fanfic_name = Los Almirantes No Rezan

chapter = 3

author = Edgar Allan Prince

dedicate = Metzengerstein

Rating = O18

Type = Action

fanfic =
Lisa sentía el peso furtivo de las miradas de los técnicos y oficiales; su
rostro permanecía impasible; ni un músculo de la cara se le alteraba, ni una
línea sobre su frente delataba emoción alguna. Nadie podía sospechar cuáles
eran sus pensamientos mientras seguía atenta a los mensajes de la batalla...


Dios mío, no me falles, no aquí, no ahora.


Por lo menos la espera no sería larga; las fuerzas del Skull ya estaban en
camino rumbo a la Sala de Mapas Zentraedi...

Y no temeré aunque camine por el valle de las
Sombras
Ni aunque la muerte se alce ante mí, Porque El es mi pastor...

Y podía darse cuenta de que Global tenía Razón: los hombres NECESITABAN que su
Almirante fuera Dios sobre la tierra, era lo único que les permitía combatir
con matemática precisión, podía sentirlo, confiaban en ella porque ella era
mejor que ellos y eso era lo único que les daba fuerza para pelear.
Porque tenías que creer que podías cambiar el destino de la batalla.
Tenías que creer que podías manejar aquél infierno vertiginoso del combate.
En el pandemonio de las muertes rapidísimas, vertiginosas, querías más que nada
en el mundo poder CREER...

Y rogaré en su nombre ante El, y El me recodará y yo lo ensalzaré...

"No cabe duda; nada puede alterarla" pensó el piloto principal, mientras
comprendía que la Nave no podría sobrevivir diez minutos más al fuego
enemigo... y que diez minutos eran menos tiempo del que quería Lisa para
terminar la batalla...
"No tiene miedo; no tiene dudas, es la única que puede sacarnos de ésta" pensó
el artillero Mayor, herido, mientras disparaba los láseres hasta que casi se
derretían...
"No sabe lo que es el miedo o la vacilación" Pensó el radiooperador, mientras
veía en el radar cómo los camaradas en los VT caían uno tras otro.
"ES NUESTRA LIDER, NUESTRA GUIA, Y SI ESTA DISPUESTA A SEGUIR ADELANTE LA
APOYAREMOS HASTA EL FINAL, Y SI ES PRECISO HASTA EL MISMISIMO INFIERNO Y MAS
ALLA" Pensaron todos juntos, en lo más furioso de la pelea. Con el orgullo
atragantándoseles en los corazones.
"! VIVA NUESTRA ALMIRANTE! !VAMOS A GANAR O MORIR, MALDITA SEA¡!Y SI GANAMOS
ACABAREMOS PARA SIEMPRE CON ESTA MALDITA GUERRA, Y SI HAY QUE MORIR,
MORIREMOS¡" Rugieron todos juntos desde lo más hondo de su ser, era un grito de
guerra salido desde lo más hondo de sus temores, de sus dudas, de sus virtudes
y defectos, de sus fortalezas y debilidades; porque era el grito de guerra de
los hombres que arriesgan la vida en combate... por lo único en que realmente
creen, por lo que han descubierto súbitamente que es la mayor fe que sienten en
su corazón, y que nada los detendrá ya...
Y Lisa entendió bien, escuchó sin necesidad de oírlo aquel magnífico himno de
batalla, sin que nadie tuviera que decirlo.
No hacía falta decir nada.
Ella podía SENTIRLO en el aire, en el espacio, emanando casi físicamente de su
tripulación...
Y rezaba, rezaba en silencio, sin que se le alterase una sola línea del rostro,
más asustada que todos ellos juntos. Más atormentada por la duda y el miedo que
ellos, rezaba... rezaba... rezaba...
Y no rezaba por ella.
Rezaba por los hombres que habían depositado su fe en ella, y la acompañaban
por el Valle de las Sombras, mientras la muerte alzaba sus voraces fauces,
malignas y feroces ante ellos...
Rezaba por ellos...

-Por un momento me pareció que el viejo Khayron se había vuelto blandengue,
cuando lo vi llegar tarde a la junta de oficiales, - dijo cachazudamente uno de
los oficiales Zentraedis mientras se ponía la armadura de combate- ya sabes,
primera vez que se queda en la cama el viejo Khayron. Antes siempre era el
primero en levantarse en cuanto tocaban diana, y si tu reloj marcaba un minuto
después de la hora de diana cuando él te gritaba que te levantaras, podías
apostarte las b... a que tu reloj estaba averiado (¡Je, Je, que tiempos
aquellos!). Así que me pregunté que estaría haciendo en la cama. Pero me
convencí de que sigue siendo el mismo de siempre.- Revisó el fusil de rayos
críticamente, mientras sus compañeros se armaban filosóficamente, con ese aire
fatalista de las cosas de la vida y la muerte, típico de los Zentraedis antes
de jugarse el pellejo... ligeramente más preocupado que el de unos honrados
oficinistas que van al trabajo, y que ven que el autobús los va a hacer recibir
una buena bronca del jefe por llegar tarde- hoy sí que vamos a tener un buen
partidazo, muchachones, cuando el jefazo anda por allí con esa cara...
-¡VAMOS A MATAR MICRONIANOS!-rugió Khayron como un león al ataque- ¡Vamos a
cubrirnos de gloria!

"Tranquilo, viejo, NOSOTROS sí que vamos a cubrirnos de Gloria, vamos a recibir
Gloria a raudales, en cuanto los VTs lleguen, vamos a tener Gloria para dar y
regalar, vamos a deeeeefeeecaaaaar Gloria de aquí hasta Algeciras pasando por
Estambul, vamos a tener un empacho de Gloria, se nos va a salir la Gloria hasta
por las orejas, vamos a dejar un rastro de Gloria que se va a poder ver y oler
a cien leguas a la redonda, ea, ea, muchachos, a ganarnos el pan, a cumplir con
el oficio, a ganarnos la vida, que este es un día cotidiano más en la (breve)
vida de un oficial Zentraedi y si no te gusta, nunca faltan tipos como el viejo
Khayron para hacer que te guste"

-¡Vamos a ver la cara que pongan esos Micronianos en cuánto les caigamos a
tiros -rugió Khayron- ¡Y NO ME HABLEIS MAS DE VUESTRO MARAVILLOSO LIDER,
CUCARACHAS SUCIAS, AHORA VUESTRO MARAVILLOSO LIDER SOY YO!


-Dije que quiero seguirle los pasos a esa Lisa Hayes y punto- dijo Sue
Graham-No es lógico lo que está pasando aquí.
-Oh, vamos, Sue, sólo porque la estrellita té dió un chasco, no hay porque
tomárselo así.
-No es la estrellita la que me preocupa; es la oficial, ¿Por qué me dió esa
exclusiva así cómo así? ¿Porque yo le caí simpática? ¿Porque le dió la
gana? LO TENIA PLANEADO DE ANTEMANO, te lo digo yo. La pregunta es: ¿Para qué?
-No es lógico, tienes razón. ¿Y qué? La vida no es lógica.
-Pero estoy segura de aquí hay una buena noticia de por medio. ¡Estoy segura!

-¿Con el comandante Hunter? -Preguntó incrédulo el jefe de pelotón- ¿Quiere que
vayamos a reforzar a ese maníaco homicida? ¿A las órdenes de ese artista del
intento de suicidio frustrado convertido en asesinato de consolación?
-¡Esas son sus órdenes, usted y su pelotón deben ser refuerzos de Hunter!
-Oiga, amigo, ¿Porqué mejor no me pide que juguemos a la ruleta rusa? ¿A?
Caramba hombre, sería más seguro...
-¡Más seguro va a estar usted con él que conmigo si me obliga a repetirle las
órdenes una vez más. ! ¡CUÁNDO LE DAN UNA ORDEN, NO LA REPITA, SOLO CÚMPLALA!
-Adiós, mundo cruel...


Minmei cruzó las manos mientras rogaba por su amado. ¿Por qué siempre esa mil
veces maldita guerra tendría que separarlos?
Prométeme que te vas a cuidar, Rick, Rick mío. Si algo te pasara... no sé lo
que haría.
No quiero perderte jamás Rick, nunca más...


-Vas a cubrirme y hacer lo que yo te diga, -dijo Rick a su resignado y no muy
entusiasta jefe de pelotón- Porque tengo la intención de hacer algunos cambios
en el libreto de ésta misión.
-Por mí, encantado; morir por morir me es indiferente cómo, mientras sea
rápido... ya sabes, hay que tomar las cosas como vengan.
-Tú y yo sí que vamos a llevarnos bien; nos entendemos perfectamente... ¿Y
sabes qué? Me caen bien los tipos como tú.


Khayron marchó en la punta de la vanguardia; abrió la compuerta principal...
-Vamos. ¡Ea, que me aburro!
...¡Y los tiros y las bombas se desparramaron a diestro y siniestro, por todos
lados!


-¿Estás realmente segura de que es una gran noticia Sue? -dijo su asistente
mientras volaban en la avioneta del noticiero tras el rastro de Lisa- La
última vez que dijiste eso, nos metimos en un buen montón de problemas...
-Y creo que ésta vez va a ser algo especial- dijo Sue Graham- realmente algo,
en mi instinto, me dice que ésta Lisa Hayes va a darme una noticia muy
especial...

Rick dirigió un lento repliegue hacia atrás; Lisa le había dicho una vez que
Khayron no cedía nunca ante nada, y contaba con precisamente con eso.
-Zentraedis, ¡Síganme!
Eso es, acércate más.
-¡No pueden resistirnos, guerreros Zentraedis! ¡Al ataque sin piedad!
Sólo un poco más... sé bueno.
¡Tres VT explotaron al mismo tiempo! Los restos al rojo vivo de las máquinas
reventadas volaron por los aires; uno de ellos golpeó
de refilón el VT de Rica; Un golpe pérfido y traicionero; lo desequilibró...
-¡Fuego!
...y por un momento Rick juró que había visto los restos de la cabina del VT
destruido; el rostro congestionado por el dolor de las horribles quemaduras del
piloto muerto en un aterrador rictus que parecía decir; "lo que me pasó a mí,
te puede pasar a tí"
En el calidoscopio de naves de combate disparando, girando, y luchando como
fénix de entre el fuego, y la cenizas, el sólo pensar que estuvieras metido en
un torbellino de fuego y muerte como aquél paralizaba de miedo. El combate no
parecía tener lógica, ni fundamento, no parecía controlable para nadie.
Y sin embargo, TENIAS que creer que era posible controlarlo.
"Ese Khayron sí que tiene una puntería infernal" pensó el jefe de pelotón,
esquivando con acosada maestría los rayos, escapando por estrechos, márgenes a
la muerte que bailaba a su alrededor mientras sentía expandirse una cálida
sensación de humedad lánguidamente, por los pantalones...
-¡Fuego!
Los Zentraedis cubrían con sus cuerpos la entrada a la Sala de Mapas, en
formación de hierro y fuego. No había poder humano en mundo que los hiciera
retroceder, ni aunque los mataras a todos uno por uno, jámas retrocederían...
-¡HUNTER, LE DIGO QUE ES IMPOSIBLE! ¡NO SE PUEDE PASAR, MALDITA SEA, ORDENE LA
RETIRADA DE UNA BUENA VEZ!
¡Otra nave estalló por los aires! !Nada podía soportar esas pérdidas! El
destacamento no tenía los recursos, ni los refuerzos...
-¡ZENTRAEDIS AL ATAQUE!
Rick saltó hacia delante, su nave inclinada como un torero a la hora de sacar
la espada a la hora de la verdad, el brazo del VT encogido para facilitar el
equilibrio...
Khayron y todos sus oficiales cayeron, irresistibles, los ojos llameantes de
gloria, de sed de sangre, de ansias de victoria, con esa mirada de fuego en los
ojos que sólo podían haber aprendido de su jefe...
! Y todavía más naves explotaron! Ahora eran sólo un montón de hierros
retorcidos...
...Que antes habían sido... antiguos compañeros.
-¡Media vuelta todo el mundo¡- ordenó Rick.
Ahora; el momento del engaño; porque era la única manera de lograrlo, ya se
había recibido suficiente castigo, (Porque el castigo era lo único que
adormecería las sospechas de los Zentraedis) Ahora, la Gran Jugada...
!Podía dar resultado! !Y podía no darlo!
-¡Los hicimos retroceder¡! -dijo Khayron triunfante- qué fácil.
Rick voló hacia el ducto del periscopio, rompió el tubo y voló bruscamente por
su vía haciaLa superficie...
-¡SIGANME TODOS!
Los Micronianos lo imitaron
Rick salió a la superficie y luego disparó contra el periscopio que emergía de
la Sala de Mapas, mientras se introducía volando hacia adentro.
Y los demás lo siguieron.
Entró por el lado opuesto, y cerró la compuerta tras de las fuerzas de Khayron
Khayron vió fugazmente el VT de Rick volando a su espalda mientras se cerraba
la compuerta...
¡!!RRRHHHUUUAAAMM!!!
Y comprendió.
Los Micronianos se lo habían saltado; habían pasado al compartimento siguiente
a pesar de que él y todos los oficiales Zentraedis estaban defendiendo el
pasillo de acceso al mismo, sin ceder un ápice de terreno.
Pero los Micronianos habían pasado por los ductos de los periscopios, primero a
la superficie, y luego al ducto del periscopio siguiente en el exterior sin
tener que romper la barrera que los Zentraedis les ofrecían en formación
cerrada.
Y cuando oyó la explosión de las granadas cerrando el ducto del periscopio por
el que habían salido, supo que él no podría seguirlos por allí, porque habían
cerrado esa vía.
Estaba encerrado entre el pasillo comunicante que había entre el búnker dos y
la Sala de Mapas.
Cazador cazado, pensó incongruentemente Khayron. Juraste que morirías antes de
retroceder, y te derrotó un enemigo que no vino dispuesto a hacer nada más
que... pegar y correr.


-¡Ahora a toda velocidad, A TODA VELOCIDAD, MALDITA SEA! -Exclamó Rick a sus
pilotos-¡CUBRANME COMO SEA!
Rick voló ansiosamente hacia la consola de control de comando ubicada al final
de la gigantesca Sala de Mapas; Estaba a punto de conseguirlo, de controlar el
centro nervioso de mando de la colosal fortificación Zentraedi; en cuanto
pusiera sus manos sobre esa consola terminaría la batalla... faltaban sólo unos
cuántos metros para lograrlo...
-¡HE DICHO QUE ME CUBRAN, ANIMALES!
...Con los Zentraedis nunca se sabía; podían haber puesto un francotirador
emboscado en algún rincón de la Sala, esperando sólo a cargarse al primer
Microniano que se acercara demasiado; podían haber puesto un código explosivo
para destruir TODA la Sala en cuánto un desaprensivo no identificado se
atreviera a poner un pie allí; podía haber alguna máquina infernal activada por
algún tipo de alarma...
-¡ADELANTE, ADELANTE, ADELANTE, MALDICION!
...Y él no tenía manera de saber si caería en alguna trampa mortal, si caería
fulminado justo ANTES de poner sus manos sobre la consola, ¿Y si ese era el
último momento de su vida? ¿Y si los oficiales no podían protegerlo?
¿Y si acaso...?
¿Y si acaso...?
¿Y si acaso...?
Miró con ojos de paranoico a su alrededor, olfateó el aire como un Zorro
buscando la pista de sus cazadores tras él, examinó el radar como un gitano su
bola de cristal...
¿Vía libre?
...Y los metros finales eran recorridos tan vertiginosamente por su VT a la
máxima velocidad; más rápido, más y más rápido, DEMASIADO RAPIDO...
...pero no, todo parecía en calma, sin obstáculos, DEMASIADO fácil...


Azonia esperó impaciente la orden de ataque; en cuánto Khayron le diera permiso
para despegar las fuerzas del búnker cuatro, los Micronianos estarían
acabados.
¿Por qué no la daba?
¿Habría pasado... algo?
"Khayron, oh, Khayron" pensó Azonia. "Amor mío, amado mío, llévame a la
victoria, y celebremos juntos nuestra gran batalla, te esperaré, te seguiré te
amaré siempre..."
Y en ese momento, su mente de oficial entrenada para combatir la hizo pensar
que...


Minmei rogaba ansiosamente, atormentadamente, acosada sin cesar por la
angustia, la incertidumbre...
"Rick, amor mío, cuídate, por favor, cuídate, prómeteme por favor que te vas a
cuidar"
Sin ti amor mío...
No sé que sería de mí...
Recordó lo que Kyle le había dicho una vez sobre Lisa; que su carácter estaba
moldeado por el dolor de haber perdido a Karl Riber durante la guerra; que eso
la había marcado.
Y era esa misma oficial la que estaba dirigiendo la batalla, a los pilotos, a
Rick... cómo si fueran piezas de ajedrez, no seres humanos.
Y Minmei se preguntó cómo cambiaría su propio carácter si Rick muriera; cómo la
marcaría eso a ella...
¿Se convertiría en alguien cómo esa oficial?
¿Podía el dolor hacerle eso a alguien?
Después de todo, tal vez no fueran tan distintas...


-¡DETRAS DE MÍ TODOS, Y NO ROMPAN LA FORMACION!- gritó Rick, suspicaz- ¡Si yo
muero ustedes seguirán detrás de mí, pero vamos a cerrar esta máquina de una
buena vez!
Con los dedos del VT (Los únicos capaces de manejar los instrumentos
Zentraedis) oprimió los botones...
-¡Ahora!
...que desconectaban las compuertas entre los búnkers y los túneles
comunicantes que unificaban cada búnker con los demás y con la Sala de Mapas,
con ellos se cerraba cada sector de la fortificación Zentraedi; de tal modo
que si un batallón enemigo se infiltraba dentro de un sector cualquiera de la
Base, no pudiera pasar al otro, ya que las compuertas se lo impedirían...
-Cuenta regresiva: Cinco, Cuatro, Tres...
...Cada compartimento tenía autonomía en energía, víveres, y armas, así que el
enemigo tendría que ocuparlos todos, uno por uno, sin poder pasar libremente al
siguiente, mientras que, en cambio, para los Zentraedis era fácil enviar
refuerzos de un sector a otro, gracias a que desde las Sala de Mapas, podían
abrir las compuertas que ellos quisieran...
-Dos, Uno, Cero...
...eso sí, si por casualidad, el enemigo lograba apoderarse de la Sala de
Mapas...
-¡Fuera!
...entonces, la flor y la nata de la armada Zentraedi...
¡¡¡RRRRHHHHOOOOUUUUAAAAMMM!!!
...quedaría atrapada...
-¡Lo hicimos, muchachos! ¡ESTA HECHO, MALDITA SEA!
...DETRO DE SUS PROPIOS BUNKERS.


-Díganle al Almirante Global que ganamos la guerra. - dijo Lisa - Capturamos a
la Armada Zentraedi.
Están prisioneros dentro de su propia Base. Díganle que nos envíe refuerzos
inmediatamente.
Sólo tendremos que abrir los compartimientos de uno en uno, (Podemos hacerlo a
voluntad, ya que controlamos la Sala de Mapas Zentraedi) irrumpir con una
superioridad numérica de cien a uno (Recordemos que se trata de Zentraedis; con
una superioridad de diez a uno, habría lucha) e intimarlos a rendirse. Como NO
podrán recibir ayuda de sus compañeros atrapados en los demás compartimientos,
tendrán que someterse, así que los desarmaremos uno a uno sin derramamiento de
sangre. Será un trabajo largo y tedioso, pero seguro. Al fin y al cabo, el
enemigo no tiene a dónde ir. Y díganle a Global que puede comunicarle al
Consejo que se terminó la guerra: ganamos.
Lisa se levantó de la silla de mando, asombrada de que no le temblara la voz.
Bueno, después de esto, ahora sí era verdad que no le iban a caber en la
chaqueta todas las condecoraciones que le iban a dar.
Lo había logrado: había igualado a Global. De ahora en adelante sería su igual
en rango, experiencia de combate y... capacidad profesional.


-¡Dicen que se ha acabado! ¡Dicen que se terminó por fin!
Minmei corría frénetica, temblando de emoción. Sus pies, en las alas del amor y
del temor, volaban, volaban, a esa velocidad de grácil bailarina, que era.
¡Y sin embargo no la querían llevar lo bastante rápido como su acelerado
corazón se los exigía!
Necesitaba SABER. ¡Oh, cómo lo necesitaba!
¿Rick estaría con vida?
¿Realmente podía haber terminado por fin toda aquella horrible pesadilla?
¿Podía ser verdad que así, tan de repente, sonara el pitazo final del partido;
cuándo nadie se lo esperaba; tan insólitamente había llegado el final?
¿Podría ser qué...?
¿Podría ser qué...?
¿Podría ser qué...?
Cerró el curso inagotable de sus pensamientos, de sus preguntas, de sus
temores, de sus esperanzas, mientras corría, corría corría, hacia el Puente de
Mando...
Una sola persona era capaz de contestar todas sus angustiosas interrogantes: La
capitana Hayes.
Entró en tromba en la cabina.
-¡Capitana Hendelmaier! ¿Es verdad que se terminó? ¿Ganamos?
-¡HAYES, TONTITA, ME LLAMO HAYES! Sí, ganamos, Ganamos por completo. ¡¡¡Y TOCA
ANTES DE ENTRAR, ESTO ES EL PUENTE DE MANDO DE UNA NAVE DE COMBATE, NO PUEDES
ENTRAR AQUÍ DE ESA MANERA!!!
-L--lo s-siento -tartamudeó cómicamente - Por favor, por favor, dígame; ¿Rick
está bien, no lo han herido, no lo han...?
-Está perfectamente; él fué quien cerró los búnkers enemigos, yo lo dirigí.
-¡Sabía que estaría bien! ¡Gracias a Dios que lo dirigía alguien cómo usted!

Gracias a Dios, sí...
¿Y quién va estar pendiente de cuidarme a mí?


-¡Muchachos! - Gritó el tuerto; el veterano multiguerra, el hombre con las
cicatrices tan profundas que ni el mejor cirujano plástico podía borrar, con
las lágrimas saliéndole por su único ojo, como un cíclope, llorando de emoción
- ¡Muchachos, todos juntos; tres hurras por nuestra próxima Almirante!

-¡¡¡HIP HIP HUUUURRRAAA!!!-Gritaron todos, como niños en el colegio, radiantes
de emoción.
-¡¡¡POR VENCER AL ENEMIGO!!!-Gritó el piloto más experimentado, a dúo con el
técnico diplomado-
-¡¡¡LISA HAYES, LISA HAYES, LISA HAYES!!!-Corearon todos a la vez con el
corazón en la boca.
-¡¡¡POR TERMINAR DE UNA VEZ CON ESTA GUERRA!!! -Gritó el Artillero Mayor, como
tenor de Opéra, hinchando su gigantesco tórax como un colosal tambor.
-¡¡¡HUUUURRRRAAAA!!!-Gritó el radiooperador casi ahogándose de orgullo.
-!!!HURRRAAA!!! - Una sola voz, un sólo corazón,una sola garganta en carne
viva, estremeciéndose de emoción, con un solo fuego sagrado en el alma...
-Teniente, ¿Que bosta se cree usted que está haciendo? Vuelban todos a sus
puestos; aquí nadie les ha dado vacaciones-dijo Lisa.
(Silencio de Muerte).
(Tan denso que podía cortarse con un cuchillo.).
-Y otra cosa, teniente; recuerdéme pedirle al Almirante Global que les permita
a todos ustedes abrir el desfile de honor en cuanto regresemos a ciudad
Macross...
-¡¡¡HUUUURRRRAAA!!!!-Gritaron todos con un orgullo que ya iba más allá de lo
que las palabras podían expresar, más allá de lo que los libros de historia
podían decir... más allá de lo que la mente humana podía comprender...
Es curioso, pensó Lisa, nunca los había visto así desde... desde la última vez
que habían escuchado el pasado concierto de Minmei, sólo entonces había visto
en sus hombres ese entusiasmo, ese brillo en sus ojos...
Y, por primera vez en su vida, se preguntó si, realmente, podía competir con
Minmei...


Rick escuchó todas las voces al otro lado de la línea de comunicaciones, desde
la Sala de Mapas Zentraedi, es curioso, pensó, cómo Lisa siempre se las arregla
para llevarnos a la victoria.
Despachó a sus oficiales, (El jefe de pelotón, en especial, había manifestado
su deseo de cambiarse el traje de vuelo, al parecer, tenía necesidad de ponerse
ropa nueva, según decía) Y permaneció en la Sala de Mapas, por unos momentos,
Era increíble.
Ahora podría reintegrarse a la vida civil, llevar una vida normal, ser un
piloto de acrobacia, cómo siempre había querido...
Y quizá también formalizar su relación con Minmei.
Lo que ayer parecía un imposible -El mismo le había dicho a Lisa que jamás
estarían juntos- porque lo impedían la guerra y la fama, hoy, de un modo casi
milagroso, se había hecho posible, ahora que tanto la guerra como la distancia
que los separaba de su amada se habían terminado.
La había sentido temblar en sus brazos...
Sintió de nuevo ese fortísimo deseo de protegerla...
De cuidarla...
Y adorarla...
¿Cómo se lo diría?
"Te amo, Minmei, y siempre te amaré, somos muy diferentes, y la guerra nos ha
hecho más diferentes aun, tú has conocido el éxito y la fama como estrella, has
tenido a tus pies al público gritando tu nombre, has cautivado a todos con el
sonido de tu voz, has ayudado a muchos con tus canciones en medio del dolor,
del temor, de la helada realidad de una guerra."
"Yo mismo lo he visto"
"Sentados en los duros bancos de acero blindado, antes de salir a combatir en
los espartanos recintos de las cápsulas de tropas, sintiéndote como sardina
enlatada, la Capitana Hayes nos decía las órdenes en el altavoz: había que
batirse a muerte contra los Zentraedis, y morir hasta el último hombre antes
que retroceder. (Era lo que más nos gustaba de la capitana Hayes: su exquisito
tacto humano a la hora de poner las cosas claras, y su vivificantemente
contagioso optimismo a la hora de mandarnos bien, pero que bien estimulados al
combate) y mientras esperábamos a que los demás escuadrones fueran exterminados
y nos tocara a nosotros el turno de salir a reemplazarlos, (Para que nos
exterminaran a nuestra vez, por supuesto) oíamos la bella, inenarrablemente
dulce voz que era lo único que nos daba valor en medio de nuestra desgracia

Soñar, sólo quiero soñar
Un sueño imposible de hallar
Tocar con mis manos ansiosas
La estrella que no ha de brillar

"Y las manecillas del minutero del reloj seguían corriendo, con increíble
velocidad, marcando los minutos que faltaban para que nos tocara el turno de
salir, y encontrarnos con la muerte, que nos esperaba, puntual, ansiosa,
aguardando con esa aterradora paciencia, sabiendo que dentro de poco nos
tendrá..."
"Y no había poder humano capaz de detener esas manecillas, que seguían
corriendo, implacables, comiéndose los minutos, los preciosos minutos de
espera, antes de salir a nuestra cita con la muerte..."
"Mientras oíamos, cómo niños escuchando una canción de cuna, la adorable voz,
rebosante de dulzura, de calidez, de amor...

Vibrar con la fuerza encantada
Del alba que no ha de brillar
Esa es mi fe,
Y esa es mi luz,
Y es mi esperanza...

"... Hasta que salíamos gritando hacia los VTs a ese vertiginoso torbellino de
Muerte, de odio, de violencia, de miedo, miedo, miedo aterrador que te atenaza
las tripas, mientras la muerte baila a tu alrededor, eligiendo a su pareja para
la próxima pieza del vals, caprichosamente, impredeciblemente, llevándose al
novato y al veterano, al fuerte y al débil, al hábil y al torpe, al héroe que
muere escupiéndole sangre a la cara a su adverso destino justo en el momento en
que éste le dice triunfante LLEGÓ TU HORA, y al cobarde que súplica
patéticamente, implorando piedad al frío hielo del láser que le atraviesa su
lloriqueante corazón de un certero y despiadado golpe... "

Y es mi desesperar cuando la realidad
Con toda su maldad,
Se detiene ante mí
Y frente a mí
Con su cruda verdad.


" Y tú sólo puedes rogar, rogar, rogar, que le toque a tu mejor amigo, que se
lleve a tu líder de escuadrón (Al que aprecias, y en quién confías) que se
lleve a tu hermano, que le toque a QUIEN SEA, pero que no te toque a tí, que no
te toque a tí..."
" Y, uno por uno, ves morir a tu amigo, a tu hermano, a tu propio líder,
maldita sea, uno por uno los ves morir..."
"Y sabes que el próximo serás tú..."
"Y casi deseas que por fin te toque el turno a tí también para por lo menos
poder acabar de una vez por todas..."

Y yo sé
que muy dentro de mí...
...sólo puedo soñar,
en la luz de ese sueño infantil
imposible de hallar.


"Y justo entonces termina la batalla y te dan la orden de regresar"
"Y sientes deseos de gritar de alegría, de una alegría como jamás sentiste en
toda tu vida, porque has conservado el pellejo por un día más..."
"Y en ese día, (el día más triste de tu vida, el día en que has perdido
literalmente a tu hermano, a tu líder, a tu mejor amigo) ese día ríes ríes,
ríes como un loco porque no moriste tú..."
"Y cuando aterrizas en la pista del SDF-1 y te bajas del VT sabes que fué
real"
"Y bruscamente se te vacía la adrenalina del cuerpo, y se te doblan las
rodillas, porque comprendes lentamente, dolorosamente, que sólo ganaste un día
más de vida..."
"Y Satánas te murmura dulcemente al oído que mañana tendrás que vivir toda la
maldita experiencia de nuevo otra vez"
"Y mañana, y mañana y otra vez mañana, tendrás que arrastrarte por el campo de
batalla... hasta que un día... el mañana no llegará más..."
"... no para tí"
"Y caes sobre la pista de aterrizase y lloras, lloras y lloras, como un niño
perdido, delante de todo el mundo, en cuanto te bajas de VT y sabes que mañana
tendrás que conocer otra vez esa tormenta de sonido y furia...que no significa
nada..."
"Y que no puedes escapar"
"Y sólo te acompaña, en tus lágrimas, la dulce, hermosa, increíblemente
bondadosa voz...


Quiero un ángel,
quiero un ángel,
que me absuelva y
me libere
de esta loca pesadilla


"Yo lo he visto amada Minmei: he visto a hombres de pelo en pecho,
atragantándose como niños tomando el biberón, anegados en puro llanto, al
regresar del combate..."
"Y los he abofeteado, violentamente, crudamente, despierta, pedazo de soldado
cobarde, lévantate y vuelbéte hombre, madura, ¿Por qué temes a la muerte,
niño, si el temor no te libra de ella? Y vive Dios que voy a patearles el
trasero a todos ustedes si no se callan, yo sé que ver tantos muertos
impresiona, pero esto no es una guardería de niños, maldita sea"
"Y todo eso lo he hecho dando gracias a Dios que mi protector ocular negro, no
permitiera ver mis propias lágrimas a los demás"
"Pero desde que murió Roy, y me convirtieron el líder del escuadrón me juré a
mi mismo que si me tocaba morir, moriría con honor, porque era lo menos que le
debía"
"Y lo hice, bien sabe Dios que sí"
"Y todas esas largas noches, soñaba contigo en mi litera, en mis noches de
pesadilla, antes de dormir, en esas noches en que me levantaba bañado en sudor,
temblando de puro miedo, gritando a medianoche..."
"Hasta que recordaba tu rostro"
"Tu sonrisa dulce, tu belleza, tu calidez... eras como un hada buena a la que
invocaba en esas noches, una imagen protectora, bondadosa, capaz de darme la
paz, la calma, soñaba contigo y podía dormir sin pesadillas, soñaba que tú
compartías conmigo el amor, el placer, la tibieza de tu cuerpo, esa paz en la
que la noche ya no traería más el odio y la muerte, sino el amor y la compañía,
en vez de... la amargura cruel de la soledad"
"Y en mis sueños tú no te ibas al día siguiente, y eras mi mujer, y vivíamos
juntos, y cuidabas de mí, y yo te adoraba, te adoraba, te adoraba...."
"Hasta que sonaba el odiado timbre de la Diana a las cuatro y media de la
madrugada, y había que levantarse para ir a combatir"
"Y yo sólo podía ver tu rostro jugando con bolas de nieve en la pared de mi
cuarto, y soñar contigo con seguir a tu lado... otra noche imaginaria de amor
sin igual"
"Si es que sobrevivía al nuevo día"
"Y así aprendí que ya no me importaba, que ya no tenía miedo, porque sin tí me
daba igual vivir o morir, miel o hiel en el desayuno, azúcar o arsénico en el
café..."
"Porque ya no podría tenerte, ni sentir tu dulcisímo cuerpo, tu risa, tu
alegría... igual me daba vivir o morir"
"Y así me convertí en el mejor piloto del escuadrón, porque estaba tan harto de
vivir sin tí en los días como ansioso de unirme a tí en las noches... en mis
sueños, en mis sueños, que eran lo único real para mí"
"Y no me importaba despertar como los demás, no tenía que devolber el desayuno
vomitando en la mesa del rancho, como los demás, que materialmente no podían
comer nada en las mañanas, en las mañanas, que eran la parte más horrible del
día..."
"Ni me temblaba el pulso al mediodía cuando verificaba minuciosamente la
logística de la batalla con Lisa, antes del combate..."
"Y no temía a la muerte en el campo de batalla"
"Y cuando luchaba casi podía sentirte fisícamente a mi lado, como un ángel
bueno, junto a mí..."
"Y cuando regresaba ¡Otra vez! del campo de batalla a vivir ¡Otra vez! otra
noche de amor imaginario contigo, a desearte, desearte, desearte con toda mis
fuerzas, tú estabas a mi lado con irresistible fuerza..."
"...Hasta el despertar"
"Porque el hombre que vive sueña, lo que es... hasta el despertar, y los
sueños, sueños son"
"Y en alguno de mis amaneceres lloré, lloré, lloré por tí"


Lisa se retiró del Puente de Mando hacia la Sala de Mapas de su astroplaneador;
Quería estar sola para serenarse; Eran tantas las emociones vividas aquel
día...
La batalla había terminado tan rápido que aún no podía convenzerce de que
realmente terminó. De que eran suyas las mieles de la victoria.
Alguien llamó.
-Adelante.
-Capitana Hendelmaie... perdón, Hayes, deseo darle las gracias -dijo Mimnei
educadamente, tímidamente- Yo... yo estaba muy preocupada por Rick...


¿¿¿Tú estabas muy preocupada por él????


Lisa tragó saliva, trabajosamente, dificultosamente.
¡Qué trabajo le costaba tener que tragarse a esa chica!

"Quisiera saber por que, incluso en mis mejores momentos, esta chica
tiene SIEMPRE el don de despertar en mí toda clase de fantasías homicidas".

Y no era una frase hueca: tenía la pistola de rayos en el cajón del escritorio,
sólo era cuestión de disparar, un tiro seguro; a esa distancia no se podía
fallar, y pronto disfrutaría del espectáculo de ver los sesos de Minmei volando
por los aires, saborearía el placer de mirar desparramarse su masa encefálica,
por el linoléo, mientras el cadáver se arrastraba agónicamente a sus pies,
mojándole con su sangre los inmaculados zapatos lánguidamente,
delicioooosaaaamenteee...
Y ver su cara de desconcierto en el momento de recibir la descarga; mirar sus
ojos salírsele de las órbitas, la boca abierta en el rictus de incredulidad de
no poder creer lo que le estaba pasando, mientras la cabeza se le abría como un
melón maduro...
Sintió la culata del arma, cálida, reconfortante, en la palma de su mano; casi
podía jurar que sentía UNA MÚSICA DULCE, (Oh, que dulce) emanar físicamente del
filo del frío gatillo, cosquilleándole en el dedo incitantemente,
provocatibamente...)
(¿ Cuándo se le deslizó la mano hacia hacia la gabeta? No lo sabía; caramba
hombre, la mano se le había ido sola)
Y supo que podía hacerlo, hacerlo de veras, darse el gustazo de su vida...
Oh, Que tentación...
Que tentación más dulce...
Que tentación más duuuulceeee...
¿Pero no sería mejor que pareciera un accidente?

-La he encontrado, encontré justo a la persona que necesitaba - dijo el
Almirante Global mientras volaban a toda velocidad rumbo a la base de Khayron-
A la que aparece una sola vez en la vida de un oficial, encontré a mi sucesor.
Mis facultades físicas y mentales decaerán tarde o temprano, pero aunque no
termine la tarea que voy a inicar (La misión de dirigir el sdf-2) ya sé quién
la continuará; la Almirante Hayes. Yo mismo se lo comunicaré después de
oficializar su nombramiento. - Concluyó, mientras encedía su pipa.
-No se puede fumar en el Puente De Mando, señor - dijo Claudia Grant- el
artículo 27 del código lo prohíbe.
"Uno de estos días, Claudia, uno de estos días... voy a darme el gustazo de
decirte en tu cara (Y delante de todo el mundo además) que es lo que pienso de
ese artículo 27 tuyo que a tí tanto te gusta mentar" pensó Global con
resignación, mientras apagaba su pipa.
(!Valdría la pena retirarse del Mando sólo con tal de darse ese gustazo!)
-Celebro su decisión- respondió Exedor, cauteloso y comedido, como siempre-
Realmente NUNCA se encuentra a la persona indicada, porque NADIE es el indicado
para esta clase de cosas, pero definitivamente es mejor cambiar de oficial
periódicamente, Dolza fué elegido nuestro líder por toda la eternidad, sólo
porque su original tenía las cualidades que fueron requeridas en una época, y
que sus clones perpetuaron durante generaciones... pero cuando esa época, esas
condiciones cambiaron, dejó de ser la persona indicada. Y créame que él hubiera
sido el primero en entregar el mando supremo si con eso se hubiera evitado la
Lluvia De La Muerte... pero ni siquiera fué capaz de darse cuenta. Francamente,
creo que el sistema Microniano de prescindir de la clonación y entregar el
mando de un líder a otro en cada generación, tiene sus ventajas.
Global asintió...
Y se quedó helado de repente.

"Exactamente lo mismo que podía decirse del padre de Lisa; si hubiera sabido
que su hija tenía razón y él estaba equivocado, habría sido el primero en
entregar el mando... y él había tenido tanta responsabilidad como Dolza en la
tragedia de La Lluvia De La Muerte..."

-Mi buen Exedor; tiene usted razón; NUNCA se cuenta con NADIE realmente
capacitado para estas cosas, pero... se hace lo que se puede.
Y no dijo más. No tenía corazón para decirle al Zentraedi cuáles eran los
defectos del sistema Microniano de pasar el mando de un líder a otro en cada
generación; porque eso era exactamente el caso de Lisa y de su padre... y el
sistema había sido exactamente igual de incompetente que el método de la
clonación Zentraedi para poner a tiempo en el poder a la persona indicada en el
momento indicado.

(Eso es, agoniza, lentamente, dolorosamente...)
(Súplica clemencia...arrástrate por el suelo, mientras te mueres,
desdichada...)
(Puedes mancharme los zapatos con tu snagre mientras aferras mis tobillos con
tu mano rígida, agónica...)
(No sientas pena, bonita, al fin y al cabo, siempre puedo lustrármelos
después...)
(Y a tí sólo puedo verte morir una sola vez... lamentablemente...)
(Así...así...hazme sentir tu leeeenta, tu neeegra muerte....)


-¡Te lo dije- exclamó Sue Graham mirando la pantalla de vídeo de la avioneta -
Acaban de decirle al Almirante Global que mande todos los refuerzos
disponibles, lo he comprobado, y dicen que se acabó la guerra.
-Va a ser la exclusiva del año- dijo entusiasmado el piloto- Y estaremos allá
ANTES de que la noticia se haga pública, ANTES QUE NADIE, ¡Por Dios, Sue! ¿Cómo
pudiste adivinar una pista como esa?
-Te dije que esa Lisa Hayes me pareció desde el pricipio la clase de persona
capaz de darme una noticia de primera; que todo lo que tenía que hacer era
seguirle la pista.
-Aquí se etá cocinando algo gordo, Sue; puedo olerlo: tu Lisa Hayes va a darnos
muuuuuchoooo de que hablar...

("Usted también es un ser humano señor Juez, y sabe que hay personas a las que
no podemos tragar señor Juez...")
("Por mucho que nos esforzemos no podemos tragarlas, señor Juez..")
("Y llega un momento en que la tentación de acabar es demasiado fuerte, señor
Juez")
("Por eso fué que le propiné los trece disparos lásers, y que después todavía
le dí un arañazo, señor Juez, porque no la soportaba más señor Juez...")

Rick estaba ahora absolutamente seguro; esas eran las palabras justas con que
se lo diría.
Pero, ¿Ella lo comprendería?
NO
Esas cosas hacía falta VIVIRLAS. No eran algo que las palabras pudieran
expresar, ni que los que no las habían vivido pudieran comprender.
Otra cosa sería si se tratara de Max, o de Roy.
O de Lisa.
Y entonces, toda la fuerza de la verdad lo golpeó, con la contundencia de un
impacto físico.
¡No había sido Minmei la que había estado junto a él todos esos terribles días,
HABÍA SIDO LISA.
Pero él, en su imaginación, había sentido la presencia de Minmei de una manera
tan ansiosa, tan fuerte, con la fuerza desesperada del deseo, que de ser
imaginaria, había pasado a ser la más fuerte de todas las realidades, en la
ansiedad desesperada de su soledad, que ahora no podía convencerze de que había
sido producto de su mente, que Minmei no había estado físicamente a su lado.
Como lo había hecho Lisa.
¡Y Lisa sí había estado a su lado todos esos días, sin que él se diera cuenta!

-¿Capitana Hayes? -preguntó Minmei ingenuamente- ¿Me escuchó usted bien?
"Y el Juez no podrá condenarme, porque de todos modos, nunca seré capaz de
hacerlo"
Lisa suspiró, mientras cerraba la gabeta del escritorio: no era la primera vez
que la cantante le inspiraba el muy real y muy sincero deseo de matar, de matar
de verdad a un ser humano...
Y no era la primera vez que lo rechazaba.
(¡Ay! ¿Cuándo sería la última?)
-Le escuché a usted; pérdoneme, estaba distraída.
-Espero no haberla molestado- dijo Minmei en el mismo tono de voz en el que
caperucita roja hubiera podido decir "que dientes tan grandes tienes"- tenia
usted una cara taaaaan raaaaaraaaa...
-Es mucho más dificíl para nosotros dirigir a nuestros compañeros de armas-
dijo Lisa, su voz era serena, pero tuvo que volber a tragar saliva con fuerza
para contener el deseo de escupírsela a la cara- Cuando uno de ellos cae no
muere un número; muere un hermano. Juramos que quienes fallecen no existieron
jamás para no tener que llorarlos... porque los mares se desbordarían con
nuestras lágrimas si los llorasémos...Yo lo he visto junto con Rick en el caso
de su maestro, Roy Fokker (Tú lo conociste; el, oficial que te pidió que fueras
a visitar a Rick en el hospital cuando lo derribaron, bueno, claro, seguramente
no lo recordarás ya)
Pero si no lo hacemos así... no ganamos. Una vacilación; una sola, y Rick no
estaría vivo ahora.
"Ni tú." -continuó.
" Ni yo misma, si vamos al caso."
" Ese es mi trabajo."
" Ese es mi deber."-terminó.
Minmei la miró con curiosidad... sin comprender.
-Usted no puede ser la oficial superior de Rick, - dijo, mientras la miraba
fijamente; era más pequeña que Lisa, y tenía que alzar la cara hacia arriba
para poder mirarla a los ojos- usted tiene que ser una oficial de alto rango...
una Gran Almirante o algo así... una...
-Ahora sí; soy la igual al Almirante Global; me ascenderán.
-¿Quiere decir... que usted hizo todo esto...siendo sólo una capitana? No le
creo. ¿Cómo pudo? Manejar así las naves... los hombres... yo nunca podría...


"Pobre tontita, tú nunca podrías distinguir un VT de una fortaleza
superdimensional"


-Es mi trabajo... es...es... la historia de mi vida- No sé porque estoy
compartiendo esto precisamente contigo, pero voy a terminar-
Mírala a tu alrededor:
"Cada mapa ha sido usado para librar una batalla perdida, (Recordatorio del
error que nunca debe repetírse) cada consola de mando ha sentido mis dedos en
una victoria cuyos sacrificios jámas deben perderse; las experiencias de cada
disparo, cada decisión, cada giro del combate están aquí, en la Sala de
Mapas..."
"Dormitan en las Bitácoras de cada vuelo"
"Este es mi Santuario"
"Este es mi hogar"
"Esta es la historia de mi vida; una historia de amigos y de enemigos, de
victorias y derrotas, de cobardía y heroísmo, de la Inocencia perdida en medio
de la crueldad de la batalla..."
"Y de el Coraje encontrado en su lugar"
"Una historia sobre el eterno duelo entre la Astucia contra la Valentía por el
dominio de los campos de Batalla; de de lecciones durísimamente aprendidas...y
de dudas sin respuesta..."
"De Violencia...y de Esperanza"
"De Violencia... y de Esperanza.-repitió- Esa es la lección más cruel de todas;
No puede existir la Violencia sin algún tipo de Esperanza, por muy desesperada
o trágica que sea, no puede haber la una sin la otra."
"Y si alguna vez podrá existir la Esperanza sin que tenga que existir la
Violencia, es, de todas las dudas sin respuesta, la más terrible."


Azonia estrelló sus puños contra la compuerta blindada, con impotencia.
Pero se dominó.
Y supo que la batalla no había terminado aún.
Dió órdenes a sus Zentraedis de que se prepararan para la lucha.
Ninguno preguntó.
Porque los bravísimos Zentraedis, los belicosos guerreros, eran expertos en el
arte de la paciencia...


-El comandante Hunter solicita permiso para salir de la Sala de Mapas
Zentraedi- dijo la voz del jefe de pelotón- o para enviarnos a los démas
afuera.
-Permiso concedido - dijo Lisa.
-¡Rick! ¡Al fin podré verte!-exclamó Minmei, jubilosa.
Sus ojos se encontraron con los de Lisa.
Y comprendió
Y retrocedió, estremecida, mientras la verdad, toda la estremecedora verdad se
abría paso entre su ser...
(Continuará)