fanfic_name = La persona menos pensada

chapter = 10

author = Berenice Wright

dedicate = A todos los que lo leen! Gracias!

Rating = AP15

Type = Alternative Universe

fanfic = -¿Y cómo van las cosas? – preguntó Jack, mientras aguardaban sus pedidos.

-Excelentes. Ayer vi la primera ecografía del chiquito.

-¿Y qué tal?

-Es increíble. Una personita completa, formándose y creciendo dentro de mí – dijo emocionada.

Jack sonrió, dándole una palmadita en el hombro.

-No veo la hora de que nazca. – siguió Lisa – No me despegaría de él ni un segundo, le compraría todas las maquetas de aviones que existen y nos sentaríamos a armarlas delante del televisor ( no soy muy buena con las manos, pero Rick puede ayudarme)...

-¿Ya te lo propuso?

Lo miró sin entender.

-¿Perdón?

-Matrimonio. ¿Ya habló contigo de eso?

Negó, para sorpresa de él. ¿Vivían juntos desde hacía meses y Hunter no había hecho la pregunta? Aquello era extraño.

-Todavía no – mintió. En realidad no estaba segura acerca de ese tema. Rick no daba muestras de estar interesada en ella. ¿Cómo podría plantearle la idea de casarse? Además, hacía poco tiempo desde lo de Riber y no quería presionarse, ni presionarlo a él ya que aún trataba de recuperarse de su relación con Minmei. Por el momento estaban bien así y él necesitaba un poco más de tiempo para alejar completamente a Minmei de su mente. No era que ya no lo hubiera hecho, pero no deseaba apresurar las cosas. No deseaba que Rick pensara que era un premio consuelo o algo así.

-Debería hacerlo. – dijo Jack – O alguien podría adelantársele.

Lisa se ruborizó. En ese momento, sonó su localizador. Roy la necesitaba, estaba preocupado por Rick.

Regresó a casa en cuanto pudo. Aún seguía enojada con él por la forma en la que le había hablado cuando ella le preguntó qué había hecho la noche anterior.

“No es asunto tuyo”

Genial, sólo intentaba entablar conversación.

Cerró la puerta y se dirigió a la cocina por un vaso de agua. Halló a Rick sentado ante la mesa, con las manos cruzadas debajo del mentón. Era la misma pose que adoptaba su padre cuando iba a reprenderla por algo.

-¿Qué tal tu cita con... Jack?

Lisa se dirigió al refrigerador y buscó la botella de agua.

-Sí que se dedican a chismosear en la base.

-En realidad te vi con él.

Lisa lo miró. Rick estaba serio. Podía contestarle con un “ no es asunto tuyo”, al igual que él más temprano. Mas, la relación todavía seguía tirante entre ellos y no deseaba empeorarla.

-No fue una cita. Solo fuimos a tomar algo. – de nuevo concentró su atención en la heladera. Rick no se dio por vencido.

-¿Pasó algo?

La joven frunció el ceño.

-¿Qué podría pasar? – inquirió malhumorada. Rick se quedó cortado.

-Am.. n-no sé. Pensé que le agradecerías por todo lo que hizo.

Cerró la puerta y se volvió hacia él.

-¿A qué te estás refiriendo? – preguntó en tono gélido.

Rick no contestó.

-¿Podrías hacer a un lado tu paranoia por Archer?

-Yo no estoy paranoico.

-¿En serio? “ Jack me hizo a un lado en la misión. Jack se llevó el avión que era mío. Jack me quitó a mi hermano” – dijo, imitándolo. - ¿Podrías vivir un segundo de tu vida sin Archer?

Él se puso de pie y se dirigió al cuarto echo una furia. Lo siguió.

-¡Rick no te hagas esto! Te considero malditamente bueno como para verte en este estado. No es justo. No es el Rick Hunter que yo conozco.

El muchacho se detuvo en medio del cuarto, contemplando el cuadro de un MIG 29, que colgaba frente a su cama.

-¿Y si soy tan bueno, por qué nadie lo reconoce? No me refiero al aspecto de ser o no buen piloto.

Lisa no comprendió.

-Yo era un buen novio, pero a Minmei no le importó; era un buen amigo, pero a Roy no le importó; podría haber sido un buen compañero, pero a Jack no le importó; era un buen hijo, pero a mi madre tampoco le importó; era un buen piloto, pero al alto mando no le importó. No era suficiente.

Ella se acercó y lo abrazó impulsivamente por detrás, sorprendiéndolo.

-A mí si me importa – murmuró, conmovida. – Más de lo que podrías llegar a imaginarte.

Rick se giró, de modo a poder mirarla.

-Para mí, es más que suficiente.

-Lisa – musitó. La muchacha apoyó una mano en su mejilla. Rick cerró los ojos, disfrutando del contacto. ¿Qué tenía ella que cada vez que lo tocaba, así fuera para llamarle la atención, sentía que podía hacer con él lo que quisiese?

-Es demasiado.

-Perdón por haber sido tan grosero contigo esta mañana. No tengo el derecho de hablarte así.

Ella apoyó un dedo sobre los labios de Rick, haciéndolo callar. Él se estremeció ligeramente al contacto.

“Quiero que me beses, ahora. Quiero que me abraces y me hagas sentir especial”

El teléfono de Rick comenzó a sonar, poniendo fin al momento.

-¿Diga?...¿Esta noche? – bajó la voz, mirando a su compañera de reojo. Lisa salió del cuarto – Pero ayer ya... – se vio interrumpido por la otra persona. Quizás debiera quedarse con Lisa.

-Vamos, Rick, sólo es una salida de amigos.

Oyó un ruido sordo del otro lado, como si un cuerpo hubiera caído pesadamente. Arrojó el celular y corrió al cuarto de Lisa.

La joven estaba de pie en medio del baño, observando el frasco de crema que había aterrizado en el piso. Era una escena un tanto cómica ya que la comandante miraba la crema desperdigada por el suelo (como si fuera el elixir de la eterna juventud y lo estuviera perdiendo) mordiéndose la punta del dedo índice.

Rick no pudo evitar soltar un suspiro de alivio. Sí que se había asustado.

-Ahora tendré que limpiar – gimió ella. Sin poder contenerse, la abrazó.

Era tan agradable tenerla entre sus brazos. ¿Cómo podía seguir confundido? No tenía derecho a estar confundido.

De acuerdo, le pondría fin a esa situación de una vez por todas.

-Liz ¿te molesta si salgo de nuevo esta noche? No creo que tarde mucho.

-No te preocupes. Después de todo no es asunto mío ¿no?

Rick se maldijo por lo bajo. Lisa se apartó de él y fue a buscar algo para limpiar ese desastre.

Al pasar junto a la cocina, reparó en la carpeta en la que se hallaban los resultados de la ecografía. Los leyó lentamente y suspiró, pensando en cómo le diría a Rick.

Ella ya lo estaba esperando cuando llegó. Dejó en la recepción el abrigo nuevo que Lisa le había regalado y se encaminó a la mesa. Contuvo el aliento al verla con aquel vestido negro escotado y ajustado al cuerpo. En un costado tenía un tajo, que dejaba ver una de sus bien torneadas piernas.

-Estás h-hermosa –tartamudeó, dándole un beso en la mejilla.

-Gracias. – Minmei sonrió e hizo una seña al mozo. - ¿Te gustaría tomar algo?

Rick agachó la cabeza al ver a... Sammie y a Ben (¿?) pasar a su lado. Lo siguió con los ojos a punto de salírsele de las órbitas. ¿Sammie con Ben? ¿Desde cuándo? Ben no era el tipo de hombre que le atrajera a Sammie ¿ o sí?

-¿Rick? – Minmei apoyó una mano en su brazo - ¿Estás bien?

-Eh... sí – quizás no había sido una buena idea el dejar a Lisa. Se escondió detrás de la carta de los vinos cuando vio pasar a otros compañeros suyos. ¡Diablos! ¿Acaso todos sus conocidos decidieron ir a comer allí ese día?

Bueno, eran las cenas de navidad que organizaban. ¿Pero por qué justo en ese mismo restaurante habiendo otros en la ciudad?

-Pasé muy bien ayer – dijo ella, sin darse cuenta de su turbación.

-Me alegro. – asomó la cabeza con cuidado – Oye Minmei ¿no querrías ir a otro sitio? – susurró.

Ella sonrió con picardía. ¿Cómo podía ser tan hermosa... y él tan idiota?

-¿Un sitio más íntimo? – inquirió en un tono que lo hizo ruborizar.

-Bueno... no precisamente...

-¡Vaya, miren quién está aquí!

Rick dio un salto, arrojando la carta de vinos al suelo y perdió los colores. Jack lo miraba ceñudo.

-¡Qué vergüenza! –siseó. A su alrededor, nadie pareció darse cuenta de nada.- Supongo que dejaste a Lisa sola de nuevo ¿ verdad? Ahora entiendo por qué no le pediste aún que se casara contigo.

-¿Qué? – Minmei lo miró horrorizada.

-¡N-no, yo no voy a casarme con Lis...!- se apresuró a decir, sin embargo al oírse, se arrepintió.

-Es una suerte porque ella no se merece alguien tan rastrero – Jack dio media vuelta y abandonó el lugar con paso rápido.

Rick se puso de pie. ¡Jack se lo diría a Lisa! ¡Se aprovecharía del momento para acercarse a ella y entonces la perdería! No quería perder a Lisa. No, eso no. ¿Qué podía hacer?

Tenía que llegar antes que Jack y explicarle a Lisa. La muchacha entendería, mas debía hablar con ella primero.

-Lo siento, debo irme – musitó.

Minmei lo siguió hasta la salida y tomó su mano.

-Te amo, Rick.- se inclinó para besarlo. Para su sorpresa, Rick no sintió nada. Un leve cosquilleo, pero no podía compararse con lo que sintió cuando Lisa lo besó esa noche.

Se separó de ella con suavidad.

-Eh... nos vemos – susurró.

Rick abandonó el lugar a los tumbos. Durante un par de horas caminó, intentando buscar una forma de salir del lío en el que se metió. Lisa pensaría que la abandonaría y ella no necesitaba eso. Ya tuvo suficiente con Riber.

Se apartó un mechón del rostro. No era justo que siguiera así, debía dejar ir a una de las dos. Pero sentía que no podía.

-¡Estúpido! – murmuró para sí. –Estúpido, estúpido. ¿Por qué la besaste?

Tendría que decirle la verdad y atenerse a las consecuencias.

Al regresar a la casa, halló a Jack en la sala con Lisa. Apenas lo vio, Archer se puso de pie.

-¿Estás bien? – Lisa se acercó a Rick. Se había envuelto con una manta – Te ves pálido.

-No es nada. – al parecer no le había contado, puesto que Lisa no se veía enojada. - ¿Cómo estás?

-Bien, Jack vino a hacerme compañía. – sonrió. Rick fijó los ojos en el piloto.

-¡Qué considerado! – gruñó.

-Bien, Liz, ya me voy. Y no dudes en avisarme cualquier cosa. ¿ de acuerdo?

-De acuerdo. Gracias de nuevo, Jack.

Éste le sonrió y se marchó sin siquiera mirar a Rick. Éste decidió seguirlo a la calle.

-Archer.

Jack se detuvo.

-No te preocupes, no se lo dije ahora. Su embarazo es muy delicado y no necesita un sobresalto en este momento. – al ver la expresión de sorpresa de Rick, añadió - ¿Acaso no sabías?

Trató de disimular su contrariedad. No, Lisa no se lo dijo.

-Conozco a los de tu tipo, Hunter y te advierto que Lisa no está sola. No tuvimos problemas en defenderla de Minmei, y menos problemas tendremos en defenderla si se te ocurre hacerle algo.

Rick apretó los puños, lleno de rabia. Antes que lastimar a Lisa preferiría morir.

-Te voy a estar observando. Roy está tan ciego que no se da cuenta de nada. Pero yo no. – Jack reanudó la marcha.

Lo observó hasta que desapareció, sin reparar en que estaba nevando y en que hacía frío.

-¿Rick? – Lisa lo llamó. Se acercó a ella y le hizo entrar. A pesar de estar de ocho meses se admiraba de cómo podía moverse con tanta gracia. Se veía tan hermosa. – Estás helado – abrió la manta y lo abrazó, cubriéndolo también con esta. – Ya casi no puedo abrazarte

–rió – Estoy muy redondita.

Rick rió rodeándola con sus brazos por debajo de la tela.

-¿Por qué no me dijiste que era un embarazo delicado? – preguntó suavemente, sintiéndola sobresaltarse. No la soltó.

-No quería preocuparte.

-Pues, parece que todos lo sabían, menos yo.

Se apartó ligeramente de él para mirarlo.

-En realidad, Jack encontró el informe y lo leyó antes de que pudiera impedirlo. Pero no te inquietes, todo está bien.

Él apoyó una mano en su mejilla.

“Te amo, Rick” tenía ganas de gritarlo en ese momento. Que lo supieran, que vieran que había encontrado a un hombre maravilloso que hacía que las cosas tuvieran sentido en su vida.

-Hay algo que debo decirte, Liz.

-¿Qué pasa?¡Au!

-¿Qué es? ¿ Te duele algo? – palideció.

Lisa rió.

-Está pateando como un loco.

-¿En serio?

Ella tomó una de sus manos y la puso sobre su vientre.

-No se siente nada.

-Debe ser por el suéter tan grueso. – se levantó la prenda y puso la mano de Rick sobre la camiseta.

-Ahora sí – dijo riendo al sentir un movimiento. Aquello era maravilloso. -¡Oh, Liz! – murmuró. Lisa levantó el rostro hacia él. Su boca estaba a tan pocos centímetros de la suya que no pudo contenerse. La joven dejó escapar un gemido y eso lo enloqueció. Comenzó a mordisquearle los labios con suavidad y a lamerlos, degustándolos.

Qué fácil sería quedarse con ella. Lisa lo conocía, lo comprendía y lo aceptaba así como era sin pedirle que cambiara y dejara de ser él mismo.

-Lisa- murmuró sin dejar de besarla, haciendo un gran esfuerzo por contenerse y no ir más lejos.

Oyeron el timbre. Pensando en que sería Jack, que quizá hubiera olvidado algo, se apresuró a abrir la puerta. Mas, se quedó de una pieza al ver a su padre de pie en el umbral con un enorme ramo de rosas blancas.

-¿Papá? – tan sorprendida estaba, que se olvidó de cualquier protocolo. Él la abrazó.

-¿Por qué no me dijiste?

-¿Cómo te enteraste...?

-Henry.

-¿El almirante?

-Creyó que yo estaba enterado. Así que, apenas lo supe, vine para acá.

Se hizo a un lado para dejarlo pasar. No había visto a su padre desde hacía casi dos años. Habían hablado algunas veces y eso era todo.

Rick permaneció de pie, sin saber muy bien cómo reaccionar. El almirante dio el ramo a su hija y reparó en el joven.

-Y él debe ser el teniente Hunter- dijo con una sonrisa.

Rick se cuadró, haciendo el saludo militar.

-Teniente Richard Hunter, señor.

Hayes devolvió el saludo.

-Teniente. Es un honor conocer a la persona que hizo que mi hija volviera a sonreír.

Rick no supo qué responder. No era esa la imagen que tenía del almirante Hayes. Y por el rostro de Lisa, supo que ella también estaba muy confundida.

-¿Querrías tomar algo, papá?

-No te preocupes.¿ Y cuándo nace mi nieto?

-Creo que en cualquier momento.

-Espero que sea durante esta semana, porque luego tengo que regresar a Alaska.

-¿En serio? –dijo con cierta decepción.

-Sí. Este asunto de los zentraedi... – suspiró. –Enviaron un embajador, sin embargo, es solo una pequeña fracción la que está dispuesta a negociar con nosotros.

-Lo sé – musitó Lisa.

-Y debemos estar preparados para cualquier cosa. Pero hablemos de algo más agradable

ahora ¿ no les parece? ¿Y cómo han estado?

-Bien – dijeron ambos al unísono. Rieron.

-Teniente, he estado mirando sus reportes y su desempeño a lo largo de estos años.

Rick se irguió en su asiento, con el corazón en la garganta.

-Y me sorprende que no lo hayan ascendido. La forma en la que comandó el escuadrón en ausencia del comandante Fokker durante el ataque al SDF 1 hace dos meses es más que admirable.

Sintió que se ruborizaba.

-Gracias, señor.

Lisa sonrió.

-Y sé que arriesgó su vida para salvar a mi hija en Marte y luego cuando fueron hechos prisioneros por zentraedis.

-Sólo cumplía con mi deber – dijo modestamente. Su imagen del almirante fue cambiando lentamente a lo largo de esa velada. Hasta Lisa estaba sorprendida del cambio operado en su padre.

-Quiero que me avises si algo pasa ¿ sí? – dijo cuando se estaba despidiendo.

Ella asintió.

-Gracias por la visita.

Él apoyó una mano sobre sus cabellos, como hacía cuando era pequeña.

-Todavía podemos recuperar el tiempo perdido ¿verdad? Porque ya me perdí muchos momentos de tu vida y ya no quiero seguir perdiéndomelos.

Ella lo miró conmovida.

-Yo tampoco quiero que te los pierdas, papá.

State = Continuará/To Be Continue

feedback = Sí/Yes

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