Fanfic Name / Nombre del Fanfic: Aduzi

Chapter / Capitulo: 9

Author / Autor: Berenice Wright

Rating / Clasificacion: AP15 (For Teenagers = Para Adolescentes)

Alternate Universe / Universo Alterno

Fanfic: Claudia lo vio entrar, pálido y agitado. Hacía días que lo notaba extraño. No era el mismo de siempre ¿Qué le pasaba? De pronto era como si se hubiera cerrado con ella. Roy siempre le contaba lo que le sucedía, nunca se guardaba nada para sí. Sin embargo, ahora era como si no lograra comunicarse con él, era como si se estuviera alejando.  
Se puso de pie y se acercó.  
-¿Roy?  
-Estoy bien, no te preocupes. 
-¿Adónde fuiste corriendo de esa manera?  
Él se quedó callado. ¿Qué responder? ¿Que corrió como un estúpido tras una mujer que ya no lo amaba? ¿Que durante años persiguió una quimera?  
-Yo… -decirle la verdad sería lastimarla y no podía hacerlo. Se odiaría si la hacía llorar – Recordé que olvidé algo – tomó nuevamente asiento en la silla. Claudia siguió de pie.  
-Debo regresar a mi puesto ¿Nos vemos esta noche? 
-Sí, a las nueve estoy en tu casa.  
-Perfecto – depositó un beso sobre su frente y se alejó. La siguió con la vista, con cierto aire ausente.  
Rick se le acercó.  
-Hermano ¿Qué te pasa? ¿Acaso viste a Aduzi? – se ubicó frente a él. Roy se pasó una mano por su rostro.  
-Se acabó, Rick. Ella no quiere saber nada de mí. 
-Lo lamento – musitó. No le extrañaba, después de todo habían transcurrido muchos años y Aduzi, sola en aquella base, tuvo que obligarse a seguir adelante, con el pensamiento de que quizás nunca regresaría a la Tierra y de que Zor iría a por ella. – En el fondo, posiblemente fue lo mejor. 
Roy frunció el ceño ¿Lo mejor? ¿Cómo lo mejor?  
-Ya no son los mismos de hace diez años. La Carol que amaste ya no existe. Se perdió en Marte. Ahora está a tu lado una mujer buena y cariñosa que te ama y de la que estoy seguro que también estás enamorado, sólo que no lo estás viendo porque la aparición de Aduzi todavía te altera, por todo lo que pasó entre ustedes y por la forma en la que terminó. No es amor lo que estás sintiendo por Carol, sino la incertidumbre de no saber cómo iban a ser las cosas. Amigo, esta vez es mejor que te aferres a lo seguro. 
-Nunca me atrajo lo seguro- esbozó una sonrisa.  
-Esta vez vas a perder algo importante de no hacerlo. Aduzi no va a regresar contigo. Ella se alejó de tu lado mucho antes de que te dieras cuenta.  
Roy suspiró. Miriya y Max pasaron frente a ambos.  
-¿Supiste que se casan en unas semanas? – le preguntó Rick. Roy negó. No tenía idea. ¿Así que iban a casarse? Esperaba que las intenciones de Miriya fueran sinceras.  
-Me parece una locura – comentó Rick – No que se case, sino que apenas la conoce. 
-Ese es problema de Max. 
-Es cierto.  
Lisa regresó un rato después, acompañada de Ben, Andrés Santiago y el joven piloto de cabellos lilas. 
-¿Lisa? ¿Qué pasa? – Rick se puso de pie.  
-Roy, él es el piloto nuevo del que te hablé – se volvió hacia el joven. Roy lo miró con atención. 
-¿El piloto que me dijiste que tiene record de horas de vuelto, superando incluso a Max y que en el simulador tiene la mayor cantidad de enemigos derribados? 
Lisa asintió. El muchacho se cuadró y saludó. 
-Señor, sargento Belmont. Un honor servir en su escuadrón, señor.  
-Descanse sargento. Muchas gracias – le resultó simpático. El crío tenía un rostro de expresión amable.  
-Bien, debo irme – dijo Lisa – Se queda a tu cargo. 
Roy se levantó de la silla.  
-No te preocupes. Sargento, sígame.  
-Sí, señor.  
 
 
Asomada a una de las terrazas de la fortaleza, Aduzi soltó un suspiro. Se sentía miserable. Y ahora tendría que quedarse en ese planeta y ver a Roy todos los días. No quería lastimarlo más.  
Una ligera brisa empezó a soplar, agitando sus cabellos. Se apoyó en la barandilla, observando el exterior. La ciudad empezaba a reconstruirse lentamente a los pies de la nave, como antes. Era una suerte que el SDR – 1 sobreviviera al ataque de Khyron y pudiera ser reparado. Esa nave transmitía una sensación de seguridad a los habitantes que se encontraban bajo su sombra y más desde que resistió el embate de los zentraedi.  
Cerró los ojos. Los zentraedi… ellos volverían a buscarla. Y si no eran ellos, serían los maestros, que no iban a resignarse a perderla. Debía marcharse de allí, a pesar de la promesa de Global de protegerla. No dudaba de su palabra. Simplemente era que ya no quería ponerlos en peligro. Aquel planeta había sido su hogar y no deseaba que lo destruyeran por su culpa, ni a las personas que vivían allí. 
No deseaba que lucharan nuevamente contra aquellos seres. No quería que le sucediera nada malo a Roy.  
Como si el destino quisiera jugarle una broma, Fokker pasó bajo el balcón, seguido del chico de cabellos lilas. En ese momento, éste levantó la cabeza, fijando sus ojos en ella. Aduzi contuvo el aliento. Como si él hubiera sabido que se encontraba allí. 
El joven agitó una mano, a modo de saludo. Lo imitó, despacio.  
Roy se volvió hacia el muchacho, llamándolo, al darse cuenta de que se había detenido. Aduzi se echó hacia atrás, temiendo que Roy la viera.  
Decidió dirigirse al restaurante. Se moría de hambre. Caminó despacio, esperando no encontrarse con Miriya. De alguna manera también trataba de esconderse de ella.  
Tenía que confiar en el almirante, aunque le costara. Si él no dudaba de las intenciones de aquella chica zentraedi, entonces quizás ella tampoco debía hacerlo, mas su experiencia con aquellos seres no había sido lo suficientemente agradable como para ser simpática con ellos.  
Estaría alerta y buscaría la forma de vigilarla.  
Al entrar en el restaurante, halló a Ben y a Andrés, acompañados de Vanesa y Sammie, buscando un sitio en el cual sentarse. 
-¡Es Aduzi! – exclamó Ben - ¿Por qué no come con nosotros?  
-Sí – dijo Sammie – Tenemos que hacer que no se sienta tan sola. 
-Además, tengo mucho que preguntarle ¡Ey, Aduzi!  
La piloto se volvió hacia él.  
-Comamos juntos. 
-¿No hay problema?  
-Claro que no – dijo Vanesa. Aduzi sonrió. 
-Muchas gracias. 
Tomaron asiento en la primera mesa que encontraron, casi cerca de la entrada. 
Un par de pilotos pasaron junto a ellos, mirando a Aduzi con curiosidad. Ella desvió la vista, rascándose detrás de una oreja. Le incomodaba ser el centro de atención.  
Levantó la mirada, quedándose de una pieza al descubrir al joven que había visto hacía un rato con Roy, entrando en la estancia. Sammie y Vanesa ahogaron gemidos al verlo.  
-¡Ay, es un príncipe! – suspiró la primera. Andrés levantó una ceja. 
-No exageres.  
-¿Quién es él? – Aduzi siguió con los ojos al recién llegado.  
-Me parece que está en el escuadrón del comandante Fokker. – respondió Santiago 
-Sí, lo acaban de asignar – asintió Ben - Tiene un apellido… ¿cómo era?  
-Belmont – dijo Sammie. 
-¿Belmont? – inquirió Aduzi. Vanesa soltó un suspiro. 
-Es guapísimo.  
Aduzi fijó nuevamente su atención en el muchacho, quien se volvió a mirarla, con aquellos penetrantes ojos azules. Ella sintió un cosquilleo en el estómago.  
“Se parece a Zor” pensó, viéndolo de pronto acercarse a la mesa. Vanesa se irguió en su asiento, sin poder creer que aquel chico se dirigiera hacia ellos. Sammie soltó un gritito. Andrés se golpeó la frente.  
-Disculpe – Belmont se detuvo frente a Aduzi – Lamento ser maleducado, pero la vi varias veces por aquí y… si no le molesta, me gustaría invitarla a almorzar.  
Sammie ahogó un gemido. Vanesa cruzó los brazos sobre el pecho, enfurruñada. Ben soltó una risita. 
Aduzi lo observó detenidamente. ¡Qué tanto! El chico era apuesto y además… con Roy no pasaría nada. 
-Me encantaría, gracias. 
Él le ofreció el brazo y juntos se encaminaron a un sitio desocupado, seguidos de las miradas de los cinco ocupantes de la mesa.  
-Cielos – musitó Sammie - ¿Qué va a decir el comandante Fokker cuando se entere?  
-¿Qué tiene que ver él en esto? – le preguntó Santiago.  
-¿Cómo qué tiene que ver? Ellos fueron pareja. Me refiero a Aduzi y al comandante. 
-Ah… fueron. Ya no hay nada entre los dos, porque el comandante está con la comandante Grant. 
-Sí, pero todavía quiere a Aduzi. Se nota a las leguas. 
-No digas tonterías – la reprendió Ben – Todavía por tus chismes vas a meter a esta gente en problemas. 
-¡Hablo en serio! – bufó la joven, mirando a la pareja que se ubicaba en una mesa en el otro extremo del salón.  
Belmont le apartó la silla para que sentara y luego se ubicó frente a ella. Bueno, a fin de cuentas Ben tenía razón. El comandante estaba con otra persona y lo que pudo haber tenido con Aduzi, ya no existía… al menos no para la joven piloto, cuando lo vio con otra persona. Aduzi no iba a lastimar a Claudia, por eso se había alejado de Roy, ni tampoco iba a permitir que él lo hiciera, sin importar cuáles fueran sus verdaderos sentimientos.  
Suspiró. Aquello era tan triste.  
-¿Así que piloto nuevo? – Aduzi colocó los brazos sobre la mesa. 
-Sí, entré en servicio hace un par de días. Lo siento, no me presenté debidamente. Soy Lance Belmont, me llaman “Lancer”. 
-Mi nombre es Carol Rice, aunque me llaman Aduzi. 

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