fanfic_name = En la Tormenta
chapter = 9
author = Seferino Rengel
Rating = AP15
Type = Adventure
fanfic = Super Dimensional Fortress Macross: En la Tormenta
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PARTE 9: EL PROCESO PANDORA
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El Mayor Engel llega como siempre a su despacho, recogiendo la
encomienda que le llego desde el alto mando de la nave. Algo sobre las
inspecciones de rutina para dentro de unos días, una carta rechazando
su petición, otra carta con lo mismo. El informe sobre la bomba
averiada, el informe de la Capitán Takeda. La Teniente Bohn Meyer
parece haber pasado gran parte de la noche trabajando, porque bosteza
disimuladamente, aunque también pudo haber estado haciendo otra cosa.
"Mayor, el laboratorio terminó el montaje de las armas en la tarde
de ayer. Las enviaran al almacén del Prometheus."
"Que me avisen cuando lo hagan."
Cuando la Teniente se vuelve para salir, casi choca con la Teniente
Bisyarina, que frena por poco. Se saludan marcialmente, para continuar
sus caminos. Bisyarina espera que la Teniente se aleje para cerrar la
puerta.
"¿Qué deseas?". – pregunta Engel mientras continua revisando el
informe.
"Quería saber si te gustaría ir a ver la película de Minmay. Logre
conseguir asientos. Muy difícil, pero ya me conoces."
"Humm, sabes que no me gustan ese tipo de películas, me hubieras
preguntado antes y no hubieras gastado tu tiempo en eso."
"¿Es una perdida de tiempo intentar estar juntos?"
"Podemos estar juntos sin estar acompañados de miles de personas."
"¿Entonces voy sola?"
"Si quieres podemos hacer otra cosa, pero no hoy..."
"La película es para mañana."
"Para otro día."
"Solo di que no quieres ir."
Engel levanta a vista de una vez, la mira unos segundos directamente
a los ojos pero no le contesta.
"Antipático". - Marina gruñe mientras se levanta y se gira para
salir.
"¿Por qué te molestas por pequeñeces como esas?"
"Para mi no son pequeñeces... si acaso me buscas, estaré en el
Prometheus". – dice antes de salir azotando la puerta.
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A esa misma hora, unos pisos mas abajo, Zariá esta parada tanteando
el filo de una pequeña segueta. Luego de examinarla detenidamente la
vuelve a colgar en la pared y toma la que esta a su lado quedando
satisfecha luego de examinarla de la misma forma.
Casi casualmente toma un cautín y finalmente se dirige a cargar
esas herramientas que ha comprado. Al salir a la calle debe esquivar a
la muchedumbre el la calle. Tomándole solo unos minutos el llegar hasta
el apartamento.
Allí, su ‘superior’ se encuentra examinando los dibujos que ella ha
estado haciendo de la bomba y de lo que ella pretende hacer con el.
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Engel camina por el estrecho pasillo cuando de repente se tropieza
con una carretilla. A su derecha están los estantes donde se almacenan
las armas de reacción, mientras que a la izquierda están los anaqueles
vacíos de las armas utilizadas.
Para llevar un control de las armas, cada vez que se retira una, se
cierra el estante y se pone un precinto, que se cambia cuando se coloca
una nueva bomba, juntos están los estantes de las bombas utilizadas
ayer, y de las ocho que tuvieron que devolverse luego del incidente.
Bohn Meyer lleva en sus manos un pequeño computador portátil, donde
anota que tal bomba es utilizada y luego es reemplazada por otra tal.
El mismo se encarga de cerrar cada anaquel, pasado una tarjeta por
la ranura de la cerradura electrónica, así se hace imposible que nadie
no autorizado recoja una bomba, ni siquiera por equivocación.
"¿Podrías repetirme eso? Mas lentamente por favor". - pregunto Engel
fastidiado mientras cerraba el penúltimo anaquel.
"La NK-3 barra 2659... No fue utilizada ayer, señor."
"Por eso esta aquí."
"Eso, es lo que quiero decirle."
"¿Qué?"
"No fue utilizada ni esta aquí."
"Claro que si". - dice Engel asomándose en él ultimo anaquel y
metiendo la mano para darse cuenta que no hay nada. "En alguna parte
esta. Esa seguro esta debajo de alguna mesa. Eso."
Una hora después y luego de tres búsquedas en toda la sección...
"Revise sus números de nuevo Teniente. A lo mejor se equivoco."
"Los he chequeado tantas veces que ya perdí la cuenta."
"Tiene que estar aquí, no sé, ¿revisaron en el laboratorio?"
"Tres veces". - dice uno de los técnicos.
Engel se quita la gorra y se frota el cabello, tratando de recordar
donde podría haber quedado la bomba.
"¿Seguro que no es la defectuosa?"
"No... por enésima vez". – contesta fastidiada por todos los rodeos
de Engel.
Engel camina por la cubierta y camina hacia el hangar, seguido de
Bohn Meyer y de los técnicos, deteniéndose en el sitio donde se armaron
los VF con las armas. Inclusive, allí se encuentra el Valkyrie de la
Capitán Takeda. En silencio da una vuelta alrededor de él.
"¿No será que todavía hay un avión con un misil nuclear puesto?". -
pregunto al grupo, sintiéndose tan frustrado como un personaje de los
libros de Tom Clancy.
"Lo sabríamos, de todas formas los de mantenimiento se lo habrían
quitado y estaría en el arsenal". - recuerda la Teniente.
"Quiero que pregunten a todos los que estuvieron de turno anoche...
discretamente."
"Sí Mayor."
Por enésima vez Engel recorre toda la cubierta buscando el arma
perdida, incluso se puso toda la mañana y parte de la tarde contando
cada bomba que había en el Prometheus y en el laboratorio en Macross.
"Señor. Conversamos con todos pero nadie sabe que paso con la NK". -
informa la Teniente.
Antes que Engel pudiera decir algo, uno de los técnicos llega
corriendo.
"Señor, debería ver esto."
En una de las cubiertas de almacenamiento, cerca de lo que antes
eran los sistemas de desalinización y purificación de agua de mar, el
Mayor, la Teniente y tres técnicos entran por un corredor en penumbras.
Al llegar al final del pasillo hay dos soldados montando guardián en
una puerta. Engel no responde a sus saludos pasando presurosamente
entre ellos.
"No..."
Engel se arrodilla al lado del cuerpo del misil. Luego se pone
tranquilamente de pie contemplando de nuevo el aparato en el suelo.
"¡¡¡SOLKIN SINII!!!". - exclama mientras patea iracundo el misil
varias veces.
La Teniente solo se queda mirando, hasta que el Mayor termina.
"Llama al Teniente Young y que encabece el equipo de búsqueda, y
traigan unos cuantos detectores de neutrones". - ordena Engel.
"¿La policía militar?"
"¡¿A quien más?!"
"Debemos informar al Capitán Gloval"
"NO Teniente, no. Nos encargaremos nosotros mismos de esto."
A ninguno de los oficiales de la policía militar se le informa sobre
lo que deben buscar, solo una descripción escueta. El registro de la
nave se toma hasta final de la tarde. Engel y Bohn Meyer pasan ese
tiempo examinando el control de entrada la base y tomando nota de todos
los que entraron y salieron anoche. Tratan de apoyarse en los videos de
vigilancia, los cuales no muestran mucho, sobre todo por la chapucera
calidad de luz que tiene, y no ayuda tampoco mucho el tener solo 8
cámaras cubriendo toda la cubierta.
"Pueden enfocar aquí". - dice Engel mientras señala al grupo de
técnicos en la grabación que mira.
"Fue a las 22:23 de la noche, señor". - agrega la Teniente mientras
el técnico teclea algo en su terminal.
"Hay esta el accidente."
Desde la cámara se ve el lado derecho del Valkyrie de la Capitán
Takeda, del lado de donde se soltó el misil. También se ve a Engel
correr y arrodillarse al lado del misil, y junto a él pasar a una mujer
vestida de técnico que se une con el que manipuló la grúa. Entre los
dos toman un misil y lo colocan en al parte trasera de un vehículo
pequeño. Engel esta horrorizado. Les robaron el misil delante de sus
narices. Y lo que más le aterra es que nadie se digno en preguntar o
darse cuenta que dos técnicos se llevaban un misil. Aunque luego reparo
que ese era un procedimiento normal en le hangar.
"¿No irán a decirme que...? ¿QUÉ CLASE DE VIGILANCIA ES ESTA?". -
pregunta Engel.
"Vera señor es que...". - empieza a decir el técnico de cámaras.
"¡Demonios! Se supone que esas cámaras son para que alguien las
mire". - declara el Mayor, ensañándose con el técnico, pero luego se da
cuenta que eso es inútil y tendría los mismos problemas que antes.
"Averigüen quienes son esos dos y rápido."
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Zariá había pasado parte de la tarde recorriendo la ciudad, mientras
Gadras pasa el día en el apartamento vigilando la bomba. Ella camina
despacio, deteniéndose en una plaza, mientras mira una inmensa pantalla
del otro lado de la fuente donde aparece Lynn Minmay cantado.
Esta ensimismada escuchando con los ojos cerrados cuando de repente
algo la golpea. Sintiéndose agredida piensa en devolver el ataque
saltando como un resorte. Pero antes de poder hacer algo, el balón rojo
con amarillo que la golpeo se detiene a sus pies, mientras un pequeño
niño corre a recogerlo. Un poco mas calmada vuelve a sentarse, pero el
pequeño niño parece tenderle en balón.
"¡¿Shin?!". - llama una mujer cerca de allí, y el niño camina hacia
ella.
Zariá continua mirando al niño.
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"Caballeros esta es la situación". - dice el Teniente Young delante
de un grupo de soldados. "Hemos perdido una NK-3, es un arma de poco
mas de cincuenta kilos y es del tamaño de un maletín. Los ladrones que
se la llevaron no pueden detonarla al no tener el mecanismo de control.
Según los testigo estos son los dos sujetos, un hombre y una mujer no
identificados. El Mayor Engel nos a encomendado la tarea de buscarla
con la discreción necesaria al caso."
Engel se para donde estaba Young mientras este se hace a un lado.
"El arma es una bomba de reacción termonuclear con un núcleo de
fusión con la capacidad de destruir una buena parte de nuestra nave,
por lo que hay que mantener con el mayor sigilo, no olviden que existen
cincuenta mil personas abordo. Si se descubre existirá un casos que
seguramente será mas beneficio para el enemigo que para nosotros mismo,
incluso si solo amenazan con usarla."
"Eiler será el oficial de inteligencia para esta operación ¿
Preguntas?... andando."
Los militares salen de la habitación, dejando solos a Engel, Young y
Bohn Meyer.
"Debemos informar al Capitán Gloval". - sugiere Young.
"Negativo Mayor. Actuaremos por nuestra cuenta."
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"¿Dónde estaba?". - pregunta Gadras al ver llegar a Zariá.
"Recogiendo información."
"La información ya esta acumulada aquí, lo único que queda es
remodelar ese aparato y utilizarlo. Ya he solucionado parte microniana
del plan."
"¿Si? ¿Dónde colocara el arma?"
El se lo explica.
"¿No la encontraran allí?"
"¿Cuánto tiempo tardara?". - pregunta Gadras.
"No estoy segura quizás un par de horas más."
"Laplamiz me había asegurado que era la mejor y Quamzin lo aprobó.
Aunque dudo que hicieran lo correcto."
"Lo mismo digo de ti. Si hubiera venido sola o con alguna de mis
compañeras..."
"Lo mismo dije, debería haber venido solo o con uno de mis
compañeros."
"¿Crees que puedes hacer esto solo?"
"Podría, solo que me tomaría el doble de tiempo."
"Soy indispensable en ese caso, así que por favor déjeme trabajar."
«Seguramente esta sufriendo algún tipo de contaminación» piensa
Gadras mientras mira a Zariá sentarse de nuevo ante la bomba y recuerda
las instrucciones de Quamzin en dado caso.
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Son casi las seis cuando suena el teléfono en la improvisada sala de
reuniones. Allí el Sargento Eiler responde y escucha por unos segundos.
"Mayor, un operativo informa que se vio a la mujer de la descripción
entrando en un edificio en el centro de la ciudad."
"Andando."
A la orden de Young los militares presentes salen.
"Denme un arma". - pide Engel a Young.
"¿Para que la quiere?"
"Para dispararles."
Con desgana Young saca su arma corta, una pequeña Heckler & Koch USP
mismo modelo de la suya y que había dejado en su habitación.
"Es bueno encontrarse alguien con buen gusto". – comenta el Mayor,
soltando el cargador, revisándola y cargándola para guardarla en el
bolsillo de su uniforme de campo. "Nada como las armas alemanas."
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Ya son las seis y media cuando el grupo de asalto llega hasta el
lugar. Haciendo preguntas Engel descubre que los dos inquilinos del
apartamento son muy poco conversadores, no hacen escándalo, nunca salen
los dos juntos y lo que más le pareció extraño a Engel sobre todo,
nunca se retrazan en el pago del alquiler. Los militares corren
sigilosamente por las escaleras haciéndose todo tipo de señas. Engel,
Young y la Bohn Meyer están en el recodo de la escalera esperando a lo
que suceda.
"Unos diez segundos". - dice Young.
"Estoy seguro que les encanta hacer esto."
Un soldado vuela la puerta con una apequeña carga explosiva,
mientras que otro justo detrás de él suelta una pequeña granada de
destello dentro del apartamento. Todos se cubren y se produce un
fogonazo, para luego entrar de a dos en el apartamento. Afuera Young
tiene el auricular de su radio pegado a la oreja escuchando.
"¿Y?". - inquiere impaciente el Mayor.
"Podemos subir."
Cuando entran todo esta oscuro. Young se acerca al interruptor de la
luz y lo enciende. El sitio esta despejado. Engel se acerca a una mesa
y levanta una pequeña pieza de plástico cortado de color azul casi
transparente.
"¿Qué es?". - pregunta Young.
"La resina del recubrimiento..."
Engel se sienta en la silla y examina la mesa, mientras los soldados
terminan de revisar el lugar. Engel se levanta furioso y le da un
puntapié a una papelera al lado de la mesa, la Teniente se estremece,
pero luego mira lo que contenía la papelera, inclinándose para
recogerlo.
"Déjeme ver". - dice Engel arrancándoselo de las manos. Es un dibujo
del interior de la bomba, con varios garabatos escritos en Zentraedi.
"Hay que informar al Capitán, señor. Se nos escapa de las manos". -
dice la Teniente, mas asustada que nadie.
"¡Que no, podemos ir tras ellos!"
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Hace y varias horas que se instalaron en un lugar abandonado de la
nave. Zariá ya estaba trabajando de nuevo, haciendo grandes progresos,
ha quitado ya la mitad del plástico y se encuentra tratando de hacer
espacio para la esfera del primario del arma.
"¿Qué haces exactamente?". - pregunta Gadras interesado.
"Estoy separando el primario del cuerpo de la bomba. Si lo separo,
puedo conectar los detonadores directamente a un temporizador y
utilizarlo independientemente. Pero hay que hacerlo con cuidado. Si
solo uno de los segmentos explosivos no funciona, la bomba no cumplirá
su función."
"Excelente... Continué con su trabajo". – dice él, sin entender lo
que le acaba de decir.
"Estaba pensando... averigüe algunas cosas sobre los micrones. ¿Sabe
que hay cincuenta mil solo en esta nave?"
"No, pero sospechaba que había muchos."
"No seria mas conveniente poner el arma en un sitio menos critico,
como en los motores. Todos morirían si destruye la nave."
"Tenemos nuestras ordenes. Instalaremos el arma y será todo."
"No nos salvaremos."
"Moriremos cumpliendo la tarea donde otros han muerto sin lograr
nada. Haremos lo que mil naves nunca hicieron. Eso es lo importante."
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Engel esta inclinado en la mesa de la sala de reuniones, con los
trozos de papel de la papelera. Sabe lo que están haciendo los
Zentraedi. Mordisquea un lápiz, imaginando que es un cigarrillo, aunque
tiene el cuello un parche de nicotina. Estando solo allí se imagina que
en cualquier momento la nave será destruida. Primero será una explosión
en alguna sección de la nave. Seguramente no llegara al rendimiento
total del arma.
Quizás solo destruya un quinto de los veintidós millones de
toneladas de la nave. Aunque lo mas seguro será que los tripulantes del
Prometheus y el Daedalus sobreviva, ya que solo se comunican al Macross
por una estrecha cámara de aire que puede ser cerrada con rapidez.
Seguro abra una despresurización explosiva y todos dentro de la nave
morirá, sino afectados por el pulso de radiación inicial, o quizás por
la súbita caída de presión en la nave...
El teléfono suena y lo toma.
"¿Sí?". - dice mientras escucha que le hablan.
En ese momento tocan la puerta. No le da importancia es más
importante lo que le están diciendo.
"No Marina, estoy ocupado, quisiera que te quedaras en el Prometheus
al menos hasta que te diga. No me discutas, después te lo diré...". -
en eso, alguien abre la puerta.
"¿Cuándo pretendía darme a conocer lo sucedido?". - dice Gloval
entrando en la habitación.
"Vera señor es que..."
"Contésteme Gennadi. ¿Sabe realmente de lo que estamos hablando?"
"Señor, la situación esta siendo solventada..."
"No según lo que me informo la Teniente Bohn Meyer."
«Maldita pequeña espía»
Gloval no parecía molesto, de hecho se encuentra mordisqueando su
pipa, para tranquilizarse tal vez. En cambio Engel esta aun inclinado
sobre la mesa, con las manos agarrotadas y sudorosas.
"La bomba extraviada es una NK-3 de 50 kilotones. La perdimos hace
veintiuna horas, las veintidós de anoche. En la tarde de hoy
encontramos pruebas de que el arma fue robada por espías Zentraedi."
"¿Cómo es que no pueden detonarlas?"
"Hay un dispositivo de seguridad en todas las bombas. Todas son
armadas en el momento en que son ensambladas en los aviones. El
dispositivo sincroniza el funcionamiento de los dispositivos
superdimensiónales... si no se hace así, la bomba simplemente no
funciona y no se alcanza una reacción amplificadora. La única forma que
veo en que pueden detonarla, es separar al núcleo activo para hacer una
pequeña bomba atómica convencional con un detonador externo."
"Veintiuna horas... espías Zentraedi". - dice Gloval suspirando.
"Así es señor."
"Bien Gennadi. Tenderemos que tomar acciones más enérgicas en ese
sentidos. Movilizare una fuerza mayor del contingente de la guardia
civil para las tares de búsqueda."
"Con el debido respeto señor. Eso causara pánico a la población. En
este momento hay miles en las calles, y el estreno de la película de
Minmay no va a ser beneficioso."
"No se preocupe. Pensaremos en la forma de solucionar este
problema". - dice Gloval levantando su pipa.
"Claro, ¿Para qué me voy a preocupar si no tiene solución?. Y si la
tiene, ¿para qué voy a preocuparme? Ya se solucionará."
"¿Siempre es así de sarcástico y pesimista?"
"Es que he pasado mucho tiempo en el mundo real con gente de
verdad."
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Zariá a completado su trabajo. Separo el primario del arma y lo
coloco rápida y cuidadosamente en un montón de tela que puso para se
fin. El núcleo tiene como 25 cm de diámetro, del que sobresale un gran
manojo de pequeños alambres, los cuales ahora debe alargar agregándole
unos trozos mas para que todos tengan la misma longitud, y después,
conectarlos al mecanismo de disparo y colocarlo definitivamente en su
nuevo receptáculo.
Mientras recorta los alambre ella se pregunta sobre el destino de
las miles de personas abordo. No son soldados, incluso ningún sabe como
utilizar el arma más básica.
Hay niños...
Niños...
Le sorprendió muchísimo que los humanos se reprodujeran de esa
manera. Un medio poco económico, pero que quizás sea la esencia de lo
que son y le separa de los Zentraedi. Mientras ella continua con su
tarea, Gadras se da cuanta que Zariá, quien por lo normal hace sus
comentarios arrogantes con la intención de demostrar lo inteligente y
hábil que es, se queda silenciosa. Le sorprende cuando ella suspira
casi imperceptiblemente.
Quizás Quamzin tuvo razón. No seria la primera vez. Él intentó
contactar con Miria, quien debe estar en alguna parte de la ciudad
buscando al objeto de su venganza. La idea hubiera sido estar todos
juntos, pero quizás ya no importe. Lo único que le molesta es que su
nombre esta al lado del de esa inútil que no colaboro en lo mas mínimo.
Cuando dieron las once de la mañana, Zariá había ya terminado de
colocar todos los alambres. Había utilizado casi todos los componentes
originales de la bomba, incluido el temporizador y el reloj, lo único
que tuvo que reemplazar fueron las baterías del detonador. Con la ayuda
de Gadras coloca la bomba delicadamente en él maletín de herramientas
que habían encontrado con el tamaño justo para colocarla.
Activa el contador para que estalle a las 6.25 de la tarde, casi al
final de la película de Minmay, cuando gran parte de la población este
en las calles y el efecto será más destructivo.
"Felicitaciones, tercera oficial Zariá Dalkaan."
Zariá se queda arrodillan ante la bomba que se encuentra sobre el
suelo, sin contestar, no tan emocionada como él.
"¿Esta completamente segura del ensamblaje y de que funcionara?"
"Completamente. Funcionara como le dije. Solo falta llevarla al
lugar."
"Si... eso lo haré yo mismo."
Zariá va levantarse sin prestar atención de que Gadras se acerca.
Este no hace ningún ruido mientras saca un arma de su bolsillo y apunta
a la cabeza de Zariá. Esta ve la sombra proyectada en la pared y toma
el martillo, se agacha en el momento en que él dispara. Ella le golpea
en la mano con el martillo y empieza a correr.
Gadras, adolorido, recoge el arma con la otra mano y empieza a
disparar mientras corre detrás de ella. Zariá corre por el pasillo
hacia el elevador. Cuando llega, presiona el botón para cerrar las
puertas, pero Gadras meta la mano con el arma y empieza a disparar.
Ella se agacha justo cuando varia balas dan en el sito donde estaba,
pero la mira hacerlo y baja la mano, dando le un balazo en él estomago.
Saca la mano para poder meter las dos y abrir la puerta, pero esta se
cierra y el elevado empieza a subir. Frustrado se vuelve y regresa
para recoger la bomba. Finalmente sale de allí.
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Engel entra corriendo por el pasillo del hospital, hasta que llega a
una doble puerta donde están varios soldados custodiándola.
"No puede pasar, señor". - le dice un de los guardias extendiendo la
mano para detenerlo.
"Mayor Gennadi Engel. Tengo prioridad."
"Lo lamento señor, el Capitán Gloval..."
"Me importa poco lo que diga el Capitán". - el Mayor empuja la
puerta y empieza a caminar por el pasillo.
"Deténgase, señor". - dice uno de los soldados del corredor,
apuntándole con su fusil.
"¡Dispáreme!". - exclama el Mayor irritado pasando al lado del
soldado.
"¡Maldita sea!". - exclama mientras deja de apuntarle.
El Mayor continua hasta que se encuentra el Capitán Gloval entrando
en la habitación. Acelera el paso para hace lo mismo, pero un soldado,
mas decidido que los anteriores, logra detenerle. Dentro de la
habitación, Gloval esta con uno de los médicos.
"Recobro el conocimiento hace unos minutos. Perdió mucha sangre. Si
la hubieran traído diez minutos después...". - explica él medico.
"¿Puede hablar?". - pregunta Gloval.
"De hecho, pidió hablar con alguien con autoridad."
"Gracias doctor. ¿Puede dejarnos un momento?"
Él medico se marcha, cerrando la puerta. Gloval arrima una silla
junto a la cama y se sienta en ella, la mujer lo mira, mientras respira
pesadamente a través de una mascara de oxigeno que le cubre toda la
cara. Lo único que se le ve es una revuelta masa de cabello café
rojizo.
"Soy el Capitán Bruno Gloval, Comandante del SDF-1 Macross."
"Tercera oficial de las Fuerzas Zentraedi, Zariá Dalkaan."
"Ahora. Quisiera saber lo que usted y su acompañante hicieron."
"Se nos ordeno sustraer un arma y utilizarla para inutilizar su
nave."
"¿Que sucedió?"
"Mi oficial adjunto intento eliminarme. Le explique que no era
necesario matar a todos los tripulantes, solo inutilizarla para iniciar
un ataque y tomarla. Pero él quiere seguir las ordenes originales del
Comandante Quamzin de destruirla."
"Modifico el arma."
"Así es. No podía modificarla para utilizarla con su potencia
máxima. Solo es una fracción del total y él decidió colocarla en el
lugar más vulnerable de la nave."
"¿Dónde es ese lugar?".
"El bloque central de la nave. Allí hay acceso a todas las partes de
la nave y esta se despresurizara al abrirse un boquete cerca de los
motores secundarios. La bomba esta programada para estallar a las 6.25
de la tarde."
Gloval voltea hacia la ventana de la habitación, lo mismo hace la
mujer para observar a Engel golpeando el cristal con los nudillos para
llamar su atención, flanqueado por dos guardias que le impiden
insistentemente en sus intentos de entrar.
"No quiero que mueran". - exclama Zariá mirando directamente a Engel
en la ventana.
"¿Por qué?". - pregunta Gloval. "¿Por qué me lo dice?"
"No lo merecen. Ni siquiera por esta nave... aunque sea del Ejercito
de Vigilancia. Me gustaría quédame con ustedes"
"Ejercito de Vigilancia...". – murmura Gloval, se levanta y arregla
su gorra para disponerse a salir.
"¿Señor?". - pregunta Engel cuando Gloval a salido.
"Su compañero esta en el bloque central con la bomba. Ella la ajustó
para estallar a las 6.25 de hoy."
"Con el debido respeto señor, esa es la ciudad y hay miles de
personas allí. Será imposible encontrarlo en medio de tanta gente."
Engel se queda callado, mientras el Capitán hace lo mismo.
"Bien, ¿cuál es el plan señor?". - pregunta Engel luego de un
momento.
"Encontrar la bomba". - exclama Gloval como sí tal.
"Encontrar la bomba... aja... ¿¡ese es su plan!?"
"Elegante por su simplicidad, ¿no le parece? Ordenare el despliegue
de todo el personal disponible para hallarla."
"Habrá pánico, histeria, caos, quizás hasta suicidios porque los
civiles deducirán lo que pasa por la movilización de cientos de
efectivos..."
Gloval le explica lo que pretende hacer.
"Suena excesivamente dramático". - dice Engel luego de escuchar el
plan.
"Suena a que es necesario. Hay que intentarlo."
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Cuando dieron las cuatro y media de la tarde Engel se encuentra
sentado en el asiento del pasajero de un jeep que se detiene delante
del teatro donde se esta preparando la premier de la película "Zhao Pai
Long". Se horroriza al pensar en las cientos de personas que se
encuentran allí dentro, aunque se horroriza aun mas al pensar si Marina
estará allí dentro. En eso empieza a sentirse mal por no hacerle mas
caso...
Mira por la ventana del auto y ve como del teatro sale la Comandante
Hayase vestida de civil. Lo que más le sorprende es que sale halando
del brazo al Teniente Ichijo. Vaya sorpresa. Nunca se imaginó que se
ligara a la Comandante. Parecen discutir. Peleas de novios seguramente.
En ese instante suenan las alarmas.
"Atención, iniciamos transformación modular. Diríjanse al refugio
más cercano ". - se escucha la voz de Kim Kabirov por los altavoces con
su distintivo acento.
En pocos momentos, cientos de personas salen de los edificios,
dirigiéndose rápidamente hacia las entradas de los refugios. En menos
de dos minutos, todo esta desierto. En ese instante el bloque donde
están se eleva, mientras todo alrededor vibra y cambia de posición.
Engel se queda en el vehículo hasta que la manada de personas ha
desaparecido de las calles. Luego sale tranquilamente del vehículo. Las
calles ahora tiene una geometría diferente, incluso una de ellas, a la
distancia ha quedado completamente vertical.
"Aquí Engel ¡Jefe! ¿Me escucha?". - pregunta Engel por la radio.
"Estoy detrás de usted". - responde Gloval. Gloval esta usando el
mismo uniforme de campo de Engel, de un color azul oscuro, aunque la
pipa que lleva entre los labios desentona con su atuendo.
"¿Qué hace aquí, señor? Debería estar en el puente."
"Quiero colaborar."
"Excelente idea. Con los civiles en los refugios, podremos desplegar
a todos los militares disponibles."
"Si, y muchos accesos se verán cerrados durante el proceso de
transformación. Adelante."
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Al vaciarse las calles, queda solo, caminando por una avenida. Por
suerte ya se deshizo de la bomba. Hubiera ido a un refugio, pero la
aversión que le producen lo micrones le impulso a quedarse afuera.
Camina hacia una plaza y se sienta, mientras disfruta el silencio. Se
parece mucho al preludio de una batalla. No importa que estén en los
refugios, nadie se salvara.
En el extremo opuesto de la ciudad, cientos de militares corren por
las calles desiertas, revisando casa por casa en grupos de a tres, dos
soldados, mas uno que lleva en su espalda un detector de neutrones. La
tarea es fácil, sobre todo por la soledad de las calles.
"Los detectores serán más eficientes ahora, no tiene la cubierta de
berilio así que debe de emitir mas neutrones de lo normal". - explica
Engel mientras camina al lado de Gloval.
"Así... ¿La estructura de la nave no atenúa los neutrones?"
"El hipercarbono es reflector de neutrones. Incluso nos ahorrara el
trabajo."
"¿Cuánto tiempo tenemos?". - pregunta Gloval.
"Menos de una hora, señor". - afirma la Teniente Bohn Meyer, quien
camina un poco mas rezagada.
"¡No lo lograremos!". - exclama Gloval para sorpresa de Engel.
El Mayor Engel, quien va a la cabeza, se detiene y mira la Capitán.
En la distancia se escuchan sonidos confusos, quizás sean de la
repentina batalla, o quizás sean los sonidos de los accesos cerrándose
herméticamente.
"¿Cómo es posible que siempre piense que es el fin?". - pregunta
Engel.
"Experiencia."
Salen por una calle y llegan al centro de la ciudad, mientras
reciben la confirmación de los grupos, muchos de ellos inspeccionando
no solo el bloque central, sino tamben los demás lugares de la nave.
Necesariamente no tiene porque estar allí.
"¿Señores?". - señala Bohn Meyer para que los oficiales vean lo
mismo.
Un hombre sentado cerca de la fuente y que parece no haberlo visito
aun. Engel camina hacia esa dirección, dejando al Capitán junto a la
Teniente. El sujeto al verlo se levanta como un resorte y hecha a
correr por una calle. El Mayor suelta su bastón y también hecha a corre
detrás de él.
"Necesito un equipo en la avenida militar hacia... la calle diez". -
dice Gloval por la radio, caminado en esa dirección y recoger el bastón
de Engel.
En cambio Engel trata de encontrar al sujeto, que ha perdido en la
salida de esa calle. Se detiene en una esquina para mirar el sitio y
tratar de ignorar la punzada que sube desde su rodilla por toda la
pierna. Dobla a la derecha y escucha un ruido. Se sobresalta cuando lo
encañona un grupo de soldados a unos cuantos metros. Les hace señas
para que rodeen la calle.
"Aquí Engel, quiero que todo el mundo se venga a la avenida militar
de las calles ocho a diez. Cubran la salida al bloque de viviendas..."
Engel deja de hablar por la radio cuando escucha un nuevo ruido,
esta vez desde un callejón. Apaga la radio y saca su arma tomándola con
las dos manos. Respira hondo mientras camina por el callejón. Cuando
llega al lado de un bote de basura, un gato cae sobre este, casi a su
lado. Engel aprieta los dientes y continua caminando, mientras el gato
maúlla.
"Cállate o te meto un tiro". - susurra Engel apuntándole.
El gato maúlla como respuesta mientras Engel decide seguir por allí,
esta vez bajando el arma. Justo al hacerlo escucha que el gato maúlla
de nuevo. Irritado se voltea, justo para ver a un hombre justo detrás
de él, sosteniendo un pedazo de tubería.
Se hecha un lado justo cuando el tipo le lanza un golpe. Pero al
hacerlo, se le cae la pistola y el tipo lanza un nuevo golpe. Esta vez
golpea el bote de basura alejando a Engel del arma, que rueda hacia un
lado. El tipo la ve y corre por ella, lo mismo que hace Engel. Gadras
esta a punto de alcanzarla cuando Engel le hala por el cuello de la
camisa.
Pero el Zentraedi se voltea y le golpea en la nariz. El Gadras al
fin toma el arma, pero al girarse para apuntarle a Engel, este le
golpea la mano y de nuevo se cae el arma. El Zentraedi agarra a Engel
por el cuello y lo golpea haciéndole caer recostado de la pared. Tantea
en el suelo, hasta que agarra de nuevo el arma. Se da cuenta y trata de
agarrara, pero Engel la levanta y le dispara en una pierna, haciendo
que caiga al suelo.
"¡¡¡TE VOY A MATAR!!!". - grita Engel mientras se pone de pie y
agarra al Zentraedi empujándolo contra el bote de basura. "¡¿DÓNDE ESTA
MI BOMBA?!"
No contesta, solo le sonríe.
"¡Así que no me lo dirás!". - dice Engel y sin vacilar le dispara en
la rodilla de la otra pierna.
"¡Mayor, deténgase!". - ordena Gloval entrando en el callejón,
seguido de un grupo de soldados. Engel no le hace caso y se aleja un
poco para apuntarle al Zentraedi sentado en el suelo.
"No la encontraran". - dice con una mueca de dolor, pero sonriendo.
"Te lo preguntare una ultima vez, ¿dónde esta?"
El se queda callado mientras Engel le vuelve a disparar en la
pierna.
"Mayor, deténgase o asumirá las consecuencias."
A las palabras del Capitán Gloval, el grupo de soldados le rodean y
le apuntan. Vacilante baja el arma y la guarda en su funda, haciéndole
gestos a Gloval. Mira que los soldados aun le apuntan.
"Aléjese de él". - ordena Gloval adelantándose.
El Mayor suspira hondamente y empieza a alejarse lentamente. Se
acerca a Gloval, quien le da su bastón, que ahora necesita más que
nunca.
"Señor, hemos encontrado la bomba". - anuncia la Teniente al
escuchar por la radio la noticia.
En pocos minutos llegan al lugar donde esta la bomba escondida...
... El teatro.
"¿Cómo demonios es que a nadie se le ocurrió revisar aquí primero?".
- pregunta el Mayor mientras se arrodilla al lado de ella.
"Ya no importa. Hay que hacer algo". - dice el Capitán mirando al
Mayor abrir la maleta.
Allí dentro esta el primario, dentro de una caja metálica, de la que
sobresale el contador, que ahora marca 28 minutos.
"Perdone señor, recuerdo que alguien dijo ‘no lo lograremos’. Y lo
hemos hecho". - dice Engel.
"Lo siento. No pude evitarlo. En aquel momento tuve la impresión de
que no lo lograríamos."
"Debería esperar a ver que ocurre."
"¡¿Y perder la oportunidad de tener razón?!"
"Muy astutos, usaron el contador original como detonador. Solo tengo
que abrirlo cortar el cable azul del clock y tener cuidado con los
verdes y amarillos de la batería..."
"Tengo confianza en usted Gennadi". - exclama el Capitán Gloval
sonriendo.
"Y yo". - dice Bohn Meyer haciéndole una seña con el pulgar.
"Yo también". - agrega el Teniente Young mirando sobre el hombro de
Gloval, sonriente.
Engel empieza a destornillar la cajita del contador y mira
horrorizado dentro de ella.
"Tenemos un problema". - dice levantándose.
"Tenemos muchos Engel, ¿podría ser mas especifico?". - pregunta
Gloval. Engel señala el interior de la cajita. Allí todos los alambres
son todos del mismo color, rojos.
"¡Demonios!". - exclama Engel dándole una patada a la bomba. "Uy."
En ese momento deja de marcar 25:38 a pasar a 08:38.
"¡Adelante! Dale otra para que llegue a cero". - sugiere
sarcásticamente Gloval al ver lo que hizo.
"Eso no fue muy inteligente, Gennadi". - dice molesta Bohn Meyer.
"¡Dios, vamos a morir!". - exclama desesperado Young.
"¡Cálmense señores!. ¿Alguna idea? - pregunta Engel más calmado que
los demás.
"¿Dispararte?". - dice Bohn Meyer.
"Dejen que yo lo haga". - dice Young.
"No, no, no, no, no... estaba convencido de que al final todo se
torcería siempre es así, sabia que terminaría de una u otra forma."
"¿Alguna buena idea?"
Engel no esperar respuesta y recoge a bomba para empezar a salir con
ella.
"Alguien seria tan amable de cerrar la boca y despejar la ruta al
hangar más cercano". - dice Engel mientras coloca la bomba en la parte
de atrás de un jeep donde se suben también sus acompañantes. Young
conduce.
"¿Es que no sabe conducir Mayor?". – pregunta Gloval.
Cuando llegan al hangar esta desierto. Young y Engel levantan la
bomba y la colocan sobre la cubierta.
"Quiero aprovechar la oportunidad para decirle que esa bomba estaba
mal diseñada y cuando regresemos voy matar a unas cuantas personas". -
dice Engel mientras corre y se sube al Valkyrie más cercano para
encenderlo.
"Usted no esta apto para pilotar. Puede morir". - dice Gloval
haciendo bocina con sus manos para ser oído sobre el ruido de los
motores.
"¿Y que importa? Hace un momento quería fusilarme". - grita Engel
mientras cierra la cabina del avión.
"Dos minutos". - anuncia la Teniente mientras el Valkyrie se levanta
por sus motores auxiliares unos metros para pasar a modo Gerwalk y
volver a caer sobre cubierta.
Engel toma delicadamente la bomba con las manos del Valkyrie y se
gira para ir a la esclusa de aire. Justo cuando se cierra la puerta
interna abren la externa sin despresurizarla, jalando al avión hacia
afuera, haciendo que casi se le caiga la bomba. Pisa con fuerza los
pedales mientras da potencia al avión alejándose de la nave.
"Cuarenta segundos". - dice la Teniente tapándose los ojos mientras
miran por una ventana.
"¿Lo lograra?". - pregunta Young.
"Prefiero no decirlo". - dice Gloval.
A la distancia pude ver la batalla, quizás esta a punto de terminar,
ya que muchos de los Valkyrie están en trayectoria de regreso, lo que
le obliga a ganar mas velocidad para alejarse lo más posible de ellos,
aunque se ve tentado a arrojarles la bomba a los Pod Enemigos que se
alejan.
Cuando considera que esta lo suficientemente alejado, pulsa dos
veces el botón de palma de la palanca para soltar la bomba, pero de
repente una luz roja se enciende en el panel, y ve un poco intranquilo
que le indica que el sistema hidráulico del brazo esta fallando. Sacude
le brazo, pero ahora, un poco mas intranquilo ve que la bomba no se
suelta.
Con la otra mano abre la otra, logrando solarle y lanzarla al
espacio.
Ve su reloj y solo faltan 3 segundos y la bomba no esta ni diez
metros de distancia. Cierra los ojos mientras se pregunta si sentirá
algo.
Pero pasan los segundo y no sucede nada. Abre cauteloso un ojo y se
da cuenta que el puntito de luz que es la bomba iluminada por el sol,
se aleja cada vez mas...
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"¿O sea, que nos matamos para que no explotara? ¡Dios! Hasta parece
una película de Hitchcock". – pregunta Gloval incrédulo, subido a la
escalera del Valkyrie.
"¿No me vaya a decir que quería que explotara?". – pregunta Engel,
aun senado en la cabina del Valkyrie. Alrededor de ellos los otros
pilotos regresan de la misión de combate, muchos de ellos ignorando la
presencia del comandante en jefe de la nave.
"No es eso, Mayor, pero menos mal que no funciono. Es un alivio."
"Para mi también, créalo."
"Mayor, No apruebo lo que le hizo a ese sujeto. Para nada. Pero
quiero que sepa que es un buen oficial, y esto, naturalmente no formara
parte de su hoja de servicio."
Gloval le da una ligera palmada en el hombro, antes de saltar sobre
la cubierta.
[Fin Capitulo 9]
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Notas / divagaciones del autor:
Ejercito de Vigilancia: Ellos son el ejercito contra el cual combaten
los Zentraedi desde hace 500.000 años. El SDF-1 Macross era un crucero
de este ejercito, y cuando los Zentraedi llegaron a la Tierra pensaban
estar en una base avanzada de su enemigo, y por eso atacaron.
"Solkini Sinii" es una expresión sin traducción fuera del ruso, pero es
equivalente a una expresión bastante conocida y vulgar para recordar
a la madre de alguien.
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