fanfic_name = En la Tormenta

chapter = 30

author = Seferino Rengel

Rating = AP15

Type = Action

fanfic = Super Dimensional Fortress Macross: En la Tormenta

 

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PARTE 30: CRITERIOS ESTRATÉGICOS

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Gennadi Engel esta solo. Abrumado por el trabajo, con tantas emergencias que afrontar, planes que hacer, analizar y encauzar, luego de tantas semanas por fin pudo aceptar porque su matrimonio se fue a pique.

Porque no amaba a su esposa.

Por eso su esposa lo había dejado.

A veces tenia la sensación de que su matrimonio solo fue un juego...

Y ya sabia que era lo que había hecho mal.

Nunca había aclarado sus sentimientos hacia la mujer con la que se había casado.

Es honesto consigo mismo, se casó con ella porque necesitaba una mujer con la cual acostarse por las noches y Marina estaba disponible.

Se siente avergonzado de haberla desilusionado. Ella estaba enamorada de él, como una niña. Había sido el primer hombre con el que ella se había acostado (honestamente Engel no creía que hubieran mujeres que fueran vírgenes después de los 16 años, ni siquiera su amada Sabina lo era) y por eso ella lo hacia responsable.

Marina tenia razón cuando le dijo que estaba obsesionado con una mujer muerta. Debía reconocer que era algo mórbido el seguir enamorado de mujeres muertas.

Sus sentimientos hacia Sabina no habían cambiado desde el momento en que la había conocido. O, mejor dicho, solo había cambiado para enriquecerse y hacerse más profundos. Cuanto más la conocía, mas la había amado, y más consciente era de que sufriría cuando ella ya no estuviera a su lado.

En todos esos años que estuvo casado, jamás había sentido mas que una atracción pasajera hacia las mujeres que se encontraba en su camino. Al igual que cualquier otro hombre, si veía una mujer bonita, su reacción era inmediata. Pero entre eso y la infidelidad mediaba un abismo que jamás había cruzado. Por más hermosas que fueran no eran Sabina. Había tenido suficientes experiencias sexuales como para distinguir entre la atracción pasajera y lo autentico. Pero hubo un momento que se encontró amando a alguien mas que a Sabina, y sabia que Sabina conoció perfectamente cuales eran sus sentimientos para con Yelena Nikolayev.

Si hubo un momento en que se encontró decidiendo entre dos mujeres, Sabina y Yelena, y ahora ninguna de las dos estaba con él, y tenia ahora que recordarse que ellas ya no están allí para él, y que debe concentrarse en el aquí y el ahora, y no pensar en el mas allá, dándose cuenta que era algo que debió haber hecho hace tiempo.

Regresa su atención al teléfono sobre el escritorio.

Cuando se empezó la reconstrucción del mundo se dieron prioridad a dos cosas por encima de todas: enterrar a los muertos y reestablecer las líneas de comunicación. Al principio se pensó en lanzar satélites de comunicaciones, pero la nebulosa de desechos alrededor de la Tierra dificulta mucho la operación de estos cachivaches a menos que estén en orbitas baja. Con un numero apropiado se puede cubrir buena parte del cielo, ya que cada uno solo se encuentra sobre el horizonte local por menos de una hora por orbita.

Las comunicaciones militares tienen prioridad por encima de todo, por lo que a Engel le es muy fácil levantar el teléfono y comunicarse con el centro de comunicaciones y que lo enlacen en una línea hasta la base militar de Dementiev y de allí a la casa de Polina.

Ya había repetido esta misma operación muchas veces, seguramente dándole alguna importancia a las jóvenes operadoras al tener que atender y manejar una comunicación que suponían era de la máxima prioridad militar.

"Coronel Bisyarina." - dice por fin la voz de Polina a medio mundo de distancia.

"Hola..."

"¿Que quieres?" - pregunta con un tono de irritación, reconociendo de inmediato su voz.

"Pásame a Marina."

Del otro lado de la línea, antes de que Polina le pasara el teléfono, Marina adivinó por la mirada de su hermana que era Gennadi. Solo su esposo era capaz de hacer que su hermana pusiera esa cara.

Desde que se había casado con él, Polina había enloquecido. Marina pensaba que seria feliz con él único hombre que la había hecho feliz.

Y se equivocó.

Amaba a Gennadi pero él no la amaba. Y había sido un sacrificio como le había dicho Polina. Pero era un hombre extraordinario, entregándose a lo que hacia. Pero se entregaba demasiado a todo menos a ella, lo que los alejaba poco a poco, insensiblemente.

Aunque hubiera renunciado a su propia carrera para adaptarse mejor al ritmo de su esposo, ella es una persona que sabia estar ocupada, y era inteligente. Pero cuando Marina estaba libre, renunciaba a sus propias actividades y aprovechaba ese tiempo para no alejarse de él. Deseaba estar con Gennadi, hablar con él y disfrutar de su compañía. Pero Gennadi había estado tan ocupado que, por mas preocupado que pareciera, apenas podía verlo. Solo podía verlo en plena noche, mirándolo dormir, después de llegar a casa tan agotado que apenas tenia aliento para darle las buenas noches. Marina sentía que su vida con él estaba vacía, falta de alicientes.

Era mas de lo que podía soportar. Y, durante el tiempo que llevaba en la casa de su hermana, había reflexionado, y se veía obligada a enfocar su vida por otro camino.

Polina esta a punto de colgar, pero su hermana menor le pide el teléfono, dándoselo de mala gana.

"¿Sí?"

"¿Cómo estas Marina?" - pregunta Gennadi con una voz muy baja.

"Me sorprende que hayas notado que no estoy en casa."

"Te juro que lo he notado. No estas junto a mí. Las extraño tanto..."

"¿Entrañarnos? Me sorprende que recordaras que tenias una hija. Si estuvieras tan interesado, no te hubiera tomado tanto llamarme."

Engel estaba seguro que Marina oía como apretaba los dientes. Se contiene de decirle todas las veces que ha llamado y la maldita perra de Polina le había tirado el teléfono.

"Tienes razón." - responde, calmado.

"Claro que la tengo."

"Pero eso no significa que no te quiera..."

Mentira, esa fue una mentira descarada. Tan obvia como si el mismo la hubiera confesado.

"No, Gennadi. No. No me vengas ahora con eso." - le contesta Marina, entreviendo la mentira en sus palabras.

"¿Cómo esta Lena?"

Marina le colgó.

 

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Muchos piensan que necesariamente el paisaje mas arriba del circulo polar debe ser necesariamente 'polar' con hielo por todos lados. En la zona de aterrizaje el clima de hecho es subpolar y con su suelo congelado y bosques de coníferas. Estando a principios de primavera, aun se encuentran dispersos en el terreno parches irregulares de nieve, junto a charcos y pantanos.

Es un tipo de terreno muy parecido al que había tenido Alaska antes de la lluvia de la muerte Zentraedi.

La zona donde se encuentran los Zentraedi esta mucho mas al norte, a 160 kilómetros para ser exactos, ya entrando en las regiones verdaderamente polares.

El Coronel Doherty había estado antes en operaciones árticas, precisamente en Alaska y durante la Guerra de Unificación en defensa de los cuarteles generales contra las incursiones de la Alianza Anti-UN.

Apenas a media hora de su llegada y ya se encuentra preparado un improvisado campo aéreo, con los Valkyries ocultos por redes de camuflaje. Con la versatilidad de los Valkyries para el aterrizaje vertical y su provisión de combustible nuclear, no hace falta labores de reabastecimiento. Todos los Valkyries están dispuestos algo separados unos de otros, ante la eventualidad de ser atacados desde el aire.

Con mas tiempo hubiera preparado una operación digna, pero no pueden dejar pasar la oportunidad de atacar una fuerza enemiga tan importante como esa, mucho menos si se sospecha que fueron ellos los que atacaron Ciudad Macross hace unas semanas. El Coronel Doherty esta dispuesto a tolerar el frío, pero no muchos de los jóvenes pilotos, que consideraban una mañana primaveral en Ciudad Macross como fría.

Pero eso no le evitaba ponerse una gruesa parca y abrochársela hasta el cuello, viéndose tentado a ponerse la capucha. Por alguna extraña razón los trajes presurizados de vuelo pueden aislarlo a uno del vacío del espacio, pero fallan al protegerlo a uno del frío o el calor en la Tierra.

Por encima de todo esto, lo único que no le gustaba era el camuflaje de los propios Valkyries. Muchos estaban personalizados por sus pilotos, pintados con colores agresivos y a veces estrafalarios. Unos los pintaban para que se vieran espectaculares en modalidad Battroid, por lo que cuando estaban en modo fighter no lucían tan bien, y lo mismo en el caso contrario. Pero no podía protestar, incluso su propio Valkyrie rompe con las reglas al estar pintado con un color gris azulado, el esquema de baja visibilidad en vuelos de altura y sobre el mar, pero no para estar volando a baja altura sobre nieve.

"¡Coronel!" - un suboficial le llama y el Coronel cambia de dirección hacia el puesto de mando.

"¿Que pasa?" - pregunta tan pronto llega.

"Tendremos que adelantar los planes." - dice el Mayor Engel, a quien se le había confiado la logística de la operación.

"¿Porque razón, Mayor?"

"Hay un frente de tormenta formándose al norte y se esta moviendo hacia el oeste." - dice Takeda, quien ha venido con ellos como soporte de inteligencia. "Según dicen sigue rumbo fijo, pero como sabrá..."

"Si, yo también he tenido el mismo problema con los reportes meteorológicos. Nunca he conocido uno que sea bueno. ¿Que sugiere?"

"Seguir el plan. Sus Battlepods no son buenos en una tormenta, y no es que nuestros cazas puedan volar dentro de huracanes." - dice Engel.

"¿Cree que nos estén esperando?"

"No se. Si lo están en alerta desde hace horas, y deben estar agotado. No he visto muchos Zentraedis que estén apostados en sitios tan fríos y se acostumbren."

"Pero no quiere decir que no puedan. Para mi que también están esperando refuerzos, quizás un transporte para irse." - dice Doherty mostrándole la ultima fotografía tomada hace menos de una hora. "Puede que traigan refuerzos, y nosotros solo estamos como para entablar combate, y no vamos a ir contando con que esta gente sufra el Síndrome Stormtrooper y se dejen matar como carne de cañón."

"Pero ahora no se ve a nadie allí."

"Pero si se hubieran ido los habríamos visto. Un trasporte de esos no puede volar supersónico y por muy rápido que volara, los satélites han pasado sobre ellos cada hora y saldrían en alguna foto." - explica Takeda.

"Están dentro de los cruceros." - exclama Engel.

"Si Mayor, están escondidos esperando a sus fuerzas de evacuación."

"Así de simple, ¿porque no se han movido entonces?"

"Porque creen que podríamos verlos. Y quizás no creen que los hemos descubierto. O quizás les dio sueño y se fueron a dormir."

"Si fuera usted esperaría a ver que pasa, si realmente llega un transporte. En el mejor de los casos podríamos quitarles su salida destruyendo sus transportes y obligarlos a rendirse. En el peor nos encontraríamos luchando contra mas Zentraedis dispuestos a morir luchando." - sugiere Engel.

"La Teniente Jenius me dijo exactamente lo mismo. Aunque ella también me sugirió intentar dejarles una salida para que no se vean en obligados ha luchar hasta el ultimo hombre."

"Miria solo intenta salvar las vidas de su gente."

"No la juzgue, porque yo también pienso lo mismo que ella."

"No estuvo con nosotros cuando atacamos a Quamzin en Brasil. Y el tipo en vez de irse al espacio como siempre estuvo diciendo, lo que hizo fue dársela de kamikaze y estrellarse contra el Macross."

"¿Cree que sea algún otro maniaco?" - dice Doherty mientras saca un paquete de cigarrillos. "¿Fuma?"

"Si, pero intento dejarlo." - responde, pero igual lo acepta. "¿Un Zentraedi tan loco como Quamzin?"

En ese momento aparecen Max y Miria Jenius. Max luce mucho mas aturdido que Miria ente el frío. Hasta ese momento Engel se sentía de buen humor, pero al ver a la Zentraedi deja de lado la media sonrisa que tenia. Aparentemente Miria también tiene la misma reacción hacia Engel.

"Ya los equipos están listos para partir, Coronel." - dice Miria, adelantándose a Max, quien se frotaba las manos enguantadas.

"Perfecto, ahora esperemos que los marineros del Ceres también estén listos."

 

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Había costado mucho limpiar y acomodar parte del interior del crucero para hacerlo habitable. Aunque aun falta instalarle un nuevo generador para hacer funcionar los equipos básicos, como la calefacción interior. Años de inactividad y de estar en este frío clima han congelado el interior, formándose escarcha sobre todo. En uno de los costados del casco hay un gran boquete por donde entran ráfagas de viento helado. No podía hacer nada al respecto. La elección de este crucero sobre cualquier otro es que es el único que cayó 'derecho' o sea con el suelo hacia abajo, a diferencia de otros que cayeron rodando y cayeron de costado o de cabeza o sencillamente en su reingreso cayeron de trompa y se clavaron en el terreno.

Esto es tan diferente a su base en el sur, donde el interior es relativamente cálido y donde hay luz.

Zarn no deja de pensar en lo perfecta de la ubicación. Las montañas los ocultan de las patrullas hasta cierta distancia. Si sus tropas partían de aquí volando a baja altura podían salir a varias decenas de kilómetros al oeste ocultando la ubicación de la base. Si se detectaba una incursión enemiga, podría ocultarse y no ser encontrados entre las decenas de cruceros estrellados...

Por un momento se pregunta si no estará precipitándose al dejar este enclave. Posiblemente no crean que nada grave pasa aquí. Puede que solo lo tomen como un ataque aislado como cualquiera de los cientos que ocurren en otras partes.

Pero sus tropas están ocultas, y las patrullas no han detectado ningún tipo de incursión en las cercanías. De todas formas las fuerzas de Zerl se encuentran en alerta, preparados para despegar si se detecta algún ataque.

Desde hace horas Zarn tiene sus ojos grises fijos en la radio portátil, esperando la breve comunicación de la 1ra Oficial Delke, para empezar el éxodo de todas las fuerzas hacia el punto de reunión. Si llegaba a tiempo, podrían despegar y escapar antes de que la Spacy pueda responder de cualquier forma.

Si hubiera estado con Quamzin, este hubiera tomado su actitud como un acto de cobardía, indigno para un verdadero guerrero. Pero de nada sirve perder la vida si se puede luchar después. ¿Cómo decía ese refrán humano? Quien huye vive para luchar otro día.

Esta tan preocupado que no ha comido ni bebido nada, mucho menos intentar descansar. Sus otros compañeros están dormidos. Alma esta dormida en una de las sillas del cuarto de control, con el pretexto de que solo descansa sus ojos.

Zarn deja su puesto de combate y empieza a pasearse alrededor de la oscura sala. Aparte de los dos, no hay mas nadie, salvo el aullido del viento arremolinándose en los pasillos. No hay mas sonidos, y por un momento, se queda contemplando a su compañera. Para ser una Zentraedi tiene la piel muy pálida, hecho que resalta su cabello rojizo.. no realmente rojo sino una excéntrica mezcla de rojo y algo de negro. Seis años y todavía le cuesta verla como parte del decorado, tal como Ogai, a quien a veces no puede diferenciar de las paredes.

Se pregunta como seria vivir con ella el resto de su vida en calma, sin sentir la incertidumbre del combate, sin preocuparse de enemigos quienes, a pesar de conocer, son una presencia amenazante.

 

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El rugido de los motores de los Valkyries rompen la relativa calma de las montañas. Volando en formación, los dos escuadrones vuelan a máxima velocidad subsónica en el largo y sinuoso valle muy por debajo del nivel de las montañas.

El Teniente Max Jenius pone toda su concentración en la ruta mientras su Valkyrie salta al tener que volar a menos de 30 metros de altura.

Esta en la vanguardia, dirigiendo los escuadrones. En lo personal no le gusta mandar, lo suyo es solo actuar. Pero será por elección o azar, ahora es el responsable de este ataque. Pero esta aquí y no hay marcha atrás. Como dijo el Mayor: 'Apéguense al simple plan que preparamos. Lo más fácil es ir, acabar con los blancos y volver. Simple y directo.'

Bajo silencio de radio todos deben saber perfectamente su papel en la misión, hasta el ultimo instante.

Un punto de referencia, los primeros cruceros estrellados. La ansiedad de los últimos segundos de calma antes de la tempestad. Casi simultáneamente al oír el tono de la computadora, tira de la palanca y su Valkyrie se eleva como un rayo en el cielo, y en menos de un segundo la pesada bomba bajo su cabina se desprende y empezar a elevarse en el aire. Ahora una mas y una tercera esta en el aire, moviendo sus aletas para maniobrar hacia la imagen el blanco que fue grabada en sus memorias electrónica.

Por inercia las bombas se han elevado varios cientos de metros antes de empezar a caer. Les toma un par de segundos, eras en tiempos de computo, en encontrar una imagen idéntica a la memorizada, y como en las caricaturas, la primera que la ve le avisa a las demás donde es y todas se lanzan en picada hacia el mismo sitio.

El crucero aumenta de tamaño rápidamente, hasta que la bomba golpea contra el casco. La bomba debía penetrar rompiendo el casco de metal, estallando una milésima de segundo después en el interior, pero por la forma en que esta tendida la nave espacial, las bombas golpean con algo de ángulo y literalmente resbalan en la superficie antes de estallar en el exterior.

Las explosiones toman por sorpresa a todos los Zentraedis, muchos estaban durmiendo o descansando. En la sala de control, que se encuentra en la parte alta y delantera de la nave, las explosiones estremecen el suelo y las consolas con tal violencia que Zarn casi pierde el equilibrio, y Alma se despierta mientras cae al suelo.

"Estamos bajo ataque." - le dice Zarn a su compañera mientras toma la radio. "¿Zerl?"

El otro Zentraedi había estado durmiendo cuando cayeron las bombas. Luchaba para ponerse su traje de vuelo cuando recibe la llamada de su Comandante.

"Comandante... mis tropas están preparándose para partir."

"Debió estar listo desde hace mucho..."

Justo en ese momento una cuarta y quinta bomba estallan. Una de ellas logra romper el casco de la nave, entrando varios niveles dentro de la nave antes de explotar. La explosión es tan fuerte que Zarn siente una fuerte presión en los oídos incluso antes de escuchar el propio ruido de la bomba.

"¿¡Que espera para despegar!? ¡¡¡Muévase!!!" - le grita Zarn mientras toma la radio con una mano y a Alma con la otra y sale corriendo de la sala de control.

 

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Una enorme nube de humo sale del boquete abierto en el casco, mientras los Valkyries empiezan a alejarse para hacer una segunda pasada de ataque. Mientras se alejan para ganar altura, un nutrido grupo de Battlepods Regult despegan de la nave espacial, elevándose directamente hacia arriba.

Los Regult surgen un poco hacia adelante y abajo de sus cazas, dándole la oportunidad a Max de verlos detalladamente mientras son iluminados por el sol de medianoche. Pensaba que al ver uno ya los había visto todos, porque los cientos de miles de Regult que había visto en su vida, todos están pintados con los mismos colores: blanco y azul y en ocasiones blanco y verde azulado. Pero estos que se acercan son grises y negros, y por alguna razón parecen completamente diferentes, a pesar de solo haber cambiado de colores.

A su señal los cazas rompen formación, dándose la vuelta para volver a enfilar hacia el crucero. A su señal, todos los 24 aviones de su grupo disparan grupos de micro mísiles, dirigiéndolos hacia el punto del crucero de donde están surgiendo los Regult antes de apartarse.

Arriba, las decenas de Regult que lograron salir antes del ataque se abalanzan contra los Valkyries, preparándose para la batalla numero cinco mil que se libra entre estos dos aparatos.

 

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Dentro del crucero el fuerte rugido del aire arrastrado por las llamas no le permite escuchar nada. Pero aun así Zarn continua corriendo, uniéndosele varias decenas de soldados que al igual que el se dirigen hacia una de las varias bahías de despegue donde se encuentran los Battlepod.

Afuera, Zerl se encuentra disparando contra un Valkyrie desde su armadura Flemenmik de combate, tratando de darle con la pistola de rayos. Le es imposible acertarle al avión que se ladea de lado a lado. Pero desiste ante el corto alcance de su arma, que no pasa de los 100 metros.

El Valkyrie se encuentra en su camino un Regult, el cual despacha con soberbia rapidez con una ráfaga de su cañón. Explota formando una espesa nube negra a través de la cual pasa a toda velocidad. El propio Zerl se lanza tras el, atravesando la misma nube, estremeciéndose todo su vehículo ante la turbulencia un presente de la explosión y por algunos fragmentos que aun volaban alrededor.

El combate entre los enemigos se extiende desde las alturas hasta el fondo de los valles, pero inexorablemente los Valkyries están retrocediendo, tratando de ocultarse entre la sinuosidad del terreno. el Valkyrie tras el cual esta Zerl se lanza casi en picada hacia el terreno, volando tan bajo que parece tratar de seguir los contornos del suelo. El también lo hace, y ante el exagerado empuje de sus motores que necesita para mantenerse en el aire, la tierra bajo el, a menos de 20 metros, se agita y lanza piedras grandes y pequeñas junto a polvo del suelo congelado en todas direcciones.

Los Regult no pueden seguir el mismo camino tomado por los demás Valkyries, que vuelan al ras del suelo, lo que frustra a los pilotos Zentraedis. Ante la idea de verse objeto de las recriminaciones de sus oficiales superiores, quienes tienen la ventaja de volar en armaduras Glaug y Flemenmik con empuje suficiente para volar a baja altura.

Los Regult se lanzan a toda velocidad a gran altura, con intención de salir en una posición mas adelantada y estar en el camino de los Valkyries antes de que salgan del valle.

 

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El ataque a sido rápido, solo ha durado cerca de tres minutos, y sus fuerzas habían sido tomadas por sorpresa precisamente por la rapidez del ataque. Ahora una buena parte de las fuerzas de Zerl están heridas, muertas y destrozadas en los incendios de las bahías principales.

Incluso estando dentro puede sentir el olor del metal recalentado, el combustible quemándose y la carne quemada en el aire. No se puede hacer nada contra el fuego, los sistemas de extinción no están funcionando, y solo queda salvar lo que se pueda salvar antes de que se propague por el resto de la nave.

"Informe" - pide con urgencia Zarn mirando como la pared de llamas esta lamiendo su camino al exterior.

"Perdimos tres batallones completos con sus pilotos." - dice un oficial.

Tres batallones, un total de 75 Regult y 9 Glaug.

"¿Que nos queda?"

"Dos de batallón aquí, junto a los suyos y de la Comandante Alma."

Eso no es bueno. Tres batallones lograron partir, otros tres están esparcidos en pedazos y solamente quedan tres disponibles para combatir. 252 Battlepod perdidos, que esperaba utilizar junto a las fuerzas de Delke y de otras tres fuerzas mas que tenia planeado instalar aquí. Casi mil combatientes preparados para aplastar las fuerzas de invasión. Solo le quedan poco mas de 150, y mas de un centenar de soldados con armas de mano, porque ni siquiera tuvieron tiempo de desplegar los sistemas antiaéreos, a pesar de estar preparados.

Típicos soldados Zentraedis, que se preparan solo si tienen un oficial espiándole por encima del hombro. Seguramente los encargados de las antiaéreas estaban dormidos o lloriqueando porque tenían frío...

"¡Llamen a Zerl! ¡Que regrese de inmediato!" - ordena, dándose cuenta de lo que esta pasando.

El oficial enciende el comunicador...

"No tengo contacto..." - dice, e inmediatamente la radio empieza a lanzar un chillido agudo muy distorsionado.

Justo en ese momento escucha un nuevo estruendo en el cielo. Y una nueva bomba, esta vez una incendiaria, cae certeramente en el mismo boquete que estaba mirando abrirse al exterior. Al estallar, la carga de napalm salta por todos lados, salpicando y pegándose contra todo lo que encuentra en su camino, Regult y soldados Zentraedis a descubierto, envolviéndolos en llamas. La explosión termina con los batallones que no habían tenido tiempo de evacuar al exterior, y ahora varios de sus soldados que estaban salvando lo que quedaba son presa de las llamas. Apenas tuvo tiempo junto a varios oficiales de salir antes de ser alcanzado por las llamas.

"Tenemos que llegar a nuestras naves. Ahora nos toca atacarlos de inmediato." - dice mientras se recarga de la puerta que acaba de cerrar.

"¿Atacarlos con qué?" - pregunta con un dejo de apatía uno de los oficiales de Zerl.

"¡Nosotros mismos, cobardes, pónganse sus armaduras y tomen sus fusiles, porque ustedes, y yo con ustedes, vamos a ir ahora a ese crucero y vamos a liquidarlos!"

"¡¡¡Todos afuera!!!" - grita Alma mientras toma la iniciativa y se pone a la cabeza del grupo de oficiales en dirección al exterior.

No debió haber dejado sus propios Battlepod en otro crucero. Pero se da cuenta que deben estar a salvo, porque todos los ataque es están concentrándose en esta nave.

 

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Zerl esta muy ocupado por su parte. También llegó a la misma conclusión de Zarn, pero ahora es demasiado tarde. Sus Regult habían llegado efectivamente al final del valle para interceptar a los Valkyries que escapaban, solo para encontrarse con una segunda fuerza de combate proveniente del sur.

Intentó comunicarse con Zarn, para pedir apoyo, pero se encontró que no tiene comunicación. Los Micrones están interfiriendo las comunicaciones. Ahora se encuentra luchando con una fuerza de combate comparable a la suya propia, y sigue pasando como ahora, ninguno de los integrantes de sus fuerzas regresara con vida.

 

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Arriba, Miria observa fascinada como la enorme nube de humo se eleva en el cielo, mientras el crucero es presa de las llamas. El Mayor Engel se había encargado personalmente de arrojarla, y Miria sintió escalofríos al presenciar al Mayor lanzar su Valkyrie en picada y sencillamente meter la bomba por el boquete con mortífera precisión. Algunos Zentraedis corren fuera de la nave, y siente algo de remordimiento al ver a algunos envueltos en llama y otros ayudando a algún herido.

Volando mas arriba y más hacia el oeste dos VEFR-1 de interferencia electrónica están interfiriendo con las comunicaciones Zentraedi, transmitiendo en sus frecuencias un molesto chillido de alta frecuencia. La idea era transmitirles música de Lynn Minmay, pero se prefirió que los Zentraedis estuvieran con las manos en los oídos y no flipados al escuchar la música, y existía lo posibilidad de que estas tropas no reaccionaran como se esperaba, como ya ha sucedido antes.

Miria mira hacia atrás y debajo de su ala. Para mirar al crucero que se quema. Del otro lado los demás cruceros continúan intactos. Un grupo de soldados corre hacia otro crucero, y no hacia el grupo de heridos...

De repente se encuentra rodeada de las ráfagas de la artillería antiaérea. No pudieron desplegarla la primera vez, pero se sabe que ahora preparándose para un posible segundo golpe, se estén desplegando estas armas. Por ello los VEFR-1 también están interfiriendo los radares.

Una ráfaga de triple-A pasa lo suficientemente cerca para escucharla, viendo el sitio donde se encuentra apostada una de las armas que dispara. Como si leyera su mente, un Valkyrie a su lado se lanza a toda velocidad hacia el objetivo, soltando un par de bombas de caída libre.

 

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En tierra Zarn y su grupo tratan de llegar al otro crucero mientras escuchan los disparos de los Valkyries concentrándose ahora en algunos cruceros.

Escucha el silbido de las dos bombas rompiendo en el aire y un par de decenas de metros mas adelante observa como el par de armas golpean el suelo, empezando a rebotar varias veces como pelotas de playa. Instintivamente se lanza sobre Alma, cayendo los dos al suelo justo cuando explotan las bombas y lanzan fragmentos en todas direcciones.

Apenas los pedazos dejan de caer, se levanta, tirando de Alma como si fuera una muñeca y continua su marcha hacia la escotilla del crucero. Al entrar, se siente aliviado de que estén allí. Se vuelve, y mira a sus oficiales y soldados con sus ojos grises. Estaban los tres batallones completos, incluidas las 15 armaduras del escuadrón de Alma, cuyas pilotos ya están alistándose para salir.

Zarn esta sorprendentemente sereno, dadas las circunstancias. En cualquier momento podía caer una de esas espantosas bombas incendiarias y todos morirían de una manera horrible. Si hubiera sido Quamzin a estas alturas ya estaría dando gritos y amenazas de una muerte horrenda a todo el mundo si no se apresurara a subir a su vehículo.

 

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"Líder Ángel a líder Rojo. Conteste."

"Aquí líder Rojo, adelante." - Contesta Miria, mientras continua orbitando por encima del campo enemigo, que sigue disparando, mirando en todas direcciones para buscar el Valkyrie blanco de Engel.

"Encárguese de apagar esa artillería. Yo me voy con los cruceros."

Distraídamente Miria voltea hacia el espejo derecho de su cabina y ve el Valkyrie de Engel y...

"¡¡¡Mayor, detrás de usted!!!" - Miria grita mientras su corazón casi se le sale del pecho al ver una enorme Glaug volando directamente detrás.

Engel salta por el grito de Miria, dándose cuenta que se encuentra siendo ahora objeto de disparos. Tira de la palanca, para esquivar a un Flemenmik que parecía salido de la nada.

Cuando vira ve hacia abajo y ve claramente que los Battlepod están saliendo de unos de los cruceros que aun no han sido atacados.

"Díaz, Johnson, vayan para allá y mátenlos." - ordena Engel, sin sutilezas.

Los dos pilotos, juntos a varios mas se lanzan para atacar el punto de despegue, que es un boquete en la nave, desde el cual están despegando con alarmante rapidez los Battlepods, enteramente armaduras de combate. Antes de poder soltar su bomba incendiaria, el Valkyrie del Cabo Díaz es desintegrado por el fuego de los Battlepod que aun no se han levantado del suelo.

Johnson había soltado su bomba y ahora solo le quedaban los mísiles híbridos AMM-1 y su cañón. Pasando entre el fuego defensivo, logra acertarle a dos Queadlunn que caminaban en tierra para despegar. Una de ellas cae acribillada al darle en la parte más blanda de su armadura y posiblemente a su piloto. La otra solo queda aturdida y cae de espaldas para volver a ponerse de pie.

Antes de alejarse logra darle con un misil a una que esta apenas elevándose, haciendo que gire hasta estrellarse encima del crucero.

 

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Mas arriba, Miria intenta alejarse para evitar ser derribada de nuevo. El piloto del Glaug esta esforzando su poco aerodinámico aparato, sacrificando la precisión para poder darle alcance. Es consciente de una segunda nave detrás de ella, una Queadlunn que se suma a su persecución. El llevar un llamativo Valkyrie rojo, sumado a su fama le hace un blanco fácil.

"¡Esa es Miria Farina!" - dice Alma, reconociendo el Valkyrie. "Nadie mas puede ser tan exhibicionista como ella."

"A mi no me importa, solo ve y mátala." - dice Zarn, con su usual modo compresivo fuera de servicio.

 

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Engel sigue la misma estrategia, aprovechando la poca maniobrabilidad a baja altura de los Battlepod. Por desgracia el Zentraedi no quiere dejarlo ir, prefiriendo raspar que ceder un solo palmo.

"No puedo huir por siempre." - se dice Engel a sí mismo, tirando de la palanca para pasar de golpe a modalidad Gerwalk, perdiendo tanta velocidad que cae directamente hacia abajo, dejando al Flemenmik pasar sobre él. Logra ganar de nuevo el control a pocos metros del suelo, con suficiente tiempo para intentar devolver el ataque.

El Zentraedi es tomado por sorpresa por la brusquedad de la acción, y trata de evadirse mientras algunos disparos le dan de lleno, uno directamente en el pecho dañando su cañón principal. Al perder velocidad para cambiar de dirección, pierde también altura, y termina estrellándose contra el suelo, rebotando contra las piedras. No tiene tiempo para elevarse de nuevo, cuando Engel le dispara desde corta distancia, convirtiéndolo en una bola de fuego.

 

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Zarn siente como tiembla cada tornillo de su armadura, persiguiendo y derribando a otro Valkyrie que estaba cerca. En el valle el campo de batalla esta muy reducido, porque los Valkyries están volando por debajo del nivel de las cimas, arremolinándose entre las nubes de humo y las estelas de los cazas y Battlepods que han sido averiados y derribados.

Ninguna de las dos fuerzas parece tener la superioridad, porque parece que están en hay un Valkyrie por cada Battlepod. A visto caer pocos aparatos de ambos bandos, lo que demuestra que hay demasiados pilotos experimentados en esta batalla. Si no sucede algo espectacular y milagroso aquí no va a quedar nadie vivo.

Toda estrategia Zentraedi involucra luchar hasta el ultimo soldado. Es una estrategia muy contraproducente, porque siempre se esta luchando pensando en la ultima batalla, sin pensar en un propósito estratégico mas allá. Pero si quiere tener una ventaja mas adelante, de nada le sirve morir ahora.

Solo hay una orden que pude dar.

"¿Tenemos comunicación con Zerl?" - pregunta al segundo oficial de Zerl.

En tierra, el oficial marcha junto al resto de las tropas, intentando alejarse de los cruceros.

"No señor, los micrones continúan interfiriendo las comunicaciones a larga distancia." - respondió la voz distorsionada en la radio.

Zarn se golpea con furia su pierna mientras consigue la decisión para dar la orden. "Reúna a todos los soldados para marchar en los transportes de tropas y diríjanse al norte."

"¿Huiremos?"

"¡Si! ¡Huiremos, escaparemos, nos retiraremos! ¿Puedo ser mas claro?"

"Eso no es digno..."

"No me hable de dignidad, idiota. Usted es un oficial que nunca a estado en un verdadero combate. ¡¡¡Muévase!!! Esta ahora al mando de la retirada."

"¿Dejamos al General Zerl solo? Señor, tenemos también muchos heridos."

"Zerl sabe cuidarse. En cuanto a los heridos... no podemos llevarlos."

"¡No podemos abandonarlos! La mayoría de los soldados heridos son nuestros." - dice el oficial, refiriéndose a 'nuestros' como los soldados de la fuerza de Zerl. Increíblemente ningún soldado de Zarn se encuentra herido.

"Estamos en medio de la batalla, no podemos darnos el lujo de atenderlos. Ahora empiecen a marchar mientras contenemos al enemigo. ¡¡¡Y no quiero saber nada mas de usted, que estoy ocupado!!!"

"Comandante... el frente de tormenta esta cambiando de dirección y esta acercándose al punto de reunión."

"Mejor así, sus naves no pueden volar en una tormenta."

"Pero nosotros tampoco."

"No importa. Eso o morir aquí."

 

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Mientras que en el cielo continua en combate, varios transportes livianos de tropas Quel-Quallie salen de sus sitios entre los cruceros donde habían sido escondidos.

Adaptados solo para cargar personal, pueden llevar 30 soldados apiñados como sardinas, quienes embarcan a toda velocidad mientras los Battlepod defienden el repliegue de las tropas.

 

[Fin Capitulo 30]

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