Fanfic Name / Nombre del Fanfic: Macross; Pacific Earth
Chapter / Capitulo: Capítulo 1: "Vientos de Guerra"
Author / Autor: mihll
Warnings / Advertencias: Universo alternativo
Rating / Clasificacion: AP (All People = Todo espectador)
Romance
Adventure / Aventura
Alternate Universe / Universo Alterno
Fanfic: Capítulo primero
“Vientos de guerra”
Ronny y sus amigos eran unos rebeldes, se escapaban de sus padres cuando caía la noche y se iban a los límites de la ciudad. Bajo el amparo de gigantes árboles, se pasaban la noche divirtiéndose, contando historias o riendo de anécdotas mientras bebían
Ésta noche parecía que el silencio era demasiado abrumador, los sonidos de su voces se perdían a lo lejos
Ronny sus amigos reían de buena gana. Sus relojes marcaban las 25 horas de un día de 27. No estaban tan ebrios, aún quedaba mucho de oscuridad para disfrutar su alegría
Sasha, el de más edad, prefirió no tomar nada ese día. Quería relajarse y ver el cielo, recostado en el abundante y suave pasto, alejado a unos cuantos metros del grupo de chicos. Oía sus voces y risas, a veces éstas lo contagiaban y reía también, pero siempre concentrado en las estrellas, en el infinito. Podría decirse que Sasha era ésta noche era un soñador, que deleitaba con el hermoso espectáculo de los astros brillantes en el espacio, el que él muy bien conoció en su viaje hasta ésta nueva tierra
Sus ojos destellaban cada vez que veía una estrella fugaz, y pedía el deseo de poder conquistar a Perla, una chica del grupo que le traía loco desde hace mucho tiempo, tal vez ésta era “su noche”, podría pedir cuanto deseo ya que parecía que cielo estaba dispuesto a mostrarle más de una estrella que moría, cada vez era más seguido, lo que muy pronto se le hizo muy, muy extraño
A medida que el tiempo avanzó, Sasha se dio cuenta que era un situación familiar. Quedó sentado sin querer pero siguió con la vista fija en el cielo
-chicos-llamó a sus amigos, éstos reían a carcajadas y parecieron no oírlo, así que alzó su voz-¡chicos!-
Fue Perla quien oyó la voz de Sacha
-el soñador nos llama-dijo
Ronny se puso en pié con una botella en la mano y fue caminando tambaleante hasta su amigo
-¿Qué te pasa, Sasha? ¿Qué diablos te picó ahora y por qué no quieres beber?-preguntó
-Mira el cielo-dijo simplemente el muchacho pasando por alto las preguntas de su amigo
Ronny rió pensando que estaba loco y empinó la botella para darse un largo trago. Fue en ese entonces en que se percató a que se refería Sasha. El cielo nocturno mostraba el resplandor de una batalla muy cercana… El líquido de su botella se derramó sin que pudiera tragar siquiera
-¡Por Dios, No de nuevo!-se oyó el grito de una chica, luego de otras que parecieron alterarse
Con un temple de acero Sasha se puso en pié. Siguió mirando el cielo y los destellos de disparos que cada vez se iban acercando más y más. Quienes fueran los que libraban batalla ya habían traspasado la atmósfera.
Pronto comenzaron oír los sonidos de los motores como un zumbido que rompía el viento
-es mejor que nos vayamos de aquí, están sobre nuestras cabezas-dijo Ronny ya corriendo hacia el coche de su padre. Varias de las chicas y chicos le siguieron, atemorizados porque la batalla ya estaba sobre sus cabezas.
Sasha, sin embargo, se quedó mirando, estático en su sitio, mientras Perla viraba la vista entre sus amigos que se marchaban y él
-¡Sasha, vámonos! ¿Qué haces allí parado?-gritó perla. Segundos después un estallido de un disparo perdido dio contra el suelo en un punto muy cercano. La onda que produjo el choque contra la tierra le levantó la falda y movieron sus cabellos mientras emitía un grito que hizo reaccionar a Sasha, correr hacia ella y abrazarla
Sasha quiso conducirla hasta el coche al pasar todo, pero Ronny ya había arrancado
-¡nos dejó, nos dejó!-gritó Perla alterada
-cálmate, no pasará nada-dijo Sasha intentando calmar la desesperación de la chica
Ambos vieron las luces del vehículo alejarse y vieron también como un disparo dirigido hacia él, lo hizo estallar en un parpadeo
Perla no hizo más que esconder el rostro en el pecho de Sasha, quien tragó saliva dificultosamente. Y una vez más un viento fuerte les azotó, el rastro dejado por una de esas naves quei ba tras la otra.
Sasha pensó que no había lugar donde esconderse a campo abierto, fuesen a donde fueran la potencia de esas armas les harían daños. Así que continuó observando, como ambas naves iban y venían rompiendo con el sonido de los motores el silencio que antes les embargara, hasta que finalmente una de ella hizo explosión no muy lejos en el cielo. Las luces de la otra nave parpadeaban como si perdiera potencia, hasta que todo brillo se esfumó así como el sonido de sus motores. Aquella nave cayó a tierra, a escasos metros de donde el coche de sus amigos aún ardía en llama
Sasha separó a Perla
-están muertos, ellos están muertos-gimió la chica-¡dime por qué!-
El muchacho no supo que explicación darle. No quiso abrazarla tampoco, su vista estaba fija en la llamas a unos doscientos más allá y quiso ir
-vamos-le dijo
-no, no, no quiero-se negó Perla sollozante
Sasha, tal vez podría ser considerado de insensible por ella pero de igual forma la agarró del brazo y la instó a correr con él
-Sasha, ¿estás loco?, la nave cayó en esa dirección ¿y si nos matan?-gritó Perla
-claro que no, la nave cayó y seguro que está destrozada-
-pues creo que perdiste la razón ¿ya olvidaste todo?
Sasha no le respondió, sólo siguió corriendo con ella
Cuando llegaron al sector donde la nave había caído se paró en seco y observó todo con mucha cautela
-silencio-susurró a Perla al darse cuenta que seguía gimiendo
Se acercó en solitario, un paso a la vez, cada vez más cerca hasta que unas luces lo cegaron por completo y tuvo que llevarse el brazo a los ojos para protegerse
-¡Aquí está!-gritó alguien
-¡ilumínenlo y atento con las armas!, nadie sabe que encontremos-dijo alguien de voz ronca pero tranquila
Sasha se frotó los ojos acostumbrándose a la luz y pudo contemplar una nave, similar a las mechas utilizadas por la milicia pero de aspecto extraño y color negro. Pudo reconocer entre la gente a los pocos miliares que protegían la ciudad, entre ellos al reconocido almirante Hayase.
-¡Tú¡-uno de los soldados le apuntó-¿Qué haces aquí?¿estás sólo?
-no, mi amiga está más allá, y mis amigos…-tragó saliva con amargura-están en ese coche en llamas-
Dos de los soldados corrieron en dirección al coche mientras Perla aparecía desde la penumbra y llegaba a su lado para aferrarse a su brazo
-¿Qué es eso?-preguntó la chica asustada. En ese tiempo ya lo militares terminaban de rodear la nave iluminada en toda su extensión
-es un mecha…no sé…no sé que será-dijo, y en verdad no lo sabía
Cuatro hombres se acercaban cautos a la nave, pendiente de cualquier movimiento y retrocedieron asustados cuando la cabina se abrió de pronto.
El resto apuntó sus armas hacía ese lugar en que no se veía nada. Era una cabina vacía y sin tripulante
-¿señor?-llamó un soldado pidiendo instrucciones al almirante Hayase
-en sus lugares, sigan apuntando-ordenó
Se acataron las órdenes. Todos los ojos estaban puestos en ese lugar. Al cabo de unos minutos se empezó a ver movimientos en las paredes de la cabina y pronto vieron como pequeños organismo comenzaron a caer de éstas. Nadie movía un músculo, pero nada ni nadie evitó que de pronto esas cosas que a los ojos de los presentes parecían sanguijuelas gigantes, comenzaran una loca huida pasando bajo los pies de todos.
Perla saltó cuando una de ellas rozó su piel y su acto impulsivo fue tratar de aplastar a todo cuanto se dirigiera hacia su posición, fue un momento de angustia para ella que acabó cuando los organismos esos, consiguieron su objetivo y se perdieron bajo los matorrales y en el amparo de la oscuridad
-escaparon señor-señaló un soldado
-¿Qué eran esas cosas?-preguntó otro
-lo que sea que son, eran el piloto-dijo Hayase, mostrando una preocupación en su expresión
-lo que sea que son, uno quedó bajo mi pié-gritó Perla
Todas las miradas y las luces se enfocaron en el lugar indicado por la chica. Ella levantó la pierna y dejó a la vista a uno de esos organismos, luego dio dos pasos atrás. Sasha la imitó
Alguien se acercó a inspeccionar, lo tocó con la punta de su rifle varias veces
-parece muerto, señor-señaló a su superior sin perder la vista del objetivo
- despierten al doctor Mishiro y que traiga una cápsula de contención-
Inmediatamente la orden fue obedecida y alguien llamó al cuartel desde uno de los vehículos
-el resto que siga atento, formen un perímetro, nada sale o entra. ¡Y que alguien lleve al señor Ryan a su casa!-finalizó ordenando el temido almirante
Entonces dos soldados incitaron a los jovencitos a caminar hacía un vehículo y al pasar al lado de Hayase, éste le murmuró al chico muy enojado
-no sé qué hacías en éste lugar, me debes muchas explicaciones muchachito. Ahora vete a casa y espérame en tu cuarto hasta que yo llegue-
-sí, señor- respondió Sasha
Después de eso reiniciaron la marcha. Perla sollozaba de nuevo viendo hacía atrás, allá a lo lejos, en el coche que ya había dejado de arder. Sabía que todos estaban muertos.
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Sasha cerró la puerta con cuidado y a tientas buscó sentarse en el primer peldaño de la escalera. Apoyó sus codos en las piernas y se tomó la cabeza. Todo lo acontecido hacía unos momentos atrás regresó a su memoria. Sus amigos no eran mayores de quince años y todos había muerto; Ronny, el loco Ronny, su compadre, ya no estaría con él; tampoco Amanda y los demás…y Perla, ella estaba destrozada
Misa en tanto, había oído el ruido del vehículo estacionarse en frente de su casa. Ella al igual que muchos en ciudad Ángel había sido sacada de sus sueños bruscamente con el sonido de los estallidos a lo lejos. Silenciosa salió de su cuarto y detuvo su andar al divisar la figura alguien sentado al pié de la escalera. Encendió las luces de una palmada y pudo reconocer a Sasha quien ni siquiera volteó a mirarla
Misa bajó a pasos normales y se sentó al lado de aquel a quien llamaba hermano y posó una de sus manos en su hombro. Sasha se volvió al sentir su contacto, mostrando una expresión de un llanto que quería contener a fuerzas
-están muertos-gimió Sasha- Ronny y los demás están muertos-
Misa cobijó el rostro de su hermano contra su pecho y le abrazó con fuerza. Sasha se aferró a ella y se permitió llorar por un buen rato hasta que se separó e intentó ser fuerte
-estuve allí Misa, ellos volvieron-dijo angustiado-ellos dispararon al coche…y…y-
Se cubrió los ojos con su mano y Misa sólo lo dejó. Sasha tan sólo era un jovencito, a Misa a veces él le parecía tan niño como cuando llegó a vivir con su padre y ella hacía más de tres años
-¿Quién fue el que dijo que aquí estaríamos lejos de la batalla?-preguntó Sasha cuando se repuso
-Nadie lo dijo-Misa bufó-pero creo que todos pensaban que ese sueño era real. Nada puede cambiar de la noche a la mañana. Hay más allí en el espacio y sólo hemos querido hacernos los tontos y engañarnos.
Sasha hizo una mueca
-que tontos-dijo-supongo que ahora todo ha de comenzar de nuevo, los que llegaron sólo son los primeros. Vendrán más, lo sé, vi los destellos de la batalla en el cielo-Sasha miró serio a su hermana antes de continuar-tal como ocurrió un día en la tierra, nos veremos envueltos en una nueva guerra
Lisa se puso en pié y se llevó la mano al mentón mientras pensaba
- nuestro me envió a casa y se quedó a cargo de todo-comentó Sasha-Tienen una de esas mechas en custodia pero lo que la piloteaba era una cosa, no sé, eran muchos de ellos que se fusionaban a la estructura. No sabría decirte específicamente cómo son, sólo puedo asegurarte que escaparon y están por allí en algún lado…esto es serio Misa, tenemos a un posible enemigo suelto por ahí-finalizó serio y preocupado
-es probable…y tal vez…-Misa musitó con duda
-¿qué?-interrogó Sasha-¿es posible que nuestro padre pida ayuda a la Macross?
Misa sacudió su cabeza
-no, no pensaba en eso-se explicó-pensaba en el riesgo que corren los habitantes de la ciudad
-por eso Misa-Sasha insistió enérgico-tienes que convencer a nuestro padre para que pida ayuda, sólo la UN SPACY puede hacerse cargo -
-estás pensando apresuradamente, tal vez se trate de sólo una batalla casual y no quiere decir que nos alcance-
-Misa-Sasha alzó la voz-¡Hay una batalla sobre nuestras cabezas! ¡Ellos vinieron y mataron a mis amigos, son hostiles y no dudan en acabar con todo los que se les atraviese!-Bajó la mirada-ellos mataron a mis amigos sin darle una oportunidad-finalizó en una voz apenas audible
-Sasha-llamó Misa, colocando ambas manos en el hombro de su hermano. Éste le miró-Nuestro padre sabrá que hacer. Él hará lo que estime conveniente dada la situación a que nos estemos enfrentando. Confía en su criterio ¿sí?-el muchacho asintió-ahora ve a tu cuarto, y descansa un poco que te veo muy ansioso y alterado-
Sasha volvió a asentir y se dirigió escaleras arriba, pero al llegar a al final, miró a su hermana y preguntó:
-¿tú saldrás ahora?-sabía que su hermana tampoco estaría tranquila, la conocía bien en muy poco tiempo. Si estaba vestida era porque iba a salir
-iré al cuartel-le respondió-tengo que averiguar qué está pasando-
Misa dejó la casa y una vez en su coche, arrancó para salir de la ciudad dirigiéndose hacia el lado oeste. Miraba el cielo de vez en cuando, todo se mostraba en calma como si no hubiera pasado nada. También miraba hacia los costados de las calles en que podía ver que personas preocupadas se encontraban fuera de sus casas, con sus rostros preocupados, murmurando entre ellos
Cuando ya salió de la zona completamente urbana aceleró a fondo por la carretera que conducía al cuartel. Una vez que llegó al sitio, se detuvo en el acceso
El guardia de turno no tardó en llegar y ella bajó la ventanilla
-Señorita, no está permitido el paso a civiles-indicó el guardia
-vengo a ver a mi padre, el almirante Hayase.
-oh, lo siento, no la reconocí señorita-se disculpó y luego informó-el almirante no se encuentra…-
El guardia no tuvo tiempo de terminar cuando vio las luces de vehículos que se acercaban. Reconociendo los transportes se acercó a la ventana del primero que se estacionó al costado del coche de Misa. El almirante le habló:
-permita el paso de los trasportes y permítale el paso a ella, es mi hija-
-sí, señor-dijo, y al instante corrió a la caseta, pulsó un botón y las barreras se levantaron
Los vehículos militares fueron los primeros en cruzar hacia el recinto, Misa les siguió en el suyo y se estacionó al frente del complejo principal mientras los otros se digirieron hacia el complejo de investigación.
Misa Hayase fue al encuentro de su padre cuando éste terminó una breve charla con el Doctor Mishiro. El hombre de carácter serio le pidió que lo acompañara a su oficina. A Misa le daba la impresión de que estaba un poco preocupado
-¿Qué pasa, padre?-preguntó Misa al tiempo que se sentaba frente al almirante
El hombre apoyó los codos en el escritorio y cruzó sus dedos. Exhaló con cansancio
-eres mi hija, Misa, pero también eres un civil ahora-dijo
-Padre-se quejó Misa-entiendo muy bien la situación y si estoy aquí…-
-contigo no se puede- el almirante interrumpió a Misa y se echó hacia atrás en su silla-pero sé que puedo confiar en ti como en nadie más-hizo una breve pausa-hace escasas horas los radares detectaron la presencia de tres naves desconocidas en la órbita. No son de tamaño considerable pero significa que no estamos solos, y no podemos precisar si nuestra presencia ha sido detectada. Si es así, creo que no tardaremos en tener visitas inesperadas, sobre todo cuando tenemos un ente desconocido suelto en las inmediaciones de la ciudad-
-Sasha me mencionó que algo escapó -
-lo que quiera que sea esa cosa, el doctor Shinishi ha iniciado la investigación. Tengo a mi gente custodiando el objeto sin identificar a campo abierto. Mañana iniciará la búsqueda de aquellos organismos, el objeto y lo que podamos recuperar de los restos de la otra nave serán traslados aquí para ser investigados. Aparte de esto, no puedo decirte nada más. Sólo que ahora nuestra misión también incluye calmar los ánimos de los habitantes de la ciudad.
-¿piensas desmentir algo que muchos pudieron ver?-cuestionó Misa
-no desmentiremos nada-
-¿y entonces?-
-entablaremos inmediata comunicación con la UN SPACY. En sus manos dejaremos todo y bueno, la gente se tranquilizará un poco en saber que no están solos. Nuestra misión no es ese tipo de problemas, sólo velar por la seguridad de la ciudadanía y eso es lo que haremos al contactar a la Macross
-está bien, padre-Lisa se levantó dando la impresión a su progenitor que estaba un poco molesta-sólo quería saber eso y si me disculpas, ahora me retiro que Sasha no se encuentra bien-
-Misa, encárgate de él. Asegúrate de que no diga nada que altere a la población. Yo personalmente me comuniqué con el alcalde para que se encargue de callar a su hija también estaba en el sitio del sucedo-
-¿Perla?-Misa preguntó sorprendida, su hermano no le había dicho nada sobre ella, es más, la creía muerta
-sí-frunció el ceño extrañado-Pensé que si habías hablado con ése chico irresponsable, lo sabías-
-él está en un estado de conmoción, padre, e imagino que Perla está en un estado igual o peor
-entonces ve pronto con él.-
-te veo mañana, padre-se despidió Misa
-no vengas, yo iré a la ciudad-
Misa asintió y se retiró.
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15 horas después del suceso en Tierra II, un salto espacial fue detectado por los radares del cuartel de la fuerza militar de ciudad Ángel. La gran fortaleza espacial Macross fijó una órbita estacionaria.
Hasta ese momento, toda la población de la ciudad ya estaba en conocimiento de la llegada del gigante. El alcalde se había encargado de otorgar la información que el almirante Hayase le entregara para tales efectos. Era cierto, los ciudadanos estaban asustados, pero al saber que La Macross llegaba para brindarles un poco de seguridad les daba la confianza de que por el momento podían estar a salvo, no así totalmente en paz ya que una sombra de miedo se albergaba en sus mentes.
Escoltado por un escuadrón de Valkirie, el transbordador Sparta hizo un descenso en la zona oeste. Éste vehículo transportaba al almirante Bruno J. Global, el científico Mickail Starkov y su equipo de investigadores. Fueron recibidos por el alcalde de la ciudad y el almirante Hayase quienes les dieran la bienvenida. Luego les condujeron hasta el recinto militar, donde el doctor Mishiro esperaba a sus colegas.
-es un bonito planeta, me recuerda a la tierra que alcancé a conocer-Murmuró unos de los pilotos que esperaban en el sitio de descenso del transbordador.
Él era Hikaru Hichijo, un cabo perteneciente al escuadrón Skull, el más reconocido de los escuadrones Valkirie bajo el mando del líder Roy Foker, considerado como el héroe de la guerra que diera el golpe de gracia al cerebro Zentran, Baldozar
-es como la tierra-rió Roy dándole una palmada al cabo Hichijo-pero no te dejes impresionar tan pronto. Cuando descendimos pude ver unas zonas que dejan mucho que desear-
Hikaru respiró profundamente el aire fresco y dejó descansar su espalda contra la pierna mecánica de su nave, fingiendo no haber escuchado las últimas palabras de su mentor
-sabes que pienso-Murmuró Roy
-¿qué?-fue la respuesta de Hikaru
-que la señorita Macross te tiene idiotizado-
-¿por qué lo dices?
-la belleza Hikaru-respondió Roy riendo-apuesto una corrida del mejor ron de la nave que con sólo una hora fuera de la Macross ya estás pensando en ella-
-es muy bella Roy, es la mujer perfecta-
-¡viste!-Roy anunció triunfante- ¡gané!
-claro que no-
-¿Qué dicen ustedes muchachos?-Roy se giró alzando los brazos. Sus subalternos rieron-gané Hikaru-
En un momento dado, entre las risas de los pilotos, Roy vio de reojo una figura femenina caminando hacia ellos. La figura de una mujer que conocía y respetaba, a quien no veía hace años, desde que ella dejó la UN SPACY
Misa Hayase caminaba hacia las VF estacionados, que divisó a lo lejos cuando su coche en que se dirigía al cuartel, pasó en frente de la pista de aterrizaje. Misa había reconocido la singular calavera negra que destacaba en varios puntos del VF de Roy Foker y no pudo evitar el impulso que le hizo estacionarse a un costado de la ruta e ir a saludarlo.
Misa iba vestida con ropas civiles; una falda color negro que le llegaba casi a la altura de las rodillas, una blusa color blanco y un saco que completaba una tenida formal. Su cabello castaño suelto era mecido ligeramente con la suave brisa de la tarde
Roy por inercia llevó su mano a la frente para darle el saludo militar a Misa cuando ésta estuvo tan sólo a unos metros de distancia. Los pilotos imitaron a su comandante en un acto reflejo
-descanse comandante Foker, recuerde que ahora soy un civil-le aclaró Misa a Roy con una ligera sonrisa curvándose en sus labios, apenas perceptible para quienes se encontraban a espaldas de héroe de la guerra
-Señorita- Roy con una sonrisa le extendió la mano-es un placer verla de nuevo después de tantos años-
-lo mismo digo-dijo Misa correspondiendo al gesto-pero no han sido tantos años, sólo tres-
-cuatro-corrigió Roy
-tres y medio para ser exactos-replicó Misa
Roy se volvió hacia los pilotos de su escuadrón
-tropa de desconsiderados, saluden a la dama-ordenó enérgico
Misa negó con la cabeza. Ése comandante no había cambiado nada desde la última vez que lo vio. Luego recibió los saludos de los pilotos que presurosos llegaron a estrechar su mano. Sólo uno de ellos pudo reconocerla como quien era y se tomó su tiempo estrechando su mano
-hey, hey-rugió Roy-quítale ya tus sucias manos de encima-
Hikaru soltó lo que parecía ser una carcajada recibiendo a cambio una fría mirada de Misa
-vamos, comandante, no te enojes-Roy le pasó el brazo por la espalda a Misa y la instó a caminar alejándose de los pilotos- sabe, comandante Hayase…-
-Misa, llámame Misa-
-bueno, Misa-Roy le dijo aunque se sentía incómodo llamándola por su nombre. Se separó de ella cuando ya estuvieron a una distancia prudente de los demás- Claudia no hizo más que hablar de ti cuando supo que haríamos el salto espacial a la órbita. Le hubiese gustado descender con nosotros pero ya sabes....-
-Ha quedado al mando, ¿no es así?-
-intuyes muy bien- le dijo con picardía-la ascendieron hace un año atrás, aunque…-Roy se tomó la quijada-a veces creo que su rango hizo que se olvidara de mí.
-Roy-criticó Misa-sabes que Claudia no se olvidaría de ti a menos que le hicieras algo-Roy sonrió un tanto nervioso-¿Qué le hizo a mi amiga, comandante Foker?
-nada, nada-Misa mostró una expresión de no creerle, entonces Roy dijo: -bueno…lo de siempre, nada más que Claudia está un poco intolerante conmigo desde hace un tiempo.
-bueno, como digas-
-créame señorita Hayase, su amiga también tiene defectos y su poca tolerancia en estos días es uno de ellos.
-mejor dejemos la conversación hasta aquí-propuso Misa-sólo pasaba a saludar. Me esperan en el cuartel.
Roy asintió y la acompañó a su coche.
Mientras tanto, en el cuartel, Global y Hayase observaban a través de los muros de vidrios blindados del laboratorio número dos. Dentro de ese recinto, el equipo de investigación proveniente de la Macross y el equipo del doctor Mishiro compartían información acerca del aquel vehículo extraterrestre en estudio
-¿cuál será el proceder ahora?-preguntó Hayase a Global, en vista de haberle puesto en conocimiento de todos los antecedentes poseídos hasta el momento
-como nos han solicitado, tomaremos toda responsabilidad de la situación-Hayase asintió en conformidad-ahora bien-con un gesto le instó a caminar-Nuestra presencia en la órbita puede resultar un atractivo para aquellas razas hostiles, nos involucraría en una batalla sólo por estar en medio. Por esa razón he determinado investigar en los alrededores de ésta galaxia y que una fracción de las fuerzas desciendan para protección de la ciudad.
-me parece aceptable-dijo Hayase
En ese momento llegaban a las grandes puertas metálicas. Un guardia se encargó de abrirles paso al exterior. Dos soldados escoltas les acompañaron desde allí, en dirección al frontis al edificio principal
-en ámbito personal-dijo global de pronto-quisiera saber que es de la ex comandante Hayase
-como todos aquí, lleva una vida tranquila almirante, su pasado militar ha quedado atrás. Es muy joven y tiene derecho a una vida. Pienso que jamás debí arrastrarla por el mismo camino que seguía yo-
-¿no cree que Misa tomó la decisión de enlistarse porque así lo deseaba?-interrumpió Global
Hayase negó con la cabeza
-así como mis padres a mí, a mi hija le inculqué con necedad que debía seguir la tradición militar, y fue lo que hizo, enlistarse siendo tan sólo una niña-
Global se detuvo y miró a su par
-no era una niña quien estuvo bajo mi mando durante la batalla. A quien tenía como jefa de operaciones tácticas fue a la mejor oficial que he conocido y usted bien lo sabe. Misa dio aliento tanto a hombres como mujeres que ese día libraron batalla bajo sus órdenes. Ella nunca flaqueó porque lleva la sangre militar en sus venas, ella amaba su trabajo…
-eso terminó-
-porque también usted la arrastró a eso-criticó Global
Hayase miró serio y molesto al almirante
-Misa decidió seguirme por voluntad-
-siendo su único familiar, cualquier hijo lo haría ¿no cree? Dígame Hayase, ¿cómo lo hizo para que Misa dejara todo y terminara como un simple civil?-preguntó Global expectante por una respuesta
-creo que eso se sale del objetivo de su visita-señaló Hayase
El almirante Global miró a Hayase sin decir más palabras y quiso retomar su camino. Entonces vio a Misa de pié a unos cuantos metros. Ella estaba consciente del tenso ambiente entre los dos hombres y había oído algo de lo último que Global había dicho
Misa se acercó hacia ellos.
-señorita Hayase, me da gusto de verla nuevamente-Saludó Global
-el gusto es mío almirante-correspondió Misa, sin evitar dar una ligera mirada seria a su padre
-su padre y yo hablábamos de los “por qué” de que usted dejara la milicia-
-me doy cuenta que va directo al grano, almirante-dijo Misa-pero si quiere, yo le diré-
-Misa-intervino Hayase intentando detener a su hija
- Padre-la cortó ella mirándole muy seria, luego miró a Global y dijo:-Mi padre, el almirante Hayase, tomó la decisión por mí y yo tuve que aceptarla sin derecho a dar protestas. Sus decisiones nunca tienen derecho a ser debatidas, menos por mí que soy su hija-Misa le dio una sonrisa en doble sentido a su padre-pero ahora soy feliz llevando una “tranquila vida en éste planeta”, ¿no es así, padre?-
-Misa, acabas de actuar en forma indebida.
-disculpe, almirante-dijo Misa dirigiéndose a Global-por decir una verdad-
-no hay cuidado-respondió Global, siendo consciente de una situación que ya intuía por la extraña forma en que Misa tuvo que abandonar las fuerzas militares
Por su parte, Takashi Hayase respiró profundo con tal de no perder su paciencia. Como el alcalde ya tenía tiempo esperándoles, y siendo oportuno dar ésta innecesaria conversación definitivamente por terminado, intervino
-Almirante, Misa. Por favor-señaló el camino-el alcalde nos espera.
Global y Misa asintieron
Ya en el edificio principal, llegaron frente a una puerta de la sala de juntas que se abrió cuando los sensores detectaron su cercanía. Dentro había una gran mesa ovalada color roble. Sentados en torno a ella se encontraba el alcalde de ciudad Ángel y dos de sus consejeros; un hombre de unos cincuentas años y una mujer de no más de cuarenta, bastante seria. También se encontraba allí un general que acompañaba a Global
-pueden esperarnos aquí-ordenó Hayase a sus escoltas antes de ingresar a la sala
Global dio una breve repasada visual a la sala que se le hacía tan fría como cualquiera otra sala de juntas y luego buscó asiento en el extremo de la mesa, quedando al lado del general. Hayase en tanto se sentó en su silla en el extremo opuesto a Global y Misa buscó asiento al lado del alcalde.
Antes de que iniciara la discusión del asunto, Hayase se preocupó de poner al tanto al alcalde, susurrando la resolución del almirante de la Macross. Acto seguido, la máxima autoridad de la ciudad pidió la palabra
-Almirante Global, en nombre de la ciudadanía agradezco profundamente su auxilio. Ha de entender que nos encontramos un poco asustados, por no decir mucho ante el temor de vernos envueltos en una nueva batalla cuando recién iniciamos una nueva vida. Debo pedirle, de acuerdo a la información que el almirante Hayase me acaba de entregar, que las fuerzas militares que desciendan no alteren el convivir de los habitantes de ciudad Ángel-
-no sé a qué se refiere con no intervenir-dijo Global
-me explico almirante-continuó el alcalde-no esperamos presencia militar dentro de los límites de la ciudad ni ningún tipo de actividad de sobre vuelo directo en su cielo. Así como éste cuartel y sus militares se mantienen al margen de intervenir directamente en la ciudad a menos que sea necesario, esperamos lo mismo con sus fuerzas.
-ah, entiendo-dijo Global-pero no estoy de acuerdo con esa petición. La circunstancia de un posible ente en las inmediaciones, requiere la intervención directa. Usted no podría asegurarme que en este preciso momento, cualquiera de los habitantes podría tenerlo escondido en su casa sin saberlo
-me aseguré personalmente de que eso no ocurra-aclaró Takashi Hayase-nada ha quedado al azar, todo está controlado. Tenemos instalados sensores en todo el perímetro de la ciudad, nada entra sin que sea detectado, incluso esa especie de entes rastreros…-
-dígame Hayase, con lo poco que se ha averiguado de esas criaturas en éstas horas, ¿Podría asegurarme al cien por ciento que sus detectores pueden captar su presencia?-preguntó Global
-es cierto-Hayase habló con seguridad-no sabemos nada de esos seres, pero si sabemos que se mueven. Lo mejor de la tecnología está a nuestro alcance, como también los medios y las armas integradas que disparan a todo lo que sea detectado. No lo dude almirante Global
-entonces supongo que deberé confiar en ustedes-dijo Global aunque no conforme. La tecnología a veces fallaba. Si esos seres eran inteligentes, como él suponía, hallarían la forma de burlarlos. Sólo esperaba estar equivocado
Misa, quien no tardó en ver aquella duda en la expresión del almirante. Lo conocía, había trabajado bajo su mando, aunque fue poco tiempo era lo suficiente para entender qué en este momento no estaba seguro de que las medidas tomadas fueran efectivas a totalidad. Entonces se puso en pié
-no estoy de acuerdo-dijo Misa
-¿con qué?-preguntó la consejera
-en confiarnos tanto. La brecha de tiempo en que el último sensor fue colocado es bastante grande. Nadie asegura que en ese lapsus de tiempo nuestros visitantes se colaron a la ciudad, debido a esto opino que la medida exploratoria que el almirante Global propone es acertada, medida tal que no puede ser tomada como una intervención que afecte la tranquilidad de los habitantes, sino todo lo contrario puesto que con una búsqueda efectuada en cada rincón de la ciudad daría la seguridad a cada habitante de estar libre de la presencia de un ente indeseable.
El consejero se levantó, apoyando sus morenas manos sobre la mesa
-nuestros ciudadanos están los suficientemente inquietos para soportar un cateo de la naturaleza que usted especifica. Usted es miembro del consejo, debiera apoyar nuestra noción no ir en contra de nuestras determinaciones para el bien de nuestra nueva sociedad…-
-yo hablo por el bien de todos y lo que es más lógico. Seguridad para los ciudadanos es lo que acabo de mencionar-Misa defendió la postura
-señorita Hayase-habló Takeshi- es la segunda vez que interviene en forma indebida en una discusión.
-ambas veces me involucraron, y el señor Roberton claramente lo ha dicho, soy parte de este consejo y tengo todo el derecho de señalar mi postura-
-pido silencio señores y señorita-la consejera intervino- esto no es un duelo familiar…-
La consejera no terminaba su intervención cuando las alarmas de cuartel comenzaron a sonar
-¿qué? ¿Qué pasa?-preguntó el alcalde confundido, justo en el momento en que el comunicador emitía un sonido de llamada
Takeshi se apresuró a pulsar el botón del altavoz
-¿Qué está pasando?-preguntó con voz ronca y fría
Quien estaba al otro lado de la línea, informó
-señor, recibimos un llamado, atacan la ciudad; naves enemigas, nuestros sensores no detectan nada.
-¿y nuestros escuadrones valkirie?-
-ya están volando en dirección a la ciudad-
-me haré cargo-
-sí señor- concluyó la voz y cortó
-señores, como oyeron tenemos una alerta roja. Permanezcan en este lugar, es un refugio antibombas, aquí estarán seguros. Eso lo incluye a usted almirante Global-concluyó Hayase antes de salir apresuradamente al centro de mando
Misa vio a su padre salir, luego posó su vista en el almirante Global que se había puesto en pié y éste le dijo:
-no es necesario que lo ordene, dadas las posibilidades de un ataque inesperado, el escuadrón Skull está en alerta y no es necesario una orden para ellos, los apoyaran en tanto vean que se ha desatado la alerta.
En tanto Global terminaba de hablar, el último valkirie del escuadrón Skull despegaba
-señores- dijo Roy a su escuadrón-volaremos directo a donde esté la acción pero sean cuidadosos, no sabemos a qué nos enfrentamos-
-pero esto no se sale del protocolo de ser escoltas-dijo Hikaru
-claro que no cabo Ichijo, nos eligieron por esto-
-señor, veo humo saliendo de la periferia de la ciudad-señaló Skull 9. En ese entonces se acercaban al límite urbano
-también lo veo Skull 9-respondió Roy y dijo a Hikaru-recuerda tu entrenamiento Skull 11, no quiero heroísmos innecesarios de tu parte
-ya me lo has repetido más de mil veces-gruñó Rick
En ese preciso instante, por encima de los primeros edificios se elevó una nave color negro. Pronto Roy y los demás se percataron que una ráfaga de energía proveniente de esas naves iba directamente hacia ellos. El escuadrón Skull tuvo que dispersarse, evitando que el disparo les diera de lleno.
Roy soltó una maldición al tiempo que veía pasar a esa nave pasar a una velocidad impresionante por sobre su posición.
-señor, se escapa-dijo Skull 6
-esto no tiene lógica, sólo se abrió paso entre nosotros-masculló Roy entre dientes
Lo otro que no tenía lógica era que sus radares no lo detectaron en ningún momento. Lo tuvieron frente a sus narices y nada. Roy tuvo que decidir en segundo si seguirlo o continuar la ruta. Optó por lo segundo ya que más adelante se libraba una batalla entre valkiries y otra de esas naves.
-escuadrón Skull dispérsese. Proteger a la ciudad es nuestra prioridad ahora-ordenó-“yo voy por ti”-se dijo mentalmente a ese enemigo que para entonces había dado en su blanco y mandaba a tierra a un valkirie en llamas
Roy aumentó la velocidad y fue directo hacia su objetivo. El primer disparo a larga distancia falló pero al menos había conseguido quitar de la mira del enemigo a uno de los valkirie. El segundo disparo fue para atraer su atención y también lo consiguió. Muy pronto se encontró persiguiendo a su rival por encima de las nueves, pero el desgraciado volaba muy bien y evitaba todo ataque que le lanzaba
-ese imbécil es bueno-expresó, entre emocionado y frustrado, pues Roy no recordaba haber tenido un enemigo que lo burlara con tanta facilidad. Pero no estaba dispuesto a ser vencido, continuó la persecución con el fijo objetivo de acabar con él a como diera lugar
Abajo, en las calles de la ciudad, Skull 2 y 11 se encontraron con un enemigo estacionado en plena calle, que alzó el vuelo apenas les divisó.
Hikaru podo contemplar la destrucción que había desatado. Un edificio hecho añicos, coches estacionados al lado de la acera ardiendo en llamas, pero lo más importante, era ver los restos de dos valkiries destrozados. Ningún informe se lo había advertido abiertamente, pero éste era el inicio del desastre. Siempre todo comenzaba de esta forma y no le gustaba
Hikaru aumentó su velocidad e inició la persecución dejando atrás a su compañero de flanco, así como su mentor, todo era muy difícil porque lo dejaba atrás aún cuando iba a máxima potencia. Él era un novato, ésta era su primer enfrentamiento con enemigos reales pero no se dejaría amedrentar, se lo dijo entre dientes y disparó una y otra vez con mucha rabia, aunque sin que sus esfuerzos dieran muchos frutos. El enemigo se perdió de su visión entre los edificios, inútil era ver los sensores que no detectaban nada, maldijo más de una vez, hasta que en un momento dado, una ráfaga de energía pasó al lado de su ala derecha. Lo tenía tras él ahora y no pudo darse cuenta.
Hikaru con desesperación trataba de elevarse sobre las construcciones. Tratándose de un enemigo más rápido y hábil, en pocos segundos otro disparo podría dar de lleno en su valkirie y él nunca lo sabría. Pero allí se encontró, frente a su ruta de vuelo desesperado, a un Queadlan rau apuntando directamente hacía él, se desvió sabiendas que era uno de los suyos. Apenas pudo evitar que los proyectiles pasaran rozando su valkirie, pero quien haya sido lo salvó. Esos disparos fueron efectivos ya que uno de ellos dio en el blanco y el enemigo se elevó directamente hacia las nubes
Si hubiera podido en ese instante, Hikaru se hubiera quitado el sudor de la frente con el dorso de la mano. Aquel piloto lo había salvado de una destrucción inminente
-Skull 11, eso fue muy arriesgado-criticó Skull 2 a sus espaldas
-lo sé Jackson-respondió
-no se descuiden, la batalla aún no termina-en ese mismo instante, trasmitió el piloto queadlan rau al pasar entre ellos
-¿una mujer?-dijo Hikaru
-Mentran conducen esas naves-aclaró Skull 2-y te ha salvado el pellejo
-sin burlas Jackson-se quejó Hikaru y dio un giro en el aire para tomar la ruta del queadlan rau. Skull 2 le imitó
Llegaron al centro de la ciudad. Humo en varios sectores eran lo que podían visualizar, Compañeros de armas que se desvanecían en un pestañeó de sus radares, pues mientras ellos libraban cortas batallas, otros más hacían lo mismo sin correr la misma suerte que Hikaru Ichijo
Pero por sobre las nubes, Roy Foker aún estaba con su duelo personal. Con hábiles maniobras había dado alcance a su contrincante, ahora lo tenía justo donde quería, la computadora señalaba el blanco…Roy Foker disparó sus misiles pero una vez más no logró derribarlo, sólo le causó ligeros daños en la coraza que lo mantenían volando como si nada hubiera pasado
El héroe de la guerra soltó una más de sus tantas maldiciones al tiempo que sus sensores detectaban una ola de energía que iba directo hacia él
-¡con un demonio!-masculló y esquivó apenas el impacto
Roy Foker una vez más veía a su enemigo pasar por arriba de su posición y perderse en las nubes, así como a su contrincante que perseguía. Después de eso, ya no halló nada. Aunque buscara entre las nubes no había señales de nadie y decidió volver a la ciudad. Al descender pudo divisar emanaciones de humo en distintos sectores
-señor, los perdimos-informó Skull 5
-¡mierda!
-son muy hábiles, vuelan rápido, y… perdimos a Skull 7-señaló Skull 3
-“¡no, no no!”-se dijo mentalmente Roy
-¿comandante?-llamó Skull 2
-de regreso al punto de descenso-ordenó Roy desanimado-por ahora los desastres no son nuestros problemas, tenemos órdenes-
-sí señor-acató el escuadrón
En tanto, el líder del escuadrón de defensa de tierra II informaba al cuartel
-huyeron señor, varios puntos de la ciudad han quedado en ruinas-
Takashi Hayase se dejó caer pesadamente en su silla
-¿señor?-llamó el oficial de operaciones
-envíen destacamentos de emergencia a la ciudad. La UN SPACY queda al mando ahora-
Dicho esto, Hayase se levantó y arrastrando los pies se dirigió a la sala de juntas, adentro, el alcalde esperaba expectante
-almirante Hayase-llamó, éste caminó directamente a la mesa y dio un golpe con su puño cerrado sobre la superficie. Luego levantó la vista dirigiéndola a Global
-la ciudad fue atacada-dijo-no pudimos hacer nada…la UN SPACY queda a cargo de todo desde este momento-
-pero almirante, ¿sabe lo que dice?-criticó la consejera
- el almirante tiene razón, la tecnología que manejamos no fue suficiente para detectar a nuestros enemigos. Personalmente oí las trasmisiones de nuestros pilotos, no sabían a qué se enfrentaban… Usted gana almirante Global, estábamos en un error, pero se puede evitar dejando completamente la situación a su criterio-Hayase terminó viendo a los ojos a su par
El alcalde bajó la mirada y pensó a toda prisa. Él confiaba en Hayase y su criterio que siempre iba enfocado en el bien de la ciudad. Si después de lo sucedido y que él no podía ver con sus propios ojos, Hayase tomaba tal determinación de dar al almirante de la Macross la libertad de acción, no había razón de contradecirlo, pero aún así, dijo:
-entonces, ¿dice usted que estamos enfrentando una verdadera emergencia?
-así es, señor alcalde. Queremos paz y tranquilidad pero eso se acabó hace media hora. No estamos solos y un enemigo nos acecha sin poder detectarlos. Por el bien de la ciudad y para que no nos encuentren desprevenidos otra vez, es necesario que la UN SPACY intervenga como lo considere adecuado-Hayase terminó bastante frustrado
-regreso inmediatamente a la Macross-anunció Global
-pero almirante, el enemigo tal vez no se ha retirado-dijo Misa
-señorita Hayase, no puedo esperar aquí. Así como la ciudad es un blanco, la Macross lo es en este momento. El riesgo nos rodea y es algo que yo debo correr.
-pero señor-insistió Misa
Global la miró con tal insistencia que Misa estuvo a punto de desviar su mirada
-usted fue un oficial una vez, sabe bien a lo que me refiero, debiera entender
-sí señor, lo entiendo-respondió Misa
-sigue siendo la misma oficial que conocí y me gustaría que volviera a su cargo-
Misa lo miró sin hablar, también Takashi
-piénselo señorita Hayase-continuó Global-debo informar al alto mando y solicitaré una petición para que usted regrese, si así lo desea-
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Durante la siguiente hora tras el ataque la gente de Ciudad Ángel hablaba con amargura, como si se tratase de una tragedia de grandes proporciones cuando en realidad fueron muy pocas las víctimas, más que nada pilotos y quizás uno que otro desafortunado que fue alcanzado por los estallidos o quedó preso de la caída de escombros de los edificios en altura; 9 víctimas fatales en total. El debate se reprodujo con amarga frustración. Hombres mujeres y niños que suplicaban a los cielos que lo que veían como el preludio de una nueva batalla sólo fuera un mal sueño
Comenzaba a oscurecer para ese entonces. Sasha escuchaba esas plegarias y discusiones mientras caminaba por las calles de la ciudad. Nunca como ahora visualizó a esas personas muy débiles y miedosas. Opinaba que debieran ser muy fuertes, ya había vivido y sobrevivido a una gran batalla que casi los aniquila, pero no era así y eso le era sorprendente
Finalmente Sasha se detuvo frente a una casa que parecía haber sido levantada desde sus cimientos y dejada caer con brusquedad. Contempló a sus habitantes, una joven pareja que se abrazaba a su hijo pequeño en el antejardín, observando con pena lo que quedó de su hogar, pero en el fondo sintiéndose con mucha suerte porque había logrado salir ilesos.
En el fondo de su corazón Sasha no quería volver a ver una imagen como ésta. Quería hacer algo para evitarlo. Unirse a la Macross fue su primer pensamiento cuando supo que esta gran fortaleza había llegado a sus cielos, éste espectáculo sólo aumentaba sus deseos de hacer algo más útil que ser un simple chiquillo que se rebelaba ante su padre adoptivo. Un padre terco como una mula a quien vio discutir secamente con Misa porque ella había decidido de un día para otro ir en contra de sus pensamientos inquebrantables. Sólo él, Sasha, entendía a Misa y su frustración por dejar su vida atrás. Misa quería volver a ser militar, más de una vez en estos años la había oído hablar de ello. Ella le contaba lo bueno que era a pesar de la desgracia. Misa decía que no había nada como poder servir a los demás cuando éstos lo necesitaran
Se preguntó entonces cómo se sentía ella ahora. Tal vez tan mal por no poder haber hecho nada, como él, que lo único que pudo hacer fue ver como en los cielos y en las calles de la ciudad pilotos esforzados luchaban para evitar la destrucción.
Tan poco bastaba para que un sueño forjado en tres años se desquebrajara en minutos
Cuando dejó de ver a esa familia buscó apoyo de su espalda contra una muralla y cerró los ojos. Las voces de las personas se hacía más audibles, el sonido de las sirenas, los gritos de los rescatistas que trataban de librar a personas aún atrapadas entre ruinas en los alrededores
-¡los militares de la Macross estaban aquí y no hicieron nada para evitar este desastre!-
Se quejó de pronto una mujer alterada a unos metros de distancia donde Sasha estaba, éste abrió los ojos y veía como la gente de la calle corría hacia alguien queriendo buscando una explicación
-¡ellos están aquí y nada hicieron!-criticó esta vez la voz de un hombre
Después de eso les siguieron voces que se alzaban al mismo tiempo. Todos querían decir algo, todos pedían que la persona a quien rodeaban dijera algo
-¡Por favor!-suplicó otra persona, Sasha reconoció la voz de su hermana y se acercó mientras ésta se imponía haciéndolos callar para que la escucharan.
Sin duda que Misa sabía que decir, la frialdad con la que daba explicaciones coherentes a las personas con tal de calmarlas le dejó impresionado. Misa, su hermana, estaba perdiendo tiempo siendo una simple mujer, asistente del alcalde.
-“¡qué tontería!”-dijo Sasha mentalmente al tiempo que negaba con la cabeza. Y se apartó de la multitud dando pasos hacia atrás, esperando a que todo el acoso hacía su hermana terminará. Cuando eso sucedió, Misa se acercó hasta quedar a un paso del muchacho
-Sasha, te anduve buscando por toda la ciudad-
-estoy bien Misa-respondió y volvió la vista hacia esa casa que antes observó- mira todo lo que hicieron… pero no atacaron directamente, los vi y no parecía que vinieran a destruir directamente todo a su paso. No tiene lógica, antes si atacaron a mis amigos y ahora parecía que sólo venían buscando algo… no sé-
Misa le miró y luego miró la casa también le llamó la atención, no un poco, bastante. No dudó ir hasta ese lugar. El hombre, mujer y niño se volvieron hacia ella pero no dijeron nada
-¿Qué paso aquí?-preguntó con las palabras quemándole la garganta
-llegó una de esas cosas y nos levantó la casa. Estábamos adentro cuando eso pasó pero no nos dañó.
-era muy feo y mire lo que hizo-el niño dijo entre sollozos, apuntando con su dedito la casa que parecía que con un viento fuerte se vendría abajo
-parecía que revolvió nuestro sótano. Pero no sé que buscaba. ¡Esos bastardos!-terminó gruñendo el hombre-quien sabe que los atrajo hacia nosotros
-“yo sí”-se respondió mentalmente Misa. Ahora terminaba dándole toda la razón a Global al pensar que si los habitantes podrían tener al enemigo en sus casas. Si estaba en lo cierto con sus deducciones y tras lo que dijo su hermano, los datos que acaba de entregarle ese padre de familia; los enemigos posiblemente estaban buscando a uno de sus pares. Probarlo no podía, le quedaba hablar con su padre y con quien fuera para que se investigara. También quedaba comentar su teoría y que pudieran interrogar a otros posibles afectados y avalar lo que estaba pensando, aun así…
Misa entonces dio media vuelta y caminó pensativa hacia su hermano a quien cogió de un brazo y lo arrastró hasta su coche.
-vamos a casa-le dijo secamente, indicándole que entrara en el vehículo
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Cuando la noche envolvió la ciudad, Misa y Sasha se encontraban en el comedor. Sentados a la mesa, a la luz de las velas, ninguno de los dos tenía la tentativa de probar su cena. El silencio entre ellos era total y de vez en cuando se miraban uno al otro directamente a los ojos como queriendo interpretar sus pensamientos
-mi sopa se enfrió, no la quiero-de pronto Sasha rompió el hielo
-tampoco tengo apetito-contestó Misa, al tiempo que apoyaba sus codos a cada lado del platillo y cruzaba los dedos, apoyando su barbilla sobre ellos
-Misa, bueno…-Sasha dudó de lo que quería decirle a su hermana, respecto a lo que estaba pensando- cuando el ataque terminó pensé mucho. La Macross ha llegado y estoy decidido a enlistarme ahora que puedo-
Sasha esperaba una reacción de Misa, ésta tan sólo lo miraba como esperando a que le dijera más.
-quiero ser piloto Misa, si una nueva guerra después de todo se hace inevitable, quiero ser útil…tampoco es obligación, es lo que me gustaría hacer. Sé que tú me entiendes-finalizó esperando comprensión
-te entiendo perfectamente-fue la respuesta tranquila y pausada de Misa- pero sabes que nuestro padre no terminará por aceptarlo.
-él no puede prohibirme nada, ni siquiera es mi padre verdadero-bajó la vista inmediatamente al darse cuenta que había dicho algo sin querer-lo siento…no quise decir eso-se disculpó
Misa pasó por alto el comentario.
-¿estás muy seguro de dejar todo esto sin arrepentirte después de haber tomado ese camino?-preguntó
Sasha miró a Misa y asintió
-es lo que ahora deseo con más fuerzas que antes. Misa, tienes que ayudarme con nuestro padre.
Misa rió
-no le veo la gracia, hablo en serio-
-me provoca risa que tú y yo aún no siendo hermanos de sangre, parece que pensamos de la misma forma. Los dos contra nuestro padre. Supongo que vamos a provocarle un dolor de cabeza-explicó Misa
-eso dice que… ¿piensas regresar?-preguntó Sasha expectante. Misa asintió-¿y nuestro padre lo sabe?
-no, es algo que decidí hace escasos minutos. Para mí todo es más grande que sólo estar inmersos en batallas tras batallas, es mi vida, lo que en verdad deseo. No estar aquí donde no le encuentro sentido a lo que hago-Misa suspiró y deshizo su postura-tú lo sabes, he estado aburrida desde hace mucho tiempo. Quiera o no, nuestro padre va a tener que aceptarlo, no puede ordenar nuestras vidas como a los soldados bajo su mando.
Sasha curvó una sonrisa en sus labios
-me alegra saber que tenemos el mismo deseo.
-pero ahora muchachito-Misa se levantó- ayúdame a lavar los platos y vayamos a intentar dormir… aunque dudo que podamos conciliar el sueño.
Al cabo de unos quince minutos Misa ya se encontraba en su cuarto, de pié frente a la ventana y contemplando el cielo estrellado. Recordaba la conversación telefónica que tuvo con su padre antes de su intento de cenar
-tengo algo importante que decirte-le había dicho a su padre
Para el hombre tras la línea, esta no era más que una abrupta intervención a sus funciones y le había contestado en un tono muy seco.
-Misa, eres mi hija pero no puedo atenderte ahora. ¿No te das cuenta que estoy preocupado de resolver una emergencia?
Él le había cortado. Sí, cortado, cuando su única intensión era brindarle un poco de información. Ir al cuartel tampoco serviría de mucho ya que no la dejarían pasar por ser sólo un civil
Misa sacudió su cabeza queriendo sacar fuera esa molestia contra su terco padre. Sus pensamientos entonces se desviaron hacia la Macross y su almirante, en el proceder militar que se decidía tal vez en ese preciso momento.
Al final, se recostó de espaldas en su cama, con la mente en blanco y sin poder dormir. Así llegó la mañana y el sol anaranjado coló sus rayos por la ventana
Misa se frotó los ojos y se sentó en el borde de la cama, estirándose un poco antes de ponerse en pié. En su andar fue dejando atrás las ropas que vestía, regadas en el piso con descuido y se internó en el baño. Echó a correr el agua de la regadera y se metió bajo ella.
Desde el exterior provenían los ruidos de los motores de los valkirie al volar por sobre la ciudad, ruidos que fueron ahogados por el fuerte de la ducha sobre su cabeza. El vapor pronto comenzó a empañar las paredes del cubículo de la ducha mientras Misa se frotaba con un rico jabón, luego se enjuagó jugando varias veces de agua caliente a fría, hasta que sintió que la ligera molestia que sentía por el trasnoche la abandonaba. Acto seguido, cortó el paso del agua para después envolver su cuerpo en una toalla, y salió del cubículo mientras se frotaba el cabello con otra toalla
Como de costumbre, no solía tomarse mucho tiempo en vestirse, luego bajó a la cocina y no se molestó en tomar un desayuno decente; sólo bebió un vaso de leche y se encaminó a la salida
Al estar fuera miró a un par de valkirie sobrevolando la ciudad; sólo significaba una cosa: que durante la noche se produjo el descenso de los militares.
Cuando Misa llegó a el edificio de tres pisos que constituía la alcaldía de ciudad Ángel, la secretaría le dijo que se le esperaba en la sala de juntas. No estaba equivocada al pensar que dentro de ese lugar se llevaba a cabo un debate, pues cuando hizo parecencia en el lugar pudo ver que los consejeros casi se devoraban al señor alcalde con una que otra crítica. Tuvo que esperar paciente y de pié a que la conversación amainara, sólo entonces fue a tomar su lugar al lado del alcalde
-tengo algo muy importante que decir-dijo
Las miradas duras de indiferencia y alivio se posaron en su persona, ella sacó de su portafolio un papel muy pulcro que había escrito la tarde anterior y lo dejó en manos del alcalde
-es mi renuncia señores y señora, de forma indeclinable-explicó
-señorita Hayase-dijo el alcalde mirando malamente sorprendido a Misa-no puede renunciar ahora, la necesito más que nunca. Confiaba en su persona para poder mantener una relación alcaldía-fuerzas militares. Usted más que nadie entre nosotros entiende el proceder militar. No puede dejarnos solos en estos tiempos de crisis-
- lo siento señor alcalde, mis funciones para con la alcaldía han terminado.
-¿su padre sabe de su renuncia?-preguntó la consejera
-si lo sabe o no, es un asunto que me concierne sólo a mí-Misa respondió fríamente a la consejera, amiga de su padre a quien consideraba una mujer tan cerrada en sus ideas como su progenitor. Una señora que con esa relación de amistad tenía el atrevimiento de meter sus narices donde no debía
El alcalde leyó la carta, y con cierta frustración la dejó sobre la mesa
-aunque con total desagrado, acepto su renuncia-
-muy bien, con permiso-dijo Misa poniéndose de pié-me retiro. Ha sido un placer trabajar con ustedes.
Misa no supo con certeza si correspondieron a la despedida. Se retiró inmediatamente de la sala de juntas y fue a su oficina, donde puso todas sus pertenencias personales en una caja con la mayor prontitud posible. Antes de salir cargando sus cosas dio una fugaz mirada a la oficina. Estaba segura de que nada extrañaría de allí. Se retiró con prisa, esforzándose de ver por el costado de la caja por donde caminaba. Se había cruzado con Roy Foker y no se había dado cuenta, pero si se dio cuenta y de mala forma, que un hombre bastante distraído, chocó con ella como si fuera un camión que deseaba embestirla
Las cosas de la señorita Hayase quedaron regadas en el piso del angosto pasillo.
-¡por qué no se fija por dónde camina!-le espetó secamente
-tú eres la que no se da cuenta por dónde camina-le contestó el piloto
-tenías medio pasillo por donde pasar y tenías que chocarme, que tipo tan tonto eres y ciego por demás-
-óigame usted señora-Respondió el piloto
-señora será cualquiera menos yo-interrumpió Misa enojada- ¿Acaso en la academia ya no enseñan modales?
-los enseñan pero el cabo Ichijo a veces es un cabeza dura y no entiende-intervino Roy sin intensiones de contener la risa que ambos le provocaron
-ya veo. La nueva generación de reclutas tontos encerrados en una persona-Misa murmuró con resentimiento hacia Hikaru, viéndole de arriba abajo
Hikaru iba a responder, claro que iba a responder a esa declaración de guerra de la mujer que no tenía el respeto hacia alguien que portaba un uniforme militar, pero Roy fue más rápido y le tapó la boca cuando iba a soltar algo que seguramente hubiera provocado una guerra a consideración del líder de Skull
-Señorita Hayase, me disculpo en nombre de mi subalterno-dijo Roy a Misa, y liberando la boca de su subordinado, le dijo a éste-Cabo Ichijo, muestre respeto ante un ex oficial, es una orden-
-¿ex oficial?-repitió Ichijo
-es una orden, cabo-gruñó Roy. Sólo entonces Hikaru calló su boca a regañadientes
-mejor así-
-calladito más bonito-se burló Misa con sangre en el ojo por haberla llamado “señora”
Ésta vez Hikaru se mordió la lengua, si Roy no estuviera allí, seguro que se desquitaba, -“¡por Dios que si lo hacía!”- se Dijo apretando los puños con furia
-¿está enojado, cabo Ichijo?-preguntó Misa, esta vez riéndose en su cara
-claro que no-Intervino nuevamente Roy- mientras usted y yo hablamos, Ichijo con una gran sonrisa, recogerá sus cosas, ¿no es así, cabo?-
Hikaru soltó el aire pesadamente y asintió. Roy en tanto siguió a Misa que prontamente pasó con superioridad al lado del enojado piloto
Mientras caminaban hacia la salida dejando a atrás a un piloto que murmuraba cosas ininteligibles, idioteces al pensar de Misa, ésta preguntó a Roy:
-¿de qué se trata?
-es extraoficial y privado. Me di cuenta que dejas la alcaldía, esa caja me huele a asistente despedida- respondió Roy
-renuncié-aclaró Misa
-eso es perfecto-
Roy se apresuró en abrirle la puerta vidriada a Misa con caballerosidad y salió tras ella. Misa no tardó en indicarle el estacionamiento y caminaron hacia ese lugar directo a su coche.
Ya en el interior, Misa dijo:
-si es privado, éste es el mejor lugar para tratar el tema, estamos insonorizados.
Roy entonces comenzó a explicarle que había sido enviado por el almirante Global, por dos razones: la primera para convencerla que regresara a su cargo en la milicia, y la segunda para informarle que el almirante Global se había encargado de que eso fuera efectivo en cuanto ella dijera: “sí, vuelvo”
En tanto esa conversación se llevaba a cabo, Hikaru Ichijo, de pié en la salida, y con la caja interponiéndose en su visión, gruñía preguntándose dónde diablos se habían metido Roy y esa mujer. No le quedaba más que esperar. Claro, comparando mentalmente a dos mujeres totalmente opuesta. Lyn Minmay era una de ellas, el ícono de una generación, su mujer soñada, única, bonita, dulce; no como esa ex oficial que parecía un ogro con disfraz de mujer. Acababa de conocerla y ya sentía que la odiaba.
-“por suerte ya no es de la milicia”-pensó sonriendo. No imaginaba un solo día bajo su mando. Primero muerto en combate que esa tortura
Cuando al fin Roy salió del coche, le hizo una seña a su subalterno y Hijaru fue hacia allá sin desdibujar su soberana sonrisa. Le pasó la caja a Roy y éste la dejó en el asiento trasero del vehículo. Luego se asomó por la ventanilla y le dijo a Misa:
-la estaremos esperando en el cuartel comandante-
-por supuesto, hasta luego comandante Foker-respondió Misa
Hikaru pareció entender mal, por eso mientras caminaba al lado de Roy quiso salir de dudas.
-Roy, es cosa mía o me pareció entender que ella…-
Roy se detuvo y lo miró
-¿no te lo dije?-preguntó
Hikaru negó con un mal presentimiento
-Bueno, el caso es que la señorita Hayase, volverá a ser la comandante Hayase, o quizás el alto mando haya decidido un rango superior, lo cierto es que volverá con nosotros-
Hikaru miró al cielo preguntándose por qué su mala suerte había comenzado…
Fin capítulo 1
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