fanfic_name = Aduzi ( continuación de "La Persona menos pensada")

chapter = 1

author = Berenice Wright

Rating = AP15

Type = Alternative Universe

fanfic = Aduzi

(Secuela de “La persona menos pensada”)

Berenice Wright

Fanfic basado en Macross Saga. Propiedad de H.G. Derechos reservados





        “Subió la cuesta con cierta dificultad. Asiéndose a cualquier roca o rama que le sirviera para sostenerse. No comprendía cómo ella ascendía con facilidad... aunque, tratándose de Aduzi, nada debía asombrarle.

        Ese era el único sitio en el que la hallaría. Le gustaba ir allí cuando deseaba estar sola. Una vez le dijo que le traía recuerdos ¿Recuerdos de Zor tal vez?, no pudo evitar preguntarse un tanto celoso.  Zor había sido importante para ella ¿Y  si volvieran a encontrarse? ¿Qué sucedería entonces?

        Se detuvo en la cima. Observándola. Su piel blanca parecía plateada bajo los rayos de la Luna y sus cabellos rojizos caían suavemente sobre su espalda. Ella se volvió hacia él, como si ya hubiera sabido que estaba allí.

-Hola, Roy – dijo suavemente con aquella voz profunda y melodiosa.

-Hola, hermosa – murmuró.

        A medida que el tiempo transcurría, un aire de tristeza empañaba sus ojos. Ya no era la joven alegre que hacía reír a todos cuando “ se le cruzaban los cables” y captaba señales de radio hasta de China.

        Cada día que pasaba, recuperaba su memoria. Y volvía el sufrimiento.

        Se acercó a la joven, tomando asiento a su lado y sintiendo aquella mirada violeta sobre él.

-Es una hermosa noche ¿ verdad? – comentó Roy, tratando de iniciar una conversación – Y qué  linda Luna.

        Aduzi se llevó un trocito de pan a la boca, masticándolo despacio.

-Este es uno de los pocos lugres que recuerdan a Tirol.

        La miró. Aduzi continuaba con los ojos fijos en la Luna.

-El planeta del que éramos satélite se veía más grande que este astro.  Había días, cuando las luces de la ciudad no eran tan fuertes, en los que podían verse los otros satélites. ¡Y cómo brillaban! – fueron momentos felices. Zor y ella incluso esperaban para ver el amanecer. Se quedaban en silencio durante horas, contemplando esa maravilla, preguntándose cómo a las personas podía pasarles desapercibido un paisaje como ese.

Sólo ellos dos, juntos.

-¿Por qué te fuiste de allí? – preguntó Roy, un rato después.

        Ella suspiró.

-Zor sabía que los Invid lo hallarían tarde o temprano.

-¿Invid?

-Es la raza alienígena a la que robó a “Flor de la vida”. Y además, los maestros y sus monos espaciales me buscan. Éramos un peligro para toda esa gente. Y yo continúo siendo un peligro para todos ustedes.

-No es cierto.

        Aduzi se volvió hacia él.

-¿Y qué pasará cuando ellos lleguen? Cuando descubran que estoy aquí, disfrazada. No quiero que nadie muera por mi culpa"



Roy se frotó los ojos, cansado. Esos recuerdos acudían con mayor frecuencia a su mente en las últimas horas, luego de oír acerca de esas señales provenientes de Marte.

        Contempló la fotografía que descansaba sobre su regazo, preguntándose si realmente sería ella. No deseaba alimentar falsas esperanzas., pero... Aduzi no podía morir tan fácilmente. Su cuerpo estaba preparado para soportar todo tipo de agresiones, incluso era capaz de autoregenerarse. ¿O estaba equivocado? ¿Podía haber muerto?

        Sin embargo, algo dentro de él le decía que era ella. Que no podía estar equivocado.

-¿Por qué ahora? – musitó, observando a la muchacha con el uniforme de aquella época ( que en realidad era el mismo que seguían usando más de diez años después) gris y negro, en la pechera en el lado izquierdo junto a su nombre, llevaba el signo de la calavera con las dos tibias: el uniforme del escuadrón skhull.

        Sus cabellos rojos se agitaban por el viento y en su rostro había quedado plasmada esa sonrisa dulce tan característica. Fue una foto que le tomaron sin que se diera cuenta, una tarde luego de uno de sus tantos patrullajes, en las que se reunían a comentar sus experiencias y hazañas del día. Ella era la única mujer del grupo y una de las mejores pilotos que hubiera visto en su vida. Podía pilotar a la perfección cualquier nave, terrestres o no, por más que fuera la primera vez que subía a ésta.

        Aduzi... Carol Rice...

        ¿Qué sucedería si estuviera viva? ¿Qué pasaría con él y con Claudia si ella regresaba? ¿Qué pensaría Aduzi al ver que siguió adelante con su vida?

        Guardó la fotografía en la cómoda y se recostó en la cama, cerrando los ojos. Un rato después, oyó la puerta y los pasos de Claudia aproximándose. Ella entró, sentándose junto a él.

        Entreabrió los ojos.

-Hola, aviador.

-Hola – sonrió – Me alegra que estés bien.

        Claudia se recostó a su lado, apoyando la cabeza sobre su pecho.

-Roy, hay algo que no te dije.

        Éste abrió los ojos, completamente sobresaltado.

-Rick está en el hospital, fue herido durante el ataque.

        Roy se incorporó.

-Ahora entiendo por qué no estaba presente. Y Lisa...

-Estaba con él. Como no se animaba a dejarlo solo, le dije que se quedara a su lado – miró su reloj – Ahora ya  es tarde para visitarlo ¿Qué te parece si vamos mañana?

-Me parece bien – iba a comentarle acerca de la misión, pero se abstuvo. Aún era demasiado pronto para hablar de eso.



        Lisa contemplaba, sentada en el sofá, a Rick, que por fin  había logrado quedarse dormido. El joven le dijo que sólo dormiría si ella se acostaba a su lado, por lo que tuvo que acceder momentáneamente ya que ambos estaban un poco incómodos en aquella cama tan estrecha. Al sentirlo respirar profundamente, se levantó y fue a sentarse en el sofá.

        Miró el anillo que llevaba en el dedo y sonrió. Por fin tendría una familia junto al hombre que amaba... y este no era Karl Riber. No, era la persona que menos hubiera imaginado  la que deseaba compartir su vida con ella.

        Y cuando creyó que entre ambos todo había terminado, cuando pensó que la dejaría por Minmei. Rick vino a ella... y la eligió a ella.

        El muchacho dejó escapar un suave suspiro y se movió levemente. Sonrió al recordar que no había entregado la carta de traslado. Y al revisar los bolsillos de su uniforme, la halló abierta. Le sorprendió que hubiera podido adivinar lo que pensaba hacer. Le asombraba que la conociera tan bien

        Encendió el televisor. En primera plana aparecía el rostro de la joven señorita Macross al momento de ser detenida. Aún le costaba creerlo Cuando la conoció, era una jovencita más bien inocente y  romántica que soñaba ser un día una gran estrella. Y lo logró... y fue entonces cuando cambió ¿Qué la impulsó realmente a convertirse en esa arpía?

        En el fondo pensaba que era una suerte que hubiera alejado a Rick, ya que de lo contrario él nunca hubiera estado a su lado en uno de los momentos más difíciles de su vida. Y no hubiera estado a su lado ahora.

        El teléfono sonó. Contestó apresuradamente y escuchó atentamente lo que Kim le decía con voz temblorosa.

-Voy para allá – murmuró, lamentando el tener que dejar a Rick.

        Sin embargo, el trabajo era el trabajo.





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