Lisa se había estado visitando con Berir, habían cenado o almorzado juntos o ambas. Lisa se sorprendía de lo romántico que podía llegar a ser este Zentraedi, siempre en cada una de sus visitas le traía algo, si no eran flores, eran chocolates o cualquier cosa que ella hubiese mencionado que le gustaba y ella guardaba cuidadosamente todos los presentes en la oficina. Sabía que la relación que mantenía con Berir era algo incorrecto, pero estar con Berir la hacía sentir viva de alguna forma y como las cosas con Rick seguían igual, ella justificaba lo que hacía pensando en que Rick no quería salvar la relación o buscando cualquier excusa en el comportamiento de Rick para convencerse a si misma de que lo hacía no estaba mal. Pero por otro lado el comandante Zentraedi la tenía cegada, se encontraba a menudo pensando en él en el trabajo o esperando con ansias el momento de la cena o el almuerzo que compartiría con él, sus atenciones y sus caricias parecían ser lo que ella necesitaba para salir de ese oscuro lugar en el que se encontraba, agobiada por el trabajo, por la relación con Rick, por las responsabilidades, por todo. De una u otra forma Berir la sacaba de esta rutina, la hacia sentir joven y apreciada.
Hoy era un día decisivo, se reuniría el consejo para autorizar o no el envío de un escuadrón de combate al mando de Miriya en la misión del comandante Berir.
Y Lisa se veía sometida a un dilema, había prometido a Berir ayudarlo para que enviaran a Miriya, pero como Almirante de la Flota, Lisa sabía que no podía arriesgarse a perder a una persona tan valiosa para la misión como Miriya en una misión de reconocimiento, por mucho que esta misión pudiese servir a la Flota.
Rick se encontró con Lisa antes de entrar al salón de juntas del consejo
-leí el informe de la misión, esta muy detallado, felicito a tu comandante favorito- dijo Rick serio
-es bueno que hallas leído el informe-
-eso no cambia mi parecer respecto al envió de Miriya-
-creo que esa no es tu decisión-
-tampoco la tuya, por mucho que aprecies a este comandante-
-no es una cuestión de aprecios ni de resentimientos infundados, es una decisión basada en hechos y reportes-
-entonces sabrás tan bien como yo que tu cruzada esta perdida-
-¿quién dijo que era mi cruzada?- dijo Lisa mirándolo de reojo
-pues al parecer él lo cree- dijo Rick señalando con su barbilla a Berir
-mi decisión no se vera afectada por lo que él crea- dijo Lisa seria
-ya lo veremos- dijo Rick y entro a la sala
La reunión concluyó después de casi dos horas de debates, el primero en abandonar la sala de juntas del consejo fue Rick que traía una sonrisa en el rostro, vio a Berir esperando ansioso la respuesta del consejo y junto a él se encontraba Miriya
-Miriya ven acá- dijo Rick parándose lejos de Berir
-¿qué sucede?- preguntó Miriya
-no iras a la misión, eres muy valiosa acá para dejarte ir-
-gracias Rick, aunque deseaba acompañar al comandante en su misión, no puedo dejar a Max solo, mi corazón esta aquí junto a él- dijo Miriya
-no me lo agradezcas a mi, fue una decisión del consejo-
Miriya solo sonrió –entonces creo que debo reportarme a la bahía de despegue-
-así es- dijo Rick y camino hasta encontrarse con Berir de frente, quién esperaba ansioso la salida de Lisa que conversaba con Lang
-comandante se ve nervioso- dijo Rick con una mirada maliciosa
-la decisión del consejo es crucial para la misión-
-pues lamento informarle que la Comandante Sterling no lo acompañara- dijo Rick y Berir lo miro incrédulo –es como le dije comandante, ella es muy valiosa como para ir en una misión de reconocimiento-
-entonces usted ganó almirante-
-oh no, no fue mi decisión, fue la decisión unánime del consejo. Pero si desea ponerlo de esa forma entonces sí, yo gane- dijo Rick y comenzó a alejarse
-disfrute su victoria almirante, más adelante pueden venir derrotas mayores- Dijo Berir, Rick lo ignoro y siguió caminando, pero pensaba “¿a qué se habrá referido?, ¿En que podría derrotarme este comandante?”.

Lisa abandonó la sala y camino hasta Berir
-Kahl ..- dijo Lisa cuando estuvo a su lado
-ya lo sé, tu esposo me lo dijo- dijo Berir un poco enojado
-vamos a mi oficina- dijo Lisa y caminaron en silencio hasta la oficina
-tú también votaste en mi contra-
-no fue en contra tuya Kahl y además no me quedó otra opción – dijo Lisa y se acerco a él y le tomo la mano – Kahl mírame-
-¿qué?- dijo él mirándola a los ojos
-trate de defender la misión, pero tú y yo sabemos lo importante que es Miriya y lo mucho que se necesita aquí, al momento de votar no me quedó otra opción y en el fondo tú sabes que fue lo correcta-
-ya lo sé- dijo él y apretó la mano de Lisa –es solo que tenía la esperanza de que ella participara-
-lo siento- dijo Lisa y lo abrazó
-esta bien, supongo que el nuevo armamento de Lang bastara- dijo él abrazándola y acariciándole el cabello
-pondrá las mejores armas disponibles a bordo- dijo Lisa y lo volvió a mirar
-sabes, hay veces en las que no deseo ir a la misión- dijo Berir mirándola a los ojos
-¿por qué?-
-cuando estoy así contigo, lo ultimo que deseo es irme- dijo Berir y la beso
-Kahl- dijo Lisa y lo abrazo –ahora soy yo quien debe irse
-¿cenaremos esta noche?- dijo él soltándola
-sí- dijo Lisa y le dio un leve beso –adiós-

Lisa regresó tarde a su casa, entró en silencio y a oscuras para no despertar a Rick
-llegas un poco tarde- dijo Rick sentándose en la cama y encendiendo la luz, estaba acostado sobre la cama con su uniforme aun puesto
-perdí la noción del tiempo-
-supongo que estabas cenando con tu comandante-
-supones bien, estaba cenando con Berir-
-¿acaso necesitaba consuelo?-
-no hay necesidad de consolarlo, pero parece que tu ves todo esto como si tú hubieses ganado una batalla y el perdido-
-yo no fui quien puso las cosas en esos términos, él lo hizo-
-como tu digas- dijo Lisa suave e indiferente
-lo que creo que no esta bien es que te veas con oficiales de la REF hasta tan tarde-
-¿estas hablando enserio?- dijo Lisa divertida e incrédula
-¿qué crees tú?- dijo Rick –esas cenas hasta tarde y esos almuerzos se ven mal-
-¿y se puede saber desde cuando te importa lo que se ve bien o mal?-
-¿desde cuando dejo de importarte a ti? Eres la almirante de la flota Lisa-
-ya lo sé- dijo ella molesta
-entonces compórtate como tal-
-sabes tienes razón soy la almirante de la flota, no tengo porque darte explicaciones de lo que hago, ¿no soy una bruja controladora Rick, que controla la vida de todos?-
-sabes qué, has lo que quieras no me puede importar menos, si quieres cenas todas las noches con todos los malditos pilotos y zentraedis de la nave- dijo Rick y se levanto tomando su chaqueta
-no te estaba pidiendo permiso-
-como si te hubiese importado lo que yo digo alguna vez- dijo Rick y salió de la casa
Se dirigió al casino de oficiales de la REF y se sentó en la barra, en la esquina más oscura de esta.
Estaba tan molesto que sentía que la cabeza le iba a estallar, el cantinero a penas se sentó le sirvió lo habitual, una botella de whisky y un vaso con hielo. Desde que las cosas con Lisa habían empezado a ir mal, se le había hecho una costumbre pasar al casino y servirse un vaso de Whisky. Pero hoy estaba más que enojado, más que dolido, se sentía tan mal que no podía ponerlo en palabras o definir lo que sentía.
“¿estaría Lisa viendo al tal Berir?”se preguntaba y aun que se negaba a creerlo, algo en su corazón le decía que las cosas no estaban bien, que Lisa no era así, que Lisa no se relacionaba de esa forma con sus subalternos, que Lisa podía tomar muchas actitudes frente a una situación pero esa fría indiferencia y ese desafiarlo constante de ella últimamente no era normal, así no actuaba Lisa, no su Lisa. “¿Qué voy a hacer si me esta engañando?” se encontró pensando después del quinto vaso de Whisky “no puede, no puede hacerme eso, yo no sé que soy capaz de hacerle a ese maldito bastardo” pensaba Rick cuando una mano le toco la espalda
-Rick amigo ¿qué haces aquí a esta hora?- dijo Max, que se encontraba detrás de Rick
-hola Max- dijo Rick sin animo y con la voz bastante enredada
-vaya parece que las cosas no están nada bien- dijo Max, se sentó a su lado y ordeno un trago -¿qué pasa amigo?-
-tantas cosas que no sé por donde empezar-
-¿qué tal por el comienzo?, ¿Qué pasa con Lisa?-
-Lisa esta tan rara Max, no sé como tratarla, no sé que decirle, yo siento que ya no la conozco-
-¿tiene que ver con lo que paso en el Fárrago?-
-eso y este maldito comandante Zentraedi-
-¿comandante Zentraedi?-
-un tal Berir, desde que Lisa se junta con él para ver la misión a Haydon las cosas han ido de mal en peor-
-quizás solo este cansada, Lisa tiene muchas responsabilidades-
-es más que eso Max, las cosas están tan mal que no se cuanto podamos durar así-
-¿estas pensando en separarte de ella?-
-no, yo jamás podría alejarme de ella Max, pero no se si ella quiera seguir a mi lado Max-
-Rick, Lisa te ama de eso estoy seguro-
-pues yo ya no estoy tan seguro de eso Max-
-y ¿qué hay de ti?-
-yo la sigo amando Max, de hecho creo que la amo más ahora que nunca-
-¿por qué no se lo dices entonces?-
-se lo he demostrado muchas veces-
-¿estas seguro?. Veras amigo, las mujeres humanas o Zentraedis necesitan que les digan que las aman, no vasta con que se lo demuestres, necesitan escucharlo y quizás ese sea tu problema amigo-
-¿eso crees?, Lisa y yo nunca hemos sido muy buenos comunicándonos cosas-
-¿crees que acaso no lo sé?, por Dios hombre si les tardo como tres años darse cuenta que estaban enamorados, cuando todos lo sabíamos desde hace mucho antes-
-quizás tengas razón-
-ey siempre tengo razón y creo que no hay mejor momento para que arregles las cosas que en mi cumpleaños-
-¿tu cumpleaños?-
-por si lo has olvidado, mi cumpleaños es mañana Miriya quiere celebrármelo aquí- dijo Max y se puso de pié –mañana a las 20.00 hora del SDF-3, no faltes y ahora me voy sino a Miriya le saldrá lo Zentraedi que lleva dentro si me retraso más con la cena- dijo Max y tomando una bolsa se fue.

Berir espero a que Lisa quedara sola en el pasillo que conducía desde el puente a la Bahía de Despegue para aparecer detrás de ella y abrazarla
-¿Kahl acaso te has vuelto loco alguien pudo vernos?- dijo Lisa soltándose del abrazo
-lo siento no pude contenerme- dijo él con una risa picara
-no tienes remedio-
-¿dónde vas?-
-a la bahía de despegue, Lang va a probar la nueva nave modelo SDF-7 por primera vez-
-va a probar los nuevos motores Reflex, ya la hizo volar con los antiguos dentro del hangar-
-siempre pareces estar un paso adelante mío ¿no?-
-no es fácil lograrlo- dijo él con una sonrisa –en realidad no necesitas ir, Lang ha chequeado los motores una y otra vez, solo perderás el tiempo en ver algo que esta comprobado que funcionara-
-es mi deber- dijo Lisa con una sonrisa
-¿estas segura que no eres mitad Zentraedi?-
-muy gracioso Berir-
-¿vamos a cenar esta noche?-
-lo siento, no puedo es el cumpleaños de Max y no puedo faltar-
-ya veo- dijo él un poco decepcionado
-pero mañana te prometo que almorzamos juntos-
-eso me parece bien-
-bien, bueno ahora debo irme- dijo Lisa parándose frente a él, después de mirar para todos lados y comprobar que no había nadie, le dio un leve beso –adiós-
-adiós-

Rick entró a la casa corriendo, estaba atrasado para el cumpleaños de Max y peor aun había olvidado comprar regalo
-¿eres tú Rick?- preguntó Lisa desde el baño
-¿acaso estabas esperando a alguien mas?- dijo Rick mientras se cambiaba de ropa
-llegas tarde el cumpleaños de Max es en diez minutos mas-
-ya lo sé- dijo Rick y Lisa abrió la puerta del baño, para aparecer con un hermoso vestido blanco y el cabello recogido en un moño. Rick no pudo evitar mirarla atónitamente y dejar de abrocharse la camisa
-¿qué sucede?- preguntó Lisa
-ah, nada- dijo Rick siguió abrochándose la blusa –yo olvide comprarle un regalo a Max-
-lo supuse, por eso yo le compre algo-
-bien-
-¿te falta mucho?-
-no ya estoy listo- dijo Rick anudándose la corbata –rayos, nunca aprenderé a hacer esto-
-a ver- dijo Lisa y se puso delante de él para anudarle la corbata –ahí esta mejor-
-¿a que se debe esto?- preguntó Rick
-a nada, hoy es el cumpleaños de Max, por lo menos por la noche tratemos de no pelear ¿quieres?-
-esta bien, por mi no hay problema-
Llegaron al Casino de oficiales de la REF y se encontraron con los Grant, con el doctor Lang, con algunos miembros del consejo, con casi todo el escuadrón Skull y obviamente con los Sterling, se sentaron en una mesa apartada de todo el resto de los invitados junto a los Grant y los Sterling. Cenaron en calma, riéndose de anécdotas de Macross, de los preparativos para la misión y de muchas cosas más.
Estaban en lo mejor conversando cuando Lisa quedo helada al ver entrar a Berir al salón y más aún al verlo caminar directo a la mesa en que ella se encontraba, Rick se percató de la mirada de sorpresa de su esposa y miró hacía la puerta del Salón y se encontró con Berir, la sangre pareció subírsele inmediatamente a la cabeza.
-Comandante Sterling, feliz cumpleaños- dijo Berir dándole la mano a Max
-muchas gracias comandante......-
-Berir, Kahl Berir- dijo Berir con una sonrisa y Max miró inmediatamente a Rick que estaba rojo de rabia
-Kahl, que gusto verte ¿cómo estas?- preguntó Miriya dándole la mano efusivamente
-bien gracias y tú, Miriya ¿Cómo has estado?-
-muy bien, bueno a ver déjame presentarte aunque imagino que conoces a todos los que están aquí- dijo Miriya poniéndose de pié –la Almirante Lisa Hayes-Hunter-
-buenas noches almirante- dijo Berir con una sonrisa y mirándola a los ojos
-buenas noches comandante- dijo Lisa dándole la mano y no pudiendo evitar una leve sonrisa y sonrojarse un poco
-el almirante Rick Hunter- dijo Miriya señalando a Rick
-buenas noches almirante- dijo Berir con la misma calma con que había saludado a Lisa
-buenas- dijo Rick forzado a darle la mano, pero se la apretó con furia
-el comandante Grant- dijo Miriya ahora volteándose para señalar a Vincent
-buenas noches comandante- dijo Berir dándole la mano
-buenas noches-
-y finalmente a la doctora Jean Grant- dijo Miriya
-buenas noches señora- dijo Berir
-buenas noches- dijo Jean dándole la mano
-ahora que las presentaciones están hechas, te acompañare hasta tu mesa- dijo Miriya y se fue con él comandante quien miró de reojo antes de irse a Lisa. Rick lo miro atentamente durante todo el trayecto y cuando se percato que este estaba mirando a Lisa, puso uno de sus brazos los hombros de Lisa haciendo que esta lo mirara con sorpresa.
Llego la hora de la torta, y todos se acercaron hasta una mesa donde se encontraba la torta, que tenia forma de un alfa azul, todos comenzaron a cantar el cumpleaños feliz y mientras lo hacían Berir no le quitaba los ojos de encima a Lisa y esta lo miraba de vez en cuando siempre con una sonrisa en los labios y las mejillas sonrojadas. Cuando Rick notó las miradas de Berir se movió y se puso entre Lisa y las miradas de este, para bloquearlo y volvió a abrazar a Lisa.
Después de eso se volvieron a sentar en la mesa y Berir se sentó en la barra casi frente a la mesa de ellos, se sentó en el lugar preciso para poder mirar a Lisa, quien trataba de evitar sus miradas, luego de unos momentos él se puso de pié y comenzó caminar hasta el baño
Lisa pidió permiso y camino hasta el baño, tratando de encontrar a Berir, cuando de pronto sintió que la tomaban del brazo y la metían a una pieza que estaba al lado del baño de mujeres.
-¿qué haces aquí?- preguntó Lisa mientras Berir la abrazaba y la besaba
-Miriya me invito-
-Kahl- dijo Lisa tratando de soltarse de Berir pero este la beso apasionadamente
-te ves hermosa- dijo Berir apoyando a Lisa contra la muralla
-tú te ves muy apuesto también- dijo Lisa y fue ahora ella quien lo besó
-me moría de ganas de besarte- dijo Berir mientras comenzaba a besarle el cuello
-Kahl detente, ¿te has vuelto loco?- dijo Lisa separándose un poco de él
-estoy loco por ti- dijo Berir y volvió a abrazarla
-Kahl- dijo Lisa con una sonrisa y lo beso levemente –debo irme-
-Lisa- dijo el tomándola de la muñeca para impedir que Lisa siguiera alejándose
-¿qué?-
-ven conmigo-
-¿ahora? Sabes que no puedo Rick esta allá afuera además esta lleno de per..- decía Lisa pero Berir la acalló con un apasionado beso
-no hablo de ahora, hablo de que vengas conmigo en la misión-
-¿qué?- preguntó Lisa sorprendida mirando a los ojos a Berir
-eso, que quiero que vengas conmigo-
-pero Kahl, yo no puedo dejar la nave, la misión- decía Lisa nerviosa
-Lisa, cálmate- dijo Berir y le acarició el cabello –no te estoy pidiendo que lo decidas ahora, solo quiero que lo pienses-
-de acuerdo- dijo Lisa casi en un susurró y Berir la abrazó
-te amo- dijo Besándola en la frente
-Kahl- dijo Lisa acariciándole el rostro, para luego besarlo tiernamente –debo regresar a la fiesta, me deben estar esperando-
-eso creo- dijo él y la soltó lentamente
Lisa salió rápidamente de la habitación y se encontró con Miriya de frente
-Lisa, te estaba buscando- dijo Miriya sorprendida
-Miriya- dijo Lisa casi con susto –eh, yo, veras, yo sentí un ruido en esa habitación y fui a ver que pasaba-
-¿y que era?- preguntó Miriya
-ah, nada, en realidad no puede encontrar la luz- dijo Lisa con una sonrisa
-ya veo- dijo Miriya incrédula
-bueno será mejor que me vaya, no quiero que Rick se preocupe-
-claro- dijo Miriya y vio a Lisa alejarse y entró al baño pero dejo la puerta abierta, después de unos minutos vio a Berir salir de la habitación
Rick estaba esperando a Lisa sentado en la mesa conversando con Max, Lisa se sentó a su lado y comenzaron a conversar. Entretanto Berir volvió a sentarse en el mismo asiento que antes y siguió mirando a Lisa.
Rick noto que Lisa regresó un poco nerviosa y ausente del baño, pero no le dio mayor importancia y siguió conversando animadamente, hasta que se percato de las miradas que Berir le estaba dando a Lisa y los tragos que había bebido para celebrar el cumpleaños de su amigo Max habían comenzado a hacer efecto, ya no tenía el mismo autocontrol de antes y se puso de pié furioso, con el rostro rojo y las puños apretados en dirección a Berir “¿quién se cree él para mirar así a mi mujer?” Pensaba Rick mientras caminaba.
Pero Miriya que lo había visto ponerse de pié y caminar en dirección a Berir se interpuso en su camino
-¿Rick que te parece si bailamos?- dijo Miriya tomándolo del brazo y llevándolo a la pista de baile usando toda su fuerza Zentraedi
-pero Miriya-
-pero nada Rick- dijo Miriya y le hizo un gesto a Max quien sacó a bailar a Lisa, después de unas tres piezas de baile, Max se acercó al oído de Lisa
-espero que lo tomes a mal Lisa, bailas de maravillas pero me muero de ganas de bailar con mi esposa-
-no te preocupes Max, no lo tomare a mal, quizas te de unos días de arresto, pero no lo tome a mal- dijo Lisa sonriendo. Max la tomo del brazo y camino hasta donde estaban Miriya y Rick
-¿qué les parece un cambio de pareja?- dijo Max sonriéndole a Miriya y la sonrisa de Lisa desapareció
-una genial idea- dijo Rick y abrazó inmediatamente a Lisa para bailar la canción que sonaba. A Lisa no le quedó otra opción que bailar con Rick y mientras lo hacia sentía un cúmulo de sensaciones raras, se sentía culpable de estar bailando ahí con él, como si algo estuviese terriblemente mal. Finalmente miro por sobre el hombro a Berir que estaba sentado en la barra y que al ver a Lisa bailando con Rick abrazada, se enojo y se fue.
Lisa entró a la casa y se fue inmediatamente a la habitación, no podía sacarse de la cabeza la proposición de Berir. “¿Seré capaz de irme con él?, ¿Qué pasaría si me fuera?” se cuestionaba Lisa mientras caminaba como zombi.
Rick siguió lentamente a Lisa y la observo atentamente mientras esta se quitaba la ropa y se ponía el pijama. Los años parecían no afectar la hermosa figura de Lisa, las curvas perfectas de su cuerpo despertaban en él pensamientos llenos de lujuria y su mente recordaba los momentos que habían compartido bailando, el hecho de sentir nuevamente el cuerpo de ella en sus manos le habían despertados estos sentimientos.
Se puso solo la parte inferior de su pijama y entro en la cama, Lisa le daba la espalda y estaba tapada hasta las orejas, lentamente se fue acercando hasta ella, en parte temeroso de la reacción que ella tendría. “Ha pasado tanto tiempo desde la ultima vez” pensaba Rick.
Finalmente puso delicadamente una mano en la cintura de Lisa y esta se encontraba tan absorta en sus pensamientos que ni si quiera lo noto. Rick tomo esto como algo positivo y a continuación delicadamente beso el cuello de Lisa, lo que la saco abruptamente de sus pensamientos y se volteó en su dirección
-¿qué haces?- le preguntó en una mezcla de enfado y sorpresa
-nada- dijo Rick mirándola con ojos brillantes –te veías hermosa esta noche- dijo Rick y trato de besarle el cuello nuevamente
-¿qué te pasa Rick?- dijo Lisa evitándolo
-nada, es solo que- dijo Rick y se acerco un poco mas a ella
-¿qué?- preguntó Lisa seria tratando de recuperar la distancia entre ambos
-te deseo tanto Lisa-
-¿qué?- preguntó Lisa con sorpresa
-eres mi mujer- dijo Rick molesto por la reacción de Lisa
-seré tu mujer pero no estoy para satisfacer tus deseos, quizás otras habrán hecho lo que tú querías pero yo no-
-pero yo te quiero a ti- dijo Rick casi en una suplica
-pero yo no te quiero a ti, no ahora- dijo Lisa y se aparto más de él
Esta había sido la gota que había rebalsado el vaso, ahora Rick estaba furioso. Se puso de pié bruscamente de la cama y tomo su ropa –sabes que tienes razón, no faltan las mujeres que están dispuestas a hacer lo que yo quiero, no sé porque pierdo el tiempo contigo- dijo Rick y acto seguido salió de la pieza dando un portazo, se vistió apresuradamente en el salón y se fue en dirección al casino de oficiales de la REF, a calmar su furia con alcohol y aunque por su mente paso más de una vez la idea de tener sexo con la primera mujer que se le cruzara y estuviera dispuesta, él simplemente no podía, no podía dejar de pensar en Lisa, no podía dejar de desear hacer el amor con ella. Finalmente termino por ir a dormir al sillón de su oficina en un notorio estado de ebriedad.
En tanto Lisa se quedó ahí acostada, con la cabeza a punto de explotarle de tantas preguntas que se hacía a si misma. “¿Cómo podía Rick pedirle que hicieran el amor ahora?. Porqué ahora después de tanto tiempo” se preguntaba y como respuesta a su negativa hacia la propuesta de Rick solo encontraba una extraña sensación, encontraba que todo el asunto era inapropiado, lo veía sucio, fuera de lugar. Finalmente cayo en un profundo sueño.

Lisa trabajo toda la mañana en el puente y a la hora de almuerzo, como de costumbre se dirigió a su oficina, pero Berir no apareció en ella para almorzar. Lisa estaba extrañada, si bien faltaban dos días para el despegue ese no era motivo para que Berir faltara al almuerzo, de seguro estaba molesto con ella por algo. Lamentablemente ahora no tenía el tiempo para ir a verlo, tendría que ser en la tarde, cuando terminara su turno.
Espero ansiosa el termino de su turno y cuando este llegó a su fin se dirigió a toda prisa a los cuarteles de Berir, pues sabía que este estaría allí. Llego a ellos y golpeo suavemente la puerta y mientras esperaban que le abrieran se arreglo el cabello, había terminado de acomodarse el cabello cuando la puerta se abrió y apareció el Zentraedi en pantalones de uniforme, torso desnudo y una toalla alrededor del cuello
-Lisa ¿qué haces aquí?- preguntó sorprendido
Lisa tardo unos segundos en reaccionar, el torso perfectamente delineado del Zentraedi la dejo boquiabierta, pero finalmente contesto –vine a verte, me sorprendió que no fueras al almuerzo-
-estaba ocupado-
-vamos Kahl- dijo Lisa y le tomo la mano -¿qué te pasa?-
-entra- dijo él y se movió de la puerta
-te conozco Kahl, estas enojado por algo- dijo Lisa una vez dentro
-tienes razón, estoy molesto por que la otra noche bailaste con Rick-
-oh vamos Kahl ¿qué mas podía hacer?- dijo Lisa acercándose a él –te recuerdo que él es mi esposo- dijo poniendo sus manos sobre el pecho de Berir
-ya lo sé- dijo él con pesar y finalmente la abrazo -¿ya tomaste la decisión?-
-lo estoy pensando- dijo ella y lo beso
-no pienses tanto- dijo él y la beso
-no puedo dejar todo así como así- dijo Lisa entrecortadamente mientras Berir le besaba el cuello
-si puedes-
-esto no esta bien- dijo Lisa mientras sentía que las rodillas se le convertían en gelatina
-pero se siente tan bien- dijo Berir que continuaba besando a Lisa y guiándola cuidadosamente camino al sofá que había en la sala
-eres malvado ¿sabias eso?- dijo Lisa mirándolo a los ojos
-tú eres la que me obliga a serlo- decía Berir pero Lisa lo beso nuevamente y cayeron sobre el sofá entre besos y caricias
-Kahl- dijo Lisa casi en un susurro cuando Berir comenzó a desabrocharle el uniforme
-shhh- fue la respuesta que obtuvo y Berir siguió concentrado en su tarea de desabrochar la chaqueta del uniforme de Lisa, mientras ella enredaba sus dedos en el cabello del Zentraedi.
Cuando Berir termino de desabrochar los botones de la chaqueta de Lisa, la observo por unos instantes
-eres hermosa- dijo Berir
-callate y ven acá- dijo Lisa y lo tomo con fuerza del cuello y lo atajo hacia ella para besarlo, después de unos momentos las manos de Lisa comenzaron a bajar por la espalda del Zentraedi y las de este comenzaron a subir por las piernas de Lisa.
-te deseo tanto Lisa- dijo Berir en un susurro entrecortado y a Lisa fue como si le hubiesen tirado un balde de agua fría, recordó las palabras de Rick y de pronto vio en el rostro de Berir a Rick y se quedó helada
-¿qué sucede Lisa?- preguntó Berir al ver el rostro de Lisa
-lo siento yo..- balbuceaba Lisa mientras escapaba dificultosamente de los brazos de Berir y del sofá en el que se encontraban –yo no puedo-
-¿no puedes qué?- preguntó él poniéndose de pié del sofá con una voz ronca
-no puedo hacer esto, lo siento Kahl, es solo que .......... no puedo- dijo Lisa mientras se abrochaba nuevamente la chaqueta
-esta bien Lisa, te entiendo, quizás me apresure demasiado-
-yo creo que debo irme- dijo Lisa y camino hasta la puerta
-de acuerdo- dijo Berir desolado y sostuvo la puerta para que Lisa saliera del departamento
-de verdad lo siento Kahl, pero no estoy lista para esto-
-esta bien Lisa, no te preocupes- dijo él con una sonrisa
Lisa le tomo la mano –¿nos veremos mañana?-
-claro que sí- contestó Berir apretando suavemente la mano de Lisa
-bien, mañana te daré la respuesta-
-entonces estaré esperando- dijo Berir y Lisa se soltó de la mano de Berir y miro en todas direcciones, cuando comprobó que no había nadie le beso
-¿no estas enojado?-
-claro que no- dijo él tomando su rostro entre las manos
-bien, nos vemos mañana- dijo Lisa, lo beso con delicadeza y se alejo de ahí, terminando de abrochar los últimos botones de su chaqueta.
Rick había ido a visitar a Exedor, para pedirle algunos consejos tácticos respecto a los Invid, a las capacidades de estos, y venía caminado en dirección a su casa cuando vio a Lisa frente a la puerta de uno de los cuarteles de esa área y para su sorpresa se encontró con que al otro lado de la puerta estaba Berir, solo en pantalones y que tenía tomada a Lisa de la mano, pero la gran sorpresa se la llevó cuando vio a esta besarlo, en ese momento sintió que todo lo que se encontraba a su alrededor se desvanecía, la vista se le nublo y solo logro volver a ver con claridad cuando Lisa se alejaba abrochándose los últimos botones de su chaqueta. Su cerebro comenzó a sacar conclusiones apresuradas, a relacionar rápidamente lo que había visto con los temores que ocultaba en lo más profundo de sí y entonces una furia incontrolable se apodero de él, camino a paso firme, con los dientes apretados y las manos empuñadas, en cosa de segundos se encontró frente a la casa del Zentraedi golpeando la puerta
-¿qué olvidaste Lisa?- dijo Berir al abrir la puerta y no alcanzó a percatarse de que quien estaba en la puerta era Rick y no Lisa, como tampoco logro reaccionar antes que Rick descargara su gancho derecho sobre él
-hijo de perra- fue lo que entre dientes gruño Rick antes de asestar el golpe. El golpe tomó a Berir por sorpresa y lo hizo tambalearse y retroceder unos pasos
-¿qué rayos cree que hace?- Preguntó Berir cuando salió de su asombro
-¿qué diablos hacías tú con mi esposa?- dijo Rick empujándolo
-eso es entre Lisa y yo- dijo Berir con un dejo de risa burlona, lo que provoco que Rick le diera otro golpe, pero esta vez el Zentraedi respondió. Se pelearon por toda la casa a golpes hasta que finalmente Rick se alejo de él cansado y se limpió la sangre que corría por su nariz y Berir se apoyo contra una pared y limpió la sangre de su boca
-no te quiero volver a ver cerca de mi esposa- dijo Rick respirando agitado
-¿y quien crees tú que se acerca a quien?, es ella la que viene a buscarme- dijo Berir igual de cansado y dolorido que Rick
-escúchame una cosa desgraciado- dijo Rick levantando a Berir y apretando con su antebrazo derecho el cuello del Zentraedi –Lisa es mi mujer, que te quede claro- dijo Rick y lo soltó para comenzar a irse
-no por mucho Hunter, aprovecha las ultimas horas en que podrás llamarla así, porque ella se va a ir conmigo-
-¿qué dices?- dijo Rick volteándose entre enojado e incrédulo
-lo que escuchaste Hunter, ella se va a ir conmigo-
-ella jamás se iría contigo- dijo Rick con una sonrisa tratando de disimular su preocupación y su miedo
-espera y veras Hunter, ella encuentra en mi todo lo que tú no puedes darle, es ella quién viene a mí y cae rendida entre mis brazos-
Rick se abalanzó sobre Berir nuevamente y estaba a punto de darle un brutal golpe en la cara, cuando de pronto se calmo, lo soltó y se alejo de él
-sigue soñando Zentraedi- dijo Rick y finalmente se fue. Camino a casa con el corazón a punto de rompérsele y con un nudo en la garganta, los golpes de Berir no habían logrado herirlo, habían sido sus palabras.
Llegó a su casa y abrió la puerta fuertemente, pero se controlo y no dio un portazo al cerrarla, sintió ruidos en la habitación que habían habilitado como biblioteca y fue para allá, ahí encontró a Lisa trabajando, esta levantó levemente y casi sin interés la vista de los papeles, pero quedo sorprendida al ver a Rick con el rostro todo magullado y un poco ensangrentado.
-¿Qué te paso?- preguntó Lisa poniéndose de pié y caminando hacia él
-¿qué te pasa a ti?
-¿de que hablas?- preguntó Lisa intrigada
-¿qué hacías en los cuarteles de Berir?-
-ah yo...- dijo Lisa un poco nerviosa y dándole la espalda–fui a buscar unos papeles-
-¿acaso crees que soy estúpido?- dijo Rick y la tomo del brazo haciendo que se volteara hacia él
-¿Qué estas insinuando?- preguntó Lisa
-te vi Lisa, te vi con mis propios ojos-
-¿qué dices?-
-como pudiste hacerme esto Lisa- dijo Rick votó lo que se encontraba en el escritorio
-¿cómo pudiste?- gritó Rick, lo que hizo que Lisa se asustara y retrocediera unos pasos
-estas equivocado Rick...- decía Lisa pero Rick la interrumpió dándole otro golpe al escritorio
-deja de mentir, yo mismo te vi y ese hijo de perra me lo confirmo-
-¿fuiste a golpearlo?- preguntó Lisa
-¿ahora te vas a preocupar por él?-
-¿Cómo pudiste Rick?, ¿Qué te da derecho a ir a la casa de alguien y golpearlo?-
-eres mi mujer-
-esto es el colmo- dijo Lisa y comenzó a caminar hacia la puerta
-te prohíbo que vayas para allá- dijo Rick poniéndose en su camino
-tú no eres nadie para prohibirme cosas- dijo Lisa enojada
-soy tu esposo-
-eso no te da derecho-
-no te voy a dejar irte con él, me escuchaste-
-¿de que rayos hablas ahora?- dijo Lisa mirándolo
-se que planeas irte con él en esa estúpida misión y no te lo permitiré-
-no tienes la autoridad para prohibirme viajar, soy la almirante de la flota y si quiero hacer ese viaje lo haré- dijo Lisa desafiándolo
-no te lo voy a permitir- dijo Rick tomándola de los brazos
-no es tu decisión-
-no lo voy a permitir- dijo Rick con los ojos rojos entre rabia y pena, apretando los brazos de Lisa con fuerza –me escuchaste, no te voy a permitir irte con él, me importa un demonio que seas la almirante de la flota, no vas a abordar esa nave- dijo Rick entre dientes y con furia
-sueltame Rick- dijo Lisa tratando de soltarse de las manos de Rick, su fuerte apretón le dolía. Rick la miro profundamente a los ojos y finalmente la soltó. Lisa camino decidida hacia la puerta
-así tenga que matarlo Lisa, no te vas a subir a esa nave- gritó Rick mientras Lisa cerraba la puerta.
Lisa abandono la casa casi corriendo, la conducta de Rick la asustaba, temía que él saliera detrás de ella y le hiciera algo, jamás en los casi 15 años que lo conocía lo había visto comportarse así y esto la asustaba. “¿Y que iba a pasar si de verdad trataba de matar a Berir?” se preguntó Lisa y el pensamiento le helo la sangre, estaba casi segura que Rick sería capaz de hacerlo y corrió más rápido que antes en dirección a los cuarteles del Zentraedi.

Rick se fue a la oficina, no soportaba estar en la casa, todo ahí le recordaba a Lisa, todo estaba impregnado de su olor, de su voz, de su risa. No, no podía estar ahí.
Se sentó frente a la ventana de su oficina, mirando las estrellas y recordó el momento en que hace años atrás había prometido junto a Lisa llegar hasta las estrellas y más allá.
-llegar hasta las estrellas- murmuro Rick y bebió un sorbo de su trago –¿Qué sentido tiene llegar a las estrellas sólo?, ¿Qué sentido tiene seguir con todo esto?-
Las palabras de Lisa le hacían eco en la cabeza, se repetían una y otra vez “no tienes la autoridad para prohibirme viajar, soy la almirante de la flota y si quiero hacer ese viaje lo haré” le había dicho ella y era como si le hubiese dicho que se iría con el Zentraedi, y mientras más pensaba en ello, mas se sumergía en un sentimiento que no podía explicar, sentía como si algo dentro de él se hubiese roto, como si le hubiesen quitado algo que jamás podría ser reemplazado.
Rick no había salido de la oficina en todo el día, no había ido a trabajar, no había comido, ni se había cambiado de ropa, solo había estado sentado allí mirando las estrellas ya ni si quiera estaba ebrio, solo estaba allí sentado con un terrible dolor de cabeza y pensando en todas las cosas que debió o pudo haber hecho para no estar así, hasta la furia inicial había desaparecido, la misma furia que le había hecho romper todas las fotos donde aparecía Lisa que estaban en su oficina.
Golpearon la puerta y el ayudante de Rick apareció temeroso detrás de ella
-Señor, lo llaman de la Sala de situaciones-
-dígales que no estoy disponible- dijo Rick dándole la espalda
-dicen que es importante señor-
-pues dígales que no puedo ir, que Max o Grant tomen mi lugar-
-sí Señor-
-¿ha sabido algo de la almirante Hayes?-
-no Señor, no se ha reportado al puente y no se encuentra en su casa Señor-
-una cosa más, no quiero que nadie, pero que absolutamente nadie entre a esta oficina, no quiero ser molestado- dijo Rick volteando la silla hacia su ayudante
-entendido señor-
-nadie ¿me entendió?, ni si quiera usted-
-si señor- dijo el ayudante y cerro la puerta
“Así que todo ya esta decido, se ira con él y yo no haré nada para detenerla” pensaba Rick y volvió a mirar por la ventana “¿de que me serviría tenerla a mi lado a la fuerza?, Si lo prefirió a él y así es, no hay nada que yo pueda hacer para detenerla”, sus ojos se llenaron de lagrimas mientras pensaba esto. “¿En que te falle Lisa?, ¿Qué hice mal?, ¿o qué deje hacer?, ¿En que momento el amor que sentíamos se desvaneció?, ¿En que momento dejaste de amarme?” Se cuestionaba, cuando sintió la puerta abrirse, aclaro su garganta y se seco las lagrimas que habían escapado de sus ojos
-¿qué parte de no quiero ser molestado no entendió?- dijo Rick ronco y siempre dando la espalda a la puerta
-no fue su culpa, yo entre cuando él no se dio cuenta- dijo Lisa y se agacho a recoger un marco de fotos roto que contenía la foto de su matrimonio –creo que esto necesitara un nuevo marco-
-¿qué haces aquí?- preguntó Rick aún dándole la espalda
-necesito hablar contigo- dijo Lisa suavemente y dejo la foto sobre el escritorio de Rick
-si viniste aquí para despedirte puedes irte, no necesito de tus explicaciones- dijo Rick tratando de sonar frío
-no vine a eso, además tú sabes que no puedo dejar la nave, la misión, a mi tripulación- dijo Lisa, dio una pausa y suspiro –tú sabes que no te puedo dejar a ti- dijo con la voz quebrada
-¿qué dices?- preguntó Rick mirándola
-que no puedo dejarte a ti- dijo Lisa y los ojos se le llenaron de lagrimas –jamás podría-
-¿entonces porque te involucraste con ese Zentraedi?-
-estábamos tan mal Rick- decía Lisa con voz entrecortada
-esa no es excusa-
-tú estabas tan distante, molesto conmigo, me sentía tan sola, tan agobiada por todo- dijo Lisa y se volteo hacia la ventana dándole la espalda a Rick –él me dijo lo que quería escuchar cuando necesitaba escucharlo, me dijo lo que yo quería que tú me dijeras-
Lisa espero por alguna respuesta de Rick, pero solo hubo silenció, se secó las lagrimas que caían copiosamente y continuo entre sollozos –sus palabras me cegaron y yo me daba excusas y me justificaba en tu comportamiento y creé todo una pantalla de indiferencia cuando lo único que deseaba era que tú volvieras a mi lado, que todo fuera como antes-
-nunca me fui de tu lado-
-ya lo sé y solo anoche me percate cuando corría hacia los cuarteles de Berir preocupada por tus amenazas de matarlo, preocupada por que jamás te había visto actuar como lo hiciste anoche, porque pensé que de verdad lo matarías, entonces me di cuenta que no estaba preocupada de que lo mataras, sino que estaba preocupada de que pasaría contigo si lo matabas, en ese momento me di cuenta que jamás podría irme de tu lado, que jamás podría dejar de amarte- los sollos ahogaron las palabras en la garganta de Lisa, respiro rápidamente un par de veces y luego continuó –jamás deje de amarte, jamás y no sé si podrás perdona....- decía Lisa pero Rick la tomo entre sus brazos
-yo también te amo- fue todo lo que dijo Rick y comenzó a besarla, era un beso cargado de pasión, de dolor, de necesidad, que Lisa contestó de la misma manera mientras Rick la estrechaba con fuerza entre sus brazos.
Rick la levantó del suelo y ella entrelazo sus piernas en la espalda de él, sin interrumpir el beso la llevó hasta el escritorio y la sentó en él. Trató a tientas de desabrocharle el uniforme a Lisa pero no lo consiguió, entonces dejo de besarla y comenzó a desabrocharle la chaqueta, pero sus dedos estaban torpes por la urgencia y termino por romper la chaqueta del uniforme, así como también rompió el sujetador de Lisa.
Ella entre tanto un poco más controlada que él logró desabrochar rápidamente los botones de la chaqueta de Rick y la deslizo por sus hombros, pero quedo atascada a la altura de los codos de este, porque las manos de Rick estaban muy ocupadas tratando de arrebatar a Lisa sus pantaletas, entonces ella abandonó su idea de despojarlo de su chaqueta y dirigió sus manos a los pantalones de Rick para tratar de librarlo de estos. Cuando Rick cumplió su cometido interrumpió a Lisa y en un rápido movimiento se despojo de sus pantalones, la tomo entre sus brazos nuevamente y ella se aferró a su cuello como si su vida dependiera de ello. Las manos de Rick suave pero rápidamente subieron la falda del uniforme de Lisa y la deposito nuevamente sobre el escritorio y así medio desnudos y medio vestidos comenzaron a hacer el amor, con una intensidad y un deseo que no habían experimentado antes.
Rick la embestía rápida y profundamente y ella misma se encontraba abrazándolo con más fuerza que de costumbre, atrayéndolo más aún hacia ella, lo necesitaba dentro de ella, lo necesitaba con urgencia con desesperación.
De pronto cuando estaban a punto de llegar al punto culmine, Rick disminuyo la velocidad y la miro a los ojos
-dime que soy el único, que no hay nadie mas, que nadie mas a estado así contigo, necesito que me lo digas, necesito...., necesito escucharlo, necesito que me lo digas- dijo Rick en una suplica desgarradora
Lisa lo miro a los ojos atentamente y delicadamente acarició el desordenado cabello de Rick y se lo ordeno para poder mirarlo mejor a los ojos, para poder mirar esos ojos llenos de miedo y de deseo, tomo cariñosamente el rostro de Rick entre sus manos
-tú eres el único para mi Rick, no hay nadie más, jamás habrá alguien más- dijo Lisa con una voz suave y calmada, entonces lo abrazó con fuerza y lo beso suavemente en la boca.
Rick la atrajo hacia sí con fuerza y comenzó a besarla con la misma pasión de antes, en cosa de segundos llegaron al orgasmo, juntos, aferrados el uno en al otro, Rick si es que era posible la abrazó con más fuerzas y ella enterró sus uñas en la espalda de él.
Finalmente Rick se dejo caer sobre el pecho de Lisa y ella lo abrazó dulcemente y comenzó a juguetear con su cabello, a besarlo suavemente en la frente
Rick levanto la vista lentamente y la beso, esta vez con ternura, después la abrazó fuerte y delicadamente a la vez, la levantó del escritorio y la dejó en el piso. Lisa permaneció abrazada a él y deposito su cabeza en el pecho de Rick mientras él hundía su nariz entre los cabellos castaños de Lisa.
-te amo- dijo Rick suavemente, lo que hizo que Lisa lo mirara a los ojos
-yo también te amo- le respondió y sus manos acariciaron el rostro de Rick
Se volvieron a abrazar y permanecieron así abrazados por unos momentos hasta que Lisa en un murmullo dijo –vamos a casa-
Rick la miro atentamente y se alejo un poco para terminar de vestirse
-creo que tenemos un pequeño problema- dijo Lisa mirando su chaqueta
-ponte esta- dijo Rick y le entregó a Lisa una de sus chaquetas, que le quedaba un poco grande, pero que era mejor que usar su chaqueta rota.
Rick camino hasta la puerta de la oficina y espero a que Lisa saliera primero, una vez afuera la tomo de la mano y caminaron hasta la casa. Él fue el primero en entrar y se alejo un poco de Lisa
-¿qué te dijo él, que querías que yo te dijera?- preguntó Rick dándole la espalda a Lisa
-Rick- dijo Lisa y camino hasta él y lo abrazó por la espalda –eso ya no tiene importancia-
-a mí me importa- dijo Rick apretando las manos de Lisa que estaba entrelazadas en su pecho –quiero saber que fue lo que hice mal-
-Los dos cometimos errores Rick - dijo Lisa poniéndose frente a Rick y tomándole el rostro para que la mirara –y si hay alguien aquí que hizo las cosas mal, esa fui yo-
-en algo te falle, eso tú y yo lo sabemos- dijo Rick poniendo sus manos en el rostro de Lisa
-Rick- dijo Lisa con tristeza y lo beso con cariño
-no me puedo permitir perderte, no otra vez- dijo Rick con el rostro de Lisa entre sus manos y mirándola fijamente a los ojos
-nunca me perdiste- dijo Lisa y lo volvió a besar –y nunca me perderás-
Lisa lo volvió a abrazar, aferrándose a él con fuerza, luego lo volvió a mirar a los ojos y se besaron nuevamente, pero esta vez Lisa comenzó a desabrochar lentamente los botones de la chaqueta de Rick y a besarle cada centímetro de piel que quedaba al descubierto con cada botón que era desabrochado, cuando termino de desabrochar los botones lo miró otra vez a los ojos
-no hay nadie más que tú, Rick. Tú eres mi esposo, mi compañero para toda la vida-
-y tú la mía- dijo Rick y la beso –mi compañera para siempre-
Se volvieron a besar y esta vez Rick con delicadeza y paciencia desabrocho los botones de la chaqueta de Lisa, caminaron entre besos y caricias, y dejando un rastro de ropa, hasta su habitación.

Lisa estaba media dormida y comenzó a buscar entre las sabanas a Rick, pero no lo encontró, entonces abrió los ojos y vio la tenue figura de Rick en medio de la oscuridad mirando al espacio por la ventana que había en su habitación.
-¿qué haces?- preguntó Lisa tapándose un poco con las sabanas
-miraba las estrellas y pensaba- dijo Rick volteándose hacia ella con una sonrisa y comenzó a caminar en su dirección
Habían hecho el amor toda la noche y finalmente se habían caído en un sopor y se habían quedado dormidos abrazados. Rick se había despertado primero y se había levantado a mirar por la ventana. Habían hecho el amor con una mezcla de sentimientos, primero un deseo incontrolable, él le había hecho el amor con furia, con necesidad, de una forma casi salvaje y primitiva, era como si necesitara de esa forma hacerla suya, de llegar a donde nadie más había llegado, de reclamar lo que era suyo y probar que jamás nadie volvería a tener lo que le pertenecía y Lisa parecía sentir lo mismo, también parecía necesitarlo de una forma desesperada y brutal, de eso daban testimonio los múltiples arañazos que tenía en la espalda.
Después las cosas habían cambiado, se habían encontrado haciéndolo con ternura, con delicadeza, preocupándose del otro, ya no por satisfacer una necesidad de propiedad o de demostrar algo. Pero no por eso la pasión había disminuido, al contrario, era la misma pasión pero expresada de una forma distinta. Esta vez habían puesto en movimientos y sensaciones físicas el amor que se sentían.
-¿en que pensabas?- preguntó Lisa cuando Rick se recostó sobre la cama, apoyándose en uno de sus codos para poder mirarla de frente
-en lo mucho que te amo, en que los errores que cometí, en la cosas que deje de hacer- dijo él y la beso
-Rick- dijo ella y lo beso
-mi error fue darte por sentado Lisa, fue estar tan seguro de tú amor que nunca me esforcé por seguir conquistándote, estaba tan seguro y confiado que olvide seguir diciéndote lo mucho que te amaba- dijo Rick mientras jugaba con los cabellos de Lisa
-yo también cometí errores Rick, establecí un modelo de ti y trate de forzarte a que cumplieras con lo que yo esperaba que fueras y no con lo que tú en realidad eras-
-pero creo que nuestro mayor problema es sin duda la comunicación-
-lo que paso en el Farrago creo que nos dejo más que claro eso, tú no sabes porque reaccione de esa forma y yo no me moleste en decirte porque había actuado como lo hice, además yo solo sé que te enfadaste pero no sé con certeza los motivos de porque lo hiciste-
-me molesté, porque sentí que me habías dejado en ridículo, él que me mandaras a arrestar fue como si me hubieses dicho que era un pésimo piloto, por decirlo de alguna forma heriste mi orgullo, pusiste en tela de juicio lo único en lo que siempre he estado seguro de ser bueno-
-y yo jamás pensé en eso cuando ordene tu arresto, en lo único que yo pensaba era en que eran demasiados Invids y que si salías a volar no tendrías oportunidad, pensaba que no podía verte morir ante mis ojos, que si había algo que yo pudiese hacer para evitar que murieras lo haría y definitivamente prefería verte enojado conmigo a verte morir-
-pero jamás nos dijimos esas cosas y si quizás si lo hubiésemos hecho no estaríamos donde estamos ahora-
-hay muchas cosas que debimos hacer y no hicimos Rick, pero lo hecho, hecho esta y ahora debemos seguir adelante, no si algún día me perdonaras por lo que te hice porque yo no sé si te perdonaría si hubieses sido tú pero...- decía Lisa pero Rick la interrumpió
-ya te perdone Lisa, pero la herida esta hecha, siempre estará ahí y siempre lo recordare, pero como tú ya lo dijiste debemos seguir adelante, debemos corregir los errores que cometimos y fortalecer nuestra relación, porque el amor nunca ha sido un problema, el problema es que hacemos con él-
-saldremos adelante Rick, te lo prometo y encontraremos la forma de solucionar nuestros problemas-
-eso espero Lisa- dijo Rick y le dio un suave beso –pero no será fácil-
-ya lo sé, no será nada fácil- dijo Lisa y se abrazó de Rick fuertemente

Camino hasta la bahía de despegue, las dudas se agolpaban en su cabeza “sería correcto que estuviese aquí?” se preguntó pero finalmente cruzó él umbral y el sonido de la seria voz de un oficial resonó en toda la bahía
-Almirante en la bahía- dijo el oficial y todos los presentes se cuadraron a su paso
-almirante pensé que no vendría- dijo Berir
-es mi deber estar aquí, además necesito hablar con usted- y dando una pausa continuó –a solas- fue todo lo que necesito decir, para que todos los oficiales se alejaran de ellos dos
-imagino que viene a despedirse-
-así es Kahl- dijo Lisa
-entonces no iras conmigo-
-no puedo dejar mi nave, a mi tripulación, no puedo irme-
-querrás decir que no puedes dejarlo a él- dijo Berir y Lisa solo agachó la cabeza
-es mi esposo Kahl y la verdad es que yo...., bueno yo...-
-que sigues enamorada él, no tienes que decírmelo Lisa, ya lo sabía- dijo Berir con una sonrisa melancólica
-lo siento Kahl, de verdad lo siento, nunca fue mi intención hacerte daño-
-lo sé Lisa y no te preocupes, siempre atesorare los momentos que viví contigo, tú has sido lo mejor que me ha pasado en la vida-
-Kahl yo....... no sé que decir- dijo Lisa con una sonrisa nerviosa
-no tienes nada que decir Lisa, todo ya esta dicho-
-algún día encontraras a la mujer correcta Kahl y ella caerá rendida a tus pies porque tú te lo mereces, porque eres un hombre maravilloso-
-querrás decir un Zentraedi-
-el mejor Zentraedi que he tenido el honor de conocer, y lo que digo lo digo de corazón Kahl, algún día encontraras a la mujer correcta, la que esta destinada a estar contigo-
-quizás, pero lo cierto es que tú siempre serás mi primer amor- dijo Kahl y la quedo mirando, Lisa no supo que contestarle
-bueno, creo que es hora de irme, mi tripulación me esta esperando- dijo él con una sonrisa
-que tengas la mejor de las suertes en tu misión y que regreses a salvo-
-gracias Lisa- dijo él y se alejo unos pasos de Lisa –adiós Almirante- dijo finalmente Berir y se cuadró frente a Lisa
-adiós Comandante- dijo Lisa cuadrándose también y espero a que Berir se subiera a su nave para abandonar la bahía de despegue
Entró a la oficina de Rick y este estaba nuevamente mirando por la ventana
-otra vez mirando las estrellas Hunter- dijo Lisa cuando llego a su lado
-me descubriste- dijo Rick mirando de reojo a Lisa quien se coloco a su lado mirando hacia las estrellas –en realidad me estaba asegurando que Berir se había ido-
-su nave despegó hace unos 20 minutos y esta en dirección al planeta Haydon IV, se estima que llegara al planeta en unas dos semanas-
-su nave ya debe ser uno de esos puntos allá afuera- dijo Rick y se acerco un poco más a Lisa y esta lo abrazo
-¿no te trae recuerdos esto?- preguntó Lisa
-ciertamente me recuerda a Macross-
-me hace recordar las promesas que hicimos a los pies del destruido SDF-2-
-y hemos cumplido gran parte de ellas-
-pero no la más importante-
-la promesa que hicimos para nosotros dos- dijo Rick y la miro
-pero la haremos realidad- dijo Lisa acercándose a él
-claro que sí- dijo Rick y la beso, ahí en su oficina, frente a una ventana y con las estrellas como testigo, estrellas muy diferentes a las que los habían contemplado años atrás mientras se hacían esta misma promesa a los pies de una nave destruida.

FIN