fanfic_name = En la Tormenta
chapter = 8
author = Seferino Rengel
Rating = AP15
Type = Adventure
fanfic = Super Dimensional Fortress Macross: En la Tormenta
-----------------------------------------------------------------------
PARTE 8: NIEVE CAYENDO EN LA VÍA LÁCTEA
-----------------------------------------------------------------------
El primer impulso de Bisyarina es de ir a buscar a Engel, pero a esa
hora le es imposible localizarlo. Llama al cuartel central, pero le
dice que no esta allí. Luego de varias llamadas mas es como si Engel no
estuviera en la nave, o que simplemente estuviera escondido. Antes de
la transmisión del Capitán Gloval, Engel le había dejado una nota, de
que viera el discurso del Capitán, como si ella estuviera dispuesta a
perdérselo.
La cuestión es que si quería aterrorizarla, lo hizo de manera
incontrovertible. Nadie le hablo de posibles ataques al Macross por
fuerzas de la Spacy. Pero de todas formas ya se encuentra aquí y mejor
será que se dedique a su trabajo. Aterrado y todo, debe ponerse a
trabajar. De todas formas, debido a lo precipitada de su llegada y a
los eventos de la ultimas horas, deberá reportarse mañana.
A la mañana siguiente, recibe la llamada de un oficial, a eso de las
ocho. Le habían asignado temporalmente una habitación en uno de los
cuarteles del sector militar muy cercano a la ciudad. La recoge un
impertérrito soldado, que sin mediar palabra coloca su bolso de ropa en
la parte de atrás del jeep que conduce.
Queda estupefacta al recorrer las calles de la ciudad, incrédula de
que hayan construido toda una ciudad en el interior de la nave. En
pocos minutos, salen de la ciudad y entran en un largo pasillo, hacia
el sector militar. Allí, el soldado se detiene ante un gran portón, que
tiene toda la apariencia de no ser parte de la estructura original de
la nave. Al traspasarlo se encuentra en un lugar que no parece diseñado
originalmente para la nave. Es conducida a lo largo de la continuación
del pasillo hasta la entrada de una empinada escalera.
"Marina". – exclama una voz cuando ella llega al siguiente nivel.
"Hola Gennadi. Espero que me des una explicación."
"No te preocupes, ven por aquí". – dice Engel tomándola del brazo,
conduciéndola por los pasillos. "¿Exactamente que te dijeron cuando te
enviaron a este lugar?". – pregunta Engel sin ningún rodeo.
"A trabajar con ustedes en la actualización de los reactores de
fusión. No veo la necesidad de que me sometas a este interrogatorio.
Todo lo que quiero es ayudarles. Anoche me sorprendió muchísimo lo que
dijo en Capitán Gloval, creo que si intentas disuadirme de irme, ya es
tarde. Podríamos dejar eso para después, me refiero a tu sarcasmo y
comenzar a trabajar."
"Te diré algo. He pasado toda la noche intentando convencer a
algunas personas y más sobre como explicarte. Ya no te puedes ir de la
nave, pero creo que ya no tiene importancia para ti. Hable con los
miembros del departamento aéreo sobre enviarte allí. Pero anoche lo
pensé mejor, y creo que será mejor que trabajes aquí."
"Pensé que trabajaría en los reactores de aviación."
"Pues ya no". – dice Engel.
Los dos caminan por el pasillo y bajan por otra escalera, hasta el
siguiente nivel inferior. Allí entran a una habitación completamente
pintada de blanco.
"Estamos fabricando armas de reacción". – dice Engel mientras se
detiene delante de un cristal, y del otro lado, unos técnicos
trabajando con un misil RMS.
La planta tiene 40m de longitud y quince de anchura. Hay dos hileras
de maquinas, separadas por espacios regulares, cada una dentro de un
compartimiento de plexiglás. La climatización de cada una se regulaba
por un sistema de ventilación autónomo. Los técnicos llevan guantes y
monos blancos.
"¿Por qué?"
"La Spacy no nos las dio, así que tenemos que construirlas aquí."
"¿Cuantas han fabricado hasta ahora?". – pregunta Bisyarina.
"Por el momento solo quince". – informa la Teniente Bohn Meyer quien
se les acerca.
"¿Así que esta es mi nueva asignación? Fabricando armas. Como en los
viejos tiempos."
"Sí". – responde Engel.
"¿Por qué tanto misterio? ¿Por qué hacerlas aquí si las pueden pedir
hechas?"
"La Spacy teme que las utilicemos contra ellos. Ahora Macross es
considerado enemigo, no solo de los Zentraedi, sino un peligro para la
Tierra."
"Los Zentraedi, así que ese es el nombre de nuestros enemigos."
"Sí. Habla con la Teniente Bohn Meyer para que te ponga al día con
todo lo que hacemos, yo tengo que irme."
"¿Adónde vas?"
"Tengo otro trabajo."
-----------------------------------------------------------------------
Durante los últimos días Engel a estado esquivando a Bisyarina.
Siempre se le presenta algo urgente, pasa todo el día y parte de la
noche caminado de un lado a otro del laboratorio. Bisyarina por su
parte esta enclaustrada allí, solo dedicándose a examinar la manera de
producir armas de reacción cada vez más pequeñas y potentes. De acuerdo
a Engel, ellos se encuentran bajo la jurisdicción de la Spacy y no de
las fuerzas aéreas.
Luego de una semana de trabajo, decide llegarse hasta la oficina de
Engel, a la que siempre que llega, la puerta esta cerrada, aunque nunca
a tenido la curiosidad de comprobar sí lo esta con llave.
Bisyarina se para en el corredor en penumbras y luego se decide a
tocar la puerta. Luego de insistir dos veces, da la vuelta a la manija
de la puerta, la que mágicamente se abre. Nunca había estado allí, pero
inmediatamente localiza el objeto de su búsqueda. Engel esta recostado
de su silla, dormido, con un brazo estirado sobre el escritorio y la
mano apoyada sobre él. Bisyarina le mira con detenimiento, no sea que
este muerto. Mientras se inclina para divisarlo en la oscuridad, Engel
abre los ojos, la mira unos segundos medio dormido y luego reacciona, o
sea, se sobresalta y golpea un pequeño avión a escala tumbándolo de la
mesa, al igual que otras cosas cuando regresa su brazo hacia el cuerpo.
"¿Qué haces aquí?". – pregunta él más calmado.
"Quería visitarte. No me esperaba que estuvieras dormido."
"¿Qué hora es?". – pregunta al mismo tiempo que Bisyarina consigue
el interruptor de la luz.
"Son casi las siete... de la noche."
"Estuve trabajando todo el día de ayer y parte de la noche."
"¿Nunca sales de aquí?"
"¿Para que? Los civiles están que linchan a los militares. Hay gente
que no entiende razones. De todas formas no hay nada bueno que ver por
allí". – comenta Engel mientras levanta las cosas caídas al suelo.
"Eres un pesimista patológico. ¿Qué tal si salimos? Si no tienes
trabajo atrasado claro."
"No, de hecho pretendía irme a mi casa. Planeaba tomarme el fin de
semana."
"Perfecto, yo también podrimos pasárnosla hablando de lo que has
hecho."
"Mis planes son hacer otra cosa todo el fin de semana, si no se
presenta ninguna alerta."
"Pero al menos podríamos ir a cenar. ¿O es que ya has comido?"
"Creo que podríamos."
Un cuarto de hora después, los dos están sentados en una mesa en uno
de los comedores con un inmenso ventanal con vista al espacio. Al fondo
puede verse la Tierra, ligeramente más grande que un puño. La luna es
invisible al estar en fase de luna nueva vista desde el Macross.
Durante varios minutos, Engel solo se dedica a mordisquear su comida,
mientras escucha cada nota de la canción que se escucha al fondo, a
Marina le parece que es ‘Creep’ de Shiina Ringo.
"No has dicho una palabra". – dice Bisyarina.
"Ya todo esta dicho."
"Al menos algunas cosas no. Me dijeron que salías con una chica, una
Yelena algo, pero no lo recuerdo."
Engel deja caer el tenedor bruscamente sobre el plato, sobresaltando
a Bisyarina.
"Veo que te molesta, ¿qué paso? ¿Te dejo?"
"En primer lugar no te interesa. Y en segundo, ella murió."
"Lo lamento, si lo hubiera sabido no lo hubiera comentado."
"Estoy seguro de que seria así". – dice recobrando la serenidad. "¿
Qué has hecho en este tiempo?"
"Ya me conoces, logre ser la mejor en el diseño de reactores de
aviación. Estaba trabajando en el VF-X-2 pero luego me enviaron aquí."
"Una lastima, ¿no?, Pero ahora estas prisionera de este laberinto."
"Fatalista como siempre. ¿Cómo son nuestros enemigos? En la Tierra
había rumores, pero nunca nada concreto."
"Solo sé lo que dicen los informe. Nunca he llegado a ver ninguno,
pero me dicen que miden como quince metros de altura y son unos
asesinos."
"¿Crees que logremos ganarles?"
"Creo que no, pero el Gloval cree que quizás salvemos el pellejo con
un acuerdo diplomático. No estoy seguro que le da esa idea, pero para
mí, no se lograra nada. Pienso que lo mejor que podemos hacer es
defendernos."
"Se como piensas, serias capaz de luchar aun si fueras él ultimo ser
humano con vida."
"Ellos se lo merecen."
"¿Cuántos derribaste?"
"No llevo cuentas, pero creo que casi cien, no lo sé."
"¿Hay otra mujer en tu vida?"
"No me hagas esa pregunta... la hubo."
"¿La japonesa con la que siempre hablas? ¿O esa Yelena?."
Engel se queda callado, mientras se recuesta en la silla y mira
directo a los ojos a Bisyarina.
"Me gustaría que no hablaras mas de ella. Es más. Hazte de la idea
de que nunca te habla de ella, ¿sí?"
"Estas muy quisquilloso por ella."
-----------------------------------------------------------------------
Los días pasan lentamente, el viernes termina con una desaparición
de Engel en mitad de la cena para aparecer el lunes en la mañana. Por
lo menos en la siguiente semana ha conversado mas con él. Le contó
mucho sobre sus misiones, su primera experiencia en el espacio, algunos
extraños chistes ocasionales, incluso le llevo a recorrer algunas
partes de la nave.
Le habla sobre la joven cantante Minmay y como la conoció antes de
que fuera famosa. Incluso le converso sobre el difunto Comandante
Focker y de una historia de antes de llegar al Macross. Pero en sus
historias siempre omite a Yelena, solo relegándola al epíteto de
‘Mayor’, sin dar ningún dato adicional, lo que le causa mas curiosidad
que si la nombrara abiertamente.
En el laboratorio llega a ser un jefe algo severo. Su acto favorito
es interrogar con preguntas de selección simple a todos, cuando las
cosas no van bien, Engel se encoleriza e incluso llega a darles
puntapiés a las cosas. Aunque nunca lo ha visto agredir físicamente a
nadie, a veces se pone como si de un momento a otro fuera a saltarle
encima al culpable de cualquier error, pero luego de descargar su ira,
sermonea a la victima y al final termina dándole palmaditas en el
hombro y alejarse.
Luego de un par de días se da cuenta que no siempre esta en el
laboratorio – solo las primeras horas de la mañana y finales de la
tarde – a veces se va al departamento aéreo, a la sección de
entrenamiento, mas que todo a la parte de simuladores. Mas que todo se
dedica a asesinar inmisericordemente a los jóvenes pilotos, sobre todo
se dedica a torturar a los bravucones de todas las clases.
"Ustedes están aquí para ser asesinados o hacerle lo mismo al
enemigo. No olviden que todos ellos son asesinos". – sermonea a los
pilotos, luego de haberlos humillado lo suficiente.
Engel es buen piloto, algo cuidadoso en algunas cosas pero que a
veces se precipita en algunas y llega a ser temerario en otras, quizás
llegando al limite de la estupidez. Al parecer la única cosa que le
impide volar es su pierna mala, que se niega a curarse completamente y
a su trabajo en el laboratorio de armas. A veces sale lentamente del
simulador, y no es para lucirse en él, sino por el dolor que le causa
su rodilla.
Pero a pesar de estar pasando mas tiempo con él que en los últimos
cuatro años, aun le parece muy diferente al Gennadi Antonovich Engel
que conoció, aunque nunca lo ha llegado a conocer del todo. Es un
sujeto misterioso en sus maneras, a veces no dice ni una palabra pero
hace gestos de todo tipo.
A veces se da a entender fácilmente, aunque llegan momentos en que
hace cosas que hacen que uno piense que esta mas loco que una cabra,
como por ejemplo desaparecer durante medio día sin dar señales de vida
o quedarse a trabajar durante las noches hasta el amanecer, cuando no
hay nadie en el laboratorio.
Para el día de navidad, parece que la molestia de las ultimas dos
semanas se desvanece. Pero para Engel es un día como cualquier otro,
incluso se esta quejando cuando muchos de los técnicos le piden la
tarde libre para terminar sus compras de navidad.
"No deberías tratarlos así, ellos son seres humanos". – comenta
Bisyarina.
"Y lo soy también". – dice Engel, lanzando un bolígrafo hacia la
lapicera.
"¿Porque nos les das el día?"
"Si terminamos antes quizás salgan temprano a celebrar navidad,
además, apenas son las nueve de la mañana."
En ese momento suena el teléfono. Antes de que vuelva a repicar lo
toma.
"Capitán Engel". – contesta para luego escuchar lo que le dicen.
"Inmediatamente."
Cuelga y se pone de pie recargándose de su basto ortopédico.
"¿Pasa algo?". – pregunta Marina.
"Me solicitan en la oficina del Capitán Gloval."
"¿No hiciste nada malo?"
"No lo creo. Pero acompáñame, te puedo usar de chivo expiatorio."
En menos de cinco minutos, Engel ya esta llegando al pasillo del
cuartel general, seguido inseparablemente por Marina, quien en algunos
momentos le toma del brazo, inconscientemente. Los dos saludan al
marine que se encuentra apostado en la puerta. Luego de identificarse,
el joven abre la puerta de manera lenta y con mucho tacto. Al entrar,
Engel se encuentra sorprendido al encontrar a varios oficiales de alto
rango allí reunidos, mas que todo cuando casi al unísono se colocan de
pie.
"Capitán Gennadi Engel reportándose como se le ordeno". – dice
saludándolos a todos.
El se siente súbitamente fuera de lugar allí entre todos los
oficiales de alto rango de la nave, aunque en ese momento solo hay
cinco. El Capitán Gloval, sentado en el medio de la mesa, el Coronel
Maistrov a su izquierda y otros tres oficiales, como el Capitán al
mando del Prometheus, el Coronel jefe del departamento aéreo y la
Teniente Comandante Misa Hayase, sentada a la derecha de Gloval.
"Capitán Engel, un gusto verle de nuevo". – dice Gloval.
"El gusto es mío señor."
"¿Cómo esta su pierna?". – pregunta amablemente el Capitán, aun de
pie.
"Depende del clima que haga señor, aunque ha sido malo en los
últimos días."
"Le entiendo. ¿No tiene idea de el motivo de su visita?"
"No señor, aunque deduzco que es algo relacionado con mi asignación.
¿Quizás un ascenso?". – aventura algo renuente Engel.
"Excelente Capitán."
"Gracias, señor. Presumo de mis aptitudes para el racionamiento
deductivo". – dice seriamente, logrando arrancar una sonrisa a los
oficiales, que de seguro, en los últimos meses no han tenido una razón
para sonreír.
"Capitán Engel". – dice Maistrov, acercándose a el con una pequeña
cajita. "En nombre del alto mando del SDF-1 Macross, permítame hacerle
entrega de su nueva insignia."
Mientras dice esto, le hace entrega de su nueva insignia de rango,
que desde ahora deberá lucir en su uniforme.
"Permítame en ser el primero en felicitarlo por su nuevo rango,
Mayor Engel. Lo merece por ser uno de los oficiales de mayor antigüedad
bajo nuestro mando y por su excelente labor desempañada". – dice
Maistrov estrechándole la mano.
"Gracias señor, ya era hora, tengo ocho años siendo Capitán."
-----------------------------------------------------------------------
En la tarde Engel se encuentra sentado, solo, en la silla de su
escritorio. Recostado completamente en ella, sostiene en sus manos el
Su-27 de Yelena, mientras escucha como se abre la puerta, por donde se
asoma la larga cabellera color trigo de Marina.
"No te vez muy feliz, ahora eres Mayor de las Fuerzas Aéreas."
"Los ascensos le impiden a uno volar."
"Pero no es lo importante. Mírame a mi, nunca e volado una misión de
combate, pero soy Teniente de las Fuerzas Aéreas de las Naciones
Unidas."
"Tu eres diferente, eres una académica que le gusta trabajar usando
su cerebro. No puedo vivir una vida calmada."
"Lo que sucede es que te subestimas. Tu vida ha sido cualquier cosa
menos calmada, creo que podría decir que ha sido desesperada. Crees que
tus acciones son la única cosa que te permite la vida. Y eso, te
encierra en ti mismo."
"¿Qué otra cosa puede darme la vida?"
"Nunca me hablas de tu vida, pero creo que deberías descansar de
ella. Tomarte un tiempo para ti mismo. Me han dicho que desde que
tuviste tu accidente no has parado de trabajar. Eras amigo del Mayor
Focker y que has perdido a prácticamente todos los amigos que has
tenido abordo."
"¿Adelantamos la reunión?". – pregunta Engel cambiando de tema.
"Si."
Engel se levanta sin decir nada mas, tomando su maletín.
Unos minutos después, Engel arroja un envoltorio vacío de un parche
de nicotina en un cenicero, regalo de navidad de los oficiales.
"Muy bien, gente. Hagamos esto breve y rápidamente para que todos
podamos ir a casa para Navidad". – dice Engel mientras saca una carpeta
de su maletín, la cierra y se sienta. "¿Cómo va el caso del Prometheus?
¿Esta resuelto?"
"Si, ya se confirmo esta mañana que se soluciono". – informa un
Teniente.
"Olvídenlo, entonces. Lo hicieron bien. ¿Qué sobre la ampliación del
laboratorio?"
"El Capitán Gloval autorizo mandar aparte del personal permanente de
armas del Prometheus para ayudarnos. De seguir el ritmo de producción
pasaremos de seis a casi diez al día". – confirma otro Teniente.
En ese momento, una asistente llega y le un papel a Engel.
"Le llamare luego". – dice Engel devolviéndoselo.
"Esta mañana llego la listas de suministros, al parecer tenemos que
utilizar el deposito del ala B para arrimar todo lo que tenemos". –
dice Bohn Meyer.
"Coordine entonces que muevan todo al deposito de esa ala. Y también
vea la posibilidad de mandar las armas sobrantes de una vez al
Prometheus y al Daedalus. ¿Algo mas por hoy?"
"No señor, es todo por hoy."
"Bueno, gente...". – dice Engel levantándose. "Feliz Navidad". –
dice mientras coloca una pequeña cajita delante de tres oficiales.
"Feliz Navidad."
Engel les saluda y empieza a salir, al igual que Bisyarina, que ya
esta saliendo por la puerta, Bohn Meyer se acerca al Mayor.
"Bueno, Mayor, en la tarde habrá la fiesta de navidad de los
oficiales y nos preguntábamos si le gustaría ir". – dice la Teniente
sonriente.
"Lo lamento, tengo otros planes para hoy". – dice Engel volviéndose
para salir. Los oficiales se quedan callados, hasta que Engel y
Bisyarina han cerrado la puerta.
Bohn Meyer esta a punto de decir algo, pero la puerta se abre, y
Engel se asoma para mirarlos fijamente por unos segundos y volver a
salir.
Luego de esperar unos segundos a que no regrese, los tres abren los
regalos encontrando cada uno, idénticas cajas de chocolates.
-----------------------------------------------------------------------
Un hombre esta sentado sin hacer nada.
Su compañera, que en este momento se encuentra ausente, a sido de
gran utilidad en las ultimas semanas, casi se siente arrepentido de
haberle insistido tanto al Comandante que seria más un estorbo que una
verdadera utilidad. Ahora, pareciera que es indispensable. Al menos así
dividen el trabajo, ella investiga por allí y el se sienta a planear lo
que ahí que hacer. De todas formas el momento esta cerca, solo hay que
esperar el momento oportuno y empezar a trabajar.
Mientras tanto, él intenta entender algo de lo que dice el aparato
de TV, casi toda la información es superflua y sin una verdadera
utilidad practica. Mejor ni lo piensa. Le da un súbito escalofrió al
pensar en esas muchedumbres en las calles. En el primer momento sintió
un súbito pánico de esa situación y hasta temió ser descubierto, pero
tuvo paciencia y logro salir adelante. Es una suerte que se hayan
capturado a esos pilotos enemigos, dieron muchas informaciones claves
para su presente misión. Es una lastima no haber traído nada a pesar de
que entrar a la nave fue tan sencillo.
Mientras su superior esta viajando por las nebulosas, ella esta
sentada revisando de nuevo esa gran cantidad de libros. Son
increíblemente útiles, sobre todo porque están disponibles. Es
impresionante que en pocos libros se encuentren tantas respuestas. Y lo
que más le sorprende es que estas informaciones no sean clasificadas y
más aun que le hubiera sido tan fácil de encontrar. Son demasiados
confiados estos micrones o no saben utilizar estas informaciones. Tal
vez las dos cosas sean verdad. Antes de terminar por el día, ella
termina sus anotaciones.
Esta lista para comenzar.
Justo cuando llega a donde esta la encargada, alcanzándole el montón
de libros para que los guarde, suenan las alarmas de emergencia.
-----------------------------------------------------------------------
Engel esta de pie en el puente de observación, mientras enciende un
cigarrillo delante de la ventana que da al espacio. Sale de allí,
mientras que a varios kilómetros se divisan las efímeras bolas de fuego
que se forma cada vez que la carga de combustible y oxigeno de cada
nave se inflama en él vació.
Baja corriendo por las empinadas escaleras tan rápido como su
adolorida pierna le permite hasta llegar al nivel donde se encuentra su
división de armas. NK-3, es un arma de reacción modificada con una
cubierta plástica que podía utilizarse mas efectivamente en el espacio,
utilizando el plástico para formar un plasma para producir una onda de
choque, que no se produce en el espacio al no haber aire.
La idea había sido suya, ya que todas las armas que había eran
eficaces solo si la bomba entra en contacto físicamente con su blanco.
Pero esta era eficiente, sobre todo contra formaciones de Pod. De
hecho, cuando entro en el taller se encontró con varias que en ese
momento estaban siendo ensambladas, ya que había sido solo una semana
antes cuando se utilizaron varias en combate. Varios de los operadores,
algunos incluso con más edad que él, le saludan.
"Descansen". – dice el Mayor Engel respondiendo al saludo de
algunos. Otros continuaban con el trabajo. "¿Cómo vamos Teniente?"
"Bien, señor. Tenemos 12 ensambladas". - responde la Teniente Bohn
Meyer, quien se suena disimuladamente la nariz.
"Estamos en medio de una alerta, ¿aun no ha llamado el Capitán?"
"No sabia que llamaría."
"La ultima vez me dijo que cuando nos necesitar nos llamaría". -
dice el Mayor, señalándole la salida a la Teniente para que le siga.
Pareciera que Engel estaba hecho a la medida para pasar por las
puertas bajas de los manparos, ya que ni siquiera se tuvo que agachar
al pasar.
-----------------------------------------------------------------------
El Capitán Gloval esta con una mano apoyada en la espalda de la
silla de Vanessa, que esta mostrando en pantalla el despliegue táctico
en el campo de batalla.
"Se aproximan tres formaciones de Pod, señor". - informa la
Teniente.
Toda la tripulación del puente de mando esta atenta a la información
de las pantallas. La pantalla de control se muestra el curso de la
confrontación: en un extremo, están los veinticuatro Valkyrie y al
otro, los setenta y dos Pod. Siguen cursos contrarios, y en menos de
tres minutos se encontrarán.
En silencio observa como los puntos se aproximan.
En silencio también observa como el grupo de Valkyrie lanza una
ronda de mísiles de largo alcance justo antes de romper la formación y
dispersarse.
En pocos segundos los mísiles dan en el blanco y son destruidos 21
de los 72 enemigos. Ante sus ojos puede ver como sus pilotos se
arremolinan y se mezclan con las naves enemigas. En ese momento empieza
a extinguirse varias luces del panel, los Valkyrie están en
inferioridad de uno a tres, y ya a perdido una cuarta parte de sus
pilotos. Sabe que en ese instante otro grupo de cazas esta saliendo
para dar apoyo... algo que igualmente esta haciendo el enemigo.
Pero sus miedos se disipan al ver que no llegan refuerzos a las
naves enemigas.
Pareciera que es de nuevo una maniobra de desgaste.
Los Zentraedi tiene los recursos para vaporizar la nave en pocos
segundos, pero en vez de eso, se dedican a lanzar ataques, contando,
quizás, que en algún momento Macross se quede sin pilotos y se rinda.
"El radar de largo alcance no detecta mas naves acercándose al
perímetro de ataque". - informa Misa, luego de comprobar los dato.
Gloval no responde, solo mordisquea su pipa apagada. Es algo
relajante par él, además que le da la opción de hacer algo con lo cual
proyectar sus pensamientos. Camina hacia la ventana y se queda de pie
en el espacio entre Misa y Claudia mirando directamente hacia la gran
burbuja de cristal. Justo enfrente puede ver el arco de la Tierra, a
poco mas de sesenta mil kilómetros y un poco mas arriba y a la derecha
esta la Luna, que solo es un cuerno plateado.
"Capitán". - dice de pronto Misa. "Detecto una maniobra de pliegue,
a 2-6-0."
"Tenemos tres naves de gran tamaño dirigiéndose a nosotros. Seis
formaciones de Pod se aproximan desde 2-4-3". - confirma Vanesa.
"Preparen el cañón principal para disparar". - ordena Gloval, aun de
pie en la ventana.
"Ingeniería informa que será imposible disparar". - informa Kim.
Gloval de nuevo queda silencioso mientras mordisquea mas
enérgicamente la pipa, se diría que casi la esta mascando.
"Que el escuadrón Ángel de la Capitán Takeda se prepare a partir lo
antes posible. Shammy, comunícame con armas"
-----------------------------------------------------------------------
Más rápido que inmediatamente, varios técnicos estaban corriendo por
él deposito de bombas en el Prometheus, donde ponen especial atención
varios objetos de aspecto corriente, a los que solo una etiqueta de
rayas rojas y plateadas, la distingue de los demás objetos acoplables a
los cazas.
Cuidadosa y rápidamente los colocan en varias carretillas para
llevarlas directamente hasta el hangar. Los hombres del turno estaban
ya agotados por los continuos ataques como para tomar nota de quien
entra o sale del hangar. Ocasión que aprovecho un par de técnicos para
observar cuidadosamente lo que sucedía. Prestaron atención como los
operadores daban tratamiento especial a los mísiles que estaban siendo
montados en los aviones. Mas que todo al grupo que han estado siguiendo
desde hace varias semanas.
Solo tenían que sumar los acontecimientos, mas que todo la de la
semana pasada, donde el mismo grupo monto estos mismos mísiles en el
mismo grupo de aviones, causando en el campo de batalla el mismo
efecto. Los dos Zentraedi disimulan estar haciendo algo mientras
observa a los pilotos subir a sus aparatos.
Mientras, en la cubierta ven como regresan varios aviones que están
siendo rearmados para regresar al combate. El Zentraedi se acerca para
poder ayudar a armar uno de los aviones mientras su compañera
continuaba con la vista fija en las armas nucleares. Los exhaustos
operadores empezaban montar las armas en los aviones, mientras se
retiraban las carretillas vacías, que es lo que hizo Gadras luego de
ver la tarea cumplida. El grupo de operadores no sabían lo que estaban
instalando, parecían simplemente mísiles de alcance medio de poco mas
de metro y medio de largo.
Cuando los operadores terminaban de colocarla, un técnico se acerca,
abre una portezuela y encaja un pequeño aparato electrónico donde se
enciende una luz verde. Luego de unos segundos la luz cambia a rojo y
el técnico cierra la portezuela para anunciar que el misil esta listo.
Gadras se acerca donde se esta instalando un nuevo misil y presta
atención en el brazo cargador que coloca los mísiles en su sitio.
Seria fácil.
La Zentraedi Zariá pasa junto a la escalerilla por la que sube la
piloto del avión que están armando. En eso escucha un fuerte golpe del
otro lado del avión. Una bomba, montada en la otra ala se había soltado
antes de lo debía aplastándole la pierna a uno de los operadores. En el
caos de sucedido los operadores dejaron de hacer lo que hacían. El
Mayor Engel corre hacia el lugar, poniendo mas atención en la bomba que
en al hombre herido, que es rápidamente llevado al hospital de la nave.
"Suspendan los montajes, que salgan las naves que ya tienen los
mísiles". - ordena Engel quien esta arrodillado al lado del misil,
mientras que la Capitán Takeda se resigna a partir con solo tres bombas
operativas.
Las otras siete bombas sobrantes volvían en carretilla al deposito.
El Mayor Engel esta molesto por que dos aviones no salieran armados,
mientras espera que las ocho carretillas pasen antes de que él saliera.
En medio del caos reinante, donde decenas de Valkirias amontonados
casi, esperan en turno por armarse, nadie, ni siquiera Engel que
caminaba detrás de las carretillas, reparo que una iba vacía.
-----------------------------------------------------------------------
Sacar el misil del hangar fue demasiado fácil. Separar la ojiva del
cuerpo del misil le tomo unos veinte minutos a Zariá, que había estado
estudiando las armas en varias ocasiones en que había asistido al grupo
de operadores para instalarlas. El misil pesaba unos buenos cien
kilogramos que les costo mucho cargar entre los dos hasta una
habitación vacía de la nave. La ojiva pesa como unos cuarenta kilos,
suficiente para poder sacarlo de allí rápidamente.
-----------------------------------------------------------------------
Al terminar la misión, el grupo de operadores, esta vez mas serenos
y sin la presión de la batalla, se encuentra desmontando las armas que
no fueron utilizadas y son colocadas de nuevo en sus carretillas y
llevadas hasta él deposito.
Engel mira como la ahora líder de su escuadrón (aun piensa que el
escuadrón es suyo) la Capitán Hikari Takeda, antigua Oficial de
Operaciones del escuadrón. Japonesa, ojos negros, nariz redonda, alta,
cabello negro algo desaliñado, bonita, pero lo primero que Engel piensa
es que debe de ser muy especial en la cama... Su propio pensamiento le
deja atónito.
Recoge su bastón que esta en el lugar donde estaba la carretilla de
la bomba en medio del hangar. Es el que más se nota, sobre todo con su
uniforme azul oscuro, casi negro, mientras los operadores y técnicos
visten monos naranja y los pilotos sus trajes de vuelo blanco con
hombreras amarillas con negro.
-----------------------------------------------------------------------
Zariá se sobresalta cuando Gadras dejo caer la ojiva sobre la mesa.
Aunque sabe que no puede estallar, estuvo apunto de regañar a su
compañero. Solo se limito a darle una mirada fatal mientras se asomaba
disimuladamente por la ventana. No es un sitio conveniente para tener
una base. Sobre todo estando en un piso alto, con pocas salidas. Pero
sirve para los propósitos. Le toma poco mas de una hora él empezar a
desarmarla. Y una hora mas darse cuenta que será más difícil de lo que
pensó.
"Retiraste la bomba antes de que instalaran los sistemas de
seguridad. Ni siquiera podremos utilizarla". - arguye Zariá molesta
mientras se pone de pie, recostando las dos manos pesadamente de la
mesa.
"No podíamos perder la oportunidad. Fue mi decisión y así se
quedara. De todas forma para eso esta usted aquí, para empezar a
arreglarla."
"Así será". - dice ella sentándose de nuevo.
Trabaja durante la noche, mientras Gadras sale a quien sabe que.
Había tres capas de metal antes de poder acceder al mecanismo, solo
para encontrarse con que el interior de la bomba esta lleno de una
sustancia plástica, de la que solo salen unos cuantos alambres que se
conectaban al mecanismo de control, que por desgracia no tiene a la
mano.
Para su desgracia no tiene una herramienta para cortar esta cubierta
plástica endurecida. Tendrá que esperar a la mañana.
[Fin Capitulo 8]
-----------------------------------------------------------------------
Notas / divagaciones del autor:
Unos de esos capítulos lentos, pero que termina con algo extraño,
¿hubieron mas espías Zentraedis en el Macross? Pero a diferencia el
trío original, estos tiene un objetivo.
Este es el comienzo del one shot del que surgió la historia completa.
Y que cuando escribí, hace ya dos años (2004) inmediatamente decidí
alargar. Vean http://www.geocities.com/klonia2400
State = Continuará/To Be Continue
feedback = Sí/Yes
email = rseferinoARROBAgmail.com