fanfic_name = En la Tormenta

chapter = 4

author = Seferino Rengel

Type = Adventure

fanfic = Super Dimensional Fortress Macross: En la Tormenta

 

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PARTE 4: ÁNGELES CAÍDOS

 

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"Reacción de pliegue a 235". - informa Vanessa desde su panel, donde

repentinamente han aparecido siete cruceros enemigo.

 

"Entendió, preparen los escuadrones Skull, Ángel y Apollo para

intercepción". - ordena Gloval.

 

Parándose frente a la ventana, Gloval ve que en pocos minutos los

escuadrones están partiendo rumbo a la batalla. Cuenta casi 36 cazas,

pero no esta seguro. Saca su pipa sin tabaco del bolsillo y empieza a

masticarla.

 

En pocos minutos, puede ver como los equipos se enfrascan en otro

combate. Desde su puesto escucha el bullicio en el nivel inferior,

donde están los controladores de combate, dando instrucciones a los

pilotos.

 

 

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"Al fin vamos en camino". - dice uno de los espías Zentraedi, atado

a la almohadilla de la cápsula que los transporta.

 

Los Zentraedi Roli, Konda y Warera van cómodamente instalados,

mientras son acarreados por una decidida piloto Meltradi, acelerando a

toda velocidad. Tiene ordenes expresas de ir, dejar a los espías dentro

de la nave e irse a toda velocidad en dirección contraria. El inmenso

traje de combate Queadlunn-Rau, incluso mas que las de sus contrapartes

masculinos. Su chillón color rojo le diferencia claramente de las otras

de su misma clase. Su color rojo, como si proclamara a gritos 'vengan a

enfrentarme si tiene las agallas'.

 

"Lastima, con lo que quería divertirme". - murmura para sí la Primer

Oficial Miria Farina, mientras la nave fortaleza aumenta de tamaño.

Acelera mas aun, y esquiva por mucho varios mísiles dirigidos a ella.

"El Gran Enemigo no parece tan agresivo. Han mostrado una eficacia

mínima. Creo que todo eso de la ferocidad microniana está

sobrevalorado."

 

Luego de decir esto, lanza una rápida andanada con los mísiles de

sus hombros, y en pocos segundos pulveriza a toda una formación de ocho

cazas que ni siquiera sabían que ella estaba allí. Sonriendo pasa rauda

sobre otro, que resulta ser el del Mayor Focker, que esta sorprendido

por la repentina explosión del escuadrón Apollo frente a sus ojos.

 

"¿Qué diablos fue eso?"

 

"Tengo algo en mi radar. Se mueve en zigzag muy rápido. Ángel 502

van contra usted. ¡Quítese!... ¡Dios!... lo mato". - chilla un piloto

de lo que queda del escuadrón Apollo.

 

Miria se dirige directamente contra un Valkyrie desprevenido, le

apunta pero después decide no eliminarlo, estira su mano libre y se

aproxima rápidamente contra el caza negro.

 

"¿Qué? ¿Qué? ¿Quién dejo eso? ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde?". - pregunta

Engel, poco antes de que pasara Miria tan cerca que le agarra el ala

derecha y lo arrastra por varios cientos de metros.

 

Miria pasa tan cerca que hasta puede verlo. Pero Engel ni siquiera

sabe que es lo que esta pasando. Olvidándose de su juego, Miria lo

suelta y pasa acelerando sobre la cubierta del Macross, destruyendo

varios Destroid de defensa antiaérea y finalmente, encontrando el punto

vulnerable, lejos de los motores, para abrir un boquete y lanza la

cápsula en el interior.

 

Finalmente, cumplida su misión, sale rápido de allí.

 

"¡Solkin sin!". - repite una y otra vez Engel mientras logra

enderezar su Valkyrie, dispararle a dos Regult que pasaban por allí y

durante todo el camino de regreso al Prometheus. Tan pronto la nave

esta en el área presurizada, Engel salta de la cabina y revisa el ala.

Se encuentra con la marca, como la de una pinza de tres dientes, o más

precisamente, una garra de tres dedos.

 

"¿Te enteraste Geni?". - pregunta Nikolayev, acercándosele, con su

casco en una malo y agitando la otra.

 

"Si, fui arrastrado como un saco."

 

"No, lo otro. adivina"

 

"¿Qué es? No estoy muy bueno con las adivinaciones hoy."

 

"Focker capturo un caza enemigo, y dentro estaban la Comandante

Hayase y el escuadrón Vermellion."

 

"Me alegro por ellos". - dice sin muchas ganas "Pero eso es problema

de ellos, no mío."

 

"¿Por qué eres tan cínico, Gennadi Antonovich?"

 

"Practico mucho". - Contesta, mientras pasa los dedos por las

concavidades que hay en el ala.

 

 

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Macross esta acercándose a 400 000 km de la Tierra, mas o menos a la

distancia de la Tierra a la Luna, casualmente, el sitio original que

Gloval había elegido, ha hace diez meses. Por alguna extraña razón los

enemigos solo se han limitado a seguir a la nave estos últimos miles de

kilómetros. Una fracción de la flota rodea a la nave desde un radio de

casi 500km, mientras una fuerza mas compacta, esta detrás, todas a la

misma velocidad de Macross, casi parecería que la escoltan. La

situación fue la misma durante las siguiente horas, en las cuales la

tierra crece mas y más en la ventana.

 

Súbitamente, diez cruceros enemigos empiezan a separarse del grupo

B, el grupo compacto, con intenciones de atacar. Desde el Prometheus,

un ES-11D despega desde la catapulta 3, siendo precedido por los

escuadrones Skull y Ghost que despegan para realizar las tareas de

defensa. Macross empieza a transformarse mientras los cruceros se

aproximan a toda velocidad.

 

Justo al finalizar la transformación, los cañones principales se

posicionan para apuntar contra el enemigo, disparando con toda su

potencia y destruyendo a los agresores. Respondiendo al ataque, Quamzin

Kravshera, segundo comandante a cargo de la flota Zentraedi, ordena

dispara todo el armamento contra ellos.

 

"Continúen disparando". - ordena Gloval, mientras los informes de

daños le abruman.

 

"¡Santo Dios! Es inútil". - murmura Misa mientras prepara los

sistemas para un nuevo disparo.

 

Macross continua disparando contra el enemigo, destruyendo muchas

naves, pero pareciera que estas se reproducen.

 

"El enemigo esta recibiendo refuerzos, nos llevaran mucha ventaja

Capitán". - dice Vanessa mientras observa como un gran numero de naves

del grupo alrededor de ellos se aproximan.

 

"La barrera se debilita con rapidez". - reporta Shammy.

 

"Perdemos potencia". - dice Kim.

 

Para sorpresa de Gloval, las naves que se aproximan no están

prestando ayuda de combate al grupo de ataque.

 

"No lo entiendo, nos cubrieron con sus propios compañeros". -

exclama Claudia al ver como todas las naves enemigas se detiene.

 

"No sé, pero ya nos preocuparemos de ello cuando lleguemos a la

Tierra, Claudia". - dice Gloval, aliviado por la acción enemiga.

"Regresen los escuadrones de ataque."

 

No habían pasado unos cuantos minutos desde la llegada de los

últimos cazas cuando el Macross empieza a penetrar en la atmósfera

terrestre. Sin ningún tipo de coeficiente de sustentación, y con

múltiples daños en los motores, la nave literalmente cae como una

piedra haciendo que sus 20 millones de toneladas se hundieran como

plomada en las aguas del océano pacifico.

 

Finalmente la nave surge, indemne luego de su largo viaje y su

espectacular reingreso a la tierra, mucho más calmado en comparación

como el que hizo hace mas de diez años. El primer acto consiente de

Gloval, cuando la nave al fin queda estable en el mar, es sacar de

nuevo su pipa y encenderla sin ninguna inhibición. A lo que se abrieron

las escotillas externas, el viento salado del mar inunda cada rincón de

la ciudad, mientras miles de ciudadanos del Macross corren para mirar

el exterior, contentos por regresar al fin a la Tierra.

 

Inclusive, muchos de los efectivos militares dejan lo que hacen y

corren al exterior. Por su parte, Engel abre con algo de dificultad una

pesada escotilla de presión en el casco del Prometheus, que esta algo

agarrotada por su estancia en el frío del espacio, y también porque que

las demás salidas están congestionadas con todo el personal que sale a

correr por la cubierta del portaviones. Es segado por la fuerte luz del

sol, mientras termina de salir y le da una mano a Nikolayev.

 

"¡Por fin!". - exclama Nikolayev abrazándole y saltando como un

resorte de un lado para el otro. "Me siento como si estuviera en un

sueño."

 

"Si, al fin llegamos vivos". - dice Engel sin muchas ganas mientras

le suelta y pasea sus cansados ojos hacia el mar.

 

"Deberías estar contento, al fin regresamos. Al menos disfruta el

momento."

 

"No sé si disfrutar sea la palabra que describiría lo que siento."

 

Engel levanta la vista para ver como varios escuadrones del Valkyrie

del cercano Japón sobrevuelan las olas a unos pocos metros. Todos les

saludan alegremente, en medio del griterío, el no puede ni escuchar sus

propios pensamientos. El cielo y el mar parecen despedir un resplandor

blanquecino, lo que de verdad da la sensación de estar en un sueño.

 

 

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Al día siguiente, Gloval suspira mientras a observa la amplia cabina

del vehículo que les transporta a través de las entrañas de la tierra

hacia el Cuartel General de las Fuerzas de la UNSpacy.

 

"¿Falta mucho para llegar?". - pregunta Misa al Capitán luego de un

largo silencio.

 

"Falta poco, el túnel aun tiene seis kilómetros de profundidad, y

por cierto, ¿ha oído hablar del Gran Cañón Misa?"

 

"Para nada, ¿qué es?"

 

"Es una enorme arma de reacción que han estado construyendo desde

hace tiempo. Utiliza el mismo principio que el cañón del Macross pero

induce los campos gravitatorios de la Tierra para producir energía. Y

el túnel por el que estamos en este momento es precisamente el cañón de

esa arma."

 

"¡¿QUÉ?!". - exclama Misa alarmada. "Significa que podríamos morir

si el cuartel fuera atacado."

 

"Bueno, creo que primeros podrán sacarnos de aquí, nunca había

estado en este sitio. Aunque nunca se sabe..."

 

"Mi padre solía traerme aquí. Pero nunca por el túnel principal,

ahora entiendo la razón."

 

"Este proyecto es extremadamente secreto, solo tenían conocimiento

algunos oficiales. Ningún extraño tenia permiso de pasar, ni siquiera

la hija de un Almirante". - dice riendo Gloval.

 

"¿Pero porque mi padre?"

 

"¡¿Y entonces quien más?!". - exclama Gloval como si fuera un hecho

conocido por todos. "Fue un visionario. Promovió la creación de este

complejo cuando todos los demás lo juzgaban innecesario."

 

"¿Mi padre fue el responsable de esto? No lo sabia."

 

"Su padre siempre ha sido un hombre decidido, cuando servimos

juntos, creo que fue en 2004, surgió el problema de raciones

inadecuadas para los hombres, y al ver que no obtenía respuesta a sus

peticiones, envió hombres a robarse las provisiones del Comandante y

hasta del General."

 

"¡No me diga que mi padre hizo eso!". - exclama Misa, riendo por

conocer esa faceta de su padre. "No pudo creerlo."

 

"El General pensó que se habían infiltrado enemigos en la base y nos

ordenaba encontrarlos... me da gusto verle reír, creo que es la primera

vez que le veo hacerlo desde que escapo del enemigo. Pero creo que no

nos quedara mas gana de reír luego de esta reunión. Pero hay que

explicarles que lo que los enemigos desean de nosotros es solamente y

nada mas que la fortaleza, no nuestro mundo. Espero ha haya estudiado

bien sus argumentos."

 

"Por supuesto. Creo que podremos convencerlos. Al final, somos los

únicos que tenemos experiencia directa sobre el enemigo."

 

Gloval saca su pipa y hurga en su chaqueta para encontrar su tabaco.

 

"Atención, esta prohibido fumar en esta sección. Favor de apagar su

cigarrillo."

 

"¡Es que no podré volver a fumar!. Si no son mis oficiales las que

me lo impiden es una maquina". - dice Gloval, frustrado.

 

Misa ríe, pero se detiene al recordar algo.

 

"Capitán... ¿esta preocupado por la nave? ¿Cree que algo malo nos

sucederá?"

 

"¿Por qué lo preguntas?"

 

"Siempre enciende su pipa cuando esta preocupado."

 

"Te seré franco. Temo que estos sujetos no nos tomen en serio. Y es

vital que lo hagan, porque nuestras vidas dependen de eso."

 

"¿Qué pasaría si no los convencemos?"

 

"La humanidad entraría en guerra con los Zentraedi."

 

 

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Hace meses que había perdido el tacto al vuelo atmosférico, pero el

ejercicio que realizaron durante toda la tarde, le hizo ver que no

había perdido sus habilidades. Volar en el espacio es mucho más fácil

que en la tierra. No hay corrientes transversales durante los giros, la

resistencia es nula y el empuje total se transmite al avance. Lo que

más echaba de nuevo era la sensación de estar apoyada sobre el asiento.

 

En el espacio simplemente estaba atada a él. Mientras giros y

maniobras, sintiendo la diferencia en la fuerza de gravedad que la

comprime y hala del asiento, indicándole donde esta la tierra y donde

el cielo. Incluso aprovecho para solo practicar en modo caza,

recordando algunas maniobras que hacia con el Sukhoi Su-27, como volar

con un ángulo de ataque superior a 90º cortando los motores y luego

caer como un ladrillo, para volver a estabilizarse o lo que es lo mismo

realizar la "Cobra", que algunos dicen que puede no tener una utilidad

práctica en el combate - idea que ella puso en ocasiones en entredicho

ante los demás pilotos - pero que le salvo la vida muchas veces.

 

Es una maniobra practica, en aquellos tiempos cuando era imposible

que una aeronave detuviera prácticamente su velocidad en el aire, se

girara sobre sí mismo y acelerara para volver por donde vino. Lo único

que no puede practicar son los aterrizajes. El armazón del presión que

une al Prometheus al Macross entorpece los aterrizajes convencionales,

teniendo que aterrizar en modalidad Gerwalk. Tan pronto cae sobre la

cubierta, avanza sobre ella a poca velocidad para cambiar lentamente a

modo caza y detenerse totalmente sobre la pista.

 

Al llegar al hangar se quita el casco y se lo lanza al jefe de

línea, que lo atrapa con una sola mano. Camina lentamente, mientras

trata de ignorar el dolor que esta sintiendo en las piernas.

 

 

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En el vuelo de regreso de Alaska, Gloval esta furioso. Más furioso

que de costumbre. Ni siquiera aceptaron la idea de solo bajarlos de la

nave, aunque fuera en un lugar de acceso restringido, solo fuera de la

nave. Pero solo hicieron oídos sordos. Los Almirantes del alto mando de

la Spacy expusieron su decisión. No permitirán el desembarco de los

civiles porque ellos le dijeron al público que los terroristas de la

Alianza Anti-UN destruyeron la isla de Ataria Sur y todos los civiles

fueron declarados muertos. No quieren que el público sepa sobre la

guerra con los alienígenas.

 

Lo peor es que parecen decididos a utilizar el Gran Cañón, a pesar

de poder existir otras opciones. Para Bruno es real la frase 'ojos que

no ven, corazón que no siente'. Reconoce y esta de acuerdo en que si se

saca la fortaleza de la tierra, los enemigos no ataquen el planeta, por

el momento. Pero los ciudadanos, solo son victimas inocentes de este

conflicto.

 

El Capitán del UNS SDF-1 Macross Bruno J. Gloval trata de hacerse el

dormido, mientras escucha a Misa a su lado, rasgar un sobre y leer en

silencio su contenido. Finalmente, e inexpresiva empieza a rasgar la

carta mientras varias lagrimas surcan sus mejillas.

 

Seguramente una carta de su padre, piensa Gloval.

 

 

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Engel mira su reloj y ve que son ya las nueve treinta de la noche.

Camina por el parque con las manos en los bolsillos mientras patea un

guijarro, camina de un lado a otro delante de la inmensa ventana de

observación. Del otro lado, pude ver el océano rompiendo placidamente

en la oscuridad. Es una vista aterradora. Finalmente, resignado, decide

retirarse. Pero antes de dar dos pasos, se encuentra que alguien le

observa de pie al lado de un árbol. Siente un súbito escalofrió al

mirar a la mujer allí, con la parte superior de su cuerpo cubierto por

la oscuridad.

 

"Llegas tarde ¿no?". - dice Engel acercándose.

 

La chica sale de las sombras y puede ver claramente que viste un

uniforme café rojizo con los insignias de Segunda Teniente. En una mano

lleva un sobre color crema mientras la otra la lleva metida en el

bolsillo de su chaqueta.

 

"Tenia que esperar un rato más". - dice ella en ruso y acento

asiático.

 

"Yo no, y estoy demasiado cansado para juegos. Me duela la cabeza,

hace frió y me acabas de dar un susto de muerte, así que por favor..."

 

La chica agita su cabeza, agitando su corta cabellera negra.

 

"Bien, Capitán, la paciencia no es uno de tus atributos, pero espero

que veas el problema que causaría si supieran lo que hice para al

obtener esto..."

 

"Si, me lo imagino Teniente". - dice sarcásticamente Engel mientras

saca las manos de los bolsillos.

 

"Toma... Espero que te sea de utilidad. No queda nada en los

archivos."

 

"Así es, gracias."

 

"¿Cómo sabes que es la única copia que existe? Pude quedarme con

algo."

 

"No lo creo. De todas formas..."

 

"¿Quién es ella?". - pregunta la Teniente, intrigada por el

contenido del sobre. En verdad no había quedo ningún tipo de documento

en los archivos, había borrado la información después de imprimirla.

Había destruido los papeles, pero no su memoria. Uno no olvida

fácilmente el nombre de ese tipo de personas.

 

"Creo que es de esas cosas que uno no puede andar diciendo por allí.

Entre menos sepas, mejor."

 

"Esta bien Capitán, pero recuerda que me debes una."

 

La chica se da vuelta para alejarse, sin despedirse. Engel sale en

la dirección opuesta.

 

 

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"¡Gennadi!"

 

Al estar a punto de abrir la puerta de su habitación, gira la mirada

y encuentra a Yelena caminando desde el final del pasillo. Cuando

pronuncia su nombre, es como si fuera a regañarlo por alguna razón.

 

"¿Saliste a pasear?". - pregunta ella sin ganas parándose a su lado.

 

"Si, fui a recoger material secreto, ya sabes, expediente de

personas importantes". - dice mientras agita el sobre que le dieron.

Así no tendrá el cargo de conciencia de haberle mentido.

 

"Sí, muy gracioso. Seguramente fuiste a visitar a tu novia". - dice

sin creerle.

 

"Ojala fuera así, pero es muy joven... De todas maneras ya es tarde

y mañana tenemos patrulla."

 

"Me podrías dar unos minutos". - pide ella halándole del brazo.

 

Engel termina de abrir la puerta y deja pasar primero a Yelena,

encendiendo la luz de una vez. Esta gira la mirada y se da cuenta que

el lugar es pequeño, solo una habitación doble. Aunque se fija que en

la mesa en la habitación solo hay una computadora portátil, una caja de

disquetes. A parte de eso no hay mas nada.

 

"Nunca había entrado aquí."

 

"Por favor, siéntate". - dice él ofreciéndole la silla.

 

Yelena se sienta y fija su mirada en algo sobre la mesa, lentamente

estira la mano y toma un pequeño estuche abierto. Dentro puede ver tres

brillantes medallas, dos con una cinta rojo sangre y una estrella

dorada, la otra es idéntica, pero tiene la cinta con franjas blanco,

azul y rojo.

 

"¿Cómo puedes tener al mismo tiempo dos Zolotaja Zvezda como Héroe

de la Unión Soviética y una de la Federación de Rusia?". - pregunta

distraída.

 

"Trabaje mucho para lograrlo... pero no era eso de lo que me quedas

hablar, ¿verdad?"

 

No dice nada por un momento, mientras toca el centro de una de las

pequeñas estrellas doradas. Finalmente, como si encontrara valor,

habla.

 

"Quería hablar contigo sobre algo. Algo que no creo que puede

esperar hasta mañana. Tengo un presentimiento sobre algo. Desde hace

unos días lo he tenido, pero hoy es mas fuerte que nunca. Creo que no

voy a vivir un día más". - dice Yelena mientras agita el cigarrillo que

fuma nerviosamente.

 

"¿Cuántos cigarrillos te has fumado hoy?". - pregunta Engel al ver

que enciende uno nuevo con lo que queda del anterior.

 

"¿No me crees verdad?"

 

"No me vengas con eso. Todos los pilotos sienten lo mismo, no es

para que te pongas así. Mañana ser un día muy bueno, y no precisamente

para morir."

 

"Veo que no me tomas en serio."

 

"No es que no te tome en serio, es que vienes y me dices que estas

segura que morirás mañana. Puedo aceptar que haya una posibilidad, pero

de allí a estar seguros de morir, es un poco exagerado ¿no?"

 

"¿Crees que exagero?". - pregunta Yelena, estirándose y tomándole de

la mano.

 

"No tienes fama de exagerada. Pero si crees que morirás, pide el día

libre, quizás así esté salves."

 

"¿Y si es algo inevitable?"

 

"¡¿Qué sé yo de eso?! Quizás solo tuviste una pesadilla que no

recuerdas y que te asecha sin que lo notes. Té apuesto que no morirás

mañana. Si pasa algo te estaré siguiendo."

 

"Eres muy considerado. Pero desearía que no lo hicieras. Estoy

segura que si me pasa algo te sentirás culpable". - dice Nikolayev

poniéndose de pie.

 

"¿Qué te va a estar pasando?"

 

"¿Y si me pasa?"

 

"¿Crees que no lo pienso?"

 

"¿Crees que me es fácil decir esto?"

 

"¿Y si dejas de estar de acuerdo en que vas a... morirte, y tratas

de evitarlo?". - dice Engel sosteniéndola de los hombros.

 

"Creo que tienes razón."

 

"No lo creas, la tengo."

 

"No quisiera que me dejaras sola."

 

"No te preocupes, si mañana salimos no me apartare..."

 

"Me refiero ahora...". - dice Yelena interrumpiéndole. "Quiero

preguntarte algo..."

 

Engel se queda observándola, mientras termina de fumar su

cigarrillo, los dos quedan en silencio antes de que ella tenga el valor

de continuar.

 

"¿Que era lo qué querías preguntarme?". - pregunta Engel luego de

que el silencio se vuelve algo incomodo.

 

"Gennadi... ¿tu me quieres?"

 

La pregunta le toma desprevenido, lo único que puede hacer es

estirar los brazos, que hasta el momento tenia cruzados sobre el pecho.

 

"¿Qué... qué quieres decir?"

 

"Gennadi... ¿tu me quieres?"

 

Engel no puede responder. De todo lo que había esperado, esto no

era una de las posibilidades, pero casi cae en el campo del surrealismo

el que su oficial superior le haga esa pregunta. La forma tan suave

como lo pregunta y una leve sensación de tristeza que se escapa en el

borde de las palabras.

 

"Lena... es que... bueno... se supone que..."

 

Yelena no puede soportar la ola de emociones, cada una mas fuerte

que las demás. Sentía que en su interior se rompía. Se levanta y se

lanza hacia Engel, mientras se aferraba a su camisa y enterrando su

cara en su hombro mientras lágrimas salen de sus ojos.

 

Engel se sorprende demasiado para poder decir algo. Todas las cosas

son tan extrañas, tan desencajadas... Él mira a la mujer que todavía lo

agarraba y lloraba en su hombro. Y siente una súbita culpa por hacerla

llorar. Cerró sus ojos por un segundo.

 

Él abre sus ojos para mirarla. Ella todavía esta aferrada a él y

todavía esta llorando. Engel pone un brazo alrededor de ella y su otra

mano sobre su cabeza, mientras la sostiene contra él. Los ojos de

Yelena se abren y hecha su cabeza hacia atrás para mirarlo, con una

mirada de sorpresa. Él mira su rostro y notaba las lágrimas en sus ojos

aunque ella ha dejado de llorar. Él limpia suavemente los vestigios de

lágrimas con su dedo de índice.

 

"Geni... yo"

 

"Ssssh..."

 

Y con eso, él la besa en los labios, y ella devuelve el beso con

toda su fuerza. Después de unos segundos, Yelena todavía besándole, da

unos pasos, empujándolo despacio. Engel rompe el beso de la impresión.

 

"Lena..."

 

"Esta puede ser nuestra ultima anoche juntos... no la estropees..."

 

"Yelena... me gustaría, mucho, pero..."

 

Yelena sofoca la protesta de Engel plantando otro beso en su boca.

El mensaje está ahora claro entre los dos...

 

 

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En mitad de la noche, Yelena esta desnuda y despierta debajo de las

sabanas, Gennadi también y dormido.

 

Lentamente se levanta, tanteando en la penumbra para tratar de

encontrar toda su ropa, amontonada pulcramente en el suelo.

 

Golpea con la punta de los pies sus anteojos y pisa su reloj,

aliviada de no haberlo hecho al contrario.

 

Son las cinco.

 

Lentamente se viste mientras empieza a llorar de nuevo, intentando

estar silenciosa, sin poder evitar dejar escapar un ligero sollozo.

 

Suspira profundamente mientras enjuaga las lagrimas con las mangas

de su uniforme, observando a Engel aun dormido. Aun gimoteando se

acerca a él, mirándole por unos segundos, para luego darle un suave

beso en la frente.

 

Luego de eso, al borde del llanto, abre la puerta y sale de allí.

 

 

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A la mañana siguiente, Engel se despierta, perturbado por el hecho

de sentir la ausencia de alguien.

 

Yelena no esta aquí, ni su uniforme, aunque su reloj reposa sobre la

mesa.

 

Más rápido que inmediatamente se levanta y se arregla, casi son las

ocho, primera vez que se levanta tan tarde.

 

Llega a la puerta de la habitación de Yelena, pero luego de tocar

unos minutos, una oficial compañera le dice que ella salió hacia el

Prometheus.

 

Al llegar allí, le es imposible localizarla.

 

Resignado luego de no encontrarla, mejor decide ir a comer, porque

son casi las diez.

 

 

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En el puente del Macross, la tripulación no está contenta al oír la

decisión del Alto Mando. Gloval trata de conservar su actitud

impertérrita. Pero le es difícil, sobretodo rodeado de las operadoras

del puente, y más aun por la cara de miedo en el rostro de Shammy, la

de frustración de la de Vanessa, confusión en la de Claudia y al de

rabia en la de Kim Kabirov a quien se le están enredando los idiomas.

 

"Su actitud no me ayuda en nada. Traten de entender". - dice el

Capitán mientras se levanta caminando por la puerta que se cierra a sus

espaldas.

 

Un cuarto de hora después, se encuentra sentado en la sala de

conferencias, allí varios reporteros, se acomodan presurosos en sus

sillas, mientras otros hacen ajustes de ultimo minuto.

 

"Señores, gracias por su atención. Seré breve, solo diré esto, y no

aceptare preguntas sobre esto. En una reunión sostenida el día de ayer

veinte de noviembre, el alto mando de la UNSpacy, denegó el permiso que

solicitamos para reubicar a los civiles que viven en este momento en

Macross..."

 

Gloval hace una pausa cuando escucha los murmullos de varias

personas en la sala.

 

"De acuerdo a la decisión, todo nuestro personal y población

permanecerá por un espacio de tiempo indefinido abordo, hasta que se

solucione la situación con respecto a las fuerzas enemigas en nuestro

entorno."

 

Hace una nueva pausa, mientras pasa la pagina del escrito. Mira

hacia los reporteros, que al parecer están impactados por la

información, ya que ninguno parase dispuesto a hacer alguna pregunta.

 

"Aunque a pesar de las afirmaciones de algunos círculos dentro de la

nave, no, aclaro, no significa que nuestra situación sea permanente,

aunque es temporal no es indefinida aunque sí a largo plazo. Podrían

pasar tiempo antes de regresar de nuevo a la Tierra. Al parecer las

intenciones de nuestros enemigos son las de capturar intacta nuestra

nave y no destruirla, lo cual nos da la oportunidad de continuar en

nuestro estado hasta que el mando de las Naciones Unidas y más que

todo, el Primer Ministro pueda dar vía para una solución pacifica a

nuestra situación."

 

Una nueva pausa, mientras mide el repentino silencio en el que esta

envuelto.

 

"Quiero pedir a nuestros conciudadanos, sea su nacionalidad,

religión o clase social, mi mas sinceras disculpas por la situación que

están viviendo, y sobre todo, pido su apoyo para poder salir adelante

en nuestra hora de crisis. Es mi deber como comandante del SDF-1

Macross, verme en la necesidad de pedirles su apoyo, no como un miembro

de una fuerza militar, sino como un ser humano que comprende mas que

nadie las necesidades y sufrimientos que padecen. Cualquier otra

información referente a esto, la haremos publica a medida que aparezca,

ya sea por medio de la radio, prensa o televisión. Mismas sinceras

disculpas y sobre todo que Dios nos asiste en nuestra travesía. Es

todo."

 

A su señal, las cámaras dejaron de filmar, y los micrófonos de

grabar, mientras regresa súbitamente el murmullo, pero ninguna

pregunta, al parecer todo a quedado claro, incluso para el personal de

la prensa.

 

 

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Cuando se transmitió, en diferido la conferencia del Capitán, las

reacciones fueron diversas. El personal militar asimila las

afirmaciones, ya que nadie mas que ellos saben de primera mano lo

sucedido. Pero la población civil, simplemente entraron en desasosiego.

Al llegar al puente de mando directamente de la conferencia, Gloval se

encuentra con el personal suplente en el puente. Al parecer las chicas

salieron a su descanso. Lo que ignora Gloval en ese instante es que en

el restaurante chino Nyan-Nyan, muy frecuentado por personal militar,

se produjo el intento de secuestro de toda su tripulación de puente.

Por suerte no llego a mayores consecuencias.

 

Gloval camina hacia su silla y empieza a marcar líneas. Su primera

orden es aumenta la seguridad en el sector militar y también el de

tener preparada a las brigadas de la defensa civil. Se siente horrible

por tener que tomar estas medida, pero la opción de un motín masivo y

disturbios en la población civil le asaltan como si fueran un furioso

oso dispuesto a despedazarle.

 

"Capitán, una nave enemiga se aproxima rápidamente hacia nosotros".

- informa la operadora en el puesto de Vanessa. Gloval salta de su

silla y corre hacia ella.

 

"Localícela."

 

"A la orden señor. Altitud dieciséis mil... a su presente velocidad

descenderá a veinte kilómetros de nosotros."

 

A varios kilómetros de allí, en las entrañas de la base de mísiles

estratégicos en una remota isla, se disparan once mísiles de alcance

medio en dirección a la nave Zentraedi que ingresa en la atmósfera.

Muchos de ellos estallan inofensivamente a su lado sin causar el menos

daño.

 

 

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Todos los escuadrones disponibles parten a toda velocidad de sus

hangares. Engel corre con su casco en una mano y va a subir por la

escalerilla, cuando una voz familiar le llama.

 

"Geni."

 

"¡Yelena! ¿Dónde estabas? Yo..."

 

Ella no dice ninguna palabra, solo le entrega un sobre blanco que el

mira extrañado. Él levanta una ceja, pero para su sorpresa, Nikolayev

le agarra por el anillo del cuello de su traje y le da un beso. Ante el

caos de la situación parece que dura varios minutos, aunque solo fueron

unos fugases segundos. Le suelta y le susurra algo en el oído.

 

"Ahora, vamos por ellos". - dice levantando la voz en su tono

autoritario de siempre, sonriéndole y corriendo a su cabina.

 

Lo mismo que hace Engel, que sube a la escalerilla retráctil a su

Valkyrie, que se encuentra en modalidad Gerwalk y empezar a caminarlo

hasta el elevador, aun sintiendo en sus labios el cálido sabor a cereza

de Yelena.

 

Cuando el grupo de cazas llega, el vehículo enemigo entra inmutable

sin siquiera una escolta de cazas.

 

"Bien señores, fuego a discreción y que Dios nos ayude. Vamos". -

ordena el Mayor Focker mientras enfila su escuadrón contra la nave

Zentraedi.

 

"Bueno gente, ya escucharon, hay que derribar a estos individuos que

no entienden razones."

 

Apenas ha terminado de decirlo, cuando una cortina de disparos surge

de todas partes del crucero. A pesar de que todos los cazas disparan

con todo su potencial, ni siquiera logra abollarle la pintura.

 

"Rompan". - grita Yelena girando su avión hacia la derecha.

Dispersando su grupo.

 

Pasa por debajo del crucero, justo en el momento en que se abren

unas compuertas inferiores, de las que salen cientos de cazas enemigos,

muchas terminan chocando de frente con varios Valkyrie. Otros, en vez

de dispara, se limitan a esquivarlos para tratar de alejarse y comenzar

su ataque. El grupo de Valkyrie, al ver el poco daño infligido, se

aleja lo más posible de la nave, ya que esta cayendo a toda velocidad

para pasar por encima de Macross y literalmente dejarle caer centenares

de Pod y naves de combate. Por alguna razón el grupo de Valkyrie vuela

en dirección contraria, pero pronto inician su giro para caer en picada

contra Macross.

 

Engel vuela entre varios Regult, disparando con su fusil, pero

pareciese que se reproducen, cada vez que derriba uno, aparecen tres a

ocupar el lugar del muerto. Yelena aun continua cayendo y ve

horrorizada como los Regult caen sobre la cubierta del Prometheus con

total impunidad mientras los disparos del crucero barren con casi todos

los cazas que intentan despegar desde cubierta.

 

"Comandante Hayase ¿A cuantas naves debemos dispararles para que

dejen de aparecer cien mil o un millón". - grita sarcásticamente por la

radio Ichijo mientras carretea por la caótica pista siendo casi

fulminado por los múltiples disparos.

 

Todos los disparos enemigos parecen concentrarse en tratar de

impedir en despegue de mas cazas, como si pretendieran luego aniquilar

a todos los escuadrones en el aire. La defensa de Destroid también

están siendo diezmadas por las fuerzas enemigas. Fácilmente están como

diez a uno.

 

Engel en medio de sus fugases pensamientos piensa que si utilizasen

armas nucleares tendrían una esperanza. Pero por ahora, solo se

concentra en tratar de no golpear ningún caza enemigo ni aliado, por la

tremenda densidad del trafico en el aire. Hecha un ojo a un lado y pude

ver el Valkyrie color cobre disparando contra todos los enemigos,

tratado de esquivar cada disparo y devolver cada uno. Ni siquiera ha

podido asimilar la cantidad de enemigos cuando a la distancia ve un

compacto grupo cercar a toda velocidad.

 

"¿Estos malditos extraterrestres creen que no es suficiente?". -

grita furiosa Yelena al ver el mismo grupo acercarse a toda velocidad.

 

Lo que queda del escuadrón Ángel, junto a varios grupos Valkyrie

mas, aceleran para tratar de salir del combate, mientras la otra mitad

de los cazas defiende al Macross. A lo que llegan, el compacto grupo se

aproxima disparando y dispersándose. Son la cosa más extraña que ha

visto. Pero en vez de pensar sobre eso, Yelena se lanza sobre ellos

disparando en cortas ráfagas contra ellos.

 

"Por lo que veo este es el fin". - exclama Yelena resignada.

 

"¡No puedo creer que digas eso! No tu...". - dice Engel por la

radio.

 

"Lo siento, pero es así, no lo lograremos. Pero hay que hacer lo que

podamos."

 

"Equipo, detengamos al grupo externo de enemigos". - ordena Engel

disparando contra una de las armaduras, despedazándole la cabeza.

 

Nikolayev empieza a disparar contra ellos, cambiando a modalidad

Battroid, pero parece sobrepasada por numero. Abrumada por la cantidad

de enemigos, gira a toda velocidad para esquivar los disparos, quedando

presionada contra el asiento y sintiendo un fuerte dolor en la espalda.

 

Una de las Queadlunn-Rau, de color rojo empieza a separarse del

grupo que persigue Nikolayev, quien cambia a modo caza y empieza a

ascender a toda velocidad esquivando los disparos. El Queadlunn rojo

asciende casi a la misma velocidad, mientras que Yelena lo ve por el

espejo derecho tan grande como la vida. Súbitamente cambia a modo

Battroid y estelas de condensación se forma en todas partes del cuerpo

de su Valkyrie. Golpea con fuerza los pedales sin hacer caso al intenso

dolor y dispara contra el enemigo, que parece agacharse cuando le

dispara. Pero varios de los disparos logran darle, pero pareciese que

no le hace ningún daño grave y devuelve el ataque disparado una

andanada de mísiles.

 

Engel a la distancia puede ver la acción de Yelena, le llama, pero

esta no le responde, enfila a toda la velocidad que le es posible en

medio del denso combate.

 

Abrumada con todos los disparos, Yelena regresa a modo caza y se

lanza directamente contra el Queadlunn-Rau. Este parece paralizarse por

la acción de la micron. A solo unos metros cambia a modalidad Battroid

y lanza un puñetazo contra él. Sin haber pensado en que venia un ataque

de esa naturaleza, la piloto Zentraedi ni siquiera esquiva el puñetazo

que Yelena le da en la cabeza. Pero reacciona y le agarra el brazo

cuando le lanza un nuevo puñetazo. Furiosa por esto, Yelena toma el

fusil con su mano libre y se lo acerca al pecho, disparándole hasta

quedar sin munición. Varios de los disparos traspasan la armadura y le

dan en el hombro y pecho de la Zentraedi, que mueve su brazo ileso y le

dispara con el cañón que parece tener escondido bajo la manga.

 

Engel se dirige al lugar a toda velocidad, tratando mas de esquivar

a los cazas enemigos que en destruirlos.

 

Todos los disparos dan contra el pecho y una pierna del Valkyrie de

Yelena y le destrozan una turbina. Sin control, el Valkyrie empieza a

caer del cielo. Yelena trata de maniobrarlo con pero siente un dolor

tan fuerte que no puede moverse, mientras el olor a sangre se hace

insoportable en la cabina. Baja la vista a su propio cuerpo y ve como

sale sangre a borbotones de una herida en su pecho.

 

Demasiado horrorizada para comprender, se resigna y suelta la

palanca de control, justo cuando su Battroid cae con sus ultimas

fuerzas jala la palanca de expulsión y sale disparada de la cabina. Su

Valkyrie choca en el aire contra otro Queadlunn, que pasa por su línea

de caída.

 

Engel no logra verla ejecutarse y cuando llega al lugar, el

Queadlunn-Rau se voltea hacia él. Sin perder tiempo empieza a

dispararle dándole de lleno en el pecho, pero ella le dispara dándole

en varias partes del fuselaje. Después la piloto, en lugar de luchar,

empieza a alejarse de él, herida por varios de sus disparos. Sin

importarle el grupo de esas mismas naves acercándose, persigue a esta

en especial, disparándole con todo hasta que finalmente queda sin

munición. A pesar de ya no tener ya munición, continua presionando el

botón de disparo y acelerando mas hacia el Queadlunn que crece en su

ventana.

 

Puede ver como un hilo de humo sale de algunas partes de la

armadura. No la pierde de vista, su color rojo destaca mucho frente a

los otros de su misma especie, que son de un color púrpura claro.

Dispuesto a acabarle, cambiar a modo Battroid, pero siente un fuerte

tirón y al voltear hacia un lado, otra de esas armaduras, igualmente de

color rojo un poco mas claro, como salida de la nada le jala por un ala

y le lanza con fuerza hacia el mar. Trata de controlar la nave, pero no

logra hacerlo. En medio de su caída puede ver otro crucero acercarse a

toda velocidad, con intenciones de embestir a Macross.

 

Parece no haber esperanzas, pero en ese instante el brazo derecho de

Macross, el Daedalus, se levanta del mar y golpea el crucero por la

mitad, pero en un terrible error de calculo, el Daedalus pasa de lado a

lado del crucero y lanza sus mísiles, hacia el campo de batalla y

contra los Valkyrie. Por suerte ninguno resulta derribado, pero si

muchas de las naves enemigas son destruidas.

 

La masiva explosión del crucero no ayuda mucho a la situación de

Engel, quien apenas ha logrado estabilizar su nave y ahora se ve

arrojado a varios cientos de metros, pero logra estabilizarse de nuevo.

Con un insistente y anormal ruido de una de sus turbinas, logra divisar

a varios transportes enemigos salir del agua, mientras en otros, los

reductos de la tropa enemiga embarcan.

 

Finalmente despegan alejándose hacia el espacio.

 

 

 

[Fin Capitulo 4]

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Notas / divagaciones del autor:

 

Roli, Konda y Warera = Rico, Konda y Braun

Miria Farina = Miriya Parino

Quamzin Kravshera = Khyron

 

Si, con todo lo que venia apareciendo en los tres capítulos anteriores

era predecible que Engel y Nikolayev terminaran juntos y revueltos.

 

Estuvo así >< de cerca de convertirse en un limón... bien de hecho

escribí esa parte, pero preferí omitirla, y ahora que lo pienso, lo

hace más romántico en mi opinión, ya que esto esta fuera de escena...

 

Alianza Anti-UN: Se trata del grupo militar él cual se opone a los

esfuerzos de un gobierno unido liderado por las Naciones Unidas.

 

Zolotaja Zvezda: es llamada También "Estrella Dorada" y Condecoración

de Héroe de la Unión Soviética. Es una pequeña medalla con una estrella

de oro con una cinta (para Héroe de la URSS es roja, para Héroe de la

Federación Rusa es blanca, azul y roja) A pesar de ser pequeña de tamaño

es la máxima condecoración que Rusia le puede dar a alguien. Tengo el

honor de haber sido ser condecorado con ella, pero no oficialmente,

pero ese no quita el valor sentimental que me produce.

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