fanfic_name = En la Tormenta

chapter = 17

author = Seferino Rengel

Rating = AP15

Type = Adventure

fanfic = Super Dimensional Fortress Macross: En la Tormenta

 

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PARTE 17: KRASNI NIEBI / CHORNI OBLAKI

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"Habíamos ganado. No había mas que... convencer al otro bando". – dice Engel, por encima del ruido de los motores de la aeronave.

"En efecto, solo que esta vez seriamos los agresores en lugar de ellos". – replica Takeda, sentada a su lado.

"Estábamos en nuestro derecho."

"¿Qué hay de los derechos de ellos?"

"¿Derechos? ¿Qué derechos? Esos individuos pisotearon nuestros derechos cuando invadieron el país."

"Pero no entiendo... ¿Qué querían? Se supone que la guerra se planteo porque la Unificación era un problema más político, mas que económico."

No hacia falta que gritaran, los dos están sentados en un asiento doble, uno al lado del otro. Justo delante de ellos, la Teniente Bohn Meyer, se ve risueña, mas que todo divertida por la conversación entre los dos.

"La Alianza Anti-UN la conformaban ladrones que querían aprovecharse de la situación del país. Recuerda que Rusia no formó parte ni de la UN ni de la Alianza". – dice Engel acomodándose en su asiento.

"Pero... ¿Qué paso después? No permaneció neutral por mucho tiempo..."

"¿Dónde estabas en 2005?"

"Era Teniente, de la Fuerza Aérea de Autodefensa."

"Y usted Teniente todavía era..."

"Aun estaba en el colegio". – dice Bohn Meyer, evadiéndose ya que sabia por donde venia el Mayor.

"Bueno, fue el año en que la alianza empezó a retroceder en todos los lugares. También fue el año en que dejaron de ser un ejercito organizado y se volvió mas una guerrilla, cuando él ejercito rojo ocuparon Kirgyzstan y Kazajstán."

"Fue el año de la batalla de Marte". – agrega Bohn Meyer.

"Sí, sí. Me había pasado todo ese año confinado en Arzamas. Solo para irme a comienzos del siguiente. Luego colapso la Unión Soviética ese año, le cambiaron el nombre dos veces al país, primero Unión de Republicas Socialistas Soberanas y después Federación de Rusia cuando ya no quedaban republicas socialistas... Pero eso es algo muy complejo, creo que seria un buen tema para otra historia". – dice a modo de conclusión, como si fuera un abuelo que narra una vieja historia a sus nietos. "Aunque los detalles podrían ser demasiado espesos para la niña aquí presente."

"¿Cuánto falta para llegar?". – pregunta Bohn Meyer, mas que para saberlo, una excusa para desviar la conversación.

"¿Preocupada Martha? ¿Teme que te haga algo?". – dice el Mayor de manera maliciosa y mirándole de una manera descarada.

La Teniente Marta Bohn Meyer estaba apunto de decir algo, pero se muerde la lengua a tiempo. Por su parte, vuelve su mirada hacia la pequeña ventana del avión VC-33 VTOL donde se encuentran. Debajo, parecía que los impactos de cráteres se encuentran al azar, muchos de ellos dieron contra las montañas y muy pocos sobre las planicies.

"El viejo barrio, Mayor". – dice Orlov, al lado de Bohn Meyer y tratando de mirar por sobre el hombro de esta.

"Algo así, me sorprende mucho que casi toda el aérea no haya sufrido muchos impactos graves."

Casi una media hora después, el Mom's Kitchen desciende levantando una nube de polvo. A su lado, luego de terminar de posarse en modalidad VTOL, los dos Valkyrie del grupo de escoltas desciende en su modalidad Gerwalk, mientras que el grueso de patrulla de cazas mas sobrevuelan el área.

El primero en salir de la nave es Engel, seguido de Takeda. El grupo de inspección no es muy numeroso, de todas maneras es un grupo de inspección, para realizar tareas de búsqueda y evaluar lo que se puede recuperar y que no. Además, el equipo de apoyo debería haber llegado ya. En realidad, forma parte de una operación que se esta llevando a cabo simultáneamente en varios lugares del mundo.

A pesar de no haber nieve, el frió es intenso. El cielo tiene un matiz grisáceo, como un día lluvioso. Están tan al norte que los días son mas cortos. Pero a Engel no le interesa el frió que haga, en lo que mas piensa es que San Petersburgo esta mas cerca que Moscú, casi a un tiro de piedra.

Sarova es – era se corrigió Engel – una pequeña comunidad de menos de 50000 personas. Lo único que era conocido de la ciudad era su monasterio y su iglesia. Hasta 2007, cuando fue cerrada, fue una ciudad prohibida, incluso no aparecía en los mapas civiles, salvo en los militares, por el nombre que ostento durante casi sesenta años: Arzamas-16.

Había llegado a trabajar aquí en 2004, cuando aun era un centro activo de estudio de armas. Paso dos años allí, aprendiendo lo que era entonces los rudimentos de tecnología superdimensiónal. Lo habían enviado aquí en ese tiempo porque fue el mejor, queriendo servir a su país, creando los medios para defenderlo.

Ahora a regresado porque sigue siendo el mejor...

La iglesia se encuentra aun en pie, aunque la torre del campanario se a caído, al igual que muchas de las viviendas, anteriormente de los pobladores locales, después del personal permanente, así como de las fuerzas del 258avo ejercito y las tropas paramilitares de la KGB, estacionada aquí para defender las instalaciones en caso de una intrusión enemiga, cosa que paso, pero no había sido ni el ejercito ni los chekistii los que llevaron la victoria, fue la fuerza aérea y personas como el.

Takeda le sigue a dos pasos de distancia, seguida a su vez por varios soldados armados. El Comodoro Gloval le encargo la operación de este lado del mundo. Le hubiera gustado haber llegado a bordo de su SV-51, pero aun se encuentra en el taller, haciéndole algunas actualizaciones en la avionica.

El edificio del laboratorio, se encuentra en ruinas, pero mucho se encuentra en perfecto estado. Toda cosa que ve, le traen muchos recuerdos.

"¿Qué es esto?". – pregunta Bohn Meyer levantando una especie de regla de una gaveta, donde habían muchas mas.

"Eso...". – empieza a decir Engel, mientras ella se la tiende. "Es una regla de calculo."

"¿Y para que sirven?"

"Es una regla de calculo, es para calcular niña."

"¿No tenían calculadoras de mano?"

"Bueno, recuerde que la Unión Soviética era un país muy cerrado. Tardamos mucho en aceptar tecnología extranjera, cosas comunes me refiero. Pero tampoco era que no la teníamos, estas reglas eran de los sesenta y setentas.¿De donde es Teniente?". – pregunta Engel, sentándose en un escritorio, delante de un tablero de dibujos.

"Estados Unidos, de un sitio llamado New Orleans. Pero mi padre era de Austria."

"Estadounidense... de lados opuestos del mundo, lo mas lejos que se puede sin salir de la tierra. Vera Teniente, aquí fue donde trabaje, en esta misma mesa. Yo diseñaba las estructuras internas y los soportes de los dispositivos superdimensiónales y luego salía de aquí con los planos a donde esta ingeniería, unas oficinas al fondo del pasillo, para que corrieran las simulaciones en el computador. Hice como cincuenta antes de que saliera el perfecto. Nunca me conformaba con una bueno, siempre quiero el perfecto, para mi los segundo lugar no sirven."

"Claro, no podía esperar más". – dice Takeda, hurgando en algunas gavetas mas.

"Si, creo que la ORTEC tenia diseños operativos, nosotros nos concentramos en armas portátiles, más livianas y robustas. Las hicimos para que pudieran manejarlas, sin complicaciones, soldados mal preparados en el campo de batalla y que se pudieran lanzar directamente desde un avión de combate. Mientras que en occidente tendían a excesivas complicaciones técnicas, que hacían las cosas delicadas. Las fabricamos para resistir las crudezas de los elementos ambientales y humanos, así que le construimos contenedores a prueba de todo. Incluso, las ojivas de 250 kilos de los RMS son inmensas comparado con lo que teníamos en los diseños, ojivas superdimensiónales que cabían en una maleta. Las NK que fabricamos en el Macross con un diseño muy primitivo..."

"Es por eso que estamos aquí, ¿verdad? Para buscar esos diseños originales". – pregunta ella, extrañada por el repentino arranque de explicaciones del Mayor, quien continua jugueteando con la regla esclava de la mesa.

"Así es". – afirma Engel, mientras los soldados alrededor empezaban sacar decenas de cajas con documentos y papeles.

"¿Esto no es pillaje?". – dice Orlov, jugueteando con una regla de calculo.

"No me hagas reír Sergei Nikolayevich. Claro que no. De todas formas mucho salió de aquí". – dice señalándose la cabeza. "Así que tengo al menos los derechos de autor sobre algo. ¿No le parece así Teniente?". – dice preguntándole a Bohn Meyer.

"No sé mucho de esas cosas, señor."

"Eres una chica muy aburrida. De todas formas termine de coordinar las operaciones de recuperación. Voy a revisar algo y los alcanzo enseguida". – dice mientras se agarra del pasamanos de una escalera al piso superior. "Y no vayas a llamar a nadie mientras no estoy porque te vas a tener que regresar a Alaska pie."

Antes de terminar de hablar, a través de las ventanas, luminada por la tenue luz que se filtra de las nubes, el rugido de aviones de combate pasando tan bajo y rápido que los cristales rotos vibran hasta que algunos estallan. Takeda es la primera en reaccionar caminando hacia la ventana, para mirar como una escuadra de Valkyrie azules con nariz blanca se acercan para hacer una nueva pasada, reduciendo la velocidad.

El siguiente en moverse es Orlov, que ya estaba camino a las escaleras en el pasillo. Los demás dejan lo que hacían - mejor dicho, reaccionaron – para seguirlo hacia el exterior. Afuera, se encuentran con la vista de su grupo de escoltas revoloteando en modalidad Gerwalk mientras los otros cazas, continúan haciendo círculos como buitres justo sobre el edificio.

"Deben de ser los rusos, jefe". – dice Takeda, omitiendo el hecho de que el Mayor también es ruso.

Los Valkyrie descienden y se posan en modalidad Gerwalk a uno metros de distancia. Los que están en tierra se cubren los ojos mientras se levanta una nube de polvo. Engel aun estaba en el edificio, mirando por la ventana y ve otros cazas que vuelan a mayor altura, y desde lejos, nota que todos tiene ese color azul claro, lo que le hace sentir un súbito y desagradable mal presentimiento...

Finalmente, un helicóptero de transporte medio Ka-32 de hélice coaxial contra-rotatoria se posa en medio de la formación de Valkyrie. Es entonces cuando el jefe de la cuadrilla de recuperación y requisición del Departamento de Proyectos Avanzados de Defensa, hace su aparición, caminando con paso firme hacia el helicóptero, que lentamente apaga sus hélices.

A pocos metros, la puerta del aparato se abre, revelando a una oficial vestida con el típico abrigo del uniforme de campo para invierno con hombreras azules de la fuerza aérea rusa, y debajo, el uniforme azul de la Fuerza Aérea de la UNSpacy, y una boina del mismo color de su abrigo. La mujer baja ágilmente por la pequeña escalerilla, con una mano en el bolsillo y la otra sosteniendo su boina, siendo seguida por otro oficial, este llevando el mismo tipo de abrigo, pero color marrón claro con hombreras verdes.

"Así que eres tu". – dice Engel, casi susurrando para sí mismo.

"Si, soy yo. ¿Se suponen que nos esperaría, Capitán?". – dice ella, con un tono áspero deteniéndose a menos de un metro de Engel con las manos en los bolsillos. Ninguno hace un movimiento para saludarse.

"Llegamos temprano... mejor dicho, llegamos a la hora programada, tú eres la que llega tarde... y ahora soy Mayor... ¿Sigues siendo Coronel?"

La mujer no le responde, solo gruñe mientras agarra con su mano el borde de su abrigo ante una súbita ráfaga de viento helado.

"Esta es una operación conjunta en territorio ruso. No se suponía que llegaría hasta dentro de una hora". – dice ella en tono severo.

"El General Bisyarin es consciente de eso, ¿Es que acaso no has recibido tus instrucciones, Polina Alekseyeva?". – dice Engel, cayendo en cuenta de que están hablando en ruso.

"No me tutee. Para ti soy Coronel". – dice ella, siseando las ultimas palabras.

Desde unos metros de distancia, los acompañantes de Engel ven sin entender (salvo Orlov) la escena ante ellos. Takeda mira fijamente a la mujer, ve que su rostro proclama una arrogancia, que le recuerda mucho a la de Marina, la esposa de Engel. Un metro sesenta y ocho mas o menos, levando el cabello cortado hasta llegarle exactamente a los hombros y de un color negro profundo, y con unos ojos del mismo color, buena figura. Esa si es la imagen que se hacia de la mujer rusa. Al parecer ya se conocen, sobre todo por la mirada con que la mujer profiere al Mayor. Por su parte, Engel se mantiene allí, con las manos metidas en su abrigo, incidentalmente del mismo color del de ella e incluso muy parecido.

"Enterado Teniente Coronel. Pero dime, que te ha retrazado". – dice Engel, sacando una mano para acomodar sus anteojos.

"Al contrario de lo que piensa, Mayor, continua existiendo Voyska PVO. Para usted se habrá acabado el mundo, pero Rusia seguirá siendo Rusia."

"Ahora bajo la jurisdicción de las Naciones Unidas, Polina. Estamos trabajando, no rechazaría tu... ayuda en muestra operación de recuperación."

"Para nada Mayor."

"Por favor Polia, no queremos rivalidades innecesarias en el mando, pero recuerda que ahora trabajamos para el mismo gobierno. El Gobierno de la Tierra Unida."

"No me venga con eso Mayor. Como le dije, Rusia sigue siendo Rusia. ¿Dónde a estado usted los últimos años? ¿Eh? Si no fuera por usted...". – se detiene de decir mas mientras su mano tiembla antes de meterla de golpe en su bolsillo.

Engel también le mira con la misma arrogancia, aunque con una ligera sonrisa escapándose débilmente de sus labios. Mirando de reojo al chekist a espaldas de la Coronel, quien mira con un semblante inexpresivo. Para Engel, la SVR siempre será la KGB y todos ellos, unos mal paridos chekistii.

"Coronel, tengo trabajo, por favor, si me perdonas...". – dice Engel, llevándose dos dedos a la sien, bajando el brazo de golpe, y girándose para darle la espalda. Ese no es el saludo de la Spacy, es el saludo del ejercito ruso.

Engel empieza a caminar hacia su grupo, pero de súbito es detenido por la Coronel, quien le agarra con fuerza del hombro. Takeda se adelanta un paso, antes de ser detenida por Orlov, quien mueve de un lado a otro la cabeza, diciendo que no. Por su parte, Engel se queda de pie sin voltearse, mientras la mujer continua con su mano sobre el. El Teniente de la SVR continua de pie en su lugar, mientras que todos los militares presentes se quedan a la expectativa de lo que pueda pasar.

"Te niegas a que cumpla mi trabajo. Tengo ordenes de una autoridad mas alta que la tuya Polina". – dice Engel, tranquilamente mientras saca un cigarrillo de su abrigo y lo enciende, en un acto de total irrespeto contra la oficial.

"¡Esto aun pertenece al pueblo de la Federación de Rusia!"

"Polina... ya no existe Rusia. No hay suficientes de nosotros ni para llenar un avión de pasajeros. Así que por favor, si me disculpas..."

La mujer, realmente enfadada, jala a Engel del hombro, haciendo que la enfrente. A estas alturas se ve que el problema es mas personal que oficial, sobre todo para el oficial de la SVR, que tenia entendido que solo serian observadores en la recuperación, pero que cuando la Coronel vio el nombre de Engel en los documentos, realmente se puso histérica.

"Camarada, yo...". – empieza a decir Engel, pero la Coronel le interrumpe dándole una fuerte bofetada.

"No te atrevas a usar esa palabra otra vez". – dice poniéndole un dedo en el pecho. La suavidad con que pronuncio la reprimenda acentúa terriblemente su dureza.

Engel simplemente mira por unos instantes el lugar donde la mujer tiene su dedo, para luego acomodar sus anteojos y volverse nuevamente para caminar en medio de sus acompañantes, de nuevo al edificio sin decir una sola palabra. Sus acompañantes se dan cuenta del gran moretón rojo en su mejilla, contrastando fuertemente con su piel pálida.

Igualmente la Coronel le sigue, quien en ningún momento había sacado su mano izquierda de su abrigo, lo cual por alguna razón preocupa a Takeda. Al acercarse al grupo, Takeda la detalla mejor. Sobre todo puede ver parte de su cabello cubre una profunda cicatriz en la frente que baja hasta llegar a su mejilla, cubierta por parte de su cabello, y también que uno de sus ojos parece moverse a diferente ritmo que el otro.

"Capitán Hikari Takeda, Fuerza Aérea de las Naciones Unidas". – dice haciendo un saludo.

"Teniente Coronel Polina Alekseyeva Bisyarina. Fuerza Aérea". – responde al saludo, deteniéndose brevemente ante ellos, para luego continuar al interior del edificio para luego ordenar desde el pasillo. "Comiencen a trabajar."

 

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Eso es lo malo de la cadena de mando soviética (rusa se corrige Engel, aun se considera ciudadano soviético) las tropas rusas pueden ser bastante duras y disciplinada, pero carentes de iniciativa. Esperarán antes de violar el protocolo de una misión. El Mayor Engel esta en medio de esa contradicción. Los rusos no están inclinados, por temperamento o educación, a cuestionar las ordenes y las iniciativas nunca se consideran dentro de las ordenes. Pero personalmente había aprendido que siempre hay que improvisar en algunos casos y tomar una decisión, algunas veces, diferentes a la que tiene el mando.

Mientras los otros terminan de revisar todas las instalaciones, Engel permanece caminando por los alrededores en silencio, jugueteando con el cronometro de su reloj, viendo cuanto tarda en encenderlo y apagarlo. No baja de las doce centésimas de segundo. Cuando deja de hacerlo, se da cuenta que esta en los mismos lugares pero en diferente tiempo.

Recuerda haber tenido en este cielo la segunda condecoración que le introducía en la categoría de Héroe Soviético. Posteriormente le darían la contraparte Rusa, pero las primeras valen mas para el. Habían otros que tenían esa condecoración – no solo una, sino dos y hasta tres como en su caso –, pero con frecuencia se trataban de recompensas políticas, lo que le ofendía profundamente. Esa no es una medalla para que un miembro del partido le entregara a otro una bonita insignia para su solapa. Héroe de la Unión Soviética es – era – un premio que se limitaba a hombres como él, que habían arriesgado sus vidas, que se habían desangrado y con frecuencia, muerto por la Rodina. Por eso, no importa el uniforme que porte, siempre las lleva colgadas, cosa que en un ejercito multinacional como es el de las Naciones Unidas, se comprende...

Pero ahora la Madre Patria no existe, al menos no para el. Había dejado de existir el día en que la dejo por ultima vez. Podría ser triple héroe de su patria, pero para los suyos propios seria un disidente. Ahora se encuentra de regreso, hurgando entre los escombros de lo que fue su hogar por un par de años. Recoge del suelo un trozo de lo que había sido uno de los mosaicos del suelo de la iglesia, quitando un poco el polvo.

Levanta la vista, mirando a un par de metros, la oxidada campana, enterrada parcialmente en un montón de escombros.

"Gennadi Antonovich..."

Engel no voltea cuando escucha su nombre y patronímico pronunciados con tanta severidad y urgencia. A sus espaldas, la Coronel Bisyarina sube con paso ágil la pequeña pila de escombros, deteniéndose a un par de metros.

"Marina esta bien, nos casamos, si es lo que quieres saber". – gira levemente la cabeza para mirarla.

"Veo que al fin enredaste a la pobre Marina en tus planes... Es todo lo que necesito". – Polina se vuelve para regresar. En realidad es todo lo que necesita.

"Si te interesa...". – gira su cabeza. "Vamos a tener una niña."

"Bien por ustedes". – dice ella con una expresión seria, detrás de la que se oculta el desagrado que siente por él.

Ella se queda en silencio, mirándole fijamente de pie tanteando entre sus manos un pedazo de piedra, para luego dejarlo caer sin que se rompa.

"Verás, y discúlpame, pero creo que la verdad es que ella sólo no quiere decepcionarte". – dice ella luego de unos momento de contemplación.

"¿Eso por que?". – pregunta dándose la vuelta para enfrentarla. "¿Porque no pienso como tu? ¿Porque no me siento pasivamente y miro como el mundo se muere? ¿Por qué piensas que soy un traidor?"

"¡¡¡Ya he perdido mucho por tu culpa, no quiero perderla ella!!!". – dice sacando por primera vez su mano rígida del bolsillo para señalarle. "¿Ha servido de algo? Para ti, quiero decir."

"No..."

"No, No, No, No...". – agita su cabeza bruscamente. "Es tu palabra favorita... ¿Sabe lo que eso me hace sentir?"

"De un modo, creo que sí". – responde secamente.

"¿Qué buscas? ¿Tu redención?"

"Sí... Mi redención."

"Eres un bastardo hijo de perra. Es todo lo que necesito decirte."

Polina se aleja sin decir nada mas, bajando cautelosamente la pila de escombros. Engel la mira mientras se aleja. Nunca ha llegado a comprender realmente le hacia sonar una campanita en el fondo de su mente. No es el hecho de que ella no sintiera la menor simpatía por él... a Engel no le importa realmente. Pero hay algo en ella que...

Suspira para sobresaltarse al escuchar que le llaman por la pequeña radio. Lentamente la saca y responde.

"Aquí un bastardo hijo de perra..."

"Jefe, ya terminamos aquí". – del otro lado de la línea la voz de Hikari Takeda le habla.

Engel se toma unos segundos antes de responder, dando una ultima mirada a los restos de la iglesia.

"Enterado."

 

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Por lo general el Mayor siempre hace uno que otro comentario, habla de cualquier cosa, quizás para llenar el silencio en el ambiente. Pero este no es el caso ahora. Solo esta callado, sentado junto a una de las ventanillas mirando hacia el cielo oscuro afuera. De vez en cuando se lleva la mano a la mejilla enrojecida.

Coronel Polina Bisyarina... sin duda hermana de Marina, piensa Takeda. No le preguntara nada a Engel, al menos no en los siguientes días.

Ya es de noche y fuera hay una tenue llovizna que empaña el cristal, no dejando ver nada.

 

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"Vamos Académico, es que nunca se mueve."

Engel corre por la nieve. A cada paso sus pies se hunden hasta casi las rodillas, mientras la Teniente se le adelanta unos cuantos metros. Siente como si el corazón se le quisiera salir del pecho, mientras su aliento deja grandes nubes de vapor.

No puede dar un paso mas, como si hubiera utilizado hasta él ultimo gramo de su fuerza. Pero debe seguir adelante, mas que todo presionado por esa aterradora sensación de pánico que le produce el sentirse perseguido por algo que le asecha y que es invisible. Pero en realidad es una persecución inversa. Él es el perseguidor, mientras su presa se encuentra a varios pasos delante de él, radiante, como si la fatiga no le afectara, como si realmente ella fuera quien le persiguiera.

"Académico..."

Como odia que le llame así, la muy miserable perra chekist engreída. Lo que más le molesta es que no dice mucho. Hubiera preferido que fuera una miserable perra engreída bravucona y no una silenciosa perra que sabe elegir las pocas palabras que usa.

"Académico..."

Acelera el paso, pero aun la odiosa sonrisa continua casi sin cambios, sin acercarse, sin siquiera detenerse para que le dé alcance.

"Académico..."

Engel cae de rodillas, apoyando sus manos que se entierran en la nieve, tratando de recuperar el aliento. Siente que de un momento a otro le dará un infarto, por todo el esfuerzo que ha hecho. Levanta la mirada por un segundo, y allí esta ella, mirándole a solo unos pasos de distancia, como si solo esperara que se levantara para echar a correr.

"Se ve miserable."

Engel contiene el aliento y se lanza contra ella, pero pareciera que ella estaba mas lejos de lo que parece, haciéndole caer tendido sobre la nieve.

"Me ha decepcionado Engel. Esperaba mucho más."

No le contesta, solo se arrodilla en la nieve, tratando de recoger cada gota de su fuerza para su siguiente movimiento. Aspira todo el aire que puede, sintiendo el horrendo frió del aire y de la tierra. De repente salta como un gato y caer sobre ella, quien no se ha movido por lo súbito del ataque. Los dos ruedan en la nieve, mientras ella continua con su desagradable sonrisa, repitiendo con su desagradable voz ‘Académico’.

Cuando se detiene en la nieve, queda arrodillado sobre ella, forcejeando. Él le sostiene las manos, pero ella parece ser mas fuerte, sus manos se escapan y le araña el rostro con sus afiladas uñas, mientras él trata de contenerla contra el suelo. Él le pega en la cara tratando de someterla. Siempre había despreciado a los hombres que golpean a las mujeres, relegándolos a la categoría de violadores, pero esta no es una mujer, es mas, ni siquiera es humana...

Puede ver como la sangre que surge de los arañazos cae goteando sobre la larga cabellera clara bajo él. Pero ella continua riendo como si estuvieran jugando uno de esos viejos juego infantil que jugaban, lo que le enerva mas, la suelta, para empezar a desgarrarle con fuerza la gruesa parka que lleva puesta. Le desgarra la parte superior de la chaqueta, para encontrarse con la camisa de su uniforme, que intenta destrozar dándole fuertes tirones mientras ella se defiende de sus ataques.

Hace poco casos de los arañazos, cortándole en el rostro, el cuello y las mas manos, continua atacándola, encontrando su cuello en medio de los restos desgarrados de su uniforme. Él empieza a presionarle el cuello con todas sus fuerzas, para tratar de detener sus continuos llamados y risas. Pero ella continua riendo descaradamente, incluso mientras las pupilas de sus ojos se vuelven más grandes y en el blanco de sus ojos se forman venosas líneas rojas. Ella deja de arañarle y le agarra fuertemente de los hombros, enterrándole las uñas en la piel. Alrededor de él la nieve parece brillar, mientras golpea la cabeza de la mujer una y otra vez contra el duro suelo bajo ellos, hasta que finalmente todo queda en silencio...

Cierra los ojos para disfrutarlo, aun con las manos en el cuello de la mujer, sintiendo una gran satisfacción, incluso una sensación de gozo por lo que ha hecho, mientras siente como la piel de la mujer se enfría bajo sus manos.

Lentamente abre los ojos, mirando de nuevo a la mujer, solo que ahora su cabellera gris casi blanca y larga es ahora de un color azul celeste. Su pálida piel ahora es púrpura claro, y sus ojos pequeños son ahora grandes y claros, mirándole con una expresión vacía, con sus labios entreabiertos mostrando sus blancos y finos dientes. Una mano le sostiene fuertemente de su chaqueta, impidiéndole separarse de ella.

Sus manos empiezan a temblar, tratando de soltar su cuello, poniéndose de pie de un salto, logrando que ella de suelte, haciéndole trastabillar y caer de rodillas, mirando como la parka blanca de camuflaje de la chica esta manchada de sangre, todo su uniforme esta manchado de sangre, la misma que mancha la nieve, escurriéndose con poca viscosidad por las escasas manchas de suelo sin nieve a sus lados...

La mira hasta que de repente ella gira los ojos para mirarle y empezar a llorar lagrimas de sangre...

En la realidad, Engel abre los ojos, mirando en la penumbra el aparentemente lejano techo de su habitación y sintiendo un fuerte dolor en el pecho. Lentamente se pasa la mano para sentir su frente empapada en sudor. Se queda quieto, escuchando la lenta respiración de Marina, profundamente dormida a su lado.

Con un poco mas de atención se da cuenta del sonido de la lluvia fuera. Escucha el leve golpeteo de las gotas contra el techo. Mas allá, el rápido pasar de un caza en el cielo, luego el golpeteo de... algo desde cerca de la casa de los Jenius moviéndose en el viento y después sus propios pasos al caminar hacia la ventana.

El cielo arriba es gris plomizo, las gotas de lluvia golpean con fuerza el suelo y el ocasional viento sacude lo que no este sujeto a la tierra. Uno que otro relámpago ilumina dibujando las siluetas de las nubes y de las casas abajo. Incluso el Macross alcanza a tener un aspecto horrible ante la fugaz luz de los relámpagos en el cielo.

Recarga una mano en el cristal mientras siente como las miles de gotas de lluvia golpean la ventana. Tratando de recordar cada detalle de su pesadilla, una de las pesadillas que ha tenido en los últimos meses, más insistente desde el incidente con Miria y de su viaje a Japón.

Ha estado todo ese tiempo horrorizado de que pueda matar con tanta facilidad...

Contempla su mano apoyada en el cristal por un momento. Mira fijamente los ahora inexistentes dedos medio y anular, recordando como los perdió.

Un nuevo relámpago ilumina la calle mientras ve que no hay ni una silueta en la calle.

 

 

[Fin Capitulo 17]

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Notas / divagaciones del autor:

Aparece Polina Bisyarina, la hermana de la esposa de Engel. Aqui aparece otra parte del pasado de Engel, tan grande que es necesario otro fanfic para explicarlo, lo que nos sacaria mucho de la historia Macross.

State = Continuará/To Be Continue

feedback = Sí/Yes

email = rseferinoARROBAgmail.com