fanfic_name = Los Almirantes no rezan

chapter = Capitulo 2

author = Edgar Prince

Rating = O18

Type = Action

fanfic = ¿Qué os queda ahora, Milord, contra tantos enemigos?
-Yo.
Khayron.

¡Esta me la vas a pagar, Lisa, juro por Dios que esta me la pagas!
Rick disparo los lanzarayos sanguinariamente, cobrándose con los Zentraedis la
cólera que sentía.
Volteo su vt como un maníaco homicida; cayendo de bruces sobre los dos
battloids superpesados, y disparo a bocajarro contra ellos, cambio a posición
guardián y se aprovecho de la onda explosiva para alejarse de ellos, mientras
su dedo accionaba convulsivamente el gatillo.
Tres monstruos volaban a velocidad aterradora directamente hacia él.
Se imagino que en cada uno de ellos estaba pintada la cara de Lisa y disfruto
disparando a la nariz,
¡Para partírsela!
A la boca,
¡Para partirle los dientes!
A la cara,
¡Para romperle la cara!
Hizo blanco en los tres disparos casi sin apuntar.
Caramba, parecía que los disparos se guiaban solos.
¡Siempre presumiendo de muy amiga mía! (Giro esquivando un proyectil) ¡de muy
oficial-comprensiva-de-lo-que-yo-sentía-(Se elevo a toda velocidad, mientras
disparaba los lanzarayos como una diabólica sinfonía de muerte) ¡Y a la hora de
la verdad me da una puñalada por la espalda! (Cayo en picado a toda velocidad
que podían darle los motores mas la fuerza de gravedad, como un pájaro
siniestro de mal agüero) ¡Hipócrita, hipócrita, HIPÓCRITA! (Reapareció por
donde los zentraedis menos se lo esperaban, y les cobro el descuido,
literalmente con la vida, a dos de ellos) ¡Y pensar que yo he estado mirando
todo este tiempo a la cara a esa maldita simuladora con mi estúpida carita de
amistad- y- respeto- (Enderezo el VT y se fue derechito hacia el más grande y
asesino de los battlpoids zentraedis) ¡Pero me va a oír cuando regrese! (Hizo
un traicionero y venenosamente mal intencionado giro en zigzag mientras el
asesino blindado se le echaba encima) ¡Mi vida personal es eso: Personal! ¡Y
con quien yo decida conversar no es asunto suyo!- Hey, que bien suena eso,
sí, creo que usaré esas palabras exactas ahora que lo pienso...- (Permaneció
inmóvil justo cuando el superpesado estaba casi a punto de aplastarle, y
entonces, disparo los proyectiles justo cuando abandonaba la posición guardián;
la maquina Zentraedi fue impactada de lleno) Y ojalá que estén presentes las
chismosas del trío terrible para que mañana se entere todo el mundo. ( Dejo que
el otro supervisado se le acercara por detrás, para que el Zentraedi pensara
que iba a tomarlo de sorpresa por la espalda) ¡Maldita seas por falsa, por
vil, por indigna, por embustera, por...&"/"=---¡¡¡ (Salto por
encima del battlpoid por sorpresa y sin previo aviso disparo los lanzarayos
hacia atrás, dejando frito al Zentraedi... y no precisamente en el sentido
figurado de la expresión) ¡Te juro que me la vas a pagar, lisa, te juro por
Dios que esta me la pagas!
diviso uno de los periscopios que emergían debajo del búnker subterráneo, y,
súbitamente tuvo una idea...


-Parecen seguir la técnica standard de ataque-diagnosticaron glacialmente los
oficiales Zentraedis- Se concentran en la defensa-señuelo. Por desgracia son
más numerosos de lo que hemos podido precisar con exactitud; sabemos que el
radar ha detectado a cuarenta VTs rodeando la base, y hemos detectado un
regimiento terrestre de blindados disponiéndose al parecer a dirigir un ataque
contra el búnker numero cuatro. Asimismo, hemos interceptado mensajes de radio
indicando que la fuerza encargada del rescate de Minmei se ha retirado del
combate, y está celebrando una rueda de prensa sobre el mismo, lo cual indica
que los Micronianos deben de haber destinado refuerzos especialmente dedicados
a la misión de dirigir este ataque.
El oficial a cargo del análisis se adelantó, y comenzó su examen:
-Pronostico de la conducta del enemigo durante el combate: el enemigo intentara
aprovechar al máximo el cerco que ha conseguido establecer alrededor de nuestra
base, y tratara de abrirse camino hacia nuestros búnkers, al parecer atacando
nuestro punto mas fuerte; el búnker numero cuatro, en la confianza de que si
logran destruir nuestro punto mas fuerte nos dejaran totalmente incapacitados
para proseguir la lucha y sin fuerzas para resistir.
Examinó brevemente el mapa y continuó:
-Recomendaciones y sugerencias: aconsejamos mantener nuestras unidades en
reserva hasta que se precise el punto exacto elegido por el enemigo para
concentrar sus fuerzas sobre él. Y así poder movilizarlas masivamente sobre
dicho punto para aplastar la ofensiva enemiga.
-Lo que el enemigo parece tener intención de hacer, y lo que realmente hará,
son dos cosas tan diferentes como los movimientos de la Torre y el Alfil.-dijo
Khayron.
Lo aburrían aquellos oficialitos... tan serios, tan precisos, en sus palabras,
en sus movimientos, en sus bien ordenadas mentes... hasta en la inmaculada raya
de sus pantalones;. simple y sencillamente eran incapaces de entender que la
guerra, la verdadera guerra, no era la ciencia de la precisión que ellos
creían, sino la perra desesperada pelea sucia por la vida... a sangre y fuego.
Para Khayron era divertido vestir el uniforme -como todos- pasearse por la sala
de mapas -como todos- y jugar al juego de adivinar que haría el enemigo -como
todos- después de haber tenido sexo con una mujer -¡COMO EL, Y SOLO EL HABÍA
HECHO! - y, a pesar de eso, seguir mandando y dirigiendo a sus oficiales, como
si nada hubiera pasado, como si la locura de esas horas de amor y lujuria no
hubieran tenido lugar...
Y, sin embargo, saber muy bien que sí habían pasado.
Y ser el único en saberlo.
Saboreo con perverso placer la idea.
Se pregunto que pensarían de el los Maestros de la Robotechnia si lo supieran;
El Zentraedi más leal que les quedaba, capaz de tener sexo... con la otra única
general Zentraedi leal que les quedaba.
¿Lo considerarían una abominación?
¿Un traidor?
Al fin y al cabo, él estaba peleando por ellos.
No.
¡El solo estaba peleando por sí mismo!
Evalúo críticamente el mapa; lo más importante en este tipo de situaciones era
adivinar la conducta del enemigo, anticipársele; saber por donde atacaría, y
cuando.
-Atacarán aquí - dijo señalando con el dedo el búnker dos-es el punto más débil
desde el punto de vista de las fuerzas atacantes, la tentación de darnos un
golpe de mano por el pasillo comunicante que une ese búnker con nuestro centro
de mando en la sala de mapas es lo bastante fuerte como para que ellos...
-¡ATAQUE CONTRA EL BÚNKER DOS¡ -sonaron bruscamente los altavoces antes de que
khayron terminara de hablar-¡nos informan que taladraron una vía de agua y
llegaron al búnker dos! ¡Por las tuberías de agua!
Khayron río sardónicamente sí, se había anticipado al ataque.
Y había acertado...
...justo a tiempo.
Bueno, rigurosamente hablando, unos segundos tarde, pero no importaba; a tiempo
para reaccionar.
Porque si el enemigo lograba llegar a la sala de mapas, y desde allí, controlar
el cierre de TODOS los túneles y pasillos comunicantes que enlazaban los cuatro
búnkers, impedirían el libre movimiento de las fuerzas defensoras de una
posición a otra, y entonces, buenas noches base Zentraedi.
Pero no les saldría tan fácil; no mientras él estuviera al mando.
-Ordenen repeler ese ataque; sin piedad.
-¡A sus ordenes milord!- los oficiales asintieron con esa alegría que solo los
Zentraedis sentían de poder masacrar un enemigo identificado y descubierto, y
con esa admiración que les despertaba su jefe.
El brillo en sus ojos, enfureció a khayron
-¡A mis ordenes el papel higiénico!
Los oficiales empalidecieron ante la blasfemia. Dándole a Khayron el perverso
placer de ver sus caras.
-En la guerra, (Me refiero a la guerra de verdad, no a la de la partida de
ajedrez con soldaditos de juguete) lo más importante es aprender a pensar como
piensa tu enemigo... no como a ti te gustaría que pensara, sino como realmente
piensa. Es difícil. No es fácil porque uno puede engañarse a sí mismo, ya que
eso si es fácil.-dijo, cruzándose de brazos, con infinita paciencia, mientras
empezaba lo que él llamaba "El Sermón", sólo lo decía una vez,
pero aquellos oficialitos tendrían que escucharlo de la A a la Z, antes de
que el se arriesgase a confiar en ellos- Y si no eres capaz de adivinar sus
pensamientos, pierdes tu única protección contra el fuego enemigo; todo este
blindaje de los búnkers, todo este arsenal, periscopios y equipos de Vídeo...
no valen nada; es tu habilidad para adivinar los pensamientos de tu enemigo
lo único que importa; si no entiendes eso, te encuentras de pronto con los
hígados en la palma de tu mano (no es metáfora) con la mente enloquecida de
dolor por todo el sufrimiento humano que NO tendrá recompensa, con los
camaradas muertos que no resucitarán, deseando sólo terminar tu perra
despellejada vida con una muerte heroica, porque el heroísmo es lo único que
te queda después de haber pagado demasiado por una apuesta en la que te tocó
perder.
"Y lo más irónico es que en lo más hondo de tu corazón sabes muy bien que
esa muerte heroica no servirá para nada... que perdiste, y cuando mueres
atragantándote con tu propia sangre, sabes que no ganaste nada."
"Eso es la guerra, oficiales; nada de "a sus órdenes milord"
esa es la guerra"
Los oficiales lo miraban, pétreos sus rostros sin atreverse a decir esta boca
es mía.
-Así que quiero que cada uno de ustedes se concentre en pensar como la única
persona en el universo que nos importa; el jefe enemigo. Piensen como él,
sientan como él, SEAN como él, si quieren vencerlo, ¿Esta claro?
-Sí, milord.
-Quienquiera que éste al mando allá afuera, no es el almirante Global, porque
entonces nos estrían atacando con su fortaleza superdimensional. Debe ser su
oficial de mayor confianza, (Seguramente uno de esos tipos a los que no les
caben las condecoraciones en la chaqueta) no importa, el hecho es que los
Micronianos no tienen ningún hombre capaz de competir conmigo como general... y
la historia corroborará mis palabras.
Pasó orgullosamente la mirada sobre sus oficiales, y ninguno objetó nada.
Azonia era la única que no estaba; la había destinado a el cuarto búnker, el
que daría el golpe de gracia, era un honor para los Zentraedis dirigir ese
búnker en un asedio, y Khayron se lo había concedido. El dirigiría el mando
general, en la sala de mapas.
Khayron se llevó la copa de licor a los labios. Pasara lo que pasara, él
seguiría luchando hasta el final; ése era su destino.
Ése era su destino.
Paseó por la sala de mapas, con las manos cruzadas a la espalda, apreciando los
movimientos del enemigo en las pantallas de vídeo y radar. El juego de ajedrez
se desarrollaba breve y dramáticamente; era curioso ver desde una pantalla los
Vt eran destruidos en vez de destruirlos él mismo, pensó.
No importaba; de ahora en adelante, ya no sería más un líder de combate a cargo
de sus fuerzas. Ahora sería también un director de operaciones de combate, como
Breetai o como Global... y todos lo recordarían como mejor que ellos.
Los VTs Micronianos habían logrado llegar hasta el búnker dos, pero no
sostener sus posiciones ante la llegada de refuerzos; era el dilema clásico;
conquistar terreno era una cosa y sostenerlo otra. Se podía invadir sólo con la
fuerza de la velocidad; pero si se sucumbía a la tentación de dejarse llevar
por la audacia... se terminaba pagando cara la osadía de haberse adelantado
demasiado y estar demasiado lejos de las propias fuerzas, por dejarlas atrás en
el ímpetu de la ofensiva y, en consecuencia, quedarse sin apoyo cuando llegan
los refuerzos del enemigo (siempre antes que los tuyos) en territorio ajeno. Y
sino estabas LO BASTANTE CERCA DE TUS PROPIAS FUERZAS, PODÍAS QUEDARTE MUY
SOLO... ante demasiados enemigos al mismo tiempo, y que ya no retrocedían
ante ti, sino que te atacaban. Y casi sin darte cuenta terminabas aplastado
como un cascajo.
Río.
Los Micronianos trataban de atacar más rápidamente aún, quemando etapas, con
eso no ganaban nada, y sí en cambio arriesgaban mucho.
¿Por qué?
Evidentemente, tenían POCAS fuerzas en ese teatro de operaciones; la mejor
manera de compensar la deficiencia en número era apelando a la rapidez.
Eso sólo quería decir una cosa: si no tenían muchos VTs en esa área, entonces
era señal de que tenían más en otro lugar. Y NO LOS ESTABAN USANDO ALLI.
¿Sería un ataque de distracción?
-Conserven las fuerzas en reserva-ordenó Khayron- pueden hacernos falta más
tarde, si hay que utilizarlas por otro lado.
Los Zentraedis del búnker dos se batían bien; en las pantallas de la Sala de
Mapas podían verse cómo ejecutaban disparos en salvas cerradas, sacrificando la
velocidad de tiro, a cambio de disparar todos a la par, sin romper ni la
formación ni el tiro colectivo como ritmo de fuego, con descargas propias de un
pelotón de fusilamiento. Todos a una.
De entre las filas Micronianas, estragadas y abiertas por la matemática
precisión del fuego Zentraedi, surgió un extraño objeto; una bolsa conteniendo
al parecer varios cuerpos que reptaban dentro...
¿Una maniobra de distracción o un error del castigado enemigo?
De la bolsa salieron cuatro figuras humanas...
¡Eran oficiales Zentraedis amordazados y atados!
"Un truco sucio... y estúpido" pensó Khayron, cruzado de
brazos ante la pantalla.
Los Micronianos creían que usando a los oficiales Zentraedis como escudos
vivientes, podrían detener el fuego del enemigo. Creían que para no herir a sus
propios oficiales los Zentraedis detendrían el fuego, por esos minutos
preciosos que ellos necesitaban para infiltrarse entre las filas Zentraedis.
Error.
Porque el cruel sentido de la disciplina Zentraedi incluía matar a su propia
gente si era preciso, en cuanto estorbasen los movimientos de la maniobra de
turno.
Uno de los oficiales, en un patético esfuerzo por comunicarse, emitió un
lastimoso hhhmmmmnnnn, hhhhmmmmnnn, cómico de ver... si la situación
hubiera sido otra.
Y de la bolsa salió rodando un nuevo objeto; una bola metálica de gran tamaño,
rodando hacia las unidades de combate Zentraedis, que fieles a su costumbre,
no habían cedido un palmo de terreno.
¡La bola era una bomba!
-¡Retrocedan, imbéciles, que esa porquería va a estallar!-ordenó Khayron desde
la Sala de Mapas.
Con que ese era el truco... fingir que los rehenes Zentraedis eran la
verdadera maniobra de distracción, sabiendo que ésta NO haría retroceder a los
Zentraedis, precisamente para que se mantuvieran agrupados en formación
cerrada, en vez de dispersarse, y así derribar al máximo de ellos con la
explosión de la verdadera trampa: la bomba lanzada contra ellos.
Diabólico.
Y mientras los battlpoids corrían, corrían, y corrían, alertados gracias a la
rapidez de reflejos de Khayron, los oficiales Zentraedis se quitaron las
mordazas y las ataduras, y lanzaron bombas y más bombas a bocajarro contra los
battpoids.
¡Traidores!
¡Todo fue una farsa desde el principio!
Y justo cuando ya todos en la Sala de Mapas se preparaban para la dantesca
explosión...
...fue cuando de cada una de las bombas salió un extraño PEEEFFF y luego
una linda banderita de color amarillo limón en donde estaban escritas, con
lindas letras rosadas, las palabras justas que Lisa había elegido especialmente
para la ocasión.

LERO, LERO, KHAYRON.


Nada más.
Khayron enarcó las cejas ante sus oficiales en la Sala de Mapas.
¿Qué quería decir eso?

¡BBOOOOUUUUMMMM!!!

-Lord Khayron, el enemigo está atacando con minas teleridigidas el búnker uno;
están entrando masivamente por allí.
Minas teleridigidas.
Khayron conocía bien esas armas mortales; eran iguales a las minas de los
campos minados, subterráneos, pero tenían la facultad de moverse a control
remoto, como torpedos terrestres, y explotar debajo de la tierra cuando uno
menos se lo esperaba.
Conque eso era.
El verdadero ataque sería sobre el búnker uno; la ofensiva contra el búnker dos
era sólo para distraer.
¡Van a atacar masivamente con minas teleridigidas!
-¡MOVILIZEN TODAS LAS UNIDADES DE COMBATE HACIA EL BUNKER UNO!-rugió Khayron-¡
Los Micronianos no tienen la menor intención de ensayar darnos un golpe de
mano: quieren un ataque en regla.! ¡Así que movilicen todas nuestras fuerzas
contra el búnker uno!
-¡A sus ordenes milord!
Khayron miró despectivamente la pantalla de vídeo del búnker dos, ignorando,
dignísimo, la imagen de las bombas con sus desafiantes banderitas.


LERO, LERO, KHAYRON.


Por el mapa del radar vio cómo los VT se dirigían directamente hacia el búnker
uno en su totalidad, desde las diferentes posiciones ocupadas por los
Micronianos. Bien mirado, la táctica de fingir un ataque hacia un teatro de
operaciones del campo de batalla, y luego ejecutarlo en otro, era muy poco
original, cómo él había conservado sus fuerzas en reserva, sin reforzar las
defensas del fingido ataque hacia el búnker dos, el enemigo poco provecho iva a
sacar. De hecho, los Zentraedis aplastarían pronto a los Micronianos, a menos
que recibieran refuerzos. Lo cual, era más que dudoso, porque precisamente
habían lanzado un ataque en masa, contra el búnker uno, esperando sorprender a
los Zentraedis, sin conseguirlo. Porque él había tenido la sangre fría de
conservar a sus fuerzas en reserva, aguardando hasta verificar EXACTAMENTE por
dónde se dirigiría el ataque enemigo.
Khayron tomó nota mental de ordenar capturar vivo al almirante Microniano, y
matarlo lentamente, horriblemente torturado, y, en agonía obligarlo a
literalmente tragarse aquella linda banderita de colores... después de que él
mismo escribiera sobre ella las palabras justas:


QUE CON TU PAN TE LO COMAS.

Si eso malditos no recibían refuerzos estaban fritos.
Khayron cruzó sus brazos tras su espalda, contemplando impasible la batalla,
dentro de poco el contraataque Zentraedi se dejaría sentir contra el enemigo,
que por fin había decidido dónde atacaría... y al quitarse la careta, se había
puesto en evidencia.
Los battlpoids que habían quedado en el búnker dos ya se dirigían a cobrarse el
precio de la deserción contra los oficiales Zentraedis de la bolsa. Éstos se
habían quedado solos, porque los VT habían salido volando, después de terminada
la maniobra de distracción. (Cosa que los Zentraedis de la bolsa, sin equipos
voladores no podían hacer) Aunque muchos battlpoids habían abandonado el búnker
dos para dirigirse a reforzar el uno, quedaban los justos para dar buena
cuenta de esos desertores.
Uno de ellos arrojó contra los battlpoids otra bomba, pero los battpoids no
iban a dejarse engañar dos veces con el mismo truco, así que siguieron
avanzando sin preocuparse, otra vez en formación.


¡¡¡¡BBBBOOOUUUUMMM!!!


¡Las nuevas bombas no eran de broma!
¡Y los battlpoids pagaron con sus vidas esta curiosa sorpresa, porque justo
cuando menos se lo esperaban, justo cuando menos se ocupaban de ellas, justo
cuando menos alteraron la formación...las bombas nuevas les explotaron , ahora
sí, en su propia cara!
Y justo entonces, los VT Micronianos que APARENTEMENTE habían abandonado el
búnker dos, regresaron súbita e inexplicablemente de regreso.
¿Por qué?
Y entonces, Khayron comprendió.
Los Micronianos NO habían renunciado a su plan original de atacar el búnker
dos, para pasar a la Sala de Mapas... sólo habían FINGIDO abandonarlo, para que
los Zentraedis concentraran sus fuerzas sobre el búnker uno, Y ASÍ
DESGUARNECIERAN las defensas del búnker dos. AHORA que habían concentrado a
sus fuerzas en búnker uno, el búnker dos había quedado desprotegido, y entonces
los Micronianos reiniciaban el ataque allí.
Habían logrado sembrar la confusión, y ahora reaparecían... por donde ya nadie
los esperaba.
No se habían detectado señales de que hubieran movilizado más fuerzas, (Lo que
les hubiera llevado tiempo, para poder cubrir las maniobras) eso significaba
que las fuerzas que regresaban a la carga, eran más o menos las mismas que
habían comenzado el combate... aparentemente de distracción.
¡Pero mantenían los VT que habían lanzado al ataque contra el búnker uno!
Lo único con lo que podían seguir hostigando al búnker dos era con un pequeño
destacamento, era materialmente imposible que les quedaran más unidades de
combate.
Un pequeño destacamento.
Fácil de aplastar.
La pregunta era: ¿Quién se encargaría de aplastarlo, si TODOS los battlpoids
Zentraedis estaban combatiendo en búnker uno?
Khayron sonrió. Si ese pequeño destacamento, (No, mejor todavía, si ese DEBIL
destacamento) lograba llegar a la Sala de Mapas, y cortar las comunicaciones
generales y de vídeo, cerrar los periscopios, y las compuertas de los túneles
comunicantes que unificaban los cuatro búnkers, no habría manera de llevar a
las fuerzas defensoras de una posición a otra del campo de batalla: además él y
todos los jefazos de la Sala de Mapas serían atacados y caerían con los
pantalones abajo.
Los oficiales Zentraedis empalidecieron.
Y Khayron reía, reía, reía.
¡Que curiosa lección de lo relativo de la superioridad numérica! La batalla se
ganaría o se perdería en el búnker dos, entre las pocas fuerzas que los
Micronianos todavía tenían allí, y las menos que los Zentraedis podían
oponerles.
Y todo ese derroche de mechas superpesados, para nada. No tendría peso en la
batalla real: la de la posesión del pasillo entre el búnker dos y la Sala de
Mapas de la base Zentraedi.
-Caballeros, los Micronianos han logrado sorprendernos, -dijo Khayron. Parecía
estar disfrutando en grande los acontecimientos, a juzgar por el modo en que se
regodeaba en saborear cada sílaba- Ahora nos toca sorprenderlos nosotros a
ellos. Vamos a atacarlos de inmediato.
-¿Atacarlos con qué, Milord?
-¡Con nosotros mismos, hatajo de haraganes, pónganse sus armaduras y fusiles de
combate, porque ustedes, y yo con ustedes, vamos a ir ahora mismo, aquí mismo,
a caerles encima a tiro limpio a esos VT!

Lisa respiró hondo mientras seguía los movimientos de batalla de las naves
desde la Sala de Mapas de su astroplaneador. Se la estaba jugando duro y en
serio al ordenar aquel ataque masivo contra el búnker uno, (Que de todos modos,
casi seguramente sería rechazado) y quedarse casi sin recursos.
Pero era necesario.
Era la única manera de convencer a Khayron de que le convenía desguarnecer las
defensas del búnker dos. Sólo así podía despejar el camino de Rick y sus
pilotos del Skull hacia el pasillo comunicante del búnker dos y la Sala de
Mapas Zentraedi. El único modo de dejar fuera de combate a las fuerzas de
Khayron; golpeando su centro nervioso, su cuartel general.
Ahora sólo faltaba una sola cosa: que diera resultado el plan.
Porque si no lo daba, Adiós, todo el mundo a llorar.
Se acabaría todo.
Adiós a su grado, Adiós a su trabajo como asistente personal de Global, Adiós a
su candidatura para el SDF-2.... tendría suerte si la dejaban terminar sus días
como suboficial de cuarta categoría, degradada a verificar el control de las
piezas de chatarra... en calidad de asistenta del servicio de limpieza.

" DIOS MIO, DIOS QUERIDO, NO ME FALLES, NO AHORA".
Pensó Lisa, atormentadamente, dolorosamente.
" NO PODRE LOGRARLO SI ME FALLAS, DIOS MIO, DIOS QUERIDO,
POR FAVOR, POR FAVOR, NO ME FALLES".

Siguió contemplando los movimientos de las tropas sobre la pantalla;
aparentemente la batalla se desarrollaba bien.
¿Y qué sacaba ella de todo esto?
¿Es que acaso sería mejor convirtiéndose en una oficial cargada de medallas...
triste y amargada?
¿Es que alguien la apreciaría más por todo ese sacrificio?
¿Dónde quedaba su felicidad, su premio por tantos desvelos?
"Sólo cuando has librado una batalla, has vivido realmente" escuchó
la voz de su padre en sus oídos. "Sólo cumplir con tu deber da sentido a
la existencia... sin eso la vida no es nada"
Lisa conocía perfectamente esa dura filosofía; la había estudiado, la había
puesto en práctica, la había vivido durante toda su vida.
Si tan sólo pudiera servirle para sincerar sus sentimientos con Rick....

(Continuará)