fanfic_name = Lisa
chapter = Capitulo 4
author = Clo
Rating = AP15
Type = Angst
fanfic = Capitulo Cuatro – “Farewell London”
La última vez que estuve en mi natal Inglaterra fue en Marzo de 2007, dos años después de haberme graduado de la academia militar y recién egresada de la escuela de Oficiales. Recuerdo perfectamente ese verano, estaba feliz de haber terminado tantos estudios, además las hostilidades entre ambas partes habían comenzado a empeorar y sabía que el proyecto Macross era de vital importancia para poder alcanzar la paz. Londres no había sido alcanzada por ningún fuego enemigo, pero no se dejaban de escuchar noticias sobre medio y lejano oriente, las cosas en América del Sur tampoco habían mejorado.
Estaba sentada en un café de los que tanto abundan en el sector de Chelsea leyendo el diario y no dejaba de pensar en lo que estaba sucediendo realmente fuera de la burbuja que es el entrenamiento, la península arábiga básicamente estaba destrozada por la guerra, muchos monumentos a pesar de los esfuerzos de la GTU habían sido destruidos, Petra había sido nuevamente tragada por el desierto ahora para siempre, y el Taj Mahal, el cual iba a visitar con mis padres cuando fuera mayor, tenía que ser cubierto por las noches por un manto oscuro para evitar ataques, y sin embargo en la base no se mencionaba nada de esto.
Cuando uno ingresaba a la academia Militar sabía que se tenían cuatro destinos… Ser inteligente e ingresar a la división científica, ser influyente o tener habilidades de mando y acudir a la escuela para Oficiales, demostrar un especial talento en vuelos y convertirte en piloto de pruebas, y por último y el más temido de todos… la guerra. Muchos de mis compañeros de generación, ya habían estado en un campo de guerra, varios no habían regresado, y sin embargo yo había sido protegida por el Almirante y entrenada para ser un oficial, en contra de mis deseos, pues yo deseaba ser piloto de prueba.
Sin embargo terminaría en el proyecto Macross, si bien no como piloto si como oficial de puente, además había escuchado rumores que la fracción militar del proyecto estaba bajo el mando del Capitán Henry Global, así que el sueño que había compartido con Vanesa de estar bajo su mando se convertiría en realidad, al menos para una de nosotras.
Mi padre había solicitado que fuera asignada al proyecto Gran Cañón en Alaska, a lo que me negué rotundamente. Fue la primera vez que discutí con mi padre, le solicite de la manera más atenta que no se metiera más en mi carrera militar, que cualquier cosa que sucediera sería por mis propios meritos, no por mi apellido. En ese momento mi padre se convirtió de manera inmediata en el Almirante Hayes, y lo fue por demasiado tiempo, hasta fue demasiado tarde.
No había noticias felices por ningún lado, aunque la parte de Europa que no había caído en guerra, aquella que no había formado parte del bloque socialista, Japón y China en Asia, Estados Unidos y México en Norteamérica, y las lejanas Islas de Australia y Nueva Zelanda, se empeñaban a mostrar que la vida no era tan mala, se continuaba escuchando música nueva y todavía había estrenos de películas. Robbie Williams seguía cantando y recordé como en el internado la mayoría de mis compañeras deseaban casarse con él, yo en lo personal había sido fan de U2, quienes eran tan populares como lo habían sido siempre, en especial Bono quien había continuado con su lucha por los derechos humanos. Ellos acaban de sacar nuevo material, de hecho sonaba en esos instantes en el café, así que decidí ir a una tienda de discos cercana y comprarlo, junto con alguna colección de éxitos.
Ciudad Macross sonaba tan distante, sabía que no era más que una ciudad de militares, así que no podía estar segura de que hubiera todo lo que necesitará, y algo que realmente deseaba tener conmigo era música y buenos libros. Camine por las calles de Londres, ni en un millón de años me hubiera imaginado que era la última vez que lo haría, de lo contrario hubiera disfrutado mucho más mi estadía de dos semanas en mi amada ciudad. Pase por las puertas de Harrold’s y algo me hizo entrar, recordé aquellos tiempos cuando Vanesa intentaba distraerme de mi “luto” por la muerte de Riber e íbamos a Harrold’s pasábamos horas probándonos ropa y nunca comprábamos nada. Camine por la tienda, y algo me dijo en mi interior que aprovechará la oportunidad, compre varios trajes, pensando que tal vez nunca podría utilizarlos pero tampoco sabía cuando podría volver a Londres, también compre una pequeña cartera de Viutton para Vanesa, sabía que le encantaría, y estando en el mismo hemisferio era muy posible que nos viéramos.
Salí feliz con mis compras, y al fin llegue a mi objetivo una famosa tienda de discos en Picadilly. Entre y todo aquello me recordó súbitamente aquellas tardes que Riber y yo pasábamos en esa tienda buscando “tesoros”. Él era un amante de la música y de cierta manera la trajo a mi oscuro mundo de “pobre niña rica inglesa que fue a los mejores colegios pero creció sola”. Solíamos escuchar todo el material nuevo que llegará no importando de que parte del mundo, escuchábamos desde música clásica hasta punk progresivo. Con él fui a un concierto de U2 en Wimbledon, y en su memoria asistí a uno de los últimos conciertos masivos que hubo, el “Live 8” a principios de 2006, fue algo sin precedentes 8 conciertos en diferentes partes del mundo con un solo objetivo la paz mundial.
Esa era la única tienda en todo Londres donde podías encontrar música en el idioma que quisieras, en la que todavía podías encontrar discos en acetato. Era un templo para Riber y para mi una iglesia donde solía caminar para recordarlo, aún después de 3 años de su muerte lo extrañaba. Pase el resto de la tarde recorriendo los pasillos, compre fácilmente unos 30 CD’s diferentes, no importando la cantidad de MP3 que tenía en mi IPod, y varios DVD’s, si Riber me contagio su gusto musical, yo lo contagie con el mío cinéfilo. Me forme para pagar mis compras, escuchando la música de fondo, era una canción en español que hablaba sobre las coincidencias de la vida según me entere unos años después. Era la segunda en línea cuando junto a la caja registradora vi unas pequeñas ediciones de bolsillo de autores varios, según los diferentes colores de las pastas, pero el que estaba a la vista era uno color amarillo con unas letras color plateado “Habré de Compararte con un Día de Verano – Sonetos de William Shakespeare”, por un impulso decidí comprarlo.
Llegue a casa con un sentimiento casi de felicidad, aun en mis momentos más felices con Vanesa, recorriendo tiendas, yendo a pubs o a museos, al ballet o la opera, siempre pensaba en Riber, siempre había ese sentimiento de que jamás podría hacer eso con él. Salude a Jane la ama de llaves, y subí a mi habitación a terminar de empacar, especialmente mis compras, salía muy temprano a Macross al día siguiente y no quería dejar nada.
En mi backpack de mano metí mi IPod, una edición pasta dura de “La Insoportable Levedad del Ser” de Kundera y el pequeño libro que acababa de comprar, y baje mi equipaje para dejarlo lo más a la mano posible, eran más o menos las 11 pm, así que decidí comer cereal antes de dormir en la cocina, pero al pasar por el salón no pude evitar deseos de tocar el piano de mi madre, estuve sentada tocando unas piezas de la película el Piano, una de mis favoritas, con un solo pensamiento en mi mente… tal vez no lo vuelvas a ver, con el tiempo me di cuenta que no estaba tan equivocada.
Al día siguiente mi taxi llego a tiempo y el esposo de Jane me ayudo a subir mis maletas y me despedí de ellos. Mientras recorría las calles vacías de Londres rumbo al aeropuerto no dejaba de pensar que me estaba embarcando en la mayor aventura de mi vida. Al pasar por las Casas del Parlamente le solicite al conductor que parara unos minutos en el parque de mi madre y estuve unos minutos observando el Big Ben, en voz baja recite una estrofa de “God Save the Queen” y regrese al taxi.
Al subir al avión, militar por supuesto, había unos cuantos oficiales más en el vuelo. Algunos de ellos con sus familias, eran afortunados de poder llevarlas con ellos, todos sabíamos que era una asignación de por vida, aunque no estábamos del todo seguros de que trataba. Al despegar mire por la ventana mientras perdía de vista mi país, le decía adiós a mi vida, le decía adiós a Londres y al lugar donde más recuerdos tenía de Riber.
State = Continuará/To Be Continue
feedback = Sí/Yes
email = del_valle03ARROBAyahoo.com