fanfic_name = En la Tormenta

chapter = 13

author = Seferino Rengel

Rating = AP15

Type = Adventure

fanfic = Super Dimensional Fortress Macross: En la Tormenta

 

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PARTE 13: LA FUERZA DE LAS ARMAS

 

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Por casi dos horas, las millones de naves continúan apareciendo, literalmente llenando cada kilómetro cúbico de espacio alrededor del planeta...

 

Casi inmediatamente después de terminar su maniobra masiva de pliegue, las naves inician un extenso bombardeo a la superficie terrestre...

 

En menos de un minuto, miles de años de humanidad son arrasados por impactos equivalentes a millones de explosiones nucleares, cada uno con la potencia de una gran ojiva nuclear de combate.

 

Muchos dormían aun, otro se levantaban para ira sus trabajos, otros mas simplemente vivían sus vidas, mientras que muchos otros se iban a la cama para esperar un nuevo día que no seria posible. Diez mil millones de personas ahora estaban muertas. Para muchos allí las estrellas se precipitaron del cielo sacudiendo la tierra con violencia, estremeciendo los mismos fundamentos de las montañas.

 

En el CIC todos los oficiales están aterrados por lo que muestran los monitores, toda la superficie de la tierra se encuentra sumida en llamas, mientras nubes negras empiezan a elevarse por sobre la superficie, ocultando los incendios, y empezando a sumir el planeta en un hasta ese momento teórico e improbable, invierno nuclear.

 

Rápida y sistemáticamente han aniquilado todo signo de civilización. Empezando por el este y desplazando sus disparos hacia el oeste en una aniquilación inexorable. No han quedado supervivientes en las ciudades devastadas en esta imparable oleada de destrucción.

 

"Por favor mantengan la calma señores, debemos mantener operativa la pista de vuelo. Informen al Macross que tenemos todos los cazas listos para despegar."

 

A la orden del Capitán O’Day, los operadores tratan de dejar sus miedos, aunque sea a medias, a un lado, concentrándose en sus funciones.

 

En cambio Engel siente un sentimiento desagradable. El mismo había trabajado una vez en como lograr eso mismo con armas nucleares, pero eso era una posibilidad remota, casi como un ejercicio académico. Ahora era la terrible realidad. Casi podía sentir como las almas de todas esas miles de millones de personas abandonan la tierra, gente que no merecían que les hicieran eso.

 

Sentía una infinita impotencia ya que sabia que todas las armas de la nave son juguetes comparado con lo que acaba de ver. Mas que un sueño, se siente en una pesadilla donde los miedos son peores que en la realidad.

 

"Si nos disparan lo más probable es que ni lo sintamos."– informa uno de los oficiales.

 

El Mayor Engel se inclina sobre una de las mesas de proyección.

 

Marina nunca había visto a Gennadi tan perturbado, no decía nada mientras ve como el mundo se acaba. Ella misma esta demasiado conmocionada para pensar, tiene que resistir el creciente impulso que le embarga de correr a un lugar seguro, pero ¿hay un lugar seguro? Esta casi al borde de las lagrimas, incapaz de resignarse a la idea de morir. Engel se levanta y se encamina a uno de los puesto donde una inmensa pantalla de cristal muestra como los cazas se desplazan a sus posiciones alrededor del Macross.

 

Es un enjambre inmenso el que se reúne alrededor de la nave, casi todas desplegándose para el ataque con armas de reacción, aunque también se reuní muchos de los Pod de combate Zentraedi.

 

 

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A varios kilómetros bajo la ahora devastada superficie de Alaska, el Almirante Hayase se encuentra en el mismo estado mental. Pero su sensación de impotencia es mucho más grande, si hubiera atacado antes, quizás – solo quizás – hubiera evitado esta catástrofe.

 

"Nos están acabando". – repetía Hayase, casi para sí mismo hasta que él ultimo disparo de la flota extraterrestre disparara.

 

Mira fijamente las inmensas pantallas donde aparecen varios mapamundi con muchísimos puntos rojos en su superficie, así como algunas zonas literalmente coloreadas de ese color.

 

"El color rojo representan las ciudades destruidas". – explica el oficial.

 

"No ha habido respuesta a los intentos de comunicación con los alienígenas."

 

"Creo que esos datos no ayudan mucho a nuestra situación". – dice el Almirante, sintiendo que no era él quien hablaba.

 

"Daño calculado en 76% en todos los sectores."

 

"Gracias oficial... ¿El Gran Cañón resistió el bombardeo?"

 

"Afirmativo, todos los sistemas están operativo."

 

"Enterado, reiniciemos la activación enseguida Teniente."

 

Al darse la orden, los masivos generadores electro-gravitatorios se activan con un zumbido que hace temblar el suelo bajos sus pies. En pocos segundos, la carga alcanza el orden de varios miles de millones de megajoules, ni siquiera las armas nucleares pueden llegar a esa capacidad. Pero solo será en dos minutos cuando el arma este enteramente cargada para realizar su disparo inaugural.

 

Cuando finalmente la capacidad alcanza el 100%, un masivo haz de poco mas de un kilómetro de diámetro rompe a través de la delgada escotilla protectora, vaporizándola. En pocos segundos el rayo alcanza el espacio, golpeando y vaporizando miles de naves en su trayectoria.

 

 

 

El rayo cabecea para lograr barrer el mayor numero de naves posibles. El disparo solo dura unos escasos 40 segundo, en los cuales casi un millón de naves enemigas son destruidas y otro par de centenares de miles dañadas. Luego, los niveles de energía decaen y finalmente, abruptamente cesa de operar.

 

 

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"El viaje por la vida ha sido largo, pero aun no a llegado a su fin. Bueno gente... les seré franco, quizás no tengamos una posibilidad de salvación, pero existe una solución diferente a la muerte. Pero si no tenemos otras solución, combatiremos hasta la muerte. El grupo de Valkyrie armados con armas de reacción será cubierto por los otros escuadrones, el objetivo es destruir todos los cruceros que estén en el camino del Macross..."

 

Engel se encuentra de pie, en la sala de reuniones, atestada con los jefes de los escuadrones que acarrean las armas de reacción.

 

"La flota aliada cubrirá el avance, así que, tengan cuidados de quienes son los adversarios esta vez. Este es el territorio de la muerte, quizás muchos de nosotros no regresemos con vida... pero quiero que sepan, que estaremos con ustedes, no importa lo que suceda."

 

Luego de decir estas palabras, los comandantes de los escuadrones nucleares salen precipitadamente por la puerta, saliendo al hangar donde los Valkyrie están siendo puestos a punto.

 

Engel se encuentra de pie delante de un Súper Valkyrie. En cada una de sus alas cuelgan dos inmensos mísiles RMS-1 mientras que el fuselaje están adaptado los FAST Packs NP-BP, la versión 01, un propulsor armado con unos veinte mísiles de corto alcance, a la izquierda anatómica del caza y el 02, igualmente un propulsor, pero llevando un pesado cañón, a la derecha mientras acarrea unos pilones para 10 mísiles en los soportes subalares.

 

Cuidadosamente pintado en los FAST y al lado de la cabina, luce orgulloso el emblema del escuadrón Ángel, con su ángel negro blandiendo su alabarda, quizás por ultima vez.

 

Lentamente saca un pañuelo de su bolsillo, al abrirlo tiene los anteojos de Yelena, los contempla unos segundos y los vuelve a guardar. Saca de otro bolsillo su pequeña condecoración. Mira detenidamente la pequeña estrella de oro, tanteando la lisa cinta color rojo sangre. Luego, la engancha en la solapa izquierda de su traje de vuelo.

 

"¿Qué estas haciendo?". – pregunta la voz de Marina, corriendo hacia él, saliendo por la misma puerta que había utilizado el unos momentos antes, con un rostro tan rojo como un tomate, mirándole fieramente con sus enormes ojos negros.

 

"Soy piloto y necesitamos a todos lo que tengamos a mano". – dice tranquilamente, mientras tantea el dispositivo adosado al pecho de su traje.

 

"¡No vas a dejarme otra vez!"

 

"Por favor Marina..."

 

"Por favor Marina NADA."

 

"Tengo que irme". – dice Engel dándole la espalda y poniendo un pie en la escalerilla de la cabina.

 

"¿Qué intentas probar? ¿O acaso buscas que te maten?"

 

Engel se detiene y toma una profunda respiración.

 

"Lo siento mucho, pero quiero que entiendas que... es mi deber. Si supieras cuando me gustaría correr y meterme debajo de la cama y dejar que todos se maten. Pero no lo puedo hacer, no me lo puedo permitir."

 

"No me importa lo que te permitas o no."

 

"Hablaremos de eso mas tarde..."

 

"No va a haber un mas tarde...". – Marina deja de hablar, resignada a que sus palabras se regresen contra ella.

 

De cualquier modo, Engel sube por la escalerilla, sintiendo el silencio de su esposa mas pesado que su vida. El mismo se asegura los arneses, cerrando de una vez la cúpula de la cabina. Mientras la grúa gira para engancharlo, da una mirada hacia un rincón del hangar, donde Marina le mira con ojos impasibles.

 

 

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"Estado de los generadores...". – pregunta un General mientras observa como parpadean las luces rojas de emergencia.

 

Toda la base quedo a oscuras luego de disparar el Gran Cañón. Los generadores principales se fundieron por la sobrecarga inducida durante el disparo, dejándolos sin electricidad por unos minutos, pasando a energía de respaldo.

 

En ese instante un Sargento llega con una carpeta.

 

"El informe de las reparaciones del Gran Cañón, señor". – dice dándosela al Almirante Hayase.

 

"Los conductos interfases, señor. Se fundieron. Nos tomará tiempo en cargarlos y hacerles una prueba de carga."

 

"Avíseme en cuanto todo esté dispuesto para realizar el siguiente disparo."

 

"Bien, señor. Tardaremos tres horas como mínimo."

 

"¡No disponemos de tanto tiempo!". – espeta un General.

 

"Tienen una hora". – dice el Almirante.

 

"Las cosas no funcionan así... tres horas es lo mínimo, señor."

 

"Está bien, hagan lo que puedan."

 

 

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"Aquí Ángel 501". – Engel hace su llamada de radio, dándose cuenta que inconscientemente había heredado la llamada de radio de Yelena.

 

"¿Mayor Engel?". – pregunta una voz femenina por la radio. Es la Capitán Takeda.

 

"El mismo, por favor, reporten que los escuadrones de RMS están en posición en la cuadricula 2-4-3 de la parrilla."

 

Luego de unos tensos minutos, Engel girar la cabeza a un lado, y puede ver de lado a lado todas las miles de naves aliadas, casi brillando como las estrellas al ser iluminadas por la luz del sol. Siente una aversión y un asco infinito al mirar como tantos Zentraedi se encuentran tan cerca de su persona. Los Pod Regult en sus muchas variantes, armaduras de combate Flemenmik, los cazas Gnel, los Glaug Pod de oficiales, las Queadlunn-Rau....

 

Se muerde el labio inferior con fuerza, hasta que siente como se desprenden varias ingrávidas gotas de sangre, casi llorando de la rabia al tener que luchar al lado de las mismas maquinas y equipos que comenzaron esta guerra, mataron a miles...

 

Y sobre todo mataron a Yelena...

 

"Atención a todos los grupos de combate. Les habla el Capitán Gloval, una vez entremos en el área enemiga, mantendremos silencio radial bajo cualquier circunstancia. La canción de Minmay será transmitida en todas las frecuencias. Si funciona, el enemigo se encontrara sumido en confusión y atacaremos. Esta puede ser nuestra única y ultima oportunidad. Que Dios nos ayude."

 

Justo cuando la transmisión de Gloval a cada nave de la flota cesa, comienza a transmitir la melodiosa voz de Minmay, cantando "My Boyfriend is a Pilot" y las 1200 naves de la flota Adaclos, el Macross y las ahora miles de cazas de ataque, encienden sus motores y comienzan su avance.

 

Engel jala de la palanca de gases y los propulsores surgen a la vida. A pesar de las cinco gravedades que le oprime contra el asiento, logra girar la cabeza a su alrededor. Al principio avanzan majestuosamente, luego empiezan a moverse a mayor velocidad, mientras bajan desde la elevada orbita geoestacionaria para atacar de frente a la flota enemiga, que se encuentra demasiado flipada por el repentino bombardeo psicológico, producto de la voz de Minmay.

 

La confusión del enemigo da suficiente tiempo para que todas las naves incluyendo al Macross realicen un ataque conjunto con su armamento pesado, destruyendo a varios miles de naves pequeñas en el primer disparo.

 

Luego de dispersarle la primera ola de ataque, es el turno de los cazas para realizar su ataque conjunto. La chillona voz del Teniente Hikaru Ichijo llega indicando el inicio del ataque.

 

Engel, mas que mirar por la ventana, tiene la vista clavada en la pantalla central, que en ese momento esta en modalidad TEWS (Tactical Electronic Warfare System) donde puede ver infinidad de blancos, muchos de ellos casi tan grandes como las cuadriculas de la pantalla. Esos son sus blancos, dirigiéndose casi directamente hacia ellos.

 

Como líder del escuadrón Ángel, su posición es a la vanguardia, mientras los otros once cazas - han salido todos - lo siguen en formación.

 

"Rompan la formación". – ordena el Mayor, alcanzado con la otra mano la palanca de control izquierda y la gira para ponerla de posición vertical a horizontal, revirtiendo instantáneamente el impulso.

 

A cada lado los Valkyrie que le escoltan, disparan una ráfaga de mísiles de largo alcance, concentrándose en un punto para lograr pasar.

 

Engel no deja de tantear la palanca en modo caza. Sin necesidad de soltar la palanca, cambia el interruptor de armas, donde puede cambiar el tipo de arma de la que dispone su Valkyrie: mísiles de reacción, mísiles de corto alcance y el cañón tanto principal como el adosado al FAST. Cuando lo mueve, al mismo tiempo cambian todos los modos del radar que están asociados al tipo de arma que ha decidido disparar. Sea cual sea el arma elegida, el equipo selecciona automáticamente todo lo necesario para dispararla. Inmediatamente selecciona las primeras armas, armándose los mísiles de reacción.

 

Con el pulgar pulsa el botón de adquisición de blancos, señalándole el blanco más grande y más accesible de acuerdo al computador. En la pantalla a la izquierda tiene una imagen visual de su banco, centrado por una retícula hexagonal, que en unos pocos segundos pasa de amarillo a rojo.

 

Levanta nuevamente el pulgar y pulsa el botón de disparo, liberándose un misil de su ala izquierda. Inmediatamente tira de la palanca alejándose de la línea de ataque. Es hora de ver si las armas que el mismo construyo, funcionan. El misil esquiva eficazmente los Pod en su camino.

 

Por el espejo puede ver que alguien le dispara, se ladea mas a la izquierda para evadirlo, justo en el momento que su atacante se vuelve una bola de fuego, por el otro espejo ve la imagen del Valkyrie azul de la escolta, alejándose luego de salvarlo.

 

Se aproxima a su nuevo blanco, pero también va de frente contra un Pod que le dispara. Ladea su caza para esquivar los mísiles, que pasa rozando su parte trasera. Pasa raudo al lado del Pod que queda como aturdido unos segundos, tiempo suficiente para disparar un nuevo misil contra el crucero.

 

Da un violento giro hacia la izquierda, para enfrentar al Pod, al que despacha con una ráfaga de su cañón embarcado en el booster.

 

El espacio esta literalmente lleno de destellos y explosiones en todas direcciones, su pantalla esta saturada de blancos, mientras pasa a modo Gerwalk y dispara con el fusil contra todos los Pod que se le vienen encima.

 

 

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En la base subterránea, las luces rojas de emergencia no dejan de parpadear odiosamente. El Almirante Takashi Hayase se mantiene impertérrito.

 

"Señor, han destruido la base de Ramstein". – dice un oficial, corriendo desde una de las consolas.

 

"¡Dios!". – exclama un General.

 

"El Primer Ministro..."

 

"Y todo el mando del Gobierno Unido". – dice Hayase, casi para sí mismo.

 

"Bombardean los emplazamientos del Gran Cañón III..."

 

"¿Qué sobre las instalaciones lunares?". – pregunta recargándose del panel ante él.

 

"Perdimos comunicación cuando destruyeron los sistemas de satélites."

 

"¿Por qué no nos han bombardeado?". – pregunta el Coronel.

 

"Las naves intactas deben alcanzar el lado orbital de las que destruimos con el disparo". – explica Hayase, levantando la vista. "¿Qué tenemos sobre las reparaciones del Cañón?"

 

"Veinte minutos señor". – informan alguien en un altavoz.

 

"No tenemos ese tiempo, estarán sobre nosotros en cualquier momento."

 

"¿Podremos resistir a esta profundidad?". – pregunta el General.

 

"Los impactos en algunas partes tuvieron una fuerza de cuatrocientos megatones". – informa otro de los oficiales.

 

"Debemos iniciar la evacuación". – sugiere el General.

 

"¿Evacuación? ¿Adonde? ¿Y como? El mando adjunto fue destruido, somos lo único que queda del mando de las fuerzas unidas... sin contar al Macross, que ya debe haber sido destruido". – dice Hayase, con un tono de mofa en su voz.

 

"Esa es precisamente la razón, Hayase-shirei."

 

Hayase suspira profundamente antes de contesta.

 

"Esta bien, inicien la evacuación de las instalaciones. Ahora mismo."

 

Takashi se mantiene mirando fijamente a las ahora estáticas pantallas delante de la plataforma de mando, mientras el personal no indispensable, sobre todo el personal medico y científico se dirigen rápidamente hacia las salidas de emergencia, que tiene sus salidas a varios kilómetros de las inmediaciones de la base.

 

"Ya que... no me necesita aquí... respetuosamente le pido permiso para unirme a uno de los equipos de evacuación. Al menos...". – dice el Coronel.

 

"Permiso... denegado. La idea es enviar a los más inteligentes Coronel, para que reconstruyan el mundo. Cuando llegue el momento estará al lado de los hombres y mujeres de esta base, defendiendo estas instalaciones.

 

"Pero señor..."

 

"¡Que es exactamente lo mismo que haré! Retírese."

 

En ese instante, incluso antes de acercar la silla para sentare, toda la estancia se estremece. Las lámparas del techo parpadean, mientras que finalmente las pantallas se apagan, dejándoles bañados por la opresiva luz roja de las lámparas.

 

Suspira mientras estira el brazo y poder encender el sistema de comunicaciones...

 

Tiene algo muy importante que hacer...

 

 

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A Engel le queda un misil y un blanco. Pasa raudo sobre él crucero a unos cientos de metros. Debe alejarse lo suficiente para lograr escapar de la explosión. Se alejo unos kilómetros, se voltea y dispara. Se aleja nuevamente, en dirección al Macross. En una de las pantallas observa como el misil se acerca a su ultimo blanco.

 

El misil esquiva los ataques que quieren interceptarlo. En él ultimo instante el misil es alcanzado por una metralla disparada por una armadura de combate, que lo golpea desde abajo, haciéndole perder el control. Serpentea descontrolado en medio de la formación de combate para fallar el crucero y estallar inofensivamente a poco mas de un kilómetro del blanco.

 

Gruñe, refunfuña, patalea y se da un puñetazo en la rodilla al ver que falló su misil, pero la alarma de combustible le dice que debe regresar a la nave. Imaginaba un viaje tranquilo, pero la armadura de combate aparece sobre él, la que derribo su misil, pintada de un color de tonos amarillentos, diferenciándose del resto de sus acompañantes de color verde oliva.

 

Pero no lo piensa mucho cuando ve que empieza a dispara una larga ráfaga de mísiles. Un efecto extraño del vació espacial es de que el único sonido que se escucha es el de la propia nave. Las explosiones y colisiones en el exterior son silenciosas. Los repetidos pitidos de las alarmas no eran de mucha ayuda.

 

"Esta gente no quiere entender". – dice mientras observa la ráfaga dirigirse hacia él.

 

Respira hondo antes de mover la palanca secundaria. Su caza cambia instantáneamente a modalidad Gerwalk para luego maniobrar para tratar de esquivar los mísiles. Con su fusil dispara contra algunos, esquivando a otros. Dispara tres mísiles que el aparato enemigo esquiva a medida que se aproxima. Algunos de los casquillos vacíos golpean contra el cristal de la cabina como granizo.

 

El Valkyrie continua esquivando los disparos de la armadura, al tiempo que el también trata de acribillarlo. Parecen girar sobre si mismos disparándose, pero sin alcanzarse el uno al otro. Están tan cerca que probablemente puede verlo a través del cristal de la cabina. El solamente nota el rojo destello del único ojo de la armadura. Da un fuerte pisotón a los pedales y el avión gira hacia la derecha, apartándose.

 

En el fondo, a través de la radio, puede escuchar a Minmay cantando "Silver Moon, Red Moon" subiendo cada vez de volumen. El tono lento de su voz contrasta mucho con el ambiente violento alrededor del Mayor, que tira con fuerza de los mandos...

 

Puede ver a la armadura de combate tan grande como la vida, cayéndole encima, da un fuerte tirón a su palanca y se dirige directamente hacia ella. Alza su fusil y empieza a dispararle, al mismo tiempo que su enemigo también lo hace. Pero Engel es más rápido, esquivando los disparos, mientras el piloto enemigo, quizás atontado por la música, resulta acribillado por los disparos.

 

En tanto, a cientos de kilómetros de allí, el Macross se aproxima directamente contra la nave comando de la flota principal, disparando repetidamente con su cañón principal y los cañones de riel adosado a los ‘hombros’ de la nave, así como por la cobertura del fuego antiaéreo de los Destroid en las plataformas. Pero a la vez recibiendo impactos en algunas partes de su estructura, dañándola, abriendo inmensos boquetes liberando parte de su atmósfera al espacio.

 

Engel mira su medidor de combustible, sintiendo como las gotas de sudor flotan dentro de su casco. En ese momento todas las naves aliadas reciben la orden de alejarse del área...

 

Activando a la máxima capacidad el sistema de punto de alfiler, pero sin dejar de disparar, el Macross literalmente arremete de frente a la estructura de la inmensa nave enemiga. Desgarrando, con pura fuerza bruta de veinte millones de toneladas y por la descarga de armas de reacción, hasta llegar finalmente hasta el espacio abierto en el mismo centro de la nave fortaleza.

 

Allí, miles de naves, estacionadas como en un masivo puerto son sorprendidas por la irrupción. Colocándolos exactamente enfrente de la torre de mando, el Macross puede ver claramente la confundida figura del comandante supremo de las fuerzas Zentraedi, con los ojos en una expresión que no puede ser llamada de otra manera sino como miedo...

 

"¡¡¡Fuego!!!"

 

A la orden de Capitán Gloval, todas las armas de reacción, son disparadas al unísono en todas direcciones, mientras el sistema de barrera omnidireccional, que anteriormente había sido una maldición, se presenta ahora como la fuerza victoriosa.

 

Dado la espalda a las fuerzas enemigas, Engel puede ver el inmenso destello que se desprende de la inmensa nave enemiga. Una explosión rojiza, del tamaño de la mitad de la luna, inundando toda el área. La energía de la explosión se extiende a lo largo de toda la formación enemiga y barriendo con gran parte de la flota.

 

"¡Nichevo!". – exclama Engel sin aliento cuando parte del plasma de la explosión alcanza su nave.

 

Una insoportable aceleración de casi 12 gravedades lo presionan contra el asiento, haciendo que las correas de su cinturón de seguridad se le calve en el pecho y hombros. Por un momento su vista se sumerge en la oscuridad soltando la palanca. Luego de unos segundos, las fuerzas cesan y su visión pasa de negro a rojo y luego recobra su sentido.

 

Desorientado, pero instintivamente agarra la palanca y revierte el impulso, hasta que finalmente se da cuenta que se encamina directamente hacia la atmósfera. Nuevamente mira los instrumentos, moviéndose a casi 9000 metros por segundo y se encuentra con tan poco combustible que seria imposible variar de velocidad y regresar al Macross.

 

Su única opción será la de reingresar a la atmósfera. Con las manos temblorosas atrapa la palanca de mando, que se mueve automáticamente de un lado a otro. La mueve para levantar la nariz y enfrentar la panza del avión hacia la tierra.

 

Eyecta los ahora agotados FAST pack y los tanques auxiliares de combustible. En ese momento empieza a rozar la atmósfera, siendo rodeado por una tenue luminosidad naranja. Lenta e inexorable, la gravedad empieza a afianzarlo contra el asiento, mientras las ingrávidas gotas de sudor en su casco caen para reposar lentamente contra el cristal...

 

El sol esta rozando el horizonte, mientras la luminiscencia naranja aumenta, hasta que por fin es la única cosa que predomina en su vista. Levanta la nariz del Valkyrie siguiendo las instrucciones de la computadora y pidiéndole al cielo que estas sean precisas. Si levanta demasiado la nariz, se expone a rebotar contra la atmósfera y regresar al espacio, para no volver jamás, si es demasiado baja, entrara demasiado rápido incendiándose como un meteoro.

 

La desaceleración es demasiado violenta, presionándole fuertemente contra el asiento, ve en el HUD como la aceleración aumenta rápidamente hasta las cinco gravedades. Por el rabillo del ojo puede ver como sobrevuela el norte de Rusia. A casi 100km de altura puede ver la yerma superficie de su país, podía ver también claramente la de Severnaya Zemlya.

 

Mas allá, en la oscuridad, puede ver como la tierra se aproxima rápidamente, hasta que por fin, cerca de los 22 000 metros, ha perdido la suficiente velocidad para maniobrar su avión en el aire. Finalmente logra mantenerse en vuelo, descendiendo hasta estar cerca de la superficie del terreno. Múltiples cráteres saturan el paisaje, mientras que los incendios en el horizonte consumen los bosques mas allá, al sur, en las altiplanicies de la región de Koryakia.

 

En modalidad Gerwalk aterriza en el borde de un cráter, envuelto en una nube de polvo, mientras se ve bañado de una atemorizante luz rojiza. Abre la cúpula de la cabina, y salta cayendo de rodillas sobre el pedregoso suelo, quitándose el casco de un tirón, oliendo por primera vez el aire de la nueva tierra. Un olor desagradable, casi como cuando se echa agua a carbones ardientes.

 

Mira hacia el cercano mar a sus espaldas, el cual esta teñido de una macabra tonalidad rojiza, como si fuera un mar de sangre. Mira fijamente el cielo rojo, no un cielo rojo como el del amanecer, sino un cielo teñido de sangre. Esta rodeado de un cielo y un mar de sangre...

 

Deja caer su casco sobre el suelo, levantando una pequeña nube de polvo, camina unos cuantos metros hasta que se arrodilla para pasar sus dedos por la tierra. Levanta la vista y solo puede ver el cielo rojizo, la luna se ve sobresaliendo entre las negras nubes, brillando a pesar de todo el polvo presente en el aire. Luego se deja caer hacia atrás cayendo de espaldas contra la tierra.

 

Con los ojos vidriosos se da cuenta que posiblemente sea el único ser vivo sobre la tierra, la única persona conciente con vida, el único representante de una civilización abocada a la extinción. Las lagrimas recorren sus mejillas hasta caer en el polvoriento suelo. Pero permanece inmóvil, escuchando como la brisa se arremolina en el fondo de los cráteres y el viento ulula para perderse en el horizonte.

 

Ante su vista puede ver como los despojos de las naves destruidas se queman durante su reingreso en la atmósfera, seguramente los cuerpos de millones se consumen en el aire, convirtiéndose solo en humo. Seguramente los cadáveres de los civiles y militares del Macross regresan lentamente a la tierra.

 

¡Dios! Marina ha muerto. Gloval, Takeda, Ichijo y hasta Marta Bohn Meyer. Minmay y toda su familia, incluso Miria esta muerta... aunque a ella no la echara de menos. Todos están muertos...

 

Pero antes de pensar en quien más estaba muerto, una solitaria luz en el cielo llama su atención. Es infinitamente más grande que todas las demás estrellas fugases en todo el cielo, pero luego de unos minutos, a pesar de estar aun a muchos kilómetros de altura puede reconocer vagamente su forma...

 

Es el Macross, cayendo majestuosamente envuelto en un fantasmal alo de condensación por la fricción con el aire. Pasa raudamente por un claro entre las nubes, para finalmente perderse en el horizonte. De un salto se pone de pie y cojeando, ligeramente corre de regreso a su avión, recogiendo su casco en el camino.

 

 

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Es la imagen más hermosa que había visto en su vida. El Macross posado placidamente en un inmenso cráter, que parece haber sido hecho a la medida para algo de su talla. Hace un medio rizo quedando de cabeza, pasando así por encima del Macross. Finalmente se endereza y cae en picada hacia la abollada superficie de la plataforma de vuelo del Prometheus.

 

Hace solo una hora pensaba ser el único ser vivo en todo el sistema solar, pero ahora, la bullente algarabía en el hangar le saca de su error. En modo Gerwalk, camina unos pocos metros hasta detenerse completamente en un rincón, mientras levanta la cúpula de la cabina. Quitándose el casco, respira el aire cargado de ese olor a combustible, para muchos un olor desagradable, para el, es la mejor esencia que a olido.

 

Se siente demasiado débil como para levantarse, simplemente se queda allí, escuchando los gritos de jubilo cerrando los ojos y por primera vez en el largo día, se queda a descansar. Escucha como algunos corren hasta el. Cuando voltea la cabeza hacia un lado y abre los ojos, se encuentra con Marina, mirándole con unos ojos vidriosos, la cara roja y una expresión, indefinible.

 

La mira por lo que parece una eternidad, hasta que ella, le lanza una fuerte bofetada, que le hace voltear la cara a un lado. Pero antes que pudiera regresar a mirarla, ella le abraza con fuerza, empezando a sollozar sobre su hombro.

 

El se mantiene impertérrito, tratando de hacer emerger alguna palabra...

 

Pero es inútil, lo único que puede hacer es levantar una mano y acariciar su cabello, mientras trata de imaginar como será la próxima parte de sus vidas.

 

 

 

 

[Fin Capitulo 13]

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Notas / divagaciones del autor:

 

Ésta es la batalla final. Aunque el Macross gana y destruye a Bodolza, viene a un precio terrible. No pueden detener su plan para diezmar la Tierra, y como resultado la mayor parte de humanidad está muerta. Aunque Bodolza está muerto y la guerra ha terminado, este fanfic no... aunque me imagino que lo sospechaban.

State = Continuará/To Be Continue

feedback = Sí/Yes

email = rseferinoARROBAgmail.com