fanfic_name = En la Tormenta

chapter = 18

author = Seferino Rengel

Rating = AP15

Type = Adventure

fanfic = Super Dimensional Fortress Macross: En la Tormenta

 

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PARTE 18: LA ETERNIDAD EN UN MOMENTO

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El Teniente Max Jenius hace un breve reconocimiento de su avión. Se acerca, revisando todos los sistemas externos en previsión de que nada este fuera de sitio. Aunque solo lo hace por el placer de hacerlo, porque numerosos técnicos se encuentran asegurándose que nada salga mal. Luego de una concienzuda revisión, sube a la cabina y el mismo se ajusta el cinturón de seguridad y cierra su casco, luego el nuevo caza variable empieza a moverse lentamente, para salir del hangar en donde permanece guardado. Con su inusual actitud de cabeza baja con la que el VF-4 se acomoda en su tren de aterrizaje, hace que la nariz apunte un poco hacia abajo, pero permitiendo una buena visión delantera.

Con los motores a baja potencia, el VF-4 rueda lentamente para salir del hangar, carreteando lentamente hacia la pista mientras el grupo de técnicos e ingenieros caminan a su lado, hasta que este finalmente entra en la larga pista principal. El cielo esta completamente despejado, a pesar de la repentina lluvia de la madrugada, pareciera a que las nubes se han despejado, para permitir que el caza realice su vuelo.

Hasta hace unos días, había volado el modelo prototipo, pero ahora es el turno del modelo de preserie. Pintado de un color blanco, el VF-4 es un caza muy estilizado, a pesar de los aparatosos montajes para las turbinas termonucleares. Inclusive, el paracaídas auxiliar, improvisadamente montado en la parte trasera del aparato, entre los dos timones en un contenedor rojizo, se ve bien en la estructura.

Al determinar la velocidad mínima de vuelo, y hacer otras maniobras, producen que las superficies de control del avión entren en la llamada 'sombra aerodinámica' esto ocurre cuando algunas partes del avión hacen de escudo e impiden que el aire llegue a una de las superficies de control, el piloto pierde el control sin posibilidad de recuperarlo. Los paracaídas tienen la función de, al desplegarse, modifican la velocidad o posición del avión, de tal forma que esa 'sombra' desaparezca y el piloto vuelva a tener control.

En el centro de control se encuentra la Capitán de la Fuerza Aérea Marina Bisyarina, vestida su impecable uniforme blanco con chaqueta maternal, sentada ante una de las ventanas observando atenta el avión con un par de binoculares. Del otro lado de la sala se encuentra el Dr. Takachihoff, uno de los padres del diseño del VF-1, sentado cómodamente ante una de las consolas. El Coronel Chris Takachihoff es un hombre mayor, ronda los 60 años, mas de la mitad de ellos los había pasado trabajando en diferentes cooperaciones aeronáuticas y espaciales hasta que finalmente llego directamente como jefe de proyecto en la Stonewell y al proyecto del caza variable.

Por suerte para él, se encontraba en la isla de Ataria Sur en el momento del ataque Zentraedi, hecho que posteriormente le permitió sobrevivir al holocausto y continuar con su trabajo. Un sujeto muy meticuloso, llevándose, nada mas para estudiarlos, los planos de los otros proyectos en los que colaboraba, resultando, ahora, los únicos bocetos de la siguiente generación de cazas.

En la pista el VF-4 inicia su carrera de despegue, logrando elevarse exactamente sobre la marca de los 180 metros, superando por casi cincuenta, la carrera en modalidad STOL del VF-1. El único otro avión con una marca de despegue corto era del F203, con 220 metros exactos. Max se siente presionado contra el asiento los primeros segundos, mientras eleva el avión, encontrándose en pocos segundos rebasando los cinco mil metros, y continuando. Finalmente se estabiliza a los 12 000.

Desde la misma pista que a abandonado, despegan uno detrás de otro, un par de Valkyrie, uno de ellos pilotado por Miria Jenius.

"Charlie Echo dos a Víctor Fox Cuatro, ¿me recibe?". - se escucha una voz por la radio.

"Aquí Víctor Fox Cuatro a Charlie Echo dos, lo recibo perfecto, cambio". - responde acusado.

Este vuelo es simplemente para evaluar los sistemas de control aerodinámico, las superficies de control y el desempeño atmosférico sin la utilización de los vernier.

En la sala de control, prácticamente todos los involucrados en el desarrollo del VF-4 se encuentran, muchos arremolinados sobre las consolas que arrojan multitud de datos, muchos de ellos pareciesen galimatías, mientras otros parecen de los superfluo. Se parece mucho al control de una nave espacial del siglo XX, donde se supervisa la actuación hasta de la ultima tuerca de la estructura. Por su parte, Marina se levanta y va hacia un grupo de consolas, que arrojan datos sobre el desempeño de las turbinas. Puede ver como el piloto incrementa, con pequeños toques, la potencia. Prácticamente lleva la potencia a un limite fijo y allí ajusta con pequeños toques.

Max desacelera con reducción del motor hasta MAX-DRY (máxima potencia sin postcombustión) y usando los flag hasta alcanzar mach 1.5, en ese momento pliega los flag y el caza mantiene su velocidad supersónica.

Antes de iniciar el descenso, Max realiza algunas maniobras acrobáticas simulando, contra los dos cazas escoltas, lo que podría ser un combate cerrado entre aviones de similares características. Los cambios de viraje y actitud se suceden a una velocidad endiablada siguiendo con precisión y rapidez las demandas del piloto.

Pasa a modalidad Gerwalk a esa velocidad, uno de los objetivos de la prueba, formando estelas de condensación en las partes menos aerodinámicas, zarandeándose un poco, mientras vira para esquivar al Valkyrie de Miria. Con solo dos palancas de mando, en vez de tres, Max ni siquiera debe quitar sus manos de las palancas al cambiar de modalidad, al contrario de Miria, que debe soltar la palanca central para poder utilizar la secundaria en modo Gerwalk.

Terminada la evaluación del comportamiento del avión en maniobras acrobáticas, Max aprovecha la oportunidad, rompiendo un poco el protocolo, de realizar un vuelo a baja altura con objeto de simular un ataque al suelo. Bajando un poco la potencia, empieza a realizar el descenso hasta quedar a menos de cincuenta metros del suelo. El avión parece poco sensible a las turbulencias, siempre existentes a baja cota.

Elige un cráter como objetivo para llevar a cabo el ataque simulado. A unos cientos de metros del blanco, gira la palanca pasando a modalidad Gerwalk, enfrentando brevemente la panza hacia el blanco, configuración que le permite, prácticamente cambiar de velocidad y dirección en segundos, mientras soltaría la carga de combate, que no esta incluida en esta misión.

Terminada la misión d ataque, inicia el regreso a la base. Pero mientras continua en modalidad Gerwalk, una de las turbinas se retrae a su configuración caza, no posicionándose completamente al encontrarse con al articulación del brazo derecho.

"¡CE-dos, tengo un problema!". – exclama Max mientras el caza se balancea hacia el laco del la turbina retraída y cabecea peligrosamente hacia el suelo.

Intenta mover la palanca de configuración, pero no pasa nada. Luego, corta los motores, y dispara los pequeños reactores de maniobra para equilibrarse. El VF-4 sale del cabeceo, levantando la nariz, pero aun continua el balanceo. Tira de la palanca auxiliar en el panel para soltar el paracaídas auxiliar, haciendo que reduzca el movimiento, pero al final, con el suelo a solo unas decenas de metros, tira de la anilla de rallas amarillas y negras entre sus piernas, el asiento sale disparado, rompiendo el patrón de corte en el cristal, lanzándolo hacia arriba mientras pequeños cohetes bajo el asiento tratan de dirigir el asiento hacia arriba.

En cambio el VF-4 se dirige en la dirección contraria, cayendo de nariz contra el pedregoso suelo. Es un tributo a los diseñadores que los tanques conteniendo 5000kg de combustible, no se hayan roto. El avión da varias volteretas en el suelo, soltando piezas, separándose una de las turbinas que rebota hasta dar contra una pequeña loma. Finalmente el avión se detiene de cabeza sobre el duro suelo, envuelto por una nube de polvo y humo que se disipa con lentitud en el suave viento.

"Envíen un equipo de búsqueda y recate al lugar. Los quiero allí, pero ya". – ordena el Teniente Coronel a cargo. Del otro lado de la base, un par de helicópteros Sea Sergeant se elevan rápidamente.

En él deserto, Max trata de desenredarse del paracaídas, quitándose también el casco que lanza hacia un lado, mientras a unos metros de allí, el Valkyrie de Miria se posa lentamente en modalidad Gerwalk.

 

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"¿Y ahora que es lo que se hará?"

Pregunta casi misma, aunque su pregunta no tiene nada que ver con el incidente del día. Es enteramente ignorante de él, pero esta sumida en sus propios asuntos, que no podían ser peores. Tener que luchar contra los Zentraedi restantes de las fuerzas de Quamzin era una cosa, pero ahora, con el robo de la cámara de micronizacion de Ciudad Trad... no puede ser peor. Internamente odia la decisión del Teniente Ichijo de dejarla allí, sin protección de ninguna clase, solo dejándose llevar por lo que los civiles deciden.

Los civiles creen que es un maldito juego. ¡Claro! Aman al ejercito cuando están en problema. Es como con los médicos, si el paciente se salva es gracias a Dios, pero si muere es por culpa del medico. A veces una malvada voz interior le pregunta si realmente valió la pena ganar la guerra...

Las patrullas de combate aéreo no pueden localizar donde se concentran las fuerzas enemigas. Los vuelos de reconocimiento no pueden adentrarse mucho dentro del territorio hostil, y no se cuentan con satélites de reconocimiento... al menos hasta que los de comunicaciones y navegación dejen de ser la prioridad.

En la sala de información del departamento de las Fuerzas de Pacificación, la Capitán Takeda mira una tras otras las fotografías de los vuelos de reconocimiento. Buscando signos de cualquier cosa. Algo muy difícil, contando los miles de cascos de cruceros Zentraedi que literalmente llovieron desde el cielo después de la guerra. Muchos de ellos son posibles escondrijos de armas.

En el basto desierto que es el mundo, son los únicos sitios lógicos para empezar la búsqueda, pero la Fuerza de Pacificación, aunque se les unan fuerzas de la Armada y la Fuerza Aérea, podrán cubrirlos todas. Aunque a veces se tienen éxitos, ya que se encontró un importante alijo de armas y vehículos en uno de esos cruceros, lamentablemente no pudieron encontrar a nadie, sobre todo por lo rumores de que era el escondite de Quamzin y Laplamiz.

Por el momento su trabajo es más burocrático que nunca, tratando de analizar los datos de las misiones de operaciones en el terreno. Aun esta en reserva un plan de reserva (en realidad es un comentario de un suboficial) de realizar ataques de precisión contra cada uno de los despojos de cruceros. Disparar antes y averiguar después. Era un plan lógico, y se disponía de los recursos y personal para llevarlo a cabo. Existían prácticamente tres armas para cada crucero...

El plan esta en reserva por las posibles repercusiones: muchas ciudades Zentraedi fueron construidas alrededor de muchos cruceros. Algo de esa naturaleza terminaría de destruir la confianza, ya debilitada, en las Fuerzas de Paz.

Cerca de las ciudades se encuentran bases de avanzadas de las Fuerzas de Pacificación mas que todo de la Armada con sus fuerzas terrestres. Muchas instalaciones han sufrido ataques a mano de los insurrectos, que parecen salidos de la nada y luego desvanecerse. Nade sabe nada de ellos. Y aun la decisión del Comodoro de ‘fuerza no letal’ solo esta costando la vida de cada vez más soldados humanos. Al ritmo que va, si las cosas siguen sin cambiar, para dentro de un par de años habrán mas Zentraedi que humanos sobre la tierra.

Antes de pensar en cualquier otra cosa, el teléfono junto en la mesa donde esta inclinada suena.

"Capitán Takeda". – dice para escuchar brevemente.

 

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"Quamzin he hecho un movimiento enteramente humano al tomar a Kaifun y Minmay de rehenes."

Dice el Mayor Engel, quien se encuentra en la sala de reuniones, junto al Comodoro Gloval y otros oficiales, luego de recibir una transmisión donde Quamzin Kravshera se adjudicaba claramente la autoría del secuestro de la famosa cantante y de su primo.

"Él demanda una nave de guerra... y uno tiene que preguntarse si él realmente esperaba que la demos una". – pregunta Takeda, sentada en el lado más alejado de la gran mesa.

"Yo digo que ese tipo esta jodido del coco". – dice muy serio otro oficial.

"¿Le parece eso un término militar? ¿Qué quiere decir exactamente ‘jodido del coco’, Teniente?". – pregunta otro.

"Comodoro, creo que entiende lo delicada de nuestra situación. Es la primera vez que secuestran a alguien, su conducta no tiene precedentes. No sabemos si cumplirán o no, si nos rendimos a sus demandas". – explica el Mayor.

Gloval hace un largo silencio mientras piensa en que responder a eso. Por su parte Engel continua con la mirada fija en el teclado donde Claudia termina de hacer algunas anotaciones.

"Lo entiendo. La acción a tomar es muy difícil."

"No estará en verdad pensando en cumplir sus exigencias. Entregarle un crucero a Quamzin, es el fin de todo, la locura completa". – exclama uno de los oficiales, quien en su exasperación, rompe el lápiz que sostiene entre sus manos.

"Teniente, no pude pasar por alto el hecho de que tiene en su poder a Kaifun y a Minmay". – aclara Claudia, que deja de mecanografiar.

"No". – dice dejándose caer sobre su silla.

"Si sedemos ¿qué garantiza que no utilizara esa nave contra nosotros?". – pregunta Engel, bajando su taza de café.

"Tiene razón Mayor. No tenemos garantías de su buena fe". – dice otro oficial.

"¿Una operación de rescate?". – pregunta el oficial del lápiz roto.

"Una cosa es cierta, es una situación muy delicada y requiere de nuestros mejores elementos". – expone el oficial de anteojos a su lado.

"Bueno... entonces creo que todos estarán de acuerdo en que utilicemos al Teniente Ichijo y su escuadrón para la operación."

 

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El escuadrón Skull el cuartel general a las afueras de Ciudad Macross. La reunión se hizo de una manera mas que precipitada. Takeda, como directora adjunta del departamento de Análisis se encuentra allí, aunque no aporta mucho, ya que se trata de una operación de rescate – algo que nunca hacia realizado - y no de ataque.

En misiones, el procedimiento militar estándar es conocido como SMESSCS: situación, misión, ejecución, servicio y soporte, comando, señal:

Situación: Información básica sobre la misión.

Misión: Descripción muy breve sobre la misión y sus objetivos.

Ejecución: La metodología. Él ‘como’ de la realización de la operación.

Servicio y soporte: Tareas adjuntas que ayuden a los efectivos a llevar a cabo su tarea.

Comando: Quienes dan las ordenes, o sea, la cadena de mando.

Señal: Comunicaciones.

"Viendo esto, pienso que hay una probabilidad menor al 30% de poder tener éxito". – dice un oficial luego de escuchar la explicación.

"Eso en mejor que ninguna. Podemos hacerlo, debemos rescatarlos con vida y eso es lo importante". – dice impertérrito Hikaru.

"Teniente, creo que su apreciación es demasiado optimista. Es una operación demasiado peligrosa. Creo que debería considerar las cosas desfavorables y el peor de los casos. Se pueden perder la vida de los civiles rehenes". – dice Takeda.

"No, debe resultar, estoy seguro". – dice Hikaru poniendo una mano en a mesa.

"Puede que este seguro que salga bien, pero no hay una certeza de que pueda salir enteramente bien. De todas formas, hay que considerar el peor de los casos. Hay que estar preparados en el caso de que los Zentraedi maten a los rehenes."

"Eso no sucederá."

"Teniente, los civiles rehenes están en una situación..."

"Usted escupe ‘civiles rehenes’ como si solo fueran alimañas...". – dice Hikaru, levantando la voz.

"Comodoro, creo que debería considerar su decisión". – dice Takeda, quien solo se a limitado a escuchar todo.

"¿A que se refiere?"

"Creo que las opiniones personales pueden hacer perder la objetividad de muchos en esta misión."

"Perdón, pero ¿puede decir me que quiere decir con eso?". – pregunta Hikaru, viéndose ofendido por ese comentario.

"Las cosas están claras". – se limita a decir.

Por supuesto, no hacían falta explicaciones. Para nadie es un secreto el tipo de relación que existe entre Hikaru Ichijo y Minmay Lynn.

"Me va a perdonar Capitána, pero usted es analista, ¿puede analizar eso?"

"¡¿Qué a dicho Teniente?!". – pregunta Hikari Takeda levantándose.

"Creo tener mejor experiencia que usted.". – responde Hikaru Ichijo levantándose.

"¡Oh! ¿En serio? Veras niño: he estado en el ejercito desde antes que tu supieras que era un avión. Así que por favor, déjate de payasadas y respeta la cadena de mando". – exclama la Capitán, dando un solo golpe a la mesa.

"Vera, Oh Takeda–sama, lo que cuenta no es la antigüedad ni el rango, sino la experiencia". – dice Hikaru adelantándose mas.

"No entiendo como el Comodoro piensa enviarle a esa misión". – Takeda levanta la voz.

"Y usted quiere lanzarles una bomba por la ventana."

"Aunque con los dos tenemos el cuarto bien iluminado y me gustaría ver cómo termina esto... ¿no tenemos algo más importante qué hacer? Estamos jugando fuera de tiempo, debemos realizar esta operación al cobijo de la oscuridad. La misión se hará tal como fue planeada". – dice Engel, hablando por primera vez, aunque internamente le da razón a Takeda.

«Si mueren, quizás les haga reaccionar» le dice una maliciosa voz en su cabeza. Es fácil despreciar una vida cuando no se le conoce.

Takeda se queda en silencio, asintiendo levemente.

"Buena suerte". – dice Takeda secamente, aunque, en realidad no se las deseaba. La suerte había dejado de tener un papel en la operación, algo que le parecía perfecto. Cuando uno planificaba las cosas bien, la suerte quedaba descartada.

Luego de esto, la reunión AACOM (Análisis Anterior al Combate) se da por terminada. Todo salen a sus puestos, menos Takeda, quien ni siquiera se levanta. Engel lo hace, pero se queda en la puerta, a la espera del Comodoro. Takeda se pone de pie, saliendo de la sala, saludando brevemente al salir.

"Señor, creo que hay algo de lo que debo hablarle". – dice el Mayor luego de quedar a solas.

 

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A Engel no le incumbía el resultado de la operación, de hecho, se había ido antes de que los pilotos salieran a cumplirla. Eso había sido poco después de media noche, cuando regreso a su casa. Marina ni siquiera lo había esperado, yéndose a dormir, tranquilamente.

Por alguna razón, la referencia a su hermana la a tenido algo molesta con él, aunque quizás tenga que ver con el comentario que le hizo: ‘Oye conejita, me encontré con tu hermana, la tipa tullida y tuerta que era piloto y me odia por ser héroe’. Lo había dicho en broma, pero a Marina no le hizo ninguna gracia.

Sin pensar en eso, Engel entra en la habitación, yendo brevemente en a su escritorio y sacar algunas cosas de una de las gavetas, volviendo a cerrar la puerta al salir. Deja cae delicadamente el laptop sobre la mesa de la sala, para sentarse ante ella y sacar varias cosas de su maletín. Se pone a leer muchos de los papeles que saca, aunque solo sea para matar el tiempo, porque no tiene sueño. Empieza a pensar en la breve charla con el Comodoro Gloval. Anoche había sido la perfecta oportunidad para ello, aunque a la final parecía que cedería, las cosas quedaron suspendidas indefinidamente. Mejor así, que cometer un error.

Pero antes de terminar de leer algo, se recuesta para ‘descansar los ojos’ para quedarse dormido.

 

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Estuvo en el cuartel hasta que se supo que la operación fue un éxito. Luego de terminar (a eso de las cuatro de la madrugada) decidió regresar, aunque sea brevemente, a su casa. Se acostó solo quitándose la chaqueta y los zapatos, dejándose caer en la cama. Allí estuvo hasta casi las nueve.

Se despertó sin recordar lo que había soñado, siempre es así. De todas formas, trata de desperezarse mientras trata de recordar el día anterior, o mejor dicho, el comienzo de este día. Aun media dormida camina hacia el baño, quitándose el uniforme, para toma una ducha.

Luego de terminar y estar completamente despierta, Takeda va a su habitación, donde empieza a sacar uno de sus uniformes, pero en eso se da cuenta que es sábado, y tiene el fin de semana libre.

Antes de hacer otra cosa, alguien toca a su puerta.

"¿Quién será?". – se pregunta mientras se quita la toalla que la envuelve y se viste rápidamente.

Si fuera algo de la base, le hubieran llamado por teléfono, pero este no a sonado. Camina por la despejada sala para llegarse a la puerta, encontrándose del otro lado a Engel, quien por una vez esta vistiendo de civil. De su lado, la pequeña Nadeshiko salta para abrazarle con fuerza.

"Buenos días Hikki, espero no molestarte". – dice Engel luego de que Nadeshiko ha soltado a Hikari.

"Oh... no... no podía ser de otra forma. Pasa por favor."

"¡Que bueno! Así que vamos a comer. Dime, ¿cómo fue todo anoche? Me vine temprano y no he hablado con nadie para ver que paso."

"Nada, que al parecer todo salió como debía, aunque parece que el 'jefe' de la operación decidió que era más importante traer todo el escuadrón a la base, en lugar de perseguir a Quamzin."

"Si, por supuesto escapo el bastardo hijo de..."

"Gennadi...". – interrumpe, señalando a Nadeshiko, que esta en la sala, jugando con el control remoto de su televisor. "Que broma, y ahora estamos en las mismas de antes. Sin saber a donde fue... aunque dicen que se fue a Sudamérica. Allí si que será imposible encontrarlo."

"Bueno, nada como un buen desayuno. Por favor, no me hagas caso y come". – dice mientras ella empieza a hacerse el desayuno.

Engel se sienta ante la pequeña mesa de la cocina, quitándose la gorra, y al acomodarse el cabello para pasarse los dedos por una cicatriz que tiene en la frente.

"¿Qué te paso ahí?". – pregunta ella. Es una pregunta que ha estado por hacerle.

"¿Qué?... ha esta... sí, un accidente en el departamento de armas. Nos mandaron varias... armas Zentraedi para analizarlas, y había una que era... digamos, algo delicada."

"No me digas que les exploto en la cara."

"Algo como explotar no, solo que, bueno, hubiera explotado si no se me hubiera ocurrido jalar de unos cables, solo que cuando levante una tapa para alcanzarlos, la puerta me dio en la frente y me corto en el brazo."

"¿Ese es un día típico?". – pregunta risueña.

"Mas o menos."

"Y eso que andas por allí."

"Paseando, aunque realmente venia a hacer una proporción."

"Debe de ser algo muy bueno si realmente vienes a verme". – comenta ella mientras muerde una rodaja de pan.

 

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Marina se había levantado tarde, aunque ha sido así a partir de hoy, ya que le falta poquito mas de un mes para el gran día, que es mas o menos para el 20 de enero, y le han obligado a tomar su permiso prenatal. Aun así, Marina continua trabajando desde casa, enviando y recibiendo por correo electrónico informaciones sobre su trabajo.

Después de desayunar se ha puesto a trabajar, leyendo muchas de las informaciones sobre las turbinas del VF-4 y datos sobre las fallas que han ocurrido en varios modelos de preserie. Mas que todo del incidente de ayer, del que aun no se a evaluado la causa, aunque muchos culpan al software del sistema del control.

Los cazas variables tienen una serie de programas, donde dependiendo de la posición de los controles, el caza adopta diferentes posturas, dependientes de las diferentes modalidades que adopte. Por ejemplo, correr, agacharse, lanzarse a tierra, lanzar puñetazos. Todo dependiendo de las palancas, los pedales y los sistemas de láser infrarrojo que siguen la mirada del piloto. Ya paso una vez, donde una línea de código había hecho caer a tierra aun par de Valkyrie y en un caso, había matado al piloto. Muchas de las pruebas realizadas tiene que ver con la calibración de esas posturas, grabando cada vez un nuevo juego de posturas, que a la final, serian adaptadas a la producción en serie.

Pero ese campo no tiene que ver con Marina, ella se encarga de los motores y su eficiencia, y es raro, porque ella ni siquiera se ensucia las manos ni debe llegar a tocar un motor para verificarlo. Simplemente se sienta ante los tableros de dibujo y hace pequeñas variaciones en los cálculos.

Se aparta por un momento de su computadora, acomodándose un poco en la silla. La niña – aun no han elegido un nombre – de nuevo esta dando pataditas. A veces le da tan duro que le duele, sobre todo porque, según su ultima revisión, la bebe esta de cabeza y parece que no le gusta que ella este sentada. Y a veces en las noches Marina tiene que moverse hasta encontrar la postura que mas le agrade a la bebe, y luego tratar de ni siquiera moverse.

Por alguna razón voltea la vista y hacia a puerta, y justo en ese momento, alguien toca el timbre. Sonríe por un momento, pensando en la casualidad, pero espera un momento mas antes de levantarse e ir a abrir. Al abrir no puede ver lo que sus ojos le muestran.

"Hace mucho tiempo que no te veo, Marina. ¿Me extrañaste?". – dice Polina abrazando a su hermana menor con su brazo bueno.

"Pensé que nunca te vería de nuevo, Polina, hermanita...". – dice Marina, devolviendo el abrazo y dándole un bese en la mejilla.

"Bien, admito que el sentimiento era mutuo. Mira como te has puesto". – Polina se aparta un poco para mirarla mejor. "Así que seré tía."

"Así es, creo que ya Gennadi te lo dijo."

"Ah si... me lo encontré el mes pasado."

"Por favor Polia, pasa, pasa". – Marina la invita a pasar.

"Veo que ya eres una mujer de familia. No me lo hubiera imaginado ni un momento. Pensé que seguirías siendo una académica o algo por el estilo."

"Lo sigo siendo, solo que con esto, me han dado permiso."

Polina sonríe mientras ve como su hermana menor acaricia cariñosamente su vientre.

"Dime Polia, ¿Cómo estas? ¿Qué haces aquí? ¿Cómo esta el viejo Aliosha?"

"Oye, una pregunta a la vez que no soy una maquina...". – Polina sonríe mientras tantea con una mano el vientre de su hermana. "¿Para cuando nace?"

"Finales del mes que viene, como para el 20."

"Oh, que precisa. De seguro hasta sabrás el día que la hiciste. Pero bien. Estoy aquí en misión oficial, una semana. El viejo Aliosha iba a venir, pero parece que tiene muchos asuntos que resolver."

Mientras habla, Polina acomoda su mano izquierda sobre su regazo, ayudándose con su derecha para ponerla en buen sitio. Lo hace de una manera que le haría pensar a cualquiera, que su brazo esta totalmente muerte. En parte es así.

"¿Y tu? Dime como te va."

"Nada nuevo. Lo mismo de siempre, a todo él ejercito le a tocado ponerse a trabajar con los chicos del Sluzhba (me refiero a la SVR) pero no importa si nos ayudan."

"Veo que sigues en la misma línea..."

"¿Dónde esta el que se hace llamar tu esposo?"

"Salió temprano. Parece que quiere aprovechar su fin de semana."

"Me cuesta trabajo pensar que al final que hayas casado con él". – dice Polina casi susurrando, mirando el vientre de su hermana. "Menos que vayas a tener un bebe suyo."

"Él es un buen hombre. Aunque a veces es demasiado necio en sus maneras."

"Son esas maneras las que me molestan. Pero ya eres adulta y no puedo meterme en tu vida. Pero cuéntame, ¿qué has hecho en estos años, a parte de ser esposa y ama de casa?"

"Eso de ama de casa nada, sigo trabajando."

"¿Por qué no escribiste? ¿O llamaste? Sabes donde estamos". – dice Polina, acomodándose en el sofá.

"... Estaba fuera durante mucho tiempo para eso, Polina. Estaba muy ocupada...". – se excusa Marina.

"¿Tan ocupada como para ver si no nos habíamos muerto?. – pregunta calladamente Polina.

"¡Espera! Eso no es justo."

"Jugando a la familia. ¿Sabes la falta que hace gente como tu allá arriba?". – pregunta Polina, levantándose del sofá y caminando hacia la ventana.

"¿Acaso quieres que regrese?"

"No seria una mala idea". – dice mirando hacia la casa de al lado. Levanta un poco más la cortina para tener una mejor visión.

"Soy feliz aquí, no creo tener nada mas que buscar en otra parte."

"Por favor, me cuesta creer que seas feliz aquí, sobre todo con él. Quiero que me digas la verdad."

"Gennadi no es el marido modelo, pero soy muy feliz con él. ¿Es lo que quieres que te diga?"

Polina no contesta mientras mira como unos fugaces copos de nieve caen desde el cielo y descansar sobre la tierra.

"No lo es, pero papá y yo te amamos y no queremos ver que arruines tu vida."

"Jamás te has detenido a considerar lo que opino. Gennadi es una persona responsable, ya no es el joven Capitán que conocí hacia en Rusia."

"Quizás no, pero aun sigue siendo un traidor". – dice Polina, siseando la ultima palabra.

"¿Traidor a que?"

"A la Rodina, a sus compañeros, a sí mismo incluso. Si no fuera por él, nos hubiéramos encargado mas efectivamente de esta guerra..."

"¿Cómo puedes hablar así? No sé a quien le sigue importando toda esa basura."

"Por favor, dejemos el tema aparte, solo he venido a visitar mi hermana menor, no ha discutir sobre tu esposo."

"Pues él es parte de mí ahora, sino te has dado cuenta."

"Hacer un niño es fácil, lo difícil viene después". – comenta Polina calladamente.

"¡Solo porque tu vida amorosa apesta, no significa que me vaya a pasar lo mismo!". – dice molesta Marina.

Polina no replica, solo tiene la vista fija en un lugar de la calle unos momentos. Se aleja de la ventana, hasta estar de pie delante de su hermana, aun sentada en el sofá.

"Me tengo que ir, te dejo trabajar. No quiero que tu marido me encuentre aquí, de todas formas tengo que entrarme con alguien."

"Espero que no te hayas molestado por lo que dije. Discúlpame."

"No te preocupes, en parte tienes razón y no lo lamentes."

"¿Cuándo regresas?"

"Espero no haberte molestado con lo que dije... no lo sé, de todas formas, te puedo llamar. Sinceramente no quiero encontrarme con tu marido."

Luego de eso, Polina se pone su boina azul muy delicadamente, luego su brazo izquierdo, estirándolo con algo de dificultad.

"¿Te sigue doliendo?". – pregunta Marina, mientras su hermana mantiene estirado su brazo hacia delante moviendo difícilmente sus dedos de la mano enguantada.

"Me he acostumbrado". - Polina acomoda la manga de su uniforme y luego vuelve a doblar el brazo y meter la mano en el bolsillo.

"¿Qué te han dicho los médicos de ese brazo?"

"Lo mismo de siempre. Después te lo cuento."

"¿No te quedaras a esperar a Gennadi?. Estoy segura que..."

"Preferiría no verlo... al menos por el momento. Quizás después,

cuando todo se calme. Me voy. Cuídate, le diré a nuestro padre que eres feliz y que dentro de poco tendrá una nieta". – Polina le pone la mano en el cabello, acariciándoselo por unos instantes, par luego dirigirse a la puerta y salir.

En la calle, Bisyarina da una ojeada rápida a su derecha, viendo como los vecinos, los Jenius, salen de su casa. A su izquierda, el Macross puede verse de perfil, iluminado brillantemente por el sol de la tarde. Uno que otro ocasional caza que sobrevuela el cielo. Gira su vista para verlo pasar para que se pierda en el horizonte. Baja la vista y mira su reloj, mientras comienza a caminar hacia su destino.

Mientras camina, se acaricia distraídamente su brazo. Debajo de su camiseta, Polina tiene algunas cicatrices que parecen de plástico, de cuando se había estrellado en su ultimo vuelo. Las heridas le redujeron el movimiento de su brazo izquierdo en el cincuenta por ciento. Si se hubiera lanzado en paracaídas – la hubieran atendido inmediatamente – tal vez se hubiera recuperado por completo. Pero no, no podía darse el lujo de dejar tan miserablemente el campo de batalla, y lucho hasta que su avión simplemente se cayo del cielo.

Pero de nada sirvió su sacrificio. Ni siquiera fue tomada en cuenta, sobre todo cuando al joven que ella había enseñado a volar, se había hecho con la máxima condecoración que su nación podía darle, y no solo una, sino dos y si se les cuenta bien, tres, llegando a ser uno de los pocos soldados soviéticos (¡¡¡Rusos!!!) en lucir las tres estrellas de oro en su uniforme.

En su mente reconoce que le tiene un poquito de envidia, pero esa no es la razón de que lo desprecie. Realmente no le importa, pero por su culpa ella se encuentra en este estado y más aun, que no tenga ya lagrimas para poder llorar.

 

 

[Fin Capitulo 18]

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Notas / divagaciones del autor:

Increible, estamos en el episodio 32 de la serie. Quamzin hace un decidido movimiento enteramente humano al tomar a Kaifun y Minmay de rehenes. Él demanda una nave de guerra, y uno tiene que preguntarse si realmente esperaba que le dieran una (en Robotech fueron mas exagerado: exigía el SDF-1).

State = Continuará/To Be Continue

feedback = Sí/Yes

email = rseferinoARROBAgmail.com