fanfic_name = La persona menos pensada

chapter = 1

author = Berenice Wright

dedicate = A todos los que lo lean!

Rating = AP15

Type = Humor

fanfic =

La Persona menos pensada

Berenice Wright

La vida era extraña. Un minuto te colma de la felicidad más plena, y al siguiente, te sume en la depresión más profunda, pensó Lisa observando la puerta del cuarto que había estado ocupado por él durante un mes. Miró de nuevo la hoja que traía en la mano y releyó los resultados. Ahogó un gemido, su vida acababa de convertirse en un verdadero desastre.

¿Cómo pudo haber sido posible? Un mes atrás, Riber había regresado con vida, luego de varios años. No había muerto en Marte, sino que escapó de la base cuando ocurrió el ataque. El problema había radicado en que sufrió una amnesia temporal a raíz de un accidente ocurrido durante la huida y tardó mucho tiempo en recuperarse. Y cuando lo hizo, su primer pensamiento fue buscarla.

Había descubierto que aún sentía algo muy fuerte por él. Apenas se vieron, todo el amor que creyeron olvidado regresó, con mayor intensidad que antes.

Fue el mejor mes de sus vidas. Allí decidió que quería pasar el resto de sus días a su lado. Que sin él ya no podría vivir. Todos en la base notaron los cambios, su sonrisa espontánea, sus ojos brillantes, se veía más hermosa. Incluso el molesto de Hunter no la sacaba de quicio y hasta el pequeño gallito bravucón se mostraba educado con ella y no la provocaba en lo más mínimo. Y.. ( oh, sí) ya lo apreciaba. El muchacho de pronto se había convertido en un buen amigo con el correr de los días.

Y ahora... ahora que necesitaba que Riber estuviera allí, ahora que debía estar allí, se había marchado ¡Sin decirle nada! ¡Y nadie sabía a dónde había ido!

¿Por qué? ¿Por qué hizo eso? ¿Acaso no estaba feliz de haberla encontrado? ¿No pasaron un tiempo maravilloso, deseando permanecer juntos por siempre? ¡¿No le había jurado, el muy desgraciado, amor eterno?!

¡Pero, no! ¡El muy #ARROBA#% se había marchado dejándola sola... y también a su hijo!

Dejó escapar un sollozo y se cubrió los ojos. Iba a tener a ese bebé... sola... Bien, que así fuera. Su hijo ( por alguna razón pensaba en él como un varón) sería a partir de ese momento el único hombre de su vida. Se acabó, no más Ribers, ni fulanos ni menganos, ni nadie. Viviría por y para su hijito.

Dio un salto cuando una mano se apoyó sobre su hombro.

-¿Lisa, estás bien? – Rick la miró con preocupación. Ella se apresuró a enjugarse las lágrimas.

-Seguro, no he estado mejor en años- replicó no sin cierto sarcasmo, que al joven no le pasó desapercibido. –Mi vida es perfecta, es más de lo que podría haber pedido. – deseaba desahogarse con alguien, pero no estaba muy segura de si Rick sería la mejor persona para eso( aunque con lo bien que se llevaban últimamente, a veces le parecía imposible que hubieran estado peleando como perro y gato) Sin embargo, él ya tenía sus problemas y no deseaba cargarle también los suyos y hacerlo sentir mal porque no podía ayudarla -¿Podrías avisarle a Claudia que me fui a casa? No me siento bien – musitó.

Rick miró la puerta de la habitación, con la placa de “Karl Riber”, dándose cuenta de que el malestar de su comandante tenía que ver con ese nombre. La reina de hielo había dejado de serlo durante unos maravillosos días, convirtiéndose en un verdadero sol que iluminaba a los pilotos que veían su rostro sonriente del otro lado de la pantalla. Hasta los muchachos se sentían más animados y confiados... gracias a Riber. Y ahora, ese mismo Riber, les estaba devolviendo a su reina polar y las cosas volvería a ser como antes. Y era una pena, porque se había convertido en amigo de Lisa, y eso le gustaba. Sin darse cuenta, le había tomado cariño. Especialmente ahora que estaba solo ya que Minmei lo había dejado para realizar una gira de seis meses... acompañada de su primo. Soltó un gruñido.

Asintió en silencio al pedido de Lisa, y cuando ésta dio un par de pasos, la llamó.

-¿Estás segura de no querer hablar? – preguntó tímidamente ( algo raro en él, más esa mujer sabía cómo hacerle sentir inseguro a veces) Ella esbozó una media sonrisa y negó con la cabeza.

Rick la siguió con la vista mientras se alejaba y suspiró.

-La hora feliz terminó, Hunter, es hora de volver a la realidad – masculló.

Al día siguiente, las chicas del puente, Max, Rick, Ben y Lisa estaban sentados en el restaurante chino, aprovechando el tiempo libre. Les llamó la atención ver a la comandante pálida y con cara de no haber dormido en toda la noche. Y más les extrañó ver que en lugar de su acostumbrado café, pedía un vaso de jugo.

-¿En serio estás bien? – Sammie puso una mano sobre la frente de Lisa, para comprobar si tenía fiebre, mientras Vanesa le tomaba el pulso en broma. Lisa se apartó de ambas, en forma arisca.

-¿Por qué todo el mundo me pregunta si estoy bien? –gruñó.

-¡Oh, la vuelta del monstruo! – se le escapó a Rick. Max le dio una patada por debajo de la mesa.

En la televisión, estaban pasando en diferido un concierto de Minmei. Rick suspiró. Hacía más de dos meses que no la veía. La echaba mucho de menos. Aunque era extraño cómo, cuando estaba cerca de la comandante Hayes, la ausencia de la joven no parecía tan dolorosa. Se había acordado de ella solo cuando la vio en la pantalla y lo mismo le sucedió en otras ocasiones en las que había salido con Lisa, así fuera para tomar un vaso de agua. No recordaba a Minmei durante el tiempo en el que estaban juntos. Mas, al llegar a su cuarto y hallarse nuevamente solo, sus recuerdos de momentos pasados con la nueva señorita Macross inundaban su mente hasta el punto de no dejarlo dormir y saltar ante cada timbrazo del teléfono, decepcionándose al no escuchar su voz.

-¿Ese es su novio? – preguntó Sammie, con los ojos muy abiertos, al ver junto a ella a un muchacho alto y de largos cabellos negros. Kim y Vanesa suspiraron.

-Es tan lindo.

-Sí, que es afortunada.

Rick las miró con cara de pocos amigos. ¿Qué tenía aquel alfeñique que hacía que todas suspiraran por él?¡Además, él, Rick Hunter era su novio!¿Por qué Minmei no lo decía? En todo el tiempo en el que estuvieron juntos nunca oyó que la joven dijera en alguna de sus entrevistas que tuviera pareja. Y mientras tanto, él estaba allí, llorando (literalmente, claro) y comiéndose las uñas por ella ( eso ya no era tan en sentido figurado) .¡ Y Minmei ni siquiera parecía echarlo en falta, ya que no lo había llamado en ese tiempo! ¡Era como si no existiera, como si no formara parte de su vida! Sus compañeros se le reían en la cara cuando insinuaba que había algo entre ambos y lo tildaban de fantasioso. Especialmente ese gallito de Archer. Apretó los puños.

A su lado, Lisa miró a Kyle con indiferencia.

-Así que el primo ¿eh? – musitó. Bueno, al parecer no ejercía su encanto con todas, se dijo Rick. –Es bonito.

-No me digas que también vas a ponerte a suspirar por él.

Ella lo miró con una mueca burlona.

-Tranquilo, no es la clase de tipo por el hasta caminaría de espaldas con tal de seguir mirándolo.

En un gesto impulsivo, él la abrazó y le estampó un sonoro beso en la mejilla.

-Esa es mi chica.

Por primera vez en el día, Lisa rió sacudiendo la cabeza.

Oyeron un murmullo afuera y al rato comenzaron a sonar las sirenas. Sin perder el tiempo, salieron de allí, dirigiéndose a la base.

Al sentir un fuerte mareo, Lisa se apoyó contra una pared luchando contra sus arcadas.

-¿Estás bien, Liz? – Rick se apresuró a levantarla con suavidad, mientras ella se sostenía de su brazo.

-No te preocupes. Es mejor que te apures.

-En este momento, me es más importante ponerte a salvo que cualquier otra cosa.

Lo miró, sorprendida. Rick se mordió el labio ¿Por qué dijo eso? No podría explicarlo con exactitud, mas no estaría calmado hasta verla a segura en la base.

Llegó al puente a los tumbos y se ubicó en su sitio. Claudia frunció el ceño al verla.

-¿Estás bien?

Lisa asintió, mientras daba las instrucciones al líder de escuadrón. Claudia no le creyó. Su amiga estaba muy pálida.

-Creo que deberías ir a casa.

-Líder de escuadrón Índigo, diríjase al sector 7V en el cuadrante noreste... Estoy bien, no necesito ir a casa.

De pronto, oyó la voz de Rick, preguntándole cuántas veces más tendrían que salir a enfrentarlos para que dejaran de matarlos. Cuántas naves serían necesarias para que dejen de aparecer 1000 ó diez mil ó un millón. Sintió un escalofrío. Eso no era justo, no debía ocurrir de esa manera.

A través de las ventanas se veía el fuego de ambos bandos. De lejos pareciera que se trataban de fuegos artificiales. ¿Cuántos pilotos más no regresarían a la base?¿ Cuántas cartas más debería enviar el almirante a las familias?

Escuchó a Claudia ahogar un gemido. Al levantar la vista, se encontró con la nave que venía directo hacia ellos, Claudia había iniciado la cuenta regresiva para el ataque. Al ver no sucedía nada, se volvió hacia ella.

-¡Lisa! – al ver que su compañera no respondía, dio la orden ella misma.

Un rato después, escuchó la voz de Rick en la radio, diciendo que estaba volando entre sus propios misiles.

-¡Me dieron! ¡Estoy herido!

“Estoy herido”, fue lo último que oyó antes de desmayarse.

State = Continuará/To Be Continue

feedback = Sí/Yes

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