ENTRE DOS.

FANFIC DE MAX, ROBOTECH.


Ya ha pasado mucho tiempo desde que Miriya aprendió a usar los artefactos de la casa, pero todavía siento
esa incertidumbre al enamorarme tan rápido de alguien,es difícil de explicar, el temple de su mirada, esa
Sensación de que en cualquier época que hubiese ocurrido esto, se repetiría de la misma forma.
Me da pena, a veces creo que no hice lo correcto y otras veces me planteo a mí mismo aquellos tiempos en
los que soñaba con conocer a alguien y poder enamorarme, cuando estaba en la academia solo conocía
mujeres encantadas con mis capacidades físicas o de esas que solo las mujeres entienden.
Siento pena de mi mismo por reflexionar de manera tan indigna y poco segura.

Decidí separarme de Miriya por una semana, pero con la cobardía de la inseguridad a cuestas, divague por dos semanas buscando alguna especie de respuesta a lo que me pasaba. Pense en visitar a Rick a su departamento pero no lo veo como una persona segura, para responderme todas mis inquietudes.

Fui al bar de la Octava avenida, quería beber solo.

Me di cuenta de las posibilidades banales de desahogarme por mi mismo, cosa que los hombres solemos hacer a menudo, pero no estaba solo, mire a la gente y encontré las mismas miradas perdidas pero me llamo la atención el ver a Jill, una de las pocas mujeres pilotos del escuadrón Blue Angels, uno de esos escuadrones acrobáticos de la ciudad.
Ella me llama la atención, pero no es su físico ni su forma de reaccionar, miro detenidamente su cara y veo como las lagrimas corren por su mejilla limpiando su rostro frío, sin expresión alguna, la gota se deja correr por su boca, esa boca que bebe el whisky, ese whisky gélido que saborea su lengua mezclando lo salado y lo frío esa mezcla que resulta de lo envejecido con algo natural.

Quiero saber el por que de saborear ese trago, siento el aroma, y pienso que probablemente ese whisky tendrá el mismo sabor si yo lo bebo.

Pasaron veinte minutos y no mire su rostro solo agache el mío y ella respondió de la misma manera como si ambos hablásemos el mismo idioma, ese idioma que se entiende a distancia mandando a la mierda todo código de comunicación existente.

Jill solo mira discretamente de lado, sintiendo cierta discreción en la forma de comunicación que acabábamos de inventar.
Al ver a Jill llorar pienso en la posibilidad de que ella puede ser una persona inteligente, y por mi mente pasa
La cara de Miriya, haciéndola parecer una estúpida de primera.
Jill se ve como una persona segura de si misma. Decido tomar su misma copa y beber con al misma fuerza su trago; bebo de el y me gusta, ella me mira pero no me dirige palabra alguna, por primera vez veo sus ojos almendrados y negros, siento la vergüenza típica de un hombre al ver a tan hermosa mujer e inevitablemente pongo en una balanza a dos mujeres. Ella sigue mirándome pero ahora su rostro larga una pequeña sonrisa y mi rostro se entumece sintiendo calor en mis piernas que no se han movido, si, así es como reacciona un hombre cuando es capaz de convencer a una mujer de que algo especial ocurre.
Inevitablemente siento también el desprecio de Jill, después de tantos gestos tengo ganas de comunicarme con ella, solo murmuro dentro de mi.

Por fin mi desesperación rinde su fruto, no soy yo, sino es Jill quien me pregunta:

-¿Max, quieres beber de mi trago?

De forma imbécil le respondo como podría beber de ese trago que se siente muy de ella, pero mi morbo puede mas.
Entendí la situación cuando me acerque a su rostro sentí el olor de su mejilla era como el aroma de la enfermedad cuando uno la posee. Repose mis labios lentamente en su mejilla y cuando cada parte de mi boca rozaba su mejilla sentí el sabor dulce de sus lagrimas, si , eran dulces, como jamas había saboreado en mi vida.
La pena es dulce y muchas veces cuando es ajena me hace sentir bien, siento alivio a mi inseguridad en este simple instante.

Siento necesidades que no deseo controlar, deseo mas de lo que la angustia me puede dejar sentir.
Veo la cara de Miriya, creo que ella aceptaría esto. Las mujeres que poseen un alma como la de ella son capaces de amar a un hombre hasta el final y aceptar la derrota de su hombre, y dejar que se pudra, con el solo fin de volver al regazo y al seno de su mujer el día que sea pero con la sensación de volver cobijarse bajo el alero de seguridad que solo la contraparte sabe dar.

Jill me abraza y revuelca su lengua en mi oreja, pero me doy cuenta que el fin es otro, mis brazos se quedan estáticos y solo tiendo a tocar su vientre, el cual es cálido y suave, deseo frotarlo con intensidad pero es ella quien pone el limite, a lo que ella me dice: “Max, ¿quieres transformar esto en otra cosa?.”
De nuevo me sentí imbécil.....y no supe que responder, solo tome su rostro con mi mano y la bese de una vez.
Su boca era dulce, su lengua áspera se frotaba contra la mía, pero el intercambio no era mutuo. Deje de besarla con la sensación de haber fallado. Ella se volcó a un lado como haciéndome saber que ya la distancia estaba nuevamente puesta entre los dos.

Salí sin arrepentimientos de ese estúpido lugar, y quede nuevamente con mis sentimientos en cero.

Ya solo faltaban dos calles para llegar a mi departamento, Miriya seguramente no se daría cuenta de que mierda había ocurrido. Aunque siendo una Zentraedi, ella ya no sabe comportarse como tal, ahora es mas humana, incluso mas humana que yo.

Sostengo mi cabeza en la puerta de entrada del departamento, solo tengo ganas de llorar, saco las llaves y abro la puerta, Miriya esta llorando.
Ser soldado no me hizo mas hombre, solo mas vulnerable, miro a Miriya y no es el mismo rostro imbécil que deje, ahora veo su ceño fruncido y de sus ojos brotan lagrimas, ella esta arrodillada y me mira con su cabeza de costado y solo me pregunta: “Max, ¿dónde estabas?, te necesite todo este tiempo; Solo la mire, me puse de rodillas, froto sus hombros y sus facciones se alteraron, la mirada era la de una mujer compasiva.
Solo nos abrazamos, su boca se acerco a mi oído y me dijo: “Max, escúchame....... ¡Estoy embarazada!.


No se si alguien podría madurar en una semana, pero si recapacitar en ese tiempo. Ya no veo a Miriya como la mujer de antes, ahora el vinculo es mas grande, nuestra hija se llamara Dana Sterling, aunque falta tiempo para que ella nazca, espero que sea el hombre del que ella se enamore un hombre seguro, y espero que ella como mujer sea fuerte.

Ahora puedo ver con mas claridad el alma de alguien.

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