Fanfic Name / Nombre del Fanfic: Macross 2056: The Ancient Enemy (The Syrinx War Book I)
Chapter / Capitulo: 9
Author / Autor: Ethan Ryan
Rating / Clasificacion: AP15 (For Teenagers = Para Adolescentes)
Romance
Action / Accion
Adventure / Aventura
Angst / Drama
Fanfic: – Chapter IX –
Betrayal
Sus antiguos compañeros recibieron a Ryan con los brazos abiertos. Anthony junto a Miranda fueron los más efusivos, Lione dándole a Ethan un abrazo que casi le rompió los huesos, y Harris abrazando a su amigo calidamente. Cloey por su parte fue la menos afectuosa de los tres, un beso en la mejilla, nada más.
El Capitán Vai, como siempre, se saltó el protocolo y saludó a todos cordialmente, incluso a Cloey la cual se notaba un poco distante. Owen y Anthony, que se habían conocido antes por video-comunicación, se saludaron como viejos amigos.
Pasado el saludo, Owen concentró su vista en Cloey y dijo:
-Viste, estas son las cosas que me molestan de ti Ryan.
-¿De que estás hablando?
-¿De que estoy hablando?, hablo de que no me hayas dicho que tenías una compañera de vuelo tan buena como ella - Cloey se sonrojó inmediatamente ante ese comentario. Los demás se reían a carcajadas.
-Claro... ¿para que hagas lo mismo que hiciste recién? - le contestó el aludido molesto, Cloey le dio una rápida mirada a Ryan y le contestó subjetivamente a Owen.
-Gracias por el cumplido…
-No hay de que, solo señalé lo obvio…
Entremedio de todas las risas e insinuaciones llegó una comitiva de cinco oficiales de la UN Spacy, Vai los vio llegar y decidió terminar con la bienvenida.
-Bueno… Owen, Ethan, es hora de irnos…
-Si señor - contesté.
Anthony, Frank y Cloey miraron decepcionados, Ryan supuso que esperaban que este pasara más tiempo con ellos. Vai compadeciéndose de Ryan, agregó:
-Ethan, creo que por ahora no necesitaré de tu presencia, aprovecha de estar con ellos… e ir a donde ya sabes…
Vai sonrió y se despidió de los demás, al igual que Owen, que no podía quitar la vista encima de Cloey. Cuando se despidió de Ryan, aprovechó de decirle en voz baja:
-Después tenemos que conversar.
Owen miró a Cloey, le dio a Ryan una palmada en la espalda y se alejó junto a Vai y a los otros oficiales fuera de los hangares de la nave espacial.
Ryan por su parte junto a los demás, después de acompañar a los chicos a cambiarse de ropa, se dirigieron hacia el estacionamiento para oficiales. En medio de la conversación salió la idea de ir a un bar por unas cuantas cervezas y así celebrar el regreso de Ryan a la flota. Este último evitó comentar a sus compañeros sobre su incorporación a los Dark Angels, después de todo dentro de un par de días enterarían de todo.
Ryan y sus amigos se encontraban a unas cuantas cuadras de los departamentos para oficiales, Miranda y Anhony se habían sentado adelante del carro mientras que Ethan y Cloey en la parte de atrás. Mientras que Anthony conducía su automóvil conversaba alegremente con Miranda (Ryan incluso notó como Lione rozaba la pierna de su compañera cada vez que pasaba cambios), el recién llegado y Cloey Müller no habían cruzado palabra alguna, algo que a Ryan lo llenaba de turbación.
-¡Ethan te estoy hablando!
-Lo siento Anthony, ¿Qué decías? - Ryan respondió olvidándose de la situación.
-… Nada, tarado… - al parecer Anthony había recordado algo, ya que exclamó de la anda - ¡Ah!, toma… - del bolsillo de su pantalón sacó las llaves del automóvil de Ryan - creo que a donde vas ahora te va a servir tu auto, está recién encerado
-Pero Anthony…
-Pero nada amigo mío, desde que llegaste que has querido verla, aparte la puedes traer después al bar para celebrar tu regreso - Anthony había adivinado una vez más lo que de verdad su amigo quería hacer. Lo único que pudo hacer fue agradecerle:
-Gracias… - Ryan miró a Miranda - Oye Mir ¿déjame en mi departamento?
-¿Qué? ¿no vamos a salir?- preguntó decepcionada.
-No es eso, es que tengo un asunto pendiente ¿por qué no mejor nos juntamos otro día? Así organizamos algo mas grande… - Ryan volteó hacia Anthony - ¿Pero sabe?
-No tiene idea… será una gran sorpresa…
En minutos habían llegado a los cuarteles para oficiales. Ryan descendió lo más rápido que pudo y se despidió de los demás…
Mas tarde, esta vez manejando como loco su propio deportivo, había llegado al hotel. Se acercó a la mesa de recepción, esta estaba adornada a cada extremo con dos ramos de rosas sin espinas color rosa/damasco en unos floreros de cristal, el piloto observó que el encargado de recepción estaba hablando por teléfono. Le preguntó numerosas veces por el numero de la habitación de Aya pero este una y otra vez lo ignoraba. Al final, ya desesperado, Ryan le colgó el teléfono al encargado, y le pidió por última vez el número. El encargado al principio se resistió en darle el número de la habitación, sin embargo después de amenazarlo con matarlo ahí mismo sino se la decía al empleado no le quedó otra que entregárselas…
“Piso 17, Habitación 314… Piso, 17, Habitación 314” repetía una y otra vez mientras el ascensor avanzaba piso por piso, hasta que en un par de minutos el piloto de ojos grises ya se encontraba en la puerta de la habitación sudando sin control. Vaciló por unos segundos, no sabía si tocar el timbre o no, pero finalmente tocó el botón negro.
Aya tardó por unos segundos en abrir, seguramente se encontraba trabajando en algún reporte para el Gobierno. Abrió la puerta mientras leía una carpeta, Ryan no dijo nada hasta que su amada alzó la vista… la carpeta cayó al suelo, los hermosos ojos negros estaban brillantes, lo justo seria decir entre pena y alegría, pero a esas alturas nada importaba.
Aya se lanzó sobre los brazos de su amado y comenzó a llorar sin control. Al principio Ryan no podía entender lo que ella decía, pero segundos después las palabras se hicieron mas claras…
-¡Maldito!!, pesé que habías muerto, nadie me decía nada, ni Anthony ni Becker… nadie…
-Lo siento tanto, no tenía como contactarte - Aya levantó la vista y lo golpeó en el pecho con su mano empuñada…
-Tuve tanto miedo… no quiero que me dejes nunca Ethan… no quiero perderte de nuevo - su rostro estaba lleno de lágrimas… derramándose sobre la carpeta.
T-e lo prometo Aya… también tuve miedo, llegué a pensar que te había perdido a ti y a todos mis amigos, pero en el fondo sabia que estarías esperándome en algún lugar… - Ethan tomó el bello rostro de Aya entre sus manos, las palabras salieron solas de su boca - Te amo…
Ryan nunca había visto brillar tantos los ojos de su amada, esta lo besó suavemente y se afirmó de su cuello, el piloto sintió la respiración de ella calentando su oído, las palabras fueron murmullos, pero no había razón para que fueran más que eso:
-Yo también te amo…
Las palabras estaban de más. Aya jaló a su amado adentro de la habitación haciendo que el tiempo se detuviera. Respiración entrecortada, el frío sudor de sus manos calentándose mutuamente. Ya en el cuarto, los roces se volvían caricias, respiración entrecortada, el toque de labios húmedos. La puerta se cerró detrás de ellos...
In with the ashes
Or up with the smoke from the fire
With wings up in heaven
Or here, lying in bed
Palm of her hand to my head
Now and forever curled in my heart
And the heart of the world.
Dream Theater - Wait for Sleep
-¿Qué tienes que hacer mañana en la noche?
Aya se dio vuelta hacia Ethan con las sabanas que la cubrían hasta el principio de los hombros, le dio un beso y acarició su cabello.
-¿Por qué? ¿Acaso mañana también lo quieres hacer? - Aya posó parte de las sabanas sobre Ethan y se apoyó en su pecho.
-No es eso, bueno también…, le prometí a Anthony y a los demás que nos juntaríamos en Top Gun mañana como a las ocho y media. Sería muy importante para mí si me acompañas…
-Si quieres, pero hoy vas a tener que ponerte al día conmigo, estuve tan sola estas dos semanas que… bueno… ya sabes…
-No te preocupes amor, solo existo para complacerte…
-Ambos se fundieron en un cálido beso, sin embargo segundos después la mujer detuvo el encuentro, mirando a Ryan con ojos de desolación…
-No puedo acompañarte, mañana vuelvo a “Ártica”, el resto de mi equipo está allá y necesitan mi ayuda…
La mujer se refería al campamento de investigación instalado en los casquetes polares donde se realizaban las labores de exploración sobre las supuestas ruinas protocultura.
-¿Y cuando vuelves? - Aya se acostó en el pecho de su amado y suspiró:
-No lo sé Ethan… si el equipo logra abrir la puerta por lo menos estaré allá abajo una semana… - Ethan contestó enojado:
-Por la mierda… pensé que por lo menos mañana pasaríamos el día juntos… quería invitarse a almorzar…
-Lo siento tanto bebé… compréndeme… te prometo que cuando vuelva te lo recompensaré… - Aya nuevamente se colocó arriba del piloto y tomó hábilmente su “palanca de vuelo” - así que como esta noche será nuestra última noche por algún tiempo tenemos mucho trabajo que hacer…
De improviso se levantó de la cama y corrió desnuda hacia la puerta de la recamara de la habitación del hotel, se dio vuelta y le regaló a su pareja una hermosa sonrisa
-Me voy a bañar… ¿vienes?
Ryan miró como la luz entraba por la venta se reflejaba sobre el hermoso cabello y rostro de su amada (sus ojos negros reflejaban como espejos la belleza de su alma). El baño era una promesa tentadora y como el hombre que era no desperdiciaría ni un segundo la noche que les quedaba.
-Por supuesto mijita rica… esta noche lo haremos como unos endemoniados conejos…
Y con esas palabras el piloto de combate salió corriendo detrás de su amada… tenía trabajo que hacer…
Eran más menos las cuatro de la mañana cuando la mujer recibió el llamado. Su pareja (el amor de su vida) se había dormido solo un cuarto de hora antes después de una hermosa y maratónica sesión de sexo en ese hermoso cuarto de hotel de la Macross 18. La hermosa mujer se levantó con extremo cuidado para evitar que Ryan se despertara, se colocó una bata de seda negra y se encaminó al hasta el inmenso ventanal que abarcaba toda la esquina de la habitación en la que se encontraba. Ya ahí, observando la vista la mujer contestó la llamada:
“¿alo?”
“la línea es segura?” una voz penetrante se escuchaba al otro extremo del teléfono. Aya automáticamente apretó un pequeño contacto detrás del celular el cual activó un sistema de anti-interferencia, que asegurara que nadie dentro ni fuera de la nave colonizadora pudiera escuchar el contenido de la llamada.
“ahora si…”
-… quiero verte…” Aya se sintió contrariada por el tono de voz del hombre detrás de la línea “un automóvil te esperará en el frontis del hotel en media hora y te llevará al lugar de encuentro, trae toda la documentación que has recolectado ¿entendido?”
“no puedo, estoy con alguien… si me voy ahora comprometeré la operación”
“¿Estás con él?” la pregunta era directa y estaba cargada de resentimiento. Aya respondió con miedo
“Si”
“Eso no importa, ya te ocurrirá que decirle a tu visita…”
“Pero…” Aya no alcanzó a terminar…
“¡Pero nada! ya tienes tus ordenes, si nos las cumples de lo que menos te tienes que preocupar es que tu ex te eche de menos…” la voz del teléfono se había suavizado un poco “Ahora baja y toma ese auto… es una orden…” Aya titubeó un poco antes de contestar
“Entendido señor” segundos después el hombre colgó…
Aya se apoyó de espaldas contra la muralla junto al ventanal y secó el sudor que caía en su frente. Su jefe había sido bastante claro, la quería ver a toda costa y no podía darse el lujo de se hacerlo esperar… no a él…
El sedán negro se detuvo en uno de los tantos estacionamientos del Admiral Hayase Takashi -o AHT-, el gran espacio-puerto comercial ubicado a un costado de la nave ciudad Macross 18. El conductor, de unos 35 años de edad, bajó del vehiculo y procedió a abrirle la puerta a la hermosa mujer. Esta agradeció el gesto con una sonrisa y se encaminó hasta la entrada de uno de los tantos hangares destinados para vuelos civiles.
Ya junto a la entrada subsidiaria del bunker, Aya tecleó un código de seguridad (de 7 dígitos) en una cerradura electrónica. Al entrar se encontró con el ya familiar centro de operaciones instalado secretamente por la Unidad Especial de Inteligencia solo una semana antes. Varios vehículos con patente civiles estaban despegados en el hangar siendo custodiados por guardia armados que vestían ropa civil. Detrás de ellos una decena de hombres perteneciente a la unidad de operaciones secretas trabajaban en diferentes estaciones computacionales analizando toda la información entregada por la agente especial encargada de la operación, Aya Kurenai. Entre ellos yacía de pie un alto y moreno Zentradi vestido con un traje de dos piezas de color negro.
Este al verla se acercó hasta la mujer, y sin siquiera saludarla le ordenó:
-Acompáñame -
Aya asintió y lo siguió hasta el cuarto diseñado exclusivamente para contrarrestar cualquier tipo de interferencia y equipo de vigilancia externa. Ya adentró el Zentradi (de aproximadamente treinta años de edad) cerró la puerta, tomó a Aya de la cintura y sin cruzar palabra alguna la besó apasionadamente. Aya al principio se resistió, pero las manos del hombre eran fuertes y la forma en que la besaba era placentera. Segundos más tarde, cuando finalmente él Zentradi la soltó, la mujer pudo recuperarse del recibimiento abofeteando violentamente la mejilla derecha del piloto (donde se emplazaba una extensa cicatriz que abarcaba desde lóbulo de la oreja hasta la comisura derecha de la boca) y gritó desaforadamente:
-¡Quien mierda te crees que eres L’vare!! ¡maldito cerdo asqueroso!- Letalis L’vare se acarició la cicatriz mientras se le dibujaba una sonrisa en su rostro.
-Pensé que después de nuestro último encuentro me estarías echando de menos…
-Te quieres mucho bastardo… fue solo una noche y ambos estábamos borrachos…
El hombre trató de tomarla de los hombros pero ella con un manotón rechazó el gesto. L’vare miró su reloj y cambió de tema:
-¿Me trajiste el disco?
Aya buscó en su cartera y segundos después le entregó un diminuto disco con toda la información que había recogido hasta ahora. El hombre la guardó en su bolsillo derecho del traje y continuó:
-Algo que no puedo negar de ti Aya Kurenai es que nunca me defraudas – la mujer lo miró con desdén…
-Me dan lo mismo tus halagos… lo hago por mi planeta… no por la división ni menos por ti…
Pasaron segundos para que el hombre de cabello verde la tomara de ambos brazos hasta inmovilizarla con su anormal fuerza alienígena. L’vare estaba ahora detrás de ella con una sonrisa depredadora.
-Me importa una mierda lo que pienses, pero yo estoy a cargó de la misión y me trataras con respeto - la presión sobre los delicados brazos color marfil disminuyó. Bruscamente la alejó del él con un empujón, cuando Aya se recuperó L’vare agregó - cuando regreses del planeta te contactaremos.
-Me voy entonces…
Sin nada más que decir se retiró del hangar con suma rapidez y en casi dos minutos había vuelto al estacionamiento. Abordó el automóvil en silencio y segundos más tarde este ya tomaba rumbo hasta el centro de la nave-colonia.
Minutos después el Zentradi aún permanecía solo en la habitación aislada. Había leído detenidamente los archivos entregados por la agente infiltrada en el servicio de inteligencia militar de la flota colonizadora. Como lo esperaba estos aún no descubrían que la flota Varauta que los había estado atacando eran comandada por terroristas Zentradi, lo que le daba tiempo a él y a su organización para descubrir lo que tanto buscaban tanto los Zentradi como la flota colonizadora en los hielos milenarios del cuarto planeta del sistema planetario, y si ello podría significar algún beneficio para su organización…
Eran pasadas las cinco de la madrugada cuando Aya llegó hasta su habitación de hotel pagada por el Gobierno Terrestre. La mujer entró calladamente y atravesó la antesala hasta la recamara, allí encontró a Ethan durmiendo profundamente sobre la cama tal como ella lo había dejado una hora atrás, al parecer el piloto de la UN Spacy no había notado su ausencia. Aliviada, se desvistió rápidamente y se acostó junto a su pareja, tenía solo un par de horas para dormir, sin embargo después de largo rato se dio cuenta que no podía reconciliar el sueño, los recuerdos de errores pasados la atormentaban de tal manera que ni siquiera la presencia del único hombre al cual había amado la podía tranquilizar, le había mentido y engañado de una forma vil y no se lo podía perdonar… aunque ello fuese su deber…
It's time for me to deal
Becoming all too real
Living in fear-
Why'd I betray my friend?
Lying until the end
Living life so pretend
It's time to make my amends
I'll never hurt you again
Dream Theater - The Mirror (fragment)
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Author email / email del autor: juan-ignacio-alvarezARROBAhotmail.com