Fanfic Name / Nombre del Fanfic: Macross 2056: The Ancient Enemy (The Syrinx War Book I)

Chapter / Capitulo: capitulo III

Author / Autor: ethan ryan

Rating / Clasificacion: AP15 (For Teenagers = Para Adolescentes)

Romance

Action / Accion

Adventure / Aventura

Angst / Drama

Fanfic: – Chapter III – 
 
Falling 
 
30 de octubre del 2053 
 
Sistema Estelar Klavius 2112; Nave Colonizadora City 18. 2114 Horas Tiempo Espacial Estándar. 
 
Ethan llegó a su habitación a eso de las 2000 horas, esa tarde había volado por un poco más de dos horas seguidas, se encontraba exhausto. 
 
Habían pasado veintitrés días desde el discurso de la Comodoro Ayala. En este discurso la comodoro reconocía parcialmente los hechos ocurridos durante las semanas pasadas, aunque los ataques Varauta se habían mantenido en secreto, el descubrimiento del 4to planeta del sistema y de sus características “habitables” fue revelado, sin embargo la gran mayoría de los habitantes de la City 18 ignoraba para ese momento de la existencia en la segunda luna del cuarto planeta una red de túneles subterráneos ni menos de su innegable nexo con los Protocultura, y en ese entonces la intención de la comodoro y del resto de los oficiales de mayor rango en la flota de mantenerlo en secreto se estaba manteniendo. 
 
Los Protocultura fueron la primera forma de vida inteligente conocida en el universo. Estos fueron los fundadores de la llamada República Estelar, siendo responsable de la existencia de los Zentradi, una raza concedida por los protocultura como su ejército de emancipación, además de la reconstrucción genética de la vida nativa del planeta Tierra, que derivó en el nacimiento de una sub-Protocultura adaptada al ambiente de este planeta, La “Humanidad”. 
 
Pese a las reservas de la comodoro y el resto del alto mando de la flota Macross 18 sí se informó sobre el futuro arribo del convoy de abastecimiento, pero por sobre todo se reveló la palabra que permanecería en nuestro léxico como habitantes de la Flota Macross 18 por el resto de nuestras vidas, el cuarto planeta del sistema Klavius 2112 fue bautizado como “Ávalon”, asiendo referencia a la leyenda sobre una isla legendaria de la mitología celta en algún lugar de las islas Británicas. Según la leyenda, la isla legendaria fue utilizada como morada de brujos y hadas en numerosas fábulas de origen celta, siendo más conocida por su relación con las leyendas artúricas. Según esta, tras la muerte del rey Arturo en la batalla de Camlann, su cuerpo fue llevado para que reposara en la isla al cuidado de reinas hadas y de su hermanastra Morgana Le Fay. De acuerdo a otras leyendas, Arturo simplemente duerme (debajo de una colina hueca) y espera el momento para regresar como Rey de Inglaterra. 
 
Debido a este discurso, las tareas del escuadrón de Ethan volvieron a la normalidad. Ya con la confirmación de fuerzas Varauta en el sistema, de la existencia del planeta Ávalon y los planes para colonizarlo, y por sobre todo la confirmación de tecnología protocultura en las cuevas subterráneas de la segunda luna del planeta, las labores de escolta de las naves de reconocimiento fueron dejadas para el resto de los escuadrones de la flota. Sin embargo, con la posibilidad de un nuevo ataque por parte de las fuerzas Varauta, la presencia de todos los pilotos asignados a los escuadrones UNSSS era requerida día y noche. Para ello, los cuatro escuadrones de fuerzas especiales de la Flota Macross 18, dividieron sus turnos en jornadas de seis horas diarias en las que tenían que permanecer en sus salas de briefing, más dos horas obligatorias de vuelo por día, cuya carga de compromiso, debido al trabajo administrativo que Ethan tenía como Oficial Ejecutivo del escuadrón, lo tenía tan agotado como a los líderes de los escuadrones de fuerzas especiales. 
 
Por suerte durante estas últimas semanas no se había detectado presencia Varauta en el sistema, y gracias a la comprensión del comandante Hagar, Ethan podría gozar al día siguiente de un día administrativo para descansar. Esto no solo le dejaba tiempo suficiente para hacer sus reportes de vuelo, sino que por sobre todo lograría recuperar parcialmente las horas de sueño perdidas en el pasado mes. 
 
Dejé la puerta cerrada de su habitación, tiró su bolso de vuelo junto a la cama y se dejó caer pesadamente sobre ella. Sin siquiera sacarse el calzado dejó que sus parpados se rindieran al cansancio y sin notarlo el sueño lo acogió en sus brazos para dormir el increíble record de 10 horas seguidas, resultado de la tensión a la que se había sometido durante ese mes…. 
 
Ethan esperaba que sus amigos pudieran hacer lo mismo. Se merecían un descanso… 
 
Mientras Ethan dormía placidamente en su habitación, en la orbita del planeta Ávalon y en plena madrugada, aparecían junto a la flota colonizadora desde el hiperespacio la flota de abastecimiento enviada por el alto mando de las Fuerzas Armadas de la UN. 
 
El convoy estaba compuesto de treinta naves de batalla (veinte fragatas y quince portaaviones espaciales) además de dos naves de transporte y una nave de exploración científica clase Hopkins. Entre la tripulación más las tropas de reserva dentro de las naves, casi ochenta mil personas fueron asignados directa o indirectamente a la flota Macross 18 hasta nuevo aviso. 
 
31 de octubre del 2053 
 
Sistema Estelar Klavius 2112; Nave Colonizadora City 18. 2207 Horas Tiempo Espacial Estándar. 
 
A eso de las 10 de la noche, cuando se estaba preparando para ir a la cama, el teléfono móvil de Ethan comenzó a sonar insistentemente. Levantó el celular de la cómoda junto al catre y vio el número del comandante Hagar en la pantalla. Sorprendido por la llamada, contestó el móvil: 
 
“Aló, ¿comandante?” 
 
“Hey Ethan, ¿como van los reportes?” 
 
“Estoy trabajando en eso señor” 
 
“Que bien teniente… mmm… necesito pedirte un favor” 
 
“Dígame señor” 
 
“Lamento arruinar tu día de descanso, pero por petición del capitán Hunt tendrás que llevar mañana a las 1000 horas a un pasajero en un vuelo atmosférico por el Planeta Avalon…” Ethan maldijo su suerte “lo siento Ethan, pero por la situación el comandante me pidió mandar a alguien de confianza” aunque no le gustaba la idea, Ethan comprendió al SCAG: 
 
“No se preocupe señor… ¿Quién es el invitado?” 
 
“Un funcionario del Consejo de Seguridad Planetario. Los chicos del Macross se están interesados en nuestra flota. Los demás datos estarán cargados en tu plan de vuelo” 
 
“Si señor” 
 
“Además te aviso que fijé una reunión del escuadrón a las 0800 horas de pasado mañana” 
 
“Entendido Señor” el tono de voz del comandante se volvió más bajo… 
 
“No le he dicho a los demás chicos aún pero creo que puedo confiar en ti con esto… ¿Cierto?” 
 
“Por supuesto CAG” por unos momentos al otro lado de la línea solo se escuchaba las voces de las pequeñas del comandante jugando y a lo lejos la televisión encendida. Esto se mantuvo hasta que el comandante continuó: 
 
“El motivo de la reunión es para hablar de los reemplazos de Bill y Mike…” Aunque Ethan sabía que era inevitable la noticia igual le golpeó de lleno. Hasta ese momento no había pensado en ello, se maldijo por no haberlo pensado antes, pero por alguna razón su cerebro había dejado oculta esa posibilidad. Lo cierto era que les faltaba dos pilotos y había que llenar esa vacante 
 
“¡¿Teniente?!... ¡¿Ethan?!” La voz del SCAG lo trajo a la realidad. Apenado, le contestó: 
 
“Lo siento señor” la voz del comandante se volvió un poco más paternal 
 
“No te preocupes chico, lo siento por haberlo dicho de golpe, pero lo cierto es que no podemos seguir volando sin dos pilotos…” 
 
“Entiendo señor” 
 
“Gracias Ethan. Disfruta de tu día libre… adiós…” 
 
“Hasta luego CAG” 
 
El ruido del auricular golpeando el teléfono cerró la comunicación. Ryan se sentó en su cama mientras procesaba todo lo dicho. La verdad era que no lo entendía. Se negaba a pensar siquiera en alguien que reemplazara a Downey ni Gilbert, sobre todo a Mike. Mike había sido su amigo desde su llegada al escuadrón tres años atrás y no aceptaba que lo había perdido, nadie de nuestro escuadrón aceptaría la perdida de sus amigos, y ahora su propio comandante creía que era importante buscar a quienes llenaran sus zapatos… lo pero era que nadie podría hacerlo… nadie… 
 
La adrenalina que corría por sus venas mantenía su cuerpo caliente. Sentía la sangre emanar desde su frente pero no podía preocuparse por ello. Tenía que encontrarla. 
 
Apenas manteniendo el control logró aterrizar su caza sobre un claro en medio del bosque. Se sorprendía de que la maltrecha aeronave había aguantado la entrada violenta a la atmósfera, era un milagro que hubiese podido llegar hasta ahí. Lo más rápido que pudo se bajó del caza y buscó del lugar del accidente, el cual se encontraba solo a unos 200 metros de distancia, desde su posición podía distinguir entre la humareda al trasbordador espacial. 
 
Corrió hasta allá lo más rápido que pudo, en menos de un minuto ya se encontraba sobre el sitio del accidente, aunque los dos motores del transbordador se encontraban en llamas el fuego aún no llegaba hasta la cabina de pasajeros. Se acercó hasta una de las compuertas de escape he intentó tocar la manilla de apertura, pero esta aún se encontraba caliente por la entrada a la atmósfera, quitó la mano de ahí y vio como parte del guante se había desprendido por el calor del metal, descartó esa opción y buscó alguna entrada alternativa. 
 
No tardó mucho en encontrar una segunda entrada, esta estaba junto a la cabina de vuelo de la nave. Encontró la manilla e intentó abrirla a pesar de saber que estaría tan caliente como la anterior, el dolor le era insoportable pero logró girarla para abrir la puerta, al hacerlo ingresó a la cabina de vuelo. 
 
Dentro de esta yacían los dos tripulantes inconcientes, se acercó a ambos he intentó despertarlos pero ambos estaban muertos, sin nada mas que hacer por ellos dejó la cabina de vuelo hacía el sector de pasajeros. 
 
El interior del compartimiento se encontraba atestado de humo proveniente de la parte trasera. Los sentidos del piloto de combate se alertaron al escuchar gritos desesperados por ayuda provenientes del interior y comenzó a buscar a ciegas al hombre que gritaba. 
 
¡¿Canciller?! - el piloto gritó con todas sus fuerzas. 
 
El hombre estaba sorprendido. No solo su yerno había sobrevivido al ataque separatista, sino que había bajado a buscarlo a él y a su hija. El canciller Kurenai gritó de vuelta: 
 
-¡¿Ethan?! 
 
-¡¿Señor?! ¡¿Dónde está?! 
 
-¡Junto a la puerta…!! - una explosión proveniente de la parte trasera sacudió la nave de transporte - ¡mierda!! 
 
No tardó en encontrar al Canciller en el suelo, este aferraba entre sus brazos a su hermosa hija de unos 20 años, ambos se encontraban heridos por los efectos de la caída. Ethan notó que la pierna izquierda del político estaba atrapada bajo un panel de metal de casi un metro cuadrado. Miró a Aya su corazón se apretó ante la posibilidad de que hubiese muerto, sin embargo antes que pudiese decir algo el canciller exclamó: 
 
-Está bien Ethan… pero hay que sacarla de aquí cuando antes - Ethan se acercó al Canciller y trató de levantar el panel de metal, pero le era imposible: 
 
-No puedo levantarlo… voy a buscar algo para hacer palanca… 
 
El piloto se levantó del suelo en busca de una viga de metal o algo lo suficientemente fuerte para hacer palanca y retirar el panel de la pierna del canciller, pero una segunda explosión lo tiró al suelo. El canciller gritó: 
 
-No hay tiempo… tienes que sacar a Aya, ella es la que importa… 
 
-No puedo hacer eso señor… no lo dejaré aquí… 
 
-¡Solo hazlo!!... 
 
-Pero… 
 
-Es una orden, después vendrás por mí… - Sin objetar Ethan abrió la escotilla detrás de ellos, tomó a Aya entre sus brazos y miró al canciller. Este sonrió y dijo - cuídala… 
 
Ethan salió de la nave y se alejó corriendo en busca de un lugar seguro para dejar a Aya y así poder volver por el canciller, pero pocos segundos más tarde una tercera explosión desde la nave lo empujó a él y a Aya hacia el suelo. 
 
Al abrir los ojos vio que Aya se encontraba junto a él, le revisó el pulso y la respiración cerciorándose que se encontraba aún viva y con un pulso estable. Hecho esto miró hacia atrás solo para encontrar los restos de la nave espacial, la cual había estallado en llamas al explotar sus dos motores termonucleares… 
 
Despertó sobresaltado, su corazón latía violentamente, apenas lograba mantener la respiración, miró sus manos y ambas temblaban casi sin control, nuevamente la pesadilla lo asediaba. Los recuerdos una y otra vez lo perseguían sin misericordia, acostado en la cama se preguntaba una y otra vez si había hecho lo correcto ¿si hubiese podido levantar a ambos y sacarlos de ahí?... ¿Por qué lo había escuchado?... ¿O es que solo me importaba salvarla a ella?... ¿Pero si eso era lo que él quería?... el me lo pidió… 
 
Ethan se levantó de la cama y buscó su reloj que estaba dentro de su chaqueta de vuelo, la que se encontraba colgada sobre la silla de mi escritorio. Miró el reloj y vió que eran recién la una de la madrugada. Levantó la mirada y observó a las cuatro paredes que lo acogían, y sin embargo lo único que podía ver con claridad era la imagen del transporte en llamas… no lo podía seguir soportando. 
 
Se vistió con la primera ropa que pilló y dejó su departamento en busca de algo de paz mental… 
 
Eran casi un cuarto para las 3 de la madrugada cuando llegó a ese pub de la City 18. En un principio había intentado ubicar a Anthony en su habitación pero recordó que esa noche era el turno de su escuadrón para quedarse en la Battle 18, así que sin nadie más a quien llamar o poder siquiera conversar decidió salir a caminar. 
 
Caminó por horas sin rumbo alguno. Apenas había reconocido ese sector de la ciudad, de hecho ese era el barrio mas concurrido por la mayoría de los jóvenes de la ciudad espacial y de alguna forma no había sido capaz de reconocerlo solo cuando se encontró con el letrero luminoso de ese bar justo sobre su cabeza. Sin nada que perder se decidió a entrar. 
 
El bar estaba llenísimo, las chicas bailaban casi como si fuera el día final y los hombres aprovechaban la situación para conseguir pareja al menos por el resto de la noche. Sin Anthony ni Miranda para guiarlo por ese pandemonio supuso que la idea de buscar a alguien para bailar en esa multitud sería una tarea casi imposible, además no podía negar que de todas formas su ánimo no estaba para bailar, así que sin más decidió ir directamente a la barra. 
 
Se encaminó rápidamente hasta donde se encontraba esta, al encontrarla se sentó en una de las sillas vacías. El bar-man al notar su presencia se acercó y preguntó: 
 
-¿Que desea señor? - Ethan miró al hombre de pies a cabeza. Era uno de esos tipos que se notaba que llevaban años en el negocio. Le respondió de mala gana: 
 
-Dame un vodka naranja... - el barman asintió con la cabeza y se fijo en la chaqueta de vuelo con la que andaba esa noche, su rostro cambió inmediatamente y dijo: 
 
-Para los militares hay descuento señor... 
 
-¿Si?... - Ethan sacó de su billetera su tarjeta de identificación (ID) militar y se la mostró, este la tomó en sus manos y la examinó detenidamente, satisfecho se la devolvió y contestó: 
 
-Entendido, un vodka naranja viene en camino, ¿algo más teniente? 
 
-Nada mas por el momento - y con eso el barman sacó la botella del vodka y la vertió dentro de la coctelera con alevosía… 
 
-otro 
 
El barman lo miró con reticencia, sin embargo procedió a servir el quinto... ¿o sexto?, séptimo u octavo… daba igual. Nuevamente el vaso transparente con borde dorado se llenó del liquido naranjo salido de una coctelera, sin reparo le dio un sorbo al vodka naranja. Su garganta ya no sentía el ardor que venía con los primeros vasos, el naranjo quemante ahora se había vuelto familiar y no era extraño que pasara de largo por sus vías digestivas. 
 
El ambiente se había tornado molesto, el bar a esas alturas continuaba repleto de gente de los sectores más diversos de la City 18 y la música estaba por reventar el lugar, había hombres y mujeres, la mayoría chicos de 18 a 25 años con ganas de divertirse a toda costa, pero eso para Ethan no era más que algo sin valor, estaba hundido en desolación. 
 
En efecto, se sentía hundido… solo. De alguna forma sino se encontraba junto a sus amigos o en el trabajo (donde estaba con ellos) su vida no era más que un vaso vacío, sin posibilidades de ser llenado de algo más que no fuera la tristeza que sentía. Sabía que la muerte de Mike y Bill había calado hondo, lo había hecho en todo sus amigos, pero había algo más que le molestaba, algo que cada día que pasaba lo volvía más amargado. Inconscientemente buscó en su pecho por la cruz de plata y se di cuenta que era ella la que le faltaba, y la muerte de sus amigos solo había logrado ahondar más en ese dolor, de la misma forma que su separación con Aya lo había hecho antes. Primero había perdido a mis padres, uno por uno se habían ido por hechos que no pudo controlar, después Aya y ahora Mike y Bill. 
 
Un temor tremendo se apoderó de Ethan. ¿Y si Tony, Miranda, el CAG y su familia se van? ¿Qué me quedaría? ¿La aviación militar sería capaz de llenar este vació que cada día que pasaba inundaba más mi ser?... ¿y si no pudiera… Quien más lo haría?... Temió escuchar la respuesta desde su interior. 
 
Buscó nuevamente el vaso y pidió otro trago, esperando calmar sus pensamientos, buscar el reflejo del vidrio la respuesta al problema... la que nunca estuvo ni estaría allí… 
 
Mientras intentaba encontrar las respuestas en su vaso, Ryan sintió como alguien se sentaba junto a él en la barra, al principio no le tomó mayor importancia conservando su aislamiento intacto, pero después de una mirada de reojo notó algo que le llamó poderosamente la atención, una muchacha alta, de poco más de 1,75 metros de estatura, de pelo castaño y ojos del mismo color, traía un vestido negro ajustado con un generoso escote que combinaban con zapatos de taco del mismo color. 
 
La chica pidió al cantinero un trago tequila margarita y concentró su vista en la repisa repleta de botellas de los más distintos tipos de licores, por su parte Ethan no podía evitar dejar de mirarla. La chica sintiendo como la mirada del piloto de combate recorría descaradamente cada rincón de su cuerpo se dio vuelta hacia él, esta enfocó fijamente sus ojos penetrantes en los ojos grises del joven de cabello negro, este sintió como su rostro enrojecía más que con solo la bebida en su organismo, la muchacha sonrió sutilmente, Ethan hizo lo mismo. “Pero que pasará con Aya...” en segundos miles de preguntas se hicieron y contestaron en su cabeza, después todo lo pasado con Aya nada podía perjudicar algo que ya no existía, y el trago no estaba ayudando para nada: 
 
-Ethan Ryan - la exuberante mujer, sorprendida por la audacia de Ryan, contestó: 
 
-Eee… Alexandra… Alexandra Müller - ambos se miramos por segundos y Ethan tomó otro sorbo del vodka, la chica aprovechó para preguntar - ¿vienes aquí a menudo? 
 
-Es la primera vez... ¿y tú? - por uno segundos ella titubeó, pero igual terminó contestando: 
 
-Máximo dos veces al mes… - Alexandra murmuró - Claro... o sino te hubiera reconocido... 
 
-¿Ah?... - Ethan preguntó: 
 
¡-No!, no es nada... - la chica con la punta de los dedos comenzó a quitarle la sal a la copa del margarita y llevándose el dedo a sus labios color fuego comenzó a lamérselo con cuidado, dejando ardiendo al piloto. Sintiendo en el aire como la excitación aumentaba, la mujer preguntó: 
 
-¿Y que haces? ¿trabajas? - todavía perturbado por el accionar de la mujer, Ryan respondió: 
 
-Sirvo en la milicia... soy piloto - la muchacha tomó nota mental de la situación. 
 
-¿Si?... que bien... - la mirada de fuego se concentró en él - ...me encantan los pilotos... - rojo por la respuesta Ethan arregló el cuello de la playera que oportunamente se había puesto mas apretada. Ya sabía a donde iba la situación, la pregunta era si él estaba dispuesto a continuar… 
 
-Gracias... - Ryan tomó el resto del vodka al seco y se levantó del asiento con un poco de dificultad, la chica lo miró extrañada, él extendió su mano y preguntó: 
 
¿Quieres bailar? - sonriente, Alexandra respondió: 
 
-Por supuesto 
 
Ella le tomó la mano y ambos se acercaron a la pista de baile. Entremedio de la gente y seducidos por la música, ambos sintieron la embriagante cercanía de sus cuerpos, al primer contacto del brazo del joven en la estrecha cintura de ella el primero sintió un pequeño temblor en su espalda. La chica movía su cuerpo al compás de la música, muy sugerente por lo demás, era de una cantante muy famosa de la década del 2040, la canción en efecto era Pulse. 
 
La chica continuaba contorneando su cuerpo con cada nota, mientras que sus manos danzaban en el aire, moviéndose por momentos detrás del cuello de Ryan y logrando afirmarse de él con delicadeza, sus dedos jugaban continuamente en su nuca con un sentido del tacto extremadamente excitante. Por su parte Ryan comenzó a recorrer con su mano libre la espalda de la joven, la cual al sentir la yema de los dedos del piloto se había erizado por completo. 
 
Ambos bailaron por largo tiempo, oyendo pero no escuchando la música que retumbaba en el bar, para Ethan y Alexandra solo sus latidos acelerados eran oíbles. Al terminar la canción ambos decidieron parar e ir por otro trago. Caminaron hacia la barra y pidieron un tequila margarita para ella y otro vodka naranja para él. El barman en momentos tenía listos los tragos y los sirvió sin más demora, la pareja miró tragos y tomaron un sorbo casi a unísono para posteriormente retomamos la conversación. 
 
Había pasado más de una hora y con mucho alcohol en el cuerpo la conversación entre ambos se había tornado muy candente, para Ethan era excitante verla modular con esos labios tan sexys, y sentir además como su mirada de fuego se clavaba sin reparo sobre la de él, la mano del joven piloto de combate ya hace mucho rato que había comenzado a recorrer la rodilla de la joven, la cual a cada segundo se encendía más y más. Ella le preguntó: 
 
-¿Y que estás esperando? 
 
-¿Ah? - la chica sonrió deliciosamente… 
 
-Te pregunté que qué estabas esperando… - Ethan volvió a preguntar confundido 
 
-¿Esperando qué? - sus ojos se encendieron con deseo 
 
-Esperando a invitarme a tu hogar... - los pensamientos de Ethan se detuvieron en un instante, era una idea que iba en contra de todos sus sentimientos, aún amaba a Aya pero estaba seguro que la había perdido. Y ahora esta chica de cabello castaño y cuerpo envidiable, lo estaba seduciendo como solo Aya lo había hecho antes… 
 
-Vamos entonces… 
 
Las palabras salieron sin filtro, pero por alguna razón Ethan estaba seguro que habían causado el efecto correcto. Momentos después la chica, tomándole de la mano, lo guió hacía la salida del bar, solo para encontrarse minutos más tarde besándose apasionadamente en un callejón. 
 
Sus manos recorrían su cuerpo sin control alguno, mientras las que ella hacían lo mismo. Ethan no sabía si era solo calentura o algo más, pero a cada toque, sus ojos, su cuerpo, su aliento, todo lo que era, lo estaba empujando hacía ella de forma incontrolable. Por unos segundos parecía que todo el mundo había desaparecido solo quedando ellos dos, pero entonces, de la nada, ella se separó bruscamente. Asustado, Ethan preguntó: 
 
-¿Estás bien? ¿fui muy rápido? - la chica respondió con un súbito sonrojo en su rostro: 
 
-No es eso… es que no estoy acostumbrada a esto… por lo menos no tan rápido… - Ryan no sabía si era un insulto o un halago. Pero antes de contestarle ella agregó - Escucha… me tengo que ir… tengo que hacer algo… lo siento - Y dicho esto se alejó de él y corrió hacia la salida del callejón. Ethan gritó: 
 
-¡Espera! 
 
Sin pensarlo Ryan salió detrás de ella, pero antes que pudiese alcanzarla la muchacha tomó uno de los taxis que se estacionaban frente al bar y partió de la escena sin siquiera despedirse. Ahí parado Ethan observó desaparecer el taxi en el horizonte, y aunque intentaba buscar alguna respuesta le era imposible pensar en algo malo que hubiese hecho… 
 
De alguna forma, nuevamente alguien lo había dejado, de nuevo estaba solo, preguntándose porqué… 
 
Drink with me, laugh with me, friends for tonight 
 
Stay with me, sleep with me, happy tonight 
 
I only feel lonely outside this bar 
 
Look at me when I speak! Who do you think you are? 
 
Pain of Salvation - Inside (fragment) 
 
1ero de Noviembre del 2053 
 
Sistema Estelar Klavius 2112; Nave Colonizadora City 18. 0850 Horas Tiempo Espacial Estándar. 
 
Ethan despertó cansado en la mañana. Los hechos de la noche anterior habían apresurado su llegada, sin embargo nada pudo evitar que cuando estaba entrando a su habitación, el sistema holográfico de la nave ciudad comenzará a emitir los primeros rayos de luz. 
 
Caminó hacia su refrigerador y buscó algo para beber, en este solo quedaba jugo de naranja. Tomó el envase y como tantas otras veces se tomó el líquido en pocos segundos. 
 
Aún con sueño Ryan fue a ver la hora y se encontró con que eran las 0850. Aún tenía tiempo para arreglarse y desayunar en el casino de la Battle 18. Caminó hasta el baño y sacó una de las toallas guardadas en el tocador. Con relajo dió ambas llaves de la regadera para que el agua comenzara a calentarse de la forma que buscaba, mientras tanto se despojó de los calzoncillos y se metió a la ducha. El agua como lo esperaba estaba casi a la temperatura perfecta, solo tuvo que regular al mínimo la llave de agua fría para que quedara tal como le gustaba... “Tal como a ella le gustaba”… 
 
Intentó alejar de su mente los recuerdos de Aya pero le era demasiado difícil, sobre todo por el hecho que ese día se cumplía otro aniversario de la muerte de su padre. Sin embargo otro pensamiento cruzó por su mente en ese momento, por alguna razón los sucesos de la noche anterior aparecieron en su cabeza, y aunque esa noche se había emborrachado groseramente, el encuentro con esa chica estaba más que latente. No se explicaba como una mujer que había visto solo una vez le había calado tan profundamente, aunque lo cierto era que quizás todos los problemas dentro de su cabeza hacían ver a ese encuentro como lo mejor que le había pasado en ese último mes y medio… “si solo te hubieras quedado… podría haberte convencido de que era un buen tipo y no un patán con ganas de una noche fácil…” 
 
Ryan terminó con el baño y partió a su pieza a cambiarse de ropa. Hecho esto buscó las llaves de su auto y se encaminó hacia la Battle 18… 
 
Ryan se encontraba colocándose su traje de vuelo en los camarines cuando un oficial de la UNS apareció en el lugar. El tipo, al juzgar por los grados en su uniforme era oficial administrativo, más específicamente teniente. Este se acercó al piloto y lo saludó cordialmente: 
 
-Buenos días teniente Ryan, soy el teniente Adams, oficina de Relaciones Públicas, mucho gustó - Ryan terminó de vestirse y le estrechó la mano de forma cordial 
 
-Igualmente teniente. Supongo que vino a explicarme “el día de campo” - el teniente sonrió 
 
-De hecho para eso le traje esto - sacó de su bolsillo un pequeño disco del porte de las antiguas monedas ocupadas antes de la Space War I. Antes de decir algo se lo entregó a Ethan y continuó - Ahí están todos los datos sobre su misión. Lamento no poder darle el Briefing, pero la señorita lo ha estado esperando desde las nueve de la mañana y me pidió preguntarle si cuando usted llegara podían partir de inmediato - mientras colocaba el disco en su MFID, Ryan le contestó al teniente 
 
-Creo que la tipa no puede esperar… de todas formas el comandante Hagar me había informado que el pasajero era un hombre, ¿estás seguro que es una mujer? 
 
-Si lo estoy… un hombre no podría lucir tan espectacular con un traje de vuelo… 
 
-Ja ja ja… bueno teniente no se preocupe, ¿donde nos encontraremos? 
 
-En el hangar nº 3, le asignaron el vuelo 415 
 
-Ok… - Ryan tomó el caso con su zurda y cerrando la puerta del armario añadió - vamos… - El teniente asintió y ambos salieron de los camarines en dirección al hangar. 
 
Solo un par de minutos más tarde y sin novedad llegaron hasta la entrada del hangar nº 3. El teniente le señaló a Ethan a una muchacha que se encontraba parada mirando hacía el interior del gigantesco habitáculo. Adams dijo: 
 
-Teniente, ella es la funcionaria de la PSC1 - mientras Ethan se acercaba a la mujer su figura se le hacía cada vez mas familiar. Era de 1 metro 72 o 73 de estatura, con el cabello hasta un poco más abajo de los hombros y con una figura que cualquiera desearía tener entre sus manos (hombre o mujer), en definitiva… una belleza. Pero había algo extraño en esa mujer, una sensación familiar se adueñó de Ryan. Sin pensarlo le pregunté al teniente. 
 
-¿Cómo me dijiste que se llamaba? - El teniente mientras chequeaba su block de anotaciones murmuraba la información que leía. Posteriormente contestó: 
 
-Eee… Aya Kurenai… - la respiración del piloto se entrecortó… 
 
-No puede ser… - Ethan alcanzó a decir. La chica se dio vuelta y sus miradas se encontraron. - ¿Aya? - fue la segunda palabra, era Aya Kurenai, tal como la había visto la última vez, estaban a unos escasos metros de distancia, era fácil escuchar lo que Aya le contestaba, como siempre solo fueron un par de palabras. 
 
-Hola Ethan - Adams quedó sorprendido, no entendía lo que estaba pasando, si él no lo entendía, menos Ethan. Aya caminó hacia él, se paró a corta distancia y le dio un beso en la mejilla tan frío como la última vez. El teniente dijo: 
 
-Creo que ya se conocen - Aún aturdido, Ryan le contestó al oficial de RP: 
 
-Así es teniente… - Adams miró a Aya y le dijo: 
 
Bueno señorita Kurenai, la dejo en buenas manos - Aya asintió con la cabeza. El teniente saludó a Ethan, sin decir más nos dejó a ambos y caminó por el corredor. 
 
Se mantuvo por un momento uno de esos silencios, de esos cuando uno está hablando por teléfono con la persona que mas quieres y se acaban las palabras. Finalmente este se rompió de una manera muy alejada de los ánimos por esos días… 
 
-Y como has… 
 
-¿Que haces acá? 
 
-Tu primero 
 
-No… tu mejor - en medio de unas tímidas sonrisas fue Ethan quien logro hablar primero… 
 
-¿Y cuando llegaste? ¿Qué haces aquí?... - Aya respondió… 
 
-Llegué ayer junto con el convoy. Hace dos semanas fui llamada por la PSC y me asignaron junto a un grupo multiprofesional la investigación de todo lo que ha pasado… - lo miró directamente a los ojos y añadió - lamento lo de tus compañeros… 
 
-Gracias… - Ethan contestó con una tímida sonrisa. Con un ademán le indicó a su ex pareja el camino al interior del hangar… - ¿Vamos?… 
 
-Está bien… 
 
Mientras caminaban Ethan buscó al caza con el número 415, no le fue muy difícil deducir cual era el Valkyrie. Pocos metros adelante observó a un equipo de mecánicos dándole los últimos detalles de mantenimiento a un VF-19D2 color café. Cuando ambos llegaron al lugar el capitán de vuelo saludó Ryan y le avisó que todo estaba listo, este le agradeció y rápidamente el equipo de mecánicos dejó el lugar. Ethan miró a Aya y vió como observaba el caza, sin dejar de mirarlo dijo: 
 
-Creo que encontramos nuestro transporte 
 
-Buena deducción… 
 
-Mientras Aya subía al asiento trasero del Valkyrie Ethan no pudo evitar mirarla, estaba tan hermosa como siempre... 
 
-Teniente Ryan… ¿podemos partir? - el piloto levantó la vista hacía el rostro de ella y la vió sonreír. Avergonzado por haber sido descubierto, le respondió: 
 
-Si señora… 
 
Pasado unos minutos ambos fueron lanzados al espacio exterior por la catapulta… y sin decir palabra alguna Ethan perfilé el Valkyrie hacia el planeta Avalon. 
 
El viaje fue silencioso. Aunque habían cruzado palabras, la mayoría de las ellas fueron por cortesía o simplemente por información trivial acerca de lo hechos ocurridos desde la llegada de la flota al sistema, pero en ese sentido estaba claro que Aya sabía más que Ethan -o quizás que cualquier oficial de mando medio de la flota Macross 18- cual era realmente nuestra real situación. Por lo menos en esos instantes, mientras sobrevolaban casi a altitud cero la superficie marítima del planeta Avalon, Ethan no se atrevía a preguntarle. 
 
Eran las doce y tanto de la mañana cuando las ruedas del VF-19C tocaron la superficie de la cubierta de vuelo. Al bajar primero del Valkyrie Ethan le ofreció a Aya ayudarla, esta cortésmente rechazó su ayuda, pero mientras descendía por la escala colocada al lado de la cabina uno de sus pies se enredó en el penúltimo escalón cayendo sobre los brazos del piloto, este apenas pudo mantener el equilibrio evitando que ambos no se desplomaran. Aya volteó su rostro hacía él, mirándose fijamente. 
 
Solo fueron unos segundos donde parecía que el tiempo se había detenido, los buenos recuerdos recorrieron su memoria y Ethan sintió las mismas cosas que había sentido la primera vez que la vio. 
 
Ethan la bajó de sus brazos. Aya intentó ocultar su vergüenza con una sonrisa, pero sus mejillas ruborizadas revelaban sus sentimientos, fijó la vista en su reloj y se dio cuenta de la hora, le tomó solo unos segundos para después centrar nuevamente sus hermosos ojos negros en los de Ethan. Con una bella sonrisa preguntó: 
 
-¿Te molestaría mostrarme la ciudad? - eso no era algo que Ethan esperaba, menos ese día. Había algo extraño en la actitud de Aya y él la conocía lo suficiente para saber que tramaba algo. 
 
-No lo sé Aya… 
 
-Vamos, no nos vemos visto en tanto tiempo… y me gustaría pasar el día contigo - Ethan trató de dar una excusa creíble pero su intento resultó más que inútil. 
 
-Es que tengo cosas que hacer… de verdad no puedo - el rostro de Aya se volvió sombrío. Respondió apenada… 
 
-Entiendo… - Ethan la miré a los ojos y ví en ellos sinceridad, o por lo menos eso percibió entonces. Esos ojos lo estaban cautivando de nuevo y parecía no poder hacer nada para evitarlo. 
 
-Está bien Aya… - su rostro se iluminó… Ethan se sintió alagado… 
 
-¿Estás seguro? 
 
-Vamos… pero solo tengo hasta las cuatro y treinta… 
 
La verdad era que no era así y de hecho durante todo el día estuvieron juntos… 
 
El día transcurrió de forma paradójica. Era como si ambos hubiesen retomado su relación desde el momento que la habían dejado casi cinco años atrás. 
 
Almorzaron en un restaurante de comida italiana en el centro de la ciudad espacial. Poco después caminaron por el centro, he incluso Aya compró algunas cosas en distintas tiendas. 
 
Fue a eso de las siete de la tarde cuando Ethan se dio cuenta del tiempo que había transcurrido, hasta entonces no había tenido ni las ganas de mirar su reloj. 
 
-¿Sabes Ethan?, nunca pensé que nos volveríamos a ver, han pasado tantos años desde la última vez - Aya interrumpió los pensamientos de su ex mientras caminaban juntos por el parque central de la cuidad. Ethan respondí sin meditar… 
 
-Ha pasado demasiado diría yo - Aya mantenía la vista en el cielo como si no le importará el comentario, Ryan la conocía lo suficiente para saber que era todo lo contrario. Este trató de amenizar un poco las cosas: 
 
-Es impresionante lo alto que has llegado Aya 
 
-¿A que te refieres? 
 
-No cualquiera a tu edad trabaja en el PSC… 
 
-La verdad es que no trabajo exactamente para ellos, trabajo como profesora adjunta de arqueología en la WASCU. La semana pasada mi jefe además de ser jefe de la cátedra, Paulo Parra… es arqueólogo también ¿lo conoces? 
 
-No lo conozco 
 
-Bueno, el asunto es que es él el que generalmente trabaja como asesor externo para la PSC, pero como la semana pasada tuvo un accidente leve en su auto y quedó con reposo, el señor Parra me recomendó a mi como su reemplazante… y creo que los del PSC le hicieron caso - sonrió… 
 
-Ya veo… - Ethan contestó - bueno, te felicito entonces… - Aya se acercó él, y suavemente se aferró en el brazo derecho del piloto… 
 
-Gracias… - Aya continuó con la conversación - ¿Y tú? Tienes que contarme que has hecho durante todo este tiempo… 
 
-Yo… nada en especial, estuve por dos meses en el espacio exterior con la Patrulla Galáctica… - Aya lo interrumpió: 
 
-… Ese nombre siempre me ha resultado gracioso… parece más a nombre de serie de ciencia ficción 
 
-Ja ja ja… que estás graciosa… - Ethan contestó sarcásticamente - ¿puedo continuar? - Aya asintió sonriente - después de eso me asignaron a esta Flota y desde entonces que estoy acá… 
 
-Eso me dijo Owen… - Aya lo miró alarmada. 
 
-¡Que!, ¿y cuando hablaron?, me dijo que no te había visto en años… - Ethan exclamó molesto… - ¡mentiroso de mierda!!… - Aya se apresuró en contestar… 
 
-No pienses mal Ethan, yo fui la que le pedí que no te dijera que había estado preguntando por ti, después de la última vez, no creo que tuvieras ganas de verme… 
 
-Tu sabes perfectamente que no es así, por algo estas aquí - Ryan contestó severo, Aya por su parte mantenía la vista en frente, guardando silencio. 
 
-A esas alturas el cielo ya había tomado el color carmesí característico de los atardeceres, la ex pareja se relató mutuamente lo que les había ocurrido durante todo el tiempo desde que se habían separado, por unos momentos para ambos todo había vuelto a ser como antes, todas las cosas que habíamos tenido en común se volvían a presentar. 
 
-Inesperadamente Aya se detuvo en una esquina, se encontraban a una cuadra del hotel en donde se hospedaba. Fijó la mirada en el pavimento: 
 
-Tengo que confesarte algo… Ethan… 
 
-Dime - se demoró unos pocos segundos en contestar 
 
-Fue mi idea que fueras el piloto que me llevara en el “tour”… 
 
-Aya… 
 
-… no dejo de pensar en ti… cada día que pasa los recuerdos de nuestro tiempo juntos llegan a mi cabeza… quiero intentarlo de nuevo… - Ethan no podía creer lo que estaba escuchando, después de tantas cosas que les habían pasado ella todavía creía que funcionaria… 
 
-No se si pueda hacerlo, no puedo quedar de nuevo de esa forma, mi vida ahora está bien, ¡no puedo creer que me pidas esto ahora, no después de todo lo que ha pasado entre nosotros…! - Ryan contestó irritado, no era justo lo que Aya le estaba pidiendo, no lo era, sin embargo lo había hecho. El piloto la miró fijamente y continuó - ¡Mírame Aya! sabes cuanto me molesta que no me miren a los ojos cuando hablo - seguida de esas palabras, Aya lo miró fijamente, sus ojos estaban llorosos, una lagrima calló por su mejilla, Ethan nunca había soportado verla llorar. Sin pensarlo este le secó la lágrima con su mano derecha, a lo que ella respondió abrazándolo fuertemente, y sollozando dijo: 
 
-Perdóname, lo siento tanto, nunca quise que las cosas pasaran de esa manera… 
 
-Tranquila, lo sé 
 
Esas fueron sus últimas palabras por el día, tomó el hermoso rostro de la joven y allí en la calle amparado por la oscuridad de la noche, la besó como nunca jamás a alguien había besado… 
 
Ambos se quedamos así por un par de minutos hasta que Ethan la vio alejándose por la recepción del hotel, mientras que en su cabeza se preguntaba si había hecho lo correcto… 
 
So obvious, yet I can't define 
A gentle kiss, has never felt so wrong 
You say you are, but you were never mine 
I know you're here, 
But somehow your heart is gone 
 
When the smoke had cleared 
And I knew what was true 
How is it that I still fell for you 
And I'm still 
 
Falling 
Falling 
Feel like I'm still falling 
Falling 
 
James LaBrie’s Mullmuzzler - Falling (fragment) 
 
Ethan partió a su habitación en el cuartel para oficiales, pero ya dentro del pasillo de este se encontró con Anthony sentado junto a la puerta, llevaba consigo una botella de Whisky, a la cual se notaba que le faltaba un poco más de un cuarto de su contenido, esto junto con el olor que traía estaba claro que tony se había excedido con los tragos. Ethan primero pensó en llevarlo hasta su cuarto, pero después decidió acompañarlo ahí en la entrada de su habitación, la verdad era que tony no había demostrado hasta ese momento el dolor que sentía con respecto a la muerte de Mike y Bill, y en esas circunstancias a nadie le importaría si dos pilotos bebieran de más. Ethan se sentó junto a su amigo y le pidió la botella, Anthony ya percatado de su presencia se la pasó. Ya junto a él Ethan le contó lo sucedido con Aya, Anthony pese al estar borracho parecía sorprendido. Finalmente no pudo contenerse y le hizo el inevitable comentario: 
 
-Se te nota en la cara Ethan 
 
-Que cosa hombre… - respondió haciéndose el tonto. 
 
-De que va hacer idiota, de que todavía estas enamorado de ella, y si no lo has notado, ella también lo sigue estando de ti - basto unos segundos de silencio y Ryan contestó: 
 
-Creo que si, pero no estoy de humor para hablar de esto, ahora concentrémonos en nuestro trabajo… no es bueno desperdiciar un whisky tan bueno como este - tomó un trago que produjo un ardor en la garganta de los mil demonios. 
 
Levantó la botella y alzó su voz - En la memoria de nuestros camaradas y grandes amigos… por Michael Gilbert y William Downey - a lo cual Anthony respondió… 
 
-Por Mike y Bill, que descansen en paz. 
 
Ethan tomó una buena cantidad de alcohol antes de entregársela a tony que después hizo lo mismo. Ambos continuaron el ritual hasta que Anthony se levantó del suelo y despidiéndose con la mano izquierda partió a su habitación, mientras que Ryan con mucho esfuerzo después de tomarse lo que quedaba de la botella, abrió la puerta de su recamara y se tiró a la cama. Era tiempo de dormir. 
 
El dolor de cabeza era insoportable. Ryan apenas se levantó de la cama y caminó hasta la cocina, dio la llave del agua, cogió un vaso de la repisa, lo llenó hasta el tope y bebió toda el agua junto a un par de aspirinas que tenía sobre la mesa junto al lavaplatos, al pasar el agua por su garganta los efectos de la acidez que tenía llegaron hasta sus oídos los que ardieron como ají chileno. Después de terminar toda el agua -tenía una sed insoportable- se encaminó nuevamente hasta la cama, se metió entre las sabanas y se arropó hasta más arriba de la cabeza. Ya cuando estaba conciliando nuevamente el sueño Ethan un pito proveniente del velador lo interrumpió, se levantó y vio como la pantalla de su celular estaba iluminada. Tomó el teléfono y vió un mensaje de Anthony: 
 
“¡Trae tu trasero a la sala de briefing de inmediato!!” 
 
Ethan miró la pantalla un par de veces aún sorprendido por el mensaje, pasaron unos segundos y recordó la reunión que le había avisado su comandante un par de días atrás. Ryan se levantó de un salto y en menos de 10 minutos ya estaba dentro de su auto en camino hacia la Battle 18. 
 
El piloto golpeó la puerta unas 3 veces y la abrió. En la sala encontró al Comandante Hagar junto a Anthony y a Miranda, se sorprendió ver a Anthony totalmente recuperado de la curadera3 de la noche anterior, Ethan no se explicaba de donde sacaba su amigo tal resistencia. El Comandante miró a Ryan y le pidió que tomara asiento, este agarró una de las sillas y se sentó. El SCAG continuó: 
 
-Bien escuadrón, ya que su Oficial Ejecutivo se ha dignado a acompañarnos comenzaré con esta reunión… 
 
El comandante tardó en explicar las razones de la reunión, sin embargo los compañeros de Ethan no tardaron en deducir lo que el SCAG les estaba tratando de decir, quizás fue por ello que la oración final del comandante no fue una sorpresa: 
 
-Por expresas órdenes de la Comodoro Ayala y bajo mi consentimiento se ha decidido, dada la situación actual, traer nuevos reemplazos para Bill y Mike. 
 
Los ánimos dentro de la sala eran del todo menos amistosos, no era del agrado de los compañeros de Ethan que alguien viniera a reemplazar a sus amigos, sobretodo tan rápidamente. Sentían que no existía nadie en la flota que pudiese reemplazar a Mike y Bill como pilotos ni menos como amigos. 
 
El primero en mostrar su posición fue Anthony: 
 
-¡Pero señor! ¡no necesitamos a otro piloto en el escuadrón, ya lo hemos demostrado en el úl…! - antes que Anthony terminara la frase el Comandante Hagar lo interrumpió sin poder contenerse: 
 
-¡Silencio teniente! ¡si no se te ha olvidado ese condenado enfrentamiento nos dejó con dos hombres menos! ¡¿crees que me gusta la idea de tener que remplazar a esos chicos?! - los tres pilotos miraron desconcertados a su líder de escuadrón - ¡pues no!! Pero no tengo otra opción - el SCAG tomó un respiro, posteriormente, intentando permanecer calmado, continuó - Ahora… ya saben cual es mi decisión, de ahora en adelante no quiero oír ninguna palabra al respecto…. 
 
Anthony trató de decir algo pero al ver la decisión del Comandante en su rostro decidió quedarse callado, lo mismo hizo Miranda que solo se limitó a mover la cabeza en señal de descontento. 
 
Justo cuando el comandante seguía con las amonestaciones hacia sus subordinados, tocaron a la puerta. El Comandante tomó un respiro y dijo: 
 
-Pase. 
 
La puerta se abrió y dos personas vistiendo el uniforme de la UN Spacy entraron en la sala. Anthony y Miranda se quedaron mirando al fornido Zentradi y a la mujer de ojos almendra mientras el Comandante sonreía, sin embargo la reacción de Ethan fue distinta. La hermosa oficial quedó mirándolo fijamente al ver la cara desconcertada del oficial ejecutivo de su nuevo escuadrón. Para Ethan las probabilidades de que algo como eso ocurriera eran demasiado bajas y sin embargo había pasado, no podía entender porqué le había mentido… 
 
Ambos pilotos se acercaron hasta el grupo y se cuadraron ante los presentes, mientras los cuatro pilotos se paraban para responder al saludo. La muchacha, como el oficial de mayor rango entre los dos recién llegados, se presentó ante sus nuevos camaradas: 
 
-Buenos días, teniente Cloey Müller y subteniente Harry Trevize presentándose. 
 
Allí estaba, la misma chica con la que dos días atrás Ethan había tenido un encuentro en pleno callejón de la City 18. La chica que no solo le había mentido acerca de su nombre sino que se había marchado sin poder darle la oportunidad de decirle lo hermosa que era y lo extraño que le había hecho sentir… 
 
En esos momentos Ethan no sabía lo que le deparaba el futuro, pero si sabía que con la llegada de Cloey Alexandra Müller y la vuelta de Aya Kurenai a su vida las cosas cambiaran de una forma vertiginosa… 
 
Pies de Pagina: 
 
1 Planetary Security Council: Consejo de Seguridad Planetaria 
 
2 Versión del VF-19C para entrenamiento. Equipado con dos asientos y dos sistemas de mando. 
 
3 Modismo chileno aplicado a los efectos en el organismo de la ingesta excesiva de alcohol. 

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Author email / email del autor: juan-ignacio-alvarezARROBAhotmail.com