Fanfic Name / Nombre del Fanfic: La rosa roja

Chapter / Capitulo: primero

Author / Autor: Zeitzler

Dedicated to / Dedicado a: Todos los seguidores de este anime que tanto significó para nosotros

Rating / Clasificacion: AP (All People = Todo espectador)

Romance

Fanfic: (PROLOGO) Antes de la llegada del Sdf-1 Muchos años atrás… 
 
 
 
La noche de bodas Riber llevó a Lisa, temblorosa de emoción en sus brazos a la cámara nupcial; el champán estaba listo, y el hielo a punto. 
-Brindemos, Lisa; por el futuro. 
-A tu salud, Karl. 
Rieron, felices, pero en su risa había algo de nerviosismo.  
Karl Puso la música, mientras Lisa bebía. 
-¿Tienes miedo, Lisa? 
-Un poco... 
La acunó en sus brazos como a una niñita mientras le ofrecía cariñosamente el hombro; dejó que bebiera lentamente el champán y saboreara el momento. 
 
 
 
Ya no estás más a mi lado corazón 
En el alma sólo tengo soledad 
En tus brazos yo encontraba 
El calor de tu mirada  
El amor y la pasión  
 
 
 
-¿Cómo quieres que empecemos este juego?-preguntó él-  
-Yo... no sé... 
-Puedo empezar por dedicarme a tu garganta de diosa-dijo el mientras le besaba el nacimiento del cuello con maestría- o susurrarte poesías al oído-añadió mientras acariciaba con su lengua las orejas de ella- o quizás preferirías que me dedicara a tus labios-la beso delicadamente, cálidamente, en la punta de los labios femeninos de ella, temblorosos por el champán, el regusto del vino les daba un toque particularmente delicioso mientras los probaba- o tal vez prefirieras que me dedicara a acariciarte, acariciarte, acariciarte-su voz se hizo más persuasiva a medida que dedos como plumas jugaban a tocarla y no tocarla; suavemente se deslizaban por el cuerpo de ella, conquistándola, subyugándola- o quizás todo eso te impaciente y quieras algo más concreto-la besó en la boca, el poderoso sabor a hombría de sus labios la conquistó por completo-o tal vez, prefieras otra cosa...¿Por donde quieres que empecemos? 
-Yo...yo... no sé... 
-¿No sabes que te produce más placer?-preguntó el burlón, y ella no pudo evitar el reír con él-bueno... sabes una cosa...yo no tengo prisa...quédatelo pensando mientras te decides yo me dedicare a tu boca, y en cuánto hayas tomado una decisión...me dedicaré a otra cosa... 
 
 
 
Esta es la historia de un amor  
Como no hay otro igual 
Que me hizo comprender  
Todo el bien 
Todo el mal 
 
 
 
 
La besaba como nadie, la acariciaba sin un sólo error, no podía evitar derretirse en sus brazos... 
 
 
-Quiero ser el apoyo principal de tu vida, Lisa, quiero que sepas que conmigo puedes contar para vivir juntos hasta el final; que sepas que no me debes nada, que soy yo el que tiene deberes para contigo, quiero que vivamos juntos para siempre, que envejezcamos juntos, quiero fecundarte, Lisa, quiero ser el padre de tus hijos y estar siempre junto a ti...-cariñosamente besó su frente, mientras la acunaba paternalmente en su hombro- quiero ser un padre para ellos toda mi vida-la besaba en los labios delicadamente, como si tuviera miedo de lastimarla-quiero llenarte en la cama, quiero poner a tus pies todo lo que valgo como hombre-la besaba en la boca como si tuviera dinamita en los labios; haciéndola temblar y perder el aliento-quiero que confíes en mi siempre... 
 
"Dios mió este hombre puede hacer de mí lo que quiera,-pensó Lisa- puede convertirme en su esclava; no, puede hacer que yo LE SUPLIQUE que me deje ser su esclava” 
Saciada más allá del placer, satisfecha, y ansiosa, decidió que eso, simple y sencillamente no le importaba. 
 
 
 
Que le dio luz a mi vida 
Apagándola después 
 
 
 
 
-¿Sabes una cosa, Karl? Acabo de decidirme; ya sé por dónde puedes empezar… 
TARA-TARATEA-TARANTAN-sonó la diana del alba; el odiado símbolo de las cuatro y media de la madrugada, la Némesis de los cadetes. 
-ARRRIBAAA TODO EL MUNDO-sonaba el vozarrón de Edwars- SE ACABO EL GOZAR, LLEGA EL SUFRIR. 
Lisa sintió una horrible sensación de vació cuando la litera de dos pisos osciló y cayó al piso brutalmente empujada; el fenomenal porrazo tuvo algo bueno sin embargo: despertarla literalmente DE GOLPE.  
-¿QUE LE PASA, CADETE HAYES? ¿ SE QUEDO DORMIDA CON OTRO DE SUS ESTUPIDOS SUEÑOS? ARRIBAAA. 
“Ese matón estúpido del coronel Edwards” pensó Lisa “pudo haberme hecho daño de verdad”. Si no hubiera volteado la cara, en vez de un cardenal en la mejilla tendría partida la boca. El reglamento prohibía teóricamente golpear a los cadetes; pero Edwards se saltaba la regla: y como tenía fama de ser el mejor instructor los superiores se hacían la vista gorda. “Ah, sí. Otra dentadura postiza marca Edwards” decía el dentista de la base filosóficamente a los indignados cadetes que llegaban literalmente escupiendo cacitos de diente a su consultorio. 
Edwards se justificaba con cínica sinceridad: 
“ Golpear cobardemente a hombres dormidos es juego sucio, pero atacar al enemigo de noche un ardid de guerra con miles de años de éxitos avalándolo. Y díganme ustedes cuantas guerras se han ganado jugando limpio. De paso díganme también si creen que unos dientecillos de leche para el ratón Pérez son un precio caro o barato a pagar para unos oficiales que aprenderán así a no dejarse sorprender durmiendo cuando estén en combate.” 
Y había que reconocer que los superiores no sabían qué contestarle a esa pregunta. 
-No voy a poder soportar esto, -sollozó Buddy a los pies de Lisa-no puedo más. 
-Levántate, no te pasó nada, maldición, la que se llevó el porrazo fui yo; tú estabas en la litera de abajo y no te pegaste tan duro-dijo Lisa. 
-No puedo más…-súbitamente Lisa comprendió que el sufrimiento del cadete no era físico, sino moral; Buddy era una montaña de músculo puro: pero lo habían estado hostigando sin parar varios días; como a todos los cadetes. 
-Aguanta, Buddy-susurró Lisa, Dios, qué terrible era ver derrumbarse un hombre-sólo  
Ponte de pie antes de que… 
-¿QUE ESTAN HACIENDO ESE PAR DE TORTOLITOS?-tronó Edwards-¡MIRE HAYES, HASTA UNA TIPA TAN INSIPIDA COMO USTED PUEDE CONSEGUIR MEJOR PAREJITA QUE ESE LLORON DE DUDOSA MASCULINIDAD¡ 
-¡Está enfermo, viejo del diablo! Venga aquí y véalo usted mismo. 
-Enfermos, heridos y vagos, a revisión médica. Los demás a calistenia YA. 
UNO DOS UNO DOS ARRIBA ABAJO 
Lisa se puso a moverse también; cualquier cosa era buena con tal de no mirar de frente tanta crueldad… 
UNO DOS UNO DOS… 
(El maldito cuerpo de infantería robotech…) 
ARRIBA ABAJO ARRIBA ABAJO 
(Dejaste atrás a un buen chico cuando viniste aquí…) 
UNO DOS UNO DOS 
(Y pensar que esto es el mejor ejército del mundo..) 
Se volvió hacia Lisa… 
-¿Para qué vino usted aquí, niña bonita- Edwards se encaró con ella en su estilo intimidante típico-para seguir los pasos de su papi? 
Lisa pensó en Riber, en la base de Marte, y miró a Edwards directamente a los ojos. 
-Para rescatar a un hombre. 
-JO JO JO-reía como el ogro feroz- no me diga. 
-Y no tengo miedo y estoy orgullosa de eso. 
-Tendrás miedo; se te nota que eres una cobarde. 
-Edwards; usted terminará con el enemigo rompiéndole la cara, cuando yo sea almirante. 
-¿Porqué? 
-Porque comete el mismo error de tantos hombres en combate: piensa que la dureza lo es todo. 
-Antes de que me rompan la cara; cadete, voy a hacer algo por usted; enseñarle a jugar sucio… 
El mundo giró alrededor de Lisa por la fuerza de el golpe; pero ella no cerró los ojos… 
-Memoriza esta frase de Nietzsche: LO QUE NO TE MATA TE HACE MAS FUERTE. 
 
 
 
 
(CAPITULO PRIMERO: DESPUES DE LA DERROTA DE KHAYRON…) 
 
 
-Felicitaciones por su ascenso, almirante Hayes-dijo Leonard mientras se tragaba la aversión que le inspiraba ese fraude con faldas, ¡Que farsa! Como si esa fulana pudiera sustituir a Global…pero había que tragarse el mal trago por ahora-la RDF ha organizado una gran festividad para celebrar su última victoria sobre Khayron-en la que tú seguro que sólo tuviste el mérito de salir en la cápsula de escape, seguro, pensó despectivamente- mejor eso que un día de duelo; es mejor para la moral, deberá ocuparse de la ceremonia de su nombramiento en la fiesta, con discurso en su honor-este sapo enorme que me tengo que tragar y además poniendo buena cara- todo estará listo. 
-Gracias General Leonard, es muy importante que las fuerzas que queden en la tierra tras la partida del SDF-3 conserven la moral 
-El ejército de la Cruz Del Sur…se quedará bajo mi mando, naturalmente… 
-O bajo el de Emerson, aún no se ha decidido eso. 
-Espero que disfrute la fiesta en su honor…almirante. 
 
 
 
“Dios mío nunca creí que el protocolo diera tanto trabajo” pensó Lisa, tantos detalles que atender, tantos puntos que preparar antes de la fiesta. Y ahora, que el champán estaba listo, los fotógrafos y las cámaras de televisión habían llegado, los uniformes resplandecientes acudían al lujosísimo salón de ceremonias, y la orquesta de regia etiqueta preparaba los instrumentos para el baile de oficiales, ella tenía que supervisarlo todo, estar pendiente de cada detalle, y además debería pronunciar un discurso…ni más ni menos que como sustituto de Global en los corazones de los pilotos acostumbrados a confiar el viejo almirante… 
“Voy a tener que contratar a una secretaria de relaciones públicas; me pareció el cargo más superfluo de todos…hasta que probé de hacerlo yo” 
-¿Necesita alguna ayuda, Mrs. Hayes?-pregunto Sue Graham ansiosamente a su lado. 
“Y que alguien me quite de encima a esta fotógrafa, por dios, no sé quién me la mando aquí.” 
-Sssi… más tarde…por ahora ocúpese de que la música este lista. 
 
 
 
-¡NUNCA APRENDERE A HACER ESTO!-dijo Rick mientras batallaba con la corbata- y encima me va a decir por enésima vez que llego tarde; a ver si pisas el pedal del auto Max, vamos retrasados. 
-Como siempre, Rick-dijo Max evadiendo los autos de la carretera para abrirse paso al más puro estilo Schumacher- y no es lo peor… 
-Me sentía más segura en el combate, -dijo Miriya- ¿tienen siempre que conducir así? 
-LO PEOR ES QUE VAMOS A TENER QUE DEVOLBERNOS, PORQUE TE OLVIDASTE LOS ANILLOS. 
 
 
 
-Un piloto ha regresado desde una de las bases abandonadas, almirante-dijo Sue revisado la agenda- no ha podido hablar con usted antes, pero tiene información importante; si Ud. Le concediera unos minutos… 
-Oiga, señorita Graham, ¿Le parezco desocupada? Si usted… 
-Hola, Lisa-dijo Karl Riber. 
 
 
 
-Eres un papanatas Rick, ¿sabes lo que te va a decir cuando le digas que se te olvidaron los anillos? 
-Oye, que todos no podemos comprometernos con cuchillos en las gargantas… cada quién hace su compromiso como puede… 
-A ti sí que te pondrán un cuchillo en la garganta en cuanto le digas que… 
-CARA…(%$&@***¡¡¡) DEJAME CONDUCIR A MI, TENEMOS QUE REGRESAR 
A Miriya se le heló la sangre en las venas… (y eso que era una Zentraedi, acostumbrada a desafiar a la muerte) al ver como tomaban la curva de regreso. 
-Ejem… ¿no podrían tomarlo con calma, muchachos? 
CRASH¡¡¡ 
 
 
 
-¿Se conocen, almirante Hayes?-preguntó Sue olfateando una buena historia de inmediato- puedo llamar a las cámaras si quiere que… 
-LARGO DE AQUÍ¡¡¡ 
Dios, mío, parece capaz de matar-pensó Sue. 
 
 
 
-Es una incompetente para el cargo, -dijo Leonard con fatalismo, mientras se ajustaba la palomita de la corbata del uniforme de gala, en previsión de las acciones de los fotógrafos- gracias a Dios yo estaré a cargo del Ejército de la Cruz del Sur. 
-Esa sensación de poder que da el tener los dedos sobre el botón nuclear de exterminio es demasiado para CIERTAS PERSONAS…-le respondió Emerson con intencionada ironía, mientras se llevaba la copa de champán a los labios. 
-Precisamente a eso me refiero-carraspeó Leonard fingiendo ignorar el velado insulto-mire Emerson, podemos tener nuestras diferencias, pero estará de acuerdo conmigo en que es nuestro deber vigilar que los grandes cargos no caigan en las personas equivocadas. 
-General Leonard, le sorprendería saber hasta que punto estoy de acuerdo con ud. En ESO… 
 
 
 
-Todo se ve tan cambiado ahora-dijo Riber mientras caminaba por el salón de gala al lado de Lisa, su inmaculado uniforme blanco le daba una elegancia, y una curiosa combinación de gracia y fuerza que lo hacía destacar de los demás aunque no llevase las condecoraciones de rigor- no pensé que la tierra estuviera tan alterada.  
-Han pasado muchas cosas, Karl.-empezó a decir Lisa. 
-Y tú también has cambiado, ahora eres un almirante. Te vez más segura de ti misma Lisa, más seria también… 
-Riber yo… 
 
 
 
 
CRAHS¡¡¡ 
-Bueno, sólo has chocado el auto de tu mejor amigo justo antes del baile inaugural del SDF-3; antes de que te nombren almirante, des tu propio discurso en la televisión ante las fuerzas armadas y le tengas que proponer matrimonio a Lisa. Rick, no te preocupes, que la vida sigue…-dijo cándidamente Max, con su mejor carita de inocente. 
-Tú si que animas… 
-Chicos, ahí hay una joyería-dijo Miriya- podemos comprar los anillos y luego conseguir un transporte. 
-No es un atraco,-dijo Rick al ver el nervioso rostro del joyero al entrar con el auto chocado detrás de ellos- sólo queremos comprar unos anillos de matrimonio. 
-Ya se sabe que estas cosas lo ponen nervioso a uno, pero no se preocupe; el coche estaba asegurado, y le pagaremos los anillos en efectivo-dijo Max conciliador-seguro que usted habrá presenciado accidentillos como estos cuando se compran anillos de matrimonio, buen hombre. 
-Pues sí, señores-dijo el joyero- pero creo que la única que debería ponerse nerviosa aquí es la novia… teniendo en cuenta la buena pieza que ha elegido... 
 
 
 
 
-Esperé mucho este momento-dijo Riber, mientras Lisa se estremecía al escuchar el tono de su voz- siempre me preguntaba si tú me habrías esperado también todos estos años… 
Minmei se adelantó sobre la pista de baile, imponiendo silencio entre los oficiales sólo con la fuerza de su belleza; siempre los hacía callar; estaba tan acostumbrada a despertar ese sentimiento de poderoso deseo entre los hombres que no le dió importancia; sentía en cambio la mirada de Kayle sobre ella; desvió la vista para rehuir sus ojos, y miró el podio de los almirantes; ¿Quién sería ese oficial que hablaba con tanta familiaridad con la almirante Hayes? 
-Riber, yo… 
-Soñé contigo cada noche en el espacio, cada combate, cada muerte, siempre pensé en ti. Cada vez que me preguntaba si regresaría con vida a la tierra pensé en ti… 
-Riber… 
-Va a empezar la música. Lisa. 
-Riber, es que… 
-Y siempre me pregunté si tú me esperabas con la misma fuerza que yo a ti… 
-Yo… 
 
 
Sé que estas pensando que te soy infiel 
Que te estoy mintiendo por primera vez 
 
 
 
-Y siempre me desprecié por haber dudado de ti cada vez que me preguntaba eso, Lisa, -la miraba con esa fuerza, esa mirada inconfundible del hombre dispuesto a morir por la mujer que amaba- siempre me dije que tú soñabas conmigo como yo lo hacía… 
 
 
Sé que si te lo niego no me creerás 
Y si te lo acepto me abandonarás 
Cariño mío no sé que hacer 
Seguir callada, 
Seguir con él 
O ser sincera  
Y serte fiel 
Cariño mío  
No sé que hacer 
 
 
 
-Karl, yo… 
-Siempre pensé que no era justo reclamarte nada después de tantos años sólo porque no habíamos podido volver a vernos, me parecía injusto que ustedes las mujeres se sientan obligadas hacia hombres a los que tanto tiempo llevaban sin ver, sólo por el compromiso de la guerra, pero no podía dejar de soñar en ti; tu voz, tus ojos, sentía el deseo de verte tantas veces… 
-Karl, yo… 
 
 
 
Pude no engañarte 
Pero sucedió 
¿De que serviría 
Pedirte perdón? 
 
 
 
-…y siempre me reconfortaba pensar el los días felices que viviríamos juntos en cuanto pudiéramos volver a vernos, en las noches que pasaríamos juntos, contemplando las estrellas, esas estrellas que ya no nos separarían, sino que serían el símbolo mismo de nuestra unión, nuestro amor… 
 
 
 
Eres mi viento 
Y el es mi huerto 
Tú eres el alma  
El es mi cuerpo 
Cariño mío  
Te tengo miedo  
En verdad lo siento 
Ya no sé que hacer. 
 
 
 
Lisa contempló la mirada burlona de la cantante a lo lejos y comprendió que nunca su voz sonaría más inspirada que esa noche; apretó los puños con fuerza, y se concentró en Riber… 
 
“VOY A MATAR A ESA CHICA, JURO POR DIOS QUE EN CUANTO SALGA DE ESTA, VOY A MATARLA” 
 
Pero claro, una almirante no puede ir en pleno baile de gala, a pegarle un tiro a la estrella especialmente contratada por el departamento de relaciones públicas del ejército precisamente en el día de fiesta nacional por la victoria; por muy héroe de guerra que se sea por menos de eso la enviaban a una a comandar el servicio de limpieza de los baños del cuarto trasero de depósitos de chatarra. Tenía que aguantar como pudiera… y en eso estaba. 
 
-Me preguntaba qué palabras debía de usar cuando volviera a verte, Lisa, me atormenté tantas noches pensado cómo te diría lo que siento por ti; cómo maduro mi amor todos esos días, cómo podía hacerte sentir todo lo que mi corazón sentía; lo dejé porque supe que te amo más de lo que mis palabras pueden expresar: que el secreto para hablarle al corazón de una mujer es simplemente quererla, quererla, quererla…. 
 
 
 
Pienses lo que pienses  
Lo voy a negar 
¿De qué serviría  
Torturarnos más? 
 
 
 
-Karl, escúchame… 
 
 
 
Cariño mío te tengo  
Miedo, él no es un juego 
Es mucho más 
Cariño mío en verdad lo siento 
 
 
 
-No Lisa; escúchame tú 
-Pero 
-Pero nada, Lisa 
 
 
Cariño mío no sé  
Que hacer 
Seguir callada 
Seguir con él 
O ser sincera y 
Serte fiel 
Cariño mío 
Ya no sé que hacer. 
 
 
 
Karl miró hacia la cantante, y en sus ojos se dibujo en seguida la duda; Lisa sintió terror ante su mirada e intentó tomarle de la mano; pero ya era tarde. 
-Voy a terminar con esto, Lisa 
-Karl…no, por favor…no…NO 
 
Y ante los aterrados ojos de Lisa marchó directamente hacia la orquesta, ella sintió la terrible sensación de la catástrofe, vio el peligro, quiso actuar, pero supo que nada podría detenerlo… 
…y saboreo el mordisco cruel del miedo, la atenazó la mano helada de la impotencia… 
 
El maestro de ceremonias se adelantó tras escuchar las instrucciones de Karl: 
-Damas y caballeros, debo hacer público un anuncio… 
 
 
 
 
-Ahora el problema es encontrar un transporte que nos lleve al Salón de Gala a tiempo-dijo Rick, contemplando el asunto como si fuera un planteamiento de batalla- el hecho es que tu auto no podrá… 
-y de paso, me debes la reparación… 
-Si, hombre, sí; pero mientras tanto…ya sé es muy sencillo: llamaremos a la base y pediremos que envíen una patrulla a recogernos. Será fácil. Llamare ahora mismo, en esa esquina hay una cabina de teléfono. 
En el departamento de comunicaciones tres oficiales conversaban poco antes de recibir la llamada de Rick: 
-¿Supiste la noticia?-le dijo una de las operadoras a la otra- El oficial Hunter y la Almirante Hayes van a abrir el baile de gala hoy. 
-Es lo que me contaron-respondió la otra guiñando un ojo- no me sorprendería que formalizaran su compromiso ante las cámaras; sería tan romántico… 
-Ya dejen de hablar de cosas que no les incumben-terció el controlador ajustándose los lentes- yo no creo que… 
-Tú lo que estás es molesto porque dijiste que ella no tenía intención de abandonar su trabajo y que sólo eran buenos amigos. 
RRRRIIINGG 
-Comunicaciones; aquí el teniente Mitchell-aprovechó la ocasión para atender el teléfono y evitar contestar  
-Teniente, le habla el oficial Hunter 
-Que tal, creí que estaría con la almirante Hayes; ¿no iban a abrir el baile de gala? 
-Apostaría a que ese tipo la VOLVIO a dejar plantada OTRA VEZ.-oyó Rick la voz de las operadoras; y miró el teléfono con una sensación de ridículo… 
-Si; hay tipos que jamás aprenderán… 
-¿Qué verá ella en un papanatas como él? 
-Bueno, ya sabes, tuvo un desengaño años atrás por un tipo que murió en combate y... 
-¡Que las puede estar escuchando! ¡Parecen OTRA VEZ unas gallinas chismosas! 
-Y tú pareces OTRA VEZ un ganso… 
-¡TENIENTE MITCHELL, CONSIGAME UNA PATRULLA Y TRAIGAMELA COMO SEA! ¡YA MISMO!-colgó el teléfono y evitó la mirada burlona de Mirya con la típica cara de: "¿No-te-gusta-saber-que-se-siente-ser-TÚ-la-comidilla-de- todo-el-mundo-Rick?"  
Suspiro hondo y farfullo entre dientes: 
-Entrometidas. 
 
 
(Continuará)  
 

Continue / Continua: Yes / Si

Feedback / Comentarios: Yes / Si

Author email / email del autor: ZeiztleralexanderARROBAyahoo.com.mx