fanfic_name = En la Tormenta

chapter = 5

author = Seferino Rengel

Type = Adventure

fanfic = Super Dimensional Fortress Macross: En la Tormenta

 

-----------------------------------------------------------------------

 

PARTE 5: "SOY LA MUERTE, LA QUE TODO LO DEVORA"

 

-----------------------------------------------------------------------

 

 

La batalla a terminado, el cielo aun esta lleno de humo, mientras en

el mar se pueden ver miles de fragmentos provenientes de los restos de

los cazas, tanto aliados como enemigos...

 

Volando a gran altura, Engel continua haciendo círculos en modalidad

de caza. Mueve la palanca secundaria para pasar a modo Gerwalk y poder

revisar el mar. Pero al hacerlo, su Valkyrie pierde el control y

empieza a caer. Regresa a su configuración anterior donde esta

relativamente estable. Esta casi al ras del mar cuando logro

estabilizarse, y demasiado rápido para poder ver detalles en el agua.

 

"Aquí Ángel 5-0-2, cambio". - llama Engel por la radio. "Ángel 5-0-2

a Gunsight Uno". - insiste pero no tiene respuesta.

 

Hace un circulo para poder ver mejor, pero la única visión que tiene

es la de los restos flotantes y ningún paracaídas blanco de rallas

naranjas... Así que se quita el casco para poder ver mejor y continua

así durante media hora hasta que le es imposible mantener el control

del Valkyrie.

 

Durante todo el camino de regreso, trata de controlar la nave, pero

parece que su turbina de estribor esta por fallar. Hace un circulo

completo alrededor del Macross, pero sus posibilidades para un

aterrizaje convencional son muy pocas, debido a la posición del

Prometheus con el Macross en modalidad de combate.

 

Sus opciones son muy limitadas. De hecho, si no aterriza en

modalidad Gerwalk no aterriza, y no esta dispuesto a lanzarse sobre el

mar, donde podrían pasar horas en ser rescatado, o pero aun, caer

directo sobre alguno de los despojos flotantes. Medita la cuestión un

momento y tomando una gran bocanada de aire cambia su Valkyrie a

modalidad Gerwalk, empezando a caer rápidamente. Utiliza los motores

vernier para estabilizarse, logrando mantener al aparato nivelado, pero

aun sin perder velocidad horizontal.

 

La cubierta esta a pocos metros de distancia, y todavía va demasiado

rápido trata de aproximarse al sitio mas alejado, hacia el lado de

estribor, pero finalmente, golpea el suelo a mayor velocidad de la que

deseaba. El Valkyrie rebota varias veces en tanto que Engel intenta

evitar que se vaya mas hacia proa. Intenta hacer detener el Valkyrie,

pero el exceso de velocidad amenaza con levantarlo de nuevo. Al final

activa los vernier para obligarlo a mantenerse en el suelo mientras

apaga los motores. Pero las turbinas mueren súbitamente y la turbina

izquierda golpea la cubierta, luego la nariz y el aparato finalmente se

desliza por ella, destrozándose en el proceso, el cristal de la cabina

estalla asiéndole algunos cortes en el rostro.

 

Casi instantáneamente llegan los equipos de control de daños

rociando el aparato con una espesa capa de espuma, incluso antes de que

el Valkyrie se detuviera por completo. Al final la cabina queda de

cabeza. Engel esta como ofuscado por lo sucedido... como si todo fuese

un sueño. De cabeza y aturdido sin una orientación pulsa el botón de su

cinturón de seguridad y las correas se sueltan con un sonido sordo,

haciéndole caer directamente sobre el duro metal de la cubierta.

 

Se corta con los restos de cristal del marco de la cabina antes de

tocar el suelo, pero para él es lo de menos. Se queda tendido allí, ni

siquiera trata de levantar la cabeza. No siente él dolor, pero si una

fuerte punzada en su mano de la que fluye sangre sobre la grisácea

cubierta.

 

¿Qué significa su vida si ahora la persona que le quiso se fue?, Se

fue sin que le dijera lo realmente valiosa que era. Era la mejor

persona que ha conocido en su vida. Fue su culpa, por su culpa ahora

Yelena esta por allí, mas allá del mar. ¿Qué le vale regresar, si no

puede volver a los muertos a la vida?.

 

Cierra los ojos y se deja ir.

 

En su inconsciencia escucha como sus colegas mueven restos de metal

y cuidadosamente lo levantan del suelo.

 

 

-----------------------------------------------------------------------

 

 

Al abrir los ojos estaba convencido de que han pasado verdaderamente

meses desde que los cerró. Siente un fuerte dolor de cabeza, justo

detrás de los ojos. Le toma un tiempo darse cuenta que esta en la

enfermería del Prometheus. Cuando enfoca la vista ve ante sí, en la

nebulosa y brillante luz, el rostro de una bella enfermera mirándole.

Lo primero que llega a su mente tiene nada que ver con su salud ni al

combate, sino como es que el gorro de las enfermeras no se les caen,

¿es amarrado, ajustado o se lo sujetan con un gancho? Siempre le a

parecido muy coqueto la forma en que les quedan...

 

... Así recuerda todo lo que paso.

 

"Tranquilo. Esta en buenas manos. Por favor". - dice ella,

manteniéndolo sujeto por el hombro.

 

En sus mas de cinco mil horas de vuelo, es la primera vez que algo

así le sucede. Suspira mientras recuerda el combate. Levanta

perezosamente su mano derecha frente a su cara para cubrirse de la luz

y se encuentra que la tiene cubierta con una venda manchada de sangre,

al parecer se volvió a cortar el muñón de sus dedos amputados. Se

sienta sobresaltado en la cama al tiempo que la enfermera le toma de

los hombros. Gira la vista alrededor para ver que están allí muchos

pilotos heridos. Incluso ve algunos que simplemente están muertos.

 

Impaciente deja que la enfermera la cure las heridas del rostro,

mientras cierra los ojos y trata de no pensar en los hilillos de sangre

que caen por su frente.

 

"Engel."

 

Abre los ojos y se encuentra con la vista de Focker, quien esta

llegando por la puerta.

 

"Encontraron a Yelena."

 

"¿Cómo esta?". - pregunta Engel, descubriendo que podía hablar.

 

"No lo sé, solo me dijeron que la traen en helicóptero."

 

Engel salta de la camilla, ignorando las quejas de la enfermera, que

trata de convencerle de que aun hay que hacerle exámenes. Corre

haciendo caso omiso al dolor de su rodilla, y sube los escalones de dos

en dos y aparece sobre la cubierta, incluso antes de Focker, que lo

sigue a unos cuantos pasos de distancia. Brevemente ve los restos de su

Valkyrie a unos metros, pero los ignora mientras acelera el paso,

haciendo poco caso al dolor de su pierna derecha. Ni siquiera espera a

que se pose completamente el helicóptero cuando se acerca corriendo a

la portezuela, y el mismo la abre para sorpresa de los ocupantes.

 

Hay un par de camillas que deben sacar, pero al final, el mismo

entra y se encuentra de pie ante una donde esta acostada la Mayor

Yelena Nikolayev. Esta toda empapada con su traje de vuelo manchado de

sangre. Parece dormida y que lo único fuera de lugar es que no tiene

puestos sus anteojos, que están guardados en el bolsillo de su traje.

Como soñando, se acerca a ella y pone una mano sobre su rostro, que

esta helado.

 

"¡Por favor!". - pide el enfermero, con la única intención de

apartarlo y hacer su trabajo, inmutable por la situación... o al menos

tratando.

 

Engel se enfurece y agarra al Cabo por el cuello. Pero antes de

descargar su ira contra el sorprendido muchacho, el Mayor Focker le

agarra por el hombro tirando fuertemente de él, haciéndole soltar al

enfermero.

 

"No es su culpa, Gennadi". - dice Focker, alejándolo de allí.

 

Engel forcejea con él, pero este no le suelta hasta que finalmente

se calma, luego quita tranquilamente la mano de Focker de su hombro y

regresa mas sereno al interior del portaviones, a donde se lleva el

cuerpo de Yelena.

 

 

-----------------------------------------------------------------------

 

 

"No tiene... tenia familia, toda murió al comienzo de la guerra."

 

Las palabras de Engel salen con mas suavidad que de costumbre. Aun

mira el cuerpo inerte de Yelena. La vistieron con su uniforme blanco.

Ya hace casi un día de su muerte, pero aun parece tan serena que debe

tocarle una mejilla para convencerse de lo contrario. El mismo apenas a

salido anoche de cirugía, tenia un dolor terrible en rodilla derecha e

imprudentemente a logrado salir para poder estar aquí. En la pequeña

habitación también se encuentra Focker, Claudia, y un pequeño grupo de

conocidos.

 

"No debes culparte. En nuestro trabajo esto puede suceder..."

 

"Para nada Focker. La culpa es de esos alienígenas, solo ellos y

nadie más."

 

Engel se queda callado mientras continua contemplando a Yelena, saca

de nuevo el sobre que ella le había dado y la que a leído infinidad de

veces. Fue muy breve, nada de ambigüedades, fue directamente al grano

con mucha crudeza. La vuelve a guardar en su bolsillo y con la mano

acomoda un par de mechones que cubren los ojos de Yelena.

 

Yelena Nikolayev había sido una Valkyrie en todas sus formas, al

morir se había unido en el Valhala a todos esos héroes que murieron en

batalla. Había caminado por el sendero de la existencia para alcanzar

el final ultimo de esa vida.

 

"... debes vivir para vencer a nuestros enemigos"

 

Delicadamente le quita los anteojos. Le había sorprendido mucho que

ella usara anteojos. Se supone que los pilotos de combate no deben

utilizarlos, pero a ella le habían remitido anteojos, con lo que ella

había pensado que seria el final de su carrera, pero sorprendentemente,

para sus superiores ni siquiera se inmutaron a la idea de una mujer

piloto con anteojos.

 

Aun le es difícil aceptar que su amiga durante todos estos años, su

camarada y una de las pocas compatriotas en el mundo este muerta, le

resulta difícil aceptarlo. Lucho durante estos días intentando

comprender como es posible que algo así le suceda a ella.

 

Vuelve a tocarle la mejilla y a acariciarle el cabello, apartando

los rebeldes mechones que en vida siempre jugueteaban para hacerla

lucir tan hermosa. Engel piensa que es una lastima tener que hacer esta

ceremonia de esta manera, pero su sencillez contribuye a hacerla digna,

y eso al menos es lo que corresponde.

 

 

-----------------------------------------------------------------------

 

 

"Tendremos que ir a cirugía". - dice la Doctora al ver las nuevas

radiografías de la rodilla de Engel. "Te felicito, te has desgarrado el

ligamento en la rodilla."

 

"Podría dejar de regañarme y hacer su maldito trabajo". - sugieren

Engel molesto.

 

Engel continua abrazando la pequeña caja con las cenizas de Yelena.

Varias horas después, Engel es llevado a una habitación. La extraña.

Quizás lo que más extraña de ella sea todas esas largas conversaciones

que tuvo con ellas. Hablaban de todo y de nada.

 

Lo que le encantaba era que no caía en el arquetipo de la mujer

piloto de combate, supuestamente ruda, fuerte y marimacha. Todo lo

contrario, si nunca hubiera sido piloto o la hubiera visto caminando de

civil en la ciudad, juraría que era una maestra de escuela o quizás una

doctora. Delgada, aunque alta, mas que él. A veces le intimidaba un

poco, porque él apenas llega por poco al metro sesenta y ella con metro

ochenta.

 

Ella parecía algo constante en la vida. Una buena amiga. Pero ese

día, pensó que era el inicio de una nueva vida, casi como un nuevo

cielo y una nueva tierra. Nunca la había considerado como una mujer en

es forma, ni siquiera imaginaba que tal cosa podría pasa. Aun recuerda

sus lagrimas en la noche, y cuando él le pregunto la razón de esas

lagrimas, ella solo le dijo que eran de felicidad. Yelena cerraba los

ojos en la oscuridad incluso cuando se acurrucada en sus brazos,

sollozando ligeramente.

 

Pero el beso en el hangar, en lugar de una demostración de amor, le

pareció mucho mas una despedida. No le había dado importancia, pero

después, tuvo todo el sentido del mundo.

 

Con mucha dificultad se sienta en la cama, para darse cuenta que

tiene un cable colgado de una pinza en su dedo. Da un fuerte tirón de

él, lanzando el aparato ECG hacia el suelo. Apoyándose de las paredes

sale de la habitación, hacia el atestado pasillo, donde prácticamente

están apiadas camillas con múltiples pilotos heridos. El olor de la

sangre se mezcla con el propio del hospital.

 

Nadie le nota, ni siquiera se vuelven a mirar al paciente, ni

siquiera reparan en la leve mancha de sangre en su rodilla y abrazando

fuertemente una pequeña caja bajo su brazo. Tambaleándose alcanza la

salida a las escaleras, con un leve esfuerzo empuja la manija de

emergencia y esta se abre cuando se apoya con su peso contra ella,

cayendo de bruces hacia el otro lado.

 

Dolorosamente se pone de pie, sin soltar la caja, mientras empieza a

bajar por las escaleras que dan a los pasillos internos de la nave.

 

 

-----------------------------------------------------------------------

 

 

Minutos después...

 

La Capitán Takeda y el Mayor Focker caminan por el pasillo del

hospital. El ultimo toca la puerta varias veces, pero no obtiene

respuesta. finalmente se decide a entrar...

 

"¡¡¡Doctora!!!"

 

 

-----------------------------------------------------------------------

 

 

En otra parte de la nave, Engel ira fijamente el mar a través de las

escotillas abiertas llega la fresca brisa con su particular olor a

salitre. Es de noche, y la luna brilla fijamente sobre el horizonte,

acentuando las olas alrededor de la inmensa nave fortaleza. Siente un

frió terrible, acentuado por las ráfagas provenientes de la cercana

escotilla.

 

A la distancia puede ver como brillan las luces de formación de un

grupo de Valkyrie que giran a lo lejos. Los sigue con la mirada,

ofuscado, mientras es rodeado por el silencio fantasmal de ese

solitario pasillo. Nada. Solo el sonido de los ventiladores del sistema

de climatización y el murmullo ocasional del viento en su cabello. Es

increíble que no pueda escuchar las olas, que rompen a solo unas

cuantas decenas de metros de distancia.

 

Las estrellas titilan tan brillantes, como solo pocas veces ha visto

en su vida. Camina lentamente por el pasillo, ocasionalmente apoyándose

de las paredes. Llega a una de las plataformas de observación, donde el

cristal de la cúpula esta levantado, allí, el sonido de la naturaleza

marina es mucho mas fuerte, muchos mas real. La rodilla le duele

infinitamente, costándole mucho dar un solo paso. La sangre mancha el

pantalón de su pijama, pero aun así, da unos pasos lentos hacía el

barandal, mirando como es rodeado por la oscuridad.

 

Frente a él, puede ver el inmenso mar, hacia los lados las

imponentes imágenes de los buques de guerra Prometheus y Daedalus. La

cubierta del Prometheus esta increíblemente salpicada de luces de

muchos colores. Las luces rojas que limitan la cubierta, las amarillas

de la línea central e la pista de aterrizaje, las luces blanca,

indicadoras del comienzo y fin de las pistas de aterrizaje y despegue.

Las trazas del escape de las turbinas de los Valkyrie que esta en las

catapultas, y la de los cazar que aterrizan en modalidad Gerwalk.

 

Es un espectáculo de belleza. De una aterradora belleza. Una que le

hiela la sangre a cualquiera al pensar en que son los lados de la misma

medalla: puede ser un objeto de infinita belleza estética, pomo puede

ser un pavoroso instrumento de destrucción...

 

"¿Cómo estas viejo?". - pregunta una voz detrás de él.

 

"Supongo que bien". - contesta, sin ninguna perturbación, como si

supiese que alguien estaba allí a sus espaldas desde hace rato.

 

"De ahora en adelante tendrás que cuidarte mejor...". - empieza a

decir Focker, adentrándose unos cuantos pasos hacia el, a su lado esta

la Capitána Takeda, mirando inexpresiva.

 

"No vengas con sutilezas Focker. Yelena esa muerta."

 

"Escúchame, Gennadi, entiendo lo que estas sintiendo ahora. Créeme,

lo se."

 

"No creo que puedas entender como me siento..."

 

"¿Qué quieres decir? ¿Cómo puedes decir que no entiendo? ¿Piensas

que no sé lo que se siente enviar a personas a enfrentar a la muerte?

Lo tengo que hacer todos los días. He visto morir gente ante mis

propios ojos ¿Crees que no se lo que se siente perder amigos?"

 

"Yelena era algo mas que una amiga". - dice Engel sin siquiera darse

la vuelta a mirarle.

 

"Es una perdida irreparable, y se que no te recuperaras nunca de

eso. Pero solo te digo algo, te conozco mas de lo que crees y si

confías en mi, sabrás que yo mas que nadie sufro cada vez que alguien

muere. Toda persona es valiosa, pero nadie lo es mas que nadie entre

todas las personas."

 

Focker continua de pie a su lado, mirándole, dándose cuenta

fijamente en el rastro de sangre en su rodilla y de unas gotas mas,

manchando con su color rojo el suelo, salpicando la punta de sus pies y

parte de los bajos de sus pantalones. Engel no hace el menor

movimiento, frente al inclemente frió que asalta todo el lugar y al

rítmico goteo de su sangre, derramándose en el suelo...

 

"¿Sabes todo sobre mi?". - pregunta Engel luego de unos minutos.

 

"Así es."

 

"A pesar de eso..."

 

"A pesar de eso nada. Ya eso no importa. Has ayudado muchísimo. No

es que quiera dividir entre buenos y malos. Estamos en el mundo real,

aquí no hay buenos y malos, pero la decisión que tomaste en aquellos

tiempos las tomaste porque pensabas que era lo correcto."

 

"Estaba convencido, tal como lo estoy ahora."

 

"Pero eso fue otro tiempo."

 

"Yelena nunca lo supo, si lo hubiera sabido me hubiera odiado en

lugar de quererme."

 

"No la hubieras culpado. Pero ella te habría perdonado."

 

Engel suspira mientras escucha él ultimo comentario de Focker.

 

"Pienso que escaparte del hospital no ayuda en tu condición". - dice

una vez mas Focker, adelantándose y poniendo una mano sobre su hombro.

 

Por primera vez, Engel se da la vuelta para enfrentarle. Las

cicatrices de las cortadas son claramente visibles en su pálido rostro.

Un hilillo de sangre corre desde alguna herida en su frente, escondida

por su cabello, que recorre su mejilla y mancha su camisa. Tiene la

pupila de los ojos dilatadas, resaltadas por el color azul claro de sus

ojos.

 

En ese instante Engel parece toma conciencia de la realidad y sus

manos empiezan a temblar, mientras trata de aferrar los dedos en la

pequeña caja que sostiene ahora con ambas. Da un par de pasos hacia

Focker, quien se queda inmóvil. Apenas da el tercer paso, cae de bruces

contra el suelo, a pesar del intento de Focker de atraparlo en la

caída.

 

Mientras Roy y Takeda lo sostiene para poder ponerlo de pie, cierra

los ojos y se deja caer en una pesada y fría oscuridad.

 

 

-----------------------------------------------------------------------

 

 

El Capitán de las Fuerzas Aéreas de las Naciones Unidas Gennadi A.

Engel mira las olas iluminadas por el sol. Todo parece rodeado de un

resplandor blanquecino, como si el mismo aire brillara, como el

ambiente de esas películas que rememoran los años 40, donde nunca

aparece la noche. Pocas nubes en el horizonte, un sol en lo mas alto

del cielo. No se cubre los ojos mientras levanta la vista, mirando como

sobrevuela sobre su cabeza un trío de Valkyrie.

 

A su alrededor todo bulle de actividad. La cubierta del Prometheus

es inmensa, tan grande que pareciera desierta, a pesar de estar en

continua actividad. El rugido del viento es insignificante comparado

con los sonidos de los Valkyrie, a plena potencia en las catapultas

antes del despegue. Luego el chirrido del caza al ser lanzado y

finalmente cuando salen al cielo.

 

No hay nada en el horizonte, siquiera una remota isla.

 

Para él, este es el concepto máximo de belleza. Todo moviéndose a su

propio ritmo, los aviones despegando, aterrizan, los equipos moviéndose

con precisión sobre la brillante cubierta. De noche, con las luces de

colores, es un espectáculo de belleza e intimidación máxima. La

naturaleza de cualquier arma, como la belleza de una mujer, esta en el

ojo el observador - o la dirección a la que esta apuntada - de día,

ahora, es algo digno de ver en cada detalle. Toda la vida - y la muerte

- en un solo lugar, de casi medio kilómetro de acero llano.

 

Para Engel, su concepto de la naturaleza era el hielo, el frío y el

sol de media noche. Después, las visiones de fuego y la aterrador

sensación de muerte y desolación del vació del espacio. Ahora se

encontraba con algo diferente: El olor salado del mar y los tibios

rayos del sol que hasta hace poco eran desconocidos para él. Aunque

para él, el concepto de la muerte es algo que a conocido desde siempre,

el concepto de la Trinidad de vida, muerte y resurrección, parece algo

lejano a su mundo.

 

Camina por el lado de estribor, muy cerca del borde de la

plataforma. Encuentra los arañazos en el metal causados por su Valkyrie

al estrellarse. Solo los arañazos y ocasionales manchas.

 

Se para justo al bode de la estructura de acero, mirando el mar, ese

mar que se había llevado a Yelena. Pero el mar no tiene la culpa, ni

siquiera el cielo sobre él. Luego de media hora de contemplación,

levanta un pie como si fuera a dar un paso, pero en vez de eso, gira

sobre un solo pie, dando media vuelta y volviendo a descansar el pie

sobre cubierta. Se acomoda el uniforme, mientras inicia su camino hacia

el interior del portaviones.

 

 

-----------------------------------------------------------------------

 

 

La habitación de Yelena es de alguna manera tan espartana que la

suya, unos cuantos libros, un Sukhoi Su-27 a escala y una Katana, una

espada japonesa con una empuñadura negra enfundada en una funda del

mismo color. Se detiene un momento a contemplarla.

 

Para a un lado de la mesa el bastón ortopédico que esta usando, de

esos que tiene un soporte para meter el brazo y afincar la mano en una

empuñadura. Cuidadosamente saca la espada unos centímetros pero luego

vuelve a ajustarla. Un pequeño álbum de fotografías, sus anteojos...

 

Los coloca cuidadosamente en un rincón de la caja, y se da cuenta

que todas las posesiones personales de la Mayor Yelena Arkadieva

Nikolayev ocupan solo una caja. Camina por el pasillo, cargando la caja

hasta su propia habitación, donde la deja sobre su escritorio. Mientras

contempla la caja, recuerda que ha dejado el bastón en la otra

habitación, y sale a buscarlo.

 

"Engel. ¿Qué me cuentas?". - llama Focker, quien viene caminando en

la dirección contraria con las manos en los bolsillos de su chaqueta.

 

"Focker". - dice Engel a modo de saludo muy ausente.

 

"¿Adónde vas? Pensé que aun estarías en el hospital."

 

"No, me dieron de alta anoche, estaba terminando de recoger las

cosas de Yelena, ya sabes, funciones que ahora debo hacer. Además, voy

a buscar mi bastón, lo deje en su habitación". - dice abriendo la

puerta y entrando brevemente para salir con el bastón. Antes de salir,

recoge también un libro que ha dejado olvidado. Antes de salir, de

todas maneras, ve una de las cajetillas de cigarrillo de Yelena y la

agarra. Apaga la luz y sale.

 

"Uno de mis muchachos, Hikaru, ¿te acuerdas de él?, esta

hospitalizado desde hace unos días. Esta en coma y me dicen que esta

muy mal."

 

"Espero que se mejore."

 

"Caminemos un rato."

 

Durante media hora los dos caminan en silencio por los pasillos de

la nave, a Engel no le importa ni le presta mucha atención a lo que Roy

le esta diciendo. Comentarios ocasionales.

 

"Es terrible el mundo en que vivimos". - dice de repente Engel,

cuando llegan a un pasillo amplio y silencioso. "Siempre me he

preguntado que hubiera pasado si nunca hubiesen llegado los

alienígenas. Cuando llegamos a Ataria, pensé mucho sobre si realmente

valía la pena. Yelena nunca se hacia esas preguntas, al menos nunca me

las dijo. Sabes, mientras volaba hasta aquel sitio en mi mente siempre

volaba la idea de que si lo que hacia era lo correcto, y me di cuenta

que lo que uno piensa que es lo correcto parece ser solo dependiente de

lo que le sucede a uno en ese instante."

 

Engel hace una pausa para mirar hacia una inmensa puerta al final

del pasillo.

 

"Pensé que iba a morir en ese instante, y pensé me di cuenta que

había cometido un terrible error y estaba escapando de él. ¿Sabes

porque no conteste las llamadas de radio en el primer momento? Quería

que me derribaran. Lo quería, pero luego pensé que había cambiado y que

de alguna forma enmendaría los errores del pasado."

 

"Créeme, lo has hecho."

 

"No lo suficiente. A la final, ¿qué he hecho con mi vida? Había

trabajado para servir a mi país, pero en cambio, lo que hice fue

precipitar las cosas."

 

"No eres culpable..."

 

"Pero sí responsable. A pesar de eso todos actúan como si nunca

hubiera sucedido nada."

 

"Porque te conocen... ven te enseñare algo."

 

Engel se había detenido, pero continua avanzando detrás de Focker,

hasta que llegan a la inmensa puerta. El lugar estaba a oscuras, pero

luego, Focker pasa un interruptor iluminándose todo el lugar. Hay

varios cazas cubiertos por unas inmensas lonas color crema, como si

fueran muebles abandonados en una casa fantasma. Tratando de no caerse

por un trozo de metal en el suelo, Engel se acerca al más cercano.

Levanta con la punta del bastón una parte de la lona y encuentra un

VF-0A Phoenix. En algunas partes del fuselaje le faltan varios paneles

y no tienen la cubierta de la cabina.

 

"Pensé que ninguno de estos trasto existían ya."

 

"Cuando el Asuka desembarco en el puerto nadie sabia que hacer con

ellos, así que los trajeron al Macross, para guardarlos."

 

"Deben de ser los últimos que quedan."

 

"Si, así es. Según supe antes de la partida los demás fueron

desmantelados."

 

"Una lastima, son unas adorables reliquias". - comenta Engel

mientras baja el bastón.

 

"Ve aquel". - señala Roy a uno en un rincón.

 

Engel se acerca pesadamente a el y ve que esta mas envuelto que los

demás. Incluso pareciera que fue laboriosamente empacado, ya que solo

hay una esquina de la lona sobresaliendo. Pero le parece más grande que

los otros. Tira de la esquina y la levanta, encontrándose con un avión

pintado de un color azul grisáceo, con algo de blanco en lo poco que

puede ver de su nariz.

 

Focker le ayuda a quitar un poco mas de la lona, hasta que le

descubren todo el frente. Para sorpresa de Engel, aquel aparato no es

un Zero, es un Sukhoi SV-51. Casi por instinto y con algo de ansiedad

hala de un pequeño recuadro para que salga la escalerilla retráctil de

la cabina. Sube unos cuantos tramos hasta que a la altura del alfeizar

logra ve los desgastados caracteres cirílicos con el nombre de su

ocupante.

 

"Jamás me hubiera imaginado que alguien se dignaría a guardarlo". -

dice Engel bajando de allí. "Pensé que les traería malos recuerdos."

 

"Los aviones no tienen la culpa, solo las personas que los ocupan."

 

"Extraño, ¿no?"

 

Engel termina de recorrer el caza y finalmente se sienta sobre una

caja.

 

"¿Para que me muestras esto?"

 

"Mi intención no es hacerte sentir mal. Se como te sientes. ¿

Recuerdas que te hable de Michael?"

 

"Sí..."

 

"Él murió en el primer ataque. Eso solo sucedió cinco minutos

después de partir."

 

"Humm."

 

"Sé lo que es la muerte, conocí personas que fueron mis amigos y que

luego dejaron simplemente de existir. Trabaje un tiempo con el padre de

Hikaru, incluso le prometí que al terminar la guerra regresaría. Pero

no cumplí mi promesa. A los meses, él murió volando. Me sentí muy mal,

incluso llegue a deprimirme por todo y con todo, pero al final pensé en

dedicarme a algo, algo que fuera más grande que mi mismo y que pudiera

ser útil. El proyecto del Valkyrie fue eso a lo que dedique. Llegue

incluso a proyectar en él muchas de mis preocupaciones, mis miedos e

inclusos mis necesidades. Durante cada uno de los combates pienso que

será él ultimo. Pero nunca me detengo a pensar si hago lo suficiente."

 

"Puedes que tengas razón. Pero lo que pasa es que si hubiera estado

en el lugar indicado en el momento correcto..."

 

"Esas cosas no existen, ¿crees que si hubiera estado en el lugar

indicado en el momento correcto cada vez hubiera salvado la vida de

todos los que murieron? Es el destino. Quizás mañana me toque a mí

también. El destino te llevo a subir en esa cabina y exponerte a que te

acribillaran en el aire y no a unirte a la Spacy."

 

"No pienso en el destino así, ¿crees que hay fuerzas que controlan

nuestras vidas?"

 

"Hay un Dios que lo controla todo."

 

"No hay un Dios... y si lo hubiera es un miserable, nuestro ruegos

llegan a el pero no los responde."

 

"Interesante, niegas a Dios pero a la vez dices que no responde a

las suplicas."

 

"No hay pruebas. Soy un cosmista, creo que el mundo puede avanzar

sin la presencia de un Dios."

 

"Pero hay que darle cabida a la fe en Dios... Quería decirte que

tuve una conversación con el Capitán Gloval, me dice que le gustaría

que estuvieras en el departamento aéreo. Quería que lo vieras cuando

pudieras."

 

"¿A si?". - Engel hace una pausa para levantar la mirada y mirar un

rato al SV-51. "¿no te dijeron que problema tiene?"

 

"Parece que tiene problemas con las turbinas. Sabes, de los disparos

de tus perseguidores. No creo que pueda volar". - dice Roy mirando su

reloj para luego girándose para salir de allí.

 

"¿Qué? ¿Se acabo mi hora?"

 

"De hecho fueron cuarenta y cinco minutos. Tengo que ver a alguien,

si quieres me acompañas."

 

"No gracias. Me quedare aquí un rato."

 

"Bueno amigo. No olvides apagar la luz y cerrar la puerta cuando te

marches". - dice Roy saliendo, despidiéndose como siempre lo hace,

agitando una mano por sobre su hombro.

 

Engel se despide agitando la mano, mientras continua sentado. Como

en un sueño, saca la cajetilla de cigarrillos de su bolsillo y empieza

a juguetear con ella, la abre y encuentra un pequeño encendedor de

metal azulado. Lo enciende y apaga varias veces, hasta que por alguna

razón enciende un cigarrillo y lo empieza a fumar.

 

Siempre que veía a Yelena fumar, nunca le paso por la mente que ella

nunca se impregnaba de ese olor, siempre tenia un olor, quizás natural

a cereza. Toda su piel tenia ese dulce olor, inclusive sus labios.

 

Golpea distraídamente el caucho del tren delantero del SV-51 hasta

que decide levantarse y salir de allí.

 

 

 

 

 

[Fin Capitulo 5]

-----------------------------------------------------------------------

Notas / divagaciones del autor:

 

El VF-0A Phoenix y el Sukhoi SV-51 aparecen en los OVAS 1 a 5 de

"Macross Zero"

 

Había creado a Yelena Nikolayev con la expresa intención de que

muriera. Algo muy cruel a decir verdad, pero es el McGuffin de esta

historia (o sea, el pretexto para poner en marcha la acción).

 

Quiero decirles que el fumar es un mal habito que les recomiendo por

experiencia ni siquiera pensar en curiosear, en el que es fácil caer

y difícil salir.

 

Finalmente, hay una versión ilustrada en:

http://www.geocities.com/klonia2400

Junto a otros de mis fics de otras series.

 

State = Continuará/To Be Continue

feedback = Sí/Yes

email = rseferinoARROBAgmail.com