2029: Fuga de Ciudad Monumental

Capítulo 2: El todo por el todo.

Jost

2029: Fuga de Ciudad Monumental.


Capítulo II: El todo por el todo.


Tras la cara oculta de la Luna.

Entre la flota de los Maestros de la Robotechnia y el SDF-1 había un gran vacío.
Por una parte, el SDF-1 se hallaba rodeado de una docena de cazas Veritech,
comandados por Roy Fokker. Al otro lado, las cinco naves de la flota alienígena.

Los Maestros dieron la orden.

Al instante, se desplegaron varias decenas de transportes de biorroids.

Puente del SDF-1.

-Naves enemigas, señor- dijo Lisa Hayes. Su pantalla se llenó de multitud de
puntitos luminosos. De cada de ellos se separaron tres señales más pequeñas.

Gloval emitió un gruñido. ¿Tan pronto habría que jugarse el todo por el todo?.

El capitán agarró un micrófono y ordenó despegar a todos los cazas Veritech de
los que disponía el SDF-1. Unos pocos defenderían las proximidades de la
fortaleza espacial. El resto, constituirían una "burbuja defensiva" dispuesta en
varios niveles.

-¿Será prudente, capitán?- preguntó Claudia.

-No vamos a rendirnos sin luchar. No, mientras haya una posibilidad.

Eso iba por el doctor Lang. El científico se hallaba delante de un rastreador de
señal, rastreando la superficie terrestre (para poder hacerlo habían tenido que
desplazar el SDF-1, para que el rastreador pudiese enfocar a la Tierra y no
tener la interferencia de la Luna) y probando diversas frecuencias. Estaba
convencido de que la bomba dimensional tenía que haberse materializado al igual
que el SDF-1 en esa época y en la Tierra. Pero... ¿dónde?.

-Voy todo lo aprisa que puedo- dijo Lang, secándose el sudor de la frente.

Gloval dio unos pasos y miró a la pantalla de control. Desde el puente, se
podían ver los Veritechs que iban despegando de las cubiertas de los
portaaviones Dédalo y Prometeo acoplados al SDF-1.

Gloval pidio comunicación directa con Roy Fokker.

-Dígame, capitán.

-Comandante- dijo Gloval- Hemos detectado que el enemigo va a lanzar una gran
ofensiva. Usted se encargará de dirigir la defensa exterior de nuestra
fortaleza.

-Sí, señor.

-Diríjase a las coordenadas asignadas y espere a que la segunda ala del
escuadrón Skull se reúna con usted para tener su sector cubierto.

-¿La segunda ala?. Capitán, preferiría contar con mis hombres para...

-Todo a su momento. Cambio y fuera.

-Sí señor- dijo Fokker, contrariado.

Gloval prefería reservarse sus mejores pilotos. Harían falta cuando el doctor
Lang encontrase la aguja en el pajar.

-Claudia- dijo el capitán- Emplearemos la táctica Min Mei. Comience la
transmisión cuando yo lo diga.

Claudia preparó la emisión multifrecuencia. Con un poco de suerte, los biorroids
sufrirían el mismo efecto que los zentraedi.

Gloval cruzó los dedos.

-Ahora.

Claudia pulsó el botón.

-¡Santo Cielo!- exclamó Lisa observando las señales del radar- Son centenares...

Los pilotos de los cazas Veritech pensaron que los biorroids eran algún nuevo
modelo de caza zentraedi. Si hasta ese momento habían luchado contra los
battlepods comandados por Khyron, al ver aquellos humanoides que volaban
montados encima de una plataforma anitgravedad, consideraron que las fuerzas del
SDF-1 llevaban ventaja. Los biorroids sólo iban armados con una "pistola" cada
uno. Un caza Veritech contaba con el fusil de la posición battleoid, dos tipos
distintos de misiles y la ametralladora estándar del caza en posición de avión
normal.

El SDF-1 comenzó a emitir la música de Min Mei. El primer tema: "My time to be a
star".

El desequilibrio entre ambas fuerzas se hizo patente. Cada caza Veritech tenía
que dar cuenta de cuatro o cinco biorroids.

El nivel exterior de la burbuja defensiva se vio sobrepasada. Pero las
formaciones de biorroids no pasaron de ahí. Los cazas del nivel de defensa
siguiente se reorganizaron y los contuvieron, recibiendo apoyo de los que
defendían las proximidades del SDF-1.

-Nada- dijo Sammy.

Los biorroids eran inmunes al ataque psicológico. Sí, se dijo Gloval, debían
estar en el futuro. Los zentraedi habrían pedido refuerzos o habrían
desarrollado alguna defensa frente a la música de Min Mei. Bajó la mirada.

¿Y si estaba asistiendo a la derrota del SDF-1?.

-¿Adónde vas tú?- preguntó Fokker a un biorroid que más que luchar, se afanaba
por abrirse paso entre los Veritechs y los biorroids que se perseguían y se
disparaban mutuamente.

Fokker le siguió en posición normal.

-¡Dejádmelo para mí!- avisó Fokker a sus compañeros, que seguían luchando.

Fokker le disparó una andanada de misiles múltiples, pero el biorroid rojo los
esquivó despistándolos. Aquel piloto alienigena era endiabladamente bueno, pensó
Roy. Aquello se convirtió en una cuestión de orgullo personal.

El biorroid rojo tomó rumbo directo al SDF-1, con el Veritech de Roy pisándole
los talones.

Puente del SDF-1.

-¡Lo encontré!- exclamó Lang poniéndose en pie.

-¿Dónde?- preguntó Gloval al científico.

-En las coordenadas N-121 y W-87. Registro muy poca señal, pero está intacto. Si
no, no podría haberlo localizado.

-Por aquí no pasas- dijo Fokker con su Veritech en posición battleoid enfrente
del biorroid.

Ambos aparatos se habían quedado "mirándose" el uno al otro. Roy le apuntó con
el fusil.

"Todavía no".

Era la voz del Triunvirato, que controlaba al piloto del biorroid rojo. El era
el clon de Zor Prime.

Antes de que Roy pudiera disparar, el biorroid huyó en dirección opuesta,
reincorporándose a la batalla, como un biorroid más.

Proximidades de las coordenadas N-121 y W-87.

Sector N-7.

A trece kilómetros de Ciudad Monumental.

"Por aquí fue" pensó Duke deteniendo la aeromoto.

Reconoció la desértica zona que se abría ante sus ojos. Allí fue donde la
comandante Satori le había arrestado.

Duke tuvo que concederse un momento para pensar. Demasiadas emociones en solo
dos días. Hizo una pequeña recopilación de lo que sabía. Antes que nada,
olvidarse de las leyes de la lógica era fundamental.

"El SDF-1 fue destruido por los zentraedi rebeldes hace quince años".

El SDF-1 venía de un mundo paralelo, de un mundo con su propia historia.
Entonces, él se hallaba en el futuro del mundo del que provenía el SDF-1.

"Usted y el generador serán absorbidos por un vórtice espacio temporal..." o
algo así había oído del científico que intentó ayudarle para desactivar la bomba
dimensional zentraedi. Duke pensó que aquello le estaba bien empleado por haber
jugado a ser John Wayne. La bomba era la responsable de que estuviera allí. Eso
era indiscutible.

Por allí apareció él... vagando entre el desierto.

¿Y si la bomba se hallara por ahí?. ¿Y si encontrarla sirviera de algo?. ¿ Y si
pudiera él, de alguna forma, volver al siglo XX?.

Duke arrancó de nuevo la aeromoto. Tenía algo por donde empezar... tal vez la
bomba estuviera por el mismo desierto donde él apareció. El que haría a
continuación... se vería.

Le encantaría ver la cara del almirante Barnes cuando le contase su historia. Si
es que regresaba, claro.

Duke añoraba su hogar. Y prefería mil veces el Océano Pacífico antes que aquel
desolado desierto.

Comenzaban a vislumbrarse los primeros rayos del sol de la mañana.

Sección Prometeo del SDF-1.

Era frustrante, pensaba Rick Hunter. Mientras todos los pilotos del SDF-1
luchaban por defender la fortaleza, él y Max Sterlingh tenían la orden de no
incorporarse al combate "hasta nuevas órdenes". Que paciencia tenía Max. Rick se
hallaba de pie, pendiente de que algún oficial se dignara a pasar por allí para
asignarles "algo" que hacer y a Max sólo se le había ocurrido ir a revisar
personalmente su Veritech.

Rick no tenía tanta paciencia. Envidiaba a Roy, que estaba cumpliendo con su
obligación allá fuera, manteniendo a raya a los biorroids.

De repente, la puerta automática se abrió. Era Lisa Hayes, llevando una agenda
electrónica bajo el brazo. Allí estarían contenidas las órdenes.

Rick se fijó en que ella tenía el rostro apesadumbrado. Las cosas afuera debían
ir peor de lo que pensaba.

Lisa le saludó y le pasó la agenda electrónica. Rick leyó las órdenes que
contenía.

-¿A la Tierra?- preguntó Rick comprendiendo lo que tenía que hacer, aunque
ignorando su finalidad.

-Vosotros sois nuestros mejores pilotos- dijo Lisa, haciendo un halago que Rick
consideró excesivo- Debéis recoger la bomba dimensional y traerla aquí.

-De acuerdo.

Lisa entrecerró los ojos momentáneamente. Quería decir algo que estuviera a la
altura de las circunstancias. Recordó a Rick y a Min Mei, besándose antes de que
él marchara para rescatar a Dana Scully de los zentraedi. Podría besarle allí
mismo, Rick percibía las emociones que Lisa se esforzaba contener. Pero Lisa
antepuso su decoro profesional ante sus sentimientos, tal como se había
autoimpuesto hacer después de que Carl muriera hacía tantos años...

Rick se dio la vuelta, disponiéndose a marchar.

Lisa le puso la mano sobre un hombro.

-Cuídate, Rick- dijo ella, esforzándose por sonreír.

-Claro que sí- dijo él, encaminándose hacia el hangar donde Max le esperaba.

Coordenadas N-121 y W-87.

Una posición estratégica inmejorable.

Desde aquella colina se dominaba todo el panorama. Un panorama desértico, sin
rastro de vegetación.

Dios, pensaba Duke, lo que daría por tener unos prismáticos.

Su entrenada vista de piloto de la Marina debería bastarle. Y lo que encontró
fue más interesante que lo que esperaba. Para empezar, la bomba dimensional
zentraedi estaba allí, en mitad de la llanura, a poco más un kilómetro.

Pero también...

Tenía compañía.

Alrededor del artefacto había gente y algunos vehículos. Un jeep (idéntico al
que había sido trasladado por "gentileza" de la comandante Satori) y tres
extraños aparatos de color blanco que no logró reconocer. No había ninguna
furgoneta de la GMP como las que le habían estado persiguiendo hasta que les
diera el esquinazo. Y sorpresa, ¿quiénes estaban allí?.

Dos mujeres. Una, la arpía, la comandante Satori, que hablaba con otra mujer
joven de pelo rubio (tenía pinta de ser la misma que vio en la base a donde Nova
le llevó arrestado). Esta estaba acompañada de dos hombres que vestían armadura,
al igual que ella. Uno de ellos era joven y de raza negra, y el otro era de raza
blanca y de mayor edad.

Durante un momento, la mujer rubia habló al hombre mayor y después él la saludó
militarmente y se fue con el de raza negra montándose cada uno en un vehículo
blanco.

Lo que hubiera dado Duke por oír lo que hablaban esas dos...

-¿No tenías otra forma de fastidiarnos el día libre?- preguntó Dana a Nova,
molesta.

-Por aquí podría haber actividad de zentraedis rebeldes- dijo Nova mirando al
extraño artefacto de procedencia inequívocamente zentraedi.

La presencia de la bomba había sido detectada por un avión de reconocimiento y
la oficial de la GMP había decidido llamar a Dana y a dos "voluntarios" elegidos
a dedo para labores de "rastreo y vigilancia".

Dana se subió a su tanque Veritech. No se iba a quedar sin soltar la puntilla.

-¿Qué tal va la búsqueda del fugitivo?.

Nova arrugó el ceño. La fuga del recluso había puesto en entredicho la eficacia
de la GMP.

-Seguimos en ello.

El Veritech de Dana se alejó. Nova utilizó su teléfono móvil para informar a la
central de que la operación estaba en marcha. Si había actividad zentraedi por
aquella zona, habría que erradicarla de raíz.

Nave de mando de los Maestros de la Robotechnia.

Las tres voces del Triunvirato hablaban entre ellas.

"Acaban de salir dos vehículos de la fortaleza espacial en rumbo al planeta
microniano".

Los cazas de Rick Hunter y Max Sterlingh.

"Confirmado. Sigan su pista".

Saltó una alarma. No para informarles sobre los restos del SDF-1 que se hallaban
cerca de Ciudad Monumental (ya no les interesaban).

"Milord, hemos localizado una extraña radiación de origen no microniano. Su
patrón coincide con el de las armas zentraedi".

"Verifíquenlo".

Los res miembros del Triunvirato se hallaban alrededor de la consola en forma de
hongo. Pasaban las palmas de sus manos sobre los sensores, daban órdenes,
recibían información...

"Una bomba dimensional".

La codicia era un denominador común entre las razas del Universo. Los Maestros
eran avariciosos. Tenían entre las manos una batalla estancada para hacerse con
el SDF-1. Ahora, querían la bomba dimensional zentraedi. El único ingenio
original que la raza guerrera al servicio de los Maestros había logrado
fabricar. Un artefacto en cuyo origen la leyenda se mezclaba con la realidad.

Si los Maestros lograban hacerse con la matriz de protocultura y con la bomba
dimensional, su poder sería completo. Dominarían el Tiempo y el Espacio.

Una nave de transporte especial con seis biorroids a bordo salió en persecución
de Rick y Max sorteando la batalla que se desarrollaba por el SDF-1. Al
sobrepasar la órbita lunar, el transporte abrió las compuertas, y dejó salir a
los biorroids.

Coordenadas N-121 y W-87.

Nova se hallaba sola al lado del artefacto zentraedi. Bueno, pensó Duke, la
situación estaba equilibrada; uno contra uno.

Duke se acercó sin que Nova se percatara (estaba de espaldas). Para cuando ella
notó que no estaba sola ya era demasiado tarde. Duke le apuntaba con la pistola.

-Cuanto tiempo sin vernos.

Nova contuvo un gesto de sorpresa y mantuvo su temple frío. Se habían invertido
los papeles.

"¿Y ahora qué?" pensó él.

Cuartel General de la Cruz del Sur.

La información llegó al instante a manos del general Emerson. Dos grupos de
objetos se acercaban a la Tierra. El primero, constaba de dos señales. El
segundo, de seis, siguiéndolas.

-No se dirigen a Ciudad Monumental- observó el comandante Leonard. Los objetos
detectados estaban a punto de entrar en la atmósfera.

-¿Coordenadas del punto de llegada?- preguntó Emerson a un oficial de radar.

-N-121 y W-87, en el sector N-8, señor.

Leonard sonrió. En comparación con los ataques que había sufrido Ciudad
Monumental, aquello era una amenaza ridícula.

-Esto es trabajo para la teniente Crystal- sentenció Leonard.

-Sí, señor- dijo Emerson asintiendo.

Coordenadas N-121 y W-87.

-¿Qué quiere de mí?- preguntó Nova a Duke con los brazos en alto.

-Mire, señorita- dijo Duke reconociendo para sí que no sabía que hacer- Quiero
volver a mi casa.

Duke miró al generador. El bloque de formas redondeadas no tenía ninguna luz
encendida. El no era científico. ¿Cómo podría activarla, y es más, como
calibrarla para volver a 1999?.

-Yo no puedo ayudarle- Nova echó de menos a Dana a Bowie y a Dante, que acababan
de irse hacía pocos minutos.

-Lo hará.

En un instante, Nova metió la punta de su bota derecha en el suelo arenoso. El
movimiento hizo saltar la grava a los ojos de Duke y le dejó ciego. Nova saltó
al jeep y se hizo con una pistola que había en la guantera. También, de paso,
activó una señal de alarma pulsando un botón de su teléfono móvil. Esta
alertaría a Dana y sus hombres.

Duke se llevó la mano a los ojos, lamentándose. La grava escocía mucho.

Otra vez era ella la que llevaba la delantera.

-Se acabó el juego- anunció Nova desarmando a Duke sin dejar de apuntarle.

Duke lo imaginaba. Le esperaba de nuevo la celda.

De repente, desde el cielo se oyó el ruido de aviones propulsados a reacción.
Eran Rick y Max, que ya tenían contacto visual con el objetivo.

Detrás de ellos, seis biorroids les pisaban los talones.

Grupo de Marie Crystal.

A Marie Crystal aquello no le pillaba de sorpresa. Tres Veritechs (ella
comandaba aquel reducido grupo) contra seis biorroids.

Pero algo no cuadraba allí.

¿Qué hacían seis biorroids persiguiendo a dos antiguos cazas Veritechs pintados
con el emblema triangular de las fuerzas del SDF-1?.

Coordenadas N-121 y W-87.

Al encontrarse los seis biorroids con el grupo de Marie Crystal, la formación se
deshizo. Dos biorroids fueron abatidos al instante por los Veritechs de la Cruz
del Sur, antes de que pudieran reaccionar. Como respuesta, un biorroid logró
destruir un caza Veritech del grupo de intercepción.

Rick y Max no podían permitirse el lujo de perder el tiempo luchando contra sus
perseguidores. La actuación del grupo de Marie Crystal les vino de perlas. Ambos
pasaron sus Veritechs a modalidad battleoid y se situaron a trescientos metros
del artefacto zentraedi.

Dana pensaba que, después de todo, la presencia de ella y de sus dos
subordinados no estaría de más. Nova estaba en problemas. Avisó a Dante y a
Bowie para que se retiraran de sus posiciones y fueran con ella para ver qué
problemas tenía.

Nova Y Duke se quedaron mirando al cielo. El estadounidense estaba asombrado. No
esperaba volver a ver cazas Veritech del SDF-1. ¡Eso quería decir que la
fortaleza estaba cerca!.

Nova se guardó su pistola en un bolsillo de su uniforme. Mientras en el cielo
Marie Crystal y su compañero daban cuenta de los biorroids, Nova se subió al
Jeep y lo puso en marcha.

-¿Quiere quedarse a ver si le matan o prefiere que le lleve a un lugar seguro?.

Duke nunca creyó que la fría oficial se preocupara por su seguridad. Muy bien,
era hora de una tregua. De un salto, Duke se montó en el asiento del copiloto
del Jeep. Nova lo puso en marcha y salieron pitando.

En otras circunstancias, Duke habría aprovechado para arrebatarla el control del
vehículo, pero se contuvo. Pudiera ser que hubiera otra alternativa, se dijo él.

Marie Crystal soltó una maldición al ver que uno de sus pilotos era derribado.
Los cuatro biorroids restantes tomaron tierra. Crystal y su compañero los
ametrallaron desde el aire, pero los biorroids se defendieron esquivando los
disparos y refugiándose detrás de unas rocas.

Dana, Dante y Bowie convirtieron sus tanques Veritech en battleoids. La teniente
del 15º escuadrón no esperaba aquello. ¿Qué interés tenían los biorroids en el
artefacto zentraedi?.

Llamó por la radio a Crystal, que sobrevolaba la zona.

-¡Tenemos que actuar a la vez!- exclamó Dana.

-¡Estoy de acuerdo!. Mike y yo tomaremos tierra y pasaremos a configuración
battleoid. Dana, tú y tus hombres desplegáos en posición envolvente. ¡Trataremos
de tenderles una emboscada!.

Los biorroids corrían como posesos hacia la bomba dimensional, acelerando sus
plataformas antigravedad que les servía de medio de propulsión. Antes de que se
lo imaginaran, les esperaban tres tanques Veritech.

Un tanque Veritech en posición G es una arma de infantería mortalmente eficaz.
Tres tanques en esa posición convertían su cometido en una partida de tiro al
blanco.

Los tres, ocultos detrás de un peñón, salieron por sorpresa, en posición G. Con
sus grandes cañones, bombardearon a los biorroids que estaban a un paso de la
bomba dimensional. La explosión les afectó de tal manera que sólo uno de ellos
pudo volver a incorporarse y plantar batalla. El resto quedó destruido.

En ese momento intervinieron los battleoids de Crystal y Mike. Con sus fusiles
ametrallaron al biorroid superviviente, pero éste, antes de quedar fulminado por
los impactos, disparó indiscriminadamente a diestro y siniestro. El Veritech del
sargento Dante sufrió daños leves... y el disparo que recibió el battleoid de
Mike hizo que su vehículo de combate volara en mil pedazos.

Duke y Nova contemplaban atónitos en un lugar apartado desde el Jeep el
panorama. Los biorroids habían sido aniquilados.

Duke puso su mente a trabajar deprisa. Recordó que durante el rescate de Scully,
él había logrado destruir dos battlepod zentraedi, vengándose así por haber sido
derribado en su F-18.

Mientras, los dos Veritechs del SDF-1 se hallaban ya al lado de la bomba
dimensional. Duke supuso que los dos pilotos estarían debatiendo sobre como
llevársela. Era obvio que habían venido para eso.

Duke miró a Nova. Había llegado el momento de las palabras.

-Comandante Satori..- comenzó a decirle él.

-Querrá decirme que todo lo que me contó era verdad, ¿no?.

Antes de haber sido encerrado, Duke le había contado su historia; que había
estado con el capitán Gloval en el SDF-1, que había participado en una misión de
recate con Rick Hunter, que los zentraedi tenían un medio para viajar al
pasado... Claro, ella no le había creído. Hasta ahora. La prueba irrefutable era
que desde donde estaba, ella estaba viendo dos Veritechs campando en una
realidad que no le correspondía, al igual que el mayor Simpson.

-Tengo que volver al SDF-1- dijo Duke, echando un vistazo al Veritech de Marie
Crystal.

-Le he dicho que no puedo ayudarle.

-Creo que sí puede.

Nova se encogió de hombros.

-¿Cómo?.

Marie Crystal no entendía nada. Aquellos viejos Veritechs... ¿qué se proponían
hacer?. Ella pidió a Dana un ejercicio de puntería.

La teniente Sterlingh apuntó con el cañón del tanque Veritech al battleoid que
estaba más cerca de la bomba dimensional. Lo tenía en pantalla. Calibró el punto
de mira. Amplió la imagen del blanco. Aquel Veritech lo pilotaba un joven de con
grandes gafas redondas y melena azulada.

Dana se quedó sin respiración.

Todo coincidía... aquel era un genuino Veritech del SDF-1 y el que lo pilotaba
era Max Sterling.

Su padre.

A Dana le tembló la mano que empuñaba el disparador. ¿Cómo podía ser?. Tenía que
ser una visión, una alucinación. Parpadeó varias veces, sin lograr borrarla.

"Papá" musitó ella. Crystal insistió para que disparara. Pero Dana no oía a
nadie.

-Yo lo cargaré- dijo Max a Rick- Prefiero que tú seas mi escolta.

-Muy bien.

Ambos despegaron. El Veritech de Max estaba en posición battleoid agarrando la
bomba dimensional. Rick puso su Veritech en posición normal y los dos
ascendieron rápidamente hacia el cielo.

Duke, a escondidas tras unos arbustos de maleza, esperaba su oportunidad.
Crystal había pasado su Veritech a configuración inicial. ¿Sería tan fácil de
pilotar como un caza del SDF-1?.

-Teniente Sterligh, ¿por qué no disparó usted cuando se lo ordené?- la recriminó
Crystal a Dana, estando todos reunidos y comentando lo que había pasado.

-No me sentía segura de acertar el disparo- dijo Dana.

-Es que no esperábamos encontrarnos con una situación así- dijo Dante- Además
hoy era nuestro día de descanso hasta que a cierto oficial de la GMP se le
ocurrió darnos una misión que no es competencia de los escuadrones de
reconocimiento.

Eso iba por Nova.

-Un soldado siempre ha de estar a punto para lo que le ordenen. - argumentó
Nova, cansada de ser la "mala".

-Llevamos una semana en misiones de patrulla por Ciudad Monumental en rondas de
doce horas- se quejó Bowie- Si no nos dan tiempo para descansar... es normal que
suceda esto.

Bowie y Dante habían oído de boca de Dana lo que realmente había sucedido. Ambos
decidieron cerrar filas en torno a ella.

-Habrá que informar al Cuartel General de esto- dijo Crystal, dirigiéndose a
Nova.

-¿Informar sobre dos viejos Verietchs que roban un artefacto zentraedi?. ¿Cree
que les interesará?.

Crystal frunció el ceño. Normalmente, Nova secundaba sus opiniones, y siempre se
caracterizaba por seguir a rajatabla las órdenes.

Nova miro su reloj de pulsera, nerviosa. De un momento a otro debería suceder...

De pronto, el Veritech de Crystal despegó.

Duke se había subido a él mientras Crystal estaba distraída en la reunión.
Literalmente, le habían robado el caza. Dana se habría echado a reír, pero
después de haber visto a su padre por un instante (ella pensaba que no podía
ser) no estaba de humor para nada.

Crystal soltó tacos y blasfemias. ¿Quién podía hacer algo semejante?.

Un plan sencillo. Duke había convencido a Nova para que ésta distrayera a
Crystal y así él poder robar el Veritech y salir de la Tierra para seguir a Rick
y a Max y volver al SDF-1.

Nova pensó que, total, el prestigio de la GMP no iba a echarse abajo porque
alguien del siglo XX que sólo quería volver a su hogar hubiera pedido su
colaboración.

Max portaba la bomba dimensional. El y Rick detectaron algo en el radar. ¿Más
perseguidores?.

-Aquí Duke, aquí Duke- oyeron los dos por los auriculares de sus equipos de
radio.

"¿Me reconocerán?" pensó Duke.

Oyó la voz de Rick por respuesta.

-Identifíquese.

-Soy el afortunado que os apoyó durante el rescate de Dana Scully en la isla
Macross. No sé cómo pero acabé aquí. Os seguiré para volver al SDF-1.
¿Recibido?.

-Recibido- dijo Rick, sin sorprenderse, al reconocer el acento estadounidense
del mayor- Síguenos.

Después de lo que había pasado a Duke le sorprendió que alguien le hubiese
creído de buenas a primeras, sin tener que dar más explicaciones. Tal vez Rick
ya estuviese acostumbrado como él y no le sorprendiera nada de lo que sucedía
desde que los zentraedi hubiesen roto el equilibrio temporal con su endemoniado
artefacto.

El Veritech que pilotaba Duke era de muy sencillo manejo. Tan fácil de manejar
como los del SDF-1.

Tras la cara oculta de la Luna.

Puente del SDF-1.

-Las bajas ascienden a más del treinta por ciento de nuestros Veritechs- dijo
Lisa, leyendo la pantalla del ordenador con tono monocorde.

Claudia recibió una comunicación en su consola y la pasó al altavoz.

-Aquí misión de recogida- dijo la voz de Rick, usando el nombre en clave de él y
Max. Lisa se alegró infinitamente- Hemos recogido el recado, repito, hemos
recogido el recado.

-¡Gracias a Dios!- exclamó Gloval.

-Y traemos un invitado... - saltó la voz de Max en la consola de Claudia- El
mayor Simpson.

-¿Está vivo?- preguntó Gloval.

-Sí, señor- era la voz de Duke.

-Me alegra saber que usted está con vida.

-Gracias, señor.

-Capitán- dijo la voz de Rick- ¿Qué tal va la batalla?.

Gloval cerró los ojos.

-No podremos resistir mucho más... - dijo él.

El biorroid rojo lo consiguió. Mientras los Veritechs luchaban por contener a
las hordas de los Maestros de la Robotechnia, el clon de Zor Prime logró burlar
a los defensores robotech y aproximarse al SDF-1. Tenía la fortaleza ante él, y
tras esquivar las defensas antiaéreas el clon sintió la llamada de los Maestros.

Sintió que se le reactivaban los recuerdos, tal y como sus creadores habían
previsto. Todo le pareció claro. Si quería recuperar la matriz que él mismo
había ocultado ahí para alejarla de los Maestros, tendría que ir adentro. Posó
el biorroid sobre la superficie del SDF-1 y comenzó a golpear la chapa a
puñetazos.

Hizo un agujero en el blindaje y lo rasgó como si fuera de hojalata. Una
apertura que le bastaría para entrar adentro, al interior de la fortaleza.

Puente del SDF-1.

-¡Tenemos un intruso, capitán!- exclamó Claudia- Está entrando en el sector
Y-66.

Gloval frunció el entrecejo.

-Avisen a las fuerzas de defensa civil de la ciudad.

-Imposible- negó Claudia- Todos los Veritechs están en la batalla.

Gloval solicitó comunicación con Roy.

-¿Señor?.

-Comandante Fokker, diríjase al sector Y-66 de la fortaleza. Un intruso intenta
llegar a la ciudad.

-De acuerdo, capitán.

Roy se separó de la batalla. Sus compañeros podrían apañárselas sin él. Además,
tenía una cuenta con el biorroid rojo. Este ya estaba pululando dentro del SDF-1
en la Ciudad Macross. Una ciudad desierta, en la que todo el mundo se había
puesto a salvo en los refugios.

El clon de Zor buscó y rebuscó. Sentía la presencia de la matriz. ¿Dónde se
hallaba?. ¿Tendría que bajar más niveles?.

Roy pasó su Veritech a battleoid. El radar le señaló por donde andaba el
biorroid rojo; se hallaba en la zona urbana. Sin dudarlo, le disparó con el
fusil. El biorroid esquivó sus disparos ocultándose tras un edificio de cuatro
plantas.

"¿Quieres jugar al escondite, eh?" se preguntaba Roy, más estimulado.

La fiesta sería más divertida si viniesen más invitados. Llamó a Gloval.

-Necesito apoyo para rodear al intruso, señor- dijo Roy.

Gloval iba a decirle que no sería posible, pero algo le hizo cambiar de opinión.

Se hallaban a un paso de la fortaleza, cerca de la Luna. Gloval explicó la
situación a Rick y a Max, y éstos expresaron su conformidad para ir a ayudar a
Roy.

-¿Estás pilotando un vehículo Robotech?. ¿Puedes pasar a configuración
battleoid?- le preguntó Max a Duke.

-Me parece que sí- dijo Duke. Buscó en la consola y halló el consabido juego de
tres palancas que activaban las transformaciones. Duke movió una y el Veritech
de Crystal se convirtió en una battleoid. Entonces, Max dejó caer el "recado" y
el Veritech de Duke lo recogió entre sus brazos.

Duke tendría la parte más fácil, entrar con la bomba en el portaaviones
Prometeo. Rick y Max deberían ayudar a Fokker a expulsar al biorroid rojo del
SDF-1.

Roy ya se había cargado cinco edificos, sin acertar ni una vez al biorroid rojo.
¿Por qué no luchaba?. Parecía que estaba buscando algo, mientras caminaba entre
las calles destrozando el asfalto y aplastando automóviles.

Rick y Max entraron en el interior del SDF-1 por el agujero que el biorroid
había practicado al entrar. Después de que entraran los dos una compuerta selló
la apertura. Rick situó su Veritech al lado de un gigantesco cartel que
promocionaba un concierto de Min Mei y Max se situó en mitad de un parque, ambos
en posición battleoid.

-¡A tu espalda, Max!- le avisó Rick.

Max le asestó un codazo al biorroid, y éste cayó al suelo. Rick le disparó una
carga de misiles múltiples, acertándole de lleno.

Roy se acercó a donde estaban Rick y Max. Su Veritech se había quedado sin
misiles y ya se había cansado de jugar. Ahora que le tenía bien cerca, pensaba
que sería coser y cantar. Cogió el fusil y le disparó al biorroid... que
resucitó de una salto, y que desde el aire, en medio de una voltereta, disparó
su pistola contra el Veritech de Roy, destrozándole un brazo y una pierna
mecánica.

El clon atendió a los requerimientos del Triunvirato por vía telepática.

"No puedo llegar hasta donde está la matriz" dijo el clon.

"Retírate. Los micronianos han conseguido hacerse con la bomba dimensional
zentraedi. Vamos a destruir el SDF-1."

"¿Destruirlo?".

"Hay un cuarenta y ocho por ciento de posibilidades de que los micronianos
utilicen la tecnología de la bomba para saltar a otra dimensión. Y hemos
calculado que la matriz de protocultura resistirá la potencia de nuestras
armas".

Antes de que los micronianos descubrieran como utilizar la bomba, ya estarían
destruidos.

El biorroid podría haber destruido el Veritech de Roy... podía sí... y Roy al
final sobrevivió porque súbitamente el biorroid huyó del lugar de la batalla
practicando otro agujero y saliendo de la fortaleza al espacio exterior. Rick y
Max salieron en su búsqueda, pero ya era tarde. El biorroid se alejó rumbo a la
flota de los Maestros de la Robotechnia.

Puente del SDF-1.

-Capitán, los biorroids abandonan la batalla- dijo Lisa.

Gloval se dio cuenta de que si ellos obraban así, era porque habrían recibido
órdenes, no porque pensaran que tenían la batalla perdida. El capitán fijó su
mirada en la pantalla de control.

-Detecto movimiento en la flota enemiga- dijo Vannessa.

Gloval empezó a tener miedo. El SDF-1 tenía muy mermada su movilidad.

Entonces, se cumplió la pesadilla de cualquier estratega. ¡Las cinco naves de la
flota enemiga estaban rodeando al SDF-1!.

-Están posicionándose para dispararnos- comentó Gloval, con el rostro lívido.
Qué inteligentes, el SDF-1 sólo podría destruir a una de ellas con el arma
principal, y todavía quedarían cuatro para aniquilarles.

Gloval descolgó el teléfono de su consola y llamó a la sala de máquinas. Le
contestó el doctor Lang.

-Capitán, tenemos la bomba dimensional- dijo el doctor Lang a través del
teléfono- El piloto ha tenido un aterrizaje forzoso... pero ya tenemos lo que
nos hacía falta.

-¿Podemos efectuar la transposición?.

-Va a ser más complicado de lo que pensábamos- dijo Lang- Verá, hay que
interconectar el flujo de los reactores con las piezas antimateria de la bomba
dimensional. Físicamente ya está hecho, pero necesitamos veinte minutos para
calibrar el nivel de potencia de nuestro sistema de impulsión para...

-¡NO TENEMOS VEINTE MINUTOS!- exclamó Gloval- ¡TENEMOS QUE EFECTUAR LA
TRANSPOSICIÓN AHORA!.

-Capitán, con el debido respeto...

-Escuche usted, yo no soy ingeniero, pero le exijo que nos saque de aquí ahora
mismo. ¡ES UNA ORDEN!.

La tripulación del puente nunca había visto así a Gloval. Tenía el rostro
enrojecido y soltaba gotas de saliva por la boca al hablar.

-Muy bien- accedió el ingeniero- Calibraré el generador al mínimo y mientras
invertiremos la transformación modular.

Eso significaba que el SDF-1 tendría que volver a su estado original. Cuatro
minutos duraría el proceso y no tenían el retorno asegurado.

Gloval dio la orden de que todos los Veritechs retornaran al SDF-1.

-Crucen los dedos- dijo Gloval a su tripulación.

Cuatro minutos.

Las naves de los maestros de la Robotechnia cargaron de energía sus cañones
apuntando al SDF-1.

Tres minutos.

Duke se hallaba en el hangar del portaaviones Prometeo. Aquel había sido el peor
aterrizaje de su carrera, ya que el Veritech había quedado hecho puré sobre la
pista. Oyó algo de una transposición. Si eso significaba volver a casa, le
sonaba de maravilla.

Dos minutos.

Rick, Max y Roy salieron de sus Veritechs, se pusieron a cubierto en el primer
refugio que encontraron abierto en ciudad Macross.

Un minuto.

En otro refugio de la ciudad se hallaba Min mei. Estaba segura de que Rick
estaba a salvo. Lo presentía.

Treinta segundos.

Las baterías de los cañones enemigos comenzaron a iluminarse.

Quince segundos.

Gloval pensó que a lo mejor no habría sido tan mala idea hacer caso al doctor
Lang.

Diez segundos.

Claudia Grant recordó que hacía mucho tiempo que Roy y ella no pasaban una tarde
en un parque cogidos de la mano.

Cinco segundos.

Saldría bien ¿no?, pensó Lisa. Pero también pensó que le encantaría estar la
lado de Rick en aquellos angustiosos momentos.

Cuatro...

El SDF-1 había concluido el proceso inverso de transformación modular.

Tres...

La fortaleza se iluminó, como si toda ella estuviera hecha de luz.

Dos...

En el mundo de la Segunda Guerra Robotech no quedaría prueba alguna de que el
SDF-1 hubiese estado allí...

Uno...

Gloval cerró los ojos.

Cero.

Más bien fue una implosión de luz, al revés de lo que sucediera durante la
primera maniobra fallida de transposición sobre la isla Macross.

Los Maestros de la Robotechnia se quedaron petrificados y dieron la orden de
alto el fuego.

El SDF-1 se había evaporado ante sus narices.

Continuará...