chapter = 12
author = Seferino Rengel
Rating = AP15
Type = Adventure
fanfic = Super Dimensional Fortress Macross: En la Tormenta
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PARTE 12: LA SEXTA EXTINCIÓN
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El laboratorio de armas de reacción, oficialmente cierra sus actividades, hoy, miércoles 10 de febrero de 2010. Este día, con mas de 500 armas de reacción portátiles y 30 ojivas de alta potencia, su trabajo esta concluido.
Engel se a dedicado a hacer estimaciones, basados en las informaciones que proporcionaron los disidentes Zentraedi. Sobre todo de las naves, así como la información que ellos mismo pudieron recoger a lo largo de este año de guerra. Había una – solo una – posibilidad de destruir la flota de 1200 naves.
Ahora camina lentamente por el laboratorio. Se acerca a una de las pantallas transparente de plexiglás que aísla una de las maquinarias, destinadas a la fabricación de componentes para algún dispositivo superdimensiónal de las armas. El lugar esta silencioso, luego que los técnicos fueron reubicados en las diferentes partes de la nave, mas que todo al departamento de armas, encargándose del mantenimiento y control de las armas de reacción, aunque solo queda el personal de mantenimiento.
Es consciente que quizás todo el trabajo haya sido en vano, pero como dijo una vez un ex-presidente alemán, citando a Goethe ‘Nadie sabe hasta donde llegan sus fuerzas hasta que las pone a prueba’.
Suspira sintiendo una sensación de nostalgia por los últimos meses vividos aquí, que en su escala fueron años, y sintiendo un súbito consuelo por el destino de lo que hizo allí.
Mirando su reflejo en el cristal, se acomoda cuidadosamente su uniforme, quitando unas motas de su brazo, para después quitarse su gorra y limpiar la visera y calzársela nuevamente hasta que quedara perfecta. Mira su reloj y ve que ya son las cinco de la tarde. Sale de allí saludando a los técnicos presentes y sube lentamente los escalones hasta la cubierta superior. Solo falta una hora, comienza a las seis.
Como para matar el tiempo se dirige al deposito donde esta su SV-51. Hacia varios días que no venia aquí, pero el aparato aun se encuentra como lo dejo. Se acerca a el y palmea varias veces la nariz del aparato recordado la primera vez que lo vio, estacionado en una pista rodeado de nieve.
Recordando que por este avión había abandonado a Marina, pero que a su vez le había acercado a Yelena...
Recordando que le había salvado la vida...
Originalmente era de un color azul-gris, como los otros de la serie, luego, cuando los prototipos fueron semioperativos, lo pinto con un azul oscuro con varios tonos de azul en un esquema mimético, mientras que su ‘oficial subordinado’ le pintó de marrón con amarillo. Ahora estaba pintado de nuevo de ese color azul-gris. Se sienta en una de las alas durante algunos minutos, contemplando a los otros cazas allí guardados...
El silencio allí es sobrecogedor. Solo los murmullos de los ventiladores y la vibración del cristal de la ventana, siendo atacada de un lado directamente por la luz solar.
Finalmente ve nuevamente su reloj y baja del avión.
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Marina esta vestida con su uniforme color caqui de servicio. Engel se siente intrigado al ver que ella luce una condecoración de Héroe de Rusia en la solapa de su uniforme.
"¿Un regalo de tu padre?". – pregunta risueño Engel, no pudiendo imaginar a su pequeña Marina realizando algún acto heroico.
"Para que veas que no eres el único que puede ser un héroe". – contesta ella tanteando la propia condecoración que lleva Engel, que en su caso es la de Héroe de la Unión Soviética.
Realmente el tiene tres condecoraciones, dos de parte de la URSS y otra por parte de Rusia, lo único que las diferencia son las cintas con la bandera nacional. Así como también sus historias. Pero a la final, aprecia mas la primera, ya que la tercera le recuerda que tomo una decisión moral equivocada...
Engel había tenido que saltarse algunas cosas, mas que todo por no disponer de espacio ni tiempo. Todo se ha hecho en el club de oficiales, en una ceremonia civil, sin prescindir de lo mas importante. Gennadi Engel se a quedo algo perturbado al ver el mordico que Marina le había dado al pan, por lo meno Gennadi le da gracias a dios de no tener que correr por la alfombra. Hubiera perdido miserablemente...
Unas de las cosas de las que debieron prescindir fue del paseo, ¿a dónde se supones que se irían? La nave es grande, y lo único destacan de la ciudad es la fuente en la plaza central, y Engel no tiene la menor intención de acercarse a la ciudad. Aunque lo que nadie se perdió fue la fiesta, de la que párese que nade quería perderse. Muy modesto, muy privado, y muy breve, aunque están presentes algunas personas, mas que todo la dotación rusa del Prometheus, quienes no se podían perder la bebida, la comida, y sobre todo de un momento para celebrar.
Engel esta sumido en la música, una canción coral de las Voronezhskie Devchata, recordando los buenos momentos que le hacen llegar a su mente, pero inconscientemente tomando del brazo a su esposa para que no se la ‘roben’. Esa música que llega a el, lo hace de una manera que llega a las mismas alas de su alma, con cada ritmo de esa lírica profundamente sentimental y de belleza inimitable.
En eso, el Capitán Gloval entra en la sala. No había estado en la ceremonia, aquí los que no estaban en la ceremonia, como que estaban detrás de la puerta esperando para entrar, o esa fue la impresión que tiene. Pero al fin, llega, con una sonrisa amable, como disculpándose por su inasistencia.
"Mis mas sinceras felicitaciones". – dice el Capitán Gloval.
"Muchas gracias señor". – agrádese Engel, aun sin soltar la mano del Capitán.
"Si me permite besar a la novia..."
Gloval se adelanta para darle un beso en la mejilla a Marina, que no deja el brazo de su esposo. Engel se ve diferente, quizás sea que esta un poco cohibido por estar tomando conciencia del nuevo cambio de su vida. Lo cierto es que se le ve moverse mucho, girando la cabeza de un lado a otro con una sonrisa nerviosa.
Se acerca y agarra una pequeña caja color roja, aunque parece púrpura, que esta sobre la mesa con una pequeña tarjeta, que dice en una pulcra y cuidada caligrafía:
"Ot vsyey dushi pozdravlyayu i zhyelayu vsyego nailuchshyego"
...Pero nada mas. La examina detalladamente. Es del tamaño de una caja de zapatos, pero pesa mucho. Quien lo envolvió lo hizo muy cuidadosamente, sin descuidar detalle.
"Mis sinceras felicitaciones y mejores deseos...". – murmura Engel. "¿De quién será?"
Levanta la tapa con cautela luego de romper el papel de envoltorio, como si se esperara encontrar dentro una cosa saltando de dentro o tuviera una bomba, pero al levantarla ve un pequeño adorno holográfico con la figura de un ángel volando en círculos. El angelito esta vestido con un vestido púrpura claro, con unas alas blancas, del mismo color de su cabello. Mas detalladamente se da cuenta que es una angelita.
"Que bonito, déjame verlo". – dice Marina sacándolo de la caja y mirándolo, dándole algunas vueltas. "Quizás sea de alguna admiradora secreta."
"Si, quizás me valla con ella". – murmura Engel ganándose un codazo de su esposa.
En eso se acerca Claudia, quien se ve muy sonriente, aunque Gennadi esta seguro que su sonrisa esconde algo mas.
"Muchas felicidades, espero que seas muy feliz con tu esposa, Gennadi". – dice ella.
"Gracias Claudia". – dice el, dándole un abrazo.
"Estoy seguro que Roy estaría muy contento de que al fin hallas encontrado alguien que te pueda soportar."
"No te preocupes por eso, estoy seguro que el buen amigo Roy esta entre nosotros."
"Espero que si, pero por favor, discúlpame". – se acerca a Marina. "Espero que seas muy feliz con el."
"Gracias Claudia."
Las dos mujeres se dan un fuerte abrazo, mientras Claudia intenta estoicamente contener unas leves lagrimas que alcanzan a correr por sus mejillas, para darse la vuelta y regresar a su habitación.
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Al día siguiente, jueves 11 de febrero de 2010, promete ser un día cualquiera, se respira el mismo aire, se escuchan los mismos sonidos, incluso parece que los Zentraedi continúan aun de vacaciones. Si no hubiera sido por la alerta que se presenta a mitad de la madrugada, seria un día ideal.
La nave principal de la flota de 1200 naves se aproxima lentamente hacia el Macross. Todos los que apenas concilian el sueño saltan de sus catres y se dirigen presurosos a sus puestos de batalla. Casi todos tiene los nervios destrozados por el insólito cese de hostilidades de casi tres semanas de duración. Pero todos saben que esto no durara para siempre...
"Preparen el arma principal y todos los sistemas de defensa al blanco". – ordena el Capitán Gloval, mientras la verdosa nave se aproxima lentamente hacia el Macross.
"Señor, estoy recibiendo un mensaje... es de la nave enemiga". – informa Vanessa. "Solicitan permiso para aproximarse al Macross.
«... Repetimos, no estamos armados. Solicitamos un alto en las hostilidades...» se escucha por los altavoces del puente.
Gloval se mantiene impertérrito contemplando la situación.
Pero antes de que de alguna otra orden, un escuadrón de combate aparece y se dirige directamente hacia el Macross.
«Otra trampa» piensa Gloval al ver los despliegues en la pantalla, aunque algo sorprendido del pequeño numero de naves de ataque, prácticamente era un pequeño escuadrón.
Pero casi inmediatamente y sin previo aviso la nave dispara sus armas, no contra el Macross, sino contra el escuadrón enemigo que se aproximaba.
Luego de varios tensos minutos de aproximación, la nave principal de casi cinco kilómetros de largo, se detiene a unas cuantas millas delante del Macross, solo es perceptible el ligero cabeceo producto del desplazamiento orbital de las dos naves alrededor de la orbita lunar. Gloval mantiene sus manos aferradas al apoyabrazos de su sillón, contemplando fijamente la nave enemiga sin decir una palabra.
Casi se sobresalta cuando una voz surge de nuevo de los altavoces, proclamando el envió de un emisario...
"¿Será otro truco?". – pregunta Claudia.
"Quizás realmente quieren la paz. ¿Sino porque debieron atacar y destruir a sus compañeros?"
"Antes los hemos visto destruir sus propias naves...". – empieza a decir Kim, pero se detiene cuando al volverse ve al Capitán de pie delante del cristal.
"Mantenga la alerta de primer nivel en todas las estaciones. Claudia, comunica al escuadrón Skull para escoltar al emisario hasta nosotros". – ordena Gloval mientras continua en la ventana.
"A la orden."
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En el Centro de Información de Combate del Macross, el Estado Mayor se encuentra discutiendo el plan de ataque en previsión de una posible ofensiva, aunque varios de los oficiales ‘insinúan’ que seria mejor realizar un ataque preventivo, teniendo mucha confianza en el plan diseñado para tal fin. Los Coroneles Maistrov y Sato se encuentran de pie ante una de las inmensas pantallas que muestran toda la información del área circundante alrededor de la luna, llevando cada uno una carpeta que contiene el plan de ataque... múltiples planes de ataque en realidad.
Del otro lado de la sala, casi en un rincón, el Mayor Engel tiene también una copia de los planes, aunque es innecesario, ya que fue uno de los que trabajo semanas en el plan. En la primera pagina lleva el titulo ATAQUE A GRAN ESCALA donde muchos de los blancos estaban marcados con puntos multicolores. Según un epígrafe al lado, los puntos significaban el numero de armas a utilizar en cada uno. Este plan involucraba la utilización de casi todas las armas existentes, sin el apoyo del cañón principal del Macross.
El Mayor levanta la vista y observa como las cinco naves que partieron se reúnen con el solitario vehículo enemigo que continua en una perfecta línea recta hacia la nave.
"Emisario...". – murmura para si mientras pasa las paginas del plan de ataque.
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El susodicho emisario era todo lo contrario que había imaginado de lo que era realmente un miembro del alto mando de la flota mas poderosa que la humanidad había conocido. En realidad su cargo era de consejero, y de por si no tenia un peso militar sobre la flota. Mas bien su función era de estratega, haciendo las veces de Estado Mayor y asistente administrativo del Comandante Supremo de la flota.
Exedor Formo esta sentado en una mesa apartada, a una distancia del resto de los oficiales, justo frente a Gloval, que esta flanqueado por Maistrov y Sato.
"Creo que faltan algunas personas ¿no?". – pregunta retóricamente Gloval, ya que es conciente de eso.
"Si... pero llegaran en cualquier momento señor... de hecho ya llegaron". – dijo Maistrov justo cuando Max y Miria flanquean la puerta.
En los siguientes minutos también llega Hikaru (que encuentra a un algo molesto Max)...
"¿Qué te pasa Max? ¿Te sientes bien?". – pregunta.
... Los tres principales disidentes Zentraedi, Roli, Warera y Konda, que se deshacen en explicaciones, temiendo una rendición o algo por el estilo.
Al ver a todos sentados, Exedor dice que dos personas importantes están faltando, y quiere que traigan al llamado Shao Pai Lon y a la persona fuente de sus ataques psicológicos.
"Se refiere a la película, piensan que los poderes de Kaifun son verdaderos". – explica Maistrov en un golpe de inusual genialidad.
"¿A que se refiere con ataques psicológicos? No pudo pensar en nadie que tenga una facultad así". – pregunta Gloval.
Antes de que alguien conteste, Exedor se levanta de su silla y empieza a cantar "My Boyfriend is a Pilot". Todo el mundo esta impresionado por su actuación, sobretodo por su imitación del baile de Minmay. Por cierto, realmente era patético. Los tres disidentes se contienen de reírse, Hikaru y Max están demasiado impresionados para reaccionar. Miria no sabe si reír o echarse a llorar, el único que puede reaccionar es Gloval.
"Es insoportable..."
"Creen que el canto de Minmay es una especie de arma". – dice Maistrov.
"Pues si lo canta el lo seria". – comenta Sato.
"Que traigan a Minmay". – ordena Gloval, para ver si así se calla Exedor.
"Empiezo a cansarme de ser utilizado por los militares". – dice la desagradable voz de Kaifun varios minutos después, como sí él fuera muy importante.
"Por favor, ¿podrían explicarme porque es tan importante que viniéramos aquí...?". – pregunta Minmay con una tierna voz, cortada por la desagradable de Kaifun.
"No esperes ninguna respuesta de los militares, el ejército no se preocupa de los civiles."
"Haga el favor de callarse. Responderán a todas nuestras preguntas. Y todo lo que presencien aquí será enteramente confidencial. Necesitamos su colaboración, ¿entienden?"
Gloval espera que los dos chicos tomen asiento para continuar.
"Ahora, señor Exedor, quiere explicarnos el propósito de su visita". – dice Gloval.
"Todo a su debido tiempo...". – empieza a decir Exedor.
Gloval enciende su pipa y se pregunta si con Exedor pueden tener éxito.
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En el Centro de Información de Combate, el Mayor Engel se encuentra algo nerviosos. Sus oficiales superiores eran los Coroneles y el Capitán, pero ahora el mando de la nave esta en manos de Claudia allá arriba, mientras que el ahora le han inflingido el mando del centro de combate. Si se desata un ataque, él debía llevar a cabo la ofensiva con el plan de combate.
Engel jamás había mando algo más grande que un caza desde que entro al ejercito, y ahora tenia al Macross, aunque realmente el mando lo tiene Claudia desde el puente justo sobre su cabeza.
«Que importante eres ahora, Genni – dice una maliciosa voz en su cabeza – ahora puedes desencadenar un ataque»
Aunque realmente no podía ordenar una ofensiva, si podía iniciar un contraataque con toda la fuerza de la nave. Eso le pone nervioso, el tener la libertad de reaccionar automáticamente ante un ataque.
Súbitamente le alberga un sentimiento de culpa derivado de esa misma responsabilidad a la que está atado en razón de la libertad que conlleva su cargo – eso suena muy exageradamente existencialista -. Ahora esta aquí por sus elecciones y por algunas acciones particulares.
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"Entonces me parece que... cometimos un grave error". – dice Exedor Formo sorprendido por las revelaciones a sus preguntas.
No hay ningún arma secreta, no hay ningún poder sobrehumano, incluso el ataque psicológico no era mas que algo vulgar y silvestre para los humanos.
Gira la cabeza a un lado para considerar la cuestión que acaba de escuchar. Pero se recupera y suelta una ultima pregunta.
"Lo que no pueden negar es que ustedes son la Protocultura ¿no?"
"¿Protocultura?". – pregunta varios al unísono.
Exedor hace una pausa para recostarse en la silla, mirando fijamente hacia delante, para iniciar su relato.
"Hace ya mucho tiempo existió una raza parecida a la suya, que vivían en sociedad, tenían una cultura estructurada. Ello fueron la Protocultura. Los Zentraedi entramos en guerra contra ellos hasta casi exterminarlos. Muchos de los Zentraedi que fueron expuestos a la influencia de la Protocultura fueron destruidos. Para los Zentraedi, la guerra es nuestra forma de vida, toda nuestra historia esta hecha de batallas contra nuestro eterno enemigo, el Ejercito de Supervisión. De hecho, su nave, Capitán, pertenecía a ese Ejercito y por eso la tomamos como tal."
"Ah. Eso responde a algunas preguntas.". – dice Gloval.
"La exposición a una cultura hace que nuestros soldados se rehúsen a pelear, carcomiendo nuestras fuerzas en contra de nuestro enemigo. Seria, una purga, sacar los elementos dañinos."
La sala queda silenciosa por unos momento, mientras las palabras de Exedor reverberan en la mente de todos. Gloval mordisquea su pipa, ahora apagada tratando de encontrar las palabras...
"Nuestra flota ha sido expuesta a su cultura, por lo que nuestras fuerzas se rehúsan a pelear. Eso lo sabe nuestro comandante supremo, Bodolza. Es por eso que... la flota principal estará en camino hacia su planeta, con la intención de destruirles a ustedes y a nosotros."
"Toda la flota ¿eh? ¿Esta será la información en su reporte?". – pregunta Gloval, volviéndose hacia Ichijo el cual asiente cabizbajo.
"Cuatro millones de naves". – murmura Gloval.
En ese momento parpadea una luz en el escritorio junto a Gloval, agarrando el teléfono. No dice nada, solo escucha unos momento.
"Es para usted". – dice Gloval señalándole a Exedor un teléfono al lado de su escritorio.
Cauteloso, Exedor lo toma y escucha la familiar voz de su Comandante Britai.
"¿Sí?"
Espera unos momentos mientras escucha la atropellada voz de Britai.
"Podría hablar mas despacio señor". – pide Exedor, al ver que las palabras de Britai aparecían al mismo tiempo atropelladas y distorsionadas.
Al final más calmado, Britai le explica su situación personal.
"¿Sabe lo que esto significa?"
Escucha unos segundos más. Es la primera vez que escucha a Britai hablar en ese tono, que se podría decir de miedo.
"Entiendo". – dice a modo de despedida y luego colgar. Lugo se dirige a Gloval. "Capitán, ¿Su nave puede escapar de este sistema solar?"
"Temo que eso es imposible. Y aunque pudiéramos no dejaremos a la tierra expuesta ante cualquier agresor."
"Comprendo. Nosotros no actuaríamos de otra forma. Y como nuestro escape también es imposible, veo que tenemos un enemigo común. Me acaban de informar que la flota principal ya se encuentra en camino a este sistema."
"¿La fl... flota principal?". – pregunta Hikaru con la voz entrecortada.
"Sí, consistente en 4 790 122 naves de combate."
"Bien, veo que tenemos una decisión importante que tomar. Si logramos soportar una fuerza así, solo Dios lo sabrá". – dice Gloval.
"Pondremos lo mejor de cada uno". – dice Maistrov.
"¿Una flota de mas de cuatro millones de naves? No hay forma de ganarles, este es el fin". – dice Kaifun desesperado.
Todos se sumergen en una calma irritante mientras la idea de la total extinción y el fin de la tierra les golpea, las dos asistentes en una de las mesas lloriquean silenciosas...
"No todo se a perdido, aun puede haber una alternativa". – dice Exedor de repente.
"Explíquese". – pide Gloval.
Todos se quedan expectantes mientras se hace un nuevo silencio.
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En la nave capital de la flota, Britai se encuentra confrontando a sus dos subordinados inmediatos, Laplamiz y Quamzin. Por primera vez ve a la pulcra y ordena Laplamiz sin su uniforme de servicio, solo su ropa de ‘faena’ y una expresión, que se puede decir, desesperada. En cambio Quamzin luce como siempre, furiosos y prepotente.
"Bodolza nos exterminara al ver que fuimos expuestos a los micrones". – dice Laplamiz volteando la mirada hacia su mano, que no deja de aferrarse del filo de su capa para agregar sin mirarle. "Me quedare a enfrentar la flota."
"Quamzin, ¿tienes algún plan?". – pregunta Britai.
"Sabes mi respuesta, todo esta en contra nuestra...". – empieza a decir mientras empieza a rascarse el cabello con un dedo. "No se lucha si no se esta seguro de ganar."
"Esperaba esas respuesta. Es mas, no esperaba otra cosa de ti."
"Son mas que nosotros, nos van a masacrar". – grita antes de cortar la trasmisión. "Vámonos."
"¿Que coordenadas?". – pregunta su fiel asistente Oigul a sus espaldas.
"Cualquier parte del universo menos aquí."
"Pero señor..."
"¿Qué?"
"... No podemos huir."
"Si podemos, mira que fácil es". – dice mientras los propulsores de su nave se ponen en marcha y se alejan del lugar.
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"¿Qué? ¿Como? ¿Por qué?". - dice el Mayor Engel al teléfono.
Escucha sorprendido lo que acaban de decirle. Pero antes de terminar de escuchar lo que decían, la chillona alarma en los altavoces le sobresalta.
"¿Alerta prioridad uno?". – se pregunta a sí mismo.
En el hangar del Prometheus, la actividad es frenética en comparación a la pasividad del puente, todos los técnicos de mantenimiento y jefes de línea se encuentran corriendo de un lado a otro, mientras el bullicio de los remolques acarreando armas de un lado a otro es casi ensordecedor.
Casi todos los Valkyrie disponibles se encuentran siendo equipados con su armamento, mientras que un grupo de cada escuadrón es equipado con armas de reacción. Cientos de pilotos y personal militar corren a sus puestos. En el Prometheus los cazas empiezan a dirigirse a sus posiciones.
El centro de combate empieza a bullir en actividad, las transmisiones de radio entre los diferentes puesto.
«Atención alerta roja. Atención alerta roja. Adopten condición de impacto máximo, reacción masiva de pliegue localizada. Este no es un ejercicio. Atención alerta roja. Atención alerta roja. Adopten condición de impacto máximo...»
Engel despega el auricular de su oreja y lo mira por unos momentos, ofuscado. Cuelga sin terminar de escuchar a su interlocutor, toma la carpeta con el plan de ataque y lo lanza por encima de su hombro.
«Todo al personal a sus puestos de combate» aúlla nuevamente el altavoz.
Engel esta congelado por un horror indescriptible, no se había sentido tan asustado desde que lo perseguían sobre el mar con la simple intención de matarlo, sin ningún tipo de juegos ni sutilezas.
«No sé que hacer – se repite por enésima vez - ¿dónde esta el manual de este cargo? ¿A quien le pregunto? ¿Dónde encontrarlo?» esta tan pálido como el cuello de su camisa.
«¡No quiero este trabajo!» le grito su voz interior. Inmediatamente el Mayor se reprocha la vacuidad de la idea. Se había quedado allí como alguna especia de muestra de liderazgo y responsabilidad. Y eso era un engaño. Quizás no una mentira malintencionada, pero si estúpida. Lo primero que se le ocurre es levantar el teléfono y llamar a Claudia.
"Claudia, es Gennadi. Oye, estoy aquí abajo, me puedes informar la situación. Estoy abierto a toda sugerencia."
"Lo primero que necesitamos es...tranquilizarnos. No comencemos un ataque a la flota entrante. Estoy un poco ocupada aquí, el Capitán viene en camino para acá."
El tono tembloroso de la voz de Claudia no le ayuda en nada. Justo al colgar el teléfono, entran corriendo los Coroneles del Estado Mayor. Estaba tan agradecido que hubiera abrazado a cada uno, si no fuera que debe salir disparado hacia el Prometheus.
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Entre tanto, en el espacio, alrededor de la tierra empiezan emerger las primeras de las millones de naves de la flota principal.
El pliegue es tan masivo que afecta notablemente las lecturas gravitaciones, y las naves son tan numerosas que desde la superficie del planeta, las estrellas son cubiertas, por el horrible enjambre que se aproxima...
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Precipitadamente, los preparativos de emergencia para alistar todas las armas se volvieron un frenesí casi caótico. Es tanto el trabajo que muchos Valkyrie son llevados sin armas a la cubierta de vuelo, donde son armados por especialistas en trajes espaciales. Es tanta la precipitación, que a muchos pilotos les dicen simplemente que salgan a la pista y esperen instrucciones.
A varios niveles por debajo de la cubierta de vuelo del Prometheus...
"Enterado, informen a los comandante de escuadrón sobre los sistemas de seguridad."
"¿Todas las armas prescindirán de los contactos de seguridad?". – pregunta la Teniente Bohn Meyer.
"Así es, no podemos perder tiempo quitándoselos en cubierta..."
Antes de poder dar otra orden, la puerta del habilitado CIC del Prometheus se abre. Engel entra presuroso... tan presuroso que no repara en un bolígrafo que rueda en el suelo, pisándolo y cayendo al suelo. Enseguida dos suboficiales le ayudan a levantarse. Aquello le hacia sentirse aun más miserable. Muy diligentemente Marina alcanza una silla y la acerca a la mesa iluminada donde ella y Bohn Meyer han estado utilizando para impartir instrucciones.
Engel se sienta recargando los brazos y suspirando mientras observa como el primer oficial del Prometheus, un alto americano de apellido O’Day se acerca a la mesa para reunirse con ellos.
"A partir de ahora todos los pilotos están habilitados para disparar las armas". – informa Bohn Meyer.
"Acaba de llegar el plan de ataque desde el Macross, será una operación con la flota... Adaclos de los Zentraedi". – informa dándole una hoja con muchos garabatos y un organigrama burdamente organizado.
"Aun así nos superan, ¿cuánto? ¿Cuatro mil a uno?". – comenta Engel suspirando.
"No hay que avanzar confiado en la superioridad numérica, Mayor. El plan es simple, atacaremos para abrir una brecha hacia la nave principal, así, sin un mando supremo, la flota enemiga se sumirá en caos."
"Esta bueno, pero ahí un detalle en el plan."
"¿Cuál es?"
"Que van a concentrar todo el ataque contra nosotros. ¿Cree realmente que las otras naves van a cubrir al Macross mientras es blanco de millones de naves?"
"Es eso o la aniquilación total."
"Entendido". – dice Engel de manera automática.
Impulsivamente Engel sale de la habitación, dejando a todos en silencio. Marina se levanta dejando los papeles en la mesa. Al salir al pasillo se encuentra a Engel recostado de la pared, frotando el tabique de la nariz.
"¿Gennadi?"
"Estoy bien, solo... necesitaba un poco de aire."
"Estas convencido de que vamos a perder."
"Ya no sé ni que pensar. Hace un rato estaba paralizado sin saber que hacer, ahora no tengo nada que hacer."
"¿Qué crees que puedes hacer...?"
Marina se corta por el repentino bullicio desde la el CIC, a donde los dos se dirigen.
[Fin Capitulo 12]
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Notas / divagaciones del autor:
Creo que el amigo Exedor ha explicado mejor que yo lo que es realmente la Protocultura. Se darán cuenta que en Macross la Protocultura es completamente diferente a lo se define en Robotech, a saber, en Macross es una raza extraterrestre creadora de los Zentraedi, impulsora de la evolución humana (esta explicación se ve en Macross Zero), mientras que en Robotech es una fuente de energía ligado a algo llamado la "Flor de la Vida" que es la base de la Robotecnologia.
Para escuchar las hermosas canciones corales de las Voronezhskie Devchata y otras canciones folclóricas rusas, visiten mi archivo de música en: http://www.geocities.com/klonia2400/05mususa.htm
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