fanfic_name = La persona menos pensada

chapter = 6

author = Berenice Wright

dedicate = A todos los que la lean.

Rating = AP15

Type = Humor

fanfic = No debería dejarlo dormir en el sofá, se dijo Lisa esa madrugada al verlo encogido y en una posición incómoda. Depositó la bandeja del desayuno sobre la mesa y se sentó en un pequeño espacio que quedaba. Se inclinó, apoyando una mano sobre su antebrazo.

-Rick – susurró.

No hubo respuesta.

-Rick – le dio una leve sacudida.

-¿Hmm?

–Ya es hora.

Abrió los ojos y al verla se incorporó.

-¿Qué... qué pasa? ¿Te duele algo, te molesta alguna cosa?

-No – dijo riendo. – Te traje el desayuno.

Rick reparó en la bandeja, apoyada sobre la mesa. Se volvió hacia ella, bostezando.

-No debiste hacerlo – dijo conmovido. ¿Cuándo Minmei había hecho algo amable por él? se preguntó con tristeza.

-Es lo menos que puedo hacer. Después de todo lo que estás haciendo por mí – sin darse cuenta, comenzó a ordenarle los cabellos rebeldes. Rick la miró embobado, no había creído que Lisa podría tratarlo con tanta suavidad. Cerró los ojos, disfrutando del contacto.

-Te vas a quedar dormido y se te va a hacer tarde – dijo, divertida, sin dejar de arreglarle el pelo.

-¿Tarde para qué?

-¿No tenías que estar en la base a las cinco?

Rick rió.

-Hoy es mi día libre, jefa.

Lisa se ruborizó.

-Lo siento. Es que desde que no estoy yendo al trabajo, perdí la cuenta de los días.

-Además, dudo de que pueda volar con sólo dos horas de sueño.

-Ay, es cierto. Lo lamento. – dijo, apenada.

-No importa. Después de todo, no podía dormir muy bien.

Lisa podía imaginárselo. Haría algo al respecto. Rick se sentó y tomó la bandeja. El café olía delicioso. Había además unas medialunas y pan, junto con una barra de manteca nueva y mermelada de... frutilla. Al ver el frasco, la miró dejando escapar la risa. Lisa rió.

-No pude evitar hacerte sufrir un poquito. - le pasó un brazo alrededor de los hombros. Rick apoyó la cabeza sobre su hombro. Lisa enterró el rostro en aquella mata oscura y desordenada, maravillándose de lo bien que olía. No podía luchar contra sus emociones, aquel muchacho la atraía de una forma que no podía explicar. No le pasaba lo mismo con Riber.

-¿Vas a ir a trabajar hoy? – preguntó él, disfrutando de lo que fuera que ella le estuviera haciendo a su cabello.

-No, me dieron vacaciones.

-¿En serio?

-En realidad son mis primeras vacaciones... en cuatro años.

La miró estupefacto.

-¿Cuatro años? ¿Cómo aguantaste?

Ella se encogió de hombros.

-No tenía motivos para quedarme en casa. Vivo sola, ni siquiera tengo un gato para que me acompañe. Y mi padre está en Alaska, inmerso en su trabajo. Y no puedo estar con Claudia, porque ella va de vacaciones con...

-...Roy. Sí, te entiendo. Es por eso que tampoco salí de vacaciones en...

-...dos años.

Rick se quedó perplejo.

-Yo firmo todos los permisos, y nunca he visto el tuyo. – informó. Él se retrepó en su asiento.

-Cuando él estaba sólo, no había problemas, pero ahora ya casi ni hablamos. El poco tiempo libre del que dispone lo pasa con Claudia. No es que me oponga, al contrario, ella es adorable, pero...

-Te entiendo. Supongo que si yo tuviera alguna hermana con la que fuera muy unida, me sentiría desplazada cuando ella tuviera un novio. ¿Por qué no vas a decirle eso a Roy?

-Casi ni lo veo. Y las pocas veces, me trata como si fuera un niño.

Lisa sonrió.

-Él es muy sobre protector.

Rick asintió.

-Y que lo digas ¿Qué te parece si me tomo también unas vacaciones? Así puedo hacerte compañía.

Ella sonrió, sin poder creerlo. Primero, querían matarse y ahora vivían pegados el uno al otro.

-Me vendría bien un poco de compañía. Gracias.

-Ahora ya no vas a necesitar un gato – murmuró él.

-No podría competir contigo – musitó, haciendo que el chico se ruborizara.

La parte mala de que todo el mundo supiera lo que te estaba pasando, era que la gente que no querías que tuviera conocimiento del hecho, terminaba enterándose tarde o temprano. Y allí sucedían los desastres.

Rick salía de la base, en su primer minuto de vacaciones. Ni siquiera tuvo que dar demasiadas explicaciones. Apenas mencionó la frase “ voy a tomarme un descanso”, sí, como no teniente, por supuesto, vaya y relájese.

Al parecer, el tener un bebé hacía que las personas fueran más condescendientes con él. Sonrió. Bueno, en realidad él no tendría el bebé, sería Lisa. Y en realidad, ese bebé no era su hijo. Aunque, no podía dejar de pensar en él como tal. Lo sentía como suyo ( por más de que no hubiera tenido participación en el asunto) Se sentía emocionado, ya lo imaginaba, irían juntos a volar, iría a sus partidos de fútbol o básquetbol o tal vez hockey, adoraba el hockey, lo ayudaría en sus tareas... junto a Lisa. Y los tres harían un montón de cosas... juntos. Y en las noches, le leería un libro para que se durmiera y luego iría a dormir al lado de... Lisa, muy abrazado a ella y enterraría el rostro en esa suave mata de cabellos rojizos, sintiéndola junto a él y ...

Se detuvo y sacudió la cabeza. ¿En qué estaba pensando?

¡Qué más daba! Le gustaba estar con ella. No iba a engañarse. Adoraba estar con ella. No creyó que encontraría alguien con quien pudiera compartir tantas cosas que le gustaban, que lo comprendiera. Que supiera de qué estaba hablando.

Y todo había comenzado con esa caída de aquel árbol, intentando bajar el gatito de aquella niñita. Fueron a su casa, donde lo ayudó con el corte que tenía en la frente y sin darse cuenta, se quedaron conversando hasta casi medianoche. Luego vino el rescate de Marte, la vez que estuvieron prisioneros en aquella nave zentraedi. Cuando se perdieron de Max y Ben y estuvieron solos. Y después cuando quedaron atrapados, al ordenar Sammie la transformación. Todo por haber ido a ver esa película. No pudo invitarla a cenar, porque entonces apareció Riber y ella prácticamente desapareció.

¿Quién hubiera dicho que un par de meses después, él estaría viviendo con ella porque Riber la había abandonado?

Al pasar oyó a varios soldados murmurar con excitación y señalar algo. Se detuvo con curiosidad y dirigió la vista hacia la dirección en la que señalaban. Gimió al ver a Minmei aproximándose a él con cara de pocos amigos.

¿Y si desviaba de camino o fingía que no la conocía?

No, mejor no. Los soldados la seguían con la mirada y al ver que ella avanzaba hacia él, comenzaron a murmurar. Rick volvió a gemir al ver, por el rabillo del ojo, a Kim, Vanesa y a Sammie, que lo observaban con curiosidad.

Quizás podría fingirse demente y de alguna manera salvarse del papelón. No creía que la cantante supiera lo de su “hijo”, sin embargo ,la mayoría de los presentes asumía que él estaba con Lisa, y si Minmei comenzaba a portarse como su novia... estaría en serios problemas ( no precisamente con Lisa... sino con Roy)

Puso su mejor sonrisa hipócrita y aguardó. Ella se detuvo frente a él y le dio una fuerte bofetada. Los presentes soltaron algunos” uuuffs” “aaayss” y alguno que otro “ casi le arranca la cabeza”. Las tres chicas del puente ahogaron un gemido.

Rick sintió que todo el lado derecho de su rostro ardía. Se llevó una mano a la mejilla.

-Si fuera mujer, te golpearía – musitó con voz apenas audible.

-¡¿Es cierto?! ¡¿Vas a tener un hijo... con esa vieja?! – gritó.

-¡Oye, no insultes a “nuestra Lisa”! – exclamó una voz. Por el rabillo del ojo, Rick vio a Max avanzando hecho una furia.

-¡Cierto! – gritó alguien.

-¡Estás celosa porque es mucho más bonita! - gritó Sammie.

Rick se apresuró a tomarla de la mano y a entrar en la base, aquel no era el mejor lugar para hablar del asunto. Encontró una sala vacía y se apresuró a meterla allí. Cerró la puerta a sus espaldas.

-¿Tenías que montar todo ese espectáculo? La prensa va a hacerse su agosto.

-¡No me importa la prensa! ¡¿ Cómo pudiste hacerlo?!

-¿Cómo pude? Humm.... ¿ que no estás grandecita como para saber cómo pasan estas cosas? Verás, las mujeres...

-¡RICK!

El muchacho se sentó en una silla y la miró fijamente.

-Yo no fui quien decidió terminar con todo.

-Yo no terminé contigo. – sollozó.

-Veamos – comenzó a enumerar con los dedos – sólo me veías los fines de semana o a veces ni siquiera los fines de semana; cada vez que te llamaba, no estabas ni me devolvías las llamadas; vivías pegada a tu primito y salías con él a todas partes, cuando les preguntaron si iban a casarse y él te lo propuso, no dijiste nada acerca de que ya tenías un novio.

-¡No quería que comenzaran a perseguirte y a hacerte la vida imposible!

-¡Qué considerada!. Te fuiste a promocionar tu película con él, y no me llamaste durante todo ese tiempo. – continuó.

-Te dije que estaba...

-Y por último, lo besaste.

Ella lo miró boquiabierta.

-¿Qué? – musitó.

-Los vi, cuando atacaron la sala de conciertos y fui a salvarte, vi que se estaban dando un beso.

-¿Y no viste que yo lo empujé? ¿No escuchaste que le grité que no lo volviera a hacer?

-No, no lo vi. Y ahora ya no me importa tampoco. ¡Diablos! Yo te amaba, iba a hacer lo que me pidieras ( menos dejar de ser piloto, claro), pero eso nunca fue suficiente ¿ verdad? Siempre estuve en último lugar en tu vida.

Se aproximó a él y tomó su rostro con ambas manos.

-Eso no es cierto – musitó.

-Nunca me dejaste estar a tu lado en los momentos más importantes. – musitó - Y me pediste que dejara ser quien era. Yo nunca te hubiera pedido que renunciaras a cantar. Fui un tonto al pensar que podía haber algo entre nosotros. – se puso de pie.

-Rick, te amo – sollozó, asiendo una de sus manos. El joven la miró en silencio unos instantes. Le acarició con dulzura una mejilla.

-Nunca creí que me lo dirías – murmuró – Sin embargo, ahora ya es tarde. No soy tu juguete y ninguna de tus mentiras va a bastar para retenerme a tu lado.– se soltó y salió apresuradamente de la habitación, oyendo los sollozos de la chica.

Abandonó la base sin mirar a nadie y sin querer hablar con nadie. Roy intentó detenerlo. Rick echó a correr, huyendo de todos ellos.

Al llegar a casa, varias horas después, encontró la puerta entreabierta. Iba a entrar, cuando escuchó la voz de Claudia.

-Todo el mundo los vio, Lisa – se escuchaba enojada. – Lo abofeteó y luego él la llevó al interior de la base, donde estuvieron encerrados durante una hora.

Rick contuvo el aliento.

-Y Roy dijo haberlo visto muy alterado.

Lisa continuó pegando las piezas del jarrón que se le había caído por accidente.

-¿No vas a decir nada? – Claudia apoyó las manos en las caderas. Lisa suspiró: esa era la clara señal de que su amiga estaba (muy) molesta.

-Él está conmigo, ahí viste sus cosas – señaló la maleta – Y no voy a insultarlo, dudando de sus sentimientos.

Rick dejó de contener la respiración.

-¿Y dónde está ahora? Fue esta mañana a la base y desde entonces no ha vuelto.

Lisa nada dijo. Quizás Rick necesitaba un tiempo para estar solo y pensar. Tal vez no era la manera en la que quiso que Minmei se enterara del asunto.

-Lisa, la verdad es que todo esto es muy raro. Hasta hace poco más de un mes, ese muchacho estaba que bebía los vientos por Minmei... y ahora va a tener un hijo contigo. Por cierto, estabas con Riber durante esa misma época.

Rick volvió a atajar el aliento. Lisa no se inmutó.

-Quizás las cosas con Riber no eran lo que parecían.

-¡¿Qué?! Pero te veías tan contenta...

-Pudo haber sido por otro motivo.

Claudia ahogó un gemido.

-¿Engañaste a Riber... con ese pollito de Hunter?

Rick hizo una mueca ¿Pollito?

-Yo no dije nada.- colocó la pasta adhesiva y pegó el pedazo roto.

-No puedo creerlo.

-Sólo dije que las cosas con Riber pudieron no ser lo que parecían. Yo no dije ni si tuvimos relaciones o no. Ustedes se armaron todo el romance y nosotros solo nos sentábamos a tomar té y a comer galletas. Si hubiera habido amor, él no se hubiera marchado ¿verdad?

Claudia tuvo que admitir que tenía razón.

-¿Y qué hay de Hunter? ¿ Él te engaña con Minmei?

Lisa se restregó la frente, cansada. Se puso de pie y fue hasta el armario, buscando un pincel fino.

-Clau, él va a ser el padre de nuestro hijo - Claudia no vio la expresión de cómico asombro que apareció en el rostro de Lisa al decir esa frase. – Y no quiero hablar del tema. Lo que tenga él con esa chica y de lo que haya hablado con ella es asunto suyo, no nuestro.

-Pero...

-Se terminó.

-Bien, pero si ese pimpollito Hunter ( ¿pimpollito? . se preguntó Rick, ¿ y después en qué se convertiría?) está jugando a dos puntas, lo mato.

Lisa esbozó una sonrisa al tiempo que la abrazaba. A quien deberían linchar era a Karl Riber, no a Rick Hunter.

Rick decidió entrar en ese momento, haciendo todo el ruido que fue capaz. Al ver a Claudia, utilizó la más hipócritas de sus sonrisas ( y ella hizo lo mismo)

-Eh... Rick.

-Mm... Claudia.

Lisa avanzó hacia él y lo abrazó con fuerza, sorprendiéndolos.

-Este.... bien, yo debo regresar a la base – dijo Claudia caminando hacia la puerta. – Gusto en verte, bizco... Rick.

-Igual, saludos a Roy.

Claudia asintió, cerrando la puerta tras de sí. Lisa se apartó de él.

-¿Estabas escuchando, verdad? – inquirió suavemente, haciendo que se pusiera como un tomate.

-Sí que los chismes vuelan. – murmuró, poniéndose de mal humor. Lisa encontró el pincel y reanudó su tarea.

-Se ve que no te fue muy bien.

-Todo el mundo estaba allí – gimió.

-No deberías preocuparte por eso. – miró su mejilla enrojecida, notando que un hilillo de sangre corría por esta. Dejó el jarrón sobre la mesa y fue a buscar un desinfectante y un poco de algodón. - ¿Te duele? – preguntó, limpiándole la herida. Él negó.

-Debió haberlo hecho con alguno de sus anillos.

-Pobre, Ricky, hoy no fue tu día. –depositó un beso sobre su frente. Rick sintió como si una descarga eléctrica atravesara su cuerpo. Lisa se puso de pie y se encaminó al baño.

-Eso que dijiste, sobre que yo iba a ser el padre... fue muy... considerado....

-Gracias.

-¿Por qué no le dijiste a Claudia que el padre es Riber?- inquirió con curiosidad.

-¿Te estás arrepintiendo, Hunter? – inquirió, burlona. Regresó a la sala.

-Por supuesto que no. Sin embargo, ella es tu mejor amiga y pensé que se lo dirías.

Lisa se dirigió a la cocina, seguida por él.

-Si yo le digo la verdad, va a tratar de hallar a Riber para contárselo. Y no quiero que él regrese.

El corazón de Rick comenzó a latir a una velocidad de varios kilómetros por segundo.

-Si Karl, vuelve, lo va a hacer solo porque tiene que cumplir con una obligación... y no me interesa tenerlo a mi lado en esos términos. Él decidió marcharse, así que no tengo por qué obligarlo a que venga.

Dio un respingo cuando él la abrazó por detrás, sin poder dominarse ¡Qué bueno era escuchar eso! Adiós, Riber, adiós para siempre.

-No te preocupes, Liz, yo estoy a tu lado y nadie va a moverme de acá. – musitó.

-Gracias, Rick. – murmuró, conteniendo el aliento.

El joven depositó un beso sobre su mejilla. Lisa soltó la respiración. Se volvió hacia él. Rick volvió a estrecharla en sus brazos y se inclinó para besarla. Lisa se echó hacia atrás y volvió el rostro, de una manera brusca. Todavía no, ni siquiera hacía demasiado tiempo desde que había estado con Karl.

No, no era eso. En realidad estaba asustada. Era consciente de la atracción que el muchacho ejercía sobre ella. Mas ¿qué haría si se dejaba llevar y luego él se marchaba también? ¿Podría sobrevivir a eso?

Rick se sintió muy herido al verse rechazado.

-Ni siquiera sentías lo que estabas diciendo hace un rato. Sólo estabas armando un teatro delante de Claudia –dijo , comprendiendo.

-Rick, no es...

Se apartó de ella. Primero Minmei, ahora Lisa.

-¡Diablos! – murmuró yendo hasta la puerta.

-¿No podrías dejarme que te explique? – fue tras él. – No es lo que estás pensando.

Abrió la puerta y salió, sin mirarla. Lisa suspiró, juntó ambas manos y elevó los ojos al cielo.

-Paciencia, Señor, dame paciencia.

State = Continuará/To Be Continue

feedback = Sí/Yes

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