fanfic_name = En la Tormenta

chapter = 24

author = Seferino Rengel

Rating = AP15

Type = Adventure

fanfic = Super Dimensional Fortress Macross: En la Tormenta

 

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PARTE 24: CIELO BRILLANTE

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Un insistente sonido llega a sus oídos. Primero es un pequeño rumor, luego algo mas audible. Es el sonido de su propia respiración. Trata de abrir lo ojos, pero parecen pesarle toneladas. Sus ojos están segados por la brillantes luces del techo, aunque de todas formas, todo a su alrededor se ve nebuloso y difuso, como si estuviera envuelto en una densa neblina, pero aun así, en medio de eso, le llega una imagen conocida.

"Pensé que estabas muerta" - exclama apagadamente, respirando el aire frío a su alrededor.

"Claro que no."

"No esperaba volverte a ver."

"Quédate quieto, fuiste herido y perdiste mucha sangre."

"Tengo mucha mas."

"Llamare al enfermero."

"No, no te vallas. Quiero que te quedes conmigo" - murmura quedamente. "Soñé que morías y que no pude hacer nada."

"No te preocupes, quédate quieto, ¿sabias que tenemos el mismo tipo de sangre?"

"Me alegra ver que tenemos tantas cosas..."

Engel hace una pausa, para poder enfocarse en la nebulosa y difusa figura delante de él.

"Me siento tan feliz de verte. - murmura Engel que realmente no la ve, tratando de estirar el brazo hacia la forma borrosa, hasta que finalmente le pone la mano en la mejilla.

"Por favor Gennadi, aquí no" - dice aportándole la mano. "No te preocupes, te repondrás. De todas formas el Ul'yanovsk esta operativo, pero solo podemos ir a paso lento."

"¿Ul'yanovsk?"

En ese momento, Engel entorna la vista, aclarando su nublada vista. El ambiente cobra nitidez, las cortinas plásticas, el techo cubierto de tuberías grises. Finalmente, mira con quien esta hablando, dándose cuenta que no es quien pensaba...

Engel pasea la mirada por todo el lugar. Se encuentra en la enfermería, indudablemente, ese olor tan desagradable, ese olor que odia tanto, y que le recuerda el dolor...

Por alguna razón se siente terriblemente avergonzado. Luego de unos momentos en silencio se da cuenta que se trata de su propia vulnerabilidad. inmediatamente recuerda todo. el ataque al portaviones, las pesadas ametralladoras cortando el aire, las paredes metálicas vibrando al compás de los disparos, finalmente la armadura Zentraedi siendo acribillada al vuelo, y finalmente, la terrible explosión...

Su mente se confunde ante todos esos recuerdos, se siente como si todo eso fuera la respuesta a una pregunta que le resulta tan obvia que su mente no quiere aceptarla y que por accidente, o necesidad llega a él.

"¿Que demonios fue lo que paso?" - pregunta, volteando a mirar a Takeda.

"Los Zentraedi nos atacaron con un arma de reacción, el buque estuvo inutilizado hasta esta mañana, ahora se encuentra mas o menos bien, lo ultimo que supe fue que vamos a media maquina hacia el noroeste, esperamos instrucciones del cuartel general."

"¿Alguien le ha explicado a Gloval la situación?"

"El Almirante le envió su reporte, y solo le informaron que se quedara en la zona."

"Necesito salir de aquí. Tengo que ver a Yuri, alguien tiene que hacer el reconocimiento aéreo de la zona. Espero que al menos alguien haya podido seguir sus a los Zentraedi de regreso."

"Alekseyev ordeno dejar la persecución..."

Engel se sienta como un resorte en la camilla.

"¡Ese grandísimo hijo de perra!" - estalle Engel arrancándose de un tirón las agujas y las mangueras de suero. "Murieron tantos y ni siquiera pudo al menos ver donde se esconden."

Gennadi termina de quitarse las intravenosas, y se pone de pie, buscando el resto de su uniforme. Encuentra que su camisa ensangrentada. Ni siquiera se inmuta al verla.

Hikari, al ver que no puede detenerlo, al menos decide ayudarle, encontrando una camisa.

Mientras de la coloca, Engel nota un pequeño vendaje justo arriba de su hombro. Cuando toca las vendas, un afilado dolor corre por su brazo izquierdo, y casi le hace caer. Y una débil lagrima corre por sus ojos mientras se encoge en una momentánea agonía.

Recuperándose, decide que es mejor ignorarlo, y continua cambiándose.

 

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Nadie tiene la culpa, piensa Alekseyev, nadie a excepción del Mayor Engel. Por su culpa, sus pilotos cayeron en esa trampa y ahora, mas de cuarenta familias lloraran la muerte de sus hijos, padres, esposos, esposas. Incluso ya en el buque hay algunos que lloran la muerte de sus parientes.

El Almirante Sergetov no tiene la culpa, solo fue una victima de las circunstancias.

¿Hubiera sido diferente si no hubiera sido de esa manera? ¿debió haber hecho algo? ¿un papel mas activo?

Nikolái esta funcionando con el mínimo de tiempo, solo a podido dormir cerca de dos horas. Sergetov a asignado a por lo menos tres equipos a patrullas de combate aéreo. El radar aun no esta operativo, por lo que aun han tenido que guiarse con las ordenes de los dos Cat's Eye que quedan.

El puente luce aceptable. Han retirado los cristales del suelo... al igual que la sangre. El CIC esta operativo con la mitad de sus sistemas. Tres reactores nucleares se encuentran en operación, y con las maquinas apoyadas en solo cinco de las ocho turbinas.

Los incendios afectaron muy poco la integridad de la nave, sobre todo debido a la rápida acción de los equipos contra incendio. Gracias a Dios, el cuarto de armas se encuentra intacto.

A media maquina, o sea, a poco menos de 14 nudos, el Ul'yanovsk navega en dirección noroeste. Aunque en realidad se encuentra trazando un gran circulo mientras se esperan las ordenes de la Spacy... o que Engel se recupere, lo primero que suceda.

Sergetov trata de continuar verificando, junto a los comandantes del departamento de mantenimiento e ingeniería.

"Almirante, infórmeme sobre lo que a pasado" - pide Engel, entrando en el puente.

"Gennadi, ni siquiera deberías estar levantado."

"Me rasguñe el hombro, no me abrí la cabeza."

"Tenemos varias patrullas de combate aéreo en los sectores 2 y 4. El cuartel general nos ha dicho que esperemos..."

"¿Y que se supone que debemos esperar?"

"Ordenes."

"Conozco esas ordenes, y por ellas han muerto miles. Creo que es hora de mostrar algo de iniciativa."

"¿A que te refieres?"

"¿Que hay de la localización de la fuerza enemiga?"

"No la tenemos."

"¿Por que? ¿Acaso lo de ayer fue en vano? Es maldito mal parido de Alekseyev debió seguirlos. Ahora estaríamos de regreso a casa" - dice recargando sus manos sobre la mesa central.

"Puede que no le interese todos los que murieron, pero no iba a arriesgar a nadie más" - Alekseyev se queda de pie detrás de él, en la puerta del puente.

"Siempre pasa. Les dan una orden y no la cumplen" - dice sin voltear a mirarle.

"Tenia que defender el buque" - arguye Alekseyev dando un paso hacia el..

"¡El buque se defiende solo, idiota!" - grita Engel a Alekseyev por sobre su hombro, para luego volverse a Sergetov. "Yuri Ivanovich, ahora hay que montar otra operación de reconocimiento."

"Petición denegada. La Spacy acaba de decirnos que nos mantengamos a la espera de nuevas ordenes" - dice Sergetov.

"Esto no puede estar pasando. Siempre atacan, y en lugar de seguirlos..." - Engel arguyo molesto, golpeando con la palma de las manos en el cristal luminado de la mesa.

"No te preocupas por la seguridad de los míos y por tu culpa murieron todos estos buenos hombre y mujeres. ¡Y ahora te molestas porque sus vidas no valían nada para ti!"

"Corrieron un riesgo, apostaron sus vidas y perdieron, ninguna muerte se justifica, pero estamos en guerra. Entiendo que no tenga hijos y no quiera defender lo que queda del mundo para ellos, pero a mi si me vale y haré lo que sea necesario para cumplir con eso."

"Pues te equivocas, tengo un hijo y entiendo..."

"Con que si. ¿Entonces usted y su mujercita quemada entienden?"

Eso fue suficiente. Engel no a terminado de hablar, cuando Alekseyev le empuja por el hombro, para luego agarrarlo por el cuello de la camisa y empujarlo contra el manparo.

"¡Alekseyev!" - llama el Almirante.

Nikolái suelta a Gennadi. Engel trata de controlarse, cuando siente un dolor intenso en su brazo que casi le llega a los huesos. Acomoda el cuello de su camisa para luego continuar hablando.

"Yuri, ¿Para cuando dice el cuartel general que tomaran una decisión?"

"Dicen que para las próximas horas."

Engel mira el reloj en la pared, son las 3.56 pm.

"Cuando nos den luz verde, ¿cuanto tiempo tomara armar los P-700?"

"Diez minutos en la preparación preliminar, dos o tres para configuración de vuelo. Mas rápido no podemos."

Engel se rasca la herida por encima del vendaje, pero deja de hacerlo cuando al solo tocarla, siente una fugaz punzada que le llega a la espalda.

"O sea, que como mínimo tenemos doce minutos para un ataque."

Engel despliega de golpe sobre la mesa un mapa de la zona. Con un compás mide la distancia entre el portaviones y algún lugar entre la selva.

"Otros doce... o mas minutos para llegar al objetivo. ¡Casi media hora!". - exclama luego de golpear la mesa con el compás en la mano. "Creo que seria prudente empezar la preparación preliminar de una vez."

"Eso se salta los procedimientos operativos de seguridad."

"¡¿Y que demonios importa?!"

"Señor, confirmar contacto de radar en dirección 248" - informa quedamente un oficial.

"¿En cuanto tiempo estarán aquí?" - pregunta el Almirante.

"Se estima que estarán sobre nosotros en cinco minutos, señor."

"Llamen a alerta de combate en el sector 2 y 4" - ordena Sergetov. "Que todos los escuadrones en la nave se preparen para despegar."

"Todos no. Que por alguna maldita vez alguien se dedique a ver de donde viene" - pide Engel.

"Gennadi, me vas a perdonar, pero no te voy a permitir que me hables así. Te pido un poco mas de respeto."

"Esta bien, discúlpame Yuri. Entonces yo mismo lo haré."

 

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En el hangar del portaviones, la actividad es frenética. El personal de vuelo esta trabajando lo mas rápido posible, asumiendo la difícil tarea de montar objetos letales en los aviones.

En un sector del hangar, unos seis aviones están siendo armados. Los equipos arman los paquetes de mísiles AMM-1 en todos ellos. Casi al terminar llega otro equipo de técnicos. Cuatro mísiles RMS son llevados en carretillas hasta debajo de dos aviones, elevados cuidadosamente por medio de un brazo cargador y amarrados en su sitio.

En ese momento llegan corriendo un seis pilotos, llevando cada uno un casco en mano.

"¿Que demonios es eso?" - pregunta Ramírez al ver los dos desgarbados mísiles colgando en cada ala de su Valkyrie.

 

"Vas a una misión de ataque" - contesta el jefe de línea mientras se quita del medio al salir uno de sus asistentes empujando la carretilla vacía.

"Pero... ni siquiera me han dicho nada. ¿Quien es el responsable?"

"Teniente, ustedes se vienen conmigo" - dice alguien a sus espaldas.

"¿Y quien demonios es usted?" - pregunta despectivamente la chica, sin impórtale mucho quien sea ese tipo.

"¡Soy el Mayor Engel y estoy al mando!". – anuncia mas molesto que nunca si se puede y con la misma energía que si hubiera sido una orden de Dios.

 

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Parece que todos los cazas Zentraedi en el Amazonas salieron a recibirles. Alekseyev no sabe quienes están cayendo mas rápido, si los suyos o los enemigos.

Aunque olvida eso y se cuida de no ser asesinado.

Arriba en el cielo, mira por el espejo como los Pods ponen rumbo hacia la costa y sin llamar a nadie, se lanza en picada para seguirles.

 

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Engel en su Valkyrie esta siendo enganchado en la catapulta, luego de que el Valkyrie de Ramírez despegase.

De pronto el Mayor reacciona y gira la cabeza hacia su derecha.

Allí un punto rojo grisáceo aproximándose directamente hacia el, haciéndole ignorar al Valkyrie que acaba de despegar, y que es ametrallado por el Glaug que viene acercándose a toda velocidad, volviéndolo una bola de fuego. Por suerte los dos mísiles de reacción no estallan, cayendo en el mar con los restos del aparato.

"¡NO!"

En pánico Engel pasa instintivamente a modalidad Gerwalk, forcejeando por unos eternos segundos con el reten que aprisionaba la rueda delantera. Al soltarse, se quita de allí para evitar que lo maten.

El Glaug pasa volando sobre la cubierta, alejándose lo mas posible, para hacer un giro para regresar por el otro lado. Cuando se vuelve hacia el portaviones, dispara dos mísiles, antes de elevarse y evitar por poco la cubierta.

Los dos mísiles, con un segundo de diferencia entre uno y otro, hacen impacto, uno en la esquina de popa de la cubierta de vuelo, del lado de babor, y el otro vuela sobre la cubierta dando justo en la parte de proa, en el lado mas angulado de la proa en esquí donde terminan las catapultas.

 

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Takeda cae y se golpea contra una de las consolas de radar. Desde el suelo ve una pared de llamas, luego llegan a ella gritos y el estruendo de una explosión. El mamparo posterior del CIC ya no existe. El único pensamiento de Hikari es el de huir. Empieza a ir hacia la puerta de la escalera, pero al abrirla, se encuentra con mas fuego, y en el suelo, justo delante de la escalera destrozada, ve un cuerpo decapitado...

Tambalearte corre horrorizada de regreso al CIC, hacia la puerta estanca del fondo para luego correr hacia estribor. Los sistemas contra incendio empiezan a funcionar, mojando todo con una lluvia de agua salada.

Por fin sale a la pasarela de la cubierta de vuelo. Uno de los marinos apunta una manguera justo hacia ella, casi haciéndole caer por la borda.

"¡Fuego en el CIC!" - logra jadear la Capitán.

"¡Donde no hay!" - grita el marinero.

Takeda cae de rodillas sobre la cubierta. Mira hacia arriba, para ver el cielo lleno de trazas de humo negro. A la vez que que un par de siniestras nubes se elevan del buque.

"¡Quítese de allí, imbécil!" - le grita uno de los hombres que combaten el fuego.

Otras personas salen de la pasarela.

"Hikari, ¿estas bien?"

Es Orlov, con la camisa desgarrada y el pecho ensangrentado por un par de heridas, siendo llevado en brazos por dos asistentes de cubierta, que están ayudando a sacar a los heridos.

"Si."

Sin decir mas, Hikari sube torpemente de un salto a la cubierta de vuelo. La cubierta esta llena de espuma contra incendio y resbaladiza. Hikari cae varias veces en su carrera por llegar a la torre, llegando al puente en menos de un minuto.

"¿Donde esta el Almirante?" - pregunta el oficial ejecutivo, el Capitán de Navío Schöeder, tan pronto entra ella al puente.

"No lo sé, hay muchos incendios allí abajo... muchos heridos y muertos" - responde sin aliento.

"Uno de los mísiles golpeo muy cerca de ustedes."

Todos se sobresaltan al escuchar un rugido en el cielo. Takeda corre hacia la ventana.

 

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El Glaug viene de regreso, quizás con la intención de destruir directamente la inmensa torre del portaviones.

"¡Quamzin!" - murmura Engel.

Sin pensarlo, tira de la palanca para alcanzarlo. Dispara directamente sobre la cabina del Glaug. Los disparos que le alcanzan en ángulo y rebotan en la caperuza, pero el impacto es suficiente para hacerle caer sobre la cubierta a la altura de las catapultas, rebotando varias veces a lo largo de ella, para enredarse en los cables de apontaje.

Engel dispara de nuevo, pero sus tiros solo golpean la cubierta. En ese momento, los pocos Pod que quedan deben de haber recibido una señal de retirada, ya que pasan del ataque al repliegue. Los que logran desembarazarse del combate ponen rumbo rápidamente hacia la costa.

En la cubierta, el Glaug trata de romper los cables, mientras Engel se aproxima. Al ultimo momento, cuando Engel esta por caer sobre él en modalidad Gerwalk, el Glaug se suelta, haciendo que el Mayor caiga inútilmente sobre el buque.

El Glaug se lanza a toda velocidad, evitando al caza de Engel, que sigue detrás de el, disparando. Esquiva los disparos, mientras desciende para volar casi a ras de las olas. Vuela bajo, maniobrando con la esperanza de hacer estrellar a su perseguidor.

Engel dispara cortas ráfagas, fallándolas todas. Justo en ese instante, la silueta blanca del Valkyrie de Alekseyev aparece ante su vista. Se mete en el camino entre él y Quamzin.

"¡Alekseyev!" - exclama Engel, soltando el gatillo justo cuando la mira pasa de amarillo a verde.

"Lo siento Mayor, déjemelo a mi."

"¡Cállese y quítese de mi camino! ¡Y usted Teniente, no se pierda que la voy a necesitar!" - exclama Engel a Alekseyev y Ramírez, quien va detrás.

El Glaug se lanza en una curva cerrada, mientras Alekseyev continua detrás. Pero Engel se concentra en el Valkyrie del Comandante, sin dejar de tenerlo en la mira.

"Comandante, Mayor... Blietkrieg 23, se les recomienda que regresen" - escucha Alekseyev en su radio.

No responde, tratando de acelerar, acercándose mas a su presa, con solo 11 balas en su cañón no quiere fallar...

"Escuchó Alekseyev, regrese" - chilla Engel.

Esta a punto de acercarse lo suficiente...

"Quítese de mi camino, o si no..."

"¿O si no que? ¿Me dispararas igual que a Polina?" - estalla el Comándate.

Engel se queda callado, tratando de seguir el paso a los dos.

"No te basta habernos hecho sufrir, sino que lo harás de nuevo ¿Verdad?"

Por un momento, Engel se ve en la cabina de ese Su-27, apuntando a otro avión igual al suyo. En un giro tan vertiginoso, que los mismos bordes de su visión se ven borrosos, pero teniendo todo detalle del centro. Una ráfaga de disparos golpea el otro Su-27, arrancándole parte del ala y haciéndole caer del cielo envuelto en llamas...

"Si es necesario lo haré..."

Alekseyev aprieta con fuerza la palanca de gases, mordiéndose los labios hasta sangrar.

"Así que, Mayor... todo es realmente cierto, ¿verdad? respóndame."

 

Ramírez viene justo detrás de los otros dos Valkyries, y escucha nada mas por la radio cuando ve que Engel lanza una corta ráfaga, que casi golpea por poco al caza de su Comandante. En un segundo, El Glaug que viene delante, cae de golpe en picada, volteándose y disparando contra sus perseguidores.

Alekseyev recibe varios tiros en un ala, mientras él de Engel solo desciende, esquivando los disparos, pero que Ramírez no puede evitar, y los recibe todos. Con la costa a la vista, la desafortunada chica tira de la palanca de expulsión, saliendo disparada de la cabina.

Mientras cae en paracaídas, ve como los tres se elevan para quedar por encima de las montañas.

 

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El incendio en el Ul'yanovsk a quedado casi extinto. Debido a la dotación de Valkyries del buque, no es necesario llevar millones de litros de combustible, reduciéndose al máximo del necesario para los pocos aviones convencionales embarcados. Pero aun así, el material inflamable, sobre todo en la cubierta media, se incendia.

La nave se encuentra marchando en rumbo general norte, a los veinte nudos que le permiten sus maquinas.

"¿Tenemos alguna comunicación?" - pregunta el oficial ejecutivo Schöeder.

"Enviamos una señal de máxima prioridad al mando central, pero aun no han respondido" - responde un Teniente, a cargo del improvisado centro de control.

"¿Tiene noticias del Almirante?" - pregunta luego a otro oficial, este solo le responde meneando la cabeza.

"¿No podemos hacer nada?" - pregunta Takeda.

"El Vulcan ya a dado la vuelta y ya se encuentra navegando para acá, de todas formas, los escuadrones de apoyo estarán aquí en cualquier momento. Los otros portaviones están ocupados siguiendo a las fuerzas que se están replegando. Parece que su ultimo ataque fue una forma de cubrir una retirada aun mayor."

"¿Que quiere decir?"

"Nos acaban de comunicar que todos nuestros portaviones sufrieron varios ataques, el mando central de la Spacy debe de estar reunido para decidir que hacer."

"¿Que hará usted?"

"Voy a reorganizar el ala aérea, y esperar instrucciones. Es lo único que podemos hacer por el momento."

 

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El Glaug cae pesadamente, escondiéndose en medio de la selva. Se queda agazapado, con la esperanza de perder a su perseguidor. Sus cañones se han sobrecalentado, tiene que dejar que se enfríen para poder dar combate contra su enemigo.

Se vuelve para acurrucarse mas y poder apuntar hacia arriba, para disparar a los Valkyries apenas aparezcan. Al ver cruzar a uno, dispara, dándole en una de las alas, viendo como cae perdiéndose en la selva, pero sin explosión, por lo que deduce que no a muerto. Se posiciona para esperarlo.

Mientras continua esperando, es golpeado de lado por el Valkyrie de Engel, que surge como de la nada, aun con su ala humeante. El Glaug logra responder lanzando un golpe con uno de sus brazos. Engel levanta el fusil para dispararle, pero el Glaug alza su brazo y lo golpea, haciendo que su fusil se levante disparando. Sus disparos barren en un arco entre el cielo y contra la selva. Cuando lo equilibra los tiros se pierden entre los árboles y algunos dan contra el Glaug.

Este ultimo queda totalmente aturdido, tiempo que aprovecha Engel para lanzarse contra el.

"Al fin te tengo" - dice a la vez que da unos cuantos disparos mas a quemarropa en algunos lugares del Pod de combate.

En pocos minutos este se queda inmóvil. Frenético, el Valkyrie de Engel forcejea para levantar la cúpula del Glaug. Sin esfuerzo esta se levanta, revelando su ocupante...

... un Zentraedi con el rostro parcialmente opacado por el cristal de su casco. Se ve realmente indefenso, a pesar de vestir su fuerte traje de vuelo. Inmediatamente Engel se da cuenta. No es Quamzin. Nunca en su vida se tomara la molestia de averiguar que ese es el Tercer Oficial de las fuerzas de Quamzin, Gerao.

Lleno de ira por su equivocación, Engel gira el fusil para tomarlo por la culata y empieza a arremeter a golpes al Zentraedi. Con el primer golpe logra romperle el casco, mientras que con lo siguiente logra reducirle el cráneo en fragmentos.

Empuñando el ensangrentado fusil, pasa a modalidad Gerwalk para elevarse unos cuantos metros en el aire por encima de los árboles. Su radar muestra unos cuantos contactos lejanos, puede ver a los Pods de combate congregarse en un lugar. A localizado la base Zentraedi.

Empieza a volar en círculos para buscar a Alekseyev. Venia detrás de el y se había metido entre los árboles para buscar al Zentraedi. Apenas se levanta mas alto lo ve. Esta a unas decenas de metros del lugar donde dejo a Gerao, precisamente en el lugar al que se fueron sus balas perdidas...

 

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Todos los Valkyries sobrevivientes se posan en la cubierta de vuelo en configuración Gerwalk. El Glaug de Gerao y después el Valkyrie de Engel arruinaron no solo los cables de apontaje, sino las catapultas y magullaron la pista de manera que los aterrizajes convencionales serian poco menos que imposibles.

Cuando llega el ultimo de los Valkyries, aparece el de Engel, posándose al lado de la torres. Apenas lo apaga, Engel salta de la cabina, corriendo hacia el puente.

"Necesitamos iniciar el ataque cuanto antes" - dice apenas entra entra.

"Me temo que eso será imposible" - dice Schöeder.

"Claro que si, tengo las coordenadas."

"Creo que debo explicarle Mayor..."

"No, no necesito explicaciones de que aun no tenemos ordenes del alto mando. Ello no están aquí y tenemos a todos los Zentraedi juntos en una sola canasta..."

"¡CÁLLESE!" - grita Schöeder, haciendo que Engel se quede callado. "El Almirante esta gravemente herido en la enfermería y el tiene las claves de lanzamiento. Los mísiles están armados y listos, pero hace falta sus claves para configurarlos. Además, el CIC esta totalmente destruido, y allí estaban los cuadros de mando de los mísiles."

"¡Maldita sea! ¿Donde esta Orlov?"

"En la enfermería, no podrá ayudar tampoco."

"Vi un impacto en la proa. Si llego a preguntar si podemos dispararlos y me dicen que no... lo golpeare."

"Los mísiles no sufrieron daño, la Comandante Kovaleskaya ya informo que están en excelentes condiciones."

"Bien, los vamos a disparar desde los silos."

"¿Como va a hacerlo?"

"Eso no le importa."

"Mayor, no puedo permitirle hacer esto, la Spacy..."

"En la Spacy son unos inútiles burócratas. Así que quédese aquí, defiende al buque mientras armo los mísiles. Sabe que es lo correcto, así que me voy."

Luego de decir esto, Engel sale del puente.

 

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En la selva, todos los Pods Regult, cazas Gnerl y las demás armaduras de combate empezaron a ingresar por las plataformas de carga de la nave de Quamzin.

Algunos de los pilotos Zentraedi han venido de puntos tan lejanos al sur como el Mato Grosso del sur o la orillas del río Paraná.

Ordenadamente, los casi dos centenares de vehículos embarcan rápidamente en el buque de Quamzin, prácticamente el único que queda de su flota de ataque, y que ha sido completamente restaurada, luego de una lenta y torpe operación de reparación.

Quamzin se encuentra extasiado al ver que al fin lograra salir de este planeta. Se da cuenta de la perdida de Gerao al no llegar este con el grupo de ataque. No le importa mucho.

 

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En la sala de mísiles del Ul'yanovsk, los técnicos trabajan bajo presión. Kovaleskaya mira fijamente a Engel y otros dos técnicos reclinados contra el tubo de uno de los mísiles. Uno de ellos sostiene una lámpara de trabajo, que era poco mas que una bombilla eléctrica en un portalámparas metálico, protegida por una malla de alambre. En el tubo del misil hay una bastante gruesa portezuela con algunos pesados pestillos que llega a otra abierta en el propio cuerpo del misil.

"Quiero que los armen directamente y carguen las coordenadas en la computadora de orientación" - explica Engel, para luego apartarse del misil.

"¿Que estas haciendo? ¿Tratas de lanzarlos directamente?" - pregunta Kovaleskaya.

"Si, los seguros especiales. Podemos quitarlos para que el oficial de mísiles los arme directamente. Pero por una maldita razón va a tomar mucho tiempo."

"¿Estas seguro?" - pregunta bastante preocupada.

"Claro que si" - responde con una media sonrisa. "Que también armen los mísiles 1, 2 y 12."

"Esos tiene ojivas de 275..."

"Creo que no debo dar mas explicaciones, Haida."

"Si es una orden..."

"Si lo quieres, lo haré. Además quiero que alguien cierre esas esclusas" - dice, señalando las dos puertas que dan acceso a la sala.

"¿Por que?"

"Creo que eso a quedado claro."

 

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"Señor, tenemos comunicación del mano central" - informa un oficial.

"Imprímalo" - pide Schöeder.

"Es una señal de audio. Se lo pasare."

El Oficial Ejecutivo toma el auricular mas cercano.

"Capitán Schöeder al habla."

"Capitán, le habla el Almirante Gloval. Necesito hablar urgentemente con Sergetov."

"El Almirante se encuentra herido en la enfermería, señor. Me encuentro al mando ahora."

"Quiero que me pase entonces al Mayor Engel."

"Señor, el se encuentra en este momento preparando el P-700 para el lanzamiento."

"No, dígale que no lo haga. Que aborte la misión. Ahora... mejor comuníquemelo."

 

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Kovaleskaya es quien agarra el auricular del manparo.

"Gennadi, para ti" - dice tendiéndoselo.

"¿Si?"

"Mayor Engel, le habla el Almirante Gloval."

"En hora buena señor. Estoy preparando la ofensiva. Tengo localizados a Quamzin y disparare los P-700 como lo planeamos."

"Negativo, Mayor. Tenemos razones para suponer que despegan rumbo al espacio."

"¿Dejarlos escapar?"

"Necesitamos un gesto de buena fe. Podemos dejarle ir ahora. Los otros Zentraedis rebeldes sabrán que les dejamos una salida para una solución pacifica a esta guerra de guerrillas. Darles una posibilidad de salvación."

"Con el debido respeto señor, es una ingenuidad. Tenemos la oportunidad de acabar con Quamzin. Este es un caso donde las ordenes no pueden ni deben ser ejecutadas. Se lo que hay que hacer y lo haré."

"¿Va a desobedecer mis ordenes Gennadi?"

"No las desobedezco. Aunque debo ejecutarlas, no debo hacerlo, porque tengo la oportunidad."

"Pero hay que darles opciones."

"Ya no mas. Por culpa de esas instrucciones han muerto miles de personas, si no millones. Cuando nos reunimos las instrucciones fueron claras, y las ordenes fueron explicadas. ¿Acaso lo olvida?"

Gloval da un gruñido. Engel se esta comportando de la misma manera que los Almirantes de la Spacy...

"No me hable de esa manera Mayor."

"Me dio el mando de esta operación, y cuando el comandante esta al frente no tiene que acatar las ordenes del alto mando..."

"Gennadi, deje sus clases de filosofía militar. El eliminarlos de esa manera no va regresar a la vida a todos los muertos. Ni siquiera la Mayor Nikolayev."

"Lamento mucho que lo interprete de esa manera, Almirante."

"Se necesita un motivo mejor para matar. Yo lo se. Yo he matado, quizás de la misma manera que usted quiere hacerlo. Si usted quiere matar a Quamzin, se puede hacer. Pero no apruebo que los mate a todos solo para liquidar a ese bastardo."

"Esto es una real perdida de tiempo."

"Gennadi, Usted..."

Engel no escucha mas. Le da un fuerte tirón al cable del auricular, desprendiéndolo, para luego dejar caer el auricular contra el suelo.

"Este cable es de mala calidad... ¿Cuanto tiempo?" - pregunta Engel acercándose a Kovaleskaya.

"Dales unos minutos mas."

"No hay unos minutos mas. Tienen tres minutos."

 

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"Señor, con el debido respeto, eso es lo que pasa cuando envían a fanáticos" - dice el Capitán Schöeder, a manera de despedida.

"¿Y bien?"

"Y bien señorita, su amigo quiere hacer una pequeña fogata con unos cuantos buenos centenares de kilotones, sin pararse a cumplir las ordenes."

Hikari no tiene nada que decir, solo se queda mirando al Capitán.

"Tenemos que evitar que dispare los mísiles" - termina de decir, mientras llama a uno de los comandantes del departamento de armas.

 

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"Haida, quiero que quites el seguro del disparador táctico" - pide Engel, señalando un panel cerrado en una consola ante ellos.

"Estas desobedeciendo ordenes."

"Lo que estoy es perdiendo tiempo. No voy a tener ninguna consideración contigo si no lo haces..."

"Vas a matarme. Entonces lo que decía Nikolái era cierto."

"No me vengas con eso."

"¡Dios! ¡Y de seguro mataste a Nikolái!"

"No he matado a nadie. Solo quiero terminar esta guerra. Así que por favor..." - explica Engel, tomándola del un brazo para acercarla al panel.

"Si vas a hacer esto, entonces no voy a detenerte, pero quiero que sepas que no estoy de acuerdo y que evado toda responsabilidad de lo que hagas."

"No me importa que la evadas. Al menos tengo la seguridad que ahora el trabajo será bien hecho."

La Comandante se acerca al panel, donde hay tres filas de doce luces y una ranura para insertar una llave debajo de cada una.

"Pon esto aquí" - dice Engel, dándole la llave de Sergetov.

Al hacerlo, las luces rojas empezaron a parpadear. Sobre la cubierta de vuelo, cuatro compuertas se abren dejando ver dentro de cada uno de los silos una pequeña cubierta de espuma plástica blanca que protege al misil de la humedad.

"Gracias Haida, ahora el disparador táctico."

Kovaleskaya se quedo mirando fijamente la pequeña cajita, asegurada por una cerradura de la cual, tiene la llave. Se sobresalta y se pone la mano sobre el pecho, cubriendo instintivamente la llave.

"No lo..."

Antes de que termine de hablar, Gennadi la hala del brazo, quitándole el mismo la llave. Abre la cajita, y con desesperación levanta la cubierta plástica transparente, dejando al descubierto un gran botón naranja.

"¿Mísiles listos?" - pregunta Engel al técnico.

"Listos."

"¿Aseguraron y comprobaron coordenadas?"

"Si... señor."

"¿Están bien cerradas las escotillas de inspección?"

"Si..."

"Fuego uno" - dice a la vez que pulsa el botón.

La sala de mísiles parece estremece cuando el P-700 del silo numero siete sale hacia arriba lanzado por una carga auxiliar de gas. Se eleva unos cuantos metros, y en una fracción de segundo, mientras se queda como suspendido por inercia en el aire, dos pequeñas alas se despliegan de sus costados, con el sonido de metal rozando contra metal. Cuando empieza a caer, su motor se enciende, y empieza a elevarse, colocándose en posición de vuelo horizontal, y empezar a seguir su programa de vuelo de evasión a baja altura...

"Fuego dos" - dice cuando vuelve a apretar el botón.

Pero esta vez no sucede nada.

"El numero dos no se ha disparado" - dice entre dientes Kovaleskaya.

"¿Porque?"

Pregunta Engel, segundos antes de que todas las luces de la sala de mísiles se apaguen, al igual que el panel delante de el. Las luces rojas de las lámparas se encienden bañándolo con una desagradable tonalidad alizarina.

 

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El P-700 empieza a volar siguiendo el contorno del suelo. Sus sistemas de guía y evasión están activos, en previsión de un posible ataque. Al salir de la zona selvática, desciende para quedar volando cerca del fondo del valle.

Lejano a todo esto, Quamzin se encuentra en el puente de su nave, mirando con una ligera sonrisa como su nave a cobrado vida otra vez. Al fin las reparaciones finalizaron. No hay nada que pueda detenerlo ahora.

Cuando la energía recorre una vez mas los sistemas, la antes inservible nave recobra su estado operativo. Los oscuros pasillos se iluminan de nuevo, mientras los cientos de paneles y dispositivos palpitan de nuevo con energía. Los generadores superdimensiónales empiezan a girar, ganando cada vez mas impulso.

Fuera, la tierra se estremece liberando a la nave que surge violentamente de su prisión subterránea. Lentamente primero, y luego con mas velocidad, la nave se levanta del suelo, dejando caer las cientos de toneladas de tierra que se acumulo sobre ella...

Una vez mas, Quamzin se encuentra armado y dispuesto a llevar a cabo su venganza. Destruir al Macross.

La nave avanza a la mayor velocidad que puede desarrollar dentro de la atmósfera, ya que su poco aerodinámico perfil evita que vuela a mas de dos o tres veces la velocidad del sonido. Vuela siguiendo el valle, dejando atrás el cráter y varios cascos destartalados de naves.

El P-700 continua volando rápido y bajo, llegando hasta la zona especificada. Justo antes de llegar, se eleva bruscamente hasta varios cientos de metros, y después lanzarse en un picado pronunciado. A solo metros del suelo, mas de un centenar de señales eléctricas convergieron en el mismo sitio dentro de la ojiva de combate de 'solo' 50 kilotones, desencadenando procesos físicos tan complejos que pocas personas en la tierra conocen en su totalidad.

La detonación toma por sorpresa a los Zentraedis en la nave, pero a varios kilómetros de distancia, la onda de choque solo logra estremecer ligeramente la nave.

A plena potencia y volando a baja altura rumbo al mar, destruirá el Macross primero y entonces regresara al espacio.

 

 

[Fin Capitulo 24]

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